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En 1920 Sigmund Freud escribe “Más Allá Del Principio De Placer” y pone en
cuestión este postulado teórico del psicoanálisis.
En este texto trabaja específicamente los sueños traumáticos, los juegos infantiles,
la repetición en transferencia y aquellas manifestaciones denominadas como
“neurosis de destino”, ya que todas ellas pueden resumirse en la repetición de lo
displacentero.
Freud se aboca al estudio de los sueños traumáticos y se pregunta acerca del motivo
por el que, si el sueño es una tramitación de deseo, conduzca al sujeto una y otra
vez a la situación penosa. Los sueños traumáticos se caracterizan por surgir en
personas que se han visto determinadas por una situación traumática como un
accidente y en donde lo que se produce en el sueño es la repetición de ese suceso
traumático. Dice textualmente: “la vida onírica de las neurosis traumáticas
muestra el carácter de reconducir al enfermo una y otra vez a la situación de su
accidente, de la cual despierta con renovado terror. El enfermo está, por así decir,
fijado psíquicamente al trauma.”
De esta manera Freud dice que el sueño traumático es el que contradice la teoría
acerca del sueño como realización de deseos, no sucediendo lo mismo con los
sueños de angustia (pesadillas) en tanto aun cuando en estos la función del sueño
está a punto de fracasar, el sujeto se despierta y esto opera como defensa ante la
emergencia de lo traumático. De la misma manera, los sueños punitorios tampoco
representan un obstáculo a la teoría, ya que en estos se sustituye la realización de
deseos prohibida por el correspondiente castigo.
Los sueños traumáticos no pueden verse como cumplimiento de deseo sino que
obedecen a la compulsión de repetición y así es que Freud enuncia que “no sería
la función originaria del sueño eliminar, mediante el cumplimiento de deseo de las
mociones perturbadoras, unos motivos capaces de interrumpir el dormir, solo
podría apropiarse de esta función después que el conjunto de la vida anímica
aceptó el imperio del principio de placer. Si existe un más allá del principio de
placer, por obligada consecuencia habrá que admitir que hubo un tiempo anterior
también a la tendencia del sueño al cumplimiento de deseo. Esto no contradice la
función que adoptará más tarde.”
Es decir que Freud está situando al sueño traumático como obedeciendo a una
prehistoria de esta tendencia realizadora de deseo. Estos sueños remiten a un
tiempo lógicamente anterior a la instauración del deseo o, de acuerdo a lo que
Freud va a seguir trabajando en el texto, lógicamente anterior a la pulsión de vida.
El sueño traumático responde a una tendencia aún más primitiva que el principio
de placer.
Website: https://sites.google.com/site/psicologiaforenseargentina/
Bibliografía:
Freud, Sigmund, Más Allá Del Principio De Placer, Obras Completas, Amorrortu
Editores, Buenos Aires, 1990.
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/deed.es_AR