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tus finanzas
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En Proverbios 4, se nos enseña que la Palabra de Dios es vida —vida para nuestros cuerpos,
vida para nuestro espíritu, vida para nuestras relaciones y vida para nuestras finanzas—. Como
creyentes debemos leer, memorizar y meditar en ella todos los días. Las respuestas para
cualquier desafío que enfrentamos, las encontramos en sus páginas. Aquí tienes 18 versículos
bíblicos que pueden cambiar tus finanzas. Mientras los lees, los memorizas y meditas en ellos;
¡permíteles que cambien tu forma de administrar tus finanzas!
En las deudas
Proverbios 22:7: «Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de los
prestamistas».
Romanos 13:8: «No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros;
porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley».
La codicia
«Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual algunos, por codiciarlo, se
extraviaron de la fe y acabaron por experimentar muchos dolores. Pero tú, hombre de Dios,
huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la
mansedumbre».
Hebreos 13:5: «Vivan sin ambicionar el dinero. Más bien, confórmense con lo que ahora tienen,
porque Dios ha dicho: «No te desampararé, ni te abandonaré».
Lucas 12:15: «También les dijo: «Manténganse atentos y cuídense de toda avaricia, porque la
vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea».
La provisión de Dios
Filipenses 4:19: «Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria
en Cristo Jesús».
Proverbios 10:22: «La bendición del Señor es un tesoro; nunca viene acompañada de tristeza».
2 Corintios 9:8: «Y Dios es poderoso como para que abunde en ustedes toda gracia, para que
siempre y en toda circunstancia tengan todo lo necesario, y abunde en ustedes toda buena
obra».
Jeremías 17:7-8: «Pero bendito el hombre que confía en mí, que soy el Señor, y que en mí pone
su confianza. Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; echa sus raíces junto a
las corrientes, y no se da cuenta cuando llega el calor; sus hojas siempre están verdes, y en los
años de sequía no se marchita ni deja de dar fruto».