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Área/sub-área LITERATURA

SOPORTE PEDAGÓGICO VERSIÓN: 00


Grado y sección 3RO DE SECUNDARIA
Semana 2
CÓDIGO: HHB - GAC – SP – 13 Página 1 de 4
Profesor(a) VILMA CABRERA

MIGUEL DE UNAMUNO Y JUGO


Filósofo y escritor español de la Generación del 98. Nació en Bilbao en 1864. Después de cursar el
bachillerato en su ciudad natal, se trasladó a Madrid en 1880 para estudiar en la Facultad de Filosofía
y Letras, donde obtuvo el doctorado con una tesis sobre el pueblo vasco. De regreso a Bilbao, se dedica
a dar clases particulares, hasta que, en 1891, obtiene la cátedra de griego en Salamanca titulada
“Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca”. Ese mismo año contrae matrimonio
con Concepción Lizárraga. En un principio, Unamuno se muestra partidario de las ideas positivistas,
pero después se inclina hacia el socialismo, y se afilia al Partido Socialista el año 1894.

Durante su juventud, Unamuno defendió ideas socialistas y colaboró en la revista La lucha de clases. Sus planteamientos
cambiaron tras sufrir una profunda crisis religiosa en 1897: abandonó en racionalismo y se acercó a posturas más irracionalistas y
religiosas, como queda reflejado en su Diario íntimo. El año 1900 es nombrado Rector de la Universidad de Salamanca, cargo del
que es desposeído en 1914, por declararse partidario de los aliados. Seis años más tarde, Unamuno es procesado por escribir un
artículo injurioso contra el rey Alfonso XIII. Deportado a la isla de Fuerteventura en 1924, posteriormente se exilia en Hendaya y
luego en París. En 1931 regresa a Salamanca y vuelve a ser nombrado Rector de la Universidad, pero nuevamente es desposeído
del mismo, esta vez por el Gobierno de la República, por haberse adherido al levantamiento del General Franco.

Falleció en Salamanca, el día 31 de diciembre de 1936 al poco tiempo del comienzo de la Guerra civil española. Unamuno fue un
hombre de una personalidad original y desbordante, muy polémica y, a veces, contradictoria, tanto en su pensamiento como en su
actividad política que se reflejan en sus obras con las que proponía despertar las conciencias de sus compatriotas.

CARACTERÍSTICAS

-Es el líder del grupo “La Generación del 98”.


-Elaboró el concepto de “Intrahisotira”, es decir, lo cotidiano y la tradición del pueblo español. Españolizar Europa y europeizar
España. Como a los miembros de su generación, también le interesó el paisaje castellano, la vida madrileña y, por otro lado, el
contacto obligado con Europa.
-Cultivó una gran variedad de géneros literarios como la novela, el ensayo, el teatro y la poesía.
- Sus novelas se centran en el conflicto íntimo de los personajes, debido con frecuencia a las relaciones familiares. En ellas desarrolla
sus temas obsesivos: la afirmación de la personalidad, la lucha contra el instinto, contradicción, afirmación-negación o constante
duda del mundo sensible, el deseo de dominio sobre los demás, la muerte, la existencia de Dios... Para ello interviene en el relato,
dialoga con sus personajes, los convierte en símbolos, interpela al lector...
- Los temas que le preocupan son:
-El problema de España: Al preguntarse por la esencia de lo español, diferenció entre historia e intrahistoria. Para Unamuno, el
verdadero carácter del pueblo se manifiesta en la intrahistoria. Al principio se ocupó de defender la necesidad de europeización,
pero más tarde optó por defender la españolización de Europa.
−El problema religioso: El ser humano, según Unamuno, siente terror a la nada y desea existir eternamente; por ello, necesita un
Dios que garantice su perdurabilidad después de la muerte. Unamuno identifica la necesidad religiosa con el ansia de inmortalidad.
Toda su vida fue una lucha entre el deseo de creer y la falta de fe.
−El problema de la identidad: Unamuno distingue entre lo que uno es y lo que uno desea ser. De esta manera identifica el yo
profundo con ese yo ideal. La personalidad humana es obra de la imaginación. Equipara a los seres reales con los personajes de
ficción y piensa que los de ficción son superiores a los reales porque pueden soslayar la muerte, inevitable para el ser humano.

PRODUCCIÓN LITERARIA

ENSAYO NOVELA:
 En torno al casticismo (1895) -Paz en la guerra (1897)
 Vida de don Quijote y Sancho (1905) - Amor y pedagogía (1902)
 Por tierras de Portugal y España -Niebla (1914), considerada su mejor novela, llama “nivola”
 Mi religión y otros ensayos (1910) por su creador para diferenciarla de la supuesta forma fija de
 La agonía del cristianismo la novela.
 Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y - Abel Sánchez (1917), Unamuno también se sintió atraído
en los pueblos (1912) por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica
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de Caín y Abel, este motivo fratricida sirve de base a su


novela.
-Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920) POESÍA
La tía Tula (1921), que tiene como tema central las ansias de  Poesías (1907)
maternidad de una mujer virgen.  Rosario de sonetos líricos (1912)
-San Manuel Bueno, mártir (1930), Cuenta la historia de un  El Cristo de Velázquez (1920)
cura de pueblo que ha perdido la fe, pero que aparenta  Rimas de dentro (1923)
tenerla para que sus feligreses mantengan intactas sus  Romancero del destierro (1927)
creencias religiosas. En esta obra aparecen todos los motivos TEATRO
que, recurrente e insistentemente, habían ido apareciendo en  Fedra (1910)
sus novelas anteriores: la lucha agónica del individuo en este  Sombras de sueño (1926)
mundo, el creer y el aparentar creer, la soledad, los
 El otro (1926)
problemas de la fe, la vida como sueño...
 Medea (1933)

NIEBLA
Características.
- Tiene a ser filosófica y teológica
- Lo que más sorprende al lector de esta obra es la utilización del conocido juego vida-literatura: Augusto Pérez, el
protagonista de la novela, se enfrenta con su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es
ficción.
- El autor renovó el género novelístico y, con el fin de justificar las importantes innovaciones que introdujo, inventó la
palabra “nivola”.
- Desnudez narrativa. Escasez de descripciones y costumbres.
- Gran importancia del diálogo y el monólogo interior (técnica nueva en la narrativa contemporánea).
- Presencia de un personaje agonista en lucha contra la idea de la muerte.
- Concepción de la novela como un método de conocimiento aplicado a la búsqueda de soluciones frente al ansia de no
morir.
- La confluencia de la realidad y la ficción.
- Estructura abierta, con posibilidad de varias interpretaciones, que exigen la participación de un lector activo inteligente.

ARGUMENTO

El protagonista es Augusto Pérez, un joven rico y profesional. Es hijo único y cuando su madre viuda fallece, Augusto no sabe qué
hacer con su vida. Por casualidad conoce a una pianista, Eugenia Domingo del Arco, y comienza a cortejarla, pero Eugenia lo
rechaza porque ya tiene novio. Augusto entabla una amistad con Rosario, una de las sirvientas de Eugenia, y comienza a cuestionar
el sexo femenino y se pregunta si las mujeres tienen alma y si se puede confiar en ellas. Como experimento, Augusto le pide a
Eugenia que se case con él para ver cómo respondería. Eugenia, quien en ese momento se había peleado con su novio Mauricio,
decide aceptar su propuesta de matrimonio. Sin embargo, poco antes de la boda Augusto recibe una carta de Eugenia en que ella
le dice que ha decidido no casarse con él y que se va a ir a las provincias con Mauricio a vivir de un trabajo que Augusto le había
conseguido.

Tras recibir esta noticia, Augusto se siente burlado, empieza a dudar de su existencia y contempla el suicidio. Pero antes, decide ir
a Salamanca a ver a Don Miguel de Unamuno para pedirle un consejo. En su visita, el escritor le dice a Augusto que no existe, que
sólo es un personaje de ficción en su libro y que está destinado a morirse, no a suicidarse. Augusto discute con Don Miguel -quien
juega el papel de Dios en la vida del personaje como autor del libro--y le suplica que no lo mate. Tras discutir ambos acaloradamente
y tras revelarse el personaje hacia su creador, poniéndole furioso, Augusto vuelve a casa con la pena de muerte impuesta por
Unamuno, su creador. Muy confundido y allí se muere al lado de su perro Orfeo.

Tras enterarse Unamuno de la muerte de su personaje, piensa en resucitarle para que se quite la vida a sí mismo, pero la aparición
de Augusto en los sueños del autor le previene de tal barbaridad.
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Profesor(a) VILMA CABRERA

Capítulo XXXI
Aquella tempestad del alma de Augusto terminó, como en terrible calma, en decisión de suicidarse. Quería acabar
consigo mismo, que era la fuente de sus desdichas propias. Mas antes de llevar a cabo su propósito, como el náufrago
que se agarra a una débil tabla, ocurriósele consultarlo conmigo, con el autor de todo este relato. Por entonces había
leído Augusto un ensayo mío en que, aunque de pasada, hablaba del suicidio, y tal impresión pareció hacerle, así como
otras cosas que de mí había leído, que no quiso dejar este mundo sin haberme conocido y platicado un rato conmigo.
Emprendió, pues, un viaje acá, a Salamanca, donde hace más de veinte años vivo, para visitarme.
Cuando me anunciaron su visita sonreí enigmáticamente y le mandé pasar a mi despacho-librería. Entró en él como un
fantasma, miró a un retrato mío al óleo que allí preside a los libros de mi librería, y a una seña mía se sentó, frente a mí.
Empezó hablándome de mis trabajos literarios y más o menos filosóficos, demostrando conocerlos bastante bien, lo que
no dejó, ¡claro está!, de halagarme, y en seguida empezó a contarme su vida y sus desdichas. Le atajé diciéndole que se
ahorrase aquel trabajo, pues de las vicisitudes de su vida sabía yo tanto como él, y se lo demostré citándole los más
íntimos pormenores y los que él creía más secretos. Me miró con ojos de verdadero terror y como quien mira a un ser
increíble; creí notar que se le alteraba el color y traza del semblante y que hasta temblaba. Le tenía yo fascinado.
–¡Parece mentira! –repetía–, ¡parece mentira! A no verlo no lo creería... No sé si estoy despierto o soñando...
–Ni despierto ni soñando –le contesté.
–No me lo explico... no me lo explico –añadió–; más puesto que usted parece saber sobre mí tanto como sé yo mismo,
acaso adivine mi propósito...
–Sí –le dije–, tú –y recalqué este tú con un tono autoritario–, tú, abrumado por tus desgracias, has concebido la diabólica
idea de suicidarte, y antes de hacerlo, movido por algo que has leído en uno de mis últimos ensayos, vienes a
consultármelo.
El pobre hombre temblaba como un azogado, mirándome como un poseído miraría. Intentó levantarse, acaso para huir
de mí; no podía. No disponía de sus fuerzas.
–¡No, no te muevas! –le ordené.
–Es que... es que... –balbuceó.
–Es que tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras.
–¿Cómo? –exclamó al verse de tal modo negado y contradicho.
–Sí. Para que uno se pueda matar a sí mismo, ¿qué es menester [necesario]? –le pregunté.
–Que tenga valor para hacerlo –me contestó.
–No –le dije–, ¡que esté vivo! –¡Desde luego! –¡Y tú no estás vivo!
–¿Cómo que no estoy vivo?, ¿es que me he muerto? –y empezó, sin darse clara cuenta de lo que hacía, a palparse a sí
mismo.
–¡No, hombre, no! –le repliqué–. Te dije antes que no estabas ni despierto ni dormido, y ahora te digo que no estás ni
muerto ni vivo.
–¡Acabe usted de explicarse de una vez, por Dios!, ¡acabe de explicarse! –me suplicó consternado–, porque son tales
las cosas que estoy viendo y oyendo esta tarde, que temo volverme loco.
–Pues bien; la verdad es, querido Augusto –le dije con la más dulce de mis voces–, que no puedes matarte porque no
estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes...
–¿Cómo que no existo? ––exclamó.
–No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de
aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que
un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.
Al oír esto quedóse el pobre hombre mirándome un rato con una de esas miradas perforadoras que parecen atravesar la
mira a ir más allá, miró luego un momento a mi retrato al óleo que preside a mis libros, le volvió el color y el aliento,
fue recobrándose, se hizo dueño de sí, apoyó los codos en mi camilla, a que estaba arrimado frente a mí y, la cara en las
palmas de las manos y mirándome con una sonrisa en los ojos, me dijo lentamente:
–Mire usted bien, don Miguel... no sea que esté usted equivocado y que ocurra precisamente todo lo contrario de lo que
usted se cree y me dice.
–Y ¿qué es lo contrario? –le pregunté alarmado de verle recobrar vida propia.
–No sea, mi querido don Miguel –añadió–, que sea usted y no yo el ente de ficción, el que no existe en realidad, ni vivo,
ni muerto... No sea que usted no pase de ser un pretexto para que mi historia llegue al mundo...
–¡Eso me faltaba! –exclamé algo molesto. –No se exalte usted así, señor de Unamuno –me replicó–, tenga calma. Usted
ha manifestado dudas sobre mi existencia...
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–Dudas no –le interrumpí–; certeza absoluta de que tú no existes fuera de mi producción novelesca. –Bueno, pues no se
incomode tanto si yo a mi vez dudo de la existencia de usted y no de la mía propia. Vamos a cuentas: ¿no ha sido usted
el que no una sino varias veces ha dicho que don Quijote y Sancho son no ya tan reales, sino más reales que Cervantes?
–No puedo negarlo, pero mi sentido al decir eso era...
–Bueno, dejémonos de esos sentires y vamos a otra cosa. (…) A ver, ¿qué opina usted de mi suicidio? –Pues opino que
como tú no existes más que en mi fantasía, te lo repito, y como no debes ni puedes hacer sino lo que a mí me dé la
gana, y como no me da la real gana de que te suicides, no te suicidarás. ¡Lo dicho!
–Eso de no me da la real gana, señor de Unamuno, es muy español, pero es muy feo. Y además, aun suponiendo
su peregrina teoría de que yo no existo de veras y usted sí, de que yo no soy más que un ente de ficción,
producto de la fantasía novelesca o nivolesca de usted, aun en ese caso yo no debo estar sometido a lo que
llama usted su real gana, a su capricho. Hasta los llamados entes de ficción tienen su lógica interna...

¡APLICO MIS CONOCIMIENTOS!

I- Elabora una línea de tiempo creativa sobre la biografía de Miguel de Unamuno.

II. Lee las páginas 96 y 97 de tu libro de teoría, luego responde a las preguntas de análisis que se te presenta.

II. En tu cuaderno, responde a las siguientes preguntas, luego prepárate para comentarlo en clase.

1. ¿Por qué razones se llama “Nivola” a su obra? Explica

2. ¿Cuál es el tema principal del fragmento leído de Niebla?

3. ¿Qué subtemas aborda?

4. ¿Quién es Augusto Pérez? ¿Qué características presenta?

5. ¿Por qué razón Augusto Pérez va en busca de Unamuno?

6. En qué parte de la historia se manifiesta el juego vida-literatura. Justifica tu respuesta con citas textuales.

7. Figuras literarias (justifica con expresiones extraídas del texto)

8. Apreciación crítica de la obra, ¿qué aspecto despertó tu interés?

III. Resolver la página 80- 81 del libro de actividades.

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