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ARTE Y COMUNIDAD.

Por Adelaida Espí Galbis.

Resumen.
Todo este articulo trata de introducir al lector en un pequeño fragmento del mundo del
arte, el cual, tiene que ver con la parte más comunicativa, reivindicativa, y solidaria del
arte con muy diversas comunidades. Hace un breve recorrido sobre los distintos tipos de
artistas dependiendo de su intervención e interrelación con la comunidad y de la relación
con el espacio público en el que la obra final es exhibida. También incide en el hecho
de que el arte público es más la relación con la gente del lugar donde se realiza la obra,
que con su lugar geográfico o urbanístico.

Palabras clave:
Comunidad, arte público, artista, reivindicación, identidad, diálogo.

Introducción.
Partiendo del hecho de que una comunidad (como dice la Real Academia) es un con-
junto de personas vinculadas por características e intereses comunes, sin querer entrar
en ninguna polémica, es evidente que existen infinidad de comunidades, y muchas de
éstas con la necesidad de reivindicar, de argumentar algo en su favor, de reclamar o
recuperar lo que por razón les pertenece.

Muchas veces sus voces y acciones no son suficientes o no saben como alzar sus rei-
vindicaciones, por lo que aparece (desde hace varias décadas) el personaje del artista
que ayuda por medio de sus pensamientos, medios, o trabajos a las comunidades que
necesitan una voz de apoyo. Entre artista y comunidad nace un diálogo, conversaciones
que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.
Atendiendo minuciosamente a las maneras de actuar y de hacer desde el arte, en rela-
ción con el espacio público, y más aún interactuando con las comunidades específicas;
de manera que este arte público busque la interacción y el intercambio del público (ac-
tuar y pensar).

Claramente esto es un nuevo concepto del encargo público que no tiene nada que ver
con las formas monumentalistas y conmemorativas, sino con un arte que representa
y reivindica la comunidad; por lo que la identidad, el diálogo, la crítica, el presente, las
situaciones, y los compromisos…, sean para mejorar la sociedad y mejorar la calidad
de vida.

Evidentemente, el hecho de que en los años sesenta existieran ciertas prácticas artísti-
cas investigadoras posibilitó la existencia de trabajos híbridos dónde la responsabilidad,
el compromiso, y el servicio (de artista a comunidad, o viceversa) fueran algunas carac-
terísticas de los nuevos trabajos y obras.

Existe un nuevo poder que actúa en las necesidades de propuestas artísticas en lo


cotidiano, de lo que ocurre, de lo real. Un ejemplo de esto podría ser un proyecto de
acciones e intervenciones para la rehabilitación de una comunidad amenazada.
Sin embargo, cabe destacar, que existen diferentes hilos conductores entre el artista y la
comunidad, habiendo muy diferentes formas de fabricar, crear, dialogar, reivindicar…

Desarrollo.

En la relación del arte y la comunidad, es necesario mencionar que es un momento


para: hacer y hablar, generando esfera pública; atendiendo al tema, a la honesti-
dad, al compromiso, a la reclamación, sin que se entienda como algo meramente
decorativo.
Es muy relevante la comunicación entre el artista y la comunidad, estando los artistas
cada vez más activos y comprometidos con las comunidades como parte del proceso
creativo, como catalizadores y como activadores sociales.
Evidentemente hay muchos “modos de hacer” para todo este tipo de trabajos y
situaciones.

A finales de la década de los ochenta la actividad comunitaria en barrios fue iniciada por
el colectivo Group Material. Concretamente en el debate Día Art Foundation en 1988
se planteaba bajo el título de participación cultural, el debate sobre como los artista
podían involucrar a los ciudadanos a construir espacios participativos. Tal y como Davis
Avalos planteaba la necesidad de entender el espacio público como un lugar de socia-
lización, de discusión, de visibilidad, y para congregarse, como en las antiguas ágoras.
Sin embargo éste mismo grupo también planteaba proyectos para que fuera la propia
comunidad la que realizara los trabajos, pretendiendo cuestionar el elitismo cultural del
mundo del arte, renunciando al trabajo individual en pro de una selección de obras de
participantes de la comunidad.

El legado de la tradición nos aporta conceptos del artista como alguien críptico, un
ser visionario, extravagante, raro, con afán de protagonismo… y evidentemente siguen
existiendo muchos artistas con estas características. Sin embargo, ¿en que posición se
encuentra el artista activista ante un proyecto para la comunidad?

Se encuentra en dos situaciones muy simples, el artista como productor y el artista como
mera ayuda para la comunidad productora. Dos ejemplos de esta clara diferenciación
son: la obra de Santiago Cirugeda, consiguiendo la apertura de dos solares, el 114 y 80,
de la calle Barco en Sevilla, dónde el luchó, diseñó y construyó el montaje del mobiliario
para que la comunidad del lugar pudiera gozar de unas instalaciones lúdicas para sus
niños; o por el contrario la obra de los RTMARK (persona anónimas) que ayudaron a
que el trabajo Popotla vs. Titanic pudiese ser realizado por la gente del pueblo. Éste
trabajo nació debido al hecho de que para filmar la película del Titanic se construyó un
bunque enorme lleno de productos químicos y varias naves a su alrededor, todo ello ro-
deado por un gran muro de cemento para poder dejar fuera a los aldeanos del pueblo de
Popotla (Méjico); exactamente esta gran construcción se ubicó entre el pueblo pesquero
y su playa cortándoles el paso e ignorando al pueblo al que habían lastimado. Éste pri-
mero reacciono ante el gran muro con humillación y cólera pero luego asesorados por
RTMARK los aldeanos cubrieron éste con un mural realizado con basura y desperdicios
e hicieron un espectáculo reivindicativo a los medios siendo los habitantes del pueblo
los realizadores de la obra.

Popotla VS Titanic.(1998).
RTMARK y Popotla

Por otro lado, podemos encontrarnos todo tipo de artistas como, Kate Ericson y Mel
Ziegler que realizan proyectos en barrios pero su intención es otra, es la de activar y
concienciar al barrio del sentido comunitario, ayudando asentirse más unidos.
También podemos encontrar proyectos que nacen a partir de la petición del barrio, cuan-
do son los propios vecinos los que se dan cuenta de la necesidad de realizar algo ante
un problema y buscan un artista para que les ayude. Éste fue el caso de un barrio
afroamericano de los ángeles dónde los vecinos y el artista Robbie Conal realizaron el
cartel “Somos todos un color. Para de matar”, para suprimir la violencia, siendo el cartel
distribuido por calles, bares, centros vecinales… Haciendo que la hibridación del artista
y la comunidad fuera un trabajo interdisciplinario, con el posicio-
namiento del artista como un mediador ante la reconstrucción
de una realidad. Estando integrados en un contexto sociocultural
definiendo sus roles.

Evidentemente esto es arte público pero ¿cómo se define éste


concepto?, tal y como dice Lucy R. Lippard,(1) “el arte público
se preocupa, desafía, implica, y tiene en cuenta la opinión
del público para quien o quienes ha sido realizada respetan-
We’re all one color.
do a la comunidad y al medio”. Stop the killing. (1989)
Robbie Conal

A partir de este concepto podemos hablar de obras concebidas


tanto para las exposiciones en el interior de edificios, como para las tradicionales de los
exteriores. Para ver mejor estas dos opciones podemos hablar de la primera opción con
Marta Rosler, If you lived here… (Si tu vivieras aquí), una instalaciones públicas en inte-
rior de salas, de carácter permanente, dotadas de funciones relacionadas con la historia
de la comunidad incluyendo proyectos en los que se hace referencia específica a la his-
toria de la comunidad. La obra estaba compuesta por tres exposiciones que mostraban
diversos materiales ilustrativos; el hecho es, que esta obra llevó el espacio público al
expositivo, dando la oportunidad de hablar no solo a artistas sino a cualquiera que se
viera involucrado y participante de la obra.

Para ejemplificar la segunda opción podemos hablar de obras de la Fiambrera Obrera


las cuales son de site specific en el exterior, a menudo hechas en colaboración o de
carácter colectivo, que implican en la comunidad, en la ejecución, en la recogida de
información, y en el funcionamiento real de la obra. La especificidad de la obra se
refiere primordialmente a las relaciones que establece la obra con la cultura, con
la comunidad o con la situación política. Como ejemplo de esto podemos hablar del
trabajo que realizó la fiambrera obrera junto con los vecinos del barrio de Lavapíes. Este

(1). VVA. Paloma Blanco. Modos de Hacer. Arte crítico, esfera pública y acción
directa. Ediciones Universidad de Salamanca. Salamanca, 2001. Página 61.
trabajo sale del hecho de que el arzobis-
po de Madrid le había regalado al alcal-
de de ésta ciudad, Álvarez del Manzano,
un terreno enorme que se encontraba
situado al lado de la iglesia de San Fran-
cisco para construir un edificio de ofici-
nas representativo y un parking privado,
cuando a los vecinos de San Francisco
el grande se les había prometido que se ReHABI(li)TAR. Lavapiés. (1998).
La fiambrera Obrera.
les habilitaría un parque en dicho lugar.
Debido a esto se podía ver con un video proyector en la fachada del la iglesia, gracias
a los artistas y la comunidad: Especulación, Parking las Sotanas, haciendo visible el
conflicto que existía. Este trabajo es contextual pero no por su ubicación sino por el
pensamiento y el trabajo, y las sugerencias organizativas del barrio.

El arte público no necesita ser nuevo para que tenga valor, pues los contextos sociales
y los públicos, tan cruciales para la formación están siempre cambiando.
Evidentemente existen multitud de artistas que trabajan con y para comunidades pero
no se pueden citar todos. De todas maneras todos los trabajos suelen tener una estre-
chísima relación de lo que llamamos (movimiento social), asumiendo los problemas de
coordinación, de definición, de supervivencia y de identidad.

Conclusión.

Hoy por hoy vivimos en una sociedad, donde millones de comunidades necesitan al-
zar sus voces por muy diversos motivos y el artista puede ayudarles de muy distintas
maneras, por ello hay que reivindicar y apoyar el hecho de que los artistas puedan
apoyar a las comunidades para que sus problemas o acciones sean más visibles ante
los demás.
El arte basado en la comunidad ha permitido producir modelos activistas cada vez más
integrados en la vida de pequeños núcleos de población.
Es importante intervenir tanto los artistas como los vecinos de un lugar si lo creen ne-
cesario pues tienen derecho a definir como ha de ser su espacio siempre con respeto
y convencimiento.

A pesar de que hay muy diversos tipos de artistas a la hora de ayudar a la comunidad,
el hecho de que el artista ya no sea el núcleo central del trabajo realizado con la comu-
nidad no debe ser un punto negativo sino todo lo contrario. El artista puede mirar más
allá de si mismo de lo que él es, representa, siente…, para poder abrirse a gente que lo
necesita, comunidades, hechos… que necesitan al artista para poder mostrar más allá
las injusticias o problemas que ocurren.

El artista puede ser o no ser una herramienta en el trabajo dedicado para una comuni-
dad, pero al fin y al cabo el hombre siempre ha necesitado herramientas para seguir su
camino y está claro que el artista por encima de todo es persona, y si con su trabajo
ayuda a los demás es algo extremadamente positivo para él y para el mundo.
Bibliografía.

Libros:

· VVA. Paloma Blanco. Modos de Hacer. Arte crítico, esfera pública y acción directa.
Ediciones Universidad de Salamanca. Salamanca, 2001

Publicaciones en internet:

· Fiambrera obrera
sindominio.net/fiambrera
· Artículos sobre artistas y sus obras.10/3/2007
www.elastico.net
· Real Academia Española. Diccionario usual.20/3/2007
buscon.rae.es
· Arte para deleite del público. 12/3/2007
www.yesmagacine.org
· Arte y activismo.18/3/2007
www.ub.es
· Jornada de innovación estratégica.18/3/2007
www.vegga.org
· Contraindicaciones. MAD 03. 12/3/2007
www.containdicaciones.net
· RtMark
www.rtmark.com

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