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Reflexiones al 2018

Por: Anuar Cortázar Cáez

La lista de hechos, y acciones dolorosas que se dieron con frecuencia


permanente. La delincuencia común disparada, la inseguridad en las calles, y
lo más latente, la CORRUPIÓN al más alto y mínimo nivel, las víctimas sin
reparación, un proceso de paz casi fallido por culpa de los difamadores, y de
las disidencias, la educación con sus deudas históricas, que los venezolanos
atravesando los pueblos con sus costales de ilusiones, cargando con su dolor
social en su espalda, en fin. Pero en mi modesto parecer, la deuda grande por
saldar es la forma misógina, machista y rastrera con la que se sigue tratando la
mujer. No bastó que siguieran engrosando las estadísticas de asesinadas,
violadas, ultrajadas, malqueridas, y despreciadas, que fueran mostradas como
trofeos por los violentos, sino que cerrando el año tuvo que venir un siniestro
personaje, ambicioso, y mal hablado, como si alguna autoridad moral tuviera
para emitir epítetos contra mujeres policías violadas por los mismo de la
institución, y las futbolistas insultadas y maltratadas verbalmente, solo por el
pecado de haber sacado la cara por el fútbol femenino al ganar la copa
sudamericana.

Mujeres que siguen recibiendo de sus victimarios sentencias que más que risa,
producen escozor, al desconocer la normatividad que obliga a la severidad de
crímenes de esta naturaleza, como los feminicidios, que se han dado en todo el
país, víctimas por la sola condición de ser mujer. Pero lo más triste de todo es
que pareciese que la sociedad no le interesa el destino de la mujer, y se la jugó
para que se prolongue en el tiempo esta injusticia. Sí, es cierto, muchas cosas
siguen en deuda por y para resolver, pero el de la mujer es una que hay que
pagar a la brevedad, no sea que la proliferación de los abusos en torno a ellas,
terminen siendo indiferentes ante tantas injusticias.

A menudo manifestamos, y advertimos que los valores se vienen perdiendo y


desconociendo, el de respetar la dignidad de la mujer, nos conlleva día por día
a ser una sociedad más enfermiza, mortuoria, y cargada de gente inhumana.
Que no se siga el silencio, o mínimo callando por sus muertes, violaciones,
despotismo; que más bien sea al menos en este tiempo de reflexiones, que si
a la ley se le está torciendo el pescuezo para el desconocimiento de sus
derechos, a nosotros como sociedad no se nos doble nuestra conciencia, y
más bien coloquemos en el escenario de la discusión, cómo y de qué manera
la mujer, tome el protagonismo y el reconocimiento que se merece, la dignidad
que se le ha arrebatado, el valor, la atención, cortesía y admiración que se
merecen las mujeres y, las injusticias y atropellos que se le han dado.

P/D: Un feliz año nuevo y muchas Bendiciones,,,

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