PRECI OS DE S U S C R I C I O N , PRECIOS DE SUSCRI CI ON A PAGAR EN ORO.

AÑO X X I . — N Ú M . X I X .
aSo . memra n ts.
aSo. BrMFXniK. miMnvriiR.
d irecto r - p r o p ie t a r io , D. ABELARDO DE CARLOS.
ADMiKimniACioH : caumktas , 12 , principal. C u b a y P u e rto -R ic o . . . . 12 p esos fu e r te s . 7 pesos fu e rte s .
M a d rid . . . . . . . 35 p e se ta s. 18 p e s e ta s . 10 p e s e ta s. F ilip in a » .................................. 16 id. 8 Id.
P ro v in c ia s ............... 40 id. 21 id. ll id. M éjico y R io d e la P la ta . 15 id. 8 Id.
E x tr a n je r o .............. 50 id. 26 Id. .
Madrid, 22 de Mayo de 1877. E n lo s d e m á s E sta d o s d e A m éric a A jan o l p re c io loa S ros. A g en tes.

SUMARI 0.
TPATO. CrdnlcaRCnoral.porD.Josi' Pornnnlcz Dromon.—Nncmtro« grabs
do», |»>r D. Bnseblo Martino?. dc Velasco.—CnVnliu ila la gnomt do Orien
to , por D. Enrique Diqmy do I/itno.—RovistA nmmeleru, |x.r iaurmrlo.
—Vordudes lncuncnsu: lil Canero, por D. Federico tiarciu Caballero.—
F. Finnic y ,f. Servals, por I). Antonin Fell» y Uofll.—Chcotchcnko y ol
movimlento intolectnnl cit 1» Raida merldlonnl, |»ir M. Vudimovitcb.—
Don gemeliw, imenta, |»ir 1). Naralio Caaipltlo.- J opriw floral«« en Biroo-
lona, por D. l.aclano fU rou del Real.—L ib ra prcviiUdon A e«ta ltcduc
cion |>or an ton» 6 editor«», por V.—A nuncio*.
G batunos.—Crilnlea fíiulratln </«■ ln g vtrm <!r Qrlrnit: Retrató de 8. A.
C,irlos t, flohenzollern, prtndpe de Rumania; Retrato de S. E. Hobirt
FnchiV, nltnirnntr do laescimilr» to rca; Conntantlnopla : Salid» do la em­
bajada tona y acto de onfnntlar las AriiíIon del Inl[ierlo ou ln portada del
pnlaeio; Entrada del nuevo embajador Ingle« Mr. I.ayanl; vista de la fnr-
tnler.» do Hikn/mUi, «obro ol Dmmblo. tramóla den le ol lodo de tierra; Vl«ta
do Kutclmlk, plaza fuerte y puerto en la margen derecha del Danubio.—Re
trato« do loa distinguido» artl«ta« MM. Franela Fiante, planista, y Jcocph
Sérvala, vlcrtoncolUlu.—Barcelona Distribución de premio» il loa |»«,tn«
laureados en loa Jnryoi JloraU», celebrada en el teatro Principal el o del
corriente. (Cróqnls de D. A. Rigali- )—Römerin de católico» Ala Coeva de
San Ignacio, en Manre»a : Víalas ile la ciu bui. In iglesia de la Cneva, el
Colegio, III ''iilhi y In Casa do la Cuidad. (Do fotografia« remitida» por
D. Antonio Soler.)—Aniversario 371." del fallecimiento ile Cristobal Co­
lon : Vista del ainvento de In IlAhtdn, y otro« grabados quo represen Un
detallo» del mismo. (Croquis do D. Felipe Ma só.) —Rumania: Alto de
nn deatacamcnto de cosacos en ol camino do Galats A Darbocli.—Timinl»
AxlAtlcn . ('indilli y foriate, i de /inri, «Illa la» por el ejército ruso del CAn*
caso.—A»la Honor: tropo» rusas Irregular«« atravesando los montes del
CAuooso —Campamento turco en la« cercanías do Jialoum.

CRONI CA I LUSTRADA DE LA GUERRA DE ORI ENTE.

S . A . O ÍR L O S I H O H E S Z O L L E IIX
principe de Rumania.
 J l
CRÓNICA GENERAL.
En política, como en amor, como en todas las ac­
ciones humanas, hay algo que conceder á la locara, so
pena de aburrirse macho en esta vida. Si los pueblos
siguiesen la punta rígida del deber; si el corazón, ese
cabecilla que vive en guerra civil con la conciencia, se
sometiese humildemente á su rival, la historia se con­
vertiría en un monótono registro de nombres y de fechas:
nuestra vida sería un paseo muy largo por el Limbo.
Pero no sucede a-i: la ambición, en sus diversos carac­
teres, impulsa y da variedad á los acontecimientos his­
tóricos, produciendo las acciones heroicas, los hechos
repulsivos, todo lo que saliéndose de lo vulgar y ordi­
nario con vierte la historia humana en el melodrama más
interesante que puede concebir la fantasía: la pasión,
rebelándose contra las leyes del deber, produce en sus
luchas los episodios más interesantes de la vida, la no­
vela de nuestra existencia, las catástrofes, los sacrifi­
cios, ó esos misterios del alma que el pensamiento evo­
ca con deleite.
Si el moralista cumple su destino aconsejando lo me­
jor, el cronista, cuya tarea seria imposible sin esas
anomalías que interesan ó conmueven, tiene que sim­
patizar algo en el fondo con todos aquellos que, sa­
liéndose del sendero trillado, dan asunto á su pluma.
Con el Presidente de la república francesa, viejo sol­
dado qnc siente acaso eu su instinto militar la necesi­
dad de reconcentrar el mando, y prepararse para las
contingencias de una guerra : con el tribuno Gambet-
ta, defensor del Parlamento, porque en la tribuna es­
tá su fuerza y su prestigio: el primero, retorciéndose
el mostacho y despidiendo militarmente al Ministerio
de Julio Simón y nombrando un Ministerio impopular,
presidido por el Duque de Broglie: el segnndo, enca­
rándose con el Jefe del Estado para recordarle que la
forma republicana no admite los poderes personales:
aquél, llevándose instintivamente la mano á la guar­
nición de la espada, qne zanja las cuestiones difíciles
cuando el cañón retumba por el mundo: éste, esgri­
miendo su acerada lengua, arma poderosa en toda so­
ciedad entregada á los retóricos.
Porque la caída del Ministerio Simón no es un suce­
so de importancia puramente interior para los france­
ses: todo hecho anómalo qne modifica hoy la política
de un Estado, alarma y conmueve á toda Europa, más
que los bombardeos de ciudades rusas en la costa del
mar Negro, y los accidentes poco decisivos de la guer­
ra por el lado acá del Cáucaso, ya que en el Danubio
todo se reduce hasta ahora á preparativos y escaramu­
zas, como si Rusia confiase, más que en el empuje de
sus fuerzas, en sucesos internacionales próximo» á cum­
plirse é influir en la campaña: do aquí la alarma que
producía, no sólo en el catolicismo, sino en todos los
conservadores de Europa, la ley de. abusos del clero re­
chazada por el Senado de Italia; de aquí el interes con
que estudian los políticos la actitud de Persia, pais ale­
jado de los intereses europeos por su gobierno orien­
tal y su distancia, y el temor que inspira Grecia, po­
bre nación, que tiene la debilidad de la infancia en un
cuerpo decrépito, y las pasiones de la juventud. Una
desconfianza general mantiene de uno á otro Estado la
más activa vigilancia; nos hallamos en un período so­
lemne en que el más leve movimiento se teme que pro­
duzca un desequilibrio general: Europa es un enfermo
aprensivo á quien da pavor un estornudo.
Si el efecto producido eu Europa por la crisis ha
sido inmenso, por no estar fundada en hechos percep­
tibles y claros de la política francesa, sino en un acto
e.-pontaueo de la voluntad del presidente Mac-Mahon,
cuyo misterio no se explica nadie todavía, lo cual, com­
plicado con las amenazas de Alemania, justifica toda
clase de recelos; en Francia, donde el suceso interesa­
ba más de cerca, causó la excitación propia de un asun­
to tan grave y de un pueblo tan impresionable y no­
velero. Los periódicos han hecho tiradas de ejempla­
res qne ascienden ;¡ millones.- los fotógrafos han ven­
dido á millares las fotografías de los hombres hoy en
exhibición: Gambetta ha vivido constantemente ro­
deado de gentes que le seguían por todas partes y de
amigos qne le cercaban hasta en las horas propias del
descanso: las palabras de Julio Simón, Beranger, Víc­
tor Hago, Broglie, Fonrtou, pasaban rápidamente de
sus labios á la prensa noticiera antes de pronunciarse:
las damas abandonaban sus paseos para acudir á Yer-
sálles, donde los asientos de la tribuna se conquista­
ban con todos los recursos de la coquetería más irresis­
tible y exigente : en una tarjeta recibida por uno de
los individuos de la mesa del Congreso había estas dos
lineas:
«Ayer me preguntásteis qué lugar ocupabais en mi
corazón; debo contestaros qne nn lugar equivalente al
que me proporcionéis en la tribuna. »
La dama foé colocada en uno de los sitios preferen­
te?. Al salir la acompañaban dos amigos, cuando el di­
putado se presentó.
— Ocupáis el lado derecho de mi corazón, le dijo la
dama....
— ¿Cómo un lado ?
USTRACION. JU s PAÑOLA Y y ^ ME Í ^ I C AKA.
— Recordad que no estnve sola en la tribuna.
Algunos senadores y diputados fluctuantes se de­
clararon ministeriales por curiosidad, para asistir á la
reunión celebrada en el palacio del Presidente en los
primeros momentos de la crisis: los nuevos ministros
tenían que repetir cada diez minutos lo ocurrido en la
entrevista con el Presidente.
— Bien se lia vengado el mariscal Mac-Mahon de
los radicales, que le molestaron tanto en su último via­
je , decia un sujeto cuando se enteró del decreto de
suspensión de las Córtes: los lia reducido á silencio
por un mes.
— Peor es la situación del Ministerio caido, anadia
o tro : el Presidente de la República le invita indirec­
tamente á dimitir: le reemplaza por nn adversario po­
lítico: le hace graves acusaciones en nn mensaje á las
Cámaras, y suspende éslas para que M. Julio Simón
no pueda contestar: es decir, le despide de sn casa, le
hace atar de pies y manos, le inculpa públicamente, y
le corta la lengua.
— ¿ Cree Y. que estos sucesos tengan consecuencias?
reponía el primero. Hay mucha agitación: los mani­
fiestos de la izquierda del Congreso y del Senado con­
tienen amenazas embozadas al jefe del Estado. El nue­
vo Ministerio tiene, al parecer, significación bonapar-
tista : se cambian á toda prisa los prefectos....
—No podemos presumir lo que ocurrirá: desde lué-
go parece probable la disolución del Congreso de dipu­
tados : hoy por hoy, la mayoría de los franceses, aprue­
be ó no la política del jefe del Estado, están contentos
del suceso que amontona los curiosos en la estación de
Versálles, inspira á los tribunos, da asunto al perio­
dista, distracción á las señoras, espectáculos al gra­
nuja y conversación á todo el mundo.
—La verdad es, dijo una señora resumiendo, que
sin estas anomalías, la política no tendría animación
ni variedad: seria como el interior de esos corazones
frios y severos que laten siempre á nn compás, escla­
vos del deber, y en los cuales jamas sucede nada. No
es esto decir, añadió dulcificando su voz, que debamos
tener uu corazón de esos en los cuales parece que siem­
pre tocan á rebato: eso también es una desgracia....
qne no se puede remediar.
• ren las dolencias del pulmón que destruyen el cuerpo
• •
El decreto levantando en C ubad embargo de bienes
y loa destierros, ha sido recibido cu E-pafia con gran
satisfacción. Ya por ser nn síntoma de la pacificación
de aquella hermosa provincia, ántes tan sosegada y
próspera, ya por la grata impresión que siempre causa
todo acto humanitario v generoso. Sépanlo los cuítanos
insurrectos: hí la Península ha enviado sus soldados
para combatir á los qne retaron á la patria, lo hizo sin
odio ni rencor, como el hombre de honor que acude á
un duelo; lo hizo con pena, porque los adversarios eran
españoles, y sintió profundamente la dura necesidad
de combatir á los que hablaban su idioma, llevaban
sus apellidos y eran de su sangre y de su raza. Las
guerras entre hermanos son verdaderos lutos de fa­
milia.
** »
Ello es que el Estado debe y gasta m acho; que es
preciso pagar y adquirir nuevos recursos.
I*or ejemplo: nos dice un amigo muy querido, de
quien repetimos en este suelto las ideas: ya que las
corridas de toros son tan populares como innecesarias
y como funestas, pues en la actual temporada han pro­
ducido solo en Madrid cinco desgracias, y que sin em­
bargo no decrece la afición, ¿ por qué no se carga en
un ciento por ciento el precio de los billetes ? Los es­
pectáculos qne se prolongan con molestia del vecinda­
rio pasadas las doce de la noche ; los cafés que conti­
núan abiertos á esa hora avanzada, debían pagar con­
tribución en tal concepto, resarciéndose los dueños de
éstos con un aumento en los precios pasada la media
noche, como en las tarifas de carruajes; las tarjetas de
visita, las esquelas mortuorias, podían llevar nn sello
fácil de pagar, y asi como otros objetos de lujo ó va­
nidad.
Creemos qne merecería estudiarse la cuestión, ahora
que es oportuna, partiendo del principio de que es pre­
ciso crear recursos, y de que éstos'deben arbitrarse
principalmente en lo superfino, que por las condicio­
nes de la sociedad moderna, está muy extendido y pue­
de producir más de lo que generalmente se juzga. Bús-
quese bien el filón y se explotará una mina inagotable.
• ciedad de damas aristocráticas, niñas encantadoras, tí­
• «
Pensábamos dar mentalmente una vnelta por el
globo para desentumecer el pensamiento y recorrer
gratuita y fácilmente las mayores distancias, por ese
privilegio qne goza la imaginación de viajar sin pasa­
porte y tener entrada libre en todas partes, cualidad
preciosa qne nos permite forzar las puertas qne nos
cierran y visitar sin licencia de nadie el domicilio aje­
no. ¿Qué mayor distancia, dijimos sin embargo, para
extender el vnelo de la fantasía, que subir mentalmen­
te á los últimos pisos de las casas que ahora se cons­
truyen en competencia con la torre de Babel ? A bien
que no tenemos que subir en cuerpo y alma, como los
N.° XIX
desgraciados inquilinos, por esas escalas de Jacob á
que trepan carteros y aguadores con quebranto de sus
fuerzas y salud. Eu efecto, subimos imaginariamente
á un piso quinto, y creimos estar asomados al viaducto
de la calle de Segovia : los carruajes parecían cajas de
cigarros; los gastadores, solduditos de plomo; los árbo­
les, matas de perejil, y los caballos de alquiler no se
veian.
Y dijimos, en el aire, lanzando probablemente al
viento nuestras quejas:
— ¿ No se debería obligar á los dueños de esas fincas
á colocar en ellas, ó por lo ménos en las qne en ade­
lante se construyan, ascensores mecánicos por cuestión
de humanidad? Las enfermedades del pecho, cuyo au­
mento es alarmante, pueden provenir en parte de ese
sistema de construcción tan insalubre: exploten en
buen hora todo el espacio hasta las nubes los que
compran uu terreno, é intercepten la luz que Dios en­
vía para todos; pero obligúeseles, por lo ménos, á in­
troducir en sus fincas esa reforma establecida en todo
pais adelantado.
Los propietarios obtendrían mayor renta en sus lin­
cas, pues los pisos altos, que por la molestia de las es­
caleras tienen precios cortos, aumentarían sus alquile­
res, siendo preferibles por su luz, ventilación y vistas
á los cuartos inferiores, desde el momento en qne má-
uinas cómodas, movidas por diversis aparatos, ya hid­
ráulicos, ya de vapor, cuyo motor puede aplicarse á
la vez á diez ó doce fincas, elevasen insensiblemente al
inquilino á las habitaciones altas. Un sentimiento pa­
ramente humanitario nos hace recomeudar al Ayunta­
miento, á los arquitectos y á los propietarios la adop­
ción de este método en las nuevas construcciones, qne
debía ser obligatorio, y suplicar también á los demas
colegas que mediten este asunto, propagando la idea
con interes, en nombre délos adelantos modernos y de
la caridad. El repartidor de periódicos que distribuye
rápidamente los números, los vendedores que suben
esas interminables escaleras con pesados cestos en el
brazo; los mozos de cordel, los criados de servir que
entran y salen á menudo, y esas pobres mujeres enfer­
mizas que habitan las buhardillas, á las cuales llegan
con sus hijos en brazos, fatigadas y sin aliento, adquie­
más robusto en poco tiempo.
Invocamos la atención y la ayuda de la prensa en
favor de esta reforma.
No extrañamos qne la población de Madrid haya
aumentado tanto en poco tiempo, como qne hay dos
villas, una abajo y otra arrib a; pero bien considerado,
los que viven en los últimos pisos n<> debían estar em­
padronados: más que vecinos de Madrid, son habitan­
tes de la luna.
El propietario de una de esas casas quiso comprar
nn terreno para construir otra inmediata; pero su se­
ñora, con un instinto económico admirable, le con­
venció de qne podia ahorrarse la compra del terreno.
Y en efecto, el propietario ha decidido construir la
nneva casa encima de la otra.
•
+ *
■Recordamos haber visto, y tal vez usado, tarjetas tan
diminutas que sólo se podían leer con microscopio:
otras en madera, ó imitando nácar, y en cartulinas de
colores, con ó sin retrato. Hoy, aunque las personas
de buen gasto lo demuestran no dando importancia á
estos detalles, suelen ponerse escudos en una esquina
de las tarjetas, y áun cromos delicados y poéticos: un
litógrafo se propone introducir tarjetas con biografías,
y sólo falta ya colocar en las cartulinas la edad , el ár­
bol genealógico, el estado, la renta, nuestras señas
personales, y el boceto de la muchacha que nos guste.
Un periódico annncia que ha pasado la moda del
papel inglés apaisado con escudos y cifras de oro y
grana: un paso más en este lujo, y hasta los volantes
de oficinas se hubieran tenido qne escribir al márgen
de acuarelas de Fortuny.
#
* •
Los Barones de Córtes, en sn última reunión, pre­
sentaron á la distinguida concurrencia que se honra
con sn amistad una notable arpista, la Sra. Bernis, es­
pañola de nacimiento, pera que ha residido en Francia
desde sn niñez. Aun resuenan en nuestro oido con pla­
cer las armonías qne la blanca mano de la artista ha­
cía exhalar al delicado instrumento, ante aquella so­
tulos de Castilla, pintores y poetas. Música excelente,
versos leídos por Zorrilla, y uua dama que reúne toda
clase de bellezas, hermosura, talento, amabilidad y
distinción, haciendo los honores de la casa. El recnerdo
de aquella noche nos dejó la impresión vaga de esos
hermosos sueños en que flotan y se disputan el primer
lugar en la memoria rostros divinos, notas suaves, esen­
cias, flores, poesía, y todos los prestigios en qne el al­
ma se recrea.
• #
Dos triunfos simultáneos ha obtenido en Méjico
nuestra simpática compatriota Esmeralda Cervántes.
 N.° XIX pA
El musical no es», en resumen, para Esmeralda sino nno
nuevo entre los infinitos que ha alcanzado en bu breve
pero interesante vida artística. Sin embargo, la noche
en qne se presentó por primera vez ante la mejor so­
ciedad de Méjico, envuelta en gasas, ndornada de mar­
garitas y capullos de rosa, y con un magnifico collar
de perlas en la garganta, según refieren los periódicos
de Méjico, antes de conmover profundamente al audi­
torio con los sonidos de su arpa, y arrancarle aplausos
de entusiasmo, la hermosa niña habia ganado ya su
voluntad.
El dia anterior, un desdichado jóven esperaba en
capilla el instante de su muerte. Enterada Esmeralda,
busca una carta de introducción para el palacio presi­
dencial, y acompañada de bu señora madre se presenta
al presidente Porfirio Diaz, y pide con tan tierna per­
suasión gracia para el reo, que el jefe del Estado Be
conmueve, y le promete hacer en bu obsequio todo lo
posible, aunque sin adquirir el compromiso del perdón.
finco horas de angustia y ansiedad pasaron las dos
caritativas españolas sin que el indulto se acordase.
Ya la esperanza habia desaparecido, cuando un soldado
se presentó á ellas llevándoles un pliego. Abrirle, correr
á la cárcel y notificar al pobre reo su perdón, faé obra
de pocos minutos.
El infeliz, dominado por la idea horrible de la muer­
te, vaciló nn momento, no comprendiendo al princi­
pio que aquella niña rubia era el ángel de la vida.
Cuando pudo entenderlo, no encontró palabras para
expresar bu gratitud y su emoción.
— ¡Gracias! dijo, mirando fijamente aquel rostro
tan lindo ; pero no le pudo ver, porque el llanto cegó
sus ojos. Entonces, sollozando, tomó la blanca y pe­
queña mano de Esmeralda y la cubrió de lágrimas y
besos.
* •
— Cómo no asististe el domingo á la inauguración
del Manicomio de Carabanchel? preguntábamos ayer
tarde al Lunático.
— Iré más adelante, nos contestó con gran segu­
ridad.
El Director del establecimiento de I o cop , al despedir­
se cada uno de los convidados, ledeciucon amabilidad
y cortesía:
— Aquí tiene Y. su casa.
J osé F ernandez Bremon.
—r-=> ---------------
NUESTROS GRABADOS.
CRÓNICA ILU STRA D A I)E LA Q U ER RA .
En esta misma página hallarán nuestros lectores el
primer artículo especial de In Crónica de la ¡/tierra de
Oriente, que, como anunciamos en el número anterior,
perá escrita expresamente para este periódico por nn
distinguido literato, profundo conocedor de los países
donde se desarrolla, en Europa y Asia, la formidable
lucha entre rusos y turcos: cúmplenos. pneB, aquí ex­
plicar las ilustracimes de la misma Crónica, dejando
para nuestro nuevo y nprcciablc compañero de redac­
ción los comentarios y el resumen de las noticias reci­
bidas acerca de las operaciones militares.
Ampliando los datos relativos al Príncipe de Ttu-
mania, añadirémos qne, garantizado este titulo por
nn plebiscito, fué también reconocido por la Sublime
Puerta en 24 de Octubre de 1866. El Príncipe Cárlos
contrajo matrimonio en 15 de Noviembre de 1869
con la Princesa Isabel, nacida Princesa de Wied.
Al lado del retrato del Príncipe Cárlos de Ruma­
nia figura en la plana primera el de Ilobart Pachá, al­
mirante de la escuadra turca en el mar Negro.— El
honorable Angnstns Charles Ilobart es hijo del sexto
Conde de Buckinghamshire, par del Reino Unido, y
nació en Londres en 1822 ; entró al servicio de la Ar­
mada Real inglesa, llegando á obtener el empleo de ca-
ita n ; al estallar la guerra civil en los Estados-Uni­
os, dejando el servicio de bu patria, tomó el mando
del buque el Don, del Sur, y operó contra la escuadra
federal durante largos meses, y siempre con gran for­
tuna ; cuando la insurrección de los cretenses, en 1867,
jasó al servicio de la I'nerta, y el sultán Abdul-Medjid
e confió el mando de la escuadrilla que debía bloquear
a isla de Creta, y entonces el Almirantazgo inglés, en
virtud de reclamación del Gobierno griego, trasladada
en una instancia del Foreing Office, borró el nombre de
M. Hobart de la lista de los oficiales británicos; en 1874
el mismo M. Hobnrt dirigió una carta á lord Derby,
reconociendo qne habia cometido una falta de discipli­
na al aceptar el mando de aquella escuadra sin consen­
timiento del Gobierno inglés, y suplicando que le fuera
devuelto su empleo, y hace poco tiempo los lores del Al­
mirantazgo han resuelto favorablemente aquella recla­
mación, reinstalando á Mr. Augustos Charles Ilobart
en el cargo de capitán de marina de la Oran Bretaña.
Concédensele grandes dotes de valor y actividad, y es
considerado como nn marino muy hábil y práctico.
Los dos primeros grabados de la pág. 332 represen­
I lustración pspAÑOLA y A
tan la salida de Constantinopla, con dirección á su
país, del personal de la embajada rusa en dicha cajú-
tal, y la entrada de Mr. Lajard, nuevo embajador in­
glés, en la misma ciudad.
Excitados los ánimos d e los turcos, la embajada
moscovita salió de la anticua Bizancio ánn ántes de
que el ejército ruso del Sud hubiese abandonado bu
campamento d e Kischineff, y las águilas del Imj>erio,
emblemas que adornaban la portada principal del pa­
lacio de la embajada, fueron cubiertas con fundas de
espesa tela, entre los silbidos del fanát ico j>opulacho.
Mr. Layard,que ha dejado en Madrid tan gratos
recuerdos por su ilustración, su prudencia y bu bonda­
doso carácter, llegó á Constantinopla el dia anterior al
en que se notificó á la Sublime Puerta la declaración
de guerra; fué recibido en el arsenal, al desembarcar,
por una numerosa comisión de generales y oficiales
turcos, celebrando después una larga conferencia con
el ministro Edhem Pachá, y en el dia siguiente se diri­
gió al palacio imperial para ofrecer bus respetos al Sul­
tán. Un pueblo inmenso, que presenció el paso de la
comitiva dijilomática por las calles de Pera, Stambul
y Galata, victoreó al nuevo ministro de la Gran Bre­
taña.
En la misma pág. 332 presentamos vistas de laB for­
talezas turcas de Nikopolis y Ruschutk, sobre la orilla
derecha del Danubio: de la plaza primera ya hemos
hablado en el núm. X V II de L a I lustración, con­
cretándonos aquí á llamar la atención del lector hácia
esta vista de la fortaleza, qne pone de manifiesto las
grandes dificultades con qne deben tropezar los rnsos
al verificar el paso del Danubio; la segunda es una im-
portanteciudad, fuerte jx>r sn posición y más aún j>or
las grandes obras de defensa qne han sido construidas
últimamente. Su pnerto, mny concurrido, es una de las
principales estaciones comerciales en el bajo Danubio.
Dos grabados más, alusivos á la guerra, figuran en
la pág. 310 : el primero representa nn destacamento
de cosacos qne descansan de las fatigas de nna rápida
marcha, en el camino de Galatz á Barboch; el segun­
do es una vista de Kars, en la Tnrqnía Asiática, to­
mada desde el interior de los fuertes.
Los dos puertos de Trebisonda y Batoum. en la cos­
ta S. E. del mar Negro, y las dos plazas del interior,
Krzerum y Kars, forman un cuadrilátero de imponen­
tes defensas, que jionen á cubierto gran jmrte de la
Armenia y el Lazistan. La ciudad de Kars lia sido ob­
jeto de rudos ataques en las últimas gnerras tnreo-
rusns: c,n 1829 fae tomada, así como Erzernm, por
el general I’askiewitch; en 1855, la guarnición tur­
en, á las órdenes del general inglés ttir W. Fenwick
Williams, nsisfido de los coroneles Lako y Teesdale,
y auxiliado por nn cuerpo de tropas húngaras, al mando
de los generales Kmcty y Gnyon, se defendió heroica­
mente desde Junio á "fin de Noviembre contra el nu­
meroso ejército ruso que la asediaba, á las órdenes del
célebre Mouravieff, rindiéndose finalmente por falta ab­
soluta de víveres y municiones. Hoy está sitiada nue-
vameute por otro ejército ruso, bajo la dirección del
general Lqris Melikoff.
La explicación délos grabados de la pág. 341 va in­
cluida en el artículo citado, Crónica de la guerra de
Oriente.
F . P lanté y J . S e r v á is . (V éase la p ág . 338.)
D is t r ib u c ió n df. p r e m io s e n Loe Juegos florales
de B a rcelo n a . (V éase la p á g . 342.)
A N IV ERSARIO CCCI.XXI D E L FALLECIM IEN TO DE COLON.
Apuntes del monasterio de Santa María de la Rábida.
El 20 del actual, dia en que trazamos estas lineas,
se cumplen 371 años desde que el gran Cristóbal Co­
lon, descubridor de América, exhaló sn jjostrer aliento
en una miserable casa-jiosada de Valladolid, — hoy des­
tinada á alojamiento de vacas y de borras.... (Véase el
número xix de L a I lustración de 1875.)
Mejor lia sido el destino del convento de Santa Ma­
ría de la Rábida, cerca de Palos de Mogner, donde
halló Colon nn protector decidido y un amigo leal y
cariñoso: Fr. Juan Perez de Marchena. Hoy, sin em­
bargo, cuando se examina aqnel mudo testigo de nna
tan singular gloria de nuestros antepasados, si asoma
en primer término el sentimiento patrio acompañado
de noble orgullo, llénase despnes el alma de abatimien­
to y amargura al establecer comparación entre la po­
derosa Castilla de eutónces y la desventurada España
de ahora.
¡ En los mismos mnros del convento de la Rábida he­
mos leído esta inscripción trazada allí por mano extran­
jera: Oa cst lafi'ere Espagne de Charles 17.... La Rá­
bida, dans son langage muef, dit gueUe n y est pas....’.
En la pág. 336 damos varios grabados que pueden
titularse, eu conjunto, Apuntes de una visita al con­
vento de la Rábida, segnu eróqnis remitidos por don
Felipe Masó, distinguido artista eatalan, admirador
entusiasta del insigne Almirante.
Ahí aparece el escudo de armas de Colon, rodeado
de los grillos qne debió el inmortal descubridor de
m e r ic a n a . 331
América á la maldad de los hombres; ahi se reproduce
el exterior del convento de la Rábida, y la cruz de hier­
ro. ante la cual se descubren respetuosamente los pa­
sajeros, que regaló á Colon el P. Marchena, al volver
aquél de su primer viaje; ahí se representa, en fin, el
interior de la celda que habitó en el monasterio el des­
deñado loco qne dió un nuevo mundo á España; el ex­
traño tintero de mármol que usaba el pobre marino
cuando escribía sus memorables instancias á la córte
do Castilla; la Real Pragmática que expidieron los
Reyes Católicos para reclutamiento de gente con des­
tino á la primera expedición á trax'es del Océano des­
conocido.
El conx-ento de la Rábida, amparo segnro del ilostre
genoves. ha sido restaurado hace algunos años por ini­
ciativa del Sr. I). Mariano Alonso del Castillo, gober­
nador que fué de la provincia de TTnelva. y con fon­
dos reunidos por suscricion provincial, ni frente de la
cual figuraban los nombres de SS. AA. RR. los Seño­
res Dnqnes de Montpensier.
MAN R E 8 A : P E R E G R IN A C IO N Á LA CUEVA
D E SAN IGNACIO.
Alzase la linda ciudad de Manresa, en la provincia
de Barcelona, á orillas del Canloner, qne lame sus vie­
jos muros, y asc-gnran algunos cronistas dignos de fe
qne se halla edificada en el solar de la primitiva íes/m,
la Aesona qne cita Ptolomeo, y qne fné llamada Mi-
norisa en tiemjios posteriores.
_Cayó en poder de los mahometanos en los tristes
dias de la irrnpcion general de la Península, y fué
recujierada por los soldados de Lnis el Bondadoso eu
el año 797, y titulada luégo capital del condado (le
igual nombre por áVifredo I. en 876; en las alteracio­
nes ocurridas en Cataluña durante el reinado de don
Juan II de Aragón defendió la bandera del desven­
turado Príncipe de Viana, y en la guerra de sucesión
se decidió á favor del Pretendiente austríaco, mante­
niendo lealmente sn enseña basta que la ocuparon las
tropas de 1). Felipe V en 1714; en el mismo mes de
Mayo de 1808, pocos días deRpues del alzamiento de
Madrid, jironunciáronHe los mnnresanos contra el fran­
cés invasor, y quemaron públicamente los decretos de
Napoleón I ; y en la memorable noche del 30 de Mayo
de 1811, el ninriscal Mucdonald, que se retiraba á
Barcelona, la jiuso fuego, quednndo reducidas á ceni­
zas más de 800 casas, sin (pie lograran evitar aquel
lamentable siniestro los generales españoles Karsfiel y
Barón de Eróles, que acudieron en socorro de la plaza,
y cuyas trojias persiguieron después á los soldados in­
cendiarios basta cerca (le la ciudad condal, causándo­
les grandes pérdidas.
Posee Manresa excelentes edificio», y son los prinei-
pales lanntigua iglesia colegial do Santa Min ia de La
Seo, y el toinjilo denominado Cueva de San lguarió de
Logóla, y á esto último se refieren los grabados que
(copia de fotografías directas; damos en la pág. 337.
Es la <‘neva de San Ignacio nn vasto edificio de pie­
dra, adornado interior y exteriormente con numorosaa
estatuas y relieves, algunos de mncho mérito ; adheri­
da á él está la iglesia, espaciosa y bien proporcionada,
pero de mediano gusto arquitectónico; en esta iglesia,
hácia el lado del Evangelio, hay nna puerta qne comu­
nica con otra iglesia más pequeña ó capilla interior, y
allí se encuentra la entrada á la Cuera de San Ignacio:
ésta conserva todavía su forma jiriraitiva, en el pavi­
mento, en las paredes y en la bóveda, pero en el cen­
tro se ostenta un bello y rico altar de mármol, donde
aparece á la x'eneracion de los fieleB una iwágen del
Santo, en actitud de escribir.
En dicha Cueva fné donde el antigno y valeroso sol­
dado de Cárlos V, ya desengañado de las jtompas y
vanidades del mnndo, permaneció largos días en la
oración v la penitencia, y escribió sus lamosas Consti­
tuciones de la Compañía de Jesús.
Sabido es qne numerosos católicos catalanes han vi­
sitado en peregrinación, en los primeros días del mes
actual, esta Cueva de San Ignacio, dirigiéndose des­
pués á la iglesia de Nuestra .Señora de Montserrat, y
nadie ignora los escandalosos atropellos ocurridos eu
Sahadell, cuando los peregrinos volvían á sus hogares.
En la misma pág. 387 jiresentamos nna vLta cene-
ral de Manresa tomada desde el sitio llamado Balcón
de San Pablo; un croquis que representa la casa de
Campo denominada La Calla, antigua eoustrnceion
qtie conserva todavía el severo asjjecto de una fortale­
za feudal, y la fachada principal de la Casa de la Cin-
dad , en la plaza Mayor ó de la Constitución.
E ü 8E b io M a r t ín e z de V kla sco .
CRÓSICA DE LA GUERRA DE ORIENTE.
I.
Otra vez ha pnesto las armas en la mano á los tur­
cos y á los rnsos la antiquísima cuestión de Oriente;
otra vez los raias se han sublevado contra su señor;
por los Dardanelos ya no pueden pasar las pacificas
naves que iban á Crimea á buscar pan para Enropa;
 pA J l USTRACION. JpSPAÑOLA Y f i s i E f{l CA N A. N.* 5 IX

CRÓNICA ILUSTRADA D E L A G U E R R A DE O R I E N T E .

CON STA NT INOP LA. — ha m u a dk la e m b a ja d a huma y acto d e e n f u n d a r lab Aq u il a s d e l im p e r io e n l a po r ta d a d e l p a l a c io .

Entrmln <|i>I nuevo cmlnjnilor ìiirK-« Mr. Layanl.

NIKOI’OLIS.— VISTA DE LA FORTALEZA Y DK LA ORILLA IZQUIERDA DEL DANUBIO, TOMADA DESDE EL SUDESTE.
 N." A IX
FR A N C IS P L A N T É ,
en el Danubio, deW idin á Kilia.y de Kalafat áSulina,
acampan los ejércitos enemigos. Los monitores turcos
bombardean las ciudades rumanas; las baterías rusas
echan A pique los buques del Bnltnn ; las flotas otoma­
nas llevan la destrucción y la muerte por las cOBtas de
Crimea; en las gargantas del Cáucaso chocan razas
diferentes, y en nombre del Tsar se establecen funcio­
narios civiles en las ciudades armenias de que se van
apoderando.
Salen palabras amenazadoras del parlamento inglés;
B A R C E L O N A .— DISTRIBUCION DE p r e m io s á lo s
J l u s t î ^a c i o n JS s p a n o l a y /Am e r i c a n a .
pianista.
en el Foreing Office se escriben notas enérgicas; de los
puertos y arsenales de la Gran Bretaña nos vienen ru­
mores Hombrios. Alemania tiene un silencio de esfinge;
Francia tiene que olvidar que sus soldados hun estado
en Alma, en lukermau y en Malakof, y que b u s llotus
han combatido con gloria en Navarino. En Austria, Iob
croatas reciben al Archiduque Alberto al són del him­
no nacional ruso, y los húngaros vitorean A loseoftas y
Ies llaman hermanos.
De Creta y de Tesalia vienen vientos de guerra; en
POETAS LAUREAD08 EN 1 08 Juegos Florales,
(C reáis de D. A. Rlgalt )
on«
JOSEPn SERVAIS, vioUüfCKUHTA.
las montañas de Bosnia y de Herzegovina se rennen
los insurrectos ; el principe Nicolás habla en su mani­
fiesto A los tzernagortas del vindica Pedro y del gos-
podar Danilo; los búlgaros se preparun A levantar el
pendón del León coronudo y A defenderlo con treinta
mil fusiles ruHos. Dicen que la obra de paz de Mr. de
Lesseps va A oir fragores de guerra; dicen que Bernia
tiene por objetivo ABagdad; que el Afganistán no quie­
re más protectorado ingléB; que Ynkuhbeg vacila en­
tre Rusia y Turquía, y que miéntras Europa se visto
c el e b r a d a e n e l t e a t r o p r i n c i p a l , e l G del c o r r ie n t e .
 ] lustracio^
con terror de luto, óyense cínicas carcajadas en los Es­
tados-Unidos, producidas por la esperanza del lucro.
¿ Qué va á ser de Europa? Qué nueva mancha va á
caer sobre el siglo xix, tan orgulloso de sus adelantos y
tan impotente para arrancar las mortíferas armas de
las manos j el odio de los corazones de los pueblos?
¿Qué quieren los que luchan? ¿Qué lia persignen los
pueblos cuyo porvenir pende de una batalla? ¡ Cuánto
problema para los que van á buscar el origen de una
lucha que trae á batirse en el Danubio, como encarni­
zados enemigos, á pacíficos campesinos de las orillas del
Vulga y del Eufrates! ¿Es el Emperador Alejandro II
un ambicioso vulgar? ¿Provoca por deseo de engrande­
cimiento esta lucha terrible despules de más de veinte
anos de pacífico reinado? ¿Eran hipócritas las copio­
sas lágrimas que derramaba al oir ante su ejército leer
al obispo de Kischeneff su manifiesto de guerra? ¿Ose
ve arrastrado por la necesidad de los tiempos al fin á
que tendieron los enérgicos impulsos de su padre Ni­
colás I y de sus abuelos Pedro el Grande y Catalina 11 ?
La nación rumana, apénas constituida, ¿desea sólo
mostrar su bandera y estrenar sus cañones, ó cree lle­
gado ya el momento de reivindicar su independencia
y alcanzar solnciones preparadas con constancia y es­
peradas con fe ?
¿ Por qué resuenan voces de alegría en Croacia al
pié de la estatua de Ban Jellachich ? ¿ Por qué salen
gritos de rencor mal comprimidos del pecho de los
húngaros? ¿Qué cnestion es ésta que produce tan
opuestas manifestaciones en súbditos de un mismo
Emperador? ¿Por qué conmueve de tal modo á Euro­
pa la insurrección de unos cuantos campesinos prote­
gida por la invasión de un ambicioso?
La cuestión de Oriente no es ya lo que en otro tiem­
po era ; yn no cabe más que en inteligencias vulgares
el temor de ver á Rusia en el Mediterráneo; ya los
pueblos sometidos al Sultán no son labriegos cansados
de un yugo cruel y próximos á echarse en brazos de
Rusia ó dé Austria para mejorar de dueño. Esos pue­
blos han recordado su historia; han descubierto y
aprendido su lengua, y al abatir de sus villas y fortale­
zas el estandarte de la Media Luna, ya no miran al águi­
la dedos cabezas como á faro de salvación. Hoy los
rumanos tienen la vista fija en la columna de Trajano,
en donde está escrita la historia de los legionarios ro­
manos, de quienes son hijos; todos los sérbios (1) mi­
ran el estandarte que paseó Duschan el Fuerte por la
península llirica, y que cayó con gloria en el triste dia
do Kossovo; los griegos recuerdan sn edad heroica, y
los búlgaros quieren volver A levantar la bandera que
á su emperador Sisman arrancó Bayaccto I.
Ritos son los hechos (pie hay (pie tener en cuenta
para estudiar con seriedad la guerra de Oriente.
Mientras el ejército ruso no haya atravesado por
completo el Danubio; miéutras en Asia las operacio­
nes militares no pasen del cerco de Kara ó de escara­
muzas en las ciudades fronterizas, creemos que será
más interesante para nuestros lectores una noticia his­
tórica, tan breve como la índole de esta crónica re­
quiere, de los pueblos en cuyo Ínteres se riñe esta gran
batalla, que la cuenta de los cañonazos que diaria­
mente disparan los ejércitos del Gran Duque Nicolás
y del Gran Duque Miguel. Lo que hasta ahora han
hecho las baterías rusas de Kília, de Reni, de Galatz
y de Braila. batiéndose con los monitores turcos, y lo
que desde Kalafat, Giurgevo y Otenitza hacen los ru­
manos respondiendo á hostilidades, por cierto bien
merecidas, no es más que un duelo á cañonazos, sin
ínteres militar ni histórico.
Para quien quiera estudiar filosóficamente lo que á
orillas del Danubio está pasando, lo que más ha de
llamar su atención es la bandera tricolor (2) que al
lado de la rusa se enarbola; es ese pueblo que en Orien­
te tiene nn nombre que semeja al de la antigua señora
de Occidente; es esa lengua neo-latina hablada en
medio de los pueblos germanos, eslavos y orientales.
¿De dónde vienen? ¿Quiénes son? ¿Qué quieren?
Casi las primeras noticias que de esas regiones te­
nemos son del comienzo de nuestra era. Pocos años
ántes de ella, Ovidio, desterrado al Ponto Euxioo,
exhila-sus amargas quejas en sus poéticas y sentimen­
tales Tristes; nadie le euLiende; los bárbaros le insul­
tan : nada puede curar la nostalgia del poeta.
Un siglo más tarde Trajano marcha con sus cohor­
tes á vengarse de los dacios, que habían derrotado á
Domiciano y habían impuesto tributo al imperio. El
año 1 0 1 : la 1.“ legión ó Minerva, la ó.12ó Macedónica,
(1) B o s n ia , H e r z e g o v in a y M o n te n e g ro fo rm a ro n p a r t e d e l
a n t ig u o I m p e r io d e S é rb ia .
S e r b ia , co m o h em o s d ic h o e n u n a o b r ita re c ie n te m e n te p u ­
b lic a d a c o n e l tit u lo de l a s E slavos y T u r q u ía , d e b e e s c rib irs e
c o n b y n o c o n r, a s i n o s lo d ic e L u i- L c g e r, e l ilu s tr a d o a u t o r
d e Cyrille e t MUode ; I r Monde Store y ('.untos estovas de
Jlohemia. T a m b ié n lo e s c rib e n a s i S a in t K en é T a i l l a n d i e r , en pados Danubianos hasta el tratado de París, en el que
L a Serbie au X I X siècle; F r il le y y W T ahovitj, e n t e Monte-
negro contemporain; A lb e rt D u m o n t, e n Le Hulean et V A dria­ se les puso bajo la garantía colectiva de las potencias
tique ; 8m le d e U ir a r d in , e n L a Honte de C Europe; e l P r in c i­ signatarias.
p e <îo r ts -hacoff, e n su s N o ta s d ip lo m á tic a s , y e n g e n e r a l c u a n ­
to s h a n id o á b u s c a r c l o rig e n h is tó ric o y le x ig rá fic o d e e s ta
p a la b r a .
(2 ) A z u l, a m a r i l l a y e n c a r n a d a .
JSs p a ñ o l a y ^ m ericana.
lu 13.“ ó Melliza, la 7.“ ó Claudia, con diez cohortes
pretorianas y con auxiliares bátavos y germanos, for­
mando entre todos un ejército de 60.000 hombres,
atraviesan el Danubio por Gradisca, y después de se­
ñaladas victorias se apoderan de la capital enemiga y
conceden la paz á los dacios, después de castigarlos.
Esta expedición duró hasta el año 103. En el in­
vierno de 101, de nuevo el Emperador andaluz tuvo
que llevar sus armas al Danubio; pero esta vez los
ejércitos romanos no van sólo con la intención de cas­
tigar y amedrentar á los bárbaros: van á dar una nue­
va provincia al Imperio. Trajano entra por el valle
del Aluta en los Karpatos, derrota completamente á
los dacios, envía á Roma la cabeza de su jefe Decébalo,
y extermina completamente á ese pueblo, de quien no
vuelve á hablar la Historia.
Para evitar que los bárbaros ocupasen otra vez el
territorio conquistado, Trajano fundó cuatro colonias
y Severo una. El Digesto, en su título xv, nos lo dice y
nos lo prueba.
De esas colonias desciende el pueblo rumano; del
latin corrompido viene su lengua.
Desde 10-1 á 274 podemos seguir perfectamente la
historia de esas colonias; en la segunda fecha que aca­
bamos de citar, Aureliano abandona la orilla izquier­
da del rio á los bárbaros, y entre ellos se pierden las
colonias de legionarios. Concluye el Imperio de Occi­
dente; por Rumania pasan tribus y ejércitos ; los tur­
cos invaden á Europa, y la nación moldovalaca, como
acaba de decir el Príncipe Carlos al contestar al men­
saje del Senado rumano, defiende, durante siglos, la ci­
vilización cristiana á las puertas de Oriente.
Hasta hace muy poco tiempo no teníamos de ese
pueblo más noticia que la de los historiadores turcos,
húngaros y polacos, tan interesados en presentárnoslo
bajo un aspecto falso.
>Sicai, el autor de las Crónicas rumanas, el que ha
desempeñado en su pais el mismo oficio que Muratori
en Italia, que ios benedictinos en Francia y que los
cronistas en España, nos señala la vida de los rumanos
entre los turcos, los eslavos y los húngaros, á pesar de
estar confundidos con ellos, como señalan los geógra­
fos el curso del Ródano, á pesar de atravesar sus aguas
las del lago de Ginebra.
Sicai saca la historia de ese. pobre pueblo de sus can­
tos, de sus dantas, como los eaíavophilos lian sacado la
historia de los serbios de los piesmes de la Sohumadia
y de la Montaña Negra.
En Sicai podemos seguir á los rumanos Aun en el
tiempo en que estuvieron perdidos entre los bárbaros;
volvemos á encontrar á los jefes de las treinta y cinco
fortalezas, á pesar de haber sido absorbidos por Rizan­
do ó haber vivido aliados al Imperio búlgaro; con más
certeza ya los encontramos en el siglo x m , cuando
Radul Negra y Bogdam bajan á las llanuras y consti­
tuyen los principados de Moldavia y de Valaquia.
Los rumanos llaman á ese movimiento el segundo
descendimiento de su raza, considerando como prime­
ro la invasión de Trajano.
Rumania llega á su apogeo durante el reinado de
Estéban el Grande ; éste lucha con húngaros y polacos,
contra los cuales defiende la Transilvania, la Bucowi-
na y la Besarabia, provincias rumanas que pertenecen
ahora á los herederos de aquellas dos nacloues, que b¡
viven esclavas de otras, debe ser en justa expiación del
mal que á la civilización han hecho con su ambición,
que no permitió en su dia que se uniesen los cristianos
contra esos mismos turcos á quienes hoy quieren de­
fender ; ese valiente jefe cristiano derrota en Racova
el 17 de Enero de 1475 á Mahomet I I , conquistador
de Constantinopla, explicándonos el conocimiento de
su historia, porque se detuvo en su invasión el que
amenazaba arrollarlo todo.
Quisiéramos poder disponer de espacio bastante para
reseñar la época gloriosa de Rumania, para ver lo que
ha sido y lo que pretende ser ese pueblo, en quien hoy
tiene fija la vista Europa.
Quisiéramos reseñar las batallas, los pactos y las le­
yes de tiempo de Estéban el Grande y de Miguel el
Bravo, cuyo reinado fné el último rayo del sol ruma­
no. Ambicionado el territorio moldo-valaco por los cris­
tianos, atacado por los turcos, tuvo-que sucumbir, á
pesar de la prudencia de Basilio el Lobo y de Mateo
Bassaraba, y se sometió al Sultán.
En tres époeas hay que dividir su historia desde que
pertenece á Turquía; primero es sacada á subasta cada
tres ó cuatro años entre los griegos phanariotas, que
esquilmaban el pais y se enriquecían sin cuidarse para
nada ni de defenderlo ni de administrarlo ; á ese régi­
men siguió el de la protección rusa, hecha efectiva en
tiempo del emperador Nicolás, después de la victorio­
sa campaña de 1829.
E l Reglamento orgánico, consecuencia del tratado de
Andrinópolis, ha sido la Constitución de los dos princi­
Libres Moldavia y Valaquia de la tiranía turca y
de la protección rusa, tan contraria á sus intereses
como aquélla, han progresado muchísimo en estos úl­
N.° XIX
timos años. El conocimiento de su historia, la comuni­
dad de origen y de lengua, y las necesidades geográfi­
cas, han hecho lo que debía ser, y los dos Principados
se unieron virtualmente, proclamando eu Enero de 1859
líospodur de Moldavia y de Valaquia al príncipe
Couza.
Dos años despnes.en .Ta-syy en Bukarest declararon
los representantes del pueblo que Iob dos principados
danubianos no formarían en adelante más que uno so­
lo con el nombre de Rumania.
Las potencias reconocieron la unión, aunque hacien­
do reservas respecto al nombre que parecía querer in­
dicar tendencias á reivindicar las provincias de raza
rumana que pertenecen á otras naciones.
El principe Couza gobernó hasta 1800: eu Febrero
de dicho año una revuluciou le destituyó y proclamó
Domnitor ó Principe reinante de Romanía á Carlos de
Hohenzollern Sigmaringen, por el plebiscito de 30 de
Marzo. Carlos I, cuyo retrato publica L a I lustración
en su página primera, nació en Düsseldorf (Prusia) el
20 de Abril de 183!). Proclamado Principe, como aca­
bamos de decir, el 22 de Mayo de 1860, hizo su entra­
da trinnfal en Bukarest.
En los once años que hace ocupa el trono de Ru­
mania, todos sus esfuerzos han tendido á difundir la
instrucción, á fomentar la industria y el comercio, á
abrir nuevas vías de comunicación^ á crear un ejér­
cito que hiciera respetar á Rumania en el dia de la
prueba. En once años ha conseguido que una potencia
hecha oriental por los torcos se convirtiera en occi­
dental por la civilización ; ha procurado aflojar los la­
zos que ligaban su nueva patria al conquistador asiá­
tico. Ahora quiere romperlos por completo, y en el
esfuerzoqneal lado délos ejércitos del Tsar haga, he­
mos de seguirle con interes todas las naciones llamadas
latinas; porque en los rumanos vemos descendientes
de aquellos legionarios romanos que nos impusieron
la civilización y la lengua de la señora del mundo
antiguo.
• •
A última hora no hemos recibido ninguna noticia
importante del Danubio. Los rasos, según los últimos
telégramas, han logrado con sus baterías y con los tor­
pedos dejar libre el rio desde Braila y Reni. Los mo­
nitores que hostilizaban á esas poblaciones se han reti­
rado á Ismail y al canal (le Matchiu.
El ejército invasor ha llegado por el Oeste hasta Sla-
tinu, ciudad situada á orillas del rio Ahita. Desde allí,
según parece, una parte se dirigirá al Danubio, A Tu-
ru-Magureli y A Simnilza, y la otra irá A Krajova, A co­
operar con el primer cuerpo de ejército rumano man­
dado por el general Lupa, que tiene allí su cuartel ge­
neral. El que se dirige al Danubio tiene un camino
muy bueno; el que vaya á Krajova puede usar el fer­
ro-carril.
El efectivo del ejército ruso lia recibido gran au­
mento. Al principio se componía de cuatro cuerpos de
ejército (7.°, 8.", 11.° y 12."); ya han recibido orden de
ponerse en camino cuatro más (4.°, 9.°, 13.° y 14.").
Uno de ellos ya ha pasado por Jassy. Esto elevará el
número de soldados rusos en la línea del Danubio A
280.000.
Para el dia 25 es esperado el Tsar en el ejército del
Sur; después de la revista que les pasará su soberano,
empezarán las operaciones de uua manera formal. En
Asia es donde parece que se llevan ya seriamente; pe­
ro de las encontradas noticias de los cuarteles genera­
les y de las agencias poco se puede sacar en claro. Es
preciso aguardar á que los acontecimientos confirmen
ó desmientan dichas noticias.
El ejército del Cáncaso se compone de 115.000 hom­
bres de infantería, 20.300 caballos y 370 piezas de
artillería, de las cuales G4 son de sitio, de grueso cali­
bre. Está mandado por el Gran Duque Miguel, y se
divide en dos cuerpos. El primero, á las órdenes del
general Loris Melicof, ha salido de Alexandropal hácia
Kars. Esta ciudad, cuya vista publica la I l u s t r a c i ó n
en su página 340, es la capital del Sandjak ó provin­
cia de su nombre; tiene unos 15.000 habitantes, y es
plaza fuerte, llave del camino que conduce á Erzerum.
Es el primer obstáculo serio con que tropieza un ejér­
cito que invade la Auatolia por el Norte. Los rusos
se apoderaron de ella eu 1829 y eu 1855, pero tuvieron
que devolverla al hacer la paz.
El segundo cuerpo, mandado, según creemos, por el
general Tergukasof, ha partido de Erivan y tieue por
objetivo á Erzerum, en donde se reunirá con el prime­
ro, si éste logra apoderarse de Kars ó inmovilizar al
ejército turco que defiende á dicha fortaleza.
Ademas de estos dos cuerpos, una fuerte columna
opera en combinación por el Oeste por el lado de Ba-
tonm. Esta, parece ya probado, á pesar de las negati­
vas de los rusos, ha sufrido un descalabro; pero cree­
mos que no tiene la importancia que se le ha querido
dar y qne no hará variar el plan de operaciones.
Batoum, que nuestros lectores pneden ver represen­
tado en lapág. 341, es un importante puerto del mar
Negro, punto de reuniou de la escuadra otomana que
está bombardeando los puertos de la costa pertenecien­
tes á los rusos.
 N.° XIX pA |l u s t h a c i o t ^ ]5s p a ñ o l a y ^ m ericania. 885

Las fragatas coraceraa turcas lian reducido á ceni­ calm ada la especulación que pueda despertarse con el a li­ proyectos de pensiones, debidas á los Diputados de la N a­
zas, según confiesan los telégramas de San Peterabnr- ciente de la amortización. ción; generosa se m anifiesta la iniciativa parlam entaria
go, el puerto de Sonkonm Kuleh. En lo que no están Si el cuartillo por ciento en todas las transacciones cuyo en medio de los graves apuros de nuestro Tesoro y de las
valor m onte á 20 pesetas, excepción hecha de letras de
conformes es en si el desembarco de los turcos ha sido cambio y talones por cuentas corrientes y depósitos, llega­ cargas que gravitan sobre los contribuyentes.
coronado de éxito. Si fuese cierto que los turcos han ra á producir una sum a anual do im portancia, los acreedo­ No fné obstáculo la festividad del dom ingo para que la
desembarcado circasianos emigrados, podría tomar in­ res Jel Erario tendrían perfecto derecho á reclam arla como ju n ta de tenedores de la Deuda celebrase sesión, acordán­
dose unánim em ente apoyar con toda eaergia el proyecto del
cremento la insurrección que dicen ha estallado entre aum ento á sus reducidos intereses; y en el caso de que este Sr. Arnnaz como un pensam iento que moral y m aterial­
los tcherkeses y tchetchenses sometidos á Rusia. Esto arbitrio fuere insignificante, sólo se lograría rendir culto á m ente ha de contribuir al enaltecim iento del crédito, por
crearía una grave dificultad al ejército del Cáucaso. un principio inm oral, sin otro efecto que el que pueda oca­ más que la nueva tributación produzca tanto ó cuanto y
Nuestros lectores podrán furmarse una idea clarísima sionar una gota de agua en el océano de nuestra Deuda. haya do tropezar en su planteam iento con algunas difi­
de lo que son esas regiones, viendo en la pág. 841 el todosTéngase ademas en cuenta que el cuartillo por ciento en cultades provenientes de nuestro especial carácter. Todos
los colaos y pagos, para sum ar 10 millones de pese­ los que terciaron en la discusión rindieron nri tributo de
aspecto agreste de sus montanas y las dificultades con tas en bruto, necesita ejercerse sobre 4 mil m illones «le p e­
que tiene que luchar un ejército en ellas. justicia al principio consignado en la proposición del d ip u ­
setas, á que no alcanzan las operaciones intervenidas por tado de la m ayoría, cuya iniciativa había hallado la más
En una de nuestras próximas crónicas hemos de ocu­ el fisco, escapándose de la tributación todas las transaccio­
g rata acogida entre los acreedores extranjeros; y tra s do
parnos de la historia de esos pueblos tan interesantes, nes particulares, cual lo com prueban los sellos de ventas elevadas y prácticas consideraciones, con ejemplo de lo
y de los esfuerzos que han hecho los rusos para domi­ que la Adm inistración abandona en este presupuesto por ocurrido en In g la terra , vertiéronse trascendentales ideas
nar á orillas del Terek, en los desfiladeros de Kasbek poco productivos, y los recibos de nuestros caseros, gene­ sobre la influencia que todo progreso en la cuestión econó­
y en las montañas del Daghestart. ralm ente faltos de este requisito legal. mica habí» de ejercer en la estabilidad del Gobierno, h a ­
Faltándonos espacio, diremos para concluir que los imPreferim os á este proyecto cualquiera otra tributación ó
puesto de resultados menos contingentes y m ás inm edia­
ciendo desaparecer la acritud política oposicionista. Adop­
puntos importantes que en territorio turco ocupan los to s, sin destino especial, y q u e, nutriendo sólidamente táronse en consecuencia algunas medidas de órden interior
rusos son : IJajazid, capital del Sandjah de su nombre; nuestros ingresos, afiance el cumplimiento de la ley de 21 para dar m ayor fuerza al proyecto del cuartillo, y tam bién
Kaglrzman, capital de distrito en el Sandjak de Kara; de Ju lio de 1876, sin perjuicio de consignarse para la se convino en elevar á las Cortes sin pérdida de tiempo una
fundada exposición. Ya liemos emitido sobre este particu ­
Djadin, capital de distrito en el de Bajazid, y Ardahan, am ortización una cantidad que, si bien en los primeros lar nuestra opinión.
también capital de Kaza, ó distrito de la provincia de años podría ser de 25 millones de pesetas, en lo sucesivo I nglaterra : Para que una escuela pública reciba sub­
Tchaldyr. tendría aumentos im portantes consiguientes á varias cau­ vención en este práctico p a ís, m enester es que su sistema
E n r iq u e D u p u y de L om e . sas, tal cual lo prom etía, en propias palabras, el actual ilc enseñanza se rija por el «Código de educación», redac­
Ministerio en la exposición financiera del año próxim o p a­tado con este fin. Atentos los ingleses á todo progreso, ac a ­
—---------- —■-----» o --- 1 ------------ . sado. ban de introducir, em pezando por las jóvenes, el estudio
La concesión de un ferro-carril que partiendo de T arra­ de la ciencia económica en fo rm a de lecciones sobre la con­
R EV ISTA FINANCIERA. gona y pasando por Cabellas term ine en B arcelona, ap a­ tabilidad casera y las Cajas de ahorros, lecciones de cosas,
rece otorgada por Real órden del 7 del corriente, con a r según el método FrcvbeL
Ma d r id : El tem a de las conversaciones bursátiles de ¡a reglo á la ley de 14 de Noviembre de 1868, á perpetuidad, De la Memoria leida en Londres on J u n ta do accionistas
sem ana ha girado sobre el Banco, cuya buena estrella lia sin subvención alguna por parte del Estado. de las minas do Rio-Tinto, aparece que esta Compañía, cu­
brillado de un modo esplendente, disipando los nubarrones A nuncia el Banco para los dins 1 y 5 del próximo Junio yo activo representa m ás do 600 m illones de reales, no lia
form ados en su horizonte financiero. Nuestro prim er esta­ el sorteo para la amortización de las obligaciones del Ban­ salido aún de su periodo de construcción, siendo sólo de
blecimiento de crédito, azotado por los m urm ullos del pú­ co y T esoro, tanto exteriores como interiores, destinando 5,75 m illones el beneficio alcanzado durante los cuatro pri­
blico, y blanco de las censuras periodísticas, em pezaba á á las prim eras 3,92 m illones de pesetas y 5,28 para las se­ meros años. La producción del ejercicio de 1876 lia consis­
perder su serenidad, como puede deducirse de su último gundas. tido en 350.000 toneladas de piritas y 1.326 de cobre puro:
llam am iento á los capitalistas, on form a de pagarés, y veía­ En la discusión promovida en el Congreso por la contes­ prom étese en el docum ento citado una extracción de 660.000
se atorm entado por la perspectiva de la intervención legis­ tación al discurso do la Corona, liase pretendido, con justa toneladas para este año; y hasta ahora los resultados cor­
la tiv a , cnando precisam ente la proposición del Sr. M ar­ razón á nuestro juicio, que la estabilidad del poder ininis- responden á la prom esa, puesto que las 13 prim eras sem a­
qués de Cam po, efecto de su naturaleza poco práctica, lia tt-rial era conveniente para la gestión adm inistrativa, y nas de 1877 han dado 135.538 toneladas de p irita s, de las
venido á consolidar su situación. La m ejor defensa de una que, dados los antecendontes de nuestros partidos políticos, cuales se lian exportado 65.850.
causa dudosa estriba en la exageración de la im pugnación, un cambio de Ministerio no m ejoraría el curso de nuestros Efecto de esta situación, los pagarés B iotinto 5 por 100,
y bajo este punto de vista el Banco debo gratitud al noble valores. Conformes con esta teoría, cuya exposición hubie­ dados on pago de parte de cupones ex terio res, lian descen­
senador, tan renom brado por sus vastos negocios financie­ ra revestido m ayor autoridad en labios de los diputados dido á 265 pesetas, m itad aproxim ada de su valor emisivo,
ros. H a de tenerse en cuenta, ni tratarse do esta cuestión, que en lo ad o los m inistros, no creem os, em pero, que por y ánn sufrirán m ayor baja si se aprueba el arbitrio jiro-
que este Gobierno, lo mismo que los anteriores, necesita el departam ento do H acienda so haya hecho lo suficiente puesto sobre exportación de minerales.
del B anco, y que á éste, ñ su vez, le va muy bien con su para nuestro crédito desde la feliz restauración, ni nos p a­ I t a l ia : Todas las naciones se adelantan á nosotros en
cartera bien nutrida de valores del Tesoro. El agio de los rece digno del g ran talento del Presidente del Consejo com­ la publicación de datos estadísticos, que tanto interesan al
billetes es m uy reducido en su oomparnoion con el de otros p arar satisfactoriam ente el curso do 11 por 100 de nuestro país. Italia h a publicado y a el m ovim iento comercial del
países, y si se suprim iesen esos picaros cam bistas, viviría­ consolidado con el de 33 por 100 que tuvo en época del se­ prim er trim estre do esto añ o , consistente en 579 m illones
mos en el m ejor do los m undos económicos. Banco y H a­ ñor Alom o M artínez, por la razón de que ahora sólo se de p e seta s,*on una dism inución do 33 millones sobre el
cienda asem éjanse á algunos m atrim onios que pnsan la paga el 1 por 100 de Ínteres. Este argum ento es do aque­ período correspondiente do 1876, tocando la peor parte á
vida regañando, y que se u n e n , m om entáneam ente siquie­ llos que sólo pudieran aprovechar á las ideas socialistas, la exportación, que ho h a visto m erm ada en 47 • / , m illo­
r a , en cuanto m edia un tercero. que por fortuna no tienen cuerpo en nuestro país. nes. Conveniente y oportuno nos parece añadir que la saca
Efecto do esta nueva luna de miel financiera, las accio­ Sobrado radical era la proposición del Sr. Marqués de do m inerales sim ilares á los nuestros, lejos de decrecer, lia
nes del Banco lian m ejorado desde 181, á que quedaron la Cam po, privando á los accionistas del Banco de todo Ínte­ aum entado en los referidos tres meses.
sem ana a n terio r, basta 18(5, último curso del sábado. Las res y dividendo, m ientras los billetes no so cambiasen por P ortugal : A consecuencia do la guerra de O riente, se
obligaciones del Banco y Tesoro han participado natural­ num erario á presentación, para que pudiera tom arla siquie­ lia suspendido el em préstito del 3 por 100, quo tenia tom a­
m ente de la anterior m ejoría, cotizándose á 8 4 , contribu­ ra en consideración un Senado: así es que la buena inten­ dor á 51 por 100. La Deuda pública de nuestros vecinos en
yendo á este beneficioso resultado el próximo sorteo para ción del proponente en una cuestión tan vejam inosa para fin de 187G consistía en unos 7.367 millones de reales en
su amortización trim estral. el pueblo de Madrid y de tan fácil solución, dió lugar á consolidado, 257 en dotante, y 640 en varios empréstitos
El fav o r dispensado por el público á estas divisas no ha una calurosa defensa de nuestro prim er establecimiento de para ferro-carriles, cuyo activo representaba 352 millones
sido desgraciadam ente comunicado al 8 por 100 consolida­ crédito hecha por el Ministro de H acienda, que evitó al se­ con un producto líquido anual de 10 '/ , millones.
d o , por cuanto que, en m edio de nuestra diversidad de v a­ ñor A lvarez, senador y consejero de dicha institución, las H u n g r ía : Esta m itad de la m onarquía austríaca, rivali­
lores, lo que á unos aprovecha, m uchas veces perjudica á fatig as do una misión ingrata y difícil. Piérdem e en nues­ zando en el gasto con la m ayor parte de las naciones, ha
o tro s, y así sucederá roiéntras el créd ito , en g eneral, no tro país las mejores batallas por la intem perancia de las conseguido do un grupo de capitalistas un anticipo de 25
sea el ganancioso. Nuestro principal fondo del Estado lia oposiciones, y quien, en resum en, sufre, es el pobre públi­ millones de florines, m itad en o ro , m itad en papel. Como
quedado á 11,10 al contado, m ás bajo que la sem ana an ­ co , cuya educación fiduciaria se pretende llevar á cabo á compensación á este sacrificio, los ingresos del prim er t r i ­
terior. su coBtay con provecho de los que se bailan fuera de la m estre de 1877 presentan un aumento do 7,2 millones de
Oscilan los ferro carriles, nuevos y viejos, alrededor de ley. Consecuencia de esta desgraciada táctica, que sustitu­ florines sobre los de 1876, sin crecimiento sensible en los
20 por 100, sin variación con el periodo hebdom adario an ­ y e en nuestra patria á la razón y á la ciencia, el Banco se egresos.
terior. Es de creer que las justas reclam aciones de los tene­ lia afirmado en su falsa posición, y el Gobierno hallará m a­ A l e m a n ia : El Banco del Im perio h a elevado reciente­
dores de este papel hallarán algún eco, bajo u n a ú otra for­ yores facilidades para alim entar al Tesoro, sin que la p la­ mente á 5 por 100 el tipo de bus descuentos bajo la presión
m a, en la comisión de presupuestos, an te la cual b a n ex­ za experim ente alivio alguno. Ademas, habremos aprendi­ de la inquietud general producida por el estado de guerra
puesto sus ¡deas algunos comisionados. do que la industria de los cam bistas, adm itida en las cuo­
entre Rusia y T urquía, cuyas consecuencias pueden ser ter­
Han vuelto al curso de 56 los bonos, cuya suerte no está tas contributivas, es inm oral según la serena calificación ribles para el reposo de Europa.
aún bien definida, obedeciendo sus fluctuaciones á n o ti­ del jefe de la m agistratura. A propósito de este Imperio, y como dato pertinente para
cias más ó m enos verídicas. Posteriorm ente á este debate, anuncia el periódico oficial
nuestro país, harém os presente que el impuesto sobre la
Lo que m ejor caracteriza la actitud espectadora del ver­ para el 28 del corriente las subastas mensuales para la a d ­ cerveza, en la parte referente á la C onfederación, ha sum i­
dadero capital es el bajo tipo de los cupones, 2 1 % , y el quisición de créditos de la Deuda del Tesoro procedentes nistrado más de un m arco por cabeza de habitante en 1875.
d e 2 0 % para las nueve décim as del em préstito, precios del m aterial y personal; y tam bién señala el 30 y la can ti­ Y a , ántes de ahora, hemos llam ado la atención acerca del
poco en consonancia con las condiciones de estos valores, dad de 792.929 pesetas para la undécim a licitación d e sti­ inmenso partido que en España pudiera sacarse de una tri­
y que com prueban cierta desconfianza. nada á am ortizar 3 por LOO interior y exterior. butación análoga en el consumo iuterior del vino y bebi­
Apénas term inada nuestra Revista anterior, la prensa Bajo form a anónim a, y con un capital de 200.000 duros,das espirituosas, valiéndose de la tasa que g rav a á estos
periódica publicaba y a , áutes de su presentación á las Cór- se h a constituido en la industriosa Barcelona una sociedad artículos en otros países de menores obligaciones que las
te s, el proyecto de ley denominado del cuartillo, del que titu lad a Compañía general de Tram vias, con el objeto de nuestras.
nos ocupábamos ligeram ente, esperando conocerlo para explotar várias concesiones cuya construcción se halla ya E g ipt o : Merced á la intervención financiera inglesa, es­
em itir sobre él nuestra humilde opinión. En e l preámbulo contratada. Si bien los estatutos red am an la posesión de tos africanos están cumpliendo religiosam ente el pacto fo r­
de esta proposición, cuya iniciativa pertenece al diputado veinte acciones para tener voto en ju n ta s, lim ite algo ere mulado con toda clase de acreedores, favoreciéndoles la
Sr. A rnnaz, á través de consideraciones y citas m agistral- cido, atenúase esta prescripción, facultando á los pequeños Providencia con m agníficas cosechas de algodón y de ce­
m ente presentadas, pártese de una base altam ente descon­ accionistas para reunirse y nom brar tino de ellos que los reales, cuyos precios han experim entado una alza de con­
soladora, la de la im posibilidad de que se cum pla la ley de represento, siem pre que entre ellos alleguen los veinte se­ sideración, efecto de la cerradura del Mar Negro y do otras
21 de Julio últim o, á pesar de los enormes sacrificios im ­ ñaladas acciones. causas concom itantes.
puestos á los tenedores de papel del Estado, sin una crecida Comunicase al público por la Adm inistración del Banco L a u r e n c io .
am ortización, la que, aprovechándose rápidam ente del bajo la aparición de una falsificación de los billetes de 400 rea­ --------------- —1 O 1 1 n ------------- —
curso de nuestros valores, reduzca la Deuda pública á pro­ les, delito harto común en nuestro país, efecto de una po­
porciones com patibles con el pago en lo futuro de la inte­ licía judicial m uy en m antillas y de un sistem a represivo VERDAD ES INCONCUSAS.
g ridad de los intereses estipulados por las condiciones emi­ poco eficaz. A fortunadam ente, la im itación ha sido tan
sivas. grosera, y son, por otra p arte, do tan buena confección los III.
Este argum ento, que puede clasificarse entre los llam a­ signos fiduciarios en circulación, que las consecuencias de
dos a d terroran, no es. á nuestro juicio, justo, por cnanto la falsificación no han de ser, al parecer, grandes, salvo la E L CASERO.
que E spaña bien adm inistrada debe trib u tar lo bastante alarm a producida entre los tenedores de billetes, no habien­ ¡Voto á tal, que he de acometer la más temeraria
para cum plir sus m erm ados compromisos de h o n ra ; ni es do creído el Banco necesario retirar la emisión falsificada, empresa que han visto los siglos y, á pesar de mi pro­
m oral aprovecharse del decaim iento de nuestro crédito y determ inando su Consejo de gobierno hacer circular bado valor para arrostrar burlas de los que á puño cer­
para saldar nuestros compromisos com prando la nación desde el 19 nuevos documentos al portador de la misma
sus propios créditos á vil precio en el m ercado. De todos sum a de 400 reales, con la fecha em isiva de l.° de Enero rado creen siempre con las mayorías, me siento nn
m odos, un angnrio de esta naturaleza, sin cum plir el año de 1875. tanto encogido y tímido para exponer el asunto de este
del titulado arreglo, h a d e causar malísimo efecto una vez P asan , hasta la fecha, d e doce las reproducciones de arríenlo!
83G pA j L USTÍ^ACIOK pSpAÑOLA Y yA.MEf^lCAHA N.° XIX

ANIVERSARIO CCÍ’LXXT DEL FALLECIMIENTO DE CRISTOBAL COLON.

L Víate del conreuU» de la Habida.—I I . Cruz de hierro que regaló á Cristóbal Culón el guardián de la B ib U a , Fr. Joan Pcrer de Marchen*.—I I I . Portada principal del convento.—IV . Celda en qne habitó Cristóbal Colon
V . Tintero qne osó Colon y facsímile de una pragmática real para reclutamiento de gente con destino &la primera expedición. (Croquis del distinguido artista D. Felipe Masó.)
N.° XIX pA Jl u s t i \a c i o n JSs p a ñ o l a y ^ merioana.

M A N R E S A .-R O M E R ÍA I)E CATOLICOS Á LA «CUEVA» DE SAN IGNACIO DE LUYOLA. EL 9 DEL ACTUAL.

fl. Facli»Ja lateral Je la iglesia denominada Cu n, di .Si» Ignacio.— * . Colegio de San Ignacio.—S . Casa de campo llamada to b a lla .—* . Vista general de Manresa, tomida deale tí balcón de San Pablo.-- 5 . Féchala principal
de la iglesia de la Coeva de San Ignacio.—» . P lata de la Constitución y Casa Consistorial de la ciudad.—(De íotograiias remitidas por D. Antonio Soler.)
 888 JLí A
Porque—no lo tomen YY. á broma—valor, y no flo­
jo, se necesita para luchar con hondas preocupaciones
y meter la atrevida mano en la raíz del error; pues hay
hombre que no se deja arrancar sus creencias á dos ti­
rones, siquiera sean tan absurdas como racionales le
parecen á su propietario.
Pero ¿quién dijo miedo? Al fin y ú la postre sabe
todo el mundo que soy un ente raro, y pecado de más
ó de ménos no ha de ser parte á quitarme ni un adar­
me de mi apetecida impopularidad.
Entremos, pues, en materia.
Hay dos seres, mejor dos clases, casi dos institucio­
nes, que tienen, desde los tiempos de Mari-Castaña, el
poco envidiable privilegio de cargar con la mitad del
odio qne cabe en la humanidad.
Todos, chicos y grandes, unos por tradición y otros
por propia iniciativa, han señalado á estas infelices en­
tidades con un estigma de antipatía, de sarcasmo y
hasta de hostilidad que no les deja ni aun esperanza
de rehabilitación en lo futuro.
¡ Cosa incomprensible y monstruosa!
Sólo ellos parecen haber qnedado fuera de la Reden­
ción ; pues no sólo les niegan los hombres el agua y el
fuego, sino que en sus frecuentes profecias los tienen
destinados á eterna condenación.
Hablo de la suegra y el casero. Entidades distintas,
qne á veces se funden en un solo sér, elevando al cua­
drado su caudal de odios y calumnias.
Infinita seria la lista de los autores que en libros, en
folletos, en obras dramáticas, satíricas, epistolares, etc.,
etc., se han ocupado, no ya en dar alfilerazos, sino
cuchilladas de diez puntos á estos infelices deshere­
dados.
Desafio á todos mis lectores (si es que al llegar á este
artículo me queda algún lector) á que me citen un solo
escrito en su defensa.
Hasta la Ley parece haberlos dejado de su mano.
Hablad de los militares, de los clérigos, de los ma­
rinos, de los que enseñan perros sabios; ocupaos de
ellos de una manera ofensiva, y os citarán á juicio de
fullas, si no es ya que se tomen la justicia por sn mnno,
con detrimento de vuestras espaldas; pero hablad, es­
cribid, predicad en calles y plazas contra la suegra ó
el casero, y podéis contar con el ajmyo del auditorio, y
¡ horror! con la benevolencia de la I^ey.
Y, sin embargo, nada más injusto, y nunca so nre-
sentó paladín en juicio de Dios que haya defendido
mejor causa que la que yo defiendo.
Ante todo, mi testimonio es de mayor excepción:
tengo suegra y casero, y no soy ni puedo ser suegra, y ,
por no ser casero, no doy habitación en la casa que
pago, ni siquiera á ese inquilino de todo el mundo : el
gato.
Desvanecida ya toda sospecha de Ínteres personal,
debiera empezar la campaña; pero ¿ cómo defender á un
tiempo dos causas contra tantos enemigos?
Me declaro impotente para ello, y transijo en parte
con mis contrarios, entregándoles en cuerpo y alma á
la suegra, para ocuparme únicamente del casero.
Sólo os recomiendo, problemáticos lectores, que no
la tratéis demasiado mal. Pensad qne al fin y al cabo
es la abuela de vuestros hijos, recuerdo tierno que no
puede ménos de disponernos en su favor.
; El casero! ¡Personaje casi dramático en los sainetes
y cómico en los dramas, qne pesa sobre la mayor par­
te de los hombres de una manera abrumadora, gracias
á las ideas socialistas que se difanden por los que no
tienen casa!
Y es que de las treinta fases distintas que por tér­
mino medio pudiera tener en un mes el propietario de
vuestra vivienda, sólo le recordáis bajo la más som­
bría, es decir, bajo la que reviste el dia de la cobranza,
y entonces oculta su dulzura nn cuadro de papel más
temible qne una sentencia : el recibo vencido.
Pero figuraos al casero en un dia de horrorosa llu­
via que os arrincona al lado de la chimenea ó de la ca­
milla (ánn vive la camilla); vedle construyendo el al­
bergue que os cobija, soltando duro sobre duro para
pagar esas fuertes ventanas y esos trasparentes crista­
les qne detienen el aliento del Guadarrama ó de Somo-
sierra; pensad que no teneis ni nna sola cabaña vues­
tra. que ya las cuevas son nn mito, y decidme si no le
encontráis la fisonomía de nn serafín, salvo el recibo.
Acaso penséis, para excusar la gratitud, que él pro­
cura sn negocio y no vuestra comodidad; pero me per­
mitiréis objetar qne cualquier filántropo hace lo mis­
mo, con ménos riesgo, y hasta la caridad es nn nego­
cio de cierto género, por lo cual entiendo qne bien
merece consideración el infeliz qne se gasta mucho di­
nero, haciendo bien, para ganarse un cocido, cuando
hay gentes qne por solo un cuarto (y digo mucho aho­
ra que hay céntimos de peseta) quieren ganar nada
ménos qae la gloria eterna.
Por otra parte, el negocio es nn tanto dudoso y, pa­
ra probarlo, voy á presentaros mi tipo, no diré al des­
nudo, porque sobre deshonesto estaría bastante feo,
pero si ligerito de ropa, para que lo estudiéis á fondo.
Por regla general el casero, en el estado de larva, es
un galleguito muy colorado, con el pelo rapado eu cer­
quillo, abrigado hasta la coronilla por el cuello de una
J l USTÍ^ACIO^ pSPAÑOLA Y y ^ M E ^ I C AHA.
chaqueta, herencia de sus antepasados; con unos pies
muy hermosos, según su madre, porque han alcanzado
el máximum del desarrollo permitido á la especie hu­
mana, calzados con unos zapatos que, si no fueran in­
flexibles de suyo, lo serian por la infinita cantidad de
tachuelas con qne han reforzado su base. Estos zapa­
tos son un arníu terrible, y en caso de necesidad pue­
den convertirse en proyectil, con grave peligro del des­
dichado que se encuentre en su trayectoria. Hay quien
asegura que son venenosos.
Luce el gallegnito unas manos abultadas y no mny
limpias; campo fecundo en que el aire de Madrid se
encarga de sembrar, uudundo el tiempo, nna más que
razonable cantidad de sabañones de todas formas y
colores.
Este sér tan inocente y rústico, que por serlo mere­
ce una égloga, pues no de otro molde salían los Sili­
cios y Nemorosos, viene á cargo del maragato pagando
media caballería, y se apea en nna tienda de la calle
de Postas, donde, merced á la recomendación de un
su tío, mercader de agua de la Cibéles, qneda admiti­
do para desempeñar las importantes funciones mer­
cantiles de barrer la tienda.
Poco á poco, y andando los años, se van ensanchando
sns horizontes; ya lleva paquetes á los parroquianos,
cobra alguna cuenta, despacha bajo la inspección del
dependiente mayor (que suele ser al mismo tiempo el
mediano y el más chico, porque no hay otro) algún
pañuelo de hierbas ó una vara de percal, que mide
diez veces para convencerse de que ha mermado las
tres pulgadas de reglamento.
Más tarde es dependiente de mostrador, lnégo ascien­
de al escritorio, y en cada una de estas fases aumenta
sns ahorros. Porque el gallego es nna máquina de ahor­
rar, que siempre cumple sn misión á conciencia, y,
aunque sólo gane una mala comida, encuentra medio
de comer ménos cada dia para vender dos mendrugos
á la semana.
Yo creo que el camino para llegar á la nivelación so­
cial seria estudiar un cruzamiento de razas r ue con­
virtiese á todos los españoles en gallegos, y habió de
verse el fenómeno de un país en que todos los lombfes
acabasen por ser ricos.
Dueño nuestro héroe de un capitalito en reales y
otro en esperanzas, eleva sus miradas (porque el ga­
llego es un asombro de atrevimientos) hasta la hija
del principal, que acaba por prendarse de la robusta
complexión del mozo, y le otorga su mano más ó ménos
blunca, y con ella una participación en la tienda. Y
ya tienen VV. al casero en el estado de crisálida.
Sns formas son ya más pulidas; sabe saludar casi
con tanta gracia como el elefante Fizarro; se pone una
corbata de cuya existencia no es posible dndar, según
lastiman los ojos sus brillantes colores; la antigua
chaqueta se ha ido convirtiendo en americana; lleva
puños postizos, que se muda todas las semanas, y con
tal mejora de fachada atrae á los parroquianos y em­
pieza la vida pública con el carácter de elector.
Es claro qne los ahorros crecen, y que al fin sn ca­
pital excede á las necesidades del comercio; es ya muy
crecido para emplearlo en préstamos con interes del
500 por 100, y nuestra crisálida siente, al par qne la
necesidad de darle colocación segura y poco molesta,
la irresistible comezón de ser propietario, de poseer
una parte del mundo qne le sustenta, de tener una ra­
ma en que posarse cuando ascienda á mariposa.
Entonces es de ver cómo busca con avidez en el
Diario de Avisos, de que es asiduo lector, todas las
ventas de casas que se anuncian ; cómo recorre las no­
tarías, las agencias y los juzgados para ver si los pre­
cios están á sn alcance; cómo se toman informes de
todos los conocidos, y al fin se alcanza el anhelado pre­
mio, encontrando por siete mil duros una casa á me­
dio uso, qne renta seis mil reales anuales repartidos en­
tre cinco inquilinos, que considera él como súbditos.
Se llenan las formalidades de ley, se otorga el ins­
trumento de propiedad, y el dia en qne le presentan la
documentación en regla, resulta que entre escritura,
agencia, corretaje, propinas, registro, impuesto de de­
rechos reales, v no sé cuántas zarandajas más, le piden
á mi buen gallego otros mil durito3, con los cuales no
contaba, y qne tiene qne pedir á préstamo, hipotecan­
do las rentas futnras al 12 por 100, sin contar los de­
rechos, corretajes, etc., etc., de esta nueva operación.
Y ya tienen YY. la mariposa, es decir, el casero, en
su perfecto desarrollo.
En el momento en que tengo el honor de presentar­
lo á VV., disponíase nuestro hombre á tomar posesión
de su hacienda, á enyo efecto se atusó todo lo posible,
y ya se chupaba los labios de gasto mirando la levita
que iba á estrenar en tan solemne acto, cuando suena
nn campanillazo, y, sin más aviso, se cuela en sn cuar­
to nn personaje qne le suelta á boca de talego nn pu­
ñado de papelitos y prepara nn saco de terliz rayado,
qne á él, al principio, le pareció una de esas maestras
que suelen llevar los compradores,—prolegómenos del
negocio al detall, según ahora se dice,—pero qne acabó
por parecerle la sima de Cabra, según amenazaba tra­
gar sn opulenta humanidad.
— Pero ¿ qué es esto ?
N.° XIX i
— Los recibos de contribución de la casa qne Y. ha
comprado.
El casero dio nn salto del cual se hubiera enorgulle­
cido Franklin el funámhulo, y (según los anuncios) el
primer saltador del universo.
Aquellos recibos parecían nn tomo en fòlio, y sin
embargo, estaban ajustados á todas las leyes. Contri­ i
bución de inmuebles, recargo municipal, reparto para
pastos de guerra, arbitrio sobre las canales, etc., etc.;
total 2.721 reales con fi céntimos.
Don Marcos (qne así se llama nuestro gallego ) in­
tentó nn segundo salto al leer la suma ; estuvo por re­
gatear siquiera los seis céntimos, pero no le quedaron
fuerzas más que para exclamar abriendo sn exhausta
gaveta :
— ¡ Fuego de Dios, qué robo!
— Caballero, eso es fa'tar al Gobierno.
— ¡ Oa! no señor, es sobrarme el Gobierno á mí.
Y pagó tantos suspiros como pesos duros.
Ya de malisimo humor, se viste de cualquier modo
y se dirige á sn inmueble, cuya sola vista le vuelve la
perdida alegría.
Un zapatero qne hay en el portal obstruye el paso
con los chismes del oficio, y, colocado en el centro de
la puerta, canta á grito herido nna habanera incendia­
ria, con el más estrepitoso é inarmónico acompañamien­
to de martillazos sobre un pedazo de suela viejo, qne
de cnando en cuando moja con saliva en el mismo
punto productor de ese liquido.
Aquél era un canto con premeditación y ensaña­
miento.
Nuestro D. Márcos trató por todos los medios en
nso de llamar la atención de aquel caribe, y , perdida
ya la esperanza de conseguirlo, alargó el pié con áni­
mo de pasar por medio de tantos cachivaches ; pero
observando el zapatero aquella bota extraña que se
acercaba con tanta dulzura, supuso que necesitaba de
sus servicios, y sin fijarse en el contenido, la elevó á
la altura de sus anteojos para estudiar la colocación de
las probables medias suelas.
Don Márcos, que no estaba muy diestro enei arte do
Lola Montes y de Terpsícore, ni esperaba semejante
cambio de posición, so asió del zapatero buscando apo­
yo, y dio consigo y con el apoyo en tierra, con grave
detrimento de su físico.
F e d e r ic o G aucía C a b a l l e r o .
(5» conlínuurd.)
F . P L A N T É Y J . S ERV A IS.
En el lugar corrrespondiente podrán ver los lectores
de L a I l u st r a c ió n E s p a S o i .a y A m e r ic a n a los re­
tratos de los dos eminentes artistas que tan gratos re­
cuerdos han dejado entre los aficionados madrileños.
Breve ha sido el tiempo que en la córte de España
han permanecido ambos reputados profesores, y corto
el número de conciertos qne para dan»* á conocer or­
ganizaron; pero su rápido paso por Madrid ha sido
suficiente para dejar huella, quizá indeleble, y las dos
solemnidades artísticas de qne fué teatro el de la calle
del Príncipe han de contar seguramente como memo­
ria gratísima, tanto para Planté y Serváis como para
el numerorisimo público qne los ha colmado de aplausos.
No constituye objeto preferente de estas breves lí­
neas formular nn inicio critico respecto á los dos céle­
bres concertistas. El de Planté está hecho con decir que
pasa como el primer pianista del mundo, y lo es real­
mente, y el de Serváis puede condensarse en estas po­
cas palabras: lleva dignamente el nombre de su padre.
Pero si podemos prescindir con el mayor gusto do
toda enojosa opinión personal tratándose de dos artis­
tas cayo admirable talento ha cansado honda sensación
en Madrid, nuestros lectores han de permitirnos hacer
mención de juicios mny respetables y autorizados á
que la maravillosa maestría de Planté ha dado márgen,
y que Oscar Comettant, critico musical y eminente es­
critor francés, ha coleccionado en sn interesante opúscu­
lo Francia Planté.
De esta preciosa obrita tomamos los datos biográfi­
cos del célebre pianista.
Franeis Planté nació en Orthez (Bajos Pirineos) el
2 de Marzo de 1889. Un detalle interesante qne no
aparece en el folleto de Comettant, es qne la nbneln
paterna de Planté, D.* María Isabel de Olea y Larra-
c-oechea, era natural de Bilbao y descendiente de nna
antigua familia de la merindad de Arratia y del solar
de Aperribay, en Galdácano, á legua y media de Bil­
bao, qne ánn existe á orillas del Nervion.
La precocidad de Planté fhé tan grande, qne á los
siete años debutó en un concierto de Beneficencia ce­
lebrado en el Hotel de Yille de París. Al poco tiempo
entró en la clase de piano de Marraontel, y á la edad
de once años, y lachando contra opositores de diez y
ocho y veinte, obtuvo por unanimidad el primer pre­
mio de piano.
Prosiguió Planté sos estudios musicales, y obtuvo
también en la clase de Bazin un premio de armonía
por unanimidad de votos.
 N.° XI X pA
Terminada su educación musical, dice Comettant,
de un modo u n brillante, el joven artista no podía
buscar el perfeccionamiento de su talento tan precoz
sino en la meditación, ese austero y fortificante estu­
dio del alma. Salió de Paria, que le prodigaba por to­
das partes fiestas, bravos, sonrisas y flores, para ir,
cenobita del arte, á refugiarse en provineias, donde
tuvo el valor de permanecer durante diez años ignora­
do del mnndo.
Viajó despnes por el extranjero y trabó relaciones de
intima amistad con Thalberg, Listz, Rubinstein y to­
dos los maestros contemporáneos, volviendo algún
tiempo después á París, donde su presentación al pú­
blico, en un concierto organizado á beneficio de los
huérfanos de la guerra franco-prusiana, causó una im­
presión inmensa y revistió loa caractéres de un impor­
tante acontecimiento musical.
Desde entonces el nombre de Planté fue creciendo
de un modo considerable. Donde quiera (pie el emi­
nente pianista se hacia oir, el público lo aclamaba en­
tusiasmado y la prensa entonaba ditirambos en loor
de aquel que todos juzgaban prodigio artístico.
El último concierto que dió Planté antes de sn ve­
nida á .Madrid, se verificó hace algunos meses en Bru-
sélas, con un éxito inusitado, desconocido, muy supe­
rior al que en otras épocas obtuvieron Listz y Rubins­
tein en la capital de Bélgica.
Allí se celebró un íntimo banquete bajo la presiden­
cia del eminente maestro Gevuert, director del Conser­
vatorio de Bruselas, y en ese banquete, preparado en
honor de Plantó, se decidió por iniciativa de Gevaert,
ue profesa entrañable cariño á nuestro país, la veni-
3 a á Madrid de los dos grandes artistas que reciente­
mente hemos admirado.
Para dar una ¡dea del efecto que ha producido siem­
pre el maravilloso talento de Planté, y en cumplimien­
to de promesas anteriores, vamos á trascribir á conti­
nuación los juicios entusiastas que el célebre artista
ha sabido arrancar de compositores y críticos emi­
nentes.
Bcrlioz, el fetiquista de Glnck, Beethoven, Webery
S pon ti ni, el punzante y cáustico escritor tan temible
y temido, se expresaba ya en Iob siguientes términos al
ocuparse de Planté en 1860:
« lió ahí un pianista músico que sólo busca sus éxi­
tos en la interpretación fiel é inteligente do las obras
maestras, sin entregarse á ninguno de esos excesos an-
tiarmónicos y antirítmicos do que los pianistas se ha­
cen culpables con tanta frecuencia.»
Este elogio del gran maestro francés no tiene pre­
cio, considerando sobre todo la estrechísima amistad
que unía con Listz al autor de La Infancia do Cristo.
Cuatro años más tarde que Berlioz, I)’ Ortigue, que
le reemplazó en el Journal des Débate, escribía:
« No conozco pianista más brillante ni más puro.
¡ Qué maravilloso talento! »
Paul Foucher exclamó en la Opinión Nacional:
«Planté es prodigioso; tiene la fuerza, tiene el en­
canto, tiene la gracia, lo tiene todo. Dicen que nada
es capaz de reemplazar á la voz humana. En adelante
habrá una excepción : el piano de Planté.»
Victorin Jonciercs, el autor de Sardanápalo y Di-
mitri, se expresó en la Liberté del modo siguiente:
« En cuanto á Planté, ha arrancado en diversas oca­
siones los más frenéticos aplausos. « Es indudablemen-
»te, decía cerca de nosotros nn aficionado, el primer
»pianista de Enropa. ; En qué consiste que este emi­
nente artista, discípulo del Conservatorio de Paris, no
haya sido todavía objeto de una recompensa honorífi­
ca que vemos brillaren el ojal de ciertos pianistas muy
inferiores bajo todos conceptos á Planté?»
La pregunta de Joneieres debió resolverse muy pron­
to favorablemente, puesto que Planté ostenta hoy en
sn ojal la cinta roja do la Legión de Honor; pero el
Rey de España, al condecorar á Planté con la enco­
mienda de Carlos III en la noche del primer concier­
to, ha sabido hacer al genio del gran artista francés
justicia más rápida que la de sus mismos compatriotas.
Ernesto Reyer, el reputado autor de La Estatua, ha
escrito de Planté:
«Si el abate Liszt reapareciera un dia en la escena
de sus primeros éxitos, se inclinaría ante el talento de
Francis Planté.»
Hasta aqni el artista. La siguiente anécdota retrata
al hombre.
Siendo Mr. Jules Simón ministro de la Instrucción
Pública y Bellas Artes, manifestó el deseo de que el
célebre pianista tomára parte en una de las sesiones ofi­
ciales del Ministerio. Informóse del precio de Planté,
que respondió:
« Tendré sumo honor en tocar en el Ministerio de
Bellas Artes, con la sola condición de que las conver­
saciones cesen cnando me ponga al piano. Y no habré
tocado de balde, añadió sonriéndose, porque el silen­
cio es de oro.»
Debo decir, añade Comettant, que para Planté el
silencio es más que de oro, y que por nada en el mundo
tocaría en un sitio cualquiera donde el silencio no pu­
diera establecerse rigorosamente, absolutamente.
Chopin no transigía tampoco con los habladores. Se
J l US TRACI OK JgsPAÑOLA Y y^MEÏ^ICA^A.
atrevió á decir un dia ¿ una gran señora atacada de
un acceso de charlatanismo:
« No me escuche Y ., señora, pero, por Dios, per­
mita V. que me oiga.»
¡ Oh Planté! ¡ Oh Chopin!....
Joseph Servais, hijo del célebre François Servais,
llamado «el Rey del violoncelo», nació en Hall, cerca
de Bruselas, el 28 de Noviembre de 1850. A los ocho
años de edad comenzó, bajo la dirección de su padre,
sus estudios en el violoncelo, alcanzando á los quince
el primer premio en el Conservatorio de Bruselas.
Conseguido este éxito tan lisonjero, François Ser­
vais presentó sn hijo á los principales públicos de Ru­
sia y lo llevó consigo durante esas magnificas excur­
siones artísticas que con frecuencia emprendía aquel
eminentísimo profesor.
Al volver de la primera de ellas, fné J . Servais nom­
brado violoncelista solo del Gran Duque de Saxe Wei­
mar, á cuyo lado permaneció dos años, produciéndose
catorce veces en los conciertos de la córte.
A los veintidós años recibióel nombramiento de pro­
fesor de violoncelo del Conservatorio de Brusélas, y allí
ejerce sn profesorado con aplauso general y brillantes
resultados.
Servais ha viajado por Francia, Holanda, Rusia y
Alemania, siendo en todas partes objeto de las mayo­
res demostraciones de entusiasmo por su admirable
maestría. Tiene la cruz de Cristo, de Portugal ; la de
la Corona de Encina, de Holanda, y últimamente ha si­
do agraciado con la de Carlos I I 1, de España.
El violoncelo de Servais es un admirable Stradiva­
rius, que f'ué regalado á su padre por la Princesa rusa
Youssoupow. Este instrumento costó á la princesa
15.000 francos, y en él ha ostentado el gran Servais sn
asombroso talento por espacio de veinte años. El valor
extrínseco del violoncelo es por tanto tan crecido, que
un rico capitalista inglés no ha vacilado en ofrecer por
él reiteradas veces la considerable suma de cien mil
francos. Inútil es decir que J. Servais no se separaría
del violoncelo de su padre por todo el oro del mundo.
Cumplido ya, con las anteriores noticias biográficas
de los dos reputados artistas, el objeto que nos propu­
simos al escribir estas lineas, poco nos resta que decir
con respecto al éxito que Planté y Servais han obteni­
do en la capital de España.
El maravilloso talento del primero y su incompara­
ble maestría; las distinguidísimas dotes (pie adornan
al segundo, han encontrado un eco de admiración sin­
cera y real en el público madrileño. La numerosísima
concurrencia (pie ha llenado el teatro Español en los
dos conciertos, y las ovaciones que se han prodigado á
los dos eminentes profesores, han revestido caractères
verdaderamente inusitados, tratándose de espectáculos
de poca variedad.
Independientemente del inmenso éxito de Plnnté y
Servais, los dos artistas han hallado en personas muy
distinguidas y en artistas y compositores reputados
una acogida cordialisima, en especial por parto del se­
ñor Conde de Morphy, que los hizo oir por primera vez
ante un escogido número de músicos; del Sr. Monaste­
rio, que tomó una parte brillantísima en el segundo
concierto y del digno director de nuestra Escuela Na­
cional de Música, el eminente muestro D. Emilio Ar-
rieta, que obsequió, en union con el Claustro de profeso­
res, á los Sres. Planté y Servais con un espléndido
banquete.
Nos consta que ambos han dejado á Madrid profun­
damente agradecidos por las cariñosas muestras de con­
sideración de que han sido objeto. Si cumplen su pro­
mesa de volver el año próximo venidero, creemos que
será la mejor manera de saldar con el público la deuda
de gratitud que tienen contraida, y de tal modo la sal­
darán seguramente los dos grandes artistas á quienes
mandamos una vez más el tributo de nuestra admi-
racion.
A n t o n io P e ñ a y G o ñ i.
CHEOTCHENKO
T EL MOVIMIENTO INTELECTUAL EN LA KCSIA MERIDIONAL.
Emilio Castelar, á cuyos méritos, erudición y talen­
to somos los primeros en rendir justo tributo de admi­
ración, expresa en una de sus obras (1) su opinion bien
determinada sobre el eslavismo en general y la Rusia
en particular.
«No os durmáis sobre vuestros laureles, dice, diri­
giéndose á los alemanes ; no os abandonéis ciegamente
á una exagerada confianza en vosotros mismos. Parti­
cipais con nosotros del peligro común, del mismo peli­
gro que amenazó en la antigüedad al Imperio romano.
Delante de vosotros, en las estepas del Norte, teneis
nna raza que os odi i y os maldice. Prestad atención á
(1) Prólogo á la tr a d u c c ió n alem ana d e sus Recuerda de
Ita lia .
83!)
lo que os dicen sus representantes ; os dicen que el des­
tino los llama á rejuvenecer nuestra sangre podrida y
á exterminar nuestras viejas leyes. Reflexionad que los
que asi predican consideran como modelo á lvan el
Terrible y á sus devastadoras hordas, precedidas de su
vanguardia de cuervos, y seguidas de su comitiva de
hambrientos lobos.
»Allá, desde sus desiertos de hielo, lanzan relámpa­
gos de cólera contra nosotros, y se sienten devorados
por nn òdio de esos que no se aplacan sino con san­
gre. Escuchad bien su clamor ; ese clamor que, corno el
tenebroso ruido del trueno, ahoga el eco de todos los
demas, jurando guerra sin tregua á los alemanes, aver­
sión hacia los elementos germánicos, hacia esos elemen­
tos que, según ellos, amenazan, con su burocracia y su
manera de ser, hollar bajo sus piés la nacionalidad in­
nata de sus eslavos y la independencia natural de sus
cosacos.
» Y después, esta raza posee una ortodoxia poderosa,
que está en plena contradicción con vuestro libre exá-
men, y un imperio que es una fuerte máquina de guer­
ra en situación de poner sobre las armas dos millones
de soldados, prontos á arrojarse sobre el Occidente á
la primera señal de nn autócrata.
» lia circunspección de un monarca ilustrado y bon­
dadoso pnede contener por algún tiempo la explosión
de ese òdio; pero no olvidéis que el llamado á suce-
derle tiene una genialidad terrible. Un Tiberio puede
venir despnes de nn Augusto, y un Cómodo puede
reemplazar á Marco Aurelio. Basta un solo dia para
hacer descargar sobre vosotros la erupción de un siglo
de odio ; de un òdio alimentado por una literatura que
se considera á sí misma como exclusivamente religiosa,
exclusivamente nacional, exclusivamente eslava; todo
lo cual puede traducirse de este modo : resistencia con­
tra el germanismo, y unimosidad irreconciliable hacia
la Alemania.
» E4a animosidad es impotente contra la unión del
Occidente libre. ¡ Ah ! ¡ Pero guardaos bien de qne un
dia halle cómplices este sentimiento de venganza, por­
que en tunees ese òdio os precipitará en un torrente de
sangre (pie no tendrá igual en toda vuestra historia, y
que será exuberante en hechos trágicos y en pavoro­
sas catástrofes ! »
Si el cuadro horrible de la situación contemporánea
trazado por el 8r. Castelar es exacto ; si j>or un lado,
la unión del Occidente es problemática; si por el otro,
la Rusia presenta una barbarie compacta y organizada,
el porvenir de la civilización está seriamente compro­
metido. Todo aquel que no permanezca indiferente á
la santa causa del corazón de la humanidad, dehe, pues,
estremecerse, porque se halla próxima una nueva in­
vasión de los hnnos, y nadie puedo predecir si apare­
cerá un nuevo Accio para salvar la luz creada por el
trabajo de tantos siglos.
La cuestión es grave, y digna por cierto del exámen
más imparcial.
El Sr. Castelar nos pinta la Rusia como vestida de
blanca sábana de nieve, homogénea y compacta, dan­
do á su triste cuadro el colorido de espantosa noche
polar : de noche moral tan osenra, qne no sabría en­
contrársele comt)aracion. Pero si recorréis este vasto
país, desde el Báltico hasta los confines de las pobla­
ciones rasas en Asia, y desde el Mar Blanco hasta las
orillas del Mar Negro ; si le estudiáis en todos sentidos,
en todas las manifestaciones de su vida social, queda­
réis admirados ante la hetereogeneidad de sus elemen­
tos, ante la diversidad infinita que presentan sns po­
blaciones; ante el abigarrado conjunto de cosas qne
ostenta sn dilatada extensión. Entonces os convence­
réis bien decisivamente de que los cosacos y los solda­
dos bárbaros no son más bárbaros que aquellos que
trataron como á ladrones á los franco-tiradores del
ejército enemigo; qne aqnellos que fusilaban á sus pri­
sioneros, ó que los ataban á la boca de los cañones
para ametrallarlos. Entonces os convenceréis de qne el
elemento clerical de Rusia guerrea mucho menos enér­
gicamente contra la libertad del pensamiento que el
elemento afecto al Syllabus ; y veréis que la masa de
la población dedicada al trabajo manual no es ménos
ignorante que lo es en todas partes (exceptuando tal
vez los países escandinavos), ni ménos ciega, ni ménos
capaz de ser el jngnete de las clases superiores de la
sociedad.
Al mismo tiempo qne estas manchas qne oscurecen
el cuadro—demasiado conocido— de la sociedad eu­
ropea. os apercibiréis de la existencia de sn parte cla­
ra é inmaculada; de las costumbres tranqnilas y pa­
triarcales-del pueblo; de sn situación económica, que
excluye cari por completo el proletariado. Notaréis los
privilegios de la nobleza en decadencia, y la clase me­
dia empezando apenas á formarse ; observaréis la situa­
ción secundaria del clericalismo y de su literatura, ha­
ce largo tiempo caducala ; las ideas laicas impregnadas
de la libertad del pensamiento, y distinguiréis, en fin,
un grupo de sabios y de literatos colocados al nivel de
la aleara de la ciencia contemporánea.
En presencia de todos estos hechos habréis de
convenir en que el cuadro trazado por el ilustre es-
«40 jl/A J l USTRACIOH J S s PAÑOLA Y y^MER. ICANA, N.° XIX

TURQUIA ASIATICA.— c iu d a d y fo r t a l e z a d e JCars, s it ia d a s ro e e l e jé r c it o r u so df . l c áccaso .

 N.° A1X
critor español está (lema-
Biado simplificado, y en
que la cuestión <le la si­
tuación contemporánea «le
la Rusia es mucho más di­
versa y más complicada.
No existe medio de pro­
bar en un solo rasgo de
pluma la idea que acaba­
mos de emitir. Necesita
esta prueba un largo tra­
bajo y una serie de estu­
dios que, por la diversidad
de los asuntos y la rique­
za de los materiales, exi­
girían algo más que una
erudición particular: trá­
tase aquí de una cuestión
que sólo podría ser resuel­
ta en toda su plenitud por
las inteligencias reunidas
de toda una asamblea de
escritores.
Trátase de la producción
de un sistema entero de
estudios; de una compe­
tencia igual sobre la si­
tuación científica, litera­
ria, política, social, eco­
nómica, eclesiástica y ar­
tística: y si nos aventura­
mos á proseguir el curso
de nuestro modesto traba­
jo, no es, no, (pie preten­
damos agotar la materia,
sino mostraros solamente
una, ó tal vez algunas de
sus partes, á fin de que,
aprendiendo á conocerlas,
podáis reconstruir por vos­
otros mismos la idea del
todo, asi como (Javier re­
construía un organismo
material con presencia de
un solo dato que le sirvie­
ra de punto de partida.
II.
El pueblo ruso, en la
más ámplia acepción de la
palabra, es la gran masa
de la población del Impe­
rio; la masa trabajadora y
laboriosa ; la productora
de las riquezas materiales
é intelectuales. Este pue­
blo es todavía desconoci­
do de la Europa occiden­
tal, y sin embargo, el ca­
rácter fundamental de un
meblo encierra el nudo de
Ía cuestión que áutes deja­
pA J l USTRACIOH. JpSPAÑOLA Y y^MEf^lCANA. 311
CRONICA ILUSTRADA DE LA G U E R R A DE O R I E N T E . mos planteada. Porque, en
efecto, si se probara que el
grupo gubernamental es­
taba mareado con el sello
de la ferocidad y de la bar­
barie, habría que conve­
nir en que esta barbarie y
esta ferocidad constitui­
rían algo de amenazador
para el Occidente, en el
caso de que se encontra­
sen en armonía con los
instintos del pueblo, y da­
do el carácter de homo­
geneidad que el Sr. Caste-
lar atribuye á la Rusia.
En Rusia, lo mismo que
en otros países de Euro­
pa, agítase en el seno de
las clases que podemos lla­
mar directivas, una frac­
ción que pospone los ver­
daderos intereses del pue­
blo á la vanidad y á las
quimeras; pero esta vani­
dad y estas quimeras son
del mismo género que las
que abrigan las partes aná­
logas del resto de las so­
ciedades de Europa. La
h i s t o r i a con temporánea
nos ensena cómo las con­
quistas, anexiones, victo­
rias y los trofeos y monu­
mentos <|ue las sirabo!izan,
han sido realizadas por esas
fracciones, con ayuda de
la ignorancia, de la mise­
ria y de la degeneración
del pueblo. Eladvenimien-
to al poder de estas gen­
tes, en tal ó cuul nación de
Europa, cb siempre nn pe­
ligro y una amenaza para
los países vecinos; |>ero
éste es un mal común, que
está lejos do tener la sig­
nificación de una linea de
demarcación e n t r e dos
campos: el campo de los
civilizados y el de los bár­
baros.
Vense de estos bárbaros
en todaB partes. En todas
partes la flor de la juven­
tud ha sido sacrificada, á
guisa de carne de cañón,
para satisfacer los apetitos
de este ó del otro genio po­
lítico, mientras (pie te te­
nía en muy poco la suerte
ASIA MENOR.—t r o p a s r u sa s ir r e g u l a r e s a tr a v esa n d o lo s m o n tes d e l cáucaso . de millares de obreros
 342 pA
hambrientos y la pérdida de las fuerzas productivas del
país. Los Bonapartes y los Bismarck nos lian suminis­
trado con profusión las pruebas de este aserto.
¡ Dichoso país—si es que existe alguno en Europa—
en que el pueblo está gobernado según sus mismos in­
tereses bien entendidos! ¿Dónde está el hombre cán­
dido y sencillo que cree á la Europa en vísperas de en­
trar en ese estado de bienandanza? ¿ Dónde está el
hombre que sin temor á parecer por demas simple, re­
pita las palabras de presentimiento demasiado prema­
turo de Voltaire:
«Contemple la brillante auroro
Qui t'annonce en fin les beaux jours:
Un nouveau monde est pros d'éclore »?
No hay, sin embargo, qne perder de vista que, á
pesar de todo, y espontáneamente, el pueblo elabora
los elementos de una crisis, y que esta elaboración se
hace notar en todos los países de Europa: en España
como en Francia, y en Alemania como en Inglaterra.
Consideramos como un hecho grave esta mancomu­
nidad de aspiraciones en las masas, y si la Rusia no se
encuentra excluida de ella, esto viene á probar que si
su desarrollo intelectual se encuentra en un estado de
atraso relativo en cuanto al grado que alcanza, es idén­
tico en calidad al desarrollo de la Europa occidental,
y que, por consecuencia, las condiciones de este desar­
rollo son siempre las mismas en lo que tienen de esen­
cial, y no se distinguen más que por las formas que
revisten sus resultados.
No hublarémos aquí de la cuestión obrera, que es la
expresión más profunda y más ámplia del trabajo de
elaboración que dejamos indicado. El exámen de esta
cuestión nos conduciría á los mismos resultados que
queremos exponer á la consideración de nuestros lec­
tores; pero también nos impondría la obligación de
hablar de otros personajes y de otras corrientes de
ideas....
Hoy nos proponemos solamente atraer la atención
de las personas sérias hácia el espontáneo movimien­
to de las masas en los diferentes países de Europa, há­
cia la eliminación de ciertos elementos que ponen tra­
bas á su desarrollo intelectual, uno de los cuales es pre­
cisamente el do la unidad de la lengua nacional, uni­
dad en la que la vanidad y las ideas quiméricas creen
ver una de las condiciones indispensables á la dignidad
del país y á su importancia política.
Las masas opinan, por el contrario, que la ciencia
no puedo descender hasta tas rapas mas inferiores de tas
sociedades, sino en cuanto sea difundida en el idioma de
las clases Ínfimas, porque se aperciben de que, en tan­
to que no obtengan esta concesión, la ciencia conti­
nuará formando el privilegio de las minorías y la base
de su preponderancia.
El idioma popular, el patois, considerado bajo osle
punto de vista, se nos presenta como manantial del
progreso intelectual del pueblo, y cesando de llevar el
nombre humillante de lengua vulgar, reivindicará los
derechos de la verdadera lengua literaria, de la verda­
dera antorcha destinada á iluminar los senderos del
pueblo. En nuestros tiempos los dialectos vulgares son
á las lenguas oficiales lo que los idiomas de los diferen­
tes países de Occidente eran al latín en la antigüedad.
Los hechos que vamos á citar demuestran con exac­
titud que tocamos á una nueva trasformacion, análo­
ga á la que han producido los nuevos idiomas: á una
nueva faz del desarrollo de los pueblos de Europa, y
cuyo alcance es mayor todavía qne el de la que acaba­
mos de citar.
Esta nueva trasformacion, facilitando el acceso de
las multitudes á la ciencia, servirá para preparar esa
especie de parentesco moral é intelectual entre los ciu­
dadanos de un mismo país y de los diferentes de Euro­ Pa!abrns preliminares.—Origen de lo lienta.—Clemencia isaara.—El teatro
pa, fin que puede obtener una preferencia decisiva so­
bre las utopias de una unidad superficial ó ficticia,
que si con algo tiene analogía, es con la mortifieadora
unidad de los cuarteles.
El gran genio de la raza latina, Dante, planteaba
la cuestión de la vulgar elocuencia sobre una base tan
sólida y perdurable, que evocando sus ¡deas, presénta­
se á nuestra mente algo como una revelación del senti­
do intimo del movimiento que se opera en nnestros
tiempos.
W a d im o v it c h .
(So continnard.)
DOS G E M E L O S .
Ella tiene osada frente,
Impasible como el mármol,
Miradas que amores fiogen,
Besos frios en los labios.
Es templo sin Dios ni altares
Su corazón profanado,
La miseria su recuerdo,
El baldón sn pan amargo.
Como el polvo del camino,
Como la hierba del campo,
Barrida fué por el viento,
I l u st r a c ió n JPs p a ñ o l a y ^ A m er ic a n a . N.° XIX
Rudas plantas la pisaron. de estas damas colocadas en los palcos y butacas del
Con secos ojos contempla elegante teatro Principal, que eu las interminables
Breve sueño lo pasado; filas de sillas que obstruían aquel salón, donde hay ulgo
Lo presente, ignominioso; del frió que se desprende del marmóreo pavimento y
Lo futuro, negro arcano. la luz hiere de plano á la alineada muchedumbre.
Estarnos, pues, en el Principal, que sufre una inva­
El también alza la frente sión en toda regla, desde el vestíbulo al escenario, del
Impasible como el mármol; espacioso patio á las altas galerías.
Ya ni el rubor la colora, Es la una de la tarde, hora anunciada para dar prin­
Ni la enciende el entusiasmo. cipio á la fiesta, y á la una y media hay quien tiene
Aguila ciega y sin alas, que volverse, con el billete de invitación, por imposi­
Su ideal cayó en el fango; bilidad absoluta de encontrar cabida en el teatro.
Su conciencia es su tormento,
Ramos de flores van recibiendo en el vestíbulo to­
La traición su pan umargo. das las damas concurrentes, y el Consistorio, haciendo
Cual tromba de arena estéril, digno alarde de galantería, no se ha mostrado ménos
Como ponzoñoso árbol,
oportuno en la decoración del Teatro, que llega á la
Aridece lo que toca, magnificencia (véase el grabado correspondiente en la
0 frutos produce insanos. página 333)% : ricas colgaduras ornan las paredes del
Y mira, cual otro Judas, escenario ; sobre un suntuoso dosel qne cubre el trono
Tendido otro Yerbo santo, destinado á la reina de la fiesta, campea un escudo que
Las tinieblas en su alma contiene el lema de la institución : Patria, Fides, Amor;
Y el oro vil en sus manos. el mismo lema se ostenta en diversos puntos del tea­
tro ; á los costados de la presidencia aparecen en gran­
Ella, infeliz, ha sentido des letras doradas nombres de distinguidos escritores y
Orfandad, miseria y llanto; artistas que fallecieron durante el año precedente, en­
Siutió el espectro del hambre tre ellos el de D. José Coll y Vehi, de inolvidable re­
Besarla con torpes labios. cuerdo parala juventud literaria fie España, y el de
Y beso tal consintiendo, 1). Tomás Padró, tan apreciado por los amantes de las
Y la ignominia aceptando, Bellas Artes, singularmente por los lectores de L a
En la noche de su alma I lu st r a c ió n E spa ñ o l a y A m e r ic a n a .
Nuevas sombras se agolparon. El Sr. Gobernador de la provincia, que asiste siem­
Fué su cuerpo mercancía. pre á estas solemnidades acompañado de las corpora­
Su nombre fué despreciado, ciones populares, declaró abierta la sesión, pronun­
Y en su pecho los sollozos ciando un breve discurso: no es orador el Sr. Ibañez
Comprimidos se quedaron. de Aldecoa, pero se hizo aplaudir por sus frases opor­
; Ay ! aun las otras mujeres tunas acerca de la importancia histórica y social de los
La ven con ojos de escarnio; Juegos Florales, y aludiendo al ilustre Presidente (pie
Mas tal vez al contemplarla este año había elegido el Consistorio, general Ros de
Los ángeles vierten llanto. Glano, habló también de la compatibilidad y armonía
que puede haber entre las letras y las armas.
El, más culpable, ha nacido Tornó luego la palabra Ros de Olnno, mus apenas
Para la gloria formado, pudo oirse su voz fuera del escenario. Dicen los que le
Para la verdad, la patria, oyeron que su discurso fué digno del renombrado Doc­
Para el gran progreso humano. tor Lafluela, y sobra con eso para que no lamentemos
Rey del pensamiento, lleva bastante el poco alcance de su voz.
Su frente ceñida en rayos; Luégo el secretario del Consistorio, 1). Joaquín Rie­
Es imperio su palabra, ra y Bertrán, procedió á la lectura de la acostumbra­
Y su pluma cetro santo. da Memoria nnual: poco entendemos el dialecto cata­
Mas de su ambición movido, lán eu qne estaba escrita; pero leida con clara ento­
De sí mismo renegando. nación, todo el concurso pndo apreciar el mérito de las
Vendió en almoneda infame consideraciones y las ideas qne expuso.
Almn y pensamiento claro. En seguida principió la distribución de los premios,
Vendió su pluma y su honra proclamando el Secretario los nombres de los agracia­
De oro y honores en cambio, dos, con lectura del juicio formulado por el tribunal de
Y hombres viles aplaudieron los mantenedores acerca de las poesía«.
Y ángeles nobles lloraron. Obtuvo el primer premio, llamado de cortesía, que
consiste en una flor natural, I). Angel Gaimerá, por
Cuando en la calle se encuentran,
Ella humillada, él ufano, la composición titulada L ’any mi/. El agraciado con
este premio tiene el privilegio de designar la dama (pie
Ella pobre, él opulento,
Y prostituidos ambos, ha de ser Reinado tu fiesta, y de tan envidiable privi­
legio pudo hacer alarde el Sr. Guimerá, dando la flor á
1 nvisible desde arriba
Los señala inmenso brazo, una garrida joven y acompañando á ésta hasta el tro­
no entre los aplausos de la concurrencia.
Y una voz eterna dice:
«S 0Í3 iguales, sois hermanos.» Los demás poetas tuvieron la honra de recibir sus
premios de mano de la Reina de la fiesta.
El mismo D. A. Guimerá obtuvo los de la englauti­
N a r c iso C a m p il l o .
Madrid, 17 do Mayo. na de oro y de la violeta de oro y plata por Lo plant
de. Claris y Romia/ges; D. Aniceto Pagésde Puig ob­
tuvo el concedido por la ciudad de Reus por la compo­
sición dedicada á Una dona, y quedaron sin adjudicar
LOS JüEG O S F L O R A LES EN BARCELONA.
los de Alicante, Gerouay Lérida y el del Ateneo bar­
celonés. Se otorgaron accésits á los Sres. Franqueza,
Coca, Pagés de Puig y Marti Folguera.
Principal y la Lonja— La reina de la fiesta.—Ros de Oiano.—Los premios Fueron oidas con vivas muestras de aprobación las
y los premiados.—La literatura catalana y la española.—Despedida.
composiciones premiadas, pero ninguna tanto como el
poema Atlánliaa, de D. Jacinto Verdaguer, qne obtu­
Se dice del pueblo catalau que si es el más produc­
tor y laborioso de España, es también el más positi­ vo el premio extraordinario de la Diputación provin­
cial de Parcelona, consistente cu una colección de pre­
vista, el que muestra mayor apego á los intereses ma­
teriales. Y no hay inconveniente en concederlo, si asi­ ciosos poemas.
Lamentaremos de paso que por esa razón no tengan
mismo se reconoce su mayor afición á las Bellas Ar­
tes, y en general á todos los frutos del espíritu, en que, mayor eco estos grandes certámenes. Se dirá que con
ellos Cataluña prueba que posee literatura propia; pero
si entra por mucho la fantasía, no entra por ménos el
sentimiento. esa literatura bien pudiera conservar su espirita y su
Es notoria singularmente la predilección de este pue­ originalidad en el hermoso lenguaje común de España.
Los más celebrados poetas hijos de Cataluña, como
blo por el Teatro, por la Poesía y la Música. Así se
comprende la influencia qne ejercen en su cultura ins­ Serafi Pitarra, el autor de Lo Ferrer de Tall; Feliu y
tituciones como la de las sociedades de coros y la qne Codina, el de La Filia del marxant, y Balaguer, el de
funda su envidiable prestigio eu la celebración anual Don Juan de Serrallonga, dun el ejemplo, por for­
de los Juegos Florales; fiesta restaurada en Barcelona tuna, escribiendo igualmente bellas páginas en caste­
en 1859, y que todos los años se efectúa con gran so­ llano.
lemnidad el primer domingo de Mayo. Antes de concluir la fiesta, el mantenedor D. Vicente
Prescindiendo de la historia de estos Juegos, por de­ Boix, adelantándose al proscenio, leyó con robusto
masiado conocida, nos concretamos á describir la fies­ acento un discurso de salutación y despedida á Bar­
ta solemne celebrada en el año actual. celona, evocando recuerdos gloriosos qne enlazan á las
El acto de la distribución de los premios se efectua­ provincias del principado de Cataluña con las del au-
ba otros años en el salón de la histórica Lonja, y á sn tiguo reino de Valencia.
magnificencia perjudicaba en cierto modo la severidad L u c ia n o G a r c ía df. l R eal .
arquitectónica del edificio, tratándose de una fiesta Barcelona, primer llamingo de Mayo de 1S77.
amenisima y un concurso de damas tan hermosas y ga­
llardas como las barcelonesas; más se realza el mérito
 N.° X IX J_j A I lustración JÍI s p a ñ o l a y A mericana.

LIBROS PRESENTADOS valencianos. Se adm iten suscriciones (8 reales al trim estre) P la n o g e n e r a l d e B a r c elo n a , de su ensacbe y pueblos
en las principales librerías, y en la A dm inistración, V alen­ contiguos en 1877. Magnifico plano que sirve de necesario
Á ESTA REDACCION POR AUTORES ó EDITORES. cia, im prenta de D. Manuel Alufro (Quevedo 17). complemento á la Guia del Sr. Cornet y Mas. Hállase en
la libreria del m encionado editor D. Eudal lo P n ig , B arce­
R usia y T urquía . Hemos recibido el tomo vi do la ilus­ D ra m a s l ír ic o s , por D. M ariano Capdepon. Hemos reci­
tra d a Biblioteca M ilitar, asi titu la d o , quo contiene un in te­ lona (P laza Nueva, 5).
bido el tomo ii de esta bella o b ra , que contiene los dram as
resante trabajo histórico, geográfico y m ilitar sobre las dos E l Cid, E l P uñal de M isericordia, Enripian, E l Bandida, P booram a de la asignatura de H istoria de Esparta, por
potencias que boy absorben la atención de Kuropa. El libro }’ Mitridates. Un tomo de 182 págs. en 8." m ayor, correc­ el catedrático num erario de la m ism a en la Universidad
á que nos referim os, elegantem ente encuadernado á la in ­ tam ente impreso en Burgos, en el establecim iento tip o g rá­ Central. Dr. D. Manuel Pedrazo Valencia. Im p. de D. Ma­
g lesa, contiene adem as un plano de T urquía para m ayor fico de D. Tim oteo A rnaiz. Véndese á dos pesetas en las nuel Tello, Mudrid (Isabel la Católica, 2.1).
inteligencia del texto. Véndese en la A dm inistración, M a­ principales librerías, y en el alm acén de m úsica de D. José A i -é n d ic e al Catálogo de la Libreria espinola y extran­
drid (P izarro, 16). Campo, Madrid (Espoz y M ina, 9). je r a d e D. J . M. A bradio, en la H abana (callo del Obis­
V a l e n c ia il u s t r a d a , revista sem anal de ciencias, artes, | G u ia -C ic e r o n e d e l a c iu d a d d e L é r id a , por D. José po, 63).
literatura, industria y comercio. En la herm osa ciudad del Pie van de Porta. Curioso libro en que se describe con buen
T esoro d e la p o e s ía c a s t e l l a n a (siglo x v ).—F orm a es­
T uria ha empezado á publicarse este periódico, cuyo nú­ criterio y erudición la herm osa ciudad de L érida, su histo­
mero prim ero contiene artículos y poesías notables d e los ria, tradiciones, m onum entos, usos, etc. Véndese á módico ta obra el tomo xxx de la Biblioteca Universal, y se vende
Srea. Vives y Mora, de Orga, Sociats, Borso. P iz cu e ta, R o­ precio en la im prenta del editor, D. José Sol T orrens, en á 2 rs. en la A dm inistración, Madrid (LegauitOB, 18, 2.°).
driguez, Guzman y otroB no menos distinguí los escritores [.crida (M ayor, 13, y Blondol, 10). V.

ADOLFO EW IO, ú n ic o a g e n t e é n F r a n c i a . ANUNCIOS: 3 fra n c o s la ín e a .

10. r u e T a i t b o u t , P a r í s . RECLAMOS : P r e c i o s c o n v e n c io n a le s .

El Sr. D. Alejandro G uerra, oficial italiano Tornos á cono

acogido á nuestra p atria, se ha presentado en BALSAMO DE S A L V A C IO N DE LA CHUZ ROJA
esta Dirección para saber si la Advertencia pu­ Y SU POMADA AUXILIAR. » pata modelos
blicada p>>r e! Administrador del periódico en Prodigioso descubrimiento para corar rápida y seguramente toda clnse de herida», quemadora«, contnrionc», y y> de aplicación
el número XXX t de L a I lustra OTON E spa ­ demox lesione« y enfermedades de I» piel, acreditado por millares do casos difíciles en lo» campabas de Coba. Norte,
ñola y A mericana era alusiva a su persona, Centro y Cataluña, recomendado |>or eminentes facultativos para dichas enfermedades y pan» resolver toda clase de » á cilindro
habiéndosele manifestado que aquella Adver­ inflamaciones y padecimientos rebeldes del estomago.
tencia no podía tener relación alguna con dicho En toilos los casos de infección pútrida ú gangrenosa se recomienda el bálsamo como el más eficaz y seguro des­ Maquinaos de ace­
caballero; porque si bien éste y el entóneos men­ infectante. asi como fútralos tumores, granos, panadizos, llagas ó ulceraciones rebeldes, etc., debe emplearse la pillar
cionado llevan igual apellido y proceden de la pomada auxiliar del balsamo, por obrar ósta como madurativo, corrosivo}- desecante prodigioso.
Los resultados que se obtienen con ambos productos exenten en macho á cuantos elogios pudiera tributárseles.
misma nación, hay la diferencia de que m¡éli­ Se vende en la» mejore» farmacias y droguería» de España y del Extranjero. FU CH S t KUNAD
tros no se conoce siquiera al aludido por nues­
D e p ó s ito g e n e r a l , d o n d e s e s ir v e n los p e d id o s , E U S E B I O P R E S A , e n
tra Adm inistración, sabemos que el actual re­
Z a r a g o z a .—P r e c io : 6 y 10 r s . f r a s c o d e b a ls a m o , y 6 rs . b o t e d e p o m a d a . en P lagw itz-L eipzig.— A lem ania.
clamante D. Alejandro Guerra es un cumplido
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Mentimos que la proloneada ausencia de Es­
paña de este Sr. Guerra haya sido causa para cassíhlu m i i z l u
retrasar la aclaración anterior, que hoy nos
complacemos en consignar.
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ja n lo s T u l» o » L e v a « » l- u r
c o n tra lo s a c c e s o s d e Asma,
la s O p re sio n e s y la s S u fo c a c io n e s, y to d o s c o n ­
NEURALGIAS
________ _____
ta n te , c o n la«
P ild o ras % tu i-
.l i - u r i i l g i M » d e l D n cle u r CHONtEK.— P re c io e n "Perfumería CHANTAL-MA
James SMITHSON v ie n e n e n d e c ir q u e e s ta s a tra c c io n e s c e s a n in s­ P a r ís : 3 Ir. la ca ja E x íjase s o b re la c u b ie rta d e Fundada ea ISIS.—CO años de éxito.
ta n tá n e a m e n te c o n s u uso. la co ja la tirin a e n n e g r o d e l D o c to r t 'R O X I l 'l l .
Para volver inmediata-1 f*«i >-ia, L E V A S S E U R , p i»«-", S3, r . de la Uannate, y en las principales Farmacias. Proveedor de todas las cortes y de la ella
mente A loe cabello» y a la sociedad.
barba ao color natural en
todo» matices. FASTI UPQITORU- Orata insl.intóneami'nb' todo volto Importano del rostro,
PÂTE EPILATOIRE •in el ma* leve peligro para el culi». Predo11fr HtIM del »BRILLO, pari amur

rae
-Ivello del pechoyluibràxo*.Pr.ifr. Periurncri*4;DUSSER,ru*J.l.Rouiìeau, 1,Para.

E»te célebre anünerróltftco ruso del doctor

BRILLO »el CUTIS
La Crema de Turquía de la célebre

v v K u , nece- I
on esta Tintura no na.v teS i
id de lavar la cabeza ni
lespuea, su aplicación e
a v pronto el resaludo-
ncha la piel ni da&a sa
La caja completa 6 f’j .. en
a L- LEGRAN D « V BRONQUITIS CRÓNICA
13. y en ¿as principa—
na* de América.
EL ANISINA MARC JOCHFLSON es un producto higiénico de una
inocuidad per feria, que quita,en menú des
%n minuto, los mas fuertes dolores uevrálgiros, jaquecas, dolores de muelas icrvi'-i-s. ele.— Bree»: 5 francos.
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liare desaparecer las arrugas, blanquea en
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n al, S ; & Bernanda, calle Mayor, S7y 29, y en la» principal*» Farmacia». sy
 344 pA J l UST^A JIO N , J S s PAÑOLA. Y y^MEl^ICAPiA K.° 5 IX

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DE 10 VECES LAS 8
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fc s e e m p le a n en los S k a t i n g s - R i n k s I n g l e s e s .
en algunos minutos, con el empleo de O L E O G O M E para la hermosura de los cabellos
S e g a r a n tiz a el p re c io d e p ro d u c c ió n E L I X I R D E N T I F R I C O para sanearía boca
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E N V I O F R A N C O D E L P R O S P E C T O : V IN A G R E d e V I O L E T A S para il tocador
P r. C lertan.
Tres ó cuatro de estas p e r la s pro­ JA B O N D E L A C T E IN A para el tocador

111111111111 rn
ducen un alivio casi instantáneo, de
tal modo, que t-i la primera dosis no 2 )5e venden en la T á u r ic a
OPRESIONES NEVRALGIAS .
ejerce ninguna acción, es casi inútil
repetirlo.
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CATARROS^CONSTIPADOS ASMA PorlosMLLO* ESPIO
A spli.im b. el h u m o , p e n e tr a e n el F e c h o , calm a el siste m a n e r ­
jj parís 13 rue d Enghien. 13 parís
Z Depósitos en casas de los pr.neipales heiliimislas,
v io so . faclUlu la e x p e c to ra c ió n y fa v o re c e Jas fu n c io n e s d e los Z ISoücarios v l’di^ncros de ambas aduncas
lo que permite la curación de una O rganos r e s p ira to rio s . (E x ig ir e<ta firma J. KSI'IC.) r u i i u n i n 111 í i i i i i i i m m i i y n 11 u llijü
neuralgia ó una jaqueca por un pre­ l e n t a p o r m a y o r J . E 4 > l* l< . I t * i . r u é M' I . a r a r e , 1‘ a r ÍM .
Y cola* principales Farmacias de las America*.— * f r . la c a j a .
cio insignificante.
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trementina con un cuidado especial, PILDORASdeBLANCARD
c-s menester desconfiar de las imita­
ciones, y exigir como garantía de ori­
gen en cada frasco la firma Clkrtan.
ENFERMEDADES DE LA MUJER
M a d a m e L a c h a p e l l e , partera de prim era clase, profesora de parlón, trata
Aprobadas p o r la A n u í do Mcd. de París.
tv-.l i* Pildoras *•* empican contra las a f e c ­
c io n e s e s c r o ln lo s a s , la p o b re z a d e la
s a n g r e . I* a n o m ia , ele.., ote.
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(bíii descanso ni régim en) las enferm edades de la m u jer, como inflam aciones, sobre­
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ra de Celemíun. 3 ; .!/• m im o, pla7.u ■le Isabel 11.7; em plea Madame L a c h a p e l le , son el resultado de 25 años do estudio y observaciones
Gruu. Mesón (te Paredes, 10; Aarorro. Atocha, 31; 8‘ encuentran en
Bullen dtl Bum Sin ni I, Fiara del Angel. prácticas en el tratam iento especial de estas afecciones. todas la» hrui.iríiK
Madame L a c h a p e lle recibe todos los dias de 3 á 5 de la tard e, en su gabinete. Farm.ice.uhco, rué Bonanartr. 40. P/tm
V___________ _________ 2 7 , r u e d e M o n th a b o r , e n P a r í s , cerca de las Tuberías.

U m O IJ T IN E
es un Polvo de A rros especial preparado
con Bismuto,
por consiguiente ejerce una acción
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E s udhorent« r invisible,
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