Las epilepsias afectan a aproximadamente el 1% de la población, las convulsiones ocurren en
un mayor número de personas, con diversas implicaciones clínicas y de gestión existentes entre los dos. La actividad convulsiva repetitiva es un sello de la epilepsia, las convulsiones esporádicas son causadas por una combinación de sistema nervioso central y factores desencadenantes patológicos sistémicos. La ocurrencia de convulsiones representa una respuesta no específica de las neuronas a una amplia variedad de estímulos prodrómicos. La evidencia más reciente demuestra directamente que la barrera hematoencefalica, daño o disfunción promueve las convulsiones, que contribuye a epileptogénesis y favorece la recurrencia de las crisis en epilépticos. Inflamación del cerebro Las células glial y microglía responden a convulsiones expresando citoquinas y quimiocinas. Receptores tipo Toll también están implicados. Proteína de alta movilidad grupo B1 (HMGB1) y TLR4 inmunoreactividad fue encontrado en el hipocampo de pacientes con epilepsia del lóbulo temporal y en modelos animales de convulsiones. Notablemente, el uso de antagonistas de HMGB1 y TLR4 reduce la carga de convulsiones en ratones donde se entregaron inyecciones intrahipocampales de kainato para inducir convulsiones. Inflamación periférica: Disfunciones específicas de la barrera hematoencefalica se producen cuando circula lazos de leucocitos en la parte intramural del endotelio. Esto causa aumento de la permeabilidad la barrera hematoencefalica para los iones y las proteínas, edema cerebral y cambios en el medio del cerebro. Inyección sistémica de lipopolisacárido, un componente de la pared externa de las bacterias gramnegativas, reduce el umbral de convulsión al Pentilenotetrazol. Pilocarpina activa los leucocitos circulantes, que lleva a la interrupción de la barrera hematoencefalica facilitando así el estado epiléptico. La evidencia ahora apoya la idea de que los síntomas de la epilepsia y las convulsiones no son sólo ha sido iniciados por el sistema nervioso central pero puede también ser causada por alteración respuesta inmune en la periferia causando estragos en el cerebro. La evidencia reciente sugiere que las interacciones leucocito-barrera Hematoencefalica, facilitan las convulsiones, no está claro si los leucocitos de la sangre ejecutan su función en la barrera hematoencefalica o si ejercen también funciones de parénquima. Las células inmunes en el cerebro se observan comúnmente en formas específicas de epilepsia como el síndrome del oeste, encefalitis de Rasmussen o epilepsias desencadenadas por infecciones virales o bacterianas. La desigualdad entre estos resultados puede depender de los modelos utilizados, el período de tiempo elegido y el análisis realizado para determinar la ubicación y número de células. Las opciones terapéuticas dirigidas a la barrera hematoencefalica disfuncional se están ensayando en modelos animales y, en algunos casos, administrados a pacientes seleccionados. Drogas para la barrera hematoencefalica pueden representar una opción terapéutica adicional y pueden ser administradas en asociación con fármacos antiepilépticos neuronales disponibles. El refinamiento continuo de modelos experimentales, nuevas moléculas y técnicas de imagen perfila este campo de investigación, creando nuevas posibilidades para mejorar el control de las formas resistentes de la epilepsia.