Contrapunto.

Publicación de Crítica e Información Literaria

Número 49 (octubre 2018)
Índice
ISSN: 2340-8081
Firma invitada
Comité de Redacción 4 Paulo Antonio Gatica Cote: "De 'entusiasmo' y autoayuda:
apuntes para la biografía de un investigador perplejo
Dirección Coordinación
Fernando Larraz María Álvarez Miradas
Cristina Suárez 7 “Cine producido en masa: Los Vengadores", por Javier Ignacio
Alarcón
Firma invitada De aquí y de allá Dirección de Arte
Javier Helgueta Cristina Suárez Ainhoa Rodríguez Reseñas
13 Diálogo con las Artes
Miradas Alrededores Diseño y maquetación
23 De aquí y de allá
Álvaro Ley Alejandro Rivero Alejandro Rivero
Ainhoa Rodríguez 33 Alrededores
Biblioteca Clásica Polifonías 35 Polifonías
Soledad Abad Raquel López Difusión y gestión web
Soledad Abad Voces
Inéditos Voces Ainhoa Rodríguez 41 Entrevista a Maya Vinuesa: "Una cuestión identitaria", por Javier
Yasmín Sadeghi Paula Mayo Víctor M. Rodríguez Ignacio Alarcón
48 Entrevista a Gloria Fernández Sánchez: “Lo primero no fue la
Diálogo con las Artes Artículos
palabra", por María Álvarez Villalobos y Cristina Suárez Toledano
Javier I. Alarcón Adrián Iglesias
Artículos
Consejo de Redacción 54 Elena de Pablos Trigo: "Trincheras y lápices en Cuatro por cuatro
de Sara Mesa: la irrupción de la urbe en la comunidad educativa”
Alberto Calero, Esther Gómez, María Hernando, Cristina Martínez-Cava,
Patricia Pizarroso, Cristina Somolinos

Corrección
Alberto Calero

Colaboran en este número

Paulo Antonio Gatica Cote, Luis Heras López, Agustí Mercadé San Frutos,
Elena de Pablo Trigos, Raquel Reyes Martín, Miguel Ummnosep.

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 Editorial Firma invitada
De “entusiasmo” y autoayuda:

H
an pasado más de cinco años desde el número 1 de Contrapunto. Los cambios
y la evolución de nuestra revista han sido una constante, siempre con la finali- apuntes para la biografía de un investigador perplejo

S
dad de buscar maneras de mejorar y ampliar los contenidos y la apariencia y de
adaptarnos a las circunstancias que hemos ido atravesando. A lo largo de los casi cin- e supone que soy un investigador búsqueda del “medio” restante, de lo
cuenta números publicados, hemos variado la presentación, incorporado nuevas secci- 2.0; sin embargo, he cogido papel que siempre se me escapa y desafía.
ones y modificado otras y, gracias a la renovación constante de nuestro equipo editorial,
hemos introducido el análisis y la crítica de otras manifestaciones culturales, todo ello y bolígrafo para componer una Por esta razón, más que un improbable
sin rectificar nuestro objetivo de servir a la reflexión y el diálogo sobre los derroteros de especie de biografía intelectual. Ahora itinerario de éxito, prefiero compartir
la cultura y la literatura contemporáneas. que lo pienso, este espacio recuerda con ustedes algo, en mi opinión, mucho
Ahora, después de varios meses de reflexión, hemos decidido someter a Contrapunto asombrosamente a la estrategia más interesante y práctico para quienes
a un profundo cambio. La revista tendrá una nueva presentación a partir del próximo autojustificadora de aquellos pícaros recorren la “senda del doctorando”:
mes de enero. En vez de publicar números mensuales, como hemos hecho hasta ahora, que echaban la vista atrás para explicar cómo una tesis titulada “La brevedad
los contenidos se irán ofreciendo con una mayor periodicidad a través de nuestra web.
Los textos de las secciones –que serán las mismas que hasta ahora– se alternarán con al narratario de turno “su” caso. El inconmensurable: aforismo para
una frecuencia diaria o dos días. Con una selección de contenidos ofrecidos a través de problema estriba en que la ejemplaridad dos voces (Antonio Porchia y José
la web, se publicará, además, regularmente, números en formato papel, que serán de —o contraejemplaridad— que me Bergamín)” pasó a llamarse “La brevedad
difusión gratuita, al igual que su consulta en la web en pdf, como hemos ido haciendo
los últimos años con el número especial de cada mes de abril. atribuye mi “benefactor” Javier Helgueta inconmensurable: el aforismo hispánico
—excelente filólogo y madridista— no sé en la época de la retuiteabilidad”.
Para tomar esta decisión hemos valorado distintos factores: nuestra intención de alcan- si puede servir de estímulo para aquellos
zar una mayor difusión, la necesidad de que algunas reseñas (sobre todo, las de estrenos Evidentemente, este particular viaje a la
que desean perseverar en esta carrera.
teatrales, cinematográficos y exposiciones) no lleguen con tanta demora, así como la ur- semilla comenzó con una pregunta en
gencia de facilitar cuestiones relativas a la maquetación que, últimamente, nos estaban
Como buen discípulo de lazarillo, apariencia simple, pero que me arrastró
resultando excesivamente problemáticas y demoraban la publicación de los números.
Esperamos que esta vía resuelva estos problemas y garantice la continuidad de la revista debo comenzar por el principio de mi inexorablemente a una madriguera de
durante muchos años. singladura filológica, que se remonta conejo de la que a duras penas he salido:
hasta mi infancia gaditana. Yo no nací “¿en qué se diferencia un aforismo de
El equipo de Contrapunto sigue renovándose y, para ello, convocamos una vez más a los
estudiantes de la Universidad de Alcalá y de otras universidades que quieran sumarse filólogo. Yo nací medio-lo-que-sea: una frase?”. Me quedé completamente
al proyecto, ya sea de manera regular o puntual. Entre nuestras señas de identidad hay -futbolista, -nadador, -ajedrecista, desarmado. Aun cuando llevaba varios
una –enunciada en nuestro mismo nombre– que tiene que ver con la certeza de que la
-científico —esto es, astronauta, meses trabajando en un proyecto de
diversidad, la dialéctica y la pluralidad de enfoques no están enfrentadas con la armonía
sino que, al contrario, la favorecen. Por ello, queremos seguir sumando voces a este arqueólogo o físico—. En definitiva, nací investigación sobre la aforística de
contrapunto. “entusiasta” (todo aquel que haya leído Antonio Porchia y de José Bergamín, no
el último ensayo de Remedios Zafra podía ofrecer una respuesta convincente
El Comité de Redacción de Contrapunto
me entenderá) y, por tanto, destinado a la cuestión. Aquí conviene recordar
a perpetuar la insatisfacción de esa que la virtud de una buena pregunta

4 | Contrapunto, n.º 49 Contrapunto, n.º 49 | 5

 consiste en que la primera respuesta
suele ser un nuevo interrogante. La
investigación nunca tiene un itinerario
fijo, sino que son las pesquisas que cada
uno realiza las que van trazando ese
mapa siempre provisional. Al respecto,
recurro con frecuencia a las prudentes
palabras de Sherlock Holmes-Gil
Grissom —discúlpenme, pero soy un
hijo de mi tiempo—: “adapta las teorías
a los hechos y no los hechos a las teorías”.
Claro está, existe un innegable peligro
para los que nos dedicamos a algún tipo
de trabajo intelectual. Nos enamoramos
de nuestras conceptualizaciones y
alabamos la sutileza de un pensamiento
que parece explicarlo todo.
En mi caso, la epifanía advino tras la
aceptación de una gran ignorancia. Las
respuestas de los críticos eran escasas o
muy cuestionables y, por tanto, resultaba
absolutamente necesario para la correcta
evolución del trabajo modificar el
enfoque a una aproximación mucho
más abarcadora, general y —por qué
negarlo— ambiciosa. El doctorando ha
de ser siempre honesto y (re)conocer
las carencias de sus hipótesis de
partida, la insuficiencia metodológica
y la presunción de unas conclusiones
implícitas en muchos de sus primeros
pasos. De todas formas, no quisiera
sugerir una suerte de vía iluminativa del
alma doctorante hacia el entendimiento
“superior”; sin embargo, algo de ello hay
en esa acción de “entregarse” a las manos
6 | Contrapunto, n.º 49
del “monstruo”. A modo de Esfinge, la
tesis lanza enigmas y acertijos a cada
paso para que los sucesivos émulos de
Edipo, más que ofrecer una contestación
válida y “correcta”, escojan con cuidado
las preguntas. Eso sí: el monstruo no
responde, el monstruo ni siquiera
habla; el monstruo, sencillamente, es
y, justamente por eso, simboliza los
múltiples misterios a los que se enfrenta
el investigador. Repito: misterios, en
plural.
La microtextualidad comprende una
amplia gama de expresiones con mayor o
menor entidad genérica —entiéndase en
un sentido no preceptivo ni peyorativo—.
La “ansiedad de las etiquetas” manifestada
por los especialistas solo es comparable
con la plasticidad que demuestran las
propias creaciones; aun así, por encima
de esta confusión terminológica, se
ha agudizado la sensación de que
los críticos han ofrecido visiones
dispares y hasta contradictorias del
género solamente a partir de un único
denominador común: la brevedad. En
este sentido, el boom digital contribuyó
a replantearme muchas de las cuestiones
sobre la escritura aforística asociadas
a la tecnología del libro y que deben
ser tratadas considerando la nueva
realidad tecnológica. Por ello, ante
la imposibilidad de dar respuesta al
fenómeno sin alejarme unos cuantos
pasos, una indagación acerca de un
género particular derivó en una reflexión
de mayor calado sobre los dispositivos de acuerdo. Existe un límite físico
que lo sustentan y “legibilizan”. a la capacidad del pensamiento
para procesar las transformaciones
Claro está, resulta complicado realizar
económicas, tecnológicas, sociales o
un ejercicio crítico sobre una situación
artísticas que acontecen en el mundo.
presente o futura sin, al mismo
El investigador vive en la permanente
tiempo, caer en una suerte de utopía
obsolescencia, pues al mismo tiempo
retrofuturista o en el pensamiento
que teclea estas palabras, ya habrán
“ingenuo”. De alguna manera, aunque se
salido publicadas varias referencias que
ha de mantener una actitud “jánica”, con
refutan, matizan, completan o, en el
un ojo puesto tanto en el pasado como en
mejor de los supuestos, avalan lo escrito
el futuro, mi tesis doctoral buscó situarse
después de años de esfuerzo y lectura.
—quizá, ingenuamente— en la sincronía
Sin entrar en consideraciones acerca
sin negar la temporalidad del objeto de
de barreras idiomáticas o logísticas,
estudio. Al respecto, el filósofo español
la cantidad de información al alcance
José Luis Molinuevo, fino oteador del
resulta demasiado cuantiosa para ser
porvenir de la cultura, asevera en su
abarcada incluso en el lapso de una vida
fundamental ensayo La vida en tiempo
de dedicación a una única materia. En
real. La crisis de las utopías digitales que
suma, a lo más que se puede aspirar es
la escritura de libros sobre las nuevas a “dar fe” de las metamorfosis llevadas a
tecnologías está hecha de tiempos cabo; eso sí, recomiendo el abandono de
distintos, aunque se lean de manera la acepción totalizadora y orgánica que
lineal. Pese a la reflexión, tienen algo el término tesis doctoral comporta.
de cuaderno de bitácora, de blog
lleno de ocurrencias ante lo que
ocurre: no detienen el tiempo, sino De lo que de aquí adelante me sucediere,
que lo dejan correr. Y eso no les hace avisaré a Vuestra Merced.
débiles ni fragmentarios sino seres de
metamorfosis.
Evidentemente, no puedo estar más
Paulo Antonio Gatica Cote
Contrapunto, n.º 49 | 7
 Miradas
Cine producido en masa: Los Vengadores
D
ecir que Avengers: Infinity
War ha sido un éxito de
taquilla, hasta el punto de
romper algunos récords, no tiene nada
de novedoso. Eran las proyecciones
realizadas por los productores y en este
tipo de proyectos se deja muy poco a
la casualidad. Esto es especialmente
cierto en esta película, que no solo es
una tercera parte —antes se estrenaron
The Avengers (2012) y Avengers: Age of
Ultron (2015)—, sino que articula con
una franquicia que lleva diez años en
proceso e incluye diecinueve filmes.
No solo, a esto podemos agregar series
como Agents of Shield (transmitida desde
2013) y los estrenos de Netflix y Marvel,
producciones que dialogan, aunque en
menor medida, con el universo construido
en la gran pantalla. Es aquí donde reside
la verdadera novedad: Disney y Marvel
han construido un cosmos ficcional que
es, a su vez, un proyecto comercial con
ningún equivalente previo en la historia
del cine —cabe mencionar, además,
que las producciones similares que han
aparecido después emulan lo que ha
hecho el universo de Avengers—.
8 | Contrapunto, n.º 49
Para la fecha en que se escribe este
artículo (mediados de mayo de 2018), la
película ha recaudado 1137 millares de
dólares a nivel mundial. Esto la convierte
en la cuarta película más taquillera de
la historia. Esta cifra todavía puede
aumentar para cuando este texto sea
publicado. Tampoco podemos perder de
vista que rompió récord el fin de semana
que estrenó, recolectando 640,5 millones
de dólares. La razón por la cual traemos
a colación estas cifras es para dar fe de
lo que hemos dicho al abrir: un proyecto
de este tipo está muy bien calculado,
sobre todo cuando consideramos los
gastos de la producción (estimados
entre 300 y 400 millones de dólares).
Esto no es más que otro recordatorio
del poder de la llamada industria del
entretenimiento, una industria que
se sostiene, no exclusivamente por su
potencia ideológica y su capacidad para
influir al público, también, y sobre todo,
por los intereses económicos que se
esconden detrás de la pantalla.
Por supuesto, en este caso, al hablar
de la industria del entretenimiento,
apuntamos a una entidad específica:
Disney. La compañía ha desarrollado un
monopolio en torno a la producción de
cine en Hollywood incluso mayor que
el que ya poseían hace veinte o treinta
años, cuando empezaba a salir del que
fue su punto más bajo, comercialmente
hablando. No ha sido únicamente la
adquisición de Marvel —se hizo oficial
en 2010—, lo que le ha permitido
desarrollar la franquicia que estamos
discutiendo. En 2012, adquirió Lucasfilm
y, desde entonces, ha revivido la saga
de Star Wars, lanzando una película al
año desde el estreno de Star Wars: The
Force Awakens en 2015. Por último, el
año pasado se confirmó que la compañía
adquiriría gran parte de la Fox. A este
ritmo, en unos años la mitad de las
películas que veamos serán producidas
o estarán relacionadas de alguna manera
con Disney.
COSAS DE SUPERHÉROES
La historia de los superhéroes,
desde su aparición en los cómics en la
década de 1930, es demasiado amplia
como para abarcarla en este texto.
Incluso si nos restringimos a una sola
de las empresas editoriales, Marvel. Sin
embargo, no hace falta una revisión
exhaustiva para desvelar el carácter
ideológico que poseen estos personajes
de la cultura estadounidense. Volvamos,
por un momento, a sus dos exponentes
iniciales. Batman, creado por Bob Kane
y Bill Finger, es un millonario que por las
noches se dedica a proteger su ciudad.
En contraste, Superman, de Jerry Siegel
y Joe Shuster, aparenta ser un trabajador
común y corriente, aunque oculta
bajo su ropa de oficinista una fuerza
extraordinaria, la capacidad de volar y
un larguísimo etcétera de habilidades.
Ambos encarnan figuras de la sociedad
capitalista de Estados Unidos: el primero
es el playboy que, aunque no lo parezca,
invierte su vida y su dinero en ayudar a
la ciudad en la que vive; el segundo es el
“súper hombre” de la sociedad burguesa
—la relación entre este “súper hombre” y
el descrito por Nietzsche fue explorada
por Umberto Eco en Apocalípticos
e integrados (1964)—, el trabajador
aparentemente enclenque que oculta la
capacidad de salvar al mundo.
Sería difícil achacar una intención
tan claramente propagandística a los
creadores de Batman y Superman. Es una
discusión que no pretendemos abordar
aquí. Sin embargo, no hay duda de que
los personajes, en tanto que discursos
culturales, acaban por reflejar e incluso
promover la ideología que los produjo.
Los superhéroes están estrechamente
ligados al mundo capitalista en el que
nacieron. De hecho, sus versiones más
subversivas y complejas no reniegan
de esta característica, la parodian: el
discurso adquiere conciencia de sus
propias formas y para hacer sátira de la
sociedad. Un excelente ejemplo es The
Dark Knight Returns (1986), de Frank
Miller (Maryland, 1957).
Contrapunto, n.º 49 | 9
 Dentro de este universo, Marvel ha
ocupado un lugar particular. Spiderman,
una de sus figuras insignias, apareció
en 1962 para cambiar la perspectiva
del género. Él era —y sigue siendo—
un héroe con problemas humanos. A
pesar de sus superpoderes, su mayor
conflicto era entre la labor heroica y la
vida personal. Es el primero de una serie
de producciones, en las cuales siempre
figura el famoso Stan Lee (Nueva York,
1922), que buscan dar un rostro más
humano a los superhéroes, una cara
imperfecta, si se quiere. Aunque las
obras más interesantes del género serán
producidas, por ejemplo, por el ya citado
Miller o por el equipo responsable de
Watchmen (1986-1987), formado por el
guionista Alan Moore, el dibujante Dave
Gibbons, y el entintador John Higgins;
aun así, no se puede negar la relevancia
del giro que dio Marvel en los años
sesenta.
Esto no significa que los
cómics perdieran su carga ideológica
y propagandística. Basta con ver las
películas de la última década para
comprobar que los modelos de Batman
y Superman son reproducidos por
figuras centrales del MCU (universo
cinematográfico de Marvel, por sus siglas
en inglés). La figura del gran capitalista
que invierte su dinero en salvar el
mundo es reencarnada por Tony Stark,
quien lucha como Iron Man. Por otro
lado, la idea de un hombre ordinario
10 | Contrapunto, n.º 49
que se convierte en un supersoldado de
la justicia se vería reflejada en el Capitán
América. Si bien no es un pequeño
burgués al estilo de Clark Kent, el alter
ego de Superman, sí es un personaje
ordinario que se transforma para poder
ayudar a la nación. Además, la carga
ideológica es más explícita, no solo por
la caracterización del personaje, también
por cómo se lo utilizó durante la segunda
guerra mundial.
DE LAS PÁGINAS A LA
PANTALLA
La historia del paso de los
superhéroes de las páginas a la pantalla,
tanto de la televisión como del cine,
también es larga. ¿Cómo olvidar The
Incredible Hulk (1977-1982) o las series
animadas transmitidas en los noventa,
especialmente famosas las de Spider-
Man (1994-1998) y los X-Men (1992-
1997)? En el cine, el punto de quiebre
fue X-Men (2000). Si bien habrá quien
defienda algunas producciones previas
—Superman (1979), por ejemplo,
o el famoso Batman (1989) de Tim
Burton—, resulta indiscutible que este
fue el momento en el que las películas
de superhéroes lograron encontrar un
equilibrio entre calidad de la historia
y de la producción. Específicamente,
en lo que respecta al segundo aspecto,
cabe destacar que los efectos especiales
lograron ponerse a la par de las
exigencias del género. Dicho de otro
modo, no es que las películas previas no
dieran la talla, sino que a partir del siglo
XXI el cine de superhéroes se volvió una
constante en las salas de cine, al punto
de que ahora tenemos un promedio de
cuatro o cinco filmes por año.
La película de X-Men, en este
sentido, dio una lección de cómo
adaptar los cómics a la gran pantalla.
Cambió el tono de la imagen hacia uno
más oscuro, transformó los uniformes
de los protagonistas y nos mostró que
se podía hacer una película de acción
de interés más allá del mundo friki, sin
traicionar en exceso el material original.
Además, comenzó a hacer cambios en
otras áreas que ayudan a la aceptación
del filme. El ejemplo más claro lo vemos
en el personaje de lobezno. Mientras que
la versión de los cómics era baja, peluda,
muy cercana a una bestia, en la gran
pantalla el personaje es interpretado por
un atractivo Hugh Jackman, quien hoy
por hoy es el rostro del antihéroe.
Otras producciones aparecieron,
con mayor o menor éxito. Spider-Man
(2002) caló muy bien en la audiencia,
centrando la historia en los conflictos
emocionales de Peter Parker, alter ego del
superhéroe, a pesar de que para la tercera
entrega de la saga era casi una parodia de
sí misma. Hulk (2003) o Fantastic Four
(2005) tuvieron menos éxito.
Fue en este contexto que inició el
MCU, con Iron Man (2008). Hasta ahora,
las películas de Marvel (las mencionadas
arriba) eran producidas por Fox, sería
esta la primera en manos de Marvel
Studios, compañía que dos años más
tarde pasaría a formar parte de Disney.
El proyecto dio una nueva cara a los
superhéroes creados por Stan Lee, más
acorde al público objetivo de la empresa.
En pocas palabras, se convirtieron en
entretenimiento para toda la familia.
Esto fue parte de una estrategia más
grande que buscaba, entre otras cosas,
compensar por el hecho de que los
derechos de algunas de las figuras más
fuertes de los cómics de Marvel seguían
en manos la Fox.
El éxito del proyecto es hoy
indiscutible. El precio pagado, en lo
referente a las películas y sus protagonistas,
es algo que debemos considerar. Por un
lado, la presencia de actores importantes,
muchas veces provenientes de la
comedia, da carisma a los personajes.
Asimismo, la asociación entre Marvel
y Disney ha logrado armar un equipo
de guionistas y directores capaces de
construir historias redondas, coherentes
y lo suficientemente interesantes como
para mantener a los espectadores en sus
asientos durante las cada vez más largas
sesiones de proyección. Si bien los filmes
están plagados de lugares comunes, y
responden a un discurso maniqueísta
plano y simplón, la efectividad narrativa
de las historias se ve en el éxito de la
franquicia —algo que otras compañías,
como DC Entertainment, no han
Contrapunto, n.º 49 | 11

conseguido—. Sin duda, hay que resaltar
el trabajo de los hermanos Anthony y a esta estrategia: la continuidad y cruce
Joseph Russo, encargados, entre otras, entre las distintas historias. Esto agrega
de la última entrega de la saga. una lógica distinta a las producciones y,
La paradoja aparece al confrontar
las nuevas historias con lo que dijimos
previamente sobre los primeros
personajes de Marvel. Si los cómics
dieron una nueva profundidad a los
superhéroes, haciéndolos más humanos,
la asociación con Disney ha renunciado
a esta intención para crear protagonistas
que, a pesar de ser carismáticos y
atractivos en un sentido general, son
planos y de un desarrollo pobre. Como
suele ocurrir, la fórmula del éxito parece
estar ligada a cierta frivolidad, a la
necesidad de simplificar las historias y
los personajes para la comodidad —y el
conformismo— del público.
12 | Contrapunto, n.º 49
La franquicia agrega otro elemento
coherentemente, crea un efecto distinto
en el espectador. En resumen, el público
ve estos filmes como si fueran una serie
televisiva, con la consciencia de estar
viendo el fragmento de una totalidad.
Incluso si una entrega de la saga no
es buena, el seguidor de Marvel irá al
cine a verla, porque, en caso contrario,
no entendería las futuras entregas. Por
supuesto, a esto se suma un mínimo de
calidad garantizado, por lo menos, en los
efectos visuales.
Avengers: Infinity War es el punto
cúspide de esta lógica. Tal como han
dicho sus directores, es el mayor crossed
over de la historia del cine, reuniendo
a personajes de las diecinueve películas
que la precedieron. Por esto mismo, los efectos visuales y las secuencias
los defectos inevitables de un cine de acción serán difíciles de igualar en
producido en masa y con un enfoque futuras producciones.
claramente comercial se hacen más
Sin embargo, es probable que
tangibles. Los personajes son planos.
se superen. El proyecto del MCU ya
Su relativa profundidad es heredada
está produciendo nuevas entregas y no
de producciones anteriores, ninguno
parecen tener ninguna intención de
crece en esta historia —con excepción, detenerse en ningún momento cercano.
quizá, del villano: Thanos—. Esto era Siguiendo la lógica de las series, y de la
previsible al reunir a tantos personajes: producción de cultura en masa propia
es imposible trabajarlos todos en un de una industria del entretenimiento
tiempo tan limitado. Como resultado esencialmente capitalista, seguirán
tenemos casi dos horas y media de acción adelante hasta que hayan exprimido el
vacía que solo tiene sentido para quienes producto, hasta que los personajes no
siguen la franquicia. Finalmente, con den más y el mundo de los superhéroes
la promesa de otra entrega el año que que han construido se agote y, sobre todo,
viene, el filme cierra con un cliffhanger hasta que el público deje de comprar
efectista y, aunque no se puede negar entradas de cine.
que impresiona, está pobremente
construido. Por supuesto, también se
hacen evidentes las virtudes del género: Javier Ignacio Alarcón
Contrapunto, n.º 49 | 13
 Diálogo con las Artes
“And they all lived together in a little crooked house”
Dirección: Gilles Paquet-Brenner
Reparto: Max Irons, Glenn Close, Stefanie Martini, Terence Stamp,
Christina Hendricks, Gillian Anderson
A
gatha Christie es un referente
dentro de la literatura del
género policiaco de principios
del siglo XX. Muchas de sus obras han
sido adaptadas a la pequeña o a la gran
pantalla, como la conocida Diez negritos
(1945). Sin embargo, hasta ahora no
se había realizado una película o una
miniserie de la que ella consideraba
como una de sus mejores novelas: La
casa torcida. Publicada en 1949, esta
historia comienza con la muerte de
Arístides Leónides, un multimillonario
de origen griego que se había trasladado
hasta Inglaterra para construir allí un
palacete donde poder hospedar a toda
su familia. Sophia, su nieta, convence a
Charles, hijo de un detective de Scotland
Yard, para que investigue quién asesinó a
su abuelo con una inyección de eserina.
Paquet-Brenner aceptó el reto de realizar
una película basada en esta historia y no
volver a caer en los tópicos con los que el
cine clásico ha caracterizado las novelas
de Christie hasta la actualidad. Después
de las malas críticas que recibió Asesinato
14 | Contrapunto, n.º 49
La casa torcida
Duración: 115 minutos
en el Orient Express (2017), todos
esperaban que el cine inglés devolviese
a la dama del crimen una adaptación
cinematográfica a la altura de La casa
torcida, una de las novelas más cuidadas
de su trayectoria como escritora.
En muchas ocasiones se han
criticado las obras de Christie por su
simpleza y por su esquema previamente
definido. Son novelas de puro
entretenimiento y eso es lo que tendrían
que conseguir sus adaptaciones, mantener
al espectador pendiente de todas las
pistas posibles para tratar de descubrir al
asesino antes que los propios personajes
de la historia. Para conseguir este efecto,
es necesario cuidar los pequeños detalles
y no perder de vista la obra original,
algo que parece que no han hecho en
esta adaptación de La casa torcida, que
no puede cumplir con las expectativas
de aquel que haya leído antes la novela.
En la película se pierden muchas de las
pistas sutiles que deja Christie en su obra
y, por el contrario, se presentan otras
que llegan a arruinar el desenlace de la
secretos oculta esta familia torcida
y quiera adentrarse en este caso sin
resolver.
Lo que parece más sencillo no
siempre lo es. La casa torcida es un
ejemplo de ello. Las nuevas adaptaciones
de las novelas de Christie parecen
responder, como muchas de las películas
que encontramos en las carteleras, a
la necesidad de llenar las salas de cine
con espectadores que confían en un
producto conocido y que apuestan por
adaptaciones, remakes, etc. Dejando a
un lado el miedo que existe por parte
de muchas productoras, hoy en día,
para apostar por nuevas historias en el
cine comercial (y obviando todas las
historia. No se llega a explicar el porqué
implicaciones económicas que esto
del enigmático título, que proviene de
supondría), también se pueden hacer
una canción popular infantil (“There
grandes películas de entretenimiento
Was a Crooked Man”) y que no solo
a partir de estas novelas clásicas de
hace referencia a la estructura caótica
detectives. No obstante, esto no quiere
del palacete donde viven los Leónides.
decir que, al ser productos aparentemente
Se trata de una novela que se centra en
más sencillos, no requieran un gran
un único espacio y que, por tanto, pide
cuidado para ser algo más que una
un ritmo lento donde predominen los
película de sobremesa. La casa torcida
diálogos. En la adaptación, encontramos
es una película de entretenimiento
transiciones rápidas y diálogos poco
y consigue, en parte, esta función,
trabajados en algunas escenas, como la
pero también es una oportunidad
de la cena familiar. No obstante, pese
desaprovechada con la que se podría
a todos estos elementos negativos, La
haber demostrado que una buena
casa torcida mantiene bastante bien el
película de misterio se basa, siempre, en
hilo argumental de la novela de Christie,
los pequeños detalles.
cuenta con una buena ambientación y
con interpretaciones correctas que la
convierten en una película interesante
Paula Mayo Martín
para todo aquel que desconozca qué
Contrapunto, n.º 49 | 15
 Aniquilación, o la nueva distopía ecoapocalíptica
Reparto: Natalie Portman, Jennifer Jason Leigh, Gina
Rodriguez, Tessa Thompson, Tuva Novotny, Oscar Isaac
N
etflix se está convirtiendo en
un fenómeno extraño. Pese
a que por lo general se ha
convertido en un surtidor de blockbusters
mensuales, a veces nos sorprende con
producciones propias no tan diseñadas
para el espectador que busca una hora y
media de entretenimiento. Este es el caso
de su última producción, Aniquilación,
con dirección y guion adaptado de
Alex Garland (Londres, 1970), a quien
recordamos por la tecnofeminista Ex
Machina (2015). La obra, una versión
audiovisual de la novela homónima de Jeff
Van der Meer, ha resaltado rápidamente
entre la crítica por la complejidad teórica
que la engloba, tratándola a veces de
alegoría de la frustración occidental ante
el cáncer o de exploración psicológica de
nuestras experiencias ante el fracaso. En
cualquier caso, nos encontramos ante
una rara avis dentro de Netflix, que ha
apostado por el cine de autor quizás con
el ánimo de contrarrestar las críticas y
vetos que sufre por parte de instituciones
formales del cine (la mayoría de festivales
no permiten la presentación de películas
producidas por empresas de video on
demand).
16 | Contrapunto, n.º 49
la física Josie (Tessa Thompson). Los
miedos y motivaciones de subjetividades
Aniquilación
colonizadas ante un entorno natural que
Dirección: Alex Garland
nos sobrepasa es, sin duda, uno de los
motores que hacen funcionar la trama.
Duración: 115 minutos En definitiva, la última obra
de Garland se configura como una
Aniquilación comienza con un
obra audiovisual interesante, compleja
meteorito surcando la atmósfera celeste
y, en muchos aspectos, impactante
e impactando en un faro en algún punto
estéticamente. Pese a variar algunos
de la costa oeste de Estados Unidos,
elementos de la obra original de Van
creando una burbuja iridiscente que
der Meer, su adaptación a la pequeña
crece poco a poco. El plano cambia y
pantalla nos sumerge en las realidades
nos muestra a una mujer, Lena (Natalie
materiales que hemos de afrontar,
Portman), siendo interrogada ante una
tanto ecológicas como en relación a la
muchedumbre de científicos en trajes
enfermedad. Aniquilación se une así al
protectores. Esta nos cuenta cómo se
evidente, aunque extrañamente menos cada vez más extenso grupo de películas
aventuró con su equipo en “el resplandor”,
explorada por la crítica, es la de su de ciencia ficción/ficción especulativa
un espacio creado por este meteorito del
contenido ecológico. Aniquilación nos que cuestionan las relaciones de los
que ningún humano, salvo Kane (Oscar
habla de una “invasión” extraterrestre humanos con la propia materialidad en
Isaac), ha vuelto. Así, narra cómo, una
que se está apoderando poco a poco la que están obligados a vivir, suscitando
a una, el resto de su equipo desapareció
del mundo, creando una simbiosis posibilidades de cambio que, en este
o murió allí dentro. Tras esto el filme
entre las distintas formas de vida que caso, involucran la aniquilación del ser
vuelve de nuevo al principio y nos
cooperan en pro de la sostenibilidad humano tal y como lo entendemos. Para
desvela las aventuras que vivieron Lena
ambiental. En este sentido, y al contrario bien o para mal.
y sus compañeras al introducirse en la
que en la vida real, la humanidad
burbuja. Estas se adentran en un espacio
tiene un nulo poder de actuación para
en el que el tiempo no sigue las reglas de Alejandro Rivero-Vadillo
perturbar esta sostenibilidad. Las
la física y en la que la naturaleza muta y se
psicologías de las mujeres del equipo
fusiona entre sí, algo que acaba afectando
de Lena nos presentan, así pues, las
a todas las exploradoras. Pese a que la
distintas perspectivas que ejercemos
obra refleja, sin duda, las preocupaciones
como humanos ante esta imagen de
humanas ante enfermedades como el
sostenibilidad, desde la más agresiva,
cáncer, que está literalmente presente
como la que ejemplifica la paramédica
en determinados momentos del filme,
del equipo, Anya (Gina Rodriguez),
las lecturas de estos textos son, no a la más simbiótica, representada por
obstante, poliédricas. Quizás la más
Contrapunto, n.º 49 | 17
 Entre la segregación racial y aparente normalidad
Guión: Ethan Coen, Joel Coen, George Clooney, Grant Heslov
Reparto: Matt Damon, Julianne Moore, Óscar Isaac,
Glenn Fleshler, Michael D. Cohen, Noah Jupe, Steve Monroe,
Gary Basaraba, George Todd McLachlan
E
l funcionalismo sociológico de
los años 50 en Estados Unidos
parece reflejarse a la perfección
en Suburbicon. Urbanización de clases
medias acomodadas enrolada en una
cotidianeidad apacible que discurre
desde la calle al hogar, dos sucesos
“conmocionan” a la comunidad: la
llegada de los Meyer (una familia negra)
y un allanamiento que termina con
la muerte de una madre de familia. La
cinta recuerda en muchos aspectos a
Lejos del cielo (2002), con una familia
aparentemente perfecta que esconde
grandes fracturas internas, en medio de
una sociedad de los años 50, atravesada
por un racismo estructural; resaltan
aún más explícitamente estas dos
características escondidas tras un halo
de armonía.
La trama a partir de estos dos
acontecimientos pasará a moverse a dos
tiempos, por una parte los vecinos de la
comunidad indignados por la presencia
de los Meyer en su vecindario, quienes
incluso emprenden acciones para que
18 | Contrapunto, n.º 49
Suburbicon
Dirección: George Clooney
Duración: 105 minutos
se vayan; y por otra, la familia Lodge y
la trama cada vez más retorcida que se
cierne sobre el allanamiento de su casa.
En el caso de la línea que
discurre alrededor de la presencia de
los Meyer en el vecindario, la película
consigue reflejar la ruptura de la norma
(comunidad de blancos), y o excluyente
que resultaba el reclamo publicitario de
la urbanización que se jactaba de recibir
a personas provenientes de cualquier
Estado del país. De la disconformidad
inicial se van sucediendo en el films
secuencias donde los vecinos ponen en
marcha acciones para que los Meyer
abandonen la comunidad, quienes
resisten estoicamente sin confrontación
directa. Desde cercar su casa hasta
subirle los precios en el supermercado
de la urbanización, pasando por sonoras
perturbaciones en la puerta de su casa
día y noche, los intentos de provocación
llegan a su punto álgido hacia el final
de la película donde el ataque es directo
a pesar de la contención policial. Lo
simbólico de este hecho es la proyección
de ira de toda una comunidad sobre una La película aun sin centrarse por
familia que no ha hecho nada más que entero en la segregación racial de los años
mudarse a una comunidad en donde 50 en Estados Unidos, consigue plasmar
poco a poco va saliendo a la luz su a la perfección los juegos de apariencia
intolerancia camuflada, mientras que que regían una cotidianeidad que
en la casa contigua están aconteciendo escondía una profunda podredumbre
todo tipo de atropellos que pasan que no podía sostenerse de no ser por
desapercibidos. la estructura jerárquica desde la cual se
articulaba. A todos los efectos se trata
En el caso de la trama que
de una obra que más allá del aporte
acompaña a la familia Lodge, el
requerido a toda producción cultural,
allanamiento y muerte de la señora Lodge
sirve de valioso material de análisis de
actúa como dispositivo de toda una serie
la sociedad de la época, que en última
de acontecimientos que van desgastando
instancia remite a cotidianeidad mucho
la apariencia de “perfección” inicial.
más presente de lo que se deja ver.
También hacia el final del film estallan
las distintas piezas entrecruzadas en un
final completamente privado a pesar
Ivana Belén Ruiz-Estramil
de estar aconteciendo ante los ojos de
todo el vecindario. Un vecindario que se
centra por completo en la presencia de
los Meyer como disruptiva del “orden”.
Contrapunto, n.º 49 | 19

Reparto: Bryan Cranston, Koyu Rankin, Edward Norton, Bob
I
love dogs. Así suena en inglés
el título de la nueva comedia
de Wes Anderson, Isle of Dogs
(Isla de Perros en español), con la que
el director retoma el camino de la
animación en stop motion iniciado con
la adaptación de la obra de Roald Dahl,
Fantástico Sr. Fox (2009). Quizás de
manera más importante, Isla de perros
es también en su primera inmersión en
el mundo del arte y la cultura nipona,
el cual se aprecia desde los primeros
segundos del largometraje tanto a
nivel visual como auditivo. Y es que a
diferencia de obras previas como Life
Aquatic (2004) o El gran hotel Budapest
(2014), donde se idealizan y magnifican
estéticas decimonónicas europeas, Isla de
perros se sustenta, tanto temática como
estéticamente, en nociones artísticas del
Japón tradicional.
Isla de perros nos sumerge de lleno
en Megasaki (Japón), ciudad ficticia de
corte cyberpunk que está siendo azotada
por un terrible brote de peste canina.
El alcalde de la urbe, el Sr. Kobayashi,
decide desterrar a todos lxs perrxs a
una isla vertedero cercana a la ciudad.
Seis meses después, Atari, sobrino del
20 | Contrapunto, n.º 49
De Humanxs y perrxs
Isla de perros
Dirección: Wes Anderson
Balaban, Bill Murray
Duración: 115 minutos
alcalde, roba una avioneta y decide ir en
busca de su perro Spot, que fue exiliado
junto al resto de los canes de Megasaki.
Atari, sin embargo, pierde el control de
la aeronave, se estrella y es rescatado por
un grupo de perrxs liderado por Chief.
Mediante el uso de su siempre perenne
primer plano, del que Anderson hace
gala en todos sus filmes, lxs espectadorxs
seguimos dos historias paralelas: la
aventura de Atari y Chief en busca de
Spot, y la formación de un movimiento
activista en la ciudad a favor de los
perrxs liderado por la estudiante de
intercambio americana Tracy Walker.
En la primera, Anderson muestra,
desde la perspectiva canina, el extraño
funcionamiento de las estructuras de
poder entre humanxs y sus compañerxs
caninxs, visualizando las relaciones
jerárquicas a los que les sometemos (lxs
humanxs son siempre vistos como amxs
o dueñxs) pero también enfatizando las
posibilidades emocionales y las prácticas
de colaboración entre ambas especies.
En este sentido, el escenario futurista
tecnodistópico en el que Anderson sitúa
la acción parece diseñado siguiendo
los preceptos de la famosa filósofa
añadiendo el contrapunto machista que
le faltaba a esta historia, esto no se hace
por el amor que esta especie suscita en
Tracy sino, absurdamente, porque esta
resulta estar perdidamente enamorada
de Atari, a quien solo ha visto por
televisión. Qué manera más sórdida de
destrozar una película con pretensiones
tan interesantes.
Anderson, quien nunca ha
resaltado tampoco por lo temáticamente
subversivo de su arte, nos propone
en Isla de perros una sencilla historia
con gran profundidad. No solo aborda
problemas como la ética animal y el caos
medioambiental del antropoceno, el cual
deja islas de basuras muy similares a las
ecologista/animalista Donna Haraway,
del filme, como la de Thilafusi en las Islas
pues animales (humanxs y no humanxs)
Maldivas, sino que imagina soluciones
y tecnología cooperan para alcanzar una
epistemológicas y ontológicas a estas
misma liberación. Por otro lado, la historia
cuestiones. Por otro lado, que el precio
de Tracy Walker parece ser la condición
a pagar sea replicar de nuevo el discurso
impuesta por la distribuidora, Fox, para
de Occidente como el salvador y de la
realizar el filme, pues nos presenta una
mujer como soporte de los intereses de su
versión cyberpunk de El último samurái
amado, desde luego, deja atrofiada a una
(2003), en la que el pueblo de Japón se
película cuya marca de autor se presenta
ve amenazado por las lógicas capitalistas
como fuera del “blockbusterismo”.
y en la que, para nuestra sorpresa, la
¿Cómo algo tan bueno puede estar tan
solución acaba siendo liderada por el
mal hecho?
único personaje blanco y de cultura
claramente occidental de toda la historia.
Tracy inicia una revolución animalista
Alejandro Rivero-Vadillo
junto a sus compañerxs japonesxs con
el objetivo de hacer entender al resto
de ciudadanxs que lxs perrxs también
deberían tener derechos y de reclamar su
reintegración en la ciudad. Sin embargo,
Contrapunto, n.º 49 | 21

Texto y dirección: Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro
Elenco: Sara Bores, Lola Cañadas, Iván de Álvaro, Ainoa
Fernández, Claudio Gómez, Eva Gutiérrez, Itziar Manero, Lucía
Ranz, Laura Rodríguez, Carlos Pulpón y Pablo Viribay
I
magina que estás en lo más alto,
a punto de alcanzar ese objetivo
con el que tanto habías soñado.
Imagina que estás en el día más feliz y
emocionante de tu vida, que todo el
mundo está pendiente de ti, que estás
haciendo Historia. Imagina que en ese
preciso instante, tras solo setenta y tres
segundos de gloria, desapareces. Dejas
de ser tú para ser polvo. Dejas de ser
tú para ser nada. How to disappear
completely trata precisamente de eso, de
estar y de repente no estar, de triunfar
y de fracasar, de ser recordado. Y lo
hace a través de uno de los ejemplos
clave del éxito y el progreso humano: la
exploración espacial.
El 28 de enero de 1986, la NASA
lanzaba al espacio el transbordador
Challenger con la intención de poner en
órbita dos satélites de comunicación. La
misión era aparentemente sencilla pero
especialmente mediática: en la nave se
encontraba la maestra de secundaria
Christa McAullife, que había sido
seleccionada a través del programa
Un profesor en el Espacio. Ella sería
la primera civil en salir de la Tierra, la
primera persona de a pie en ver el mundo
22 | Contrapunto, n.º 49
73 segundos
How to disappear completely
desde fuera. El 80% de la población
estadounidense estaba pegada al
televisor, nadie quería perderse el evento.
El Progreso Humano en mayúsculas,
el orgullo patrio norteamericano en su
más alto nivel. La CNN era la cadena
encargada de retransmitir el despegue,
de emitir en riguroso directo uno de los
mayores logros de la NASA. Comenzó
la cuenta atrás. Ten, nine, eight. Los
alumnos de McAullife se habían reunido
para ver a su exitosa profesora conquistar
los cielos. Seven, six, five. Desde Houston,
en un cuartito sin ventanas, la situación
estaba aparentemente bajo control.
Four, three, two, one. Siete personas ya
estaban viajando al espacio a cientos
de kilómetros/hora. En 73 segundos ya
habían subido casi 15 kilómetros. Fue
a esa altura cuando parte de la nave
se desintegró en el aire ante la atónita
mirada del mundo. De todo a nada en
setenta y tres segundos.
Desde la escuela Nave 73 (va de
naves y de setenta y tres la cosa) y en el
marco del festival de creación escénica
surge How to disappear completely. Es
una obra contemporánea que, a través de
una puesta en escena compleja y de once
los miembros de la tripulación, a sus
familiares y la realidad que cada uno de
estos vive. Hay monólogos que podrían
ser perfectamente autobiográficos. Sin
embargo, ninguno de los intérpretes
ha desaparecido completamente. Al
contrario, están todos vivos. Muy
vivos. Vivos a ritmo de Crazy in love de
Beyoncé. O quizás no.
How to disappear completely es
un brillante sinsentido que busca en el
espectador la reacción más pura y sincera.
En el patio de butacas hay momentos
incómodos, nudos en la garganta y
carcajadas. Hay risas nerviosas y risas
cómplices. Aplausos y silencios. Es una
actores que cambian constantemente de obra impredecible de principio a fin. Es
personaje y registro, consigue acercar increíble de principio a fin.
al espectador a una idea desconocida
por todos. Es ahí donde reside la
complejidad del espectáculo: en cómo Miguel Ummnosep
contar al público algo que nadie ha
experimentado, en cómo escenificar la
desintegración total. Para ello hablan
de un concepto que cualquiera puede
reconocer: el fracaso. La desintegración
como el fracaso final. Pasar de héroe a
cero, al contrario que el Hércules de
Disney. Convertirse en un anti-Hércules
y acabar sin esa gloriosa corona de laurel.
La historia del Challenger, aunque
suene a ciencia ficción, es una historia
real; surrealista, pero real. No cabe duda
de que tras cada frase y escena hay un
trabajo de documentación alucinante
que hace que el espectador conozca a
Contrapunto, n.º 49 | 23

Reparto: Marta Etura, Daniel Grao, Alejandro Jato y Verónica
N
unca es tarde para encarrilar
una vida. Es una vía
complicada en la que la
ilusión por el cambio juega un papel
fundamental. Más complicado aún es
encarrilarla cuando eres consciente de
que te queda poco tiempo, y más cuando
tu decisión puede desestabilizar todo
el ecosistema que has creado. Este es el
conflicto que plantea Ilusiones, el texto
de Ivan Viripaev (Irkoutsk Siberia, 1974)
que Miguel del Arco (Madrid, 1965) ha
materializado en uno de los mayores
éxitos de la temporada en el Teatro
Pavón, acompañado de un elenco de
actores de primer nivel.
La obra, estrenada en Moscú
en el año 2011, presenta la historia de
los últimos momentos de vida de dos
parejas de octogenarios entrelazadas
por una amistad de juventud, que ven
cómo su breve existencia se tuerce en el
momento en el que uno de ellos muere
y cambia no solo el futuro, sino también
el pasado, cuando se descubre que su
mujer lleva toda la vida enamorada de
su mejor amigo. ¿Cuál es el detonante
del enorme éxito de Ilusiones ante una
premisa aparentemente tan simple?
24 | Contrapunto, n.º 49
El poder de las ilusiones
Ilusiones
Texto: Ivan Viripaev
Dirección: Miguel del Arco
Ronda
La transgresión del texto no reside en
la trama, sino en la forma en la que
está contada; sí, contada, porque la
narración se apodera de las tablas y se
convierte en elemento intrínseco de
lo teatral en el momento en el que son
cuatro narradores, dos hombres y dos
mujeres, quienes dan voz a esta historia.
El espectador se encuentra, por tanto,
con un protagonista coral que realmente
no es siquiera protagonista, sino que
funciona como intermediario entre los
verdaderos protagonistas y el público.
Para su autor, lo que el espectador
se encontrará en Ilusiones es una
comedia existencialista, categoría que
dejará atónito a más de un espectador. Es
cierto que el humor está presente en la
obra, sí, pero es un humor agriado por las
circunstancias, socavado bajo el drama
y la nostalgia. Lo de existencialista, por
otro lado, sí que es irrebatible, porque
Ilusiones es un auténtico sumergimiento
en algunos de los problemas que más
asolan al ser humano de hoy, como el
fracaso de la comunicación que le impide
cumplir sus propósitos o alcanzar sus
anhelos.
Pero el impacto de la obra solo
ha sido posible por la magistral mano
de Miguel del Arco, que convierte en
magia el texto del dramaturgo ruso.
Con una disposición espacial que llama
a tender al vacío, Del Arco opta por
saturarlo hasta convertirlo en un espacio
simbólico, evocador de la esencia de la
obra, del decadente paso del tiempo y de
la caducidad de lo material. Reseñable
es también la dirección de iluminación,
cuyos juegos de luces presentan un
evocador cariz poético que apoya la
atmósfera en todo momento. El elenco,
por otro lado, está también sobresaliente;
no se les puede pedir menos, pues una
obra como Ilusiones lo requiere porque
de lo contrario se convertiría en una mera
narración, algo insostenible sobre las
tablas a la hora de transmitir al público.
La compenetración que demuestran
en el escenario habla por sí sola, con
réplicas, interrupciones o alternancias
que mantienen alerta al espectador
ante cualquier nueva variación del
espectáculo. Aún más cabe destacar
la labor actoral teniendo en cuenta el
trabajo de desdoblamiento que llevan a
cabo los cuatro actores, a los cuales no
se les asigna un único personaje, sino
que cada uno se encarga de dar vida al
conjunto al completo.
Ilusiones es, por lo tanto,
pura innovación dramática desde el
momento en el que supera el texto para
ser representada. El elenco actoral,
bajo la dirección de uno de los mejores
dramaturgos contemporáneos de
nuestro país, ha conseguido convertir
una historia aparentemente cotidiana
en una montaña rusa de emociones,
donde el ritmo frenético no permite al
espectador la posibilidad de pararse a
asimilar todo a lo que se está enfrentando.
Una auténtica obra maestra que, aunque
por ahora se despide, no cabe la menor
duda de que volverá a dar que hablar en
el panorama teatral madrileño.
Adrián Iglesias Isasi
Contrapunto, n.º 49 | 25
 De aquí y de allá
I
nvasión, la palabra que da título
al nuevo libro de David Roas
(Barcelona, 1965), nos invita a
pensar en una amenaza y, en su forma
más llana, apunta a una exterioridad que
está por irrumpir, si no ha irrumpido
ya, en el mundo que conocemos, la
interioridad en la que nos movemos
y nos sentimos cómodos. Cualquier
indicio de que esto está por ocurrir, de
que un agente extraño está por quebrar
nuestra normalidad, resulta en sí misma
inquietante y, dependiendo de qué
tan extraño sea dicho agente y el lugar
de donde venga, nos interpelará con
preguntas que no siempre tendrán una
respuesta tranquilizadora. Cada uno de
los relatos del volumen de Roas es eso,
una pregunta cuya respuesta resulta más
inquietante y enigmática que la incógnita
original. Desde una casa en la College
Hill de Providence hasta las ingenuas
indagaciones de un niño, pasando por
una colección de muñecas, una alfombra
manchada, una hormiga saliendo de una
nariz, un zombi, una dentadura y otros
elementos inquietantes; todo en este
libro parece ser una señal de que nuestro
mundo ya no es el que creemos. Algo
26 | Contrapunto, n.º 49
La irrupción de lo extraño
David Roas, Invasión
Barcelona, Páginas de espuma
128 páginas, 14 euros
extraño ha llegado.
Pero las invasiones
encontramos en las páginas de este
libro no responden a una definición
tradicional. Para empezar, porque
exterior e interior se solapan, no siempre
es fácil precisar si lo extraño acaba
de llegar o si siempre ha estado ahí.
Excelente ejemplo de esto es “Casa de
muñecas”, relato en el cual descubrimos
la excéntrica afición de una mujer, reflejo de la carencia de esperanza de su
muñecas obsesivamente ordenadas. No padre putativo.
tardamos en descubrir que la colección
El libro posee dos secciones
esconde una posibilidad que jamás
gruesas y una breve, que cierra. Cada una
habría imaginado el protagonista que
muestra una forma de invasión: qué o
narra la historia. En esta misma línea,
quién es el agente invasor, dónde aparece.
el texto inicial, “La casa vacía”, nos pone
La primera, “Objetos” se centra en las
frente a una incógnita irresoluble, pues
cosas que nos rodean y en la compleja
no sabemos quién irrumpe en el mundo
relación que establecemos con ellas. A
de quién. La fuerza de los cuentos está,
esta sección pertenecen algunos de los
se hace evidente, en cómo nos obligan a
textos citados previamente: las muñecas
repensar el concepto que citamos arriba.
como entes extraños, una casa en una
Así, en “Invasión”, que da título al libro,
ciudad norteamericana, una alfombra
el agente que quiebra la cotidianidad es
en un piso. “Cuerpos”, la segunda parte,
algo tan simple como una mancha en
parece acentuar la idea de un organismo
una alfombra. El adorno es un capricho
vivo que se mueve por espacios que
pequeñoburgués que ha costado a su
no le corresponden, espacios con sus
protagonista, entre otras cosas, las
propias reglas en las cuales dichos
críticas de su madre. La encontramos
cuerpos no encajan. Vimos un ejemplo
desesperada por limpiar su nueva
en “Altruismo”: no solo el niño zombi,
adquisición y, en la lucha por restablecer
también el protagonista, un vivo en un
el orden, se abrirá una grieta en la
mundo de muertos. Para concluir el
realidad. Por supuesto, tampoco faltan
libro, los “Textos dictados” se fijan en el
invasiones tradicionales: “Altruismo” nos
rostro más inquietante de la inocencia
muestra un mundo tomado por zombis.
infantil, que es capaz de encontrar lo que
Ante este panorama, el narrador no
los adultos son incapaces de imaginar.
posee esperanzas, todo en esta historia
Finalmente, y como es propio de Roas,
está condenado, empezando por los
dentro de estas paradójicas invasiones
que viejos que lo acompañan en el edificio
no podía faltar el humor y, sobre todo,
donde se refugia. No parece casual que
la ironía: un doble significado siempre
el monstruo que despierta la empatía del
presente que produce tanta risa como
protagonista sea un niño —o el cadáver
terror, porque, en el fondo, estos
vivo de un niño, para ser precisos—.
mundos invadidos no son tan diferentes
La infancia, una imagen generalmente
al nuestro.
asociada a la promesa del futuro, está
truncada por la presencia irreversible Javier Ignacio Alarcón
de la muerte. Dicho de otro modo, el
paradójico niño zombi es el inquietante
Contrapunto, n.º 49 | 27
 Una educación sentimental en tiempos de transición
L
a transición no ha terminado,
bien porque la educación
sentimental recibida en colegios
de curas y monjas, desde los periódicos
o desde lecturas como las de Sandokán
de Emilio Salgari, Conan Doyle o
Marcial Lafuente Estefanía marcaron
la infancia de toda una generación,
o porque podemos contemplar la
memoria y el pasado como algo que está
continuamente reescribiéndose y este
capítulo de la historia española cuando
más se está planteando su narración es
en la actualidad.
Rafael Reig desde luego le otorga
importancia puesto que esta novela sigue
la ruta de Todo está perdonado (2011) y
Un árbol caído (2015) en las que acusa
qué supuso la transición. De nuevo,
vuelve sobre este momento histórico
pero, eso sí, desde un enfoque en el que
se quiere exhibir ante todo qué supuso el
nacionalcatolicismo a la hora de formar
muchachos a los que años después se les
hablaría de democracia, OTAN, se les
juntaría con otras chicas en clase y según
su posición se esperaría un determinado
recorrido en su futuro. Este es el caso de
Pedro —Pedrito Ochoa en su niñez—
que recuerda a lo largo de la novela su
vida en un hospicio a cargo de las monjas
de la Sagrada Familia. En este internado
28 | Contrapunto, n.º 49
Rafael Reig, Para morir iguales
Barcelona, Tusquets
350 páginas, 19 euros
para huérfanos o chicos con familia
de dudosa reputación para la época
—hijos de comunistas y delincuentes
que están en la cárcel o padres muertos
en circunstancias nunca reveladas por
estas hermanas—, conviven púberes
alejados de la realidad externa a este
orfanato. Recuerda, también, su salida
del hospicio y el contexto cambiante de
España una vez muerto Franco. Pese a
ello, nunca se convertirá en una persona
atractiva, en aquel tipo de persona con
carisma, mucho capital cultural, dinero
y un saber hacer dentro de la sociedad
que les distingue de los no atractivos. Reig, es a esta infancia y adolescencia,
llena de erotismo solitario, de extrañeza
En Para morir iguales Reig utiliza
frente a las mujeres y con el uso de una
un narrador en primera persona que
lengua sin las ambigüedades y el teatro
recuerda a la picaresca del Lazarillo
que acarrearía convertirse en adulto. Un
que narra sus recuerdos tratando de
adulto que, sin dar ningún tipo de interés
justificarse, pues en momentos muy
a la política, se encuentra rodeado de
dados también se refiere al lector. Solo
una visión de mundo que le interesa y
en esto se le puede parecer al personaje
por lo que se convierte en “thatcheriano
del Tormes pues el cinismo convierte a
y felipista, estaba convencido de que
Pedro Ochoa en un narrador sin tapujos
hacerse millonario era, en España, lo
al que no se le caen los anillos a la hora
más fácil del mundo”.
de explicar los medios por los que se hizo
millonario. Todo ello, en una España en De esta forma, Reig nos muestra
la que en los ochenta llegó el discurso de una novela en muchos momentos
Thatcher, de la democratización de las cómica —ya lo averiguará el lector con
inversiones, de la “‘cultura del pelotazo’ y las conversaciones del personaje con la
la beautiful people”, ola a la que se sube el mismísima Virgen—, con un narrador
protagonista sin ningún remordimiento sin dobleces morales, pues su única
o escozor moral. Escalar hasta alcanzar moral es el dinero y sus verdaderos
ciertos estamentos sociales tiene sus sentimientos y la verdadera lengua,
consecuencias y si Rafael Chirbes aludía quedó en la infancia, territorio del que
en sus novelas a que “no hay riqueza nunca se sale pero que se entierra.
inocente”, a Pedro Ochoa le avisan de
Raquel Reyes Martín
que “en esta vida, el dinero, se paga”.
 
Otro de los grandes temas que
pueblan la novela es el discurso del sentido
común, aquel que comienza a aparecer
mientras se fragua la transición y habla
de que hay que apartarse de cualquier
extremo y convertirse en ciudadano de
centro, discurso que irá transformándose
y siguiendo el son político del momento,
fuera de toda actitud crítica, rechazando
todo aquello que no se asemejase a este
impuesto sentido común. Pero el lugar
al que más importancia le concede
Contrapunto, n.º 49 | 29

María Oruña, Donde fuimos invencibles
C
antabria vuelve a ser de nuevo
el escenario perfecto para la
novela policial española. María
Oruña (Vigo, 1976) ubica su tercera y
última obra, Donde fuimos invencibles,
en uno de sus parajes más queridos:
Suances, un pueblo costero en el que
todos creen conocerse aunque, en
realidad, no dejen de ser unos completos
desconocidos. Las calles de Suances, su
biblioteca municipal y la playa de los
Locos o la de la Concha —especialmente
concurridas en la temporada estival en
la que transcurre la acción— serán los
escenarios habituales para una historia
en la que realidad y fantasía se irán
entremezclando hasta el desenlace.
La teniente de la Unidad
Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de
la Guardia Civil Valentina Redondo se
encontrará en esta ocasión con la muerte
del jardinero de la Quinta del Amo, un
viejo palacio propiedad del escritor
californiano Carlos Green, apasionado
del surf y retirado durante los meses
de verano en la costa cántabra con el
objetivo de terminar su nuevo libro. Lo
que inicialmente parece una muerte por
causas naturales termina llevando a la
protagonista a una investigación plagada
de incógnitas y preguntas sin resolver.
Pero Valentina no estará sola: como en
30 | Contrapunto, n.º 49
Los límites de lo conocido
Barcelona, Destino
414 páginas, 18,50 euros
casos anteriores, contará con la ayuda
de su novio, Oliver Gordon, quien se
encargará de poner el toque de humor
necesario para sobrellevar el estrés al
que se ve sometida la protagonista;
de la forense Clara Múgica, ejemplo
de profesionalidad y calma; de sus
compañeros de la UOPJ: el sargento
Riveiro, el subteniente Sabadelle, el cabo
Maza... Además de estar ante un posible
asesinato, los personajes de esta historia
deberán enfrentarse a los supuestos
fenómenos paranormales que están
teniendo lugar en la casona: luces que se
encienden solas, una vieja gramola que
comienza a sonar de forma inesperada,
apariciones fantasmagóricas… Y es que
un problema nunca viene solo, como
sucede también en la narrativa de una
las escritoras más vendidas y leídas por
los consumidores de esta literatura:
Dolores Redondo. En las sagas policiales
de ambas autoras descubrimos a unas
protagonistas que se abren camino en
un entorno conformado principalmente
por hombres, que tienen que conciliar
su trabajo con un marido tierno que
las espera en casa y cuyas vidas, sin
pretenderlo, se entrelazan con los
crímenes que han de resolver. Si en el
apellido de Valentina ya se apreciaba el
guiño de Oruña hacia Redondo, en el del
surfero californiano podemos encontrar
otro gesto amable hacia el escritor de
narrativa juvenil John Green, con cuyas
palabras se abre el primer capítulo del
libro.
Como ya hiciera Oruña en sus
dos primeras novelas, Puerto escondido
(2015) y Un lugar a donde ir (2017), la
narración de los hechos en el presente
se va intercalando con fragmentos de
diferentes manuscritos o situaciones
del pasado. En este caso, las clases del
escéptico profesor Álvaro Machín en un
Curso de Salud Mental en la Universidad
de Cantabria —a las que asistirá un joven
investigador de hechos sobrenaturales—
y los retazos de la novela en proceso
de Green harán que la trama se agilice
y proporcionarán detalles que servirán
para completar el enrevesado puzle
que Oruña ha logrado construir con
éxito. Continuando también con la
estela de sus obras anteriores, no faltan
las referencias al cine, la música o la
literatura. Desfilarán por las más de
cuatrocientas páginas que conforman
el relato la actriz norteamericana Jane
Randolph, las canciones de Paty Page
o Elvis Presley y las reminiscencias de
Holden Caulfield de El guardián entre
el centeno, relacionadas estrechamente
con las vivencias de juventud de Green:
adolescentes que, disconformes con
la realidad que los rodea, llegan a
parecernos invencibles en un momento
dado para, poco después, confirmarnos
que cuanto más alto se llegue, más dura
será después la caída.
Personajes que anhelan aquello
de lo que carecen, personajes que buscan
ir más allá de lo cognoscible, personajes
que, en definitiva, no escapan de los
moldes narrativos del noir actual. Un
caldo de cultivo, sin duda, más que
propicio para sembrar en el lector las
dudas e intrigas que caracterizan las
obras adscritas a un género que se ha
mantenido en la cima de la literatura
española desde hace no poco tiempo y
al que Oruña parece haber llegado para
quedarse.
Cristina Suárez Toledano
Contrapunto, n.º 49 | 31

V
icente Verdú (Elche, 1942) es
escritor, pintor y periodista.
Se ha convertido en una figura
de prestigio porque escribe de manera
asidua en El País, donde ha ocupado
los puestos de jefe de Opinión y jefe
de Cultura. También ha escrito una
veintena de libros, entre los que figuran,
publicados por Anagrama, Si usted
no hace regalos le asesinarán, Héroes
y vecinos, Días sin fumar, Cuentos de
matrimonios, El estilo del mundo, El
planeta americano (Premio Anagrama
de Ensayo), No ficción, El capitalismo
funeral y Enseres domésticos.
Verdú plantea en su último libro,
Tazas de caldo, una valiente propuesta
narrativa. Se trata de aforismos, un
género con una gran antigüedad y que
fue cultivado por los grandes autores
clásicos. De hecho, actualmente goza
de un prestigio encubierto, pues se ha
democratizado y las redes sociales han
permitido que prolifere. No obstante,
la gente no es conocedora de que en
cierta medida está produciendo este
tipo de literatura, y mucho menos está
acostumbrada a que se presente en el
formato de un libro. Los aforismos
siempre tienen un corte filosófico que
plantean una reflexión al lector. Verdú
sigue la estructura de las redes sociales,
32 | Contrapunto, n.º 49
El aforismo y su hijo el tuit
Vicente Verdú, Tazas de caldo
Barcelona, Anagrama
155 páginas, 14,15 euros
haciendo un libro de tuits, puesto que
la extensión es la misma. Sin embargo,
estos no se agrupan por temática, ni por
forma, puesto que están colocados como
pensamientos que le vienen a la cabeza
al autor, tampoco narran una historia,
por lo que sorprende que la editorial
Anagrama haya decidido agruparlo en su
colección Narrativas hispánicas. Verdú
quizá pensó que contaba una historia en
forma de aforismo, pero su sentido es
tan abstracto y personal que impide un
acercamiento a la obra a un lector que
sea ajena a ella, dicho de otra forma, no
expresa su contenido de una manera ni soltura y no se termina de entender lo
mucho menos narrativa ni coherente. La que quiere transmitir. Se trata de una
falta de planteamiento y la colocación obra inalcanzable para alguien externo
anárquica dificulta la comprensión de lo a la figura del autor y que se asemeja a
que el autor quiere transmitir, quizá él un ejercicio de regodeo del ingenio que
en su cabeza lo comprenda, pero no ha posee el creador de la obra.
sabido transmitirlo. Asimismo, muchas
No obstante, es reseñable el hecho
de las frases para cualquier lector carecen
de que haya intentado cultivar un género
de sentido y alguna que otra vez enlaza
que hoy en día no es muy famoso y la
términos cuya relación resulta difícil de
mayoría de los escritores no llevaría a
dilucidar.
cabo. La crítica lo ha alabado dado que
El aforismo resulta difícil de muestra una manera distinta de hacer
cultivar y Verdú lo intenta de forma literatura y porque dedica todo un libro
fallida porque busca mantener la a reflexiones alegóricas y filosóficas,
esencia actual de las redes sociales, aunque algunos de sus aforismos, que
pero descontextualizando sus frases. La intentan ser recurrentes e ingeniosos,
carencia de estructura en la forma y el se sienten como mensajes vacíos, que
contenido obliga al lector a buscar un en muchas ocasiones incluso acaban
significado a cada frase, convirtiéndola diciendo obviedades que, al contrario de
en algo vacío y carente de vida por sí lo que dice el propio autor, no “sosiegan”
mismo, que en muchas ocasiones no el alma.
transmite nada y se termina olvidando
a los cinco minutos de haberla leído.
Además, los temas suelen estar Alberto Calero Carramolino
desperdigados usando en la mayor parte
del tiempo el amor. Cuando parece que se
ha acabado este tópico, tira de nuevo de
él puesto que es algo recurrente y que le
permite decir algo más convirtiéndose en
muchas ocasiones en frases que podrían
encontrarse en internet sin mucho
esfuerzo. Verdú crea una obra anárquica
que es muestra de pensamientos que le
vienen a la cabeza. Esto no tiene que
ser necesariamente peyorativo, si no
fuera porque Verdú no lo maneja con
Contrapunto, n.º 49 | 33

Francisco Ferrer Lerín, Besos humanos
A
Francisco Ferrer Lerín
(Barcelona, 1942) lo
caracterizan de forma certera
tres disciplinas un tanto peculiares y
heterogéneas: la filología, la escritura y
la ornitología —perfectamente reflejado
en sus narraciones—. Es conveniente
destacar la desaparición del autor del
plano literario por un periodo de tiempo
extendido, siendo Besos humanos
precisamente el libro que reivindica, por
un lado, el resurgir en la labor creadora
tan especial que se nos ofrece, al igual
que la defensa de su faceta de escritor de
relatos y no solo de poesía —por lo que
es caracterizado fundamentalmente—.
Sin embargo, algunos de los poemarios
más relevantes son De las condiciones
humanas (1964), La hora oval (1971),
Cónsul (1987) y Fámulo (2009), junto con
algunas novelas como Níquel (2005) y
Familias como la mía (2011). Asimismo,
se ha consagrado como traductor con
algunas obras como El azar y la necesidad
de Jacques Monod (1971), Tres cuentos
de Gustave Flaubert (1972) y Huesos
de sepia de Eugenio Montale (1973).
No obstante, la presente edición es un
compendio de algunos de los escritos
más reveladores del autor desde el año
1963 hasta el 2017, extraídos no solo de
los textos publicados, sino también de su
34 | Contrapunto, n.º 49
Besos humanos nos dijeron
Barcelona, Anagrama
176 páginas, 16,90 euros
propio blog personal.
Hay quien considera
obra inclasificable, por las distintas
modalidades textuales y temáticas tan
diversas que pone en juego el autor.
Sin embargo, al menos, se pueden
trazar algunos motivos generales de las
producciones presentadas en el volumen.
En primer lugar, trata aquello que Rafael
Morales puso en juego en el último
endecasílabo de su soneto “Cántico
doloroso al cubo de la basura”: “el llanto
de lo humilde y lo olvidado”, es decir,
la consagración a objetos y situaciones
que no suelen suscitar el interés de la
literatura, aunque tratado todo ello desde
una óptica erudita a la vez que esotérica,
cruenta y desalentadora. Tampoco se
olvida de plasmar lo escatológico y lo
sexual, materializado en personajes
—muchas veces no demasiado
humanos— que se encuentran en
situaciones de enorme presión, lo que
hace que sus emociones aparezcan en
su grado más intenso y obsesivo. Por
último, se reserva un espacio para la
reflexión metaliteraria y metalingüística,
que aparece con la presentación de
los personajes como usurpadores y
destructores de la propia vida del autor,
como puede observarse, por ejemplo,
en “El vecino” de Luis Mateo Díez —
perteneciente al libro Los males menores.
Microrrelatos— y con la conciencia que
alberga del alcance de las palabras y
el vicio “por determinadas sintaxis y
terminologías”.
En cuanto a las modalidades
su
textuales, se localizan pasajes desde
narrativos, hasta argumentativos,
expositivos y descriptivos, con tintes
autobiográficos en algunas ocasiones. El
género literario principal es el relato —el
subgénero del microrrelato aparece en
ocasiones puntuales— con innovaciones
en su concepción, de manera que el
lector pueda continuar la historia de
forma paralela, o en su estructuración
con historias silogísticas, en forma de
cronograma, o incluso publicaciones de
naturaleza confusa, que pueden acercarse
al género teatral, por convicción explícita
del autor, como ocurre en “Rinola
Cornejo y el estrangulador de Boston”, o
bien, por la forma dialógica, segmentada
en actos y con didascalias propia del
género, en “Reposición de una obra”.
En definitiva, el lector que desee
adentrarse en esos “copos de besos y
escenas” —recurriendo a la versificación
lorquiana— que se van sucediendo
en cada una de las historias debe irse
concienciando de que lo que encontrará,
probablemente, acometa contra la
visión acostumbrada con respecto a lo
que albergan esos mundos ficcionales
parcelados, o esas disertaciones
pintorescas, que dotan a las creaciones
de Lerín de un estilo, que una vez
comprendido, será difícil de confundir.
Ahora bien, este universo expresionista
necesita ser correspondido por un lector
de la misma calaña, en tanto que esté
preparado para sorprenderse con su
tecnicidad y astucia, que, en las propias
palabras del autor, puede resultar
“hiriente para la sensibilidad del lector
medio”. Atrévete al sacrilegio y adéntrate
en sus dominios.
Agustí Mercadé San Frutos
Contrapunto, n.º 49 | 35
 Alrededores
Una tensión que no conoce límite
Traducción de Roberto Bravo de la Varga
I
magine que su vida transcurre
tranquila dentro del secreto que tan
cómodamente ha construido. Su
posición burguesa, su familia y su ocio
en sociedad le aportan toda la seguridad
posible. Sí, Irene, es usted una mujer
que ha llegado alto porque ha sabido
beneficiarse de la ocasión en el momento
justo, ha mantenido siempre una imagen
de dignidad en la que todo es respetable,
es incluso admirada por los círculos que
no la conocen.
Espere, Irene… ¿ha olvidado
ese secreto? Claro que no. Una vez a la
semana ha encontrado cómo disiparse
de todo ese ambiente. Es usted también
esa mujer, la que sale ataviada con velo y
coge un coche hacia calles más lejanas.
¿Por qué lo hace? Usted confesó no estar
siquiera emocionada, pensaba que ya lo
tenía todo, que su deseo estaba cubierto.
“En ocasiones, un ambiente agradable y
relajado excita la sensualidad más que el
bochorno y la tormenta, una existencia
dichosa y equilibrada puede ser un
acicate más eficaz que la desdicha”. Su
36 | Contrapunto, n.º 49
Stefan Zweig, Miedo
Barcelona, Acantilado
144 páginas, 12 euros
ambición no estaba más que dormida
bajo una sábana de rutina, se había
acostumbrado a esa quietud como quien
espera la carta de un fallecido. Esa noche
conoció a ese joven y apuesto pianista,
quien atrajo su mirada como no recordó
que ocurriera nunca con su esposo.
Es solo una vez a la semana. vive encerrada en su propia inseguridad
Todo va bien, nadie lo sabe. Por favor, y cree verla sin descanso allí donde
Irene, tranquilícese. Nadie se atrevería a posa la mirada. ¿Qué oculta su marido,
sospecharlo de usted. si es que hay algo detrás de la mirada
de aquel compañero tras ocho años
Pero… ¿qué ocurre en las
de matrimonio al que de repente se da
primeras páginas de Miedo? Una mujer
cuenta de que no conoce tan bien?
mal vestida y desagradable le sale al paso
cuando está a punto de abandonar la casa Irene experimenta las fases de un
de su amante y le cierra la salida. Dice descenso a la degradación que ocurre
que lo sabe todo, que es usted quien se dentro de ella y desconoce la marcha
acuesta con su novio. Se atreve a decirle que tomarán los acontecimientos en
esa mujer de barrio que debería darle el exterior. Su amante sigue esperando
vergüenza bajar de su escalón social ahí fuera, quizás acechado por la furia
para tener una aventura y romper la vida de su novia hacia Irene. El temor al
de una inocente joven pareja. Asustada, chantaje inunda la mente de la burguesa,
usted sale corriendo… una amenaza que por el mero hecho
de realizarse ya marcaría el final de sus
Este es el planteamiento de la
aventuras extramatrimoniales y el inicio
última novela del magistral Stefan
del desmoronamiento de su reputada
Zweig, editada por Acantilado a
vida social.
comienzos del presente año. El autor
austriaco, famoso por sus Momentos O quizás no. Quizás sea sólo la
estelares de la humanidad, despliega otra incómoda sensación de un miedo que no
novela de tormentos que, a semejanza permite el descanso ni el uso de la razón,
de Veinticuatro horas en la vida de una que a cada gesto cree ver una intención
mujer, permite ver los mecanismos maligna y amenazante. Zweig acepta el
internos que acosan a la protagonista, reto de reflejar cómo una emoción que
donde cada pensamiento puede sentirse se diseñó para sobrevivir a un peligro
al leerlo como si fuese algo material. deriva en inmovilización, habla de cómo
cualquier sensación sana es consumida
El tema principal es la eterna
por la oscura pasión de la desesperanza. Y
incertidumbre, el pánico a una amenaza
con este punto de partida, Zweig elabora
invisible a punto de cernirse de forma
una red de sentimientos sublimes que
contundente e inevitable. La mujer
no son sino un reflejo de nuestra propia
descubierta en su adulterio teme que
complejidad humana.
su marido llegue a enterarse y empieza
a mantener un temor constante a salir a
la calle, a comportarse con normalidad.
Luis Heras López
El miedo aniquila toda voluntad. Irene
Contrapunto, n.º 49 | 37
 Polifonías
Mark Fisher, Lo raro y lo espeluznante
E
l miedo es un sentimiento
universal. Atraviesa distintas
culturas, definiendo buena parte
de sus discursos, su ideología y sus
prácticas. Consecuentemente, todos
tenemos algún tipo de relación con
esta emoción. Aunque, y es importante
no olvidarlo, cada cultura tiene una
dialéctica particular con ella. Esta
heterogeneidad es una de sus cualidades
más interesantes, pues nos obliga a
preguntarnos sobre las especificidades
que definen estas diferencias. En otras
palabras, no podemos evitar cuestionar
la naturaleza, no solo del miedo en sí
mismo, sino de las cosas que despiertan
este sentimiento en nosotros. Es aquí
donde el problema adquiere complejidad
y donde exige más de quienes desean
entenderlo. Mark Fisher (1968, Reino
Unido - 2017) asume esta tarea en Lo raro
y lo espeluznante (2016), recientemente
traducido al español, enfrentándose a dos
nociones —las que dan título al libro—
que dialogan con el miedo.
38 | Contrapunto, n.º 49
Realidades incongruentes
Traducción de Núria Molines
Barcelona, Alpha Decay
168 páginas, 17,90 euros
La pregunta planteada por el
ensayo esconde una profundidad que no
se aprecia a simple vista. Lo raro (weird
en el original) y lo espeluznante (eerie)
son términos que empleamos a menudo,
sin preocuparnos por los detalles de su
significado. A veces, y por esta misma
razón, los confundimos, creemos que
se pueden intercambiar sin problemas,
entre ellos y con conceptos relacionados:relatos breves hasta películas, pasando
miedo, terror, entre otros. La situación por bandas de rock, discos de música
se agrava al referirnos a la teoría: existen
ambiental y series de televisión. El
muchísimas obras, literarias y de otras objetivo es ver las distintas formas que
formas artísticas, que exploran estas pueden adquirir estos modos estéticos
nociones. Sin embargo, no siempre —concretamente, Fisher habla de modos
somos precisos a la hora de utilizar narrativos y cinematográficos, pero
los conceptos y, por esto mismo, al también interpreta piezas musicales—.
interpretar los textos. Fisher se proponeQuizá la mayor ventaja de este ensayo se
hacer una revisión detallada de obras encuentra en su capacidad descriptiva:
que puedan ser analizadas desde las dos no hace falta conocer el corpus para
categorías que son el objeto de su estudio.
comprender las tesis formuladas, se
Para esto, parte de definiciones concretas.
describen con cuidado los textos a
Por un lado, se asegura de separar lo raro
estudiar, antes de pasar al análisis
y lo espeluznante de la idea freudiana propiamente dicho. No obstante, también
de unheimlich. Mientras esta última aquí aparecen algunos de sus puntos
se refiere a lo “extraño dentro de lo bajos. La selección de obras no siempre
familiar” o lo “extrañamente familiar” parece apropiada. Por ejemplo, a la
—consecuentemente, a algo interior—, hora de trabajar al director Christopher
las nociones que interesan al teórico Nolan, selecciona Interstellar (2014). Más
apuntan a lo exterior, incluso si lo vemos
allá de la discusión sobre la calidad del
dentro de un entorno que nos resulta filme, la interpretación “espeluznante”
conocido. Este último es el caso de lo raro,
del mensaje que subyace al discurso,
que sería, según la definición más llana centrado en el amor como principio
dada por Fisher, “aquello que no debería que trasciende tiempo y espacio, resulta
estar allí”. En cambio, lo espeluznante se
forzada. Sin embargo, el problema más
refiere a cualquier cosa —objeto, animal grande que presenta el libro es la manera
o persona— que apunte a un exterior en que ignora algunos conceptos que la
teoría ha estudiado en profundidad. Por
desconocido. En este sentido, el ensayista
ejemplo, al equiparar lo fantástico con
habla de “la falta de ausencia”, un grito en
un lugar que debería ser silencioso, y dela ciencia ficción. Esto no desmerece
“la falta de presencia”, propia de ruinasel análisis: Fisher proporciona nuevos
antiguas, lugares abandonados donde conceptos para entender tanto el arte
alguna vez hubo vida. como a nosotros mismos y, al hacerlo,
otorga herramientas de lectura que abren
Con estas definiciones —bastante
espacios para nuevas interpretaciones y
resumidas y simplificadas para esta
discusiones.
reseña—, el autor se encarga de analizar
obras muy diferentes, desde novelas y Javier Ignacio Alarcón
Contrapunto, n.º 49 | 39

Erling Kagge, El silencio en la era del ruido. El placer de
¿O
tro libro sobre el silencio
en los estantes de las
librerías españolas? 2017
ha sido un año fecundo. Si se dejan a un
lado las novelas, poemarios o películas
que recurren a esta sugerente palabra,
son varios los ensayos dedicados a tratar
de entender el fenómeno del silencio
desde diversos ámbitos: la literatura
y las artes en Marcela Labraña, la
arquitectura y la cultura en el proyecto
del grupo n’UNDO o la psicología y la
espiritualidad en Adam Ford, Tannier
Kankyo y el Cardenal Robert Sarah.
¿Qué aporta El silencio en la era
del ruido. El placer de evadirse del mundo,
de Erling Kagge, a este panorama?
Este breve ensayo, o compendio de
microensayos, treinta y tres exactamente,
podría haberse titulado “(Intento de)
Teoría y práctica del silencio”. Se escribe
mucho sobre lo silente en sus diversas
formas y en todas las disciplinas, pero,
cuando nos enfrentamos al testimonio
de Erling Kagge, nuestras filosofías
parecen simple e interesada verborrea.
El escritor y aventurero noruego habla
con conciencia de causa. Los cincuenta
días de soledad y sufrimiento que le
llevó atravesar la Antártida certifican
su derecho a manifestar(se) sobre lo
40 | Contrapunto, n.º 49
“Castigo” de Silencio
evadirse del mundo
Barcelona, Taurus
176 páginas, 16 euros
callado, a comunicar su testimonio. En el
prólogo fija tres preguntas básicas: “¿Qué
es el silencio? ¿Dónde está? ¿Por qué es
más importante que nunca?”. Básicas
y complejas al mismo tiempo, estas
abarcan tres órdenes: el ser, el espacio
o ubicación y el tiempo o coyuntura/
kairós. En primer lugar, se trataba de una
pregunta para uno mismo —así debe
comenzar toda andadura intelectual— y
para sus hijas; solo en segundo lugar, y
sin esperarlo, ha devenido en un aparato
conceptual asistemático y sugerente
recogido en forma de libro.
El autor hace referencia a todo
tipo de experiencias, desde la del poeta
y el explorador hasta la del futbolista
cuando impacta el balón y siente
una mudez reinante que solo está en
su cabeza. A partir de sus aventuras
propias en el desierto, la Antártida, el
Himalaya, el océano Atlántico o Nueva
York, mediante la escalada de uno de sus
puentes colgantes o el viaje subterráneo
por sus alcantarillas, Kagge descubre
que el silencio primordial es el interior,
aquel que cada uno debe encontrar por
sí mismo y que puede ser creado, como
si de una burbuja o cápsula en mitad del
fragor urbano se tratara, en cualquier
momento. Remedo de esta idea, la
edición del libro en español contiene
una doble portada, blanca, mínima,
que envuelve la cubierta del libro
acallando una fotografía del horror vacui
urbano. Las imágenes son, de hecho,
muy importantes en estas páginas: se
intercalan pero, sobre todo, abren y
cierran el libro. De hecho, el último de
los treinta y tres pensamientos de Kagge
es la fotografía de un esquiador en mitad
de la nada y el hielo.
Resulta interesante comprobar
una hipótesis personal en quien ha vivido
la radicalidad del silencio en sus propias
carnes: para Kagge, el silencio puede ser
estudiado desde un punto de vista físico
pero, dando de nuevo más importancia
al silencio interior, lo considera más
un estado anímico, mental. Del mismo
modo, aunque su concepción está
basada en lo que yo considero el carácter
especular de lo silente, esto es, en su
capacidad para enfrentar al individuo
consigo mismo, se puede ir un poco
más allá. Resulta perentorio recordar
las reformulaciones y actualizaciones
de la mística y la religiosidad en nuestro
tiempo. La experiencia del explorador o
la de cualquier hombre capaz de evadirse
en las más variadas circunstancias
es un ejercicio de re-ligación. Kagge
nos dice que “los secretos del mundo
se esconden en el silencio”. Este tipo
de manifestaciones y la búsqueda
incesante de lo silente en la sociedad
hipermoderna va camino de provocar
que el silencio sea convertido en entidad,
en dios del periodo postmetafísico,
reducto de lo “original, auténtico”. Las de
Kagge no serían entonces expediciones,
sino peregrinaciones y su ensayo un
libro sapiencial al modo de los castigos
medievales, pues todo comienza con el
intento de explicarle a sus hijas —desde
el abismo generacional, casi insalvable,
de los nuevos esclavos digitales con sus
padres de otro tiempo— la importancia
de aprender a callar y escuchar.
Incluso, el imperativo categórico de
la contraportada puede leerse en clave
religiosa: “Resiste al ruido del mundo”.
Aunque el escritor noruego olvida
advertir también sobre otro peligro
presente: el silencio cool, mercantilizado
y aderezado a gusto del consumidor.
Javier Helgueta Manso
Contrapunto, n.º 49 | 41
 Famélica España de pícaros y arribistas
Ignacio Martínez de Pisón, Filek
Barcelona, Seix Barral
286 páginas, 19 euros
como la bibliografía empleada. Donde
estas fuentes se agotan y no es dado
encontrar más información, el autor,
con honestidad intelectual, avisa de que
se ha arribado a un límite y que no va a
inventar, por mucho que la posibilidad
Filek, con ser un personaje
atractivo, sin embargo, no alcanza el
valor de paradigma de una época. Más
allá de los episodios dispersos que se
refieren, y a pesar de las dotes narrativas
de Martínez de Pisón, el personaje

Y
a en 2005, Ignacio Martínez de
Pisón (Zaragoza, 1960) publicó
un texto histórico de no ficción,
Enterrar a los muertos, fruto de su
investigación sobre José Robles Pazos y
la represión contra el Partido Obrero de
Unificación Marxista en la retaguardia
republicana durante la guerra civil.
Que uno de los narradores españoles
con imaginación más extraordinaria
se internara en el campo de la historia
evidencia el interés que desde la primera
década del siglo XXI se ha suscitado entre
los intelectuales por conocer aquellos
episodios borrados conscientemente
de la memoria colectiva y dar vida a
personajes cuyas pequeñas historias
funcionan como síntoma de nuestro
tiempo. Pero la forma particular de
hacerlo también revela en Martínez de
Pisón una disposición clara a distinguir
entre su escritura de ficción pura y la
de relato histórico. En ello se diferencia
netamente de la tendencia autoficcional
de algunos escritores que, al hilo del
éxito de Soldados de Salamina, durante
muchos años han llegado a agotar una
fórmula en la que se entremezclan ficción
e historia y en la que la trama narrativa
se urde a partir de las inquisiciones y de
la posición histórica del sujeto que las
emprende.
Nuevamente, Martínez de Pisón
aboga por separar claramente géneros
y modelos de presentar el pasado.
No ha querido que al lector le quepa
ninguna duda de que Filek —subtitulado
expresivamente “El estafador que
engañó a Franco”— no es una novela,
por mucho que el personaje y lo que de
él ha ido descubriendo a lo largo de sus
pesquisas el autor son, sin duda, una
tentación para mistificadores y creadores
de trasuntos narrativos. Las fuentes están
claramente referidas en notas al final, así
de redondear al personaje por medio de no llega a quedar bien perfilado. Hay
la imaginación lo tiente. Estamos, por lo lagunas, mal rellenadas, que hacen que
tanto, ante el resultado de una indagación la lectura pierda a ratos interés. Por otra
de por dónde pasó Filek, qué hizo, cómo parte, el libro descubre las carencias
consiguió sus objetivos y, finalmente, qué metodológicas de una investigación
circunstancias propiciaron su devenir. histórica no profesional, por mucho
que el autor revele un trabajo arduo en
El sujeto cuyo apellido intitula
archivos, bibliotecas y hemerotecas para
este libro resulta paradigmático de la
espigar noticias sobre su protagonista.
picaresca más descarada. Su biografía
Hay, sin embargo, otros trabajos
atraviesa varios países y por los años más
históricos tan bien escritos, quizá mejor
convulsos de la historia reciente europea.
documentados y más relevantes para
Sablista, embaucador, estafador y
el conocimiento de nuestro pasado y
vividor sin escrúpulos, Albert von Filek,
presente que no consiguen el eco de
después de haber pasado por las cárceles
este, cuya causa es, sobre todo, la fama
republicanas por delitos comunes y de
de la excepcional carrera literaria de
haber coincidido en ellas nada menos
su autor. Si comenzábamos saludando
que con Ramón Serrano Suñer, consiguió
la honestidad de Martínez de Pisón al
hacer creer a los ministros de Franco
no querer inventar donde no se sabe,
sus credenciales antirrepublicanas y,
quizá debamos acabar reconociendo que
sobre todo, su capacidad para poner en
Filek no estará entre sus mejores títulos,
funcionamiento un método de crear
ni siquiera a la altura de Enterrar a los
petróleo sintético con agua del Jarama
muertos. Convendrá, por tanto, esperar
y algún otro componente común. La
nuevamente a otra de sus grandes
desesperada menesterosidad del Estado
novelas, en las que el talento de Martínez
franquista en plena posguerra y la
de Pisón raramente deja de mostrarse.
fatuidad y boba credulidad de varios
miembros del gobierno provocaron que Fernando Larraz
se diera validez a las supercherías de este
individuo hasta que no pudo mantener
por más tiempo su engaño, origen de un
nuevo peregrinar por cárceles españolas
hasta su destierro.

42 | Contrapunto, n.º 49 Contrapunto, n.º 49 | 43

 Voces
debido a las distintas cronologías de los porque son espacios urbanos, en buena
movimientos migratorios representados: medida independientes de ella. Aun
el cambio que comenzó en Madrid a así, la idea de espacios de tránsito,
principios de los noventa, especialmente llenos de contradicciones, habla de los
con el asentamiento más numeroso de habitantes de estos espacios y, en este
personas de comunidades africanas, caso, de Isabel. ¿Cómo ves esta relación
asiáticas y latinoamericanas, es muy espacio-individuo, tanto dentro de tu
Una cuestión identitaria posterior al de Londres con la llegada de novela como fuera de esta?
Entrevista a Maya Vinuesa la denominada generación Windrush en
Te diré que no era consciente de ello
1948. Esta generación está constituida
Maya Vinuesa nació en Cádiz y vive en Madrid. Es traductora, y da clases de hasta que tú lo subrayaste en tu reseña
hoy en día por ancianos, abuelos
traducción literaria del inglés al español —narrativa europea y africana— sobre el libro, en Contrapunto. Creo
de los actuales británicos mestizos
en la Universidad de Alcalá. Filóloga inglesa, ha vivido en Moate (Irlanda), que esa sincronía entre estado de ánimo
y pertenecientes a las denominadas
en Reading y Londres (Reino Unido) y en Acera (Ghana). Ha escrito varios interno y mundo exterior forma parte
minorías. Sin embargo, en Madrid y en
relatos, el último de ellos, “Por las ramas”, se ha publicado en el volumen del narcisismo del personaje que oscila
otros puntos de la geografía española,
Veintitrés formas de tocar a una mujer (2017), editado por Javier Morales entre la polaridad de la melancolía y
muchos hijos de los que llegaron en los
y Clara Obligado, y en El asombrario (suplemento cultural de Público). la de la alegría. En sus momentos de
años 90 están todavía en edad escolar y
Una habitación en Lavapiés (2018) es su primera novela y el centro de esta insatisfacción y tristeza, le parece que
pocos, por el contrario, tienen más de
entrevista. Lavapiés es un lumpen insoportable
cuarenta años.
que quiebra sus ideales sobre el amor
El porqué de estos espacios en la novela universal entre personas de toda clase y
Una habitación en Lavapiés está el barrio de Lavapiés, canalla y pobre, tiene que ver con un interés personal condición; en sus momentos alegres lo
íntimamente ligada a unos espacios en cuestiones identitarias, que de algún considera un paraíso tropical imaginario
en la primera parte, y el de Brixton,
geográficos concretos. Por un lado, modo exploro a través de las aventuras de donde ni el frío es óbice para andar
igualmente multicultural y más grande
Madrid y, específicamente, el barrio la protagonista, en su zona de confort en por la calle con vestidos senegaleses.
y variado, en la segunda. Por otra
Madrid (jugando a ser una habitante de En la convivencia descubre muchos
que se anuncia en el título del libro; parte, y a través del cuaderno de Dora,
Lavapiés) y como extranjera en Londres, grises entre ambos extremos; su fracaso
por otro, Londres. No deja de llamar la aparecen referencias a la ciudad colonial
cuyos códigos no maneja (en Brixton se amoroso y laboral en Londres le lleva a
atención la selección de estos lugares, de Santa Isabel (hoy Malabo), en la
reconoce como una ciudadana más de volver a casa, y le permite mirar Lavapiés
sobre todo porque Lavapiés es un Guinea Española. Lavapiés y Brixton son
una minoría también, la mediterránea). de otra manera…
espacio limitado que, en la historia, da zonas donde se actualizan las historias Podría resumirlo en esta pregunta:
una sensación relativamente acogedora coloniales de España y Gran Bretaña, Al hablar de espacios de tránsito,
¿Quiénes nos creemos que somos los
—aunque no todo sea perfecto—; de algún modo escogidas por personas resulta ineludible mencionar el
españoles?
mientras que la ciudad británica muy distintas: autóctonos trabajadores, viaje interno que realiza Isabel, su
resulta abrumadora, desbordante. artistas en ciernes con poco presupuesto No hay duda de que estos lugares no desarrollo y su crecimiento. Parece
¿Por qué estos espacios? ¿Hay alguna solo potencian la ficción, también haber algo de novela de iniciación o
en el bolsillo, vividores y también
relación entre ellos? son un reflejo del mundo interno de “Buscaba cuestionar el olvido de lo que
comunidades de inmigrantes. Eso es lo
la protagonista, Isabel. Parece haber somos históricamente, y las ventajas de
Sí, efectivamente la novela está que ambos tienen en común, al norte
una cierta sincronía entre lo externo rescatar fragmentos de esa memoria
ambientada en el Madrid y el Londres de y al sur de Europa. Las diferencias son
y lo interno del personaje. Es curioso, borrada cíclicamente. No trato de
los años 90, en unos espacios particulares: muy grandes también, en buena medida
remover horrores, sino de rescatar lo que
somos después de todo esto".

44 | Contrapunto, n.º 49 Contrapunto, n.º 49 | 45

“Como subraya Stuart Hall, una
persona negra no siempre va a vivir a
decir que el personaje quiebra nacional y donde a finales del siglo escandalizarme, y llegué a dudar de que
un sitio huyendo de la pobreza y una
ciertos moldes de pensamiento. Para XX se gestó la transición hacia una este señor fuera el autor de tal libro.
persona blanca puede emigrar por acentuar estos conflictos internos, democracia. En dicha transición, con ¡Con lo abierto de mente que parecía!
razones económicas y no solo por introduces una breve historia, la de las mejores intenciones y desde un afán Me sentí estafada al leerlo, y recuerdo
bildungsroman. Sin embargo, este tipo Dora, una antepasada de Isabel que europeísta, se construyó una identidad que lo tiré contra una pared. Esto es
de obras suele atender a los periodos en la conservadora Madrid de los años cercana a la(s) del norte de Europa, solo un ejemplo de lo que muy bien han
vitales de formación por excelencia cincuenta tiene un romance con un desvinculada de sus raíces mediterráneas estudiado intelectuales negros españoles
—la adolescencia, por ejemplo—, hombre negro. Este contraste entre el más presentes en lo cultural —como —nombraré a Antumi Toasijé, fundador
mientras que tu personaje es mayor, pasado y el presente de Isabel genera cualquiera sabe, el intercambio con del Centro de Estudios Panafricanos
ya está graduada de la universidad, una cierta reflexión sobre el paso del países y gentes de todas las orillas y del Partido Multicultural—: de un
tiene un trabajo, etc. Parece acercarse tiempo y la España de nuestros días de este mar son la base de nuestras discurso racista y contrario a la realidad
más a la figura de un adulto joven, en (aunque la historia de la novela se tradiciones artísticas y culturales, y de multicultural española actual, disfrazado
este sentido. Esto no cambia que haya desarrolle hace ya más de quince años). nuestra visión del mundo—. Pero esta de progresía y presente de forma más
“formación” en la historia, aunque ¿Qué buscabas acentuar al subrayar asociación con el Sur también está muy o menos consciente en la clase media
no sea tradicional. ¿Cómo ves esta ese contraste entre dos momentos muy censurada en nuestro subconsciente española, que ha hecho un enorme daño
relación entre la novela de formación y distintos (o parecidos) de la historia colectivo, especialmente en el de las a las personas de comunidades como las
Una habitación en Lavapiés? madrileña? clases medias, sean conservadoras o negras.
Creo que tienes razón en invocar progresistas. Así, leía un alegato de
Buscaba cuestionar el olvido de lo que Me atrevería a sugerir que tu novela
un término más ajustado al de este tipo en un libro de Eduard Punset
somos históricamente, y las ventajas bebe de ciertas obras de otras
bildungsroman, si hacemos caso a la (2005) titulado El viaje a la felicidad,
de rescatar fragmentos de esa memoria tradiciones literarias, distintas a la
selección del período de la adolescencia que lamentaba la afición española a
borrada cíclicamente. No trato de española, me refiero. Me viene a la
como época de formación de un vincularse a “culturas extravagantes
remover horrores, sino de rescatar lo que cabeza Zadie Smith, quizá por las
personaje. Podemos jugar con los como las africanas, las orientales y las
somos después de todo esto. Para empezar, escenas en Londres. No sé qué tan
límites de este término, si lo utilizamos, latinoamericanas”. Esta afirmación logró
somos un país ocupado muchas veces, caprichosa pueda ser la asociación.
o describir el texto como una novela
con un mestizaje muy antiguo —y muy Ahora, si hay algo en común con la
de búsqueda de identidad, sobre unaautocensurado en nuestros discursos escritora inglesa es la conciencia que
veinteañera que abandona la casa culturales— de pueblos procedentes vemos en tu libro de lo que podríamos
paterna y se inicia en la vida adulta: la
del norte y del sur de Europa, además llamar la “diáspora”, esa identidad
primera vez que vive sola, el primer
de otras colonizaciones norteafricanas fragmentada y desarraigada sobre
trabajo, la experimentación sexual,y orientales como la fenicia o la árabe. la que Stuart Hall tanto reflexionó.
la identificación con un determinado
Con respecto a Madrid, poco se habla Lo interesante es que Isabel, la
segmento de la cultura —en su caso la
o se escribe sobre sus orígenes árabes y protagonista, es parte del “centro”. En
moda étnica, la música pop de los 90 y
bereberes —una fortaleza periférica de otras palabras, es de Madrid, lo que no
una literatura más cosmopolita por así
Córdoba bajo el califato omeya—, de su evita que tenga una conciencia crítica
decirlo—, la primera relación amorosa
antigua judería y zona de musulmanes, del racismo y de la discriminación
importante y la posibilidad de tener
de su incesante acogida de la emigración que ocurre alrededor y que acaba
hijos o no. rural durante siglos, en contraste con su por experimentar en carne propia en
Siguiendo en esta línea, podríamos función como centro de poder político Inglaterra. ¿Cómo fue construir esta

46 | Contrapunto, n.º 49 Contrapunto, n.º 49 | 47

“Más que gentrificación, el barrio
sufre una turistificación, pues como
en otras zonas del Madrid más
céntrico, sus nuevos habitantes son
turistas que buscan un alojamiento
en un piso típico del barrio”.
crítica “desde dentro”, autoconsciente
de sus limitaciones pero dispuesto
a quebrar estereotipos y discursos
hipócritas?
Es cierto que como escritora “blanca”, o
preferiría decir mediterránea, pertenezco
al grupo racial dominante en este país,
y por vivir en él no sufro en mis carnes
los problemas ni la violencia ejercida
contra las minorías. Y en este sentido,
efectivamente, pareciera una suerte de
intrusismo escribir desde “el centro”,
aventurarse a crear personajes de otras
culturas y ficcionalizar determinadas
situaciones de conflicto. Pero por encima
de todo creo en la libertad creativa. Es
más, no creo en la posición contraria,
supuestamente respetuosa, que en
última instancia me parece falsa, al
obviar o evitar escribir sobre personajes
inspirados en personas con las que no
solo convivo, sino que también forman
parte de la sociedad española. En este
sentido admiro al novelista sudafricano
blanco J.M. Coetzee —y por ello
perteneciente al “centro” en su contexto,
durante los años del apartheid—, que ha
escrito sobre personajes de todas las razas
de su propio país y de su continente. Eso
sí, llevó a cabo una despiadada crítica
de su propio grupo étnico y social, en
el que fue siempre un tipo incómodo
y desclasado. Me pregunto cómo es su
vida en Australia, donde reside en las
48 | Contrapunto, n.º 49
dos últimas décadas… y no me extraña
saber que ya ha criticado el horrendo
récord de derechos humanos para con
los refugiados en este país.
A un nivel más personal, me ha liberado
profundamente escribir sobre estos
temas, por experiencias de mi propia
vida que están ficcionalizadas en este
libro, y las de mi difunta tía abuela,
que se enamoró de un joven negro de
la burguesía fernandina de la Guinea
Española. Ella experimentó en la España
de los años 50 actitudes aún más racistas
que las que yo viví. Te voy a remitir al
libro de la periodista y escritora Lucía
Mbomío (2017), titulado Las que se
atrevieron, en el que indaga en las
relaciones mixtas o “interraciales” en la
historia reciente de nuestro país. Y a otro
libro que explora el tema de pertenecer
a culturas africanas y europeas a la vez,
una larga carta de Agnès Agboton (2005)
a sus hijos, titulada Más allá del mar de
arena (cito la versión en castellano que
leí, lo escribió también en catalán).
Citas a Stuart Hall, y te diré que mi
lectura preferida de él es su artículo
“Minimal Selves” —tengo mi propia
traducción, que titulé “Mínimos
Unomismos” —, el más libre y personal,
en mi opinión, en el que aborda las
paradojas de la identidad dependiendo
del contexto. En este artículo, el autor
cuenta las razones de su escapada del
Caribe, la de un joven intelectual que
huye de una madre sobreprotectora,
y su llegada al Reino Unido, donde se
encuentra clasificado por su condición
de extranjero y negro. Aprendemos de
“Minimal Selves” que, en su narrativa
no-oficial, Stuart Hall fue un viajero o
migrante por elección; sin embargo, la
mirada y las categorizaciones británicas
en las que aterriza lo situaron como
miembro de una minoría de inmigrantes
negros que residen en el R.U. por
razones primordialmente económicas
(relato que él mismo adoptó durante
años). Y en este sentido me interesa el
personaje de Enrique en mi novela, el
joven guineano estudiante de Derecho
en Madrid, en los años cincuenta, que
nada tiene que ver con la mirada que
recibe de los españoles, excepto su color
de piel. La propia Dora se sorprende
de la elegancia de Enrique cuando lo
conoce, y cree que puede estar ante un
impostor, un boxeador o un cantante
disfrazado de dandy. No sabe que él
pertenece a la burguesía fernandina de
Santa Isabel, que toma el té a las cinco
en tazas de porcelana de Limoges y
controla el comercio de la madera en el
Golfo de Guinea. Como subraya Stuart
Hall, una persona negra no siempre va
a vivir a un sitio huyendo de la pobreza
y una persona blanca puede emigrar por
razones económicas y no solo por deseos
de conocer el mundo. Es decir, que don
Stuart se contradice aquí en su fe en las
categorías raciales y sociales, y esto me
encanta, lo hace más humano.
Con respecto a Zadie Smith, sí, me gusta
muchísimo como escritora, esa ironía
que tiene y esa capacidad de no dejar
títere sin cabeza y de empatizar a la vez
con todos los personajes. La asocio con
Bernardine Evaristo, Irenosen Okojie,
Yvvette Edwards o Leone Ross, escritoras
mestizas que forman un grupo más
numeroso dentro de las llamadas black
British literatures. Llevo años leyéndolas,
disfrutándolas y aprendiendo de ellas.
Ellas y sus contemporáneos varones
forman parte de una generación
consolidada en el Reino Unido, fruto de
las diásporas africanas y afrocaribeñas
que desde mediados del siglo XX han
transformado la sociedad británica y su
propia noción de identidad. como dijo el
crítico Robert Young hace unos años, en
este país, su escritura ya no es periférica.
Es el centro.
Por último, hay una nostalgia que
recorre todo el libro. Una habitación
en Lavapiés pone nuestra atención en
un espacio que, para muchos, se está
perdiendo, si es que no se ha perdido
ya. Que Lavapiés está sufriendo una
transformación es indiscutible y,
aunque todavía queda por ver cuáles
serán las consecuencias, ya se han
dejado escuchar muchas voces críticas
a estos cambios. Si bien algo de esto se
puede ver reflejado en tu novela, no
podía dejar de preguntarte a ti sobre
este proceso.
Tienes razón, y mientras escribía el
libro estos años no era consciente de
la nostalgia que tú subrayas, por el
Lavapiés que se estaba perdiendo, y que
quizás se pierda pronto. Y sin embargo
debía de ser un motor, pues me dedicaba
a ir cuaderno en mano a pedir historias
Contrapunto, n.º 49 | 49
 a muchos vecinos antiguos y nuevos, con
una sensación de urgencia que ahora
entiendo más. Cuando bajaba a tomar
café a casa de Pepe y Susana Carrasco,
que nacieron en este barrio, y han tenido
que abandonar la vivienda que han
alquilado durante años, se me agudizó la
sensación del cambio aún más fuerte que
ellos y muchos otros mayores estaban
experimentando. Estas personas y
muchos otros profesionales y vecinos en
viviendas de alquiler se encuentran con
un cambio impuesto, por la voracidad
de propietarios, que ya no se conforman
con recibir una renta mensual razonable
por sus pisos, sino que se han apuntado
al negocio inmobiliario relacionado con
el turismo. Que conste que no me refiero
a la hostelería respetuosa, que sintoniza
con el barrio y sus visitantes, como el
hotel Artrip de la calle Valencia, o algunosrecitales de poesía y música en vivo, en
alojamientos sencillos y modernos para
jóvenes viajeros; me refiero a la hosteleríaTraveling, el Tapas y Fotos —con Miguel
que paga menos impuestos y carga sus
gastos (abuso de ascensores, limpieza)
y perjuicios (ruidos) a los vecinos. Más
que gentrificación, el barrio sufre una
turistificación, pues como en otras zonas
del Madrid más céntrico, sus nuevos
habitantes son turistas que buscan
un alojamiento en un piso típico del
barrio. Hay una serie de organizaciones
vecinales que denuncian la expulsión de
vecinos y la especulación inmobiliaria, y
se han implantado medidas de control.
Por otra parte, es justo reconocer algunas
cosas positivas. En primer lugar, el actual
ayuntamiento madrileño mantiene todas
50 | Contrapunto, n.º 49
sus viviendas de alquiler social para
quien lo necesita, que constituye entre
un 20% y un 25% del total de viviendas
del barrio. En segundo lugar, hay que
reconocer el riesgo que llevan asumiendo
muchos empresarios y comerciantes
alternativos modernos e interesantes en
el barrio: la más importante, el Teatro
del Barrio, una referencia obligada en
la escena contemporánea. Y quiero
nombrar a Paréntesis y Olvido, la tienda
de libros y objetos de magia donde se
imparten unas fantásticas clases de
magia y se celebran coloquios de todo
tipo; a El alfar de Lavapiés, la tienda y
escuela de cerámica; a sus librerías,
como Bajo el Volcán, Burma, Sin Tarima
y La Fugitiva y, cómo no, algunos de
sus bares. Cito solo a algunos de los que
dan espacio a exposiciones fotográficas,
mi opinión los mejores: el ya clásico
Pérez Pardo, su fotógrafo y cocinero de
deliciosas tapas caseras— La Noche
Bocarriba y Maloca, el bar de música
brasileña que todos los años celebra a
Zumbi dos Palmares. Tanto a ellos como
a los dueños de comercios y restaurantes
españoles, marroquíes y senegaleses
—mi preferido es El Baobab—, les deseo
toda la suerte del mundo, y ojalá sigan
vivos en un barrio que gracias a ellos y
a muchas personas anónimas hicieron
del barrio lo que ha sido especialmente
desde los años 90, en los últimos treinta
años, un lugar abierto y acogedor.
Javier Ignacio Alarcón
Lo primero no fue la palabra
Entrevista a Gloria Fernández Sánchez
Gloria Fernández Sánchez (Madrid, 1960), licenciada en Derecho e
Historia Antigua, es autora de los poemarios Beso otoñal (2012), Retratos
sin paisaje (2016), Los ajuares (2017) y Los jardines vencidos (2017), cuyo
valor ha sido ampliamente reconocido a través de diversos galardones
literarios. También ha publicado los relatos Las buenas compañías (2014)
y El velatorio (2017). Además, como narradora, ha publicado en lengua
alemana la novela Die verwundete Prinzessin. Fernández Sánchez desvela
en esta entrevista algunas cuestiones relacionadas con su obra literaria,
nos cuenta cuál es su percepción de la poesía en la actualidad y nos
avanza cuáles serán sus próximos proyectos literarios.
Eres licenciada en Derecho e Historia que aquel escritor no abandonaba a los
Antigua, pero decidiste hacer de la lectores, sino que cuando ya se te estaba
literatura algo más que un hobby. olvidando el nombre de tal personaje,
¿Cómo se produjo el tránsito desde él venía y te cogía de la mano en el
estas áreas de estudio a la creación momento justo y te llevaba como un
literaria? Virgilio por aquí y por allá. Hasta ese
Después de acabar Derecho y trabajar momento yo había leído por placer, pero
algunos años, me casé y mi marido y yo con Hardy me di cuenta de que existía
nos tuvimos que ir a vivir a Indonesia, a la una técnica y aprendí a utilizarla.
Isla de Java. Allí no había absolutamente ¿Qué te impulsó a escribir tus primeros
nada que hacer. Fue desesperante. poemas? ¿Y tus cuentos?
Estudié allí Historia Antigua, en la
Universidad a Distancia, y me sobraba Poesía escribía desde pequeña porque en
tantísimo tiempo que empecé a escribir. el colegio se estudiaba mucha poesía. Se
Pero no tenía entonces ordenador y eso memorizaba, se estudiaba a Machado,
provocó que lo emprendiera a mano, a Lorca… era familiar. De hecho, leí la
sin acceso a biblioteca, porque ninguna biografía de Tennyson con diez años, en
había. Empecé una novela. Luego en forma de tebeo, y ya veía ahí poemas.
Suiza escribí cinco más. Lo que me Empecé a copiar versos de Tennyson con
indujo a creer en la novela fue una obra algunas variantes. Dante me deslumbró.
que leí del gran escritor británico Thomas A los trece años, al acabar la Divina
Hardy: Jude el oscuro. Me di cuenta de Comedia me puse a llorar.
Contrapunto, n.º 49 | 51

Cuando escribes novela, la propia novela
te enseña la técnica del cuento. No son lo
mismo: el cuento es intensidad y la novela
una estructura compleja y delicada.
En Retratos sin paisaje (2016) poetizas
las biografías de personajes ilustres
como Carlomagno y Catalina la
Grande, nos trasladas a lugares como
los laberínticos jardines de Piranesi
o realizas una aproximación a otras
artes, como en los versos dedicados
al cuadro El astrónomo, de Vermeer.
¿Cómo surgió este original proyecto
en el que acercas las vidas de figuras
históricas a los lectores de una manera
diferente a la habitual y en el que se
entreteje tu afición por la arquitectura, retratos con paisaje y pensé en quitárselo
la pintura o las matemáticas?
Hay que contar con que mi madre era
pintora. Lo primero que yo vi en mi vida
fue el Museo del Prado, la pintura fue lo
52 | Contrapunto, n.º 49
primero que aprendí. Yo no sabía hablar
pero ya sabía que eso era una niña, una
infanta, un enano o unos zapatos, porque
los niños en el Prado lo que ven son los
zapatos de las princesas, ven el vaso que
está en una esquina… Lo primero fue
esa arte porque mi madre me enseñó
los colores, el olor de la trementina, del
aceite de linaza… Como mi madre era
copista en el Prado, íbamos por las tardes
y yo me sentaba en una sillita para ver la
evolución del lienzo. Para mí lo primero
no fue la palabra, fueron la forma y el
color.
La portada de Retratos sin paisaje es una
tela de mi madre. Siempre se habían hecho
y como me gusta tanto la semblanza,
que es un género muy interesante, me
dije: lo voy a intentar. Gané gracias a
esta obra el Premio Cinta Vargas y la
"Para mí lo primero no fue la palabra, fueron la
forma y el color".
editaron. Tiene una parte pedagógica, Estoy absolutamente segura de que una
una parte pictórica y otra parte de mi persona en una habitación pequeña
amor a la Historia y a la vida. Ya Borges con su ordenador y su biblioteca puede
escribió muchos poemas biográficos escribir maravillosamente. Ahora, tener
—sobre Spinoza, por ejemplo—, que no espíritu viajero también es una ayuda.
son muy comunes. Y ahora hay colegios Han existido grandes prosistas, como
que usan esta obra como libro de texto y Joseph Conrad o Stevenson, que han
así los chicos estudian esas biografías en sido grandes marinos o aventureros, Y
forma poética y se les hacen más cortas otros, espíritus de despacho, como Julio
y les llaman la atención las anécdotas. Verne, que poco salió de su ciudad y
Sobre todo, les sirven mucho los poemas nos describe este mundo y los otros…
sobre científicos, que pueden no tener Todas las combinaciones son posibles si
para ellos tanto interés, por ejemplo, el el resultado es satisfactorio.
gran matemático Alan Turing. Intenté
El jardín siempre me ha gustado porque
que fuese ameno y hacer poesía amena
es la naturaleza sometida. Es el símbolo
es difícil, pero a los estudiantes les
mismo de la humanidad, quizá por
gusta mucho. Es un tomito de lectura
eso la idea del jardín original. Es al
complementaria.
mismo tiempo un espacio sojuzgado,
De tu último poemario, Los jardines ya que plantas aquí o allá los tulipanes,
vencidos (2017), destaca el simbolismo,
el uso de la imagen del jardín para
vertebrar todo el poemario y llevar
a los lectores a parajes exóticos como
Ceilán, Delhi o Taormina. Has vivido
más de veinte años en diferentes países
de Asia y Europa y has podido conocer
los distintos paisajes que aparecen a lo
largo de tu obra. ¿En qué medida viajar
sirve como inspiración para el escritor
y hasta qué punto este viaja sin moverse
de la silla al ponerse a escribir?
He tenido que viajar continuamente.
Por ejemplo, conozco mejor Tailandia
que Extremadura. Conozco mejor la
India que Portugal. Mi vida ha sido un
continuo desplazamiento, incluso hoy.
Contrapunto, n.º 49 | 53
"Intenté que fuese ameno y hacer poesía amena es difícil, pero
a los estudiantes les gusta mucho".
estás dominando la naturaleza, como
un campo de concentración de flores,
pero ellas siguen teniendo sus normas
y sus leyes naturales. Es la alegoría
de lo humano, ya lo decían Voltaire y
Shakespeare, en literatura internacional,
es el emblema de la civilización tras el
Neolítico. El ejemplo del poder de los
hombres al conocer las leyes de la ciencia.
También es que me pasé la infancia en el
Jardín Botánico, a dos pasos del Prado.
La agencia de comunicación Mundos
flotantes realizó una representación
visual de los distintos “ajuares” que
componen el poemario que lleva ese
título. ¿Cómo surgió la iniciativa de
componer un videopoema de tu obra?
¿Participaste en su realización de
alguna manera? ¿Te gustaría repetir
la experiencia con algún otro escrito
tuyo?
Me llamaron y me dijeron que desde
el Ayuntamiento de Madrid les habían
pedido que hicieran un videopoema y
que si a mí me parecía bien. También
me propusieron salir en él, pero no pude
porque tuve que viajar. Creo que es una
preciosidad lo que han hecho. Es muy
sugerente y creativo.
Los ajuares vino porque leí un poema
de María Victoria Atencia, que es una
escritora malagueña de los Novísimos,
que ha sido injustamente despreciada,
porque no se habla apenas de ella. Se
llama “Ajuar para una muerte” y lo
54 | Contrapunto, n.º 49
escribió en alejandrinos blancos y eso
es lo único que copio: el nombre “ajuar”,
nada más. Ella es una gran poeta, o
poetisa, como se diga, y yo aconsejo a
todo el mundo que la lea. Y de ahí me
vino lo de los ajuares; ¿El ajuar en una
ventana? Pues el árbol que está detrás, el
pájaro que pasa … todo lo que pertenece
a uno al ser amado o en nuestro capítulo
de nostalgia.
En el videopoema el ajuar del mendigo
está desvirtuado. Era un mendigo que
se encontraba una noche una mesa llena
de delicias y vinos y dulces y pone “no
lo comas, es veneno”. Es una crueldad
tremenda. Y me dijeron “es tan triste
que nos negamos a hacerlo” y me
preguntaron que si no me importaba
que lo cambiasen y les dije que no y les di
unas cuantas sugerencias más. Ha hecho
un gran trabajo.
Aunque me gusta variar, a veces sigo
con otros “ajuares”. Esta es una especie
de estrofa que me he inventado y que
la llamamos “ajuar” entre los amigos
y que son unos alejandrinos blancos,
cuatro y cuatro. Entonces, de repetirlo
tendría que ser con composiciones muy
uniformes, porque esta lo bueno que
tiene es que son homogéneos.
Has recibido numerosos premios
literarios (II Premio Cinta Vargas
de Poesía, IX Certamen de Poesía
Leopoldo de Luis, XXI Certamen de
Poesía Pepa Cantarero…) y parte de
tu obra ha sido publicada gracias a novela Die verwundete Prinzessin y
estos galardones. ¿Qué papel crees que dos relatos en castellano, Las buenas
cumplen hoy los galardones literarios? compañías (2014) y El velatorio (2017).
¿Por qué optaste por la prosa en esas
Yo no vi otro camino. Envié mis novelas
ocasiones? ¿Crees que el tiempo
a todas las editoriales que yo conocía,
disponible influye a la hora de decidir
grandes y pequeñas, y todas me dijeron
si escribir novela o poesía? ¿Cómo
que no. Entonces fue en Lucerna (Suiza),
te sientes más cómoda: escribiendo
donde yo vivía, una pequeña editorial de
novela o poesía?
allí, que se llamaba Luzern Verlag, que ya
no existe, me dijo que me publicaba La La poesía es mucho más difícil como
princesa herida, pero que tenía que estar género pero más fácil para quien no
traducida al alemán y ahí sí se editó. Pero disponga de horas y horas, para pulir
solamente se hicieron cien o así, y yo ya el estilo. De todos modos, es que pensé
no tengo ni uno, solo el original. Después también “hasta que no publique las
de un éxito vienen todos. Si yo hubiese novelas largas y las dos cortas, voy a
vivido en España, pasé más de veinte hacer otras cosas”, porque da pena seguir
años fuera, seguramente, no digo que yo escribiendo para cajones y cajones llenos
fuese Aramburu, pero habría caminado de cosas. Entonces la poesía siempre
más. Desde otros países es muy difícil. me ha gustado mucho, tengo muchos
poemas que irán saliendo.
Aparte de los premios, yo no he tenido
otro sistema para publicar. Ojalá las Me siento igual de cómoda escribiendo
editoriales me hubieran contestado novela y poesía. Lo que pasa es que la prosa
afirmativamente, pero es que no ha exige un mantenimiento intelectual muy
habido otro modo. No es que me guste largo porque una novela te lleva un año
a mí el sistema de certámenes porque es o dos. Yo no creo en una novela que lleve
muy difícil y se presentan muchísimos menos, o el autor es una bomba creativa.
contendientes, pero ya que no hay La novela exige tiempo y un desarrollo
otro sistema, se acepta ese. Y ganar el mental y estilístico que no decaiga. En
Premio Leopoldo de Luis, que es el más cambio, el poema digamos que es un
importante de Madrid en poesía, me parto sin dolor: lo haces en un día o
animó mucho. dos días y puede ser bueno o mediocre,
pero se ve de una vez. En cambio, la
Además de poesía, has publicado la
novela tienes que leerla entera. Admite
"El poema digamos que es un parto sin dolor: lo haces en
un día o dos días y puede ser bueno o mediocre, pero se ve
de una vez".
Contrapunto, n.º 49 | 55
 "No es que me guste a mí el sistema de certámenes porque
es muy difícil y se presentan muchísimos contendientes,

Artículos
pero ya que no hay otro sistema, se acepta ese".
decaimientos, el cuento no, jamás. Pero tantos como se pide en el concurso.
yo me siento igual y me gustan ambas, Aunque es una divertida depuración del
y en un día estoy escribiendo lo mismo pensamiento.
aforismo que ensayo, voy combinando.

Por último, ¿qué otros proyectos

María Álvarez Villalobos
literarios tienes entre manos?
Cristina Suárez Toledano Trincheras y lápices en Cuatro por cuatro
He escrito un libro con Antonio Ferres,
de Sara Mesa: la irrupción de la urbe en una
que no sé si se va a poder publicar. Los
dos somos madrileños y nos llevamos comunidad educativa
muchos años, pero hemos estado en los
mismos sitios en nuestra infancia, como Elena de Pablos Trigo
el Jardín Botánico y el Prado. Es un
libro más bien arquitectónico; más que
nosotros, los protagonistas son los sitios.
Por ejemplo, del Jardín Botánico se habla
de cómo era en su tiempo, de cómo
INTRODUCCIÓN fue Premio Ojo Crítico de Narrativa por
era en el mío, como fueron nuestras
Cicatriz.
experiencias allí… pero siempre de Sara Mesa es una de las grandes
niños, no más allá de la adolescencia. promesas de la literatura contemporánea Comparte con Pilar Adón esa
Y de paso se describe arquitectura, española. Goza de gran éxito en distintos sensación de extrañamiento, en la que
historia… Es una obra conjunta, a cuatro géneros, habiendo publicado seis obras el lector ha de descifrar lo que está
manos, que esperamos no sea sepultada de narrativa —La sobriedad del galápago sucediendo en un entorno anómalo, y la
en un cajón. (2008), No es fácil ser verde (2009), creación de una ambientación asfixiante
El trepanador de cerebros (2010), Un que rodea a los personajes. Esto no
Ahora estoy con los aforismos porque es
un género que me gusta mucho, pero me incendio invisible (2011), Cuatro por indica que estas escritoras formen una
cansa muchísimo. Me he presentado al cuatro (2012), Cicatriz (2015) y Mala corriente o grupo literario, ya que la
Premio Internacional José Bergamín de letra (2016)—, entre novelas y relatos, y literatura contemporánea se caracteriza
Aforismos, pero no lo he ganado porque una obra de poesía: Este jilguero agenda. por la heterogeneidad y la hibridez
solo hay un premio para muchísimas Aparece en antologías como Pequeñas como manifiesta Champeau: “La
personas. El aforismo exige y es resistencias 5. Nuevas voces del cuento diversidad y la hibridez que caracterizan
dificilísimo. Hasta los grandes aforistas español (2010), Diez bicicletas para treinta las producciones artísticas en general y
como Wilde o Schopenhauer no crearon sonámbulos (2016) y Riesgo (2017). En literarias en particular han puesto en tela
2012 fue finalista del Premio Herralde de de juicio corrientes literarias y modelos
Novela por Cuatro por cuatro y en 2015 y hacen necesaria cierta revisión de las

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 categorías teóricas y críticas a través de tres narradores narran lo ocurrido en escueto formulario de contacto para los aquí, disfrutando de las instalaciones del
las cuales nos acercamos a la narrativa el internado Wybrany Collegue y lo padres interesados, aunque al parecer colich. Tiene suerte y la rechaza. Y para
actual” (Champeau, 2011: 10). De hecho, sucedido en el exterior, de forma parcial jamás se obtiene respuesta si se rellena” colmo nos subleva a las demás” (Mesa,
la propia autora rechaza la concepción e incluyendo elipsis, que alientan a que el (Mesa, 2016: 22). 2016: 25). Pese a las oportunidades que
de una corriente literaria cuando le lector proponga múltiples suposiciones. el colegio le ofrece, Celia desea regresar
Es significativo que, a diferencia
preguntan en una entrevista: Por tanto, se ha de tener en cuenta la con su madre biológica a Cárdenas, y
de Cárdenas, Vado se encuentra extinta,
subjetividad constante presente en esta afirma: “Que lo que quiero es regresar al
Sí, no me siento cómoda, pero es tan ciudad a la que llegará el doctor Tejada
novela y las diferencias existentes entre la lugar de donde vengo” (Mesa, 2016: 31) y
lógico… En mí es tan íntimo, y tan de Un incendio invisible. Cuando una
primera y la segunda parte que inducen vuelve a insistir: “Pero yo necesito irme”
profundo el rechazo a la etiqueta… de las responsables del centro interroga
a lector a establecer diferentes hipótesis. (Mesa, 2016: 32). El lector desconoce el
Porque uno siente, cuando escribe, a Celia sobre su huida, el lector
averigua la distancia aproximada a la motivo de la necesidad de la protagonista
que lo que está haciendo es diferente.
que se encuentra Cárdenas del colegio, de marcharse, pero incluso sus amigas
No te digo mejor ni peor, pero yo LA URBE: EL PELIGROSO ESPACIO
realizando el trayecto a pie: “Planeabais sienten que Celia “Ahora está aquí como
en mis libros trato de no imitar a EXTERIOR. EL INTERNADO COMO
llegar a Cárdenas. No se puede ir y volver un animal encerrado” (Mesa, 2016: 37).
nadie y ser yo misma. Por eso me REFUGIO
cuesta mucho trabajo ubicarme al andando el mismo día” (Mesa, 2016: 25). Cárdenas se presenta no solo
lado de otra gente, por mucho que En la primera parte de esta obra, Posteriormente, los alumnos realizan como un lugar en proceso de cambio,
haya escritores con los que me siento titulada “Nunca más de doscientos”, una excursión a la fábrica y “Una voz sino como un espacio peligroso frente
cercana (Ayuso, 2017) recae en Celia la mayor parte del peso enlatada los prepara para la visita, los al recinto seguro del internado que
de la trama, una joven estudiante que ilustra sobre lo que fue la ciudad de Vado se convierte en un refugio para los
Esta novela se desarrolla en un relatará algunos capítulos, junto a un y ya no es, sobre lo que es la ciudad de alumnos. Sin embargo, las afueras del
internado educativo, alejado de la ciudad narrador omnisciente. También se Cárdenas y lo que será” (Mesa, 2016: 78). mismo, los alrededores, ya suponen una
y que segrega a los estudiantes por su sexo, cuentan escenas ocurridas en el colegio El exterior al internado se presenta como amenaza para la integridad y la salud
teniendo la urbe gran importancia para en torno a Ignacio, un alumno nuevo, y la un lugar inaccesible que ha agonizado, de estos, como señala Celia en una de
la vida de los personajes y apareciendo Poquita, una niña con una discapacidad. en el caso de Vado, o que se encuentra en sus escapadas nocturnas, que comienza
como el otro espacio. Como señala Valls plena transformación, en el de Cárdenas.
El primer capítulo de Cuatro cruzando la alambrada: “Conozco los
con respecto al cuento español actual y
por cuatro sitúa al lector en una escena Por ello, en esta situación de huecos por donde poder salir; creo que
que se puede extrapolar a la narrativa
que se produce tras una huida: Celia y inestabilidad es tan valiosa la estancia los conoce todo el mundo, aunque todos
contemporánea: “En estos nuevos relatos
sus amigas han escapado del Wybrany en Wybrany College, una situación callan” (Mesa, 2016: 52). Ella manifiesta
el espacio acostumbra a ser urbano, sin
College en el que están internas. Esta que Celia, una de las alumnas llamadas la prohibición de acceder al bosque que
que falten escenarios de ambientación
institución se encuentra en una zona Especiales —o becadas, ya que su familia se encuentra tras el cercado, porque “está
rural, o los llamados no lugares, sitios
apartada, rodeada por un bosque, a no dispone de capital para estudiar en prohibido. Dicen que no es un lugar
donde ocasionalmente se hacina la gente,
la que es difícil acceder, ya que ni en ese centro—, no valora, según una de seguro” (Mesa, 2016: 52), por “la posible
se detienen los viajeros o transcurren las
la carretera existen indicaciones para las responsables del internado: “No tiene existencia de vagabundos, ladrones,
vacaciones” (Valls, 2011: 133).
llegar hasta allí. Tampoco se hallan a nadie, pero ha conseguido todas las terroristas: la gente con ganas de
Estos dos espacios, el interior fotografías o documentos gráficos de oportunidades. Podría estar viviendo reventar el mundo que está proliferando
y el exterior, se enfrentarán, mientras sus instalaciones: “Solamente existe un en un suburbio de Cárdenas, pero está en estos tiempos” (Mesa, 2016: 52);

58 | Contrapunto, n.º 49 Contrapunto, n.º 49 | 59

 además, señala que “ahora el bosque
está contaminado —hubo un vertido
tóxico en el río— [...] Los huecos de la
alambrada hacen peligrar el colich: el
exterior que entra, en medio de la noche,
para sobresaltarnos. Pero yo, que vengo
del exterior, no tengo miedo” (Mesa,
2016: 52).
Sorprende que, ante la manifiesta Encinar con respecto al
peligrosidad externa, la joven insista en volumen de cuentos El mes más cruel:
regresar a su casa, incluso haciendo un
trato con el Guía, el adulto y responsable
de estas salidas. Estos viajes a Cárdenas
no serán narrados, lo que incrementa la
curiosidad del lector y le mantiene alerta,
aunque se reproducen conversaciones
en torno a ellos con posterioridad,
en las que Celia confiesa “Me siento
sucia” (Mesa, 2016: 82) y su amiga no
comprende lo que le está revelando: “La
Poquita levanta la mirada hacia mí, pero
no me entiende. Sabe sólo lo poco que he de desarrollar, en la propia narración, un
podido contarle, y que es mucho, pero espacio para insertar en él un relato o una
no entiende nada” (Mesa, 2016: 82).
El lector desconoce lo que
ha ocurrido, ya que ninguno de los
narradores lo ha detallado y se ha
omitido conscientemente una escena
relevante de la trama a modo de elipsis.
Como responde la propia autora cuando
se le pregunta en una entrevista:
Me gusta trabajar las elipsis, no a
modo de rompecabezas porque
sí, sino porque creo que nuestra
percepción de la realidad está llena
60 | Contrapunto, n.º 49
de sobreentendidos y suposiciones,
nunca nada se nos cuenta al completo.
Y esto de las elipsis no es patrimonio
exclusivo del cuento. También las
buenas novelas utilizan la elipsis
(Azancot, 2016)
Esta característica también se
encuentra en la narrativa de Adón como
El tono de cada cuento conforma
un mundo propio al que se accede
sin plena seguridad de lo que allí
ocurre —la elipsis es la técnica
recurrente—, tan solo se intuyen
posibles interpretaciones a través de
las sugerentes descripciones y de las
atmósferas creadas. (Encinar, 2015:
34)
Pimentel advierte de la necesidad
historia: “No se concibe un relato que no
esté inscrito, de alguna manera, en un
espacio que nos dé información, no sólo
sobre los acontecimientos sino sobre
los objetos que pueblan y amueblan ese
mundo ficcional” (Pimentel, 2001: 7).
Sin embargo, Mesa evita juiciosamente
aportar datos al lector sobre Cárdenas
que debe conformarse con la información
fragmentaria que proviene de Celia
cuando le cuenta a su amiga, La Poquita,
cómo es “el barrio donde ahora vive mi
madre, que está en las afueras y que es
como era mi antiguo barrio, pero mucho
más sucio y más ruidoso” (Mesa, 2016:
88), en el que “hay muchas putas [...],
chulos y clientes que pasan en sus coches
con las ventanas cerradas, sólo prestos
a abrir una rendija si hay plato de su
gusto en las aceras. [...] hay basura en las
calles [...] jeringuillas, restos de comida,
objetos destripados” (Mesa, 2016: 89);
reflexiona sobre lo que su madre le diría
y lo que piensa con respecto al internado:
Todo esto me lo dice mi madre para
que no me vuelva. En el colich, me
dice, estás bien, ¿acaso no te das
cuenta? [...] ¿Cómo contarle a ella?
A la Poquita sí, porque la Poquita
no es mi madre y no puede sentirlo
igual. La Poquita lo rechaza, incluso
se rebela a su manera —niega con la
cabeza, se le humedecen los ojos—,
pero temo que mi madre lo acepte
como un mal menor. El Wybrany es
un mal menor, o ni siquiera es un
mal: es una suerte. Eso es lo que ella
piensa; eso es quizá lo que es, y no sé
verlo (Mesa, 2016: 89)
La realidad de Cárdenas, repleta
de penurias, prostitución y drogas es
aparentemente peor que la vida en el
colegio. Sin embargo, Celia admite pagar
un peaje por aquellos viajes, de los que
el lector ignora los detalles y lo sufrido
por esta, pero se puede vislumbrar cierto
abuso de poder por parte del adulto
y la posibilidad de abusos sexuales:
“Esto sucede cuando la petición pasa
a ser transacción comercial: si le doy
algo a cambio puedo exigir un precio,
negociar o chantajear” (Mesa, 2016: 90).
Posteriormente, la protagonista no desea
continuar viajando a Cárdenas con su
madre, pero el impuesto que ha de pagar
no cesa: “Las transacciones, entonces,
comienzan también a perder su sentido
y se convierten en carne desollada, en
pura víscera” (Mesa, 2016: 95); por ello,
necesita contar lo ocurrido a su amiga:
“Con el perfil azulado, Celia le habla de
otra fiesta. Hubo dos hombres más, y ella
era el reclamo. El Guía disfrutó incluso
antes de participar. La Poquita se muerde
los labios también azules, entendiendo”
(Mesa, 2016: 101) y menciona que está
pensando en marcharse del internado.
Así finaliza la primera parte de Cuatro
por cuatro, aunque el desenlace de la
joven se descubrirá en la segunda parte,
debido a las investigaciones y preguntas
del nuevo profesor.
Es indiscutible que lo ocurrido en
la urbe es determinante para el centro
y condiciona el comportamiento de los
personajes. Ella siente que debía regresar
a la miseria de Cárdenas, en la que vive
su madre: “Voy a volver cada vez, cada
tanto. Es para no olvidar de dónde
vengo” (Mesa, 2016: 90), pero cada
marcha tiene unas consecuencias para
ella. Por tanto, la presencia de la urbe
se estrella en la rutina del internado,
posibilitando que Celia, una estudiante
menor de edad, acceda, en cierto modo,
Contrapunto, n.º 49 | 61
 a unas relaciones sexuales para sentirse un bosque de pinares recorriendo un que un autillo me sobrevoló ante Por Navidad, Bedragare realiza
próxima a las penurias sufridas por su camino de tierra. [...] Llegué al final la cara, despertándome. De pronto una visita a su hermana y el lector, por
madre. Si esta ciudad estuviera en paz, confundido, hambriento” (Mesa, tuve miedo de perderme. Di la primera vez, presencia algunas escenas
no fuera un lugar de conflicto, sin la 2016: 109) vuelta, alcancé con desesperación producidas en el exterior —y no las
existencia de violencia ni proxenetas, la la alambrada y comencé a consecuencias de esas salidas contadas
Días después, camina cerca
niña no estaría interna en el colegio ni se inspeccionarla para encontrar otra dentro el recinto del colegio, como se
de la alambrada metálica, por la que
producirían los abusos sexuales. vez el hueco. [...] Cuando lo conseguí había narrado hasta ahora—: “El jaleo
había deambulado Celia, que ya tiene
volví a traspasarlo y retomé mi en la calle era demencial y no cesó ni
El lector sospecha que la situación instaladas cámaras de seguridad. Ese
camino con alivio. El colich me siquiera con la amanecida. No eran sólo
precaria y amenazadora de Cárdenas paseo desencadena en un interrogatorio
parecía ahora cotidiano, protector. risas o cantatas de borrachos; también
resulta tan atroz como la vivida en el del director del internado que le define
(Mesa, 2016: 181-182) gritos, peticiones de socorro que nadie
centro, pero aún no lo puede asegurar. como un “animal acorralado” (Mesa,
atendía” (Mesa, 2016: 203) y, a su
La omisión de escenas, a través de elipsis, 2016: 131), una descripción que recuerda Con el transcurrir de los meses,
regreso al internado, “tuve nítidamente
y el cambio de narrador favorecen el a la de Celia, y que el docente siente Isidro se siente más observado y
la sensación de regreso al hogar”
desconocimiento y el desconcierto de como una amenaza; de acuerdo con encerrado en ese lugar, teniendo la
(Mesa, 2016: 204), ya que “aquí no hay
este. No obstante, la incorporación del la terminología de Butler, “Para que la sensación de que algo se le está ocultando,
ruido. A diferencia del lugar de donde
personaje del docente permite descubrir amenaza funcione, se requieren ciertas un presentimiento similar al que tiene
vengo, en donde reinan el caos y el
una nueva perspectiva en la historia y la circunstancias, así como un campo el lector. La situación en Cárdenas,
estrépito” (Mesa, 2016: 202). El Wybrany
resolución de la trama de la alumna. de poder a través del cual se puedan mientras, empeora progresivamente; a
College se presenta como un espacio
materializar sus efectos performativos” través de la hermana del profesor con
privilegiado para los trabajadores y sus
(Butler, 1997: 31). el que habla por teléfono cada semana,
hijos, los alumnos del centro Especiales
LA URBE: ESPACIO DE LIBERTAD. este y el lector recopila información del
Más tarde reanudará ese paseo y que allí viven: “Por lo demás no seré yo
EL INTERNADO COMO CÁRCEL exterior, de lo que se está viviendo en
cruzará esta alambrada por un agujero quien niegue el privilegio que tienen
Cárdenas: “La ciudad está a punto de
La segunda parte, titulada “Diario que halla, pero el bosque continúa siendo por trabajar aquí. También ellos —y sus
explotar, dice. Grupos de incendiarios
de un sustituto”, está narrada por Isidro un espacio desapacible y peligroso, como hijos— están a salvo del caos exterior.
han tomado las calles. Todo es muy
Bedragare, un profesor que acaba de lo era también para la alumna meses Como yo” (Mesa, 2016: 148). En esta
peligroso. [...] Harta estoy yo de tanto
llegar al Wybrany College y transcurre antes: situación se encuentra Gabriela, una
robo, tanto cristal roto, tanto vocerío,
cronológicamente después de la primera asistente de limpieza de esta institución
El aire era purísimo; la soledad, las patrullas policiales, las cargas y las
parte. Al docente le cuesta localizar el que relata al docente lo que le sucedió
turbadora. Todo debía ser agradable, piedras, la impunidad” (Mesa, 2016:
centro, una circunstancia que Mesa nos al antiguo profesor de Lengua, García
y sin embargo no lo era. Una 146) y “Hubo disparos la otra noche
había señalado previamente: Medrano, y le entrega unos papeles que
corriente fría circundaba los árboles bajo su ventana. La policía utilizó gases
denuncian los abusos sexuales a menores
Ayer llegué al colich. Había y me golpeaba de lleno en el pecho. lacrimógenos. Dice que pudo ver a un
acaecidos en la escuela —y que el lector
anochecido cuando al fin di con él. Sentí un ligero mareo y todo se me tipo reventado en la puerta de la pizzería,
podrá leer en el epílogo de Cuatro por
[...] Erré primero en el desvío de la emborronó alrededor. Me alejé con una caja destrozada a su lado, la
cuatro—.
autopista. Tuve que dar la vuelta y hacia la espesura, tambaleante. [...] comida desparramada por la acera,
comenzar de nuevo. Después crucé Avanzaba obsesionado, ciego, hasta hecha picadillo" (Mesa, 2016: 165).

62 | Contrapunto, n.º 49 Contrapunto, n.º 49 | 63

 A través de las conversaciones
con otros educadores, como Ledesma, espantosa actuación con la joven y
Bedragare y el lector descubrirán, al asciende, en la segunda parte de la novela,
mismo tiempo, lo que le sucedió a Celia: a subdirector del centro. Cuando aparece
Hace unos años entendió que el
aislamiento del Wybrany tenía una
cara peligrosa. Uno se escapa, sí,
de los males externos, pero genera
monstruos en su interior. Castración,
amputación, dolor. Ledesma me
habla de una tal Celia, una alumna
becada. Ella fue el detonante de todo
esto, me dice. Suicidio, así acabó la
cosa. [...] La desaparición de la chica
se hizo pasar por una expulsión [...]
El subdire habló de extorsión, de
chantaje: ésas fueron sus palabras.
La chica lo había manipulado desde
el principio para conseguir a cambio
ciertos favores y... la cosa terminó
yéndose de las manos... [...] La
corrupción avanzaba, todo empezó
a ensuciarse en todos lados. Cada
vez se implicó a más gente. Quizá
fue cierto que empezó ella..., pero
después él fue incapaz de controlarse. ante Mademoiselle Anita, como en el
Trajo hasta aquí a sus amigos: quería
compartirla, jactarse de su posesión.
La chica se cortó las venas en los
servicios un día antes del inicio de
curso. Cuando la encontraron...
había sangre por todos lados..., poco
se pudo hacer por ella (Mesa, 2016:
197-198)
64 | Contrapunto, n.º 49
El Guía es premiado por su
el cadáver de Ledesma masacrado ―
en el que se insiste en la desmesurada
violencia cometida en el asesinato: “No es
necesaria tanta para matar a un hombre”
(Mesa, 2016: 240)— y comprende los
apuntes de García Medrano, Bedragare
decide huir del internado. Sin embargo,
cuando llega a Cárdenas, su hermana ha
desaparecido y no consigue localizarla.
Los abusos y el asesinato provocan el
regreso del profesor a la urbe, que acoge
en su seno a ese ejemplar huido.
En la primera y en la segunda
parte de Cuatro por cuatro se distinguen
claramente situaciones de sumisión,
soportadas por Celia y por Bedragare,
y ejercidas por los altos cargos del
Wybrany College. En Adón también
se produce esta circunstancia, tanto en
Las efímeras, en las que las hermanas
Oliver toleran una posición de sumisión
relato “El mes más cruel”, incluido en
el volumen del mismo nombre, como
señala Encinar: “El relato resalta el
drama existencial de algunos individuos:
la sumisión es su modus vivendi,
aceptado por unos, aun admitiendo su
mísero porvenir, e impuesto por otros
en señal triunfante de su dominio”
(Encinar, 2015: 36); esta reflexión podría
describir perfectamente lo acaecido en
esta novela. Se debe, recordar, además,
que la mansedumbre de los personajes
está ligada al poder; según Butler: “Una
de las formas familiares y agónicas en
que se manifiesta el poder consiste en
ser dominado/a por un poder externo a
uno/a” (Butler, 2001: 12).
CONCLUSIONES
La urbe se construye como un
personaje protagonista, pero sin voz, y
cuyas acciones determinan la vida en el
centro escolar. El caos generado por la
ciudad provoca el internamiento de Celia
en el Wybrany College, un lugar seguro
frente a la violencia exterior, y este a su
vez desencadena en los abusos sexuales
cometidos, ocultos y sin castigo, al
intentar regresar a la ciudad. La alumna
y el profesor perciben los alrededores
del centro y Cárdenas como un espacio
hostil y asfixiante, aunque ambos deseen
regresar a él.
Cuatro por cuatro se establece
como un juego de perspectivas o de
espejos, en el que, al comienzo, el
lector únicamente contempla con
extrañeza la perspectiva de la joven,
junto a la de un narrador omnisciente,
y las situaciones extrañas y violentas
que se producen; gracias a la segunda
parte, narrada por Bedragare y tras el
descubrimiento del diario, se vislumbra
un nuevo ángulo de la perspectiva y se
comprende la cruel historia que subyace.
Este mecanismo permite que, en un
inicio, el lector conciba Cárdenas como
un lugar peligroso y amenazador para
los estudiantes frente a la tranquilidad
del internado; sin embargo, el caso de
Celia y las indagaciones del docente,
le permiten percibir un reflejo de las
atrocidades cometidas por los altos
cargos de la institución contra los
estudiantes becados o Especiales, y esa
urbe deja de ser la amenaza principal
para convertirse en un riesgo secundario.
Como señalaba el Guía —el subdirector
posteriormente— en una de sus clases:
“¿Es mejor vivir libres y desprotegidos o
vivir controlados y protegidos?” (Mesa,
2016: 85).
Si el lector hubiera podido
conocer las escenas que la primera
narradora, Celia, soportaba con el
Guía, si se hubieran plasmado en algún
capítulo, nunca razonaría que el centro
educativo era preferible a Cárdenas.
Como el narrador es subjetivo y solo
reproduce parcialmente lo que ocurre,
aquel formula conjeturas a partir de ecos
de conversaciones, encontrándose en
una posición de inferioridad, en cuanto
a la información obtenida, con respecto
a los personajes.
La urbe se muestra como un
espacio oscuro que condiciona la vida de
los protagonistas, mientras que el centro
se percibe como un refugio del caos,
una cárcel regida por leyes depravadas,
creadas por una sociedad infame.
Si el individuo o sujeto no se adapta
Contrapunto, n.º 49 | 65
 a esas reglas amorales e inhumanas
promovidas por el internado, agoniza
—fallece, como el caso de Celia— o se
reinserta obligatoriamente en la ciudad
—como le sucede al docente—, el origen
del mal y del caos. Por tanto, la ciudad
es como un demonio todopoderoso, que
posee el control absoluto de la sociedad.
Esta novela de Sara Mesa es
incómoda, turbia y crítica, en la que se
muestra a una sociedad inmersa en la
maldad y en la penuria moral, y a unos
personajes a los que no se les ofrece
ninguna posibilidad de escapar de esa
perversidad. Es, asimismo, una obra
compleja, tanto en su construcción
como en su lectura, de un depurado
estilo narrativo, que busca un lector
atento y reflexivo que reconstruya
los acontecimientos que no se le han
narrado.
Elena de Pablos Trigo
66 | Contrapunto, n.º 49
OBRAS CITADAS
AYUSO, Bárbara (2017): “Sara Mesa: ‘Por escribir libros mi opinión no está más
cualificada ni es mejor que la de alguien que no escribe’”. http://www.
jotdown.es/2017/10/sara-mesa-por-escribir-libros-mi-opinion-no-esta-
mas-cualificada-ni-es-mejor-que-la-de-alguien-que-no-escribe/. Última
visita: 30/04/2018.
ADÓN, Pilar (2010): El mes más cruel. Madrid, Impedimenta.
ADÓN, Pilar (2015): Las efímeras. Barcelona, Galaxia Gutenberg.
AZANCOT, Nuria (2016): “Sara Mesa: ‘Si algún día escribo algo realmente bueno,
será dentro del cuento’”: http://www.elcultural.com/revista/letras/Sara-Mesa-
Si-algun-dia-escribo-algo-realmente-bueno-sera-dentro-del-cuento/37525.
Última visita: 30/04/2018.
BUTLER, Judith (1997): Lenguaje, poder e identidad. Madrid, Síntesis.
BUTLER, Judith (2001): Mecanismos psíquicos del poder. Madrid, Cátedra.
CHAMPEAU, Geneviève (2011): “Carta de navegar por nuevos derroteros”. En:
Champeau, Geneviève, Carcelén, Jean-François, Tyras, Georges y Valls,
Fernando (eds.): Nuevos derroteros de la narrativa española actual. Zaragoza,
Prensas universitarias de Zaragoza: pp. 9-19.
ENCINAR, Ángeles (2015): “Miradas hiperbólicas: los cuentos de Pilar Adón
y Mercedes Cebrián”. En: Ámbitos: revista de estudios de ciencias sociales y
humanidades, 33: pp. 31-37.
MESA, Sara (2011): Un incendio invisible. Sevilla, Fundación José Manuel Lara.
MESA, Sara (2016): Cuatro por cuatro. Barcelona, Anagrama.
PIMENTEL, Luz Aurora (2001): El espacio en la ficción. Ficciones espaciales: la
representación del espacio en los textos narrativos. México, Siglo XXI.
VALLS, Fernando (2011): “Sobre el cuento español actual y algunos nuevos nombres”.
En: Champeau, Geneviève, Carcelén, Jean-François, Tyras, Georges y Valls,
Fernando (eds.): Nuevos derroteros de la narrativa española actual, Zaragoza,
Prensas universitarias de Zaragoza: pp. 129-162.
Contrapunto, n.º 49 | 67