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Que es el folklore, sino el nutriente de la raíz del pueblo que se percibe aun sin verlo, como

el olor a pan casero, a tierra mojada, o al cantar de los pájaros que escuchamos... pero no
vemos.

Aun así estamos perdidos pensando que el folklore es el aprendizaje de habilidades y destrezas, de
carácter instructivo y el disciplinamiento de los cuerpos.

Los valores y las actitudes son esenciales para el ser humano porque “constituyen la estructura más
profunda de la personalidad” a la vez que orientan y motivan su conducta. Consecuentemente, la
función axiológica educativa, dedicada al estudio de los valores desde un punto de vista pedagógico,
incluyen distintos tipos de valores como los de carácter ético, social, cultural y estético, de gran
importancia en este campo ya que se considera a los valores, una de las características fundamentales
en el desarrollo del ser humano, no sólo como un sistema de normas establecido, sino desde un punto
de vista crítico y actitudinal de la educación.

En efecto, el compromiso de la educación con los valores y las actitudes está fuera de toda duda, lo
marcan así importantes pedagogos, no obstante la situación en la actualidad ha cambiado.

Basta una simple ojeada a los actuales Planes Curriculares, para percatarse de la importancia o no,
que en ellos adquieren los contenidos relativos a las actitudes y valores.

Su propuesta se hace desde distintos ámbitos:

Desde los bloques temáticos, donde junto con los contenidos conceptuales y procedimentales se
encuentran los relativos a valores, actitudes y normas.

Otro ámbito es el de los temas transversales, educación moral y cívica, educación para la paz, para la
salud, para la igualdad entre los sexos, educación ambiental, educación sexual, educación del
consumidor y educación vial, cuyo contenido es esencialmente valoral y actitudinal.

Finalmente, y en el último curso de la Educación Secundaria Obligatoria, como así también de la carrera
que cursamos actualmente (Prof. en Arte) se tratan los valores través de una asignatura de estudio, y
nos referimos, a la Ética.

Por tanto, si la escuela debe abordar la educación de actitudes y valores de forma plenamente
intencional, sistemática, explícita (siempre se ha hecho de forma implícita a través del currículum
oculto), es necesario una formación que facilite una intervención pedagógica, no a través de un
contenido o enfoque de ultima opción, o como materia para finalizar una carrera sino de forma
empírica, y en la mayoría de disciplinas y materias, cada vez que un docente transmite a sus alumnos
las normas de comportamiento.

Dentro de los valores éticos están el amor al trabajo, la sinceridad, la autoestima, la honradez, la
honestidad, la sencillez, el sentido crítico y autocrítico, la autoridad, el colectivismo, la responsabilidad,
la laboriosidad, el patriotismo, el honor, la modestia, la cortesía, el respeto, la tolerancia, la exigencia,
la justicia, la dignidad, la independencia, la igualdad y la solidaridad.
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Los valores estéticos se expresan en la comunicación y objetivación, a través de aspectos tales como
la belleza, la gracia, la elegancia, la exquisitez, la distinción, el encanto, el refinamiento, el estilo, el arte
y la perspectiva.

Educar en valores supone:

 Conocerlos/descubrirlos.
 Estimarlos e incorporarlos.
 Realizarlos/transmitirlos

Estos objetivos son interdependientes, entonces la educación en valores no ha de plantearse


secuencialmente, sino, siempre que sea posible, de forma simultánea, incidiendo al mismo tiempo en
las tres dimensiones del ser humano: la cognitiva, la afectiva y la conductual.

Hasta ahora, la danza folklorica, ha sido estudiada principalmente desde el punto de vista histórico y
también desde la perspectiva de la evolución de la técnica y la coreografía, en forma de tratados y
manuales de danza. Todos sabemos que la sociedad de consumo impuesta por la globalización a través
de los medios de comunicación incide en los niños y jóvenes, quitándoles interés hacia nuestra cultura
autóctona, ya que los inducen a consumir producciones o culturas, venidas de otra parte del mundo
quitando interés e incentivos para cultivar lo nuestro.

Tomar al folklore como un instrumento pedagógico didáctico, nos lleva a enseñar a comprender y
respetar otros estilos de vida, otros comportamientos humanos, entender al hombre como ser social,
a favorecer la actitud activa en los niños, la integración social, mantiene vivo diferentes formas de
expresión como canciones, melodías, danzas, refranes, coplas, poesía, costumbres, cuentos etc.
transmite pautas de comportamiento, símbolos y léxicos culturales, propios de cada región o seno
familiar.

No obstante, el surgimiento de la danza profesional vino acompañado de la aparición de la


competitividad entre los bailarines, entonces la danza corre el peligro de convertirse en un mero
despliegue de proezas o de inusitadas habilidades acrobáticas, maximizando la importancia de la
formación técnica del bailarín, sin el acompañamiento de su formación moral, siendo que la
enseñanza y práctica de la danza en el folklore, tanto en el ámbito institucional como en el ámbito
no formal, debe cumplir con una clara función social, antes mencionada, trasmitiendo una serie de
importantes valores tales como el respeto, la solidaridad, la tolerancia, la unidad entre otros.

La práctica actual de la danza folklorica en “algunas” escuelas o academias de nuestra Provincia La


Rioja, debería ser una tarea estimulante para quien la práctica y para quien la enseña, pues no solo se
obtienen resultados en beneficio a un prestigio social y cultural de los “profes coreógrafos” sino que
debe ser a los fines de preservar el folklore tradicional, y que este no se deforme ni se pierda. Los
profesores de las enseñanzas regladas de danza, se esfuerzan por enseñar lo mejor posible a los niños
y jóvenes que acuden diariamente a sus clases. No obstante, también evidencian que, al abordar el
nivel profesional, son más propensos a estimular actitudes competitivas, excesiva rivalidad y falta de
unión en las aulas y dan menos importancia a la formación en valores morales de los alumnos, aspectos
que no se observan en el contexto de la enseñanza y práctica de la danza tradicional.

No se pretende la formación de bailarines profesionales en las aulas, sino de personas capaces de


construir un lenguaje en movimiento.

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Sobre la primera de estas circunstancias, conviene resaltar que las enseñanzas artísticas, en sus
diferentes ámbitos, han sido consideradas por numerosos autores como un medio óptimo para la
educación de las personas, resaltándose diversos aspectos:

 Las artes se producen en el juicio crítico de los alumnos abriendo sus mentes hacia otras
realidades posibles
 Aumenta las fuentes de referencias, así su capacidad creadora, su madurez y desarrollo
general, los convierte en individuos bien adaptados a su medio, con elementos que facilitan la
convivencia en la sociedad actual, cada vez más demandante y globalizada.

Es la escuela entonces, a quien le corresponde convertirse en el espacio donde se promuevan


actividades que contribuyan a desarrollar en los alumnos la percepción, creatividad, imaginación,
sensibilidad, adquisición de valores, necesidad de pertinencia a un grupo, a tener identidad nacional
y ejercitarse física, emocional y espiritualmente.

La importancia de la utilización del Folkore en el aula

El niño juega, aprende y se expresa a través de sus pensamientos, sentimiento, gestos, actitudes,
interpreta personajes o improvisa situaciones. Al acercarlo al mundo de la producción literaria del
folklore popular, en una mezcla de realidad y fantasía, no solo permite enriquecer su vocabulario, sino
que fortalece e incorpora los valores para la vida. A la par del aspecto lúdico, convive lo didáctico, si
logramos introducir el folklore popular y regional en el aula, tanto en la producción literaria de
nuestros autores, como en la música de nuestra región, también podemos fortalecer en el alumno y
en su medio familiar la transmisión oral (hoy tan escaso), cuentos de la abuela, historias antes de ir a
dormir etc. asegurando el arraigo. Cada persona construye su propio lenguaje en virtud a las prácticas
y creencias del seno familiar, siendo este la principal fuente de transmisión de valores y normas de
conducta para la vida.

La importancia de los juegos tradicionales

El valor y el lugar del juego en la vida de los niños desde la edad temprana, será la base, que sustentara
el enriquecimiento de la mirada que tengan sobre la cultura que los rodea.
Algo tan cotidiano como son los juegos y juguetes, han ido cambiando a lo largo del tiempo pero a la
vez algunos permanecieron de generación en generación convirtiéndose así, en patrimonio cultural de
la historia e identificándose como juegos tradicionales.

La escuela podría ser el espacio en donde los juegos tradicionales se recreen, se transmitan y
continúen viviendo en la memoria de los niños. Estos juegos requieren de pocos o ningún material,
no responden a una lógica comercial y han sido una alternativa lúdica placentera para muchas
generaciones.
La tarea del docente se podría focalizar en la recuperación y rescate de la tradición, a partir de un
trabajo de indagación constante. Los maestros podrían recopilar juegos olvidados pero vivos en la
memoria de abuelos, padres y niños mayores y sistematizar su transmisión y enseñanza a los
pequeños. Las rondas por ejemplo, son juegos de tradición oral que además de formar parte del
acervo cultural de una comunidad fortalecen destrezas, habilidades, valores y actitudes, muy
necesarios para el desarrollo integral de los niños.

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Los juegos tradicionales aparte de formar en cultura, y transmitir arraigo generacionalmente (padres,
hijos, abuelos) ,

- son propicios para desarrollar en la infancia imposiciones y mandatos


- tienen reglas
- son negociables
- se comparten
- integran
- despiertan interés
- conocen su entorno social
- adquieren roles
- aprenden a respetar espacio y tiempo

LA REGLA DE ORO en las DANZAS FOLKLORICAS ARGENTINAS

Estas reglas son extraídas del Manual de Danzas Nativas de Pedro Berrutti

La Regla de Oro es un código ético que manifiesta que todos tenemos el derecho de recibir un trato
justo, y la responsabilidad de asegurar la justicia para todos. La Regla de Oro se puede expresar de
dos maneras:

“Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” o “No hagas a los demás lo que no te
gustaría que te hicieran a ti”.

O mejor aún: “Trata a los demás como a ellos les gustaría que los trataras”.

1.- No hable Ud., ni con el compañero ni con los circunstantes; es antiestético, convierte al baile en
acto mecánico y revela que se tiene poco interés en él. Además, todas las danzas tienen un
argumento o un significado, y la charla lo anula o desnaturaliza.

2.- Ponga su alma en el baile, siéntalo: no dance mecánicamente, fríamente, como un autómata,
como quien hace gimnasia por obligación. Conozca bien no sólo la coreografía sino la naturaleza, el
significado y hasta la historia de las danzas, para dar a cada una su propio estilo y juego
pantomímico.

3.- Respete siempre a su compañero, baile éste bien o ... regular; en ningún caso lo menosprecie, lo
rehuya o le escatime su mirada o su saludo - salvo cuando el argumento lo requiera, desde luego -.
Atienda a él y al baile hasta el compás final, despreocupándose de los circunstantes y de cualquier
otra cosa.

4.- Mire y cumplimente siempre a su compañero, salvo cuando el argumento de la danza lo prohiba o
la posición lo impida; sonríale en todo momento y salúdelo amablemente en toda oportunidad
propicia. - Durante las mudanzas la dama debe mirar a menudo los ágiles pies de su compañero, que
zapatea en su homenaje.

5.- Si el compañero se equivoca, haga todo lo posible por salvar o disimular el error, evitando ponerlo
en evidencia, nunca cometa la torpeza de burlarse de su pareja o abochornarla.

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6.- Respete el baile y su significado, ajustándose fielmente a la coreografía y a las figuras propias y
tradicionales. No haga ni invente cosas raras, tratando de exhibirse o sobresalir, nunca desluzca un
baile por querer lucirse Ud. Bailar con "estilo propio" no significa - ¡qué esperanza! - tener carta
blanca para hacer cualquier modificación.

7.- Procure desarrollar un estilo propio, pero respetando siempre las coreografías y la naturaleza de
las danzas. Aténgase a los pequeños detalles de ejecución: forma de marchar, zapateando o no en
ciertos momentos, largo de los pasos, según los diferentes tramos de las figuras, práctica u omisión
de pausas y detenciones: zapateos, zarandeos característicos, etc.

8.- El caballero debe ser galante y adaptarse al modo de bailar de la dama. Si, p.ej. ella hace en una
danza las esquinas con giro final, el varón debe efectuarlas en igual forma.

9.- Practique algunas pausas y detenciones para cumplimentar y saludar al compañero, por lo menos
en el último compás de las vueltas, medias vueltas y esquinas y en el segundo de los giros, en éste
marcando el compás.

10.- Baile con sencillez y mesura, evitando caer en toda exageración, tanto en las mudanzas como en
las demás figuras y movimientos. ¿Qué puede pensarse del caballero que, buscando aplausos, hace
cabriolas acrobáticas y contorsiones deformantes en los zapateos, y de la dama que, por igual
motivo, levanta y mueve espectacularmente sus polleras o efectúa zarandeos groseros?.

11.- Observe bailar a los que saben - y a los que no saben también - y hágalo con atención, en forma
crítica. Todos pueden enseñarle algo pero desde luego, trate de imitar lo bueno y de evitar lo
inconveniente.

12.- Varíe las mudanzas en los distintos tramos del zapateo y zarandeo de una misma parte de cada
baile: no haga siempre las mismas. Si puede cámbielas en ambas partes: ¿puede Ud, caballero, por
ej., lucir mudanzas distintas en cada uno de los 8 tramos de zapateo del triunfo?

13.- En los bailes de enlace el caballero debe procurar no avanzar siempre de frente, obligando a la
dama a marchar de espaldas, es más galante que él lo haga en ésta última forma, permitiendo así a
su compañera avanzar de frente.

14.- Baile mentalmente tanto como pueda. Aprenda la coreografía y trate de conocer la música y
letra de la danza y luego deje jugar a su imaginación para hacerla más pintoresca.

15.- No observe sus pies al bailar, lo hace aparecer improvisado. En lo posible observe a su
compañero.

De ahí la importancia de transmitir juegos, leer cuentos, bailar nuestras danzas, no solamente
para recuperar las tradiciones, sino también como estrategia pedagógica ya que son excelentes
recursos que ayudarán a los niños a construir significados y normas, vivenciar valores y tomar
actitudes para interactuar armónicamente en su entorno social.

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ANEXOS

Jugando al Huevo Podrido …(Texto de Viviana Grau)


Los niños han perdido los juegos... y dicen que el Gran Bonete los tiene.

Gran Bonete: ¿Yo señor? ¡No Señor!

¿Pues entonces, quién los tiene?

¿Quién tiene la soga o el metro de elástico para saltar? ¿Quién se robó los gritos de los niños en la
tarde jugando a la mancha venenosa, la mancha helada o la mancha agachada? ¡Pido gancho, el que
me toca es un chancho!

¿Quién le quitó a los niños las escondidas?... Cuento hasta tres para que alguien me lo diga:

1, 2 y 3, punto y coma, el que no se escondió se embroma.

¿Quién se llevó el poli ladrón, el stop, el quemado y la rayuela?

¿Quién prohibió por decreto el ring raje?

¿Quién se olvidó de enseñarles a los niños la ronda, el Antón Pirulero, el Martín Pescador y el
Mantantirurirulá?

¿Quién escondió las piedritas de los tinenti, las bolitas, las chapitas y las figuritas con brillantina?

¿Quién encerró a los niños y no los deja salir a jugar?

Tal vez fue alguien que decidió que lo mejor para un niño es acumular la mayor cantidad de
conocimientos e información y si es posible en inglés.

¿Qué pasó con nosotros que sí sabíamos abrir la puerta para ir a jugar?

¿Queremos ahora que nuestros hijos sean ante todo inteligentes y sabios, que hablen dos o tres
idiomas, que dominen la computación? Y mejor aún si son capaces de conectarse con la Internet.

Me gustaría que no colgáramos en los hombros de los chicos una mochila tan pesada, llena de
palabras y fórmulas y de la que hemos ido sacando de a poco los juegos, los cuentos, la poesía, las
fantasías y la imaginación. Se debe hacer difícil subir la cuesta de la vida con tanto peso; debe ser
muy difícil caminar si no se lleva guardado en el alma el recuerdo de esa increíble exploración en
bicicleta, la cacería de bichitos de luz en las noches de verano o la escucha del grito: ¡Piedra libre
para mi y para todos mis compañeros!

No se olviden de enseñar a sus niños a jugar.

¿Y...? ¿Qué esperan para formar equipos? Vamos, Pisa Pisuela color de ciruela, vía vía o este pie, no
hay de menta ni de rosa para mi querida esposa que se llama Doña Rosa y que vive en La- Rio- ja.

¡Ah! Te dije esto por si estabas distraído...

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La Paradoja de Nuestro Tiempo (George Carlin)

“ lo que ganamos y los valores que perdemos”

Tenemos edificios más altos, pero temperamentos más cortos,

autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos.

Gastamos más, pero tenemos menos; compramos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más comodidades, pero menos tiempo.

Tenemos más títulos, pero menos sentido común; más conocimiento, pero menos juicio.

Hay más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos salud; más vitaminas pero más
fiebre.

Bebemos y fumamos demasiado, gastamos imprudentemente, reímos muy poco, manejamos muy
rápido, nos enojamos rápidamente, nos mantenemos despiertos hasta tarde, nos levantamos muy
cansados, leemos muy rara vez, vemos demasiada televisión y no oramos casi nunca.

Hemos aumentado nuestra fortuna, pero reducido nuestros valores.

Hablamos mucho, amamos poco y mentimos frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir la vida.

Hemos agregado años a la vida, pero no vida a los años.

Hemos ido a la luna y regresado, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro
vecino.

Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el espacio interior.

Hemos hecho grandes cosas, pero no cosas mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminado el alma.

Hemos dividido el átomo, pero no nuestros prejuicios.

Escribimos más, pero aprendemos menos.

Planeamos más, pero logramos menos.

Hemos aprendido a correr, pero no esperar.

Tenemos más armas, pero menos paz.

Más ganancias, pero menos moral.

Más fiestas, pero menos alegría.

Más adquisiciones pero menos amigos.

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Más esfuerzo y menos éxito.

Construimos más computadoras para tener más información que nunca, pero tenemos menos
comunicación.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta; hombres altos, de carácter corto; de altas
ganancias y relaciones superficiales.

Estos son tiempos de la paz mundial, pero de guerra doméstica; más ocio, pero menos diversión; más
variedad de comida, pero menos nutrición.

Estos son días de dos ingresos por familia, pero más divorcios; de casas más elegantes, pero hogares
rotos.

Estos son días de viajes rápidos, pañales desechables, moral desechable, de una sola noche; cuerpos
con sobrepeso y pastillas que sirven para todo, para estar alegres, callados, hasta para matar.

Estos son días que se muestra mucho en la ventana, sin haber nada en la despensa.

¡Así son estos días!

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