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Sostén mi mirada por un segundo más

Al caer el sol se me nublan las pestañas


Es de viejos posar en silencio

Puertos encumbran mis visitas


dragones morados vuelan sobre mi cabeza

De vuelta en la ciudad silbé 3 veces


Una para llamar a mi caballo, otra por mí
la última por tu
mochila que se olvidaba detrás

Pinturas escasas bajo el portafolio


En 2 cuadernos llevaba mis canciones
en una anotaba mis pensamientos
la otra más bien goteaba
al suelo caían las gotas que germinarían.

Por entre las ramas brilla el sol que hace destellar ligeramente
las gotas caídas tras la lluvia
te acuerdas que te conté que el caballo entraba a mi casa?
O del duende que subía atado de su diente?

Seguro sí te conté del chicle que me pegaban mis compañeros


me ataban a ellos
por cierto tiempo me escondí tras las rocas
yo, lagartija, esquivaba las piedras,
lanzadas desde el despeñadero

Cuando cuentos mis cuentos, contará el pastor los suyos?


O se abrigará bajo el fuego, la brillante noche
cruza el horizonte. Se encabalga a los 72 mares
el Mediterráneo se ha fugado

Como los gusanos piensan en las mariposas


así, el más joven de entre las flores piensa en ti
Te le acercas, sonriendo
¿el beso es de despedida?

Cuando vuelvas a irte ¿perderé tu aroma?


Se diluirán las frases desgajadas?
el recinto se colmará con el contubernio creado?
Dónde descansará mi cara?
A qué cabellos mi aliento alentará?

No dejes de llamar al mar por su nombre


el viento de las tardes acariciará tu cuello
de vez en cuando te veré con la mirada de un niño

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