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Ob Tie Near Chivo
Ob Tie Near Chivo
Obras Escogidas
Volumen II
Antecedentes económicos de la Independencia de Chile.
Origen y formación del Partido Comunista de Chile.
Las Fuerzas Armadas y la Política en Chile (1810-1970).
1916, otra vez en las filas del Partido Socialista Argentino, se enroló con entusiasmo
en su sector revolucionario y tomó parte, en 1918, en el Congreso Constitutivo del
Partido Socialista Internacional, y llegó a ser Secretario de la nueva organización;
por estos motivos, el Partido Comunista Argentino lo considera como uno de sus
fundadores y primeros dirigentes. Por su consecuencia con los principios básicos
del socialismo, Recabarren profesó y practicó el internacionalismo proletario sin
vacilaciones; y así como en la primera década del siglo se vinculó a la Segunda
Internacional, al fundarse la Internacional Comunista, propició y consiguió la
vinculación del movimiento revolucionario chileno a la organización internacional
de los comunistas fundada por Lenin; del mismo modo, propició la incorporación
de la F.O.Ch. a la Internacional Roja de Sindicatos con sede en Moscú.
La personalidad de Recabarren, como se ha indicado constituye una completa
síntesis de la evolución experimentada por el movimiento obrero chileno desde que
éste se expresó espontánea y libremente, hasta el instante en que se adoptaron
superiores formas de organización política y sindical proletarias. La presencia de
Recabarren en el proceso revolucionario chileno indica que éste tuvo el privilegio
de contar con un militante ejemplar, animado de indomable coraje y apasionada
serenidad, de convicciones firmes y profundas, de confianza sin límites en la misión
histórica del proletariado y de amor infinito por su clase, a la que anheló ver redimida;
Recabarren fue un hombre que tuvo la sencillez de un modesto trabajador, pero, a la
vez, poseyó la dignidad y hasta el orgullo de quien se sabía legítimo abanderado del
pueblo ; por ello, concitó el hondo afecto y hasta la veneración de los trabajadores y
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caz y experimentado político burgués -Manuel Rivas Vicuña- quien afirmaba: "Las
huelgas estallaban casi diariamente y a veces en forma violenta. No se trataba solo
de adoptar determinadas medidas: la revolución social hervía en los hogares de
los pobres, en las fábricas y talleres y en las asambleas populares" . 88
Es decir, ante los ojos de todos y particularmente ante los ojos inquietos de las
fuerzas reaccionarias, apareció en toda su gigantesca magnitud una "cuestión so-
cial" cuya existencia habían desconocido obcecadamente; comprendían que la marea
de la lucha de clases crecía, que las bisoñas huestes proletarias buscaban afanosa-
mente un camino independiente para lograr sus propios fines y que las condiciones
imperantes en el país dejaban posibilidades para que se pudiera producir un estalli-
do revolucionario. "Las manifestaciones hostiles y de protesta de los gremios obreros
-escribía Arturo Alessandri-, las huelgas frecuentes y prolongadas, el malestar que
en todas partes se sentía, producían una sensación de incertidumbre, de terror. Las
fuerzas productoras del país estaban así seria y formalmente amenazadas: un cata-
clismo aparecía como inminente y el terror se sentía por todas partes" . 89
luego expresó que en el norte existía "el plan de ciertos agitadores para provocar, a
mano armada, a la fuerza pública, incendiar los depósitos de petróleo, asaltar las pro-
piedades y subvertir en toda forma el orden público, alterando el régimen
constitucional". En esta ocasión, el senador Malaquías Concha denunció atropellos de
toda índole, incluso arbitrarias prisiones y allanamientos ilegales llevados a cabo en
diversos puntos del país; por ello terminó su exposición señalando: "No es la revuelta
de abajo lo que puede perturbar la tranquilidad, sino el abuso de arriba" . 91
Intervención del Ministro Quezada Acharan. Sesión del Senado. 3 de febrero de 1919.
Intervención del senador Malaquías Concha. Sesión del Senado. 3 de febrero de 1919.
En virtud de esas facultades, se suspendieron las garantías constitucionales en
diversos puntos del país, quedando instaurado - d e hecho- un verdadero régimen
dictatorial. Numerosos dirigentes políticos y sindicales obreros, entre ellos
Recabarren , fueron puestos en prisión y relegados, se clausuraron numerosos
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locales de organizaciones populares, etc. Esto se hizo varios días antes que el
Gobierno dispusiera de capacidad legal para hacerlo; es decir, no solo se puso en
práctica una ley de excepción que suprimía las libertades públicas, sino que con
anterioridad a su dictación se aplicaron medidas que conculcaban derechos cons-
titucionales y legales; así, los "defensores del orden" vulneraban los fundamentos
jurídicos del orden establecido por ellos mismos e incurrían en arbitrariedad y
violencia. Simultáneamente, el Ministro del Interior solicitó a varias intendencias,
entre ellas a la de Antofagasta, que se le remitieran las listas de los subversivos de
sus provincias, con indicación de si recibían dinero desde el exterior.
2. El Gobierno y sus esbirros desencadenaron cobardes y sanguinarias repre-
siones de diverso tipo:
a) Entre fines de 1918 y mediados de 1920, hubo matanzas de obreros en Puer-
to Natales y Punta Arenas, en las oficinas Coya y Domeyko y en otros lugares. Más
de un centenar de trabajadores fueron asesinados en actos de inenarrable brutali-
dad; solo en el asalto e incendio del local de la Federación Obrera de Magallanes
perpetrado en la noche del 27 de julio de 1920, perdieron la vida, según el senador
Daniel Feliú, entre treinta y cincuenta personas . 93
Recabarren fue apresado en Antofagasta y relegado a Lautaro el 29 de enero de 1919, esto es,
nueve días antes que el Gobierno tuviera atribuciones para hacerlo.
Intervención del senador Daniel Feliú. Sesión del Senado. 26 de agosto de 1920.
además, se redujo a prisión a las directivas de los Consejos federados de la F.O.Ch.
de las oficinas Prosperidad, Rica Aventura, Peregrina, Santa Isabel y Campamento
Candelaria (18 de abril de 1920).
Entre los detenidos estuvo Domingo Gómez Rojas, quien murió enloquecido en
la cárcel a causa de las torturas a que fue sometido: responsabilidad principal en
este asesinato correspondió al juez Astorquiza. También Luis Emilio Recabarren,
víctima de las maquinaciones de un prefecto de policía, de un juez de Tocopilla y
del ministro Sepúlveda de la Corte de Apelaciones de Iquique, estuvo arbitra-
riamente preso en la cárcel de Tocopilla desde abril hasta octubre de 1920.
Se pretendió dar a todos estos actos de flagrante arbitrariedad el sello formal
del respeto y sujeción a la ley; se inició así el llamado "proceso a los subversivos"
en que, muy significativamente, intervinieron elementos extranjeros. En efecto,
en una comunicación -la N° A-26 del 2 de septiembre de 1920- enviada a su gobier-
no por el capitán De Lagatinerie, agregado militar de la Legación de Francia en
Chile, se señala: "La enérgica campaña del Gobierno contra los centros anarquis-
tas y maximalistas, entrega ya sus frutos. Un ministro de la Corte Suprema ha sido
especialmente designado para este efecto. Yo he tenido ocasión de trabajar con él
y de proporcionarle ciertas informaciones sobre individuos que figuran en nuestra
lista inter-aliada de sospechosos'"' . Es decir, la represión que se llevaba a cabo en
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V. I. Lenin. ¿Qué hacer ahora? Obras Completas, tomo 21, pág. 105.
nada tenía en común con el que había prevalecido hasta entonces. En ese momento,
el régimen capitalista chileno ponía al desnudo todas sus flaquezas y limitaciones;
además el sistema político -monopolio virtualmente exclusivo de una clase-
demostraba su agotamiento e ineficacia; las masas trabajadoras estaban pro-
f u n d a m e n t e agitadas y conmovidas por vigorosos anhelos de cambio social
-revolucionario incluso-, y padecían con singular rudeza los efectos de una violenta
crisis económica; las capas medias, por su parte, daban muestras de inconformismo
manifiesto y aun de rebeldía; por efecto de todo lo anterior, la lucha social había
arreciado y se trataba de contener el avance del movimiento obrero con el uso más
sistemático y brutal de la fuerza.
En ese turbulento escenario, preñado de variadas perspectivas, se advierten
tres maneras más o menos claras de apreciar las cosas. Los "de abajo" -para em-
plear un término manejado por Lenin para referirse al proletariado y a trabajadores
en general- daban muestras de no querer seguir viviendo como hasta entonces
habían estado obligados a hacerlo; buscaban cambios profundos y, los más avan-
zados de ellos, bregaban por transformaciones revolucionarias. Un sector de los
"de arriba" -elementos burgueses- que sentían la imposibilidad de seguir admi-
nistrando el Estado conforme a los padrones existentes, estimaban que era preciso
considerar las nuevas realidades y programar una política de nuevo estilo para
enfrentar una situación juzgada temible por la carga social explosiva que encerra-
ba; la mayoría de los "del medio" -capas medias y pequeña-burguesía- participaba
de estos pensamientos. Finalmente, otro sector de los "de arriba" -el grueso de la
burguesía y su sector oligárgico- se daba cuenta de lo que ocurría, pero demos-
trando plena confianza en la fuerza que tenía a su disposición y a la vez minimizando
el alcance de lo que agitaba a los "de abajo" -que lo reducían a la simple labor de
"agitadores profesionales"- estimaba estar en situación de seguir administrando
el Estado y ejercer el poder, con la totalidad absoluta de sus atributos, en la forma
que lo había hecho hasta entonces; así esperaba controlar y anular situaciones de
amenaza o rebeldía originadas por los "de abajo".
Este es el esquema conforme al cual se ordenaron las distintas fuerzas político-
sociales en 1920. Con la situación dada, la lucha por la Presidencia de la República
adquirió una dimensión totalmente nueva; la contienda no solo iba a decidir la
elección de un hombre para un cargo que había sufrido menoscabo, sino que invo-
lucraba la elección de una política de fondo llamada a tener influencia decisiva en
el desarrollo posterior de la sociedad. Bien puede afirmarse que en 1920, Chile
estuvo colocado en una encrucijada que ofrecía dos alternativas factibles:
1. La perduración -ahora endurecida, violenta y con sentido profundamente
reaccionario- de la República burguesa, y
2. El paso a una República burguesa, democrática, en cuya dirección política
participaran preponderantemente elementos sociales -como las capas medias y l a
no era otra cosa que "un agitador comunista'" que no levantaba una "plataforma
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electoral, sino una enseña revolucionaria" . De ahí que para la Unión Nacional,
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lo que estaba en juego era "el triunfo de nuestras ideas sociales y constitucionales
o el triunfo de las ideas maximalistas que destrozaron a la Rusia y que hoy están
latentes entre la gente que rodea al candidato de la pseudo Alianza Liberal'" . La 09
"Nuestros fervorosos anhelos son: de que haya armonía social y junto con ello
queremos que el nuevo mandatario sepa pesar los valores de renovación que exis-
ten hoy en el país, pues para gobernar un pueblo hay que saberlo respetar y
satisfacer sus aspiraciones y anhelos que engrandecen una nación" . 112