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El miércoles 30 de mayo de 2018, Henri Falcón anunció que había

impugnado la elección presidencial del 20 de mayo ante la Sala Electoral


del Tribunal Supremo de Justicia. En resumen, Falcón demandó la
nulidad de toda la elección alegando que el uso del carnet de la patria
configuró un caso de soborno, todo lo cual debe conducir a realizar
nuevos comicios.
¿Qué cabe esperar ahora?
Los fundamentos de la impugnación
El recurso contencioso-electoral básicamente se centra en un solo
argumento: en la elección del 20 de mayo el Gobierno empleó el Carnet
de la Patria como herramienta de propaganda electoral y, además, ofreció
recompensas a cambio de votos. Se alegó, así, la existencia de elementos
de presión, fraude y soborno que determinaron “que en la elección del 20
de mayo no se preservó la voluntad general de los electores”.
Esa denuncia se fundamenta en el artículo 215.2 de la Ley Orgánica de
Procesos Electorales, de acuerdo con el cual la elección es nula cuando
haya mediado soborno, como modalidad del fraude electoral que elimina
la libertad de decisión de los electores.
De manera especial, Falcón invocó el precedente de la sentencia de la
Sala Electoral que en diciembre de 2015 suspendió como medida
cautelar la proclamación de cuatro diputados de la Asamblea Nacional,
por presuntos fraudes asociados con recompensas económicas a cambio
de votos. Para Falcón, ese precedente debe ser aplicado a la elección del
20 de mayo de 2018 a los fines de declarar su nulidad.
De esa manera, según el petitorio del recurso presentado, Falcón solicitó
al Tribunal que analizara el conjunto de actas electorales que fueron
impugnadas, a los fines de determinar si el resultado que arrojan tales
actas se estuvo afecto por el señalado soborno. Si en efecto tales
resultados se vieron afectados, el Tribunal tendría que determinar si las
actas anuladas inciden en el resultado electoral a los fines de ordenar una
nueva elección presidencial.
Es importante advertir que el recurso nada dice sobe los otros vicios
presentes en la elección, en especial, por la convocatoria anticipada
realizada por la asamblea nacional constituyente, así como por las trabas
y obstáculos impuestos para el ejercicio de los derechos políticos. En
realidad, Falcón solo alegó el caso del supuesto soborno a través del
Carnet de la Patria y señaló que esto violaba el Acuerdo de Garantías
Electorales que se suscribió.
¿Qué debería pasar ahora?
Si se aplica la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, una vez
presentado el recurso la Sala Electoral deberá decidir si inicia el juicio, lo
que es una decisión de mera forma. Luego de esto se abrirá un debate
procesal en el que podrán intervenir todos los interesados para presentar
alegatos y pruebas. Finalmente, la Sala deberá emitir una decisión. Si se
aceptan los argumentos de Falcón, la Sala podría ordenar repetir las
elecciones.
Falcón no solicitó ninguna medida cautelar, como la suspensión de la
elección, al contrario de lo que sucedió en el caso Amazonas. Esto
implica que cualquier decisión sobre la elección presidencial, si se inicia
el juicio, solo se obtendría luego de sustanciado todo el proceso, lo que
puede tardar años.
Pero en la práctica, son otros los escenarios que podrían suceder.
Así, la Sala Electoral –e incluso, la Sala Constitucional– puede decidir
no iniciar el juicio, tal y como ocurrió con las impugnaciones de la
elección presidencial de 2013. Bastará con alegar, genéricamente, que no
existen fundamentos sólidos para sostener la existencia de sobornos.
También la Sala Electoral puede iniciar el juicio sin afectar los resultados
de la elección, pero difiriendo indefinidamente en el tiempo la sentencia
de fondo. El caso de Amazonas, citado por Falcón, se ha extendido por
casi dos años y medio sin que la Sala Electoral adopte una decisión. Algo
similar podría suceder en este caso.
Lo que sí parece poco probable es que la Sala Electoral inicie el juicio y
decida la nulidad de la elección por el alegado soborno. Tal y como se
concluye en estudios sobre las estadísticas de la Sala Electoral, 8 de cada
9 sentencias que revisan actos del Poder Electoral favorecen a partidos
oficialistas (una tendencia que hoy día parece mucho más favorable al
Gobierno). Si seguimos esas estadísticas, el resultado más probable es
que el recurso de Falcón sea inadmitido, declarado sin lugar o
simplemente ignorado.

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