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A PLENO PULMÓN

EMIGRANTES SIN PAPELES

Federico Henríquez Gratereaux

Hace catorce años escribí en el diario “El Siglo”: “Hasta hace muy
poco tiempo el tema de las relaciones dominico-haitianas se trataba
raras veces y casi siempre en voz baja. Al asunto se le había aplicado
una “sordina social”. Acobardados por el “terrorismo moral” de las
izquierdas, muchos dominicanos temían ser tildados de “racistas” si
hablaban o actuaban en defensa de su territorio. Algunos profesores
universitarios habían “decretado” que oponerse a la “penetración
haitiana” era revivir la ideología trujillista y, además, un acto político de
“extrema derecha”. Gracias a Dios esa actitud ha ido cambiando
paulatinamente. Problemas laborales, demográficos, conflictos en el
registro civil, han contribuido a modificar dichas actitudes.

También es pertinente recordar que “durante la celebración del


“Diálogo Nacional” ser vio claro que este tema era el centro de las
preocupaciones de todos los grupos sociales. Se acordó entonces
organizar una reunión especial para dedicarla exclusivamente a ese
problema. Se quería tratarlo a fondo y con interlocutores bien
calificados. Tal es el origen de la “Primera Conferencia Dominicana
sobre Relaciones con Hait”. En 1999 el diputado Pelegrín Castillo pidió
al Presidente Fernández que convocara una conferencia internacional
para discutir un “compromiso estratégico con la recuperación de Hait
en Hait”.

El diputado Castillo declaró abiertamente: “Es tan absurdo como


peligroso seguir alentando negociaciones bilaterales cuando la
comunidad internacional que intervino en Hait esta replegándose sin
comprometerse con un esfuerzo por respetar la viabilidad de ese país,
que ahora se encuentra en peores condiciones que cuando fue
intervenido”. Después del terremoto del 2010, todo se complicó para la
sociedad haitiana. Sus vecinos dominicanos prestaron el mayor y más
oportuno auxilio. La comunidad internacional no ha podido resolver la
situación, a pesar de las muchas gestiones que se hicieron tras esa
dolorosa tragedia.

En el año 2013 persisten agravadas las mismas condiciones de


1999; ahora se habla de cedulación, carnetización o documentación, de
hijos de haitianos nacidos en territorio dominicano; y de los haitianos
que residen ilegalmente en la RD. ¿Si la pobreza de Hait “desborda” las
posibilidades de los organismos internacionales,. Cuanto más
desbordará la endeble economía dominicana? La solidaridad, la
cooperación, jamás anulan los “intereses nacionales”. El mejor
ejemplo: la crisis monetaria de Europa.(2013).

henriquezcaolo@hotmail.com

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