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Poseído
por el espíritu de Juancho Polo
*Sebastián Polo Hernández, el hijo del juglar Juancho Polo Valencia, cuenta
que está poseído por el espíritu del legendario acordeonero y no le ha permitido
mostrar su obra. Parece una extensión del autor de Alicia Adorada.
* William Ahumada Maury es periodista egresado de la Universidad Autónoma del Caribe. Reportero con 28 años de experiencia
profesional en radio, prensa y televisión. Especializado en crónicas humanas, ganó el premio de periodismo “Mario Ceballos Araújo”
de la Universidad Autónoma del Caribe en el 2003. Es catedrático de Uniautónoma y Esap y candidato a Magister en Gerencia de
Comunicaciones de la Universidad del Zulia, Venezuela.
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El hecho simple de tomar
contra su pecho el acordeón
del juglar más afamado de la
región de los Montes de María
en todos los tiempos, lo era
todo para Sebastián, quien para
entonces tenía 32 años de edad
y sólo había tenido la bendición
del viejo sólo para tocar, muy
de vez en cuando, la caja o la
guacharaca en una que otra
parranda del mismo municipio
de Fundación
se sentía cansado y que, apenas “Mi padre era un hombre simple conjunto vallenato con sede en
llegara, lo llamara para ver cómo en sus cosas, pero de decisiones Barranquilla.
me había ido. Cuando llegué lo de hierro. Me señalaba, sin ha-
encontré muerto y mi vida ense- blar mucho, que lo primero era JUANCHO, TAN LEJOS
guida cambió”, cuenta 35 años el campo, por eso, en las pocas Y TAN CERCA
después Sebastián Polo Hernán- veces que nos veíamos en su
dez, uno de los hijos mayores del vida como hombre famoso, le Sebastián Polo dice que vivió una
legendario cantor popular. gustaba más preguntarme por vida de campesino, común y co-
las cosechas de ñame, maíz, o rriente, distinguido por la gente
El hecho simple de tomar contra de yuca que por los gustos míos que lo saludaba con admiración,
su pecho el acordeón del juglar frente al vallenato. Eso me se- más como hijo de Juancho Polo,
más afamado de la región de los ñaló el primer camino de mi que como el hombre trabajador
Montes de María en todos los vida hacía el campo, antes que que salía todos los fines de mes
tiempos, lo era todo para Sebas- la música y a él eso parecía no de la finca El Gato, de su abuelo,
tián, quien para entonces tenía importarle. Ahora, 35 años des- al municipio de Fundación a ven-
32 años de edad y sólo había te- pués, entiendo su mensaje. Él der la cosecha.
nido la bendición del viejo sólo veía en el campo, las raíces más
para tocar, muy de vez en cuan- valiosas de su filosofía musical”, “Crecí trabajando la tierra con
do, la caja o la guacharaca en relata Sebastián Polo Hernán- mi abuelo Juancho Polo Meriño.
una que otra parranda del mis- dez, quien se confiesa sucesor De Juancho Polo Valencia recibía
mo municipio de Fundación. natural de su padre y dirige un más las noticias de sus correrías
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por los pueblos que sus visitas música de mi papá me sacaba del deonero, pero nada más alejado
hogareñas, pero cuando nos veía- campo. Siempre estaba en el am- de la verdad. Alicia quedó preña-
mos me presentaba con orgullo y biente. La colocaban a cada rato da y una complicación sorprendió
me daba dinero. Nunca me ben- en Radio Libertad, que era la emi- a su marido lejos, tan lejos que la
dijo como su sucesor y cuando sora que se oía allá, la escuchaba noticia tardó tres largos días en
me aventuré a tocar la caja o la en los buses y en los bares de los llegar a los oídos de Juancho.
guacharaca buscaba siempre su pueblos. La gente hablaba de mi
mirada con mucho respeto para papá como si fuera un héroe y, “Cuando Juancho llegó con los
saber si él lo aprobaba, o no. cuando lo veía me sentía orgullo- remedios que le habían mandado
Cuando comencé a tocar el acor- so de estar a su lado. Soñaba que a buscar, ya Alicia había muerto
deón ya yo era un hombre y me me invitara algún día a estar con y estaba enterrada y el viejo se
encontré con el viejo por casuali- el conjunto, pero al tiempo notaba desmadejó. Quedó deshecho. No
dad en una parranda y me miró que él se sentía bien estando yo sabía qué hacer y no volvió más
con picardía. Ese día hizo una con mi abuelo”, recuerda ahora. al rancho en donde se había ins-
mueca que significaba aproba- talado con Alicia. Reunió a su
ción, pero nunca me atreví a co- Por su lado, Juancho Polo Valen- conjunto, tres hombres que lo se-
ger su acordeón”, dice Sebastián. cia, el juglar, tejía su historia de guían con los ojos cerrados a to-
vida y dolor entre los acordes de dos lados, sin preguntar a donde,
El hijo de Juancho Polo jura que su acordeón. Así, entre parrandas y se fueron a la tumba, donde llo-
su verdadera pasión siempre que ardían en medio de kioscos ró por varias horas y compuso Ali-
fue la música, pero hacía con su de paja atiborrados de contertu- cia Adorada. La cantó mil veces y
abuelo Juancho lo que había que lios que no preguntaban por las se marchó sin rumbo, en una sola
hacer: sembrar, por tradición fa- penas del artista popular, y co- correría sin destino. Se marchó a
miliar. “Crecí en la finca El Gato, rrerías sin fin, conoció el amor rodar sin frenos para morir en la
ubicada en la vía a Santa Rosa oculto entre los ojos dulces de casa de su hijo Sebastián”, relata
de Lima, jurisdicción de Flores la joven Alicia Carrillo, a quien emocionado Luis José Rodríguez,
de María, del municipio de San se llevó para su pueblo, Flores el cajero que desde los doce años
Angel, Magdalena. Me mataba la de María, sin más ni más. Todos de edad acompañó a Juancho
dulce tranquilidad de respirar el presumieron que ahí terminaría la Polo Valencia y ahora es fiel com-
olor a tierra cuando llovía, pero la vida andariega del afamado acor- pañero de su hijo Sebastián Polo.
En sus presentaciones,
el hijo de Juancho Polo
se hace acompañar de
Luis José Rodríguez,
el cajero que también
estuvo con el autor de
Alicia Adorada.
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Carmen Carmona, la esposa de
Sebastián Polo, recuerda que el
viejo –varios años después– llegó
un día cualquiera con su som-
brero vueltiao a medio lado, una
camisa desgastada a cuadros
que alguna vez fueron rojos, un
pantalón gris, sus eternas abar-
cas de cuero duro, una bolsa con
una hamaca enrollada y su acor-
deón de nácar blanco y negro
terciada al hombro.
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parte de su propia forma de vivir. concebidas, como Lucero Espiri- a su padre, fuese a recaer algún
Son como dos gotas de agua. tual. día sobre sus hombros.
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su acordeón sin más ni más. Me Andrés Pérez, el guacharaquero lencia, es la misma vaina. Son
dijo ve a esa parranda y regresa. de Sebastián, escuchó al niño igualitos, él canta igualito, sólo que
Me dijo que lo reemplazara, no que y atravesó corriendo la calle sin no se emborracha como el viejo”,
lo acompañara; por eso, aunque pavimentar que separaba la ha- dice gustoso el cajero Luis José Ro-
todos sabían que yo soy Sebastián, bitación del juglar con la casa dríguez, quien es ciego y está con
el hijo, esa noche, imité su voz y de los Polo en esa invasión. “Le la familia Polo desde los 12 años.
canté sus canciones como sólo él pegó una patada a la puerta y la
lo sabía hacer”, rememora. hizo volar. El viejo estaba muerto Pero Sebastián no tiene nada en
en su hamaca. Serenito, como si contra de su padre, pues tiene
Y prosigue: “Esa noche sentí a mi estuviera durmiendo. Eso cam- trabajo permanente y sigue re-
padre en el pecho. Me fue muy, bió mi vida y me hizo saber co- viviendo el orgullo que le sopló
pero muy fácil lograr su tono de sas que sólo ahora entiendo”, el pecho desde su niñez. No, el
voz, parecía muy natural en mí. admite Sebastián Polo, a quien problema es que quisiera mos-
Cuando ya iban dos tandas, le dije todos apodan Chan. trar su propio arte.
a los asistentes que yo quería pre-
sentar mis canciones, pero no me Poco a poco se le fue olvidando Muestra de ello es la canción la-
hicieron caso. Me pidieron nueva- el tono natural de su voz y, como mento que le compuso a Juan-
mente Alicia Adorada, El Duende, si recibiese una orden desde lo cho Polo Valencia cinco años
El Pájaro carpintero, y así se ter- más profundo de su pecho, emi- después de su muerte. La tituló
minó la parranda”, agrega. tió la misma voz nasal que le dio El Sucesor de Juancho Polo:
vida al estilo de canto de Juan-
Sebastián llegó a la casa a las cho Polo Valencia. Siempre le Con tanto cariño que me crió
dos de la mañana y se acostó. sucede lo mismo. mi padre
No quiso molestar a su padre y Y ahora se ha ido sin ideas de
pensó: “Mejor le cuento mañana A partir de ese momento la vida regresar
que me fue muy bien”, relató. artística de Sebastián se debate Yo he quedado solito, recor-
entre la propuesta permanente dando a mi madre
A las cinco en punto de la maña- que hace a las personas que lo El único ángel que me ha que-
na Carmen Carmona despertó a escuchan cantar: “les voy a pre- dado a acompañar.
Juan, uno de sus hijos, y le puso sentar un tema de mi autoría…
una enorme taza de café tinto se titula…”, y la misma solici- Con mucho sentimiento me
caliente en las manos: “Vaya y tud de esa gente por la música toca complacer
llévele a su abuelo”, le ordenó. del viejo Juancho. “No, toca El A todos mis amigos al tocar el
Duende; toca El Pájaro Carpin- acordeón
El joven cuenta que llamó varias tero; toca La Prima; tócate Me Yo a veces pienso que no lo
veces al anciano, pero no recibió robaron el Sombrero”, le piden. debo hacer
la respuesta acostumbrada: “Ya Porque eso me da mucha tris-
va, ya va”. Así han transcurrido 35 años en teza y dolor.
los que Sebastián no ha podido
Preocupado, empujó la puerta erradicar al espíritu de su padre. A mi Sebastián me puso Juan-
de madera, que estaba asegura- “Nada vale. Siempre termino cho Polo
da al marco por un lío de alam- siendo Juancho Polo Valencia y El que compartía las horas
bres entorchados y metió su yo quisiera que la gente conociera conmigo
mano hasta alcanzar la punta de a Sebastián Polo Hernández. Ten- Y en este mundo yo he queda-
la hamaca, en la que sobresalían go más de 40 canciones, entre do solo
los pies de Valencia y la empu- paseos, paseaítos, merengue y Triste muy triste sin mi amigo.
jó. “Mami, mami, mi abuelo está otras canciones. Yo soy un artista
muerto, porque esa hamaca está distinto a mi padre”, se queja. Esta es la única canción que Se-
muy pesada y él no se mueve ni bastián ha robado del repertorio
responde”, le dijo angustiado el “Es que estar con Sebastián es a su padre, cada vez que se pre-
joven a su madre. como estar con Juancho Polo Va- senta.
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