Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….....…3
2. EL AUTOR Y SU OBRA………………….........…………………………………...3
2.1. ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS……………………………......……………...3
2.2. LA OBRA DE SALUSTIO………………………………………………………..5
3. EL BELLUM CATILINAE Y EL GÉNERO DE LA MONOGRAFÍA HISTÓRICA…………...5
4. ESTRUCTURA DEL BELLUM CATILINAE…………………………………………..6
5. LOS RETRATOS Y LAS CARACTERIZACIONES……………………………………..8
5.1. LAS CARACTERIZACIONES DIRECTAS………………………………...………..9
5.1.1. RETRATO INTRODUCTORIO (5.1-8)………………………………….…….10
5.1.2. LOS CAPÍTULOS 15, 16 Y 22………………………………………………15
5.1.3. LOS CAPÍTULOS 24 Y 31……………………………………………….….17
5.1.4. LOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS DEL B.C…………………………………..…….18
5.2. LAS PALABRAS DE CATILINA…………………………………………….…..21
5.2.1. LOS DOS DISCURSOS EN ESTILO DIRECTO DE CATILINA………………..….21
5.2.2. LA RESPUESTA DE CATILINA A CICERÓN……………………….……..…..22
5.2.3. LA CARTA DE CATILINA A Q. CÁTULO……………………………………23
6. CONCLUSIÓN………………………………………………………………..….24
7. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………….26
2
1. INTRODUCCIÓN
Nuestro trabajo pretende recoger, examinar, ordenar y analizar los pasajes en los
que Salustio caracteriza la figura de Catilina con el objetivo de encontrar las líneas
generales que guían la presentación que el historiador hace de este personaje.
La Conjuración de Catilina de Salustio junto con las Catilinarias de Cicerón son
las principales fuentes literarias de uno de los episodios políticos más famosos de la
última etapa de la República. Seguramente la obra de esos dos autores “ha contribuido
a desorbitar el lugar que el hecho merece ocupar en el desarrollo político de la época en
que se inserta”, pero, al margen de su mayor o menor peso histórico, el caso es que esta
conjuración constituye “un mito de la Antigüedad Clásica” (J. M. Roldán Hervás 1997,
155-156). Cicerón se valió de este episodio para convertirse en un héroe político,
además su prestigio literario y el hecho de que las Catilinarias formaran parte del canon
de lecturas escolares contribuyó a asentar la visión en blanco y negro de los
acontecimientos y del personaje que en ellas se ofrecía. En cambio estudios como el de
A. Thomas Wilkins (1994) pretenden demostrar cómo el Catilina que aparece en
Salustio es un personaje más elaborado y complejo. Una visión totalmente diferente es
la que ofrece por ejemplo F. Galassi (2014) que convierte a Catilina en un antihéroe
víctima de los que le derrotaron.
2. EL AUTOR Y SU OBRA
2.1. ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS
Se conservan pocos datos sobre la vida de Salustio, pero son importantes y
significativos a la hora de entender su obra historiográfica, su ideología y su producción
literaria1. Gayo Salustio Crispo (Amiterno 86 a.C. – Roma 35 a.C.) de familia rica y
acomodada, aunque plebeya, se trasladó a la capital para recibir una formación más
amplia en retórica y oratoria. Debido a su origen plebeyo, tuvo que buscarse patronos y
protectores en la ciudad, fue así como empezó a relacionarse con Craso y su grupo y
como acabó uniéndose a los populares favorables a César. Su condición de plebeyo le
supuso dificultades para progresar en la carrera política, el cursus honorum, dado que la
1
Para estas indicaciones sobre la vida de Salustio seguimos fundamentalmente a G. Hinojo,
“Salustio” en C. Codoñer (editora), Historia de la Literatura Latina, Madrid, Cátedra, 1997, pp. 280-290
y B. Segura Ramos, Salustio, La Conjuración de Catilina, Madrid, Gredos, 2011, pp. 9-17. Una
información más amplía sobre la biografía de Salustio se encuentra en N. Santos Yanguas, “Salustio en el
marco socio-político de su época y de su obra: algunos datos biográficos”, Memorias de Historia Antigua,
XIX-XX, 1998-1999, pp. 25-59.
3
nobilitas ejercía el monopolio de la vida política; esas pudieron ser las razones de sus
duros ataques y su crítica contra la aristocracia y los optimates. Salustio fue también
uno de los muchos ciudadanos romanos que lucharon con la intención de romper las
barreras de la sociedad a finales de la República pero “su mayor contradicción es el
deseo de pertenecer al grupo que censuran y critican (los nobles), y de alcanzar y
disfrutar de las prerrogativas y ventajas que aparentan despreciar” (G. Hinojo 1997,
281). Fue cuestor en el año 55 y en el 52, ya como tribuno de la plebe, se vio
involucrado en los enfrentamientos entre las bandas clodianas y los populares. En el
año 51 fue procuestor en Siria. Un episodio controvertido de su biografía fue la
expulsión del Senado en el año 50. Salustio, según señala G. Hinojo (1997, 281), fue
consciente de que lo expulsaron para castigarlo y vengarse por sus pensamientos y
actividades políticas y no por el adulterio que cometió con la mujer de Milón. Vuelve a
la vida política en el 48 como cuestor y pretor en el 46 y en ese mismo año se
reincorpora también al Senado. Su actividad militar no fue muy brillante pero un
pequeño éxito en la guerra de África le dio la oportunidad de ser nombrado gobernador
de la provincia de Africa Noua. A su vuelta a Roma fue acusado de malversación de
fondos públicos, pero la protección de César logró evitar la condena y la que habría sido
su segunda expulsión del Senado por mala conducta. Con los ingresos que consiguió en
la provincia adquirió unos terrenos entre el Quirinal y el Pincio, los denominados Hortii
Salustiani. La muerte de César y la poca atracción que sentía por la vida política o los
riesgos y peligros que corría en la vida pública le alejaron de ella, para dedicarse a un
bonum otium (BC 4.12). Durante mucho tiempo se le ha dado mucho valor a la
contradicción existente entre la inmoralidad de la conducta privada y pública de
Salustio y el moralismo y las censuras éticas de sus obras históricas, con la intención de
quitarles validez y objetividad. Pero las obras históricas y literarias, defiende G. Hinojo
(1997, 282), tienen que juzgarse por el contenido de sus datos y por sus logros
artísticos, y no por la moralidad de sus autores.
2
En adelante nos referiremos al Bellum Catilinae con la abreviatura B.C. Para el texto latino de
Salustio seguimos la siguiente edición: C. Sallusti Crispi Catilina, Iugurtha, fragmenta ampliora. Post A.
W. Ahlberg edidit Alphonsus Kurfess. 2. Auflage, Leipzig 1954. 3. Auflage 1957. Zahlreiche Nachdrucke
bis 1991.
4
2.2. LA OBRA DE SALUSTIO
En cuanto a su obra, en la actualidad se suele rechazar la autoría de las dos
Epistulae ad Caesarem, que le fueron atribuidas durante mucho tiempo así como la
autenticidad de la Inuectiua in Ciceronem (G. Hinojo 1997, 282). Se conservan dos
monografías completas de Salustio, el Bellum Catilinae y el Bellum Iugurthinum. De las
Historiae, sólo algunos fragmentos, entre ellos cuatro discursos y dos epístolas.
Es difícil datar las obras, pero parece que tuvieron que ser redactadas entre la
retirada de Salustio de la política y su muerte, es decir, entre los años 44 y 35 a.C. Hay
indicios suficientes que confirman que su primera obra fue la Conjuración, que fue a su
vez posterior a la muerte de César y Catón; ya que por su propia confesión se sabe que
decidió abandonar la política, dedicarse a la historia y escribir de Catilinae
coniuratione. Por otra parte, el prólogo de Iugurtha parece posterior al de Catilina y da
una visión más desarrollada y evolucionada de la historia. Las Historiae parecen su
última composición, de manera que queda el Bellum Iugurthinum, posterior a las
proscripciones y crueldades del segundo triunvirato, como la obra que redactó entre las
otras dos ya citadas. (G. Hinojo 1997, 282).
5
consulado de Cicerón; Lucio Lúculo, sobre la guerra social; y Varrón, el más
importante autor de monografías, aunque se conservan sólo fragmentos, escribió De
gente populi romani, De familiis Troianis y De vita Populi Romani (78-79). Varrón
situaba el punto de inflexión de la historia de Roma en la época de la destrucción de
Cartago y presentaba como motivo dominante de la obra la oposición entre las virtudes
del pasado y la corrupción del presente. Todos estos elementos de esta obra de Varrón
hacen pensar, indica E. Cizek (1995, 79), en una influencia directa sobre Salustio.
Volviendo al prólogo de BC, las palabras que siguen en 4.2 (eo magis, quod mihi
a spe, metu, partibus rei publicae animus liber erat) indican cuál debe ser la posición
ideal del historiador: “libre de esperanzas, miedos o partidismos propios de la política.
Tal tratamiento implica una serie de opciones que quedarían marcadas ya desde un
principio si no se parte de una situación de equilibrio y desapasionamiento: nada se
espera (spes), nada se teme (metus), porque no se está inmerso en la política, cuyo
motor es la ambición (ambitio mala). Esa libertad interior es lo que permite criticar
posturas, ideologías, actuaciones” (C. Codoñer 1986, 12). En 4.3-4 justifica la elección
del tema objeto de la monografía “por lo inaudito de su delito y por los riesgos que trajo
consigo”:
4.3. Igitur de Catilinae coniuratione, quam verissume potero, paucis absolvam; 4
nam id facinus in primis ego memorabile existumo sceleris atque periculi novitate.
7
5. LOS RETRATOS Y LAS CARACTERIZACIONES
Se puede establecer una distinción entre la caracterización directa por parte del
historiador, por ejemplo: el retrato inicial de Catilina o el de Sempronia y los bocetos
que hace de algunos personajes y la que se encuentra en los pasajes en los que el
narrador da la palabra a los personajes. J.C. Miralles Maldonado (2009) analiza y
estudia la función de los dos discursos de Catilina: por un lado, vertebran las distintas
partes de la monografía en el sentido de que constituyen “el proemio y el epílogo de la
dramatización de la conjura” (J.C. Miralles Maldonado 2009, 59), pero además son un
recurso importante en la caracterización de los personajes: “la reproducción del discurso
directo constituye un medio adecuado para la caracterización oblicua y hace posible que
las ideas, no sólo los hechos, afloren en sus monografías. La introspección psicológica
permite al historiador completar el panorama del alma humana, le ofrece nuevos
matices para enriquecer la paleta de colores con la que traza su versión de la historia. De
la tensión entre las acciones (facta) y las palabras (uerba) de los protagonistas surgirá el
drama, tal como lo concibe su autor” (J.C. Miralles Maldonado 2009, 60). También G.
Hinojo en referencia a los discursos de César y Catón que se encuentran en el BC (1997,
287) indica que “sirven para definir sus personalidades y destacar sus enormes
diferencias en la visión del estado y en su actuación personal y pública”. A los
discursos en estilo directo se pueden añadir los pasajes en los que el historiador utiliza
el estilo indirecto y aquellos en los que presenta documentos como las cartas.
Respecto a los retratos se puede distinguir entre las caracterizaciones de
individuos y aquellas que afectan a grupos o colectivos. En cuanto a las primeras, las
más extensas son las de Catilina (5.1-8), Sempronia (25) y las de César y Catón (53.2-
54). Más breves son las de Cn. Pisón (18.4), Q. Curio y Fulvia (23.1-4), Cetego (43. 4),
Craso (48.5). Entre las que afectan a grupos humanos destacan las que aluden a los
partidarios de Catilina:
-los amici sociique de Catilina (16.4),
-la iuuentus partidaria de Catilina (17.6.),
-las mujeres “reclutadas” por Catilina (24 3-4).
Al final de la obra el historiador otorga un lugar importante a los soldados que
luchan en la batalla decisiva (60.3 y 61).
Por otro lado en el BC hay cuatro discursos en estilo directo, dos de Catilina (en
20.2-17 y 58) y los de César y Catón (51 y 52.2-36). En cuanto a los reproducidos en
estilo indirecto podemos destacar, entre otros, la respuesta de Catilina a Cicerón en la
8
sesión del Senado del 8 de noviembre del 64 (31.7-8) y la arenga de Petreyo a su
ejército (59.5). Por último Salustio incluye varias cartas como la que dirige Catilina a
Quinto Cátulo (35.1-6).
9
Momentos previos a la batalla: 59.1-3
Actuación de Catilina en la batalla: 60. 4. 7.
Muerte de Catilina: 61.4
A propósito de esas palabras J.T. Ramsey (1988, 68) destaca que “The
preminence of these aristocratic accomplices forms a recurring theme throughout the
monograph and supports S’s diagnosis of the decadence that gripped Roman society
(10-13) The social and political standing of those who plotted against the state made the
conspiracy all the more dangerous and difficult for a “new man” like Cicero to expose
an suppress”. Tras el nombre y el origen aparece la dualidad corpus/animus que ya tiene
una importante presencia en el prólogo3 y que aquí aparece resaltada con un quiasmo:
5.1. fuit magna vi et animi et corporis, sed ingenio malo pravoque (…)
3
Cf. 1.2 Sed nostra omnis vis in animo et corpore sita est (…).
4
Cf. 12. 2 Igitur ex divitiis iuventutem luxuria atque avaritia cum superbia invasere: rapere,
consumere, sua parvi pendere, aliena cupere, pudorem, pudicitiam, divina atque humana promiscua,
nihil pensi neque moderati habere. 13.4 Haec iuventutem, ubi familiares opes defecerant, ad facinora
incendebant: 5 animus inbutus malis artibus haud facile lubidinibus carebat; eo profusius omnibus modis
quaestui atque sumptui deditus erat y 17. 6 Ceterum iuventus pleraque, sed maxume nobilium, Catilinae
inceptis favebat; quibus in otio vel magnifice vel molliter vivere copia erat, incerta pro certis, bellum
quam pacem malebant.
11
efectiva con una serie de genitivos objetivos en asíndeton que dependen de patiens
(1988, 69). Este estudioso relaciona además estos elementos con la descripción de la
resistencia física de Catilina en las Catilinarias de Cicerón5. Aparece aquí una palabra
importante en el BC, animus, que ocupa una posición destacada en los parágrafos 4 y 5
y está presente también como sujeto pospuesto al verbo en el 7 (Agitabatur magis
magisque in dies animus ferox) y como objeto directo elíptico de otro verbo en posición
inicial en 8 (Incitabant praeterea corrupti civitatis mores). Animus aparece también en
dos pasajes que, como veremos más adelante, amplían y complementan este retrato
inicial:
15. 4 Namque animus inpurus, dis hominibusque infestus, neque vigiliis neque
quietibus sedari poterat: ita conscientia mentem excitam vastabat.
31.4. At Catilinae crudelis animus eadem illa movebat, …
Esa palabra es además uno de los términos clave en el discurso de Catilina a sus
seguidores en 20.2-17 (J. C. Miralles Maldonado 2009, 66). Recogemos todos estos
pasajes que se han ido señalando:
5.4. Animus audax, subdolus, varius , cuius rei lubet simulator ac dissimulator,
alieni adpetens, sui profusus, ardens in cupiditatibus
5.5. vastus animus
15.4. animus inpurus, dis hominibusque infestus …
31.4. crudelis animus
61.4. ferociamque animi
En 5.4 simulator ac dissimulator son dos sustantivos verbales en –tor que indican
una cualidad permanente y que aquí están utilizados como adjetivos (J.T. Ramsey 1988,
70). Esos rasgos aparecen en otros momentos importantes del relato, como el que
corresponde a la sesión del Senado del 8 de noviembre convocada por Cicerón en el
templo de Júpiter Stator en la que el cónsul pronunció el discurso que después sería
conocido como Primera Catilinaria. Así, dissimulandi causa está presente en la
indicación de que Catilina acude a la sesión del senado y ut erat paratus ad
dissimulanda omnia en el momento de introducir su respuesta al discurso de Cicerón:
31.5. Postremo, dissimulandi causa aut sui expurgandi, sicut iurgio lacessitus foret,
in senatum venit.
5
Cat. 1.26: Habes ubi ostentes tuam illam praeclaram patientiam famis, frigoris, inopiae rerum
omnium quibus te brevi tempore confectum esse senties.
12
31.7 Sed ubi ille adsedit, Catilina, ut erat paratus ad dissimulanda omnia, demisso
voltu (…)
Alieni adpetens, sui profusus también en el parágrafo 4 son dos miembros que
forman una antítesis. El primero de ellos asocia el carácter de Catilina a uitia que
Salustio considera importantes en la evolución negativa que, según él, sufrió la sociedad
romana: la ambición y la avaricia que se extendieron sobre todo a raíz de las conquistas
de las Guerras Púnicas6. Otro de los males de la sociedad que se reflejan en Catilina es
la cupiditas (5.4 ardens in cupiditatibus), que aparece ya en el prólogo para marcar una
etapa “primitiva” virtuosa -sine cupiditate- que contrasta con las épocas posteriores7. En
el final del parágrafo (5.4 satis eloquentiae, sapientiae parum) el quiasmo refuerza la
idea del desequilibrio que se daba en Catilina entre eloquentia y sapientia, dos
elementos que deben ir unidos conforme a un ideal de coherencia entre res y verba. Un
ejemplo de esta concepción según la cual sapientia y eloquentia han de estar unidas lo
podemos encontrar en el prólogo de De inuentione de Cicerón:
1.1. ac me quidem diu cogitantem ratio ipsa in hanc potissimum sententiam ducit, ut
existimem sapientiam sine eloquentia parum prodesse civitatibus, eloquentiam vero
sine sapientia nimium obesse plerumque, prodesse numquam.
6
Cf. 10.1 Sed ubi labore atque iustitia res publica crevit, reges magni bello domiti, nationes ferae
et populi ingentes vi subacti, Carthago, aemula imperi Romani, ab stirpe interiit, cuncta maria terraeque
patebant, saevire fortuna ac miscere omnia coepit. (…) y 10.3 Igitur primo imperi, deinde pecuniae
cupido crevit: ea quasi materies omnium malorum fuere. 4 Namque avaritia fidem, probitatem ceterasque
artis bonas subvortit; pro his superbiam, crudelitatem, deos neglegere, omnia venalia habere edocuit.
7
Cf. 2 1 Igitur initio reges – nam in terris nomen imperi id primum fuit – divorsi pars ingenium,
alii corpus exercebant: etiam tum vita hominum sine cupiditate agitabatur; sua cuique satis placebant. 2
Postea vero quam in Asia Cyrus, in Graecia Lacedaemonii et Athenienses coepere urbis atque nationes
subigere, lubidinem dominandi causam belli habere, maxumam gloriam in maxumo imperio putare, tum
demum periculo atque negotiis compertum est in bello plurumum ingenium posse.
13
Esta primera conjuración es objeto de una digresión en los capítulos 18 y 19 del
BC. Salustio se refiere en varias ocasiones al régimen de Sila como uno de los factores
que impulsaron a Catilina y a sus partidarios (J.T. Ramsey 1988, 70-71)8. Llama
también la atención en este parágrafo el léxico: lubido un término que tiene un valor
más fuerte que cupido, inuaserat que Salustio utiliza con un sentido emocional y
regnum, un término con connotaciones totalmente negativas en latín (J.T. Ramsey 1988,
71).
Los dos últimos parágrafos del retrato están introducidos por imperfectos de
indicativo en posición inicial: agitabantur en 7 e incitabant en 8:
5. 7 Agitabatur magis magisque in dies animus ferox inopia rei familiaris et
conscientia scelerum, quae utraque iis artibus auxerat, quas supra memoravi. 8
Incitabant praeterea corrupti civitatis mores, quos pessuma ac divorsa inter se mala,
luxuria atque avaritia, vexabant.
8
Cf. 16.4. His amicis sociisque confisus Catilina, simul quod aes alienum per omnis terras ingens
erat et quod plerique Sullani milites largius suo usi rapinarum et victoriae veteris memores civile bellum
exoptabant, opprimundae rei publicae consilium cepit. 37.6. 6 Deinde multi memores Sullanae victoriae,
quod ex gregariis militibus alios senatores videbant, alios ita divites, ut regio victu atque cultu aetatem
agerent, sibi quisque, si in armis foret, ex victoria talia sperabat. 47.2. Eadem Galli fatentur ac Lentulum
dissimulantem coarguunt praeter litteras sermonibus, quos ille habere solitus erat: Ex libris Sibyllinis
regnum Romae tribus Corneliis portendi; Cinnam atque Sullam antea, se tertium esse, cui fatum foret
urbis potiri; praeterea ab incenso Capitolio illum esse vigesumum annum, quem saepe ex prodigiis
haruspices respondissent bello civili cruentum fore.
14
degeneración que será el caldo de cultivo adecuado para la actuación de un personaje
como Catilina. El retrato termina con la alusión a las corrupti civitatis mores en 8, sigue
después esa digresión sobre la historia de Roma y en 14.1 se inicia el relato de la
conjuración con una nueva referencia en posición inicial a la corrupción unida otra vez a
la figura de Catilina y sus partidarios:
5.8. Incitabant praeterea corrupti civitatis mores, quos pessuma ac divorsa inter se
mala, luxuria atque avaritia, vexabant.
6.1. Urbem Romam, sicuti ego accepi, condidere atque habuere initio Troiani (…).
14. 1 In tanta tamque corrupta civitate Catilina, id quod factu facillumum erat,
omnium flagitiorum atque facinorum circum se tamquam stipatorum catervas
habebat.
J.T. Ramsey (1988, 97) señala la coincidencia de ese texto con el de Cicerón en
Cat. 2.79. El capítulo 15 está dedicado totalmente a Catilina y a su relación con Aurelia
Orestila. El asesinato del hijo de ésta da pie a una nueva descripción en los parágrafos
4-5 que recoge y amplía elementos que ya habían aparecido en 5.1-8: la referencia al
9
Quid enim mali aut sceleris fingi aut cogitari potest quod non ille conceperit? quis tota Italia
veneficus, quis gladiator, quis latro, quis sicarius, quis par- ricida, quis testamentorum subiector, quis
circumscriptor, quis ganeo, quis nepos, quis adulter, quae mulier infamis, quis corruptor iuventutis, quis
corruptus, quis perditus inveniri potest qui se cum Catilina non familiarissime vixisse fateatur?.
15
animus, a la conscientia y a los momentos de vela y reposo. Podemos confrontar los dos
textos en el siguiente cuadro:
15.4. Namque animus inpurus, dis hominibusque 5. 4 Animus audax …
infestus, neque vigiliis neque quietibus sedari 5.5. vastus animus
poterat: ita conscientia mentem excitam vastabat. 5.3 Corpus patiens inediae, algoris, vigiliae supra
quam cuiquam credibile est.
5. 7 Agitabatur magis magisque in dies animus
ferox inopia rei familiaris et conscientia scelerum
Malus se puede comparar a 5.1: sed ingenio malo pravoque. Crudelis aparece aquí
por primera vez referido a Catilina y volverá a hacerlo en 31.4 cuando Salustio narre la
sesión del Senado del 8 de noviembre del 64: At Catilinae crudelis animus eadem illa
movebat.
Finalmente 22.1-3 es otro momento relevante en la caracterización de Catilina (A.
Thomas Wilkins 1994, 153; J.T. Ramsey 1988,126): se recoge ahí el rumor de que
Catilina obligó a sus seguidores a jurar bebiendo sangre humana, pero el historiador no
da crédito a esa noticia evitando de esta forma ofrecer una visión excesivamente
negativa de Catilina y reforzando su credibilidad como historiador, tal como había
expuesto en el prólogo10:
22.1 Fuere ea tempestate, qui dicerent Catilinam oratione habita, cum ad ius
iurandum popularis sceleris sui adigeret, humani corporis sanguinem vino
permixtum in pateris circumtulisse: 2 inde cum post exsecrationem omnes
degustavissent, sicuti in sollemnibus sacris fieri consuevit, aperuisse consilium
suum; atque eo +dictitare+ fecisse, quo inter se fidi magis forent alius alii tanti
10
Cf. 4.2: sed, a quo incepto studioque me ambitio mala detinuerat, eodem regressus statui res
gestas populi Romani carptim, ut quaeque memoria digna videbantur, perscribere, eo magis, quod mihi a
spe, metu, partibus rei publicae animus liber erat.
16
facinoris conscii. 3 Nonnulli ficta et haec et multa praeterea existumabant ab iis, qui
Ciceronis invidiam, quae postea orta est, leniri credebant atrocitate sceleris eorum,
qui poenas dederant. 4 Nobis ea res pro magnitudine parum comperta est
Aparece una nueva mención al animus del conspirador que amplía las de los
capítulos 5 y 1511. En este pasaje están enfrentados Catilina y Cicerón. Salustio narra la
sesión del Senado convocada por Cicerón en el templo de Júpiter Stator el 8 de
noviembre del 64 en la que el cónsul intervino con un discurso que después fue
conocido como Primera Catilinaria. Catilina acude a esa sesión y su presencia infunde,
según Salustio, temor o ira en Cicerón, lo que le llevaría a pronunciar ese famoso
11
Cf. 5.4: animus audax, 5 vastus animus,7 animus ferox, 15.4 namque animus inpurus, dis
hominibusque infestus.
17
discurso12. En el parágrafo 5 se indican las causas por las que Catilina acude al Senado
y entre ellas se menciona la simulación, que es un rasgo que también había sido
introducido en el capítulo 5 y el 15:
31.5 Postremo, dissimulandi causa aut sui expurgandi, sicut iurgio lacessitus foret,
in senatum venit.
A partir de ese momento nos encontramos con una guerra civil. Como se ha
indicado anteriormente hay diferencias importantes en la presentación que se hace de
Catilina hasta el capítulo 36 que es negativa y la que se encuentra en los últimos
capítulos de la monografía, cuando los aspectos más conflictivos y violentos de la lucha
política han dejado de ser relevantes y la caracterización de Catilina se centra en su
capacidad como jefe militar y en su valor como soldado (A. Thomas Wilkins 1994, 30).
En 56 se narran los preparativos militares de Catilina en su campamento. M.
Garelli (2003, 100) señala cómo en este capítulo el sujeto de la mayor parte de las
oraciones del texto es Catilina lo que “revela la forma en la que el narrador concibe a su
personaje: no lo presenta como un perseguido sino como quien lleva la iniciativa en la
12
31. 6 Tum M. Tullius consul, sive praesentiam eius timens sive ira conmotus, orationem habuit
luculentam atque utilem rei publicae, quam postea scriptam edidit.
18
lucha”. Y lo mismo sucede en el capítulo 57 donde continúa siendo el protagonista casi
absoluto (los nombres de los jefes del ejército enemigo sólo aparecen en 57.2 y 4)13.
Después de la arenga de Catilina en 58, el capítulo 59 muestra en los parágrafos
1-3 los movimientos tácticos anteriores a la batalla ordenados por Catilina. Destaca la
indicación de que manda retirar los caballos para que todos luchen en igualdad de
condiciones y de que también él mismo desmonta para luchar a pie. Con esto el
narrador muestra el valor con el que los soldados, los oficiales y su jefe van a combatir
(M. Garelli 2003, 101):
59.1: Haec ubi dixit, paululum conmoratus signa canere iubet atque instructos
ordines in locum aequum deducit. Dein remotis omnium equis, quo militibus
exaequato periculo animus amplior esset, ipse pedes exercitum pro loco atque copiis
instruit.
M. Garelli indica cómo esa frase final remite al ofrecimiento de Catilina en su primer
discurso (20.16: Vel imperatore uel milite me utimini, neque animus neque corpus a
uobis aberit) y destaca que “la presentación de Catilina con todos los rasgos de un héroe
13
57.2 At Q. Metellus Celer cum tribus legionibus in agro Piceno praesidebat (…) 4 Neque tamen
Antonius procul aberat.
19
es evidente” (2003, 105). En un sentido parecido P. Esposito (1987, 90-91, citado en P.
Redondo 2010, 158) analiza su figura como prototipo de miles e imperator. En el
parágrafo 7 el narrador insiste de nuevo en el valor de Catilina y en la “recuperación de
su ethos aristocrático” (M. Garelli 2003, 105) a partir del momento en que ve que la
batalla está perdida:
60.7 Catilina postquam fusas copias seque cum paucis relictum videt, memor
generis atque pristinae suae dignitatis in confertissumos hostis incurrit ibique
pugnans confoditur.
y se señala que todos fueron heridos de frente, lo que es una prueba de que
murieron valerosamente y no huyendo:
61.3 Pauci autem, quos medios cohors praetoria disiecerat, paulo divorsius, sed
omnes tamen advorsis volneribus conciderant
Salustio se centra después en Catilina: en su cuerpo, que está alejado de los de sus
soldados y aparece rodeado de cadáveres enemigos, y en su rostro, que refleja la ferocia
animi que le caracterizaba y que enlaza con el retrato inicial:
61.4 Catilina vero longe a suis inter hostium cadavera repertus est paululum etiam
spirans ferociamque animi, quam habuerat vivus, in voltu retinens.
20
5.2. LAS PALABRAS DE CATILINA
Hasta ahora se ha analizado la caracterización directa por parte del historiador,
como el retrato inicial de Catilina o los bocetos que traza de éste, pero, como se ha
indicado anteriormente, parece también necesario tener en cuenta los pasajes en los que
el narrador concede la palabra a los personajes. El siguiente cuadro nos permitirá
recordar los textos en los que el narrador da voz a Catilina y visualizar su disposición en
el relato:
I. Etapas previas y preparatorias de la conjuración:
Discurso de Catilina ante sus seguidores (estilo directo): 20. 2-17
II La conjuración se pone en marcha:
Réplica de Catilina a Cicerón en la sesión del Senado del 8 de noviembre
del 64 (estilo indirecto): 31.7-8
Amenaza de Catilina (estilo directo): 31.9.
Carta a Quinto Cátulo: 35.1-6
III. Enfrentamiento armado:
Arenga de Catilina (estilo directo): 58
En nuestro estudio abordaremos primero los dos discursos en estilo directo de
Catilina y en segundo lugar los otros pasajes.
21
denunciaba como uno de los rasgos sintomáticos de la degeneración político-social, es
característica de los discursos de Catilina” (J.C. Miralles Maldonado 2009, 66-67).
Los elementos caracterizadores que aparecen en la arenga tienen un carácter
distinto que se corresponde con la visión más positiva que el narrador ofrece del
personaje en la parte final de la monografía. Destacan términos como audax o audacia.
Éste era un rasgo que Salustio atribuía a Catilina en el retrato inicial con un sentido
negativo (5.4 animus audax, subdolus, varius…) y que aquí toma un valor positivo. M.
Garelli (2003, 103) señala que “la arenga se propone incitar al combate y estimular el
valor de los soldados (…) el término fundamental para aludir al valor es uirtus, que es
sustituido por audacia, palabra que tiene en general una connotación negativa en otros
contextos, pero aquí es equivalente a fortitudo y virtus”. También J.C. Miralles
Maldonado destaca el sentido positivo que tiene en este discurso audacia “que se
convierte en el Leitmotiv, en el término clave del discurso” (2009, 75).
Algunas de estas palabras se pueden poner en relación con pasajes anteriores del
texto, con los que se establece una oposición debido a la falta de coherencia entre lo
señalado por el historiador y lo que dice Catilina. Por ejemplo las referencias al origen
22
noble y al comportamiento desde la juventud. En el siguiente cuadro confrontamos esas
palabras con lo indicado en el retrato inicial del capítulo 5:
5. 1 L. Catilina, nobili genere 31.7 ea familia ortum, ita se
natus, fuit magna vi et animi ab adulescentia vitam
et corporis, sed ingenio malo instituisse ut omnia bona in
pravoque. 2 Huic ab spe haberet;
adulescentia bella intestina,
caedes, rapinae, discordia
civilis grata fuere ibique
iuventutem suam exercuit.
23
videbam meque falsa suspicione
alienatum esse sentiebam.
6. CONCLUSIÓN
Las principales conclusiones que podemos extraer de nuestro estudio son las
siguientes:
- No hay una caracterización monocolor de Catilina, hay diferencias importantes
en la presentación que se hace del personaje: por un lado tenemos el que aparece en la
fase de la conjuración en Roma, cuya figura esta ya marcada de forma negativa por el
retrato inicial del capítulo 5 y por otro, la que se ofrece en los capítulos finales, cuando
los aspectos más conflictivos y violentos de la lucha política han dejado de ser
relevantes: ahí aparece presentado como un aristócrata que se comporta como tal y
como un imperator y miles eficiente y valeroso que muere de forma gloriosa. Esta
dualidad de Catilina ya había sido observada, indica Esposito (1987: 90-91, citado por
P. Redondo) por autores antiguos como Floro en Epit. II 12.40 donde al referirse a la
batalla final y a su muerte resalta su naturaleza subversiva (si pro patria sic
concidisset), pero al mismo tiempo reconoce su valor (pulcherrima morte):
Quamuis parte coniurationis oppressa, tamen ab incepto Catilina non destitit;
infestis ab Etruria signis patriam petens obuio Antonii exercitu opprimitur. quam
atrociter dimicatum sit, exitus docuit. nemo hostium bello superfuit; quem quis in
pugnando ceperat locum, eum amissa anima corpore tegebat. Catilina longe a suis
inter hostium cadauera repertus est, pulcherrima morte, si pro patria sic concidisset.
24
negativos por el historiador desde el principio con indicaciones como las de 5.4 (satis
eloquentiae, sapientiae parum) o las que se refieren a la capacidad de simular. Se puede
observar como señala J.C. Miralles la perversión o manipulación por parte del personaje
de las verba con fines propagandísticos. Sin embargo, al igual que lo que ocurre en la
caracterización directa, hay pasajes como la carta a Q. Cátulo en la que Catilina se
justifica contradiciendo lo indicado por el narrador que permiten observar más matices
y una complejidad mayor en la presentación de este personaje. Al final de la obra
también hay coherencia entre lo que Catilina dice y hace. La arenga antes de la batalla
con su insistencia en la audacia se corresponde con la presentación que Salustio hace de
Catilina como un jefe militar que debe animar a sus soldados ante una batalla en una
situación difícil.
25
7. BIBLIOGRAFÍA
CIZEK, E., 1995, Histoire et historiens à Rome dans l’antiquité, Presses
universitaires de Lyon, Lyon.
CODOÑER, C., 1986, Evolución del concepto de historiografía en Roma,
Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona.
GALASSI, F., 2014, Catiline. The monster of Rome. An ancient case of political
assassination, Yardley, Pennsylvania, Westhome Publishing.
GARELLI, M., 2003, «Ideología y realización textual (a propósito de De Catilinae
coniuratione», en Praesentia 3, pp. 56-61.
HINOJO, G., 1997, «La historiografía a finales de la República; Salustio», en:
Codoñer, C. (ed.), Historia de la literatura latina, Madrid, Cátedra, pp. 280-293.
MIRALLES MALDONADO, J. C., 2009, «Los discursos de Catilina: Sall., Cat. 20 y
58», en Emerita LXXVII 1, enero-junio de 2009, pp. 57-78
MONTERO MONTERO, M. 1988, Salustio. La conjuración de Catilina. La guerra
de Yugurta, Madrid, Alianza Editorial.
RAMSEY, J.T., 1988, Sallust’s Bellum Catilinae, Nueva York/Oxford, Oxford
University Press.
REDONDO, P., 2010, «Vencedores y vencidos en la descripción del campo después
de la batalla (Sal. Cat. 61; Liv. XXII 51. 5-9; Tac. Hist. II, 70, Ann. I 61-62) », en J.
Bartolomé, Los desastres de la guerra: Mirada, palabra e imagen, Madrid, Liceus.
ROLDÁN HERVÁS, J.M., 1997, «Cicerón y Catilina: un episodio de la crisis
republicana», en J. Alvar y J.M. Blázquez (eds.), Héroes y antihéroes en la Antigüedad
Clásica, Madrid, Cátedra, pp. 155-185.
SANTOS YANGUAS, N., 1998-1999 , «Salustio en el marco socio-político de su
época y de su obra: algunos datos biográficos», Memorias de Historia Antigua, XIX-
XX, 1998-1999, pp. 25-59.
SEGURA RAMOS, B., 2011, Salustio. Conjuración de Catilina, Gredos, Madrid.
THOMAS WILKINS, A., 1994, Villain or Hero; Sallust’s portrayal of Catiline,
Nueva York, American University Studies.
26