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Una introducción a la geometrı́a hiperbólica

bidimensional

Antonio Lascurain Orive

1 de septiembre de 2004
2
Índice general

1. Transformaciones de Möbius complejas 5


1.1. Proyección estereográfica, métrica cordal . . . . . . . . . . . . 5
1.2. Propiedades básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3. Clasificación por conjugación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.4. Geometrı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
1.4.1. Transformaciones Elı́pticas . . . . . . . . . . . . . . . . 30
1.4.2. Transformaciones Hiperbólicas . . . . . . . . . . . . . . 31
1.4.3. Transformaciones Loxodrómicas . . . . . . . . . . . . . 33
1.4.4. Transformaciones Parabólicas . . . . . . . . . . . . . . 33
1.5. Transformaciones que preservan “discos” . . . . . . . . . . . . 36
1.6. Clasificación por la traza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

2. Métrica Hiperbólica 47
2.1. Densidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
2.2. El modelo del semiplano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
2.3. El modelo del disco de Poincaré . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
2.4. El grupo completo de isometrı́as . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

3. Grupos fuchsianos 91
3.1. Discontinuidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
3.1.1. Ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.2. Grupos Discretos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
3.3. Conjunto lı́mite de un grupo discreto. . . . . . . . . . . . . . 121

4. Regiones fundamentales 133


4.1. Regiones Fundamentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
4.2. Construcción del polı́gono de Dirichlet. . . . . . . . . . . . . . 140
4.3. Polı́gono de Ford. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

3
4 ÍNDICE GENERAL
Capı́tulo 1

Transformaciones de Möbius
complejas

En este capı́tulo, primeramente se describe la métrica cordal proyectan-


do el plano complejo extendido a la esfera de Riemann, uno de los espacios
naturales donde actuan las transformaciones de Möbius complejas. Posterior-
mente, se identifican estas funciones con los elementos del grupo P SL(2, C)
y se exhiben sus propiedades básicas. Mediante la conjugación a formas
canónicas, se clasifican y se muestran sus propiedades geométricas elemen-
tales. Finalmente, se caracterizan las transformaciones que preservan el disco
unitario y el semiplano superior, y se establece la clasificación por la traza.

1.1. Proyección estereográfica, métrica cordal


La proyección central descrita en la figura 1.1 sugiere que el plano com-
plejo se puede pensar como la esfera unitaria en R3 sin el polo norte. Resulta
natural, entonces, pensar que el polo norte corresponde a un punto ideal que
representa al infinito.
Definición 1 Los puntos del plano complejo junto con ∞ forman el plano
complejo extendido, denotado por C.
b

El incluir el sı́mbolo ∞ es particularmente útil en el contexto de las


transformaciones de Möbius complejas
az + b
z 7−→ , ad − bc 6= 0, a, b, c, d ∈ C.
cz + d

5
6 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Mostraremos que estas funciones son las únicas biyecciones meromorfas de


b en C.
C b La esfera unitaria,

S2 = {x ∈ R3 |x| = 1},
llamada esfera de Riemann, es el modelo requerido para incluir el punto
al infinito. Para asociar cada punto en el plano con uno en S2 , usamos la
siguiente idea geométrica: se toma el plano x3 = 0 como el plano complejo
C, y la lı́nea que va de un punto x = (x1 , x2 , x3 ) ∈ S2 al polo norte
e3 = (0, 0, 1) ∈ S2 .
Esta lı́nea cruza el plano complejo en un único punto, para encontrarlo
se parametriza
e3 + t(x − e3 ), t ∈ R
y se debe cumplir
[e3 + t(x − e3 )] · e3 = 0,
1 + t(x − e3 ) · e3 = 0,
1
t= .
1 − x3
De donde, el punto asociado a x es
1
e3 + (x − e3 )
1 − x3
 
x1 x2 x3 − 1
= e3 + , ,
1 − x3 1 − x3 1 − x3
 
x1 x2
= , ,0
1 − x3 1 − x3
Una prueba geométrica de este hecho se obtiene observando que la proyec-
ción de x debe tener la dirección de (x1 , x2 ), y por semejanza se obtiene
que p
|z| x21 + x22
=
1 1 − x3
(véase la figura 1.1). Con base en estas ideas, se define la función
x1 + ix2
ψ : S2 − {e3 } 7−→ C, dada por (x1 , x2 , x3 ) 7−→ .
1 − x3
Se afirma que ψ es una biyección de S2 − {e3 } al plano complejo C.
1.1. PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA, MÉTRICA CORDAL 7

(x1 , x2 , x3 )
p
x21 + x22
e3

1
x3

|z |
z

Figura 1.1: La proyección estereográfica

1. ψ es inyectiva. Para demostrar esto se construye la inversa. Obsérvese


que si z = ψ(x1 , x2 , x3 ), como (x1 , x2 , x3 ) ∈ S2 , se tiene que
x + ix 2
1 2 x2 + x22 1 − x23 1 + x3
2
|z| = = 1 2
= 2
=
1 − x3 (1 − x3 ) (1 − x3 ) 1 − x3

y despejando
|z|2 − 1
x3 = . (1.1)
|z|2 + 1
También
2x1
z+z = ,
1 − x3
y

|z|2 − 1
   
(z + z)(1 − x3 ) z+z z+z 2
x1 = = 1− 2 = ,
2 2 |z| + 1 2 |z|2 + 1

z+z
x1 = . (1.2)
|z|2 + 1

Finalmente, como
2ix2
z−z = ,
1 − x3
se sigue que
z−z
x2 = . (1.3)
i(|z|2 + 1)
8 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Por consiguiente, ψ es inyectiva, ya que z determina (x1 , x2 , x3 ).


Obsérvese también que la función
|z|2 − 1
 
z+z z−z
π(z) = , ,
|z|2 + 1 i(|z|2 + 1) |z|2 + 1
es inversa por la izquierda de ψ.

2. ψ es sobre. Un cálculo sencillo muestra que π es también una inversa


derecha de ψ (ejercicio).
Haciendo corresponder ∞ con el polo norte e3 se obtiene una biyección
de S2 en C b y el modelo buscado. A esta biyección se le llama la proyección
estereográfica. Geométricamente es evidente que el hemisferio sur (x3 < 0)
corresponde al disco unitario

∆ = {z ∈ C |z| < 1}

y el hemisferio norte (x3 > 0) al exterior de este disco; la fórmula (1.1)


también, muestra este hecho de manera analı́tica.
En esta representación esférica del plano complejo no hay una inter-
pretación fácil de la suma y el producto, su ventaja radica en que ∞ no
es un punto distinguido. Convendremos que toda recta es un subconjunto
de Cb que incluye al sı́mbolo ∞ , es decir, que toda recta pasa por ∞. Una
propiedad fundamental de la proyección estereográfica la exhibe el siguiente
resultado.

Proposición 1.1.1 Bajo la proyección estereográfica, rectas en C


b y cı́rculos
2
en C se transforman en cı́rculos en S y viceversa.

Demostración.
1. Un cı́rculo en S2 es la intersección de un plano con la esfera, por lo
que sus puntos satisfacen una ecuación de la forma

ax1 + bx2 + cx3 = d.

Por lo tanto, este cı́rculo es la imagen bajo la proyección estereográfica


de un conjunto cuyos puntos satisfacen la siguiente ecuación en el plano
 z+z   z−z   |z|2 − 1 
a +b +c = d.
|z|2 + 1 i(|z|2 + 1) |z|2 + 1
1.1. PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA, MÉTRICA CORDAL 9

Escribiendo z = x + iy, se obtiene


2ax + 2by + c(x2 + y 2 − 1) = d(x2 + y 2 + 1),
que es la ecuación de una recta o un cı́rculo en el plano, dependiendo si
d = c o si d 6= c (al completar cuadrados no se puede obtener un radio
negativo, puesto que se trata de la imagen de un conjunto no vacı́o).
2. Viceversa, una recta en el plano está definida por la ecuación
ax + by = c.
Estos puntos bajo la proyección estereográfica son llevados al conjunto
de puntos en la esfera definidos por la ecuación
 x   x 
1 2
a +b = c,
1 − x3 1 − x3
a x1 + b x2 = c(1 − x3 ),
los cuales están contenidos en la intersección de un plano y la esfera,
es decir, se trata de un cı́rculo. Como π(∞) = (0, 0, 1) satisface dicha
ecuación, este cı́rculo pasa por el polo norte, lo cual también es evidente
a partir de la construcción geométrica.
Finalmente, un cı́rculo en el plano está definido por las siguientes
ecuaciones
| z − a |2 = r2 ,
(z − a)(z − a) = r2 ,
|z|2 − az − az + |a|2 = r2 ,
por lo que usando 1.1, se tiene
1 + x3
− 2Re(az) = r2 − |a|2 .
1 − x3
Si a = a1 +i a2 , z = x+iy, entonces Re(az) = a1 x+a2 y y la imagen
del cı́rculo en la esfera está definida por las siguientes ecuaciones
1 + x3
− 2(a1 x + a2 y) = r2 − |a|2 ,
1 − x3
1 + x3 x1 x2
− 2a1 − 2a2 = r2 − |a|2 ,
1 − x3 1 − x3 1 − x3
1 + x3 − 2a1 x1 − 2a2 x2 = (r2 − |a|2 )(1 − x3 ).
10 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Se sigue entonces que estos puntos están contenidos en un plano y por


lo tanto constituyen un cı́rculo en la esfera. 

Es útil obtener, en terminos de z y z 0 , puntos del plano complejo, una


fórmula de la distancia entre sus proyecciones en la esfera. Si denotamos éstas
por (x1 , x2 , x3 ) y (x01 , x02 , x03 ), se tiene

(x1 − x01 )2 + (x2 − x02 )2 + (x3 − x03 )2 = 2 − 2(x1 x01 + x2 x02 + x3 x03 ).

Ahora, usando (1.1), (1.2) y (1.3), se sigue que

x1 x01 + x2 x02 + x3 x03


 0  0   2  0 2
z + z0 z − z0
   
z+z z−z |z| − 1 |z | − 1
= − +
|z|2 + 1 |z 0 |2 + 1 |z|2 + 1 |z 0 |2 + 1 |z|2 + 1 |z 0 |2 + 1
2 z z 0 + 2 z z 0 + |z z 0 |2 − |z|2 − |z 0 |2 + 1
=
(1 + |z|2 ) (1 + |z 0 |2 )
−2(z − z 0 )(z − z 0 ) + (1 + |z|2 ) (1 + |z 0 |2 )
=
(1 + |z|2 ) (1 + |z 0 |2 )
(el último paso equipara numerador y denominador).
Por consiguiente,
2|z − z 0 |2
 
0 2 0 2 0
(x1 − x1 ) + (x2 − x2 ) + (x3 − x3 ) = 2 − 2 1 −
(1 + |z|2 ) (1 + |z 0 |2 )
4|z − z 0 |2
= .
(1 + |z|2 ) (1 + |z 0 |2 )
Está nueva fórmula de distancia en C b es particularmente novedosa y útil
por incluir el punto al infinito. En este caso, si z 0 = ∞, se tiene
|z|2 − 1
x1 x01 + x2 x02 + x3 x03 = ,
|z|2 + 1
por lo que
|z|2 − 1
 
4
(x1 − x01 )2 + (x2 − x02 )2 + (x3 − x03 ) =2−2 = .
|z|2 + 1 1 + |z|2

Estos cálculos inducen la métrica buscada en C.


b
1.1. PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA, MÉTRICA CORDAL 11

Definición 2 Se define la métrica cordal en el plano complejo extendido de


la siguiente manera
2|z1 − z2 |


 p p , si z1 , z2 6= ∞.
1 + |z1 |2 1 + |z2 |2



dC (z1 , z2 ) =
 p 2


 , si z2 = ∞.
1 + |z1 |2

Como S2 es un subespacio métrico de R3 , esta distancia define en efecto


una métrica en C.
b El término cordal proviene de que se miden cuerdas en
la esfera
dC (z1 , z2 ) = |π(z1 ) − π(z2 )|.
Proposición 1.1.2 Las métricas cordal y euclideana inducen la misma topo-
logı́a en C, es decir, definen los mismos abiertos en C. Además
dC (zn , ∞) 7−→ 0 si y sólo si |zn | 7−→ ∞.
Demostración. Para la primera parte hay que probar que la función iden-
tidad
Id : CE 7−→ CC
es bicontinua, donde CE es el plano complejo provisto con la métrica eucli-
deana y CC , con la métrica cordal.
Si |zn − z| → 0, cuando n → ∞, entonces |π(zn ) − π(z)| → 0, cuando
n → ∞, ya que la función π es continua, lo cual prueba que la función Id es
también continua. Ahora, por la continuidad de ψ, si dC (zn , z) → 0, cuando
n → ∞, entonces |π(zn ) − π(z)| → 0 y |ψ π(zn ) − ψ π(z)| = |zn − z| → 0,
cuando n → ∞.
Para la segunda parte sea {zn } una sucesión en C, tal que |zn | → ∞,
cuando n → ∞, como
2
dC (zn , ∞) = p ,
1 + |zn |2
se sigue que dC (zn , ∞) → 0 (ejercicio).
Por otra parte, si dC (zn , ∞) → 0, cuando n → ∞, dado  > 0, existe N ,
tal que si n > N , se tiene
r
2 4
p <  y por lo tanto |zn | > −1
1 + |zn |2 2
12 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

(ya que se puede tomar  < 2). Por lo que, dado M > 0, tomando  tal que
r
4
M= − 1,
2
se obtiene |zn | > M, si n > N y |zn | → ∞. 

EJERCICIOS 1.1
1. Demuestre que la función estereográfica (x1 , x2 , x3 ) → x1−x
1 +ix2
3
de la esfera
de Riemann en el plano complejo extendido es suprayectiva.
2. Demuestre que si zn → ∞, cuando n → ∞, entonces dc (zn , ∞) → 0,
cuando n → ∞.

1.2. Propiedades básicas


Recordamos que a las transformaciones de variable compleja de la forma
az + b
T (z) = ,
cz + d
a, b, c, d ∈ C, ad − bc 6= 0, se les llama de Möbius. Estas funciones están
también definidas en los puntos del plano complejo extendido, donde no se
aplica el álgebra:
(i) Si c = 0, se define T (∞) = ∞.

(ii) Si c 6= 0, se define T (∞) = a/c y T (−d/c) = ∞.


Si ad − bc = 0, se trata de una función constante (ejercicio). Para otros
valores ad − bc = k 6= 0, la transformación
a b
√ z+ √
z 7−→ k k
c d
√ z+ √
k k
tiene la misma regla de correspondencia que la transformación original, sin
embargo,
a d b c
√ √ − √ √ = 1.
k k k k
1.2. PROPIEDADES BÁSICAS 13

De este hecho se sigue que todas las transformaciones de Möbius pueden


definirse por matrices de la forma
 
a b
, a, b, c, d ∈ C, ad − bc = 1.
c d

A este grupo de matrices se le denota por SL(2, C). El centro de este grupo
consiste de las matrices ±Id (ejercicio).
Proposición 1.2.1 Las transformaciones de Möbius complejas son funciones
continuas en C
b con la métrica cordal.

Demostración. Se sigue de la proposición 1.1.2 que basta probar la con-


tinuidad en ∞ y en −d/c, si c 6= 0, y en ∞, si c = 0.
Ahora, si c 6= 0 y zn → −d/c, cuando n → ∞, se tiene que como
azn + b (−d/c) a + b 1
7−→ y 7−→ ∞,
c c zn − (−d/c)
entonces
azn + b azn + b
= 7−→ ∞
czn + d c(zn − (−d/c))
y por lo tanto
 
azn + b
dC ,∞ 7−→ 0, cuando n 7−→ ∞.
czn + d
La prueba de la continuidad en ∞ es similar y queda como ejercicio para
el lector. 
Por otra parte, el producto de matrices se corresponde con la composición
de transformaciones de Möbius, es decir, si
az + b αz + β
T (z) = y S(z) =
cz + d γz + δ
son dos transformaciones de Möbius definidas por las matrices
   
a b α β
T = , S= ,
c d γ δ

entonces la transformación S T es de Möbius y está definida por la matriz


     
α β a b αa + βc αb + βd
ST = = .
γ δ c d γa + δc γb + δd
14 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Esto se sigue ya que ∀z ∈ C, salvo por un número finito de puntos (donde


el álgebra no se aplica), se tiene
 az + b 
 α +β α(az + b) + β(cz + d) (αa + βc)z + αb + βd
S T (z) =  cz + d  = = .
az + b γ(az + b) + δ(cz + d) (γa + δc)z + γb + δd
γ +δ
cz + d

Por lo cual, las transformaciones S T y la definida por la matriz S T coin-


ciden en C,
b excepto, quizá, por un número finito de puntos, sin embargo, al
ser ambas funciones continuas, son iguales.
En particular, las transformaciones de Möbius son biyecciones, ya que si
T está definida por la matriz
 
a b
T = ∈ SL(2, C),
c d

−1
la transformación inversa T está definida por
 
−1 d −b
T = .
−c a

Por consiguiente, estas transformaciones forman un grupo, la identidad


es la función
1z + 0
z 7−→ .
0z + 1
Con frecuencia es importante distinguir las transformaciones de las matrices
que las definen, por lo que denotaremos las primeras con una barra arriba y
las segundas sin barra.

Proposición 1.2.2 Dos transformaciones de Möbius

az + b a0 z + b 0
T (z) = y S(z) =
cz + d c0 z + d 0

son iguales si y sólo si existe k ∈ C, tal que

a = ka0 , b = kb0 , c = kc0 , d = kd 0 .


1.2. PROPIEDADES BÁSICAS 15

Demostración. La condición de suficiencia es inmediata. Para probar la


necesidad obsérvese primero que como T y S coinciden en 0 y ∞, se tiene
que si a = 0, entonces a0 = 0, y si b = 0, entonces b0 = 0, etcétera.
Probamos primero el caso a, b, c, d 6= 0, se tiene que
−1 −1
T (∞) = −d/c = −d 0 c0 , y T (0) = −b/a = −b0 /a0 .

Escribiendo
d/d 0 = c/c0 = λ, b/b0 = a/a0 = µ,
se sigue que
az + b µ a0 z + µ b0 µ (a0 z + b0 )
= = .
cz + d λ c 0z + λ d 0 λ (c 0 z + d 0 )
En particular, al evaluar S y T en la preimagen de 1, se tiene µ/λ = 1,
por lo cual µ = λ.
Los casos en los que algún coeficiente es cero son más sencillos, mostramos
dos de ellos y dejamos los cuatro restantes como ejercicio.

(i) Si b, c = 0, evaluando en 1 se tiene a/d = a0 /d 0 y a/a0 = d/d 0 .

(ii) Si c = 0 y b 6= 0, como el primer caso, b/b0 = a/a0 = µ y para alguna


λ, d = λd 0 , etcétera. 

De la proposición anterior se sigue que hay exactamente dos matrices


unimodulares que determinan una transformación de Möbius dada. Esto es,
ya que si T es de Möbius y está definida por las matrices
   0 0
a b a b
, ∈ SL(2, C),
c d c0 d 0

entonces
1 = a0 d 0 − b0 c0 = k 2 (ad − bc) = k 2
y
a0 b 0
  
a b
k = ±1, i.e. =± .
c0 d 0 c d
Al cociente de SL(2, C) sobre su centro ±Id se le llama su proyec-
tivización, este grupo cociente, denotado por P SL(2, C), es isomorfo al
grupo de transformaciones de Möbius complejas. La afirmación anterior es
16 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

consecuencia de las últimas observaciones y del primer teorema de isomorfis-


mo de grupos (cf. [5] p. 50), ya que si µC denota el grupo de transformaciones
de Möbius, se tiene el siguiente diagrama de sucesiones exactas

±Id  SL(2, C)  P SL(2, C).




'
µC
De ahora en adelante identificaremos al grupo de transformaciones de Möbius
con P SL(2, C).

Algunos ejemplos de transformaciones de Möbius

(1) Las traslaciones


T (z) = z + b, b ∈ C.

z+b

Figura 1.2: Traslaciones

(2) Las rotaciones


T (z) = az, a = eiθ .

(3) Las homotecias


T (z) = kz, k ∈ R+ .

(4) Las composiciones de homotecias seguidas de rotaciones

T (z) = az, |a| =


6 1, 0, / R+ .
a∈
1.2. PROPIEDADES BÁSICAS 17

az

θ z

Figura 1.3: Rotaciones

kz z

z kz

Figura 1.4: Dilatación y contracción

(5) La transformación
T (z) = 1/z,
que es la composición de la inversión en el cı́rculo unitario

z → z/ |z|2 = 1/ z,

seguida de la reflexión en el eje real (conjugación).

Se describe ahora las propiedades de conformalidad de estas transforma-


ciones ası́ como sus singularidades (polos). Obsérvese que una transformación
de Möbius
az + b
T (z) =
cz + d
tiene un polo simple en −d/c, si c 6= 0, y es entera si c = 0.
18 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

1/z̄

1/z

Figura 1.5: z 7−→ 1/z

En general, dada una función holomorfa f definida en una vecindad de


∞ , se dice que f es holomorfa en ∞ (o que f tiene un polo de orden k en
∞ ), si la función g definida en una vecindad del cero por
g(z) = f (1/z)
es holomorfa en cero ( o tiene un polo de orden k en cero). Obsérvese que si
∞ no es una singularidad esencial, entonces necesariamente se tiene una de
las dos posibilidades antes mencionadas.
La elección 1/z en esta definición no es arbitraria. Por una parte, es
una elección natural de cartas coordenadas para proveer de estructura de
superficie de Riemann a la esfera S2 (cf. [2], p. 117), por otra parte, la
acción de z → 1/z en S2 está dada por la rotación
(x1 , x2 , x3 ) 7−→ (x1 , −x2 , −x3 )
(ejercicio).
Con esta convención se tiene que si
az + b
f (z) =
cz + d
es de Möbius y c 6= 0, entonces f es holomorfa en ∞ y tiene un polo simple
en −d/c. Para el caso c = 0, f tiene un polo simple en ∞. Mostramos la
primera afirmación y dejamos las dos restantes como ejercicio. Cerca de ∞
az + b a + b/z a
f (z) = = 7−→ ,
cz + d c + d/z c
1.2. PROPIEDADES BÁSICAS 19

cuando z → ∞, y cerca de 0
a/z + b a + bz a
g(z) = = 7−→ ,
c/z + d c + dz c
cuando z → 0, por lo que 0 es una singularidad removible de g.
Volviendo al contexto general de una función f : C b → C b meromorfa,
se sigue del teorema de Liouville que si f es entera en C, b entonces f es
constante. Por otra parte, si f es entera en C y f (∞) = ∞, entonces
f es necesariamente un polinomio. Esto es consecuencia del teorema de las
desigualdades de Cauchy y el principio de continuación analı́tica; queda como
ejercicio la verificación de los detalles. Estos resultados básicos de la variable
compleja se pueden consultar, por ejemplo, en [9] (pp. 170, 397).
Este hecho tiene una interesante y fundamental consecuencia: toda fun-
ción meromorfa en la esfera es necesariamente racional. Esto se sigue, ya que
b→C
si f : C b es meromorfa, entonces por compacidad f tiene solamente un
número finito de polos, y es claro que al multiplicar a f por un polinomio
adecuado, se obtiene una función constante u otro polinomio. En particular,
las únicas biyecciones meromorfas de la esfera en la esfera son las de Möbius.

Definición 3 Sea A un abierto en R n y f : A ⊂ R n → R n diferenciable


en A, se dice que f es conforme en x0 ∈ A, si Df (x0 ) es un múltiplo
escalar de una transformación ortogonal.

Se sigue de las ecuaciones de Cauchy-Riemann que la definición de confor-


malidad para funciones analı́ticas –de los cursos básicos de variable compleja–
es una caso particular de esta definición más general, que además incluye a las
reflexiones. Obsérvese también que la conformalidad implica que se preservan
los valores absolutos de los ángulos.
Para el caso de una transformación de Möbius
az + b ad − bc
T (z) = , se tiene T 0 (z) = ,
cz + d (cz + d)2

si T no fija a ∞ y T 0 (z) = a/d, si ∞ es un punto fijo. Por lo cual, estas


transformaciones son conformes en el plano complejo, salvo en el punto −d/c,
si c 6= 0. Sin embargo, si se considera las transformaciones de Möbius como
biyecciones de la esfera S2 en sı́ misma, provista con estructura de superficie
de Riemann, no es difı́cil probar que hay conformalidad en todos los puntos,
incluyendo ∞.
20 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Alternativamente, se puede tomar el grupo formado por las composi-


ciones finitas de reflexiones en esferas o planos en Rb 3 , denominado también
de Möbius, que contiene como subgrupo a las extensiones de P SL(2, C) a
b 3 (llamadas de Poincaré). Resulta que la reflexión en la esfera con centro
R √
en e3 = (0, 0, 1) y radio 2 es una extensión de la proyección estereográfi-
ca, y al conjugar las extensiones de Poincaré de P SL(2, C) con la reflexión
en el plano complejo, seguida de la reflexión en dicha esfera, se obtiene un
grupo –denotado por M (B 3 )– cuyos elementos transforman la esfera de Rie-
mann conforme y biyectivamente en sı́ misma. En particular, estas funciones
preservan los ángulos en todos los puntos de la esfera. Esto se sigue, ya que
los elementos de M (B 3 ) son composiciones finitas de reflexiones en esferas
o planos ortogonales a S2 . Algunos de estos resultados se probarán en el
siguiente capı́tulo, una prueba completa se puede deducir de [2], pp. 25,27,
31, 33, 37, 58.
Se tiene además que la proyección estereográfica es conforme en C. Una
demostración elemental de este hecho se puede consultar en [6] p. 36. Esta
propiedad también es consecuencia directa de que la proyección estereográfica
es la restricción de una reflexión en una esfera en R b 3 ; mostraremos en el
siguiente capı́tulo que estas reflexiones son conformes.
Los siguientes dos teoremas establecen propiedades geométricas funda-
mentales de las transformaciones de Möbius. Escribiremos “cı́rculos” para
denotar cı́rculos o rectas. Primero probamos un resultado que describe la
estructura de las transformaciones de Möbius.
Lema 1.2.3 Cualquier transformación en P SL(2, C) se puede expresar co-
mo la composición de traslaciones, rotaciones, homotecias y la transforma-
ción z → 1/z.
Demostración. Una transformación en P SL(2, C) que fija ∞ es de la
forma
a b
z 7−→ z + ,
d d
es decir, es una composición de homotecias, rotaciones y traslaciones.
Si la función de Möbius no fija ∞, entonces se puede expresar como
a ad ad
(cz + d) + b − b−
az + b c c a c
z−
7 → = = + ,
cz + d cz + d c cz + d
y es por lo tanto composición de algunas de las transformaciones descritas
en el enunciado del lema. 
1.2. PROPIEDADES BÁSICAS 21

El siguiente resultado muestra que las transformaciones de Möbius tienen


un carácter inversivo, ya que preservan la familia de todos los “cı́rculos”. Este
resultado se generaliza a cualquier dimensión (véase [2] p. 28).

Teorema 1.2.4 Las funciones de Möbius en P SL(2, C) transforman “cı́rcu-


los” en “cı́rculos”.

Demostración. Basta probar que la transformación z → 1/z tiene la


propiedad mencionada, ya que evidentemente las traslaciones, las rotaciones
y las homotecias transforman cı́rculos en cı́rculos y rectas en rectas. Para
estas últimas funciones, una prueba analı́tica de este hecho es muy simple,
por ejemplo, si k ∈ C, la función z → kz transforma la recta

z = a + bt, a, b ∈ C, t ∈ R,

en la recta
w = kz = ka + k b t, t ∈ R,
y el cı́rculo
|z − a| = r,
en el cı́rculo
|kz − ka| = kr.
El caso de la traslación es también trivial (ejercicio).
Para mostrar que la transformación z → 1/z tiene dicha propiedad,
usamos la ecuación general del “cı́rculo”

A(x2 + y 2 ) + Bx + Cy = D. (1.4)

Escribiendo z = x + iy y 1/z = u + iv, como


x −y 1
u= , v= y u2 + v 2 = ,
x2 + y2 x2 + y2 x2 + y2
sustituyendo en 1.4 se obtienen la ecuaciones
 1   u   −v 
A 2 +B 2 +C 2 =D
u + v2 u + v2 u + v2
y
−D(u2 + v 2 ) + Bu − Cv = −A,
22 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

que es de nuevo la ecuación de un “cı́rculo”. Esto se sigue, ya que si D 6= 0,


se puede completar cuadrados y obtener la ecuación de un cı́rculo (no hay
radios negativos, ya que se trata de la imagen de un “cı́rculo”).
Este argumento algebráico no se aplica en 0 y en ∞, si el “cı́rculo” pasa
por ellos. Sin embargo, probar el resultado para estos puntos es muy sencillo,
por ejemplo, si se trata de un cı́rculo por el origen, entonces D = 0 y los
puntos de la imagen satisfacen la ecuación de la recta Bu−Cv = −A. Como
∞ es la imagen del 0 y está en dicha recta, se sigue el argumento, véase la
figura 1.6. Dejamos como ejercicio verificar los otros dos casos.

T (W )

1 1

Figura 1.6: Imagen del cı́rculo W bajo z → 1/z

Otra demostración del teorema anterior se sigue de que la función


z 7−→ 1/z
es una rotación de π radianes alrededor del eje x en la esfera de Riemann,
y del hecho de que la proyección estereográfica manda “cı́rculos” en C b en
cı́rculos de la esfera. El siguiente resultado muestra que las funciones de
Möbius complejas son transitivas en ternas de puntos en la esfera de Riemann.
Teorema 1.2.5 Dados z1 , z2 , z3 ∈ C b distintos y w1 , w2 , w3 ∈ Cb también
distintos, existe una única transformación en P SL(2, C) que envı́a zj en
wj , j = 1, 2, 3.
Demostración. Primero probamos que si T es de Möbius y T fija 0, 1 e
∞, entonces T es la identidad. Sea
az + b
T (z) =
cz + d
1.2. PROPIEDADES BÁSICAS 23

con dicha propiedad, como T (0) = b/d y T (∞) = a/c, se tiene b, c = 0,


por lo que T (1) = a/d = 1 y a = d. En consecuencia, T (z) = z ∀z.
Ahora, si z1 , z2 , z3 ∈ C, la transformación
  
z1 − z3 z − z2
S 1 (z) =
z1 − z2 z − z3
es de Möbius y envı́a z1 , z2 , z3 en 1, 0, e ∞, respectivamente. Para adaptar
esta fórmula al caso en que alguno de los puntos sea ∞, simplemente se
omiten los dos factores donde aparece este punto, por ejemplo, si z2 = ∞,
la transformación
z1 − z3
S 1 (z) =
z − z3
tiene la propiedad deseada. Dejamos como ejercicio para el lector verificar
los otros dos casos.
El mismo argumento muestra la existencia de una transformación de
Möbius S 2 que manda w1 , w2 , w3 en 1, 0, e ∞ y por lo tanto la trans-
formación
−1
S 2 S 1 ∈ P SL(2, C)
manda zj en wj , j = 1, 2, 3.
La unicidad se sigue ya que si T 1 y T 2 envı́an zj en wj , j = 1, 2, 3, se
tiene
−1 −1
S2 T 1 S1 = S2 T 2 S1
(puesto que ambas funciones son la identidad), por lo que T 1 = T 2 . 
w1

z1 w2

z2 T

z3

w3

Figura 1.7: Transitividad de P SL(2, C) en “cı́rculos”

Este teorema y los resultados anteriores implican que las transformaciones


de Möbius actuan transitivamente en la familia de todos los “cı́rculos” de la
esfera de Riemann. Esta útil y fundamental propiedad se generaliza también
a cualquier dimensión (cf. [2] p. 31).
24 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Corolario 1.2.6 Dados dos “cı́rculos” A y B en C, b existe T ∈ P SL(2, C),


tal que T (A) = B, es decir, este grupo actua transitivamente en los “cı́rcu-
los” de C.
b

Demostración. El “cı́rculo” A está determinado por tres puntos distintos,


digamos z1 , z2 , z3 , asimismo el “cı́rculo” B está determinado por otros tres
puntos distintos w1 , w2 , w3 . Se sigue entonces del teorema anterior que existe
T ∈ P SL(2, C), tal que T (zi ) = wi ∀i y el resultado es consecuencia del
hecho de que las transformaciones de Möbius mandan “cı́rculos” en “cı́rculos”
(véase la figura 1.7).

EJERCICIOS 1.2
az+b
1. Sea T (z) = cz+d
, tal que ad − bc = 0, demuestre que T es constante.
2. Demuestre que el centro de SL(2, Z) es ±Id. Sugerencia: usar las matrices
( 10 11 ) , ( 11 01 ) .
3. Termine la prueba de la proposición 1.2.1.
4. Termine la prueba de la proposición 1.2.2.
5. Demuestre que la transformación z → 1/z es una rotación en la esfera de
Riemann de π radianes alrededor del eje x.
6. Sea T (z) = az+b
cz+d
de Möbius, demuestre que T tiene un polo simple en
−d/c, si c 6= 0, y en ∞, si c = 0.
7. Sea f una función entera en C, tal que f (∞) = ∞, demuestre que f
es un polinomio.
8. Demuestre que las traslaciones preservan la familia de cı́rculos y la familia
de rectas.
9. Termine las pruebas de los teoremas 1.2.4 y 1.2.5.

1.3. Clasificación por conjugación


Una primera clasificación de las transformaciones de Möbius se obtiene al
b Obsérvese primero que si T es de Möbius
considerar los puntos fijos en C.
y no es la identidad, entonces T fija a lo más dos puntos. Esto se sigue ya
1.3. CLASIFICACIÓN POR CONJUGACIÓN 25

que si T (∞) 6= ∞, entonces

az + b
T (z) = =z ⇐⇒ az + b = cz 2 + dz
cz + d
y si ∞ es un punto fijo, la ecuación

a b
z+ =z
d d
tiene a lo más una solución.

Definición 4 Sea T de Möbius, tal que fija exactamente un punto en C,


b
entonces a T se le llama parabólica.

Lema 1.3.1 Sean T y ϕ transformaciones de Möbius, entonces T fija a un


punto w en C b si y sólo si S = ϕ T ϕ−1
b (o preserva un subconjunto A ⊂ C)
fija ϕ(w) (o preserva ϕ(A)).

Demostración.

T (w) = w ⇐⇒ ϕ T (w) = ϕ(w) ⇐⇒ ϕ T ϕ−1 (ϕ(w)) = ϕ(w).

Esta misma demostración prueba la afirmación del lema sobre un conjunto


A preservado por T . 
Observése que el lema anterior también se aplica en otras dimensiones y
en contextos más generales.

Proposición 1.3.2 Sea T una transformación de Möbius. Entonces:

(i) si T es parabólica, T es conjugada en P SL(2, C) a una traslación;

(ii) si T no es parabólica, T es conjugada en P SL(2, C) a una transfor-


mación de la forma z → αz, α ∈ C.

Demostración. Sea T parabólica con punto fijo z0 y ϕ ∈ P SL(2, C) tal


que ϕ(z0 ) = ∞, por ejemplo,

1
ϕ(z) = ,
z − z0
26 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

entonces S = ϕ T ϕ −1 fija ∞, y por lo tanto es de la forma

S(z) = αz + β.

Se sigue del lema anterior que S no tiene otro punto fijo, por lo cual α = 1
(si α 6= 1, la ecuación αz + β = z tendrı́a una solución finita).
Para probar la segunda parte, supongamos que T fija 2 puntos distintos
w1 , w2 y que
z − w1
ϕ(z) =
z − w2
(si w2 = ∞, se toma ϕ(z) = z − w1 ). Bajo estas hipótesis la función

S = ϕ T ϕ−1

fija 0 e ∞, por lo cual si


az + b
S(z) = ,
cz + d
se tiene b, c = 0. 
El resultado anterior muestra que cualquier transformación de Möbius es
conjugada a una transformación canónica. El siguiente resultado examina la
conjugación entre estas transformaciones canónicas.

Proposición 1.3.3 Sean k1 , k2 complejos no nulos, supóngase también que


k1 6= k2 , k2−1 , entonces las transformaciones T (z) = k1 z y S(z) = k2 z no
son conjugadas en P SL(2, C).

Demostración. Si la transformación ϕ ∈ P SL(2, C) conjuga T y S,


digamos S = ϕ T ϕ−1 , entonces se sigue del lema 1.3.1 que ϕ preserva
{0, ∞}.
Si ϕ fija 0 e ∞, entonces ϕ es de la forma z → αz, α ∈ C, por lo que
ϕ conmuta con T , pero entonces T = S, lo cual contradice las hipótesis.
Por otra parte, si ϕ(0) = ∞ y ϕ(∞) = 0, escribiendo

az + b
ϕ(z) = ,
cz + d
como ϕ(0) = b/d y ϕ(∞) = a/c, se tiene que a, d = 0 y que

b
ϕ(z) = .
cz
1.4. GEOMETRÍA 27

En este caso ϕ es una involución, es decir, ϕ = ϕ−1 y


b k b b z
−1 1
ϕ T ϕ (z) = ϕ T =ϕ =  = ,
cz cz k1 b k1
c
cz
lo cual contradice k2 6= 1/k1 . 
Podemos ahora obtener una clasificación de los elementos de P SL(2, C),
en relación a las transformaciones canónicas actuando en la esfera de Rie-
mann.
Definición 5 Sea T ∈ P SL(2, C), tal que T fija exactamente 2 puntos en
b supóngase también que T es conjugada en P SL(2, C) a la transforma-
C,
ción S(z) = αz. Entonces:
(i) si |α| = 1, a T se le llama elı́ptica;
(ii) si α ∈ R+ , a T se le llama hiperbólica;
(iii) si |α| = / R+ , a T se le llama loxodrómica.
6 1 y α∈
La proposición anterior muestra que esta definición no depende de la
transformación conjugante. Más aún, la transformación z → 1/z conjuga
las transformaciones T 1 (z) = αz y T 2 (z) = z/α.
La definición anterior no es usada de manera general en la literatura, al-
gunos autores denominan a las transformaciones loxodrómicas o hiperbólicas,
simplemente hiperbólicas (cf. ([3] p. 31), otros autores en cambio, consideran
a las hiperbólicas como una subclase de las loxodrómicas (cf. ([2] p. 67).

EJERCICIOS 1.3
1. Demuestre que si una función en P SL(2, C) es de orden finito, entonces
es necesariamente elı́ptica.
2. Demuestre que cualquier traslación z → z + b, b ∈ C, es conjugada en
P SL(2, C) a la traslación z → z + 1.

1.4. Geometrı́a
Para visualizar la acción geométrica de las transformaciones de Möbius
en la esfera de Riemann y en el plano complejo, es útil considerar ciertas
28 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

familias de “cı́rculos”. Con este propósito se toman α1 , α2 ∈ C distintos y


z − α1
ϕ(z) = . (1.5)
z − α2

α2
ϕ

α1

Figura 1.8: Configuración de Steiner


Obsérvese que como ϕ es de Möbius, ϕ transforma los “cı́rculos” que
pasan por α1 y α2 , en rectas
por el origen. También los “cı́rculos” concéntri-
cos al origen {w ∈ C |w| = r} son la imagen bajo ϕ de los conjuntos

definidos por la siguiente ecuación
 
|z − α1 |
z∈C =r .
|z − α2 |
Estos conjuntos son “cı́rculos” ya que ϕ −1 es de Möbius. A estos “cı́rculos”
se les llama de Apolonio con respecto a los puntos lı́mite α1 y α2 . Nótese
1.4. GEOMETRÍA 29

que estos “cı́rculos” están caracterizados por la propiedad de ser el conjunto


de puntos del plano cuyas distancias a dos puntos fijos tienen una razón
constante. No es difı́cil probar analı́tica y geométricamente que para un solo
valor de r, el “cı́rculo” de Apolonio es una recta (ejercicio) .
Denotamos por C1 a la familia de “cı́rculos” que pasan por α1 y α2 , y
por C2 la familia de los “cı́rculos” de Apolonio con respecto a estos pun-
tos (véase la figura 1.8). Esta configuración, llamada de Steiner, cumple las
siguientes propiedades:

P1: ∀p ∈ C,
b p 6= α1 , α2 , se tiene que p está exactamente en un “cı́rculo”
de la familia C1 y uno de la familia C2 .

P2: cada “cı́rculo” en C1 intersecta a cada “cı́rculo” de C2 ortogonalmente


en dos puntos.

b − {α1 , α2 } es la unión ajena de los “cı́rculos” de la familia C2 .


P3: C

Estas propiedades son evidentes cuando se trata de cı́rculos concéntricos


al origen y rectas por el origen, el caso general se sigue por biyectividad y
conformalidad.

T (z)

z
α1 α2

Figura 1.9: Las transformaciones elı́pticas “rotan” los cı́rculos de Apolonio


30 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

1.4.1. Transformaciones Elı́pticas


Sean T elı́ptica con puntos fijos α1 , α2 , y ϕ como en (1.5), entonces
S(z) = ϕ T ϕ −1 = eiθ z.
Afirmación 1 Si C es un “cı́rculo” de Apolonio con puntos lı́mite α1 y
α2 , entonces T (C) = C.
Demostración. Como S preserva ϕ(C), entonces T = ϕ−1 S ϕ preserva
ϕ−1 ϕ(C) = C.
Afirmación 2 Si A es un “cı́rculo” por α1 y α2 , entonces T (A) es un
“cı́rculo” por α1 y α2 , que forma con A un ángulo θ en α1 , y en α2 .
Demostración. Como T fija α1 y α2 , T (A) es un “cı́rculo” por α1
y α2 . Ahora ϕ(A) y S ϕ(A) forman un ángulo θ en el origen y por la
conformalidad de ϕ −1 se tiene que A = ϕ −1 ϕ(A) y T (A) = ϕ −1 S ϕ(A)
también se intersectan en un ángulo θ en α1 . Para probar la afimación en
el punto α2 , se intercambian los papeles de α1 y α2 en la expresión de ϕ
(véase la figura 1.11). 

Figura 1.10: Acción de las transformaciones elı́pticas en la esfera

En resumen, una transformación elı́ptica es una rotación en los “cı́rculos”


de Apolonio en la esfera de Riemann, o en el plano complejo. Véase las figuras
1.9 y 1.10. La acción geométrica de estas transformaciones en R b 3 consiste
de una rotación alrededor de un “cı́rculo” de puntos fijos, cf. [2] p. 67. En el
siguiente capı́tulo se analizará de nuevo la geometrı́a de las transformaciones
de Möbius, usando la métrica hiperbólica.
1.4. GEOMETRÍA 31

Sϕ(A)
θ T (A) θ

α1 α2
θ ϕ(A)

Figura 1.11: Las transformaciones elı́pticas intercambian los “cı́rculos” por


los puntos fijos (rotándolos)

1.4.2. Transformaciones Hiperbólicas

T (C) Sϕ(C)

α1 α2

ϕ(C)

Figura 1.12: Las transformaciones hiperbólicas intercambian los “cı́rculos”


de Apolonio

Como en el caso elı́ptico consideramos ϕ(z) como en (1.5) y T hiperbóli-


ca con puntos fijos α1 y α2 , por lo cual

S(z) = ϕ T ϕ −1 = kz, k ∈ R+ .

En este caso T preserva los “cı́rculos” por α1 y α2 e intercambia los “cı́rcu-


los” de Apolonio. La primera afirmación se sigue de manera inmediata (véase
la figura 1.13). Ahora, si C es un “cı́rculo” de Apolonio, entonces ϕ(C) y
S ϕ(C) son cı́rculos distintos concéntricos al origen y

ϕ −1 S ϕ(C) = T (C)
32 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

es otro “cı́rculo” de Apolonio (véase la figura 1.12).

T (z)
n
T (z)

z n
T (z) T (z)
z
α1 α2

Figura 1.13: “Cı́rculos” fijos de las transformaciones hiperbólicas

Figura 1.14: Acción de las transformaciones hiperbólicas en la esfera

Obsérvese que al iterar T , si n ∈ N, se tiene


n
 n n
T (z) = ϕ S ϕ (z) = ϕ−1 S ϕ(z).
−1

n
Por lo cual, si k > 1 y z 6= α1 , entonces T (z) → α2 , cuando n → ∞, ya
n
que S ϕ(z) se acerca a ∞. En este caso los puntos fluyen hacia α2 y se
n n
dice que α2 es el atractor. También, S ϕ(z) se aleja de 0 y T (z) de α1 ,
se dice que α1 es el repulsor. Si k < 1, es claro que se invierten los papeles,
α1 es ahora el atractor (véase las figuras 1.13 y 1.14).
1.4. GEOMETRÍA 33

1.4.3. Transformaciones Loxodrómicas


Las loxodrómicas son una composición de hiperbólicas y elı́pticas, por lo
que su dinámica consiste de una rotación de los “cı́rculos” de Apolonio, segui-
da de una traslación a lo largo de los “cı́rculos” por α1 y α2 (o viceversa,
ya que estas funciones conmutan). De manera análoga al caso hiperbólico,
uno de los puntos fijos es un atractor y el otro un repulsor. En este caso, no
hay “cı́rculos” fijos, sin embargo, estas transformaciones preservan espirales
que se enrollan en los puntos fijos (véase la figura 1.15). Si los puntos fijos
son 0 e ∞, esto se sigue al considerar T (z) = az, a = er+iθ , loxodrómica
y z0 ∈ C − {0}; se tiene entonces que las imágenes de este punto bajo las
iteraciones de T son los puntos

z0 enr+inθ , n ∈ Z,

por lo cual, la espiral


z0 exr+ixθ , x ∈ R
es invariante bajo T . El caso general se sigue por conjugación, queda como
ejercicio para el lector la verificación de los detalles.

z0 enr+inθ

z0

Figura 1.15: Espirales invariantes bajo las transformaciones loxodrómicas

1.4.4. Transformaciones Parabólicas


Las traslaciones de la forma S(z) = z+b tienen como familia de “cı́rculos”
fijos a las rectas paralelas al vector b, las cuales se intersectan en ∞ (véase
34 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

la figura 1.16). Al iterar S los puntos de C se mueven hacia ∞ en la


dirección del vector b.
En el caso general, si T es parabólica y fija α, conjugando con

1
ϕ(z) = ,
z−α

se tiene que la familia de “cı́rculos” fijos cubren C


b y se intersectan solamente
en α. Al iterar T algunos puntos fluyen a lo largo de estos “cı́rculos” hacia
α, otros se “alejan” de este punto, para posteriormente “acercarse” a él
(véase las figuras 1.16 y 1.17). Estas afirmaciones se pueden probar de manera
análoga a las del caso hiperbólico.

z+b

Figura 1.16: Cı́rculos fijos de las transformaciones parabólicas

La configuración de los “cı́rculos” fijos de las parabólicas descrita en la


figura 1.16 se enriquece al incorporar su familia ortogonal, como se muestra
en la figura 1.18. Esta nueva configuración describe de manera más detallada
la geometrı́a de las transformaciones parabólicas y se puede pensar como un
caso degenerado de la configuración de Steiner, que se obtiene al juntar los dos
puntos lı́mite α1 , α2 , en uno solo, que es precisamente el punto α. La familia
de los “cı́rculos” fijos, la denotamos por C2 , como ya se mencionó consiste
de “cı́rculos” tangentes en α, que cubren la esfera de Riemann, es decir,
si F1 , F2 ∈ C2 , entonces F1 ∩ F2 = {α}. Esta familia se puede pensar como
un caso degenerado de los “cı́rculos” de Apolonio que originalmente rodean
los puntos lı́mite α1 , α2 , y que al deformar estos en un solo punto α, se
transforman en “cı́rculos” tangentes en α, que cubren la esfera de Riemann.
1.4. GEOMETRÍA 35

Figura 1.17: Acción de las transformaciones parabólicas en la esfera

En este sentido, las parabólicas se pueden pensar como un caso degenerado


de las elı́pticas, al conservarse en el lı́mite ese carácter rotacional por los
cı́rculos de Apolonio (véase la figura 2.6). La otra familia, que denotamos
por C1 , es la familia ortogonal, esto es, los “cı́rculos” obtenidos al rotar
(por multiplicación por i) alrededor de α, los “cı́rculos” de la familia C2 .
Para el caso α = ∞, la rotación puede ser sobre cualquier punto del plano.
Los “cı́rculos” de esta familia C1 son intercambiados por las parabólicas,
esto es, se rotan entre si, alrededor de α (véase la figura 1.18). Todas estas
afirmaciones son evidentes para el caso de las traslaciones, el caso general se
sigue por biyectividad y conformalidad al conjugar.

α
z+b

Figura 1.18: Configuración de Steiner degenerada


36 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

EJERCICIOS 1.4
1. Demuestre análitica y geométricamente que existe solamente una recta de
Apolonio.
2. Demuestre la existencia de espirales invariantes bajo las transformaciones
loxodrómicas.
3. Demuestre que una transformación loxodrómica tiene como puntos fijos
un atractor y un repulsor.

1.5. Transformaciones que preservan “dis-


cos”
Se denotará por “discos” a discos o semiplanos en el plano complejo (o
discos en la esfera de Riemann). Se describe primero las transformaciones de
Möbius que preservan el semiplano superior,

H2 = {z ∈ C Im(z) > 0}.

Mostraremos en el siguiente capı́tulo que este semiplano es uno de los mode-


los más importantes del plano hiperbólico y que las transformaciones de
P SL(2, C) que lo preservan, actuan como isometrı́as hiperbólicas.
Al subgrupo de las matrices en SL(2, C) con entradas reales se le denota
por SL(2, R).
La misma prueba del caso complejo muestra que el centro de SL(2, R) es
±Id y que se puede identificar a las transformaciones de Möbius definidas
por estas matrices con P SL(2, R), donde este último grupo es el cociente
de SL(2, R) sobre su centro. Esta afirmación se sigue del siguiente diagra-
ma de sucesiones exactas, donde µR denota las transformaciones de Möbius
definidas por las matrices en SL(2, R).

±Id  SL(2, R)  P SL(2, R).



'

µR
De ahora en adelante nos referiremos a estas transformaciones como los
elementos de P SL(2, R).

Teorema 1.5.1 Las transformaciones de Möbius que preservan H2 son pre-


cisamente aquéllas definidas por P SL(2, R).
1.5. TRANSFORMACIONES QUE PRESERVAN “DISCOS” 37

Demostración. Sea
az + b
T (z) = , ab − bc = 1, a, b, c, d ∈ R,
cz + d

se sigue entonces que T (R)


b = R.
b Ahora, como

ai + b (a i + b)(−c i + d)
T (i) = = ,
ci + d c2 + d2
se tiene que
1
Im(T (i)) = > 0,
c2 + d2
y se sigue entonces por conexidad que T preserva H2 .
Por otra parte, si una función en P SL(2, C)
az + b
T (z) = , ad − bc = 1,
cz + d
preserva H2 , entonces la continuidad y la biyectividad implican que T tam-
bién preserva la recta real extendida R.
b
Ahora, si
az + b
S(z) = ,
cz + d
resulta que T y S coinciden en R, b ya que si z ∈ R,
b entonces

T (z) = T (z) = S(z) = S(z).

Por lo tanto, como T y S coinciden en más de dos puntos, T = S y

a = ± a, b = ± b, c = ± c, d = ± d.

Hay que probar que a, b, c y d no son imaginarios puros, si ası́ fuera, se


tendrı́a
ai + b (a i + b)(−c i + d)
T (i) = =
ci + d |c i + d|2
y
ad − bc ad − bc
Im T (i) = 2
=− < 0,
|c i + d| |c i + d|2
lo cual contradice que T preserva H2 . 
38 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Se quiere describir las transformaciones de Möbius que preservan el disco


unitario
∆ = {z ∈ C | |z| < 1}.
Esto es muy importante, porque este disco, llamado de Poincaré, es un segun-
do modelo del plano hiperbólico, más homogéneo que el semiplano superior,
ya que todos los puntos en la “recta”del infinito, es decir, en el cı́rculo uni-
tario, son similares; en contraste con la recta real extendida, en la cual ∞
juega un papel muy particular. Con este objeto, se encuentra una función en
P SL(2, C) que transforme H2 en ∆. Para esto basta mandar tres puntos
distintos de la recta real extendida, a tres puntos distintos del cı́rculo unitario
∂ ∆. Una elección, que resulta muy adecuada, es enviar −1, 0, 1 a i, −1, −i.
Si T ∈ P SL(2, C),
az + b
T (z) =
cz + d
tiene esta propiedad, evaluando en 0, se tiene
b/d = −1 y b = −d.
Evaluando ahora en ±1, se sigue que
−a + b a+b
=i y = −i.
−c + d c+d
Por consiguiente
−a − d = i(−c + d) y a − d = −i(c + d),
sumando y restando estas ecuaciones se obtiene
− 2 d = −2 i c y − 2 a = 2 i d.
Finalmente, si d = i se obtiene la transformación buscada
z−i
T (z) = ,
z+i
ya que como T (i) = 0 y por construcción T manda la recta real en el cı́rculo
unitario, se sigue por conexidad que
T (H2 ) = ∆.
Esta transformación llamada de Cayley es una rotación de orden 3 en la
esfera de Riemann (cf. [11]).
1.5. TRANSFORMACIONES QUE PRESERVAN “DISCOS” 39

Teorema 1.5.2 Las transformaciónes de Möbius en P SL(2, C) que preser-


van el disco unitario ∆ son de la forma

αz + β
S(z) = , |α|2 − |β|2 = 1 α, β ∈ C.
βz + α

Demostración. Obsérvese primero que si


z−i
T (z) =
z+i

y S es una función en P SL(2, C) que preserva ∆, entonces la transforma-


ción
−1
U = T S T ∈ P SL(2, R)
y
−1
S=TUT .
Escribiendo
   
1 −i a b
T = y U= ∈ SL(2, R),
1 i c d

basta calcular T U T −1 .
Como    
−1 i/2 i i/2 i 1 1
T = = (1/2) I ,
−1/2 i 1/2 i i −i
se tiene 
    
−1 1 −i
a b 1 1
T U T = (1/2) I
1 i
c d i −i
  
a − ic b − id 1 1
= (1/2) I
a + ic b + id i −i
 
a + d + i(b − c) a − d − i(b + c)
= (1/2) I ,
a − d + i(b + c) a + d + i(c − b)
la cual es una matriz de la forma
 
α β
, |α|2 − |β|2 = 1, α, β ∈ C.
β α


40 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Denotaremos por M (∆) a este subgrupo de transformaciones de P SL(2, C)


que preservan ∆. La función

az + c
z 7−→ , |a|2 − |c|2 = 1,
cz + a

se puede modificar a otra útil expresión, de la siguiente manera:


   
c a c
a z+ z+
az + c a |a| a
= =
cz + a cz + a c a
z+
|a| |a|

 2 
a  c 
z− −
|a| a
=
ac aa
z+ 2
|a|2 |a|

e iθ (z − z0 )
= , z0 ∈ ∆, (1.6)
−z 0 z + 1
donde e iθ = (a/|a|)2 y z0 = −c/a (como |a|2 − |c|2 = 1, z0 ∈ ∆).
Viceversa, se sigue por biyectividad y conexidad, que toda transformación
de la forma 1.6 preserva ∆, ya que T (z0 ) = 0 y si |z| = 1, entonces

|z − z0 | |zz − z0 z|
= = 1.
| − z 0 z + 1| | − z 0 z + 1|

Las transformaciones de Möbius que preservan ∆ son conformes en ∆,


ya que los únicos puntos donde una función en P SL(2, C) puede no ser
conforme son ∞ y su preimagen.

EJERCICIOS 1.5
1. Sea f : ∆ → ∆ una biyección conforme, demuestre que f es de Möbius.
Sugerencia: usar la unicidad del teorema del “mapeo” de Riemann.
2. Demuestre que P SL(2, R) está generado por homotecias, traslaciones por
reales y la función z → −1/z.
1.6. CLASIFICACIÓN POR LA TRAZA 41

1.6. Clasificación por la traza


Ahora exhibimos una caracterización de los elementos de P SL(2, C) en
términos de la traza, esta clasificación es de gran utilidad, por ejemplo, per-
mite detectar de manera inmediata de qué tipo es una transformación de
Möbius dada.
Definición 6 Sea T una transformación de Möbius distinta de la identidad.
(i) Si T es parabólica se define su multiplicador como 1.
(ii) Si T es conjugada a una transformación de la forma z → kz, k 6= 0, 1,
a los números k y 1/k se les llama los multiplicadores de T .
Se sigue de la clasificación definida por la conjugación a formas canónicas
que los multiplicadores están bien definidos. El grupo de matrices de 2 × 2
con entradas complejas y determinante distinto de 0 se denota por GL(2, C),
se define la traza de A ∈ GL(2, C) como la suma de los elementos diagonales,
ésta se denota por tr(A). Usaremos el siguiente resultado básico del álgebra
lineal.
Lema 1.6.1 La traza es invariante bajo conjugación en GL(2, C).
Demostración. Basta probar que tr(AB) = tr(BA), A, B ∈ GL(2, C), ya
que entonces tr(ABA−1 ) = tr(A−1 AB) = tr(B). Escribiendo
   
a b α β
A= , B= ,
c d γ δ
se tiene
   
aα + bγ ∗ αa + βc ∗
AB = y BA = ,
? cβ + dδ ? γb + δd
por lo que tr(AB) = tr(BA). 
La traza de una transformación de Möbius está bien definida salvo un
signo, puesto que existen dos matrices unimodulares que la definen.
Definición 7 Dada T ∈ P SL(2, C),
az + b
T (z) = ,
cz + d
a+d
se define la traza de T como ± √ .
ad − bc
42 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Denotaremos la traza de T por χ(T ), o simplemente por χ. Para muchas


aplicaciones es útil tener fórmulas explı́citas de las coordenadas de los puntos
fijos. Obtenemos ahora una expresión en términos de la traza, para esto
consideramos
az + b
T (z) = , ad − bc = 1, T 6= Id
cz + d
y se tienen dos casos.
Caso 1: c 6= 0. En este caso, como

T (z) = z ⇐⇒ az + b = (cz + d) z ⇐⇒ cz 2 + (d − a)z − b = 0,

los puntos fijos de T están dados por


p
a − d ± (a − d)2 + 4 b c
,
2c
y usando la condición unimodular, esta fórmula se simplifica a
p
a − d ± χ2 − 4
. (1.7)
2c
Caso 2: c = 0. En este caso
a b
T (z) = z+ .
d d
Si T es parabólica, ∞ es el único punto fijo. De otra manera, como
a  b
T (z) = z ⇐⇒ −1 z =− ,
d d
el segundo punto fijo está dado por
b
.
d−a

Teorema 1.6.2 Sea T ∈ P SL(2, C), T 6= Id, entonces


1
k+ + 2 = χ2 ,
k
donde k, 1/k son los multiplicadores de T y χ es su traza.
1.6. CLASIFICACIÓN POR LA TRAZA 43

Demostración.
Caso 1: T es parabólica.
Como el cuadrado de la traza es invariante bajo conjugación, se tiene
 
2 2 1 t
χ (T ) = tr =4
0 1

y se sigue el resultado.
Caso 2: T no es parabólica.
En este caso T es conjugada a una transformación de la forma S(z) = kz,
la cual está definida por la matriz
√ 
k 0
S= 1  ∈ SL(2, C).
0 √
k
Por lo cual √ 1 2 1
χ2 (T ) = χ2 (S) = k+√ = k + + 2.
k k

Para transformaciones con dos puntos fijos finitos α1 , α2 , se tiene una
expresión de los multiplicadores en términos de estos puntos. Sea
az + b
T (z) =
cz + d
con esta propiedad, S(z) = kz, donde k es uno de los multiplicadores de T
y
z − α1
ϕ(z) = .
z − α2
Entonces,
S = ϕ T ϕ −1 y S ϕ = ϕ T .
Por lo cual
T (z) − α1 z − α1
=k ,
T (z) − α2 z − α2
y evaluando en ∞, se tiene
a/c − α1 a/c − α2
k= y 1/k = .
a/c − α2 a/c − α1
44 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

Para el caso de una transformacion en P SL(2, C) que fija dos puntos,


uno de los cuales es ∞, es decir, de la forma T (z) = α z + β, los multi-
plicadores se encuentran con facilidad, éstos son precisamente α y 1/α. Lo
cual se sigue, ya que con esta notación el segundo punto fijo está dado por
β
,
1−α
y conjugando con
β
ϕ(z) = z − ,
1−α
se obtiene  
−1 β
S(z) = ϕ T ϕ (z) = ϕ T z + = αz
1−α
(como el término constante es cero, no es necesario efectuar más cuentas).
Esta facilidad para detectar los multiplicadores de una transformación
que fija ∞, permite también clasificarla de manera inmediata, por ejemplo,

z → iz + 5

es elı́ptica, sin embargo


z → 7z + 8 + i
es hiperbólica. El siguiente resultado es muy importante, exhibe un criterio,
también sencillo, para clasificar cualquier transformación en P SL(2, C).
Teorema 1.6.3 Sea T ∈ P SL(2, C), T 6= Id y χ la traza de T . Entonces
(i) T es parabólica si y sólo si χ = ±2;
(ii) T es eliptı́ca si y sólo si χ ∈ (−2, 2);
(iii) T es hiperbólica si y sólo si χ ∈ (2, ∞) ∪ (−∞, −2);
(iv) T es loxodrómica si y sólo si χ ∈
/ R.
Demostración. Probamos primero las condiciones de necesidad. El caso
parabólico ya se probó.
Si T es elı́ptica, entonces T es conjugada a una transformación de la
forma S(z) = e iθ z, θ ∈ (0, 2π), la cual está determinada por la matriz
 iθ/2 
e 0
∈ SL(2, C).
0 e−iθ/2
1.6. CLASIFICACIÓN POR LA TRAZA 45

Por lo tanto, ± χ(T ) = ± χ(S) = ± 2 cos(θ/2) ∈ (−2, 2).


Si T es hiperbólica, entonces T es conjugada a una transformación defini-
da por la matriz
√ 
k 0√
∈ SL(2, C), k ∈ R+ ,
0 1/ k

por lo cual

 2
2 2 1 1
χ (T ) = χ (S) = k+√ =k+2+ > 4,
k k
puesto que

 2
1
k−√ > 0.
k

Ahora, si T es loxodrómica y ρe iθ , ρ 6= 0, 1, θ ∈ (0, 2π), es uno de sus


multiplicadores, se sigue del teorema 1.6.2 que
1
ρ(cos θ + i sen θ) + (cos θ − i sen θ) + 2 = χ2 (T ).
ρ
Si χ(T ) ∈ R, se tendrı́a χ2 (T ) ∈ R+ y (ρ − 1/ρ) sen θ = 0, por lo cual
sen θ = 0 y θ = π. Al tomar la parte real se tiene −(ρ + 1/ρ) + 2 ∈ R+ , lo
que es una contradicción, ya que ρ + 1/ρ > 2.
Para probar la suficiencia, obsérvese que si χ2 (T ) = 4, se sigue de la
primera parte que T no es elı́ptica, ni tampoco hiperbólica o loxodrómica,
por lo que debe ser parabólica. Los otros casos se siguen de manera análoga.

Este teorema y las observaciones anteriores muestran que χ2 clasifica los
elementos de P SL(2, C) en sus clases conjugadas.
Corolario 1.6.4 Dos transformaciones T , S ∈ P SL(2, C) son conjugadas
si y sólo si
χ2 (T ) = χ2 (S).

Damos ahora unos ejemplos, las transformaciones


2z + 3 2z + 9
z 7−→ y z 7−→
z+2 −z − 4
46 CAPÍTULO 1. TRANSFORMACIONES DE MÖBIUS COMPLEJAS

son hiperbólica y parabólica, respectivamente. Por otra parte, las funciones


−1 iz − 2
z 7−→ y z 7−→
z z + iz
son elı́ptica de orden 2 y loxodrómica, respectivamente.

EJERCICIOS 1.5
1. Sea T ∈ P SL(2, C), demuestre que T preserva un “disco” si y sólo si T
no es loxodrómica.
2. Demuestre que una transformación en P SL(2, C) es de orden dos si y sólo
si su traza es 0.
3. Demuestre que los puntos fijos de una transformación elı́ptica en P SL(2, R)
son conjugados.
4. Demuestre que los puntos fijos finitos de una transformación hiperbólica
o parabólica en P SL(2, R) son reales.
z−i
5. Demuestre que la función z → z+i
es elı́ptica de orden 3.
Capı́tulo 2

Métrica Hiperbólica

Al inicio de este capı́tulo se prueba cómo una densidad induce una métri-
ca y cómo bajo biyecciones conformes se obtienen isometrı́as. Usando estos
resultados se presentan dos modelos del plano hiperbólico, el del semiplano
superior H2 y el del disco de Poincaré. En cada uno de estos modelos, se
describen formulas de la distancia, ası́ como los grupos de isometrı́as y las
geodésicas o curvas que minimizan la distancia. También se parametrizan
los cı́rculos y se muestran algunas aplicaciones como el paralelismo. Poste-
riormente, se estudia el grupo general de isometrı́as en ambos modelos y
se describen los haces parabólicos, elı́pticos e hiperbólicos, probando algu-
nas propiedades de éstos. Finalmente, se muestran algunos resultados de la
geometrı́a hiperbólica 3-dimensional.

2.1. Densidades
Recordamos que si A es un abierto en Rn y f es una función diferen-
ciable de A en Rn , se dice que f es conforme en x0 ∈ A, si Df (x0 ) es el
producto de una matriz ortogonal por la matriz k I, k ∈ R+ . Al número k se
le llama el factor de conformalidad y se le denota por µf (x0 ) o simplemente
por µ(x0 ).

Definición 8 Sea A una región en Rn , una densidad en A es una función


continua λ : A → R+ .

Las densidades nos permiten medir longitudes de curvas de distintas


maneras. Más precisamente, dada una densidad λ en una región A y γ

47
48 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

una curva de clase C 1 en A, se define la λ-longitud de γ como


Z b
λ(γ(t)) | γ 0 (t) | dt,
a

donde γ:[a , b]→ A. Esta definición se extiende de manera natural a curvas de


clase C 1 por tramos. Denotamos a esta longitud por lλ (γ). Esta medición
de curvas permite también, medir la distancia entre puntos.

Definición 9 Sea λ una densidad en una región A y z1 , z2 ∈ A, se define


la λ-distancia de z1 a z2 , como

inf lλ (γ),
γ

donde el ı́nfimo es sobre todas las curvas γ de clase C 1 por tramos que unen
z1 con z2 . A esta distancia se le denota por ρλ (z1 , z2 ).

Teorema 2.1.1 Sea λ una densidad definida en una región A de Rn , en-


tonces la distancia ρλ define una métrica en A.

Demostración. Probamos primero que ρ es simétrica. Para esto, si se


tiene una curva γ : [a , b] → A de clase C 1 que une z1 con z2 , se define
−γ : [a , b] → A como −γ(t) = γ(a + b − t). Obsérvese que −γ une z2 con
z1 , y que usando el teorema fundamental del cálculo se tiene
Z b Z b
0
lλ (−γ) = λ (−γ(t) |(−γ) (t)| dt = λ (γ(a + b − t)) | γ 0 (a + b − t)| dt
a a
Z b
= λ (γ(s)) |γ 0 (s)| ds = lλ (γ).
a

Evidentemente ρ(x, x) = 0, ∀x ∈ A y ρ es no negativa. También se


cumple la desigualdad del triángulo: si ρ(x, z) > ρ(x, w) + ρ(w, z), entonces
existe  > 0 tal que ρ(x, z) > ρ(x, w) + ρ(w, z) + . Sin embargo, en este
caso se podrı́an tomar dos curvas γ1 y γ2 cuyas longitudes aproximaran
ρ(x, w) y ρ(w, z) por una cantidad menor a /2 , respectivamente. Esto serı́a
una contradicción, ya que la curva γ1 + γ2 unirı́a x con z y tendrı́a longitud
menor a ρ(x, z).
Para terminar la prueba, basta ver que si x 6= y, entonces ρ(x, y) > 0.
Para probar esto, sea D un disco cerrado con centro en x, radio r y tal que
2.1. DENSIDADES 49

y∈ / D. Por compacidad y continuidad existe m tal que λ(z) ≥ m, ∀z ∈ D.


Ahora sea γ : [a , b] → A una curva que una x con y y t0 ∈ [a , b], tal
que γ(t0 ) es el primer punto, donde la curva sale del disco abierto D (veáse
figura 2.1). En este caso se tiene
Z t0
lλ (γ) ≥ λ(γ(t)) |γ 0 (t)| dt ≥ m r,
a

puesto que cualquier curva que une x con un punto en ∂D tiene una longitud
mayor o igual a r. Por lo tanto ρ(x, y) ≥ mr > 0. 

γ(t0 )

y
x

Figura 2.1: Positividad de la métrica definida por una densidad

La siguiente observación es de gran utilidad para obtener espacios isométri-


cos, por ejemplo, al exhibir diferentes modelos del plano hiperbólico. Sean A
y B dos regiones en Rn y f : A → B, una biyección conforme, supóngase
también que la región A está provista de una métrica definida por una densi-
dad λ. Bajo estas hipótesis, se puede proveer a la región B con una densidad
σ, de tal manera que f sea una isometrı́a. Esto se obtiene definiendo
λ(x)
σ(f (x)) = , (2.1)
µ(x)
donde µ(x) es el factor de conformalidad de f en x. Esto se sigue, ya que
si γ : [a , b] → A es una curva de clase C 1 , entonces se tiene
Z b
(f γ) 0 (t) σ (f (γ(t))) dt

lσ (f (γ)) =
a
50 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA
Z b λ (γ(t))
= µ(γ(t)) γ 0 (t) dt = lλ (γ).

a µ(γ(t))
Como toda curva de clase en C 1 en B es de esta forma, se sigue la obser-
vación, ya que este análisis se puede generalizar fácilmente a curvas de clase
C 1 por tramos.
Es importante destacar que el argumento funciona también en el sentido
inverso, es decir, si se tienen dos regiones A y B con métricas definidas por
densidades λ y σ respectivamente y una biyección conforme entre ellas que
satisface 2.1, entonces A y B son regiones isométricas.
En particular, si se tiene una región A en Rn provista con una métrica
definida por una densidad λ y una biyección conforme f : A → A, que
satisface la ecuación
λ(x)
λ(f (x)) = , (2.2)
µ(x)
entonces, f es una isometrı́a.
Si se tiene definida una densidad λ, en una región A ⊂ Rn , es claro
que la λ-longitud de una curva C en A no está unı́vocamente determina-
da, ya que al parametrizarla se puede hacer de tal manera que se recorra
algún segmento de la curva, más de una vez. Sin embargo, si la curva C
está parametrizada por una función C 1 por tramos de tal manera que la
derivada sea no negativa y se anule solamente en un número finito de puntos,
entonces la λ-longitud de C es única. Para probar esto, obsérvese primero
que se tienen dos parametrizaciones γ1 : [a , b] → A, γ2 : [c , d] → A, de
clase C 1 , que recorren el mismo segmento de la curva C, en la misma direc-
ción y con derivada positiva, entonces se sigue del teorema de parametrización
unitaria, que existe un difeomorfismo ϕ : [a , b] → [c , d], tal que γ2 ϕ = γ1 .
Ahora, bajo estas hipótesis, se tiene por el teorema de cambio de variable
real, que
Z b
 
(γ2 ϕ) 0 (t) λ γ2 ϕ(t) dt

lλ (γ1 ) = lλ (γ2 ϕ) =
a
Z b   
Z d
0
ϕ (t) γ2 0
0 
= ϕ(t) λ γ2 ϕ(t) dt =
γ2 (s) λ γ2 (s) ds = lλ (γ2 ).
a c

Claramente usando este argumento se sigue la afirmación en el caso general.

EJERCICIOS 2.1
1. Demuestre formalmente la existencia del punto t0 descrito al final de la
demostración del teorema 2.1.1.
2.2. EL MODELO DEL SEMIPLANO 51

2. Demuestre formalmente la validez


R t0 de la desigualdad descrita al final de la
0
demostración del teorema 2.1.1: a λ(γ(t)) |γ (t)| dt ≥ m r.
3. Sea A es un abierto en Rn y f : A → Rn una función conforme en
x0 ∈ A, demuestre que lı́mx→x0 |f (x)−f (x0 )|
|x−x0 |
existe y es precisamente el factor
de conformalidad.

2.2. El modelo del semiplano


La discusión sobre densidades nos permite presentar un primer modelo
del plano hiperbólico, donde P SL(2, R) actua como un grupo de isometrı́as.
Definición 10 El plano superior H2 provisto con la métrica definida por
la densidad
1
λ(z) =
Im z
se le llama el plano hiperbólico y a esta métrica se le llama la métrica
hiperbólica.
En este modelo llamado el del semiplano es intuitivamente claro que si
se tiene una curva C en H2 y se traslada en dirección vertical, su longitud
hiperbólica puede crecer tanto como se quiera (si se mueve hacia abajo), o
puede decrecer tanto como se quiera (si se mueve hacia arriba); sin embargo
la longitud euclideana, siempre es la misma. Viceversa, existen curvas que
euclideanamente miden cualquier valor que se quiera, pero que hiperbóli-
camente siempre miden lo mismo, por ejemplo, los segmentos de cı́rculos
concéntricos de la figura 2.2. Esto se sigue del teorema 2.2.1, ya que que
las homotecias son isometrı́as hiperbólicas, al estar definidas por matrices en
SL(2, R).
Teorema 2.2.1 El grupo P SL(2, R) actua como un grupo de isometrı́as en
H2 con la métrica hiperbólica.
Demostración. Observése primero que si
az + b
T (z) =
cz + d
está definida por la matriz
 
a b
∈ SL(2, R),
c d
52 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

entonces
   
 az + b (az + b)(cz + d)
Im T (z) = Im = Im
cz + d |cz + d|2
 
adz + bcz Im(z)
= Im = .
|cz + d|2 |cz + d|2
También, como
1
T 0 (z) = ,
(cz + d)2
se sigue de las ecuaciones de Cauchy-Riemann que
1
µT (z) = .
|cz + d|2

Estos hechos muestran que se cumple la relación 2.2, ya que

|cz + d|2
 
1 1 1
 = = ,
Im T (z) Im(z) Im(z) µT (z)

por lo que se sigue el resultado. 

Figura 2.2: Curvas de la misma longitud hiperbólica

Otros ejemplos de isometrı́as hiperbólicas son las traslaciones por reales


y la función z → −1/z, esto se sigue ya que las matrices
   
1 t 0 −1
, , t ∈ R,
0 1 1 0
2.2. EL MODELO DEL SEMIPLANO 53

pertenecen a P SL(2, R). Observése que esto implica que al trasladar cualquier
curva horizontalmente su longitud hiperbólica permanece invariante.
La reflexión en el eje imaginario

ϕ(z) = −z

es también una isometrı́a hiperbólica de H2 (ejercicio). De hecho, probaremos


que el grupo generado por P SL(2, R) y ϕ consiste de todas las isometrı́as
hiperbólicas del modelo del semiplano superior H2 .
Se establece ahora como son las curvas en el modelo del semiplano que
minimizan la distancia. Para esto se considera primero una caso sencillo:
se toman los puntos i, k i, k > 1 y γ : [a , b] → H2 , de clase C 1 , tal
que γ(a) = i y γ(b) = k i. Si lh (γ) denota la longitud hiperbólica de γ y
γ(t) = (γ1 (t), γ2 (t)), se tiene
Z bp 0
(γ1 (t))2 + (γ2 0 (t))2
lh (γ) = dt
a γ2 (t)

b
p b
(γ2 0 )2 (t) γ2 0 (t)
Z Z b
≥ dt ≥ dt = log(γ2 (t))

a γ2 (t) a γ2 (t) a

= log γ2 (b) − log γ(a) = log(k) − log(1) = log k.


En particular, la curva γ : [1 , k] → H2 , dada por γ(t) = i t alcanza esta
cota Z k
1
lh (γ) = dt = log k.
1 t

Como este argumento se generaliza fácilmente a curvas de clase C 1 por


tramos, se sigue que
ρ(i, k i) = log k,
donde ρ denota la distancia hiperbólica. Se sigue también que este segmento
del eje imaginario es la única curva que minimiza la distancia, ya que para
cualquier otra curva con componente real y parametrizada por una función
β, se tiene lh (β) > log k (ejercicio).
Si 0 < k < 1, se aplican los mismos argumentos, considerando ahora,
que las curvas inicien en k i y terminen en i, y que el dominio de la curva de
longitud mı́nima sea el intervalo [k , 1], obteniéndose como distancia − log k.
54 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Alternativamente, como la transformación z → −1/z está en P SL(2, R) y


fija i, se sigue del caso anterior que
ρ(k i , i) = ρ(i/k , i) = log (1/k) = − log k.
Estos resultados implican también, que si t > m > 0, entonces
ρ(t i , m i) = log t − log m
(ejercicio).
De manera análoga se puede definir un modelo del espacio hiperbólico
n-dimensional, usando el semiespacio superior en Rn
Hn = {(x1 , x2 , ..., xn ) ∈ Rn | xn > 0} ,
con la densidad
1
λ(x) = ,
xn
donde x = (x1 , x2 , ..., xn ). Resulta que una prueba, casi idéntica a la del
caso del semiplano superior, muestra que en este caso la longitud hiperbólica
entre puntos alineados con el eje definido por el vector en = (0, ..., 0, 1)
está también dada por el logaritmo.
Volviendo al contexto bidimensional, se necesita otro resultado para anali-
zar cuales son las curvas que minimizan la distancia hiperbólica entre dos
puntos en H2 que no estén alineados verticalmente.
Proposición 2.2.2 El grupo P SL(2, R) actua transitivamente en la familia
de “cı́rculos” ortogonales al eje real.
Demostración. Observése primero que por conformalidad cualquier trans-
formación en P SL(2, R) preserva esta familia. Ahora, para probar el teore-
ma, basta probar que dado cualquier “cı́rculo” ortogonal al eje real C existe
una función en P SL(2, R) que transforma este cı́rculo en el eje imaginario.
Si C es una recta paralela al eje imaginario, una traslación la mueve al eje
imaginario. Por otra parte, si C es e un cı́rculo que intersecta ortogonalmente
al eje real, éste se puede transformar mediante una traslación y una homotecia
en el cı́rculo unitario, por lo que basta probar que existe un elemento en
P SL(2, R) que transforme el cı́rculo unitario en el eje imaginario. Una opción
es mandar 1 en 0 y −1 en ∞, lo cual sugiere tomar
z−1
z 7−→ ,
z+1
2.2. EL MODELO DEL SEMIPLANO 55

que es en efecto una transformación en P SL(2, R) que transforma el cı́rculo


unitario en el eje imaginario. 
Notese, que la transformación
z+1
z 7−→ ∈
/ P SL(2, R),
z−1
por lo que es importante checar a nivel matricial las entradas para detec-
tar si una transformación pertenece, o no, a P SL(2, R). Obsérvese también
que la proposición 2.2.2 implica que P SL(2, R) es transitivo en puntos de
H2 (evidentemente lo es para los puntos de R), b ya que cualquier punto se
puede trasladar al eje imaginario y posteriormente aplicando una homotecia
mandarlo al punto i.
Se puede ahora caracterizar todas las curvas que minimizan distancias,
que en este contexto se les llama también geodésicas. Sean z, w ∈ H2 y C
el “cı́rculo” ortogonal a la recta real que pasa por z y w, se tiene entonces
que ρ(z, w) está dada por la longitud hiperbólica del segmento de C que
une z con w. Esto se sigue ya que en virtud de la proposición 2.2.2 se puede
encontrar un función en P SL(2, R) que transforme C en el eje imaginario
y estas transformaciones, además de ser isometrı́as, tienen la propiedad de
preservar curvas que minimizan la distancia (véase la figura 2.3). Esta última
afirmación se sigue de la prueba del teorema 2.2.1.
Este argumento demuestra además que el segmento de C, que denotare-
mos por [z, w], es la única curva que minimiza la distancia; esto se sigue
ya que si hubiera otra curva de z a w, con dicha propiedad , existirı́a otra
geodésica, distinta de un segmento vertical, uniendo a dos puntos en el eje
imaginario. Se concluye entonces que los “semicı́rculos” en H2 , ortogonales
a la recta real, contienen todas las geodésicas hiperbólicas. Estos últimos
razonamientos demuestran también el siguiente importante resultado.

Teorema 2.2.3 Sean z, w, v tres puntos distintos en H2 , entonces

ρ(z, v) = ρ(z, w) + ρ(w, v) ⇐⇒ w ∈ [z, v].

Obsérvese que el teorema anterior implica que cualquier isometrı́a hiperbó-


lica de H2 , necesariamente manda geodésicas en geodésicas. Para obtener
una fórmula general de la distancia hiperbólica, entre dos puntos cualesquiera,
se prueba primero el siguiente resultado de invariabilidad de cierta expresión,
bajo la acción de elementos en P SL(2, R).
56 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

ki ki

i z w i
z
w

Figura 2.3: Geodésicas en H2

Lema 2.2.4 La expresión


|z − w|2
2 Im z Im w
es invariante bajo la acción de transformaciones en P SL(2, R).

Demostración. Sea T ∈ P SL(2, R) dada por

az + b
T (z) = , ad − bc = 1,
cz + d
se tiene entonces que
|T (z) − T (w)|2
2 Im T (z) Im T (w)

az + b aw + b 2

2 2
cz + d − cw + d |cz + d| |cw + d|

=
2 Im z Im w

|(az + b)(cw + d) − (aw + b)(cz + d)|2 |z − w|2


= = .
2 Im z Im w 2 Im z Im w

Se puede ahora exhibir una fórmula general de la distancia hiperbólica
en el modelo del semiplano, ésta mostrará ser de gran utilidad, debido a sus
multiples aplicaciones.
2.2. EL MODELO DEL SEMIPLANO 57

Teorema 2.2.5 Sean z y w dos puntos en H2 , entonces

|z − w|2
cosh ρ(z, w) = 1 + .
2 Im z Im w

Demostración. Si z = i y w = ki, k > 1, entonces

k + 1/k
cosh ρ(i, k i) = cosh (log k) =
2

k + 1/k − 2 (k − 1)2
= +1 = +1
2 2k
|i − k i|2
= + 1.
2 Im i Im k i
El caso general se sigue del lema anterior y de los teoremas 2.2.2 y 2.2.1, ya
que se puede encontrar una transformación en P SL(2, R) que mande z y
w en i y k i, k > 1. Esto último se logra enviando la geodésica por z y w
al eje imaginario y posteriormente –si es necesario– aplicando una homotecia
y la función z → −1/z. 
Se puede probar que la fórmula del teorema anterior es también válida
en todas las dimensiones (véase [2] p. 35 y el final de este capı́tulo).

z0

Figura 2.4: Cı́rculo hiperbólico con centro en z0

Una primera aplicación de esta fórmula muestra que los cı́rculos hiperbóli-
cos son cı́rculos euclideanos, donde el centro euclideano se obtiene incremen-
tando la parte imaginaria del centro hiperbólico (véase la figura 2.4).
58 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Teorema 2.2.6 El conjunto de los puntos z = x + iy en H2 que equidis-


tan hiperbólicamente una distancia r de un punto z0 = x0 + i y0 , están
determinados por la siguiente ecuación

(x − x0 )2 + (y − y0 cosh r)2 = y02 senh2 r,

es decir, constituyen un cı́rculo euclideano.

Demostración. Sea C = {z ∈ H2 | ρ(z, z0 ) = r}, entonces

|z − z0 |2
cosh ρ(z, z0 ) = cosh r = 1 + ,
2 Im z Im z0
y se tiene
(x − x0 )2 + y 2 + y02
coshr = .
2 y y0
Despejando y completando cuadrados se tiene

2 y y0 cosh r = (x − x0 )2 + y 2 + y02 (cosh2 r − senh2 r)

y
(x − x0 )2 + (y − y0 cosh r)2 = y02 senh2 r.

Se ha probado entonces que el cı́rculo hiperbólico con centro z0 = x0 +iy0
y radio hiperbólico r es el cı́rculo euclideano con centro en x0 + iy0 cosh r
y radio y0 senh r (véase la figura 2.4). De nuevo, esta fórmula de los cı́rculos
hiperbólicos se generaliza a esferas hiperbólicas de cualquier dimensión (cf.
[2] p. 35). Mostramos ahora otra manera de probar que los cı́rculos hiperbóli-
cos son cı́rculos euclideanos. Sean z0 ∈ H2 y r ∈ R+ , trazando cualquier
geodésica en H2 por el punto z0 , se encuentra otro punto z ∈ H2 , tal que
ρ(z, z0 ) = r. Ahora si C denota el cı́rculo de Apolonio con respecto a z0 y
z 0 que pasa por z, como R b es también un “cı́rculo”de Apolonio con respecto
a estos puntos lı́mite, se tiene que cualquier transformación elı́ptica, que fije
z0 y z 0 , está en P SL(2, R) y preserva C. En consecuencia C consiste de
puntos que equidistan hiperbólicamente de z0 , dicha distancia r, ya que las
transformaciones en P SL(2, R) son isometrı́as. Finalmente, si ρ(z0 , w) = r,
al trazar la geodesica que une z0 con w, ésta intersecta C en 2 puntos y es
claro que uno ellos es w (véase la figura 2.5).
2.2. EL MODELO DEL SEMIPLANO 59

w
C

z0
z

z0

Figura 2.5: Los cı́rculos hiperbólicos son de Apolonio

Una consecuencia importante de esta caracterización de los cı́rculos hiper-


bólicos es que las métricas hiperbólica y euclideana definen la misma topologı́a
en el semiplano superior H2 , es decir, los conjunto abiertos en ambas métri-
cas coinciden. Esto se sigue del hecho de que dado un punto z0 ∈ H2 , los
cı́rculos de Apolonio en H2 con puntos lı́mite z0 y z 0 cubren H2 − {z0 }.
En este contexto se puede interpretar las transformaciones de Möbius en
P SL(2, R) de manera hiperbólica, primero introducimos dos definiciones,
véase también las figuras 2.6 y 1.13.
Definición 11 Un horociclo basado en un punto α ∈ R b es un cı́rculo en
H , tangente en α a la recta real, si α es finito y es cualquier recta en H2
2

paralela a la recta real ( y distinta de ésta), si α = ∞.

Definición 12 Un hipercı́clo por α, β puntos distintos en R


b es la intersec-
2
ción de cualquier “cı́rculo” por α y β con H .

Se tiene entonces que las elı́pticas son rotaciones hiperbólicas en los cı́rcu-
los de Apolonio contenidos en H2 . Las transformaciones parabólicas son un
caso lı́mite de las elı́pticas cuando los puntos fijos z0 y z 0 se juntan en la
recta real para coincidir en un solo punto, digamos α, se dice que son una
rotación lı́mite, esto es, son rotaciones en los horociclos (véase la figura 2.6).

Por otra parte, si T es hiperbólica con puntos fijos α, β ∈ R,


b entonces
T preserva la geodésica y los hiperciclos por α y β; más aún al iterar T
los puntos viajan en estos hiperciclos y en la geodésica hacia el atractor,
60 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

por lo que T es una traslación hiperbólica (véase la figura 1.13). Resulta


que en los casos hiperbólico y parabólico los puntos fijos no pertenecen al
plano hiperbólico, sin embargo juegan un papel fundamental en la acción
geométrica de estas funciones, por lo que es muy importante considerar la
recta real extendida, a la que se le llama la recta al infinito.
Otra aplicación fundamental del teorema 2.2.5 lo establece el siguiente re-
sultado, el cual implica que el grupo completo de isometrı́as de H2 está dado
por
hz 7−→ −z, P SL(2, R)i,
posteriormente mostraremos que este grupo es también el generado por las
reflexiones en los “cı́rculos” ortogonales a la recta real.

z0

z0

Figura 2.6: Las transformaciones parabólicas en P SL(2, R) son rotaciones


hiperbólicas por horocı́clos en H2

Teorema 2.2.7 Cualquier isometrı́a del plano hiperbólico H2 es un elemen-


to de P SL(2, R), o es de la forma
a(−z) + b
z −→ ,
c(−z) + d
donde a, b, c, d ∈ R, ad − bc = 1.
2.2. EL MODELO DEL SEMIPLANO 61

Demostración. Sea ϕ una isometrı́a de H2 con la métrica hiperbólica.


Usando los teoremas 2.2.1, 2.2.3 y la proposición 2.2.2 (y si es necesario
aplicando una homotecia y la función z → −1/z), se puede suponer, sin
perder generalidad, que existe T ∈ P SL(2, R), tal que la función T ϕ fija
puntualmente el eje imaginario positivo.
Ahora, sea z ∈ H2 , z = x + iy y T ϕ(z) = a + ib, se sigue entonces del
teorema 2.2.5 que ∀ t ∈ R, t > 0, se tiene

|it − T ϕ (z)|2 |it − z|2


= ,
2 Im (it) Im T ϕ(z) 2 Im (it) Im (z)

por lo cual
a2 + (b − t)2 x2 + (y − t)2
=
b y
y
y a2 + (b − t)2 = b x2 + (y − t)2 .
 

Haciendo t tender a ∞ en esta última ecuación, se obtiene

b=y y a = ± x.

Finalmente, como las isometrı́as son evidentemente continuas, se sigue


que los puntos en el primer cuadrante, donde T ϕ es la función z → −z (o
la identidad), es una conjunto abierto y cerrado (este argumento se aplica
también al segundo cuadrante). Se sigue entonces por conexidad y del hecho
de que cualquier isometrı́a es inyectiva que

T ϕ = Id o T ϕ (z) = −z.


Una caracterización del grupo completo de isometrı́as en el espacio hiperbó-
lico n-dimensional aparece en [12], pp. 129, 130. Una versión más geométrica,
que sin embargo asume diferenciabilidad, se puede consultar en [10] p. 61.
Estas generalizaciones muestran que –como en el caso bidimensional– este
grupo está generado por las reflexiones en “esferas” ortogonales a Rn−1 . El
siguiente resultado muestra que la distancia de un punto a una geodésica se
alcanza trazando otra geodésica ortogonal.

Lema 2.2.8 Sea λ una geodésica en H2 y z ∈ H2 − λ, entonces ρ(z, λ)


se alcanza en z0 ∈ λ, donde el segmento [z, z0 ] corta ortogonalmente a λ.
62 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

i |z|

Figura 2.7: Distancia de un punto a una geodésica

Demostración. Sin perder generalidad, se puede suponer que λ es el eje


imaginario, se afirma que ρ(z, λ) = ρ(z, i|z|) (véase la figura 2.7). Usando la
fórmula de la distancia hiperbólica, si z = x + iy, se tiene
|z − it|2 x2 + y 2 + t2
coshρ(z, it) = 1 + =
(Im z)t 2yt
|z|2 + t2
 
|z| |z| t |z|
= = + ≥
2yt 2y t |z| y
(puesto que ∀ x ∈ R+ , x + 1/x ≥ 2). La igualdad se obtiene si t = |z|. 
Se deduce de la fórmula de la distancia hiperbólica una interesante propie-
dad que cumplen todos los triángulos hiperbólicos en el semiplano superior –o
en el disco de Poincaré– que tienen un ángulo recto y dos puntos finitos. Esta
propiedad establece que la longitud hiperbólica del lado finito está determi-
nada por el ángulo de magnitud distinta de 0 y de π/2. Explı́citamente,
como P SL(2, R) es transitivo en geodésicas, se puede tomar el triángulo
determinado por ∞, i|z| y z; si el ángulo en z es α, se tiene
sen α cosh ρ(z, i|z|) = 1
(veáse la figura 2.8). A esta propiedad se le conoce como ángulo de paralelis-
mo, queda como ejercicio para el lector probar dicha identidad.

EJERCICIOS 2.2
1. Demuestre formalmente que si se tiene una curva C 1 por tramos que une
i con k i, k > 1, y que no está contenida en el segmento vertical [i , k i],
entonces su longitud hiperbólica es estrictamente mayor que log k.
2.3. EL MODELO DEL DISCO DE POINCARÉ 63

2. Demuestre que la reflexión en el eje imaginario z → −z es una isometrı́a


hiperbólica de H2 .
3. Demuestre que si t > m > 0, entonces ρ(t i , m i) = log t − log m.
4. Demuestre formalmente el Teorema 2.2.3.
5. Demuestre que dado un triángulo hiperbólico en H2 con un vértice en
la recta al infinito, un ángulo recto y otro ángulo positivo α, se tiene que
sen α cosh b = 1, donde b denota la longitud hiperbólica del lado finito.
6. Demuestre que existen parametrizaciones de curvas que minimizan la dis-
tancia hiperbólica entre dos puntos, pero que sin embargo sus derivadas se
anulan en algunos puntos.

b i |z| α
b z
b
α
b
b

Figura 2.8: Paralelismo

2.3. El modelo del disco de Poincaré


La relación 2.1 descrita en la sección de densidades permite exhibir, sin
gran dificultad, el disco unitario ∆ como un segundo modelo del plano
hiperbólico. Como se mostró en el primer capı́tulo, una biyección conforme
de H2 en el disco unitario ∆ está dada por la función de Cayley
z−i
f (z) = .
z+i
Para encontrar la métrica hiperbólica en ∆, primero hay que calcular la
función inversa de f y su factor de conformalidad. Se tiene que
−1 iw + i
f (w) = ,
−w + 1
64 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

y
(z + i) − (z − i) 2i
f 0 (z) = = .
(z + i)2 (z + i)2
Ahora, se sigue de las ecuaciones de Cauchy Riemann que el factor de con-
formalidad, denotado en 2.1 por µ(z) está dado por |f 0 (z)|, por lo cual
2
µ(z) = .
|z + i|2

También
" #
 −1  hw + 1i (w + 1)(1 − w) 1 − |w|2
Im f (w) = Re = Re = .
1−w |1 − w|2 |1 − w|2

Finalmente, juntando esta información se tiene


 −1  2
−1
λ f (w) f (w) + i


σ(w) =  −1  = −1
µ f (w) 2 Im f (w)
2
iw + i
2

|1 − w| + i
1−w 2
= 2
= .
2(1 − |w| ) 1 − |w|2
Estos cálculos nos permiten definir una densidad en ∆ que define la
métrica hiperbólica en este segundo modelo.

Definición 13 El disco unitario ∆ = {z ∈ C |z| < 1} provisto con la
métrica definida por la densidad
2
σ(w) = ,
1 − |w|2

se le conoce como el disco de Poincaré y a la métrica inducida se le llama


hiperbólica.

Ambos modelos, el disco de Poincare y el semiplano H2 , se les conoce


como el plano hiperbólico. Se sigue de las observaciones y definiciones ante-
riores que la funcion f es una isometrı́a hiperbólica entre estos dos “discos”
de la esfera de Riemann.
2.3. EL MODELO DEL DISCO DE POINCARÉ 65

Es evidente de la definición de esta densidad que al trasladar euclideana-


mente una curva en el disco unitario hacia su frontera, es decir, el cı́rculo
unitario, su longitud hiperbólica crece tanto como se quiera. Sin embargo,
al trasladar hiperbólicamente una curva hacia el cı́rculo unitario, la longi-
tud euclideana decrece a cero. Este último hecho se manifiesta con gran cla-
ridad y belleza en algunas de las famosas ilustraciones de Escher, como la
que reproducimos en la figura 2.9. Una manera rigurosa de constatar estas
ideas es observando la acción de la transformación hiperbólica conjugada a
la homotecia z → k z, k > 1, bajo la función f . Si denotamos a esta fun-
ción como g se tiene que su eje es el intervalo [−1, 1], ya que f (∞) = 1 y
f (0) = −1. También, es claro que si consideramos la imagen iterada bajo g
de un segmento vertical
[−t i, t i],
su longitud euclideana tiende a cero, mientras que la longitud hiperbólica se
mantiene constante. Esto se sigue, ya que g es composición de isometrı́as
(véase la figura 2.10).

Figura 2.9: M.C Escher: Cı́rculo lı́mite IV

Este modelo del disco es ciertamente más homogéneo que el del semiplano,
al ser todos los puntos en la recta al infinito ∂∆ similares, a diferencia
66 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

de H2 en el que ∞ es un punto distinguido. Sin embargo, al estudiar las


transformaciones parabólicas y hiperbólicas, como éstas son conjugadas a las
traslaciones y las homotecias –que se expresan de manera muy simple con
números reales–, el modelo del semiplano es el más adecuado. En contraste,
el ámbito, donde se entiende mejor a las transformaciones elı́pticas es en el
disco unitario, ya que las rotaciones se expresan en términos de complejos
unitarios.

ti

−ti

Figura 2.10: Homotecia en el disco de Poincaré

Casi todas las propiedades que se probaron para el semiplano son también
válidas en el disco de Poincaré, ya que la función f es una isometrı́a de
Möbius y es por lo tanto conforme y preserva la familia de todos los “cı́rculos”.
En primera instancia, f transforma los “cı́rculos” ortogonales a la recta
real, en los “cı́rculos” ortogonales al cı́rculo unitario, también se sigue de la
prueba de la relación 2.1 que está función no solamente es una isometrı́a, sino
que también preserva la longitud de las curvas de clase C 1 por tramos, en
particular de las que minimizan la distancia. Por lo tanto, los segmentos en
∆ de los “cı́rculos” ortogonales al cı́rculo unitario minimizan las distancias
hiperbólicas. Se sigue también de la discusión en la sección anterior, referente
a que la única curva que minimiza la distancia entre i y k i es el correspon-
diente segmento vertical en el eje imaginario; que esta propiedad de unicidad
también la cumplen los segmentos de los “cı́rculos” ortogonales al cı́rculo
unitario. En consecuencia las geodésicas en este modelo son los semicı́rculos
ortogonales al cı́rculo unitario ası́ como los diámetros (véase la figura 2.11).
Estos argumentos muestran que el teorema 2.2.3 también se cumple en este
modelo.
2.3. EL MODELO DEL DISCO DE POINCARÉ 67

Figura 2.11: Geodésicas en el disco de Poincaré

Otra consecuencia fundamental es que los grupos P SL(2, R) y M (∆)


son congujados bajo la transformación f , y por consiguiente el grupo M (∆)
actúa como un grupo de isometrı́as en el disco de Poincaré, en particular,
las rotaciones son isometrı́as hiperbólicas en este modelo. Por otra parte, las
propiedades descritas de la función f , junto con el teorema 2.2.6 implican
también que los cı́rculos hiperbólicos en el disco de Poincaré son cı́rculos
euclideanos; más aún, los discos hiperbólicos con centro en el origen son
cı́rculos euclideanos con centro en el origen (ejercicio). También como la
función f es una isometrı́a conforme que manda geodésicas en geodésicas, se
sigue que el teorema 2.2.8 y la propiedad del paralelismo se cumplen también
en este modelo (véase la figura 2.8). El siguiente resultado es el dual del
teorema 2.2.7 para el disco unitario.

Teorema 2.3.1 Cualquier isometrı́a hiperbólica del disco de Poincaré es un


elemento de M (∆), o es de la forma
az + c
z −→ ,
cz + a
donde |a|2 − |c|2 = 1.

Este resultado es consecuencia directa del teorema 2.2.7 y del hecho de


que las transformaciones z → z y z → −z son conjugadas bajo la función
f . Dejamos la verificación de los detalles como ejercicio para el lector. En la
68 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

siguiente sección se probará una fórmula general para la distancia entre dos
puntos cualesquiera en ∆. A continuación probamos un caso particular.

Lema 2.3.2 La distancia hiperbólica del origen a un punto z en el disco de


Poincaré está dada por
1 + |z|
log . (2.3)
1 − |z|

Demostración. Se sigue de las observaciones anteriores, que basta calcular


la longitud hiperbólica del segmento de geodésica [ 0, |z| ], el cual se puede
parametrizar por γ : [0, |z| ] → ∆, γ(t) = t. Por lo cual
Z |z| Z |z| Z |z|
2 1 1
lh (γ) = dt = dt + dt
0 1 − t2 0 1+t 0 1−t

y se sigue el resultado. 

EJERCICIOS
1. Demuestre que los cı́rculos hiperbólicos con centro en el origen son cı́rculos
euclideanos con centro en el origen.
2. Pruebe que que el grupo M (∆) actua transitivamente en geodésicas de
∆ y en puntos de ∆.
3. Demuestre directamente, sin hacer uso del semiplano superior, que la fun-
ción z → z es una isometrı́a hiperbólica del disco de Poincaré.
4. Demuestre que las funciones en M (∆) que fijan el origen son rotaciones.
5. Verifique los detalles de la prueba del teorema 2.3.1.

2.4. El grupo completo de isometrı́as


Para conocer con más detalle el grupo de todas las isometrı́as del plano
hiperbólico, ya sea el modelo del semiplano o el del disco, es conveniente
introducir el grupo general de Möbius actuando en C. b Para esto definimos
primero las reflexiones en cı́rculos y rectas. Denotaremos por u∗ a u/|u|2 ,
donde u ∈ C y por C(a, r), al cı́rculo con centro en a y radio r, es decir,

{z ∈ C |z − a| = r}.
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 69

Definición 14 Se define la reflexión (o inversión) en C(a, r), como


( a + r2 (z − a)∗ si z ∈ C,
ϕ (z) = ∞ si z = a,
a si z = ∞.
Exactamente la misma definición se aplica para esferas

S(a, r) = {x ∈ Rn |x − a| = r}

en Rb n = Rn ∪ {∞}.
La proyección estereográfica se puede definir en cualquier dimensión, una
demostración muy similar a la que se hizo al principio del libro muestra que
esta función es una biyección entre Rn ∪{∞} y la esfera unitaria centrada en
el origen en Rn+1 . Para medir continuidad de las funciones en Rn ∪ {∞} se
usa la métrica cordal, la cual se deriva de manera análoga al caso complejo,
más aún la fórmula que se obtiene es exactamente la misma que la de la
definición 2 en el capı́tulo 1 (cf. [2] pp. 20-22).
Geométricamente es evidente que ϕ es una involución y que
ϕ (z) = z ⇐⇒ z ∈ C(a, r),
una prueba analı́tica de estos hechos, en cualquier dimensión, es también
muy simple (ejercicio). Esta función ϕ es también continua en la esfera de
Riemann con la métrica cordal, dejamos la verificación de este hecho como
b n.
ejercicio para el lector, obsérvese que esta prueba también se aplica en R
Un cálculo sencillo–que se aplica también a esferas en Rn – muestra que si
T es la traslación z → z − a, S la homotecia z → z/r y ψ la reflexión en
el cı́rculo unitario ∂∆, entonces
−1 −1
ϕ=T S ψ S T. (2.4)
Para definir las reflexiones en rectas conviene identificar al plano complejo
extendido con R b 2 , de esta manera, se puede usar el producto escalar usual en
2 b 2 están determinados
R . Usando este producto, los puntos de una recta en R
por la siguiente expresión

R(a, t) = z ∈ R2 z · a = t, a ∈ R2 − {0}, t ∈ R ∪ {∞}.


La misma ecuación define un plano en R b n de codimensión uno



P (a, t) = x ∈ Rn x · a = t, a ∈ Rn − {0}, t ∈ R ∪ {∞}.

70 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Resulta conveniente, para simplificar los cálculos, tomar al vector normal


a de longitud 1 . Con esta convención el punto t a ∈ R(a, t) y se sigue del
teorema de Pitágoras que el número t es la distancia de la recta –o del plano–
al origen, ya que si y, z ∈ R(a, t), entonces el vector y − z es ortogonal al
vector a.
Obsérvese que dado un punto z ∈ R2 , si ϕ es la reflexión en la recta
R(a, t), entonces, si ϕ(z) = z + ma, m ∈ R, se tiene que
z + ma + z
∈ R(a, t)
2
(véase la figura 2.12), por lo cual z · a + m/2 = t.
Definición 15 Se define la reflexión ( o inversión) en R(a, t), como la fun-
b2 → R
ción ϕ : R b 2 , dada por
(
z − 2(z · a − t) a si z ∈ R2 ,
ϕ (z) =
∞ si z = ∞,

donde |a| = 1.

ϕ(z)

z
θ
0

Figura 2.12: Reflexión en una recta por el origen

b n . Análoga-
Esta misma definición se aplica a reflexiones en planos P (a, t) en R
mente al caso de los cı́rculos, ϕ es una involución y

ϕ (z) = z ⇐⇒ z ∈ R(a, t).

También, la función T (z) = z − ta, traslada la recta R(a, t), a la recta por
el origen R(a, 0), y si ψ denota la reflexión en esta nueva recta, entonces
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 71

−1
un cálculo sencillo muestra que ϕ = T ψ T . Estas últimas afirmaciones se
cumplen también para planos P (a, t) en R b n (ejercicio). También si ϕ es la
reflexión en el plano P (a, 0), entonces ϕ es lineal y preserva normas, por
ende, es ortogonal; esto se sigue de un cálculo elemental que queda como
ejercicio para el lector. El siguiente resulta relaciona las distintas reflexiones
sobre rectas por el origen.
Proposición 2.4.1 Sean L la recta por el origen que pasa por eiθ , donde
0 < θ ≤ π, ϕ la reflexión en L, ψ(z) = z y S(z) = eiθ z, entonces
−1
ϕ = SψS .
Demostración. Un vector normal unitario a L está dado por a = ieiθ .
Escribiendo a = a1 + ia2 y z = x + iy, se tiene que Re (z a) = a1 x + a2 y,
por lo cual
ϕ(z) = z − 2Re (z a) a = z − (z a + a z) a = −a2 z.
Finalmente,
ϕ S(z) = ϕ(eiθ z) = ei2 θ e−i θ z = ei θ z = S( z) = S ψ(z).

La proposición anterior muestra nuevamente que las reflexiones en rectas
por el origen son funciones lineales ortogonales y que las reflexiones en rectas
son conformes. Más aún, la prueba de dicha proposición exhibe la matriz que
determina la reflexión como función lineal de R2 en R2
    
cos2 θ −sen2 θ 1 0 cos2 θ sen2 θ
= . (2.5)
sen2 θ cos2 θ 0 −1 sen2 θ −cos2 θ
En general, las reflexiones en planos son conformes, ya que son conjugadas
por traslaciones a funciones lineales ortogonales.
Recordamos que las funciones en P SL(2, C) son continuas en la esfera de
Riemann, por lo que se sigue también de la proposición 2.4.1 que las reflex-
iones en rectas, también lo son, ya que la función z → z es evidentemente-
mente continua en ∞ con la métrica cordal. En general, las traslaciones y
las transformaciones ortogonales son continuas en R b n con la métrica cordal,
ya que como en el caso complejo, si se tiene una sucesión de puntos finitos
en la esfera de Riemann xn , n ∈ N, entonces
dC (xn , ∞) 7−→ 0 ⇐⇒ xn 7−→ ∞.
72 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

De esta última observación se deriva que también las reflexiones en planos


b n . Con estas definiciones se puede definir el grupo general
son continuas en R
de Möbius.
Definición 16 El grupo general de Möbius actuando en R b 2 , denotado por
GM (R b 2 ), consiste de todas las funciones que son una composición finita de
reflexiones en “cı́rculos”.

W2
L1 W1

L2

Figura 2.13: Una transformación hiperbólica es la composición de dos


reflexiones en “cı́rculos” ajenos

Se sigue facilmente de las observaciones anteriores que estas funciones son


homeomorfismos de la esfera de Riemann en si misma y que forman un grupo.
Se denota por M (R b 2 ) al subgrupo que consiste de funciones que son com-
posiciones de un número par de reflexiones. Este subgrupo, que mostraremos
que es precisamente P SL(2, C), consiste de aquellas transformaciones que
preservan la orientación. Se dice que un función en GM (R b 2 ) preserva la
orientación, si el determinante de su matriz jacobiana en cualquier punto
finito (con valor finito) es positivo (la consistencia de esta definición se puede
verificar, por ejemplo, en [2] pp. 25, 26).
La relación 2.4 implica que la reflexión en le cı́rculo C(a, r) es conforme
en C − {a}. Esto se sigue ya que la matriz jacobiana de la inversión en el
cı́rculo unitario, en un punto (x, y) ∈ R2 , distinto del origen está dada por
 2
y − x2

−2xy
 (x2 + y 2 )2 (x2 + y 2 )2 
 
 ,
 2 2

 −2xy x −y 
(x2 + y 2 )2 (x2 + y 2 )2
la cual es una matriz escalar, multiplicada por una matriz de la forma 2.5.
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 73

L1 L2 W2

W1

b/2 b

Figura 2.14: Una transformación parabólica es la composición de dos reflex-


iones en “cı́rculos” tangentes

Lema 2.4.2 La homotecia z → kz es la composición de √ una reflexión en el


cı́rculo unitario, seguida de la reflexión en el cı́rculo C(0 k).

Demostración. Sean ϕ, ψ estas reflexiones, respectivamente, entonces

∗ 2 z/|z|2
ψ ϕ(z) = ψ(z ) = ψ(z/|z| ) = k = kz
|z|2

(véase la figura 2.13). 

Lema 2.4.3 La traslación z → z + b es la composición de la reflexión en la


recta R(b/|b|, 0), seguida de la reflexión en la recta R( b/|b|, |b|/2 ).

Demostración. Sean ϕ, ψ estas reflexiones respectivamente y a = b/|b|,


entonces  
ψ ϕ(z) = ψ z − 2(a · z)a
" #
h i |b|
= z − 2(a · z)a − 2 z − 2(a · z)a · a − a=z+b
2
(véase la figura 2.14). 
De manera análoga al caso bidimensional, se define el grupo general de
Möbius actuando en R b n , denotado por GM (Rb n ). Obsérvese también que
los dos últimos lemas y sus pruebas, se aplican de manera idéntica en Rn .
Podemos ahora identificar a las transformaciones de Möbius complejas con
M (Rb 2 ).
74 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Teorema 2.4.4 b 2 ).
P SL(2, C) = M (R

Demostración. Probamos primero que aquellas transformaciones del grupo


general de Möbius que preservan la orientación están en P SL(2, C). Para
demostrar este hecho, se necesita primero probar que las reflexiones en “cı́rcu-
los” son de la forma
az + b
z 7−→ , (2.6)
cz + d
donde ad − bc 6= 0.
La reflexión en el cı́rculo C(a, r) está definida por
(z − a) 1
z 7−→ a + r2 2
= a + r2
|z − a| z−a
a (z − a) + r2 az + r2 − |a|2
= = ,
z−a z−a
que es de la forma 2.6, ya que r 6= 0.
Por otra parte, se probó que la reflexión en la recta R(a, t), es la composi-
−1
ción T ψ T , donde T (z) = z − ta y ψ es la reflexión en la recta R(a, 0).
También, se mostró – en la prueba de la proposición 2.4.1– que la función ψ
está determinada por z → −a2 z, y por consiguiente la reflexión en la recta
R(a, t) está dada por
−1 −1
z 7−→ T (ψ(z − ta)) = T (−a2 (z − t a)) = −a2 z + 2 t a,
que es de la forma 2.6.
Ahora, la composición de dos transformaciones de esta forma es un fun-
ción en P SL(2, C). Esto se sigue, ya que dadas dos de estas funciones
az + b αz + β
ϕ(z) = y ψ(z) = ,
cz + d γz + δ
calculando (como en el caso de P SL(2, C) ), se tiene que ψ ϕ coincide con
la transformación definida en P SL(2, C) por el producto de matrices
   
α β a b
γ δ c d
(se prueba la igualdad primero con el álgebra y posteriormente se concluye
la válidez en todos los puntos de la esfera de Riemann por continuidad). Por
consiguiente, M (R b 2 ) ⊂ P SL(2, C).
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 75

Para probar que las transformaciones de Möbius complejas son funciones


en el grupo M (R b 2 ), basta probar que esto se cumple para las homotecias,
las traslaciones, las rotaciones y la función z → 1/z. Los primeros dos casos
se siguen de los lemas 2.4.3 y 2.4.2; también la función z → 1/z es una
inversión en el cı́rculo unitario, seguida de la conjugación (o viceversa), ya
que
1 z
= 2.
z |z|
Finalmente, se sigue de la prueba de la proposición 2.4.1 que la reflexión en
la recta que pasa por el origen y por e i θ/2 está dada por z → e i θ z; por lo
cual la rotación z → e i θ z se puede expresar como la conjugación, seguida
de dicha reflexión (véase la figura 2.15). 

L1
W1
L2
W2

Figura 2.15: Una transformación elı́ptica es la composición de dos reflexiones


en cı́rculos que se intersectan en dos puntos

El teorema anterior tiene varias consecuencias importantes. Primero in-


troducimos el concepto de puntos inversos que es inherente a las reflexiones.

Definición 17 Sea W un “cı́rculo”, se dice que z, w son puntos inversos


con respecto a W, si σ(z) = w, donde σ es la reflexión en W.

Corolario 2.4.5 Sea ϕ una transformación en el grupo general de Möbius,


tal que fija puntualmente un “cı́rculo” W, entonces ϕ es la reflexión en W,
o es la identidad.

Demostración. Si ϕ ∈ P SL(2, C), entonces se sigue del teorema 1.2.5


que ϕ = Id. De otra manera, σ ϕ ∈ P SL(2, C), donde σ es la reflexión en
W, por lo cual σ ϕ = Id y ϕ = σ. 
76 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Corolario 2.4.6 Sean σ1 , σ2 las reflexiones en los “cı́rculos” W1 y W2 ,


respectivamente, entonces σ1 y σ2 son conjugadas en el grupo general de
Möbius GM (Rb 2 ), en particular, la transformación conjugante se puede tomar
en P SL(2, C).

Demostración. Sea T ∈ P SL(2, C), tal que T (W1 ) = W2 , entonces como


−1
T σ2 T fija puntualmente W1 , se sigue del corolario anterior que
−1
T σ2 T = σ1 .

Corolario 2.4.7 Sea ϕ ∈ GM (R b 2 ) y W1 , W2 , “cı́rculos”en la esfera de


Riemann, tales que ϕ(W1 ) = W2 , entonces ϕ manda puntos inversos con
respecto a W1 en puntos inversos con respecto a W2 .

Demostración. Se sigue de los resultados anteriores que si σ1 y σ2 denotan


las reflexiones en los “cı́rculos” W1 , W2 , respectivamente, entonces

ϕ −1 σ2 ϕ = σ1 ,

por lo cual
σ2 ϕ = ϕ σ1 .
Ahora, si z, w son puntos inversos con respecto a W1 , se tiene

σ2 ϕ(z) = ϕ σ1 (z),

y
σ2 ϕ(z) = ϕ (w),
que es lo que que se quiere probar. 
Estos corolarios son también válidos en Rb n (véase [2] pp. 31, 32). Tam-
bién, se siguen del teorema 2.4.4 otros resultados muy importantes del plano
hiperbólico.

Corolario 2.4.8 Sea σ la reflexión en un “cı́rculo” W que es ortogonal al


eje real, entonces la restricción de σ a H2 es una isometrı́a hiperbólica.
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 77

Demostración. Sea T ∈ P SL(2, R), tal que T transforma el “cı́rculo” W


en el eje imaginario, entonces si ψ denota la reflexión en el eje imaginario,
se sigue que
−1
σ = T ψ T,
es decir, es una composición de isometrı́as. 
Este último resultado se aplica también para reflexiones en “cı́rculos” orto-
gonales al cı́rculo unitario en el disco de Poincaré (ejercicio). Más aún, se
sigue del ejercicio 1.5.2 y de los teoremas 2.2.7 y 2.4.4, que las reflexiones en
“cı́rculos” ortogonales a la recta real (o al cı́rculo unitario) generan el grupo
completo de isometrı́as del plano hiperbólico H2 (o ∆).
Aplicamos ahora los resultados sobre las reflexiones, para encontrar la
fórmula general de la distancia hiperbólica entre dos puntos del disco de
Poincaré. En este proceso, el análisis de ciertas ecuaciones, que cumplen
las reflexiones en circulos ortogonales a ∂∆, permite exhibir expresiones
invariantes bajo las isometrı́as de este modelo. También, se prueba que la
proyección estereográfica es la restricción de una reflexión en una esfera. A
continuación generalizamos la fórmula de la distancia cordal.

Proposición 2.4.9 Sea S(a, r) la esfera con centro en a y radio r en Rn ,


es decir,
x ∈ Rn |x − a| = r ,


y sea ϕ la reflexión en S(a, r), entonces si x, y ∈ Rn − {a}, se tiene

|x − y|
|ϕ(x) − ϕ(y)| = r2 .
|x − a| |y − a|

Demostración. Usando el producto escalar estandar en Rn , se sigue di-


rectamente de la definición que

|ϕ(x) − ϕ(y)|2 = r4 |(x − a)∗ − (y − a)∗ |2



4
1 1 (x − a) · (y − a)
=r + −2
|x − a|2 |y − a|2 |x − a|2 |y − a|2
2 2

4 |y − a| + |x − a| − 2(x − a) · (y − a)

=r
|x − a|2 |y − a|2

4 |x − y|2
=r .
|x − a|2 |y − a|2

78 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Esta fórmula es particularmente interesante al aplicarla a la reflexión ϕ


3
en
√ la esfera de R , cuyo centro es el punto e 3 = (0, 0, 1) y su radio es
2. Un primer hecho notable es que al aplicar esta reflexión a puntos del
plano complejo se obtiene precisamente la función estereográfica descrita al
principio del libro

ϕ(x, y, 0) = (0, 0, 1) + 2 [(x, y, 0) − (0, 0, 1)]∗

x2 + y 2 − 1
 
2x 2y
= , , ,
x2 + y 2 + 1 x2 + y 2 + 1 x2 + y 2 + 1
lo cual muestra que la proyección estereográfica es la restricción, al plano
complejo, de una reflexión en una esfera en R3 , es decir, de una función de
Möbius del grupo GM ( R b 3 ). Al ser esta reflexión una involución, se tiene
que también su restricción a la esfera unitaria es la inversa de esta función
estereográfica, esto es, si (x1 , x2 , x3 ) ∈ S2 , entonces
 
x1 x2
ϕ(x1 , x2 , x3 ) = , ,0 .
1 − x3 1 − x3

Ahora, la proposición 2.4.9 implica de manera inmediata la fórmula de


la distancia cordal para la esfera de Riemann, que se probó en el primer
capı́tulo, en efecto, si z, w ∈ C, se tiene

|b
z − w| 2 |z − w|
|ϕ(b
z ) − ϕ(w)|
b
b =2 =p p ,
|b
z − e 3 | |w
b − e 3| ( |z|2 + 1) ( |w|2 + 1)

b representan a los complejos z, w, como puntos de R3 .


donde zb, w
En general, si A es un abierto en Rn y f : A → Rn es una función
conforme en x0 ∈ A, entonces el lı́mite

|f (x) − f (x0 )|
lı́m
x→x0 |x − x0 |

existe y es precisamente el factor de conformalidad (ejercicio). Se sigue en-


tonces de la proposición 2.4.9, que el factor de conformalidad de la reflexión
en el cı́rculo C(a, r) en un punto z, z 6= a, está dado por

r2
.
|z − a|2
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 79

Esta última fórmula también es válida para reflexiones en esferas en Rn , ya


que como mostraremos, al final de este capı́tulo, estas reflexiones son también
conformes.
Enunciamos ahora un teorema que caracteriza aquellas isometrı́as del dis-
co de Poincaré que son reflexiones en cı́rculos ortogonales al cı́rculo unitario.
De este resultado se derivan expresiones de estas reflexiones, que junto con la
proposición 2.4.9, permiten encontrar una fórmula explı́cita de la distancia,
en este modelo del plano hiperbólico.

1
r

a0 a

Figura 2.16: Cı́rculo ortogonal a la frontera del disco unitario

Teorema 2.4.10 Sea C(a, r) un cı́rculo en R2 y ϕ la reflexión en este


cı́rculo. Entonces las siguientes afirmaciones son equivalentes:

(i) el cı́rculo C(a, r) es ortogonal al cı́rculo unitario;

(ii) ϕ(0) = a∗ ;

(iii) |a|2 = 1 + r2 ;

(iv) la reflexión ϕ preserva ∆.

Demostración. Se sigue del teorema de Pitágoras que el cı́rculo C(a, r) es


ortogonal al cı́rculo unitario si y sólo si

|a|2 = 1 + r2 ,
80 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

y como esta condición es equivalente a

ϕ(0) = a − r2 a∗ = |a|2 − r2 a∗ = a∗ ,


se sigue que las primeras tres afirmaciones son equivalentes. Ahora, si se


cumple (iv), ϕ manda puntos inversos con respecto al cı́rculo unitario a
puntos inversos con respecto al cı́rculo unitario; por lo que ϕ(0) = a∗ , ya
que ϕ(∞) = a (véase la figura 2.16).
Por lo cual, basta probar que las primeras tres afirmaciones implican la
cuarta. Esto se puede probar de manera muy elemental usando la función de
Cayley, ya que evidentemente una reflexión sobre un “cı́rculo” ortogonal a
la recta real preserva el semiplano superior H2 . Sin embargo, mostraremos
otra prueba análitica que proporciona una expresión necesaria para exhibir
la fórmula de la distancia hiperbólica.
Usando la fórmula de la proposición 2.4.9, se tiene
r2 |z − a∗ |
|ϕ(z)| = |ϕ(z) − ϕ(a∗ )| =
|z − a| |a − a∗ |

(|a|2 − 1) |z − a∗ | |z − a∗ |
=   = |a| .
1 |z − a| |z − a|
|a| 1 − 2
|a|
Por consiguiente
|z − a|2 − |a|2 |z − a∗ |2
1 − |ϕ(z)|2 =
|z − a|2
y el numerador de esta expresión está dado por
a 2
|z − a|2 − |a| z −

|a|

= |z|2 + |a|2 − |z|2 |a|2 − 1 = r2 (1 − |z|2 ).


En consecuencia
r2 (1 − |z|2 )
1 − |ϕ(z)|2 = , (2.7)
|z − a|2
y se sigue de manera inmediata que ϕ preserva el disco unitario. 
Una prueba casi idéntica que usa el producto inversivo, para sustituir el
teorema de Pitágoras, muestra que este resultado es también válido en la bola
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 81

n-dimensional (véase [2] pp. 38-39). El teorema 2.4.10 y la proposición 2.4.9


implican la existencia de una expresión que es invariante bajo las isometrı́as
hiperbólicas del disco (y de la bola n-dimensional).
Teorema 2.4.11 La expresión
|z − w|2
, (2.8)
(1 − |z|2 ) (1 − |w|2 )
z, w ∈ ∆, es invariante bajo las isometrı́as del disco de Poincaré.
Demostración. Basta probar la invariabilidad bajo las reflexiones en “cı́rcu-
los” ortogonales al cı́rculo unitario, ya que éstas generan el grupo completo
de isometrı́as. Si ϕ es una reflexión en una recta por el origen, entonces ϕ
es una función lineal ortogonal y por lo tanto es una isometrı́a euclideana y
es evidente que preserva la expresión 2.8. Ahora, si ϕ es la reflexión en el
cı́rculo C(a, r), se sigue de la proposición 2.4.9 y de 2.7 que
|ϕ(z) − ϕ(w)|2

1 − |ϕ(z)|2 1 − |ϕ(w)|2

|z − a|2 |w − a|2 |z − w|2


   
4
= r
r2 (1 − |z|2 ) r2 (1 − |w|2 ) |z − a|2 |w − a|2
|z − w|2
= .
1 − |z|2 1 − |w|2

Finalmente, se puede ahora enunciar y verificar una fórmula general de la
distancia hiperbólica en el disco de Poincaré. Este teorema también es válido
en la bola n-dimensional (cf. [2] p. 40 ).
Teorema 2.4.12 Sean z, w puntos en el disco hiperbólico de Poincaré, en-
tonces
1 |z − w|2
sen h2 ρ(z, w) = . (2.9)
2 (1 − |z|2 ) (1 − |w|2 )
Demostración. Como ambas expresiones son invariantes bajo las isometrı́as
hiperbólicas del disco, basta probar la identidad para el caso en que z = 0
y w = t ∈ (0, 1), ya que cualesquiera dos puntos en ∆ se pueden man-
dar mediante una isometrı́a hiperbólica a esta posición (ejercicio). Ahora, si
denotamos por u a  
1+t
log ,
1−t
82 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

se sigue de la expresión 2.3 que


2
eu/2 − e−u/2

1
2
sen h ρ(0, t) =
2 2
 
1 1 1+t 1−t
= (eu − 2 + eu ) = −2+
4 4 1−t 1+t

(1 + t)2 − 2(1 − t2 ) + (1 − t)2 t2


 
1
= ,
4 1 − t2 1 − t2
y se sigue el teorema. 
Se presentan ahora haces de geodésicas en el plano hiperbólico que des-
criben de una manera geométrica las distintas isometrı́as en P SL(2, R), o
en M (∆). Se deduce también del teorema 2.4.4 que las transformaciones
parabólicas, hiperbólicas o elı́pticas, se pueden expresar como la composición
de dos reflexiones.

Teorema 2.4.13 Sea T ∈ P SL(2, C) parabólica, hiperbólica o elı́ptica, en-


tonces T se puede expresar como σ2 σ1 , donde σj , j = 1, 2, son reflexiones
en “cı́rculos” W1 , W2 , respectivamente. Además

(i) si T es parabólica, entonces W1 , W2 se intersectan en el punto fijo de


T , es decir, son tangentes;

(ii) si T es elı́ptica, entonces W1 , W2 se intersectan en los puntos fijos de


de T ;

(iii) si T es hiperbólica, entonces W1 , W2 no se intersectan.

Demostración. Probamos los casos parabólico e hiperbólico, el caso elı́ptico


se sigue de manera análoga, usando el modelo del disco de Poincaré y la
descripción de una rotación como la composición de dos reflexiones en rectas
por el origen.
Para homotecias y traslaciones, el resultado se sigue de los lemas 2.4.3
y 2.4.2. En los casos generales, digamos si T es parabólica con punto fijo
α, tomando una transformación S ∈ P SL(2, C), que mande ∞ en α, se
−1
tiene que la transformación conjugada S T S es una traslación y se puede
expresar como la composición σ2 σ1 de dos reflexiones sobre rectas paralelas,
digamos L1 y L2 . Por consiguiente, si S(Lj ) = Wj , j = 1, 2, se sigue del
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 83

−1
corolario 2.4.5 que S σj S es la reflexión en Wj , j = 1, 2. Finalmente,
como
−1 −1
T = S σ2 S S σ1 S ,
se sigue el resultado. El caso hiperbólico se prueba de manera análoga. Véase
las figuras 2.13, 2.14 y 2.15. 

Figura 2.17: Haces parabólicos

Obsérvese que el resultado anterior se aplica a todas las transformaciones


en P SL(2, R) o en M (∆), y en estos casos, la descripción es particularmente
importante, ya que las reflexiones se hacen sobre “cı́rculos” cuya intersección
con el plano hiperbólico (H2 o ∆) son geodésicas (véase las figuras 2.13, 2.14
y 2.15). A su vez, estas geodésicas son también “semicı́rculos” en las familias
de “cı́rculos” de la configuración de Steiner y su caso degenerado (que se
describieron en el capı́tulo anterior). Dichas configuraciones son muy útiles
para entender otros aspectos importantes de la geometrı́a de las isometrı́as
del plano hiperbólico. Los tres casos relevantes son los siguientes:

(i) elı́ptico, los dos puntos lı́mite son complejos conjugados (o son puntos
inversos con respecto a ∂∆);

(ii) hiperbólico, los dos puntos lı́mite están en R


b (o en ∂∆);

(iii) parabólico, es el caso degenerado con un solo punto en R


b (o en ∂∆), de
tal manera que R b (o ∂∆) es un “cı́rculo” de la familia de los cı́rculos
de Apolonio degenerados.
84 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Sin embargo, conviene restringir los “cı́rculos” a su intersección con el


semiplano superior H2 (o al disco de Poincaré ∆), y modificar la clasificación
descrita en el primer capı́tulo de “cı́rculos” de Apolonio y “cı́rculos” por los
puntos lı́mite, en otra distribución de estos mismos “cı́rculos”.

(i) La familia C de los “cı́rculos” (o “semicı́rculos”) fijos.

(ii) Su familia ortogonal, que denotamos por G .

Figura 2.18: Haces elı́pticos

Figura 2.19: Haces hiperbólicos

Obsérvese que la familia C consiste de cı́rculos hiperbólicos, hiperciclos y


horociclos, respectivamente; en contraste, la familia G consiste de geodésicas
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 85

(véase las figuras 2.17, 2.18, 2.19). Esta descripción refina los resultados del
teorema 2.4.13: si T ∈ P SL(2, R) (o en M (∆) ), entonces

T = σ2 σ1 ,

donde σj , j = 1, 2, son reflexiones en geodésicas de la familia G . Obsérvese


también que dadas dos geodésicas cualesquiera L1 , L2 , en H2 ( o en ∆),
éstas determinan de manera única un haz de geodésicas G, como el descrito
anteriormente. Esto se sigue ya que si L1 , L2 , no se intersectan, entonces
existe otra geodésica M, que es ortogonal común a L1 y a L2 (ejercicio).
Al haz se le llama:

(i) parabólico, si L1 y L2 son tangentes;

(ii) elı́ptico, si L1 y L2 se intersectan;

(iii) hiperbólico, si L1 y L2 son disjuntas.

Esta nueva distribución de los “cı́rculos” de Steiner, conlleva muchos


resultados importantes del plano hiperbólico, mostramos en el siguiente teo-
rema uno de ellos. Más información sobre este tema se puede consultar en
[2] pp. 168-175.

Definición 18 Se dice que dos “cı́rculos” (o “semicı́rculos” ) C1 , C2 en H2


( o en ∆) son equidistantes, si ∀z ∈ C1 , existe w ∈ C2 , tal que

ρ(C1 , C2 ) = ρ(z, w).

teiφ

teiψ

Figura 2.20: Hiperciclos equidistantes


86 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Teorema 2.4.14 Los “cı́rculos”(o “semicı́rculos”) de la familia C son


equidistantes.

Demostración. Mostramos el caso hiperbólico y dejamos los otros dos


casos, que son más secillos, como ejercicio. Sin perder generalidad, se puede
suponer que los hiperciclos C1 , C2 son los semirayos definidos por

t ei ϕ , t ∈ R + , s eiψ , s ∈ R+ ,

respectivamente (véase la figura 2.20). Ahora


 
2 1 iϕ iψ
sen h ρ(t e , s e
2

1 |t ei ϕ − s ei ψ |2
cos h ρ(t ei ϕ , s ei ψ ) − 1 =

2 4 Im(t ei ϕ) Im(s ei ψ )

(t ei ϕ − s ei ψ )(t e−i ϕ − s e−i ψ ) t2 + s2 − 4 t s cos(ϕ − ψ)


= =
2 t s sen ϕ sen ψ 2 t s sen ϕ sen ψ
 
1 t s
= + − 2 cos(ϕ − ψ)
2 sen ϕ sen ψ s t

1
≥ (2 − 2 cos(ϕ − ψ)) ,
2 sen ϕ sen ψ
por lo cual el ı́nfimo se alcanza cuando t = s. 
Obsérvese que en la prueba del caso hiperbólico en el teorema anterior,
se usó la propiedad del paralelismo para probar que

ρ(t ei ϕ , t ei ψ ) = ρ(C1 , C2 ).

Notése también que el teorema anterior se puede probar de manera geométri-


ca usando cı́rculos de Apolonio apropiados, véase la figura 2.20.
Terminamos este capı́tulo describiendo las isometrı́as del espacio hiperbóli-
co tridimensional. Para esto, definimos primero las extensiones de Poincaré,
denotamos por b a, al punto en Rn+1 , (a, 0), donde a ∈ Rn . Poincaré ob-
b 2 , C(a, r), R(a, t), se extienden
servó que las reflexiones en “cı́rculos” de R
de manera natural a reflexiones en “esferas”(planos o esferas), S(b a, r), P (b
a, t),
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 87

en Rb 3 , (véase las figuras 2.21 y 2.22 ). Si ϕ es la reflexión en un cı́rculo


C(a, r), (o en la recta R(a, t)), se denota por ϕ b a la reflexión en la esfera
S(b
a, r), (o en el plano P (b a, t)), a ϕ
b se le llama la extensión de Poincaré de
ϕ

Definición 19 Dada ϕ ∈ GM (R b 2 ), ϕ = ϕ1 ϕ2 . . . ϕm , donde ϕj es la re-


flexión en un “cı́rculo”, j = 1, 2, . . . , m, se define su extensión de Poincaré co-
mo
ϕ
b=ϕ b1 ϕb2 . . . ϕ
bm .

α b
α

Figura 2.21: Extensión de Poincaré de la reflexión en un cı́rculo

α b
α

Figura 2.22: Extensión de Poincaré de la reflexión en una recta

Usando la versión tridimensional del corolario 2.4.5 (cf. [2] p. 31), se


sigue facilmente, que esta definición no depende de la descomposición
2de ϕ
3
en reflexiones en “cı́rculos”. Obsérvese que ϕb preserva H y que ϕ R =ϕ
b b
(ejercicio). Denotamos por
GM
d (R b 2)
b 3 ), que consiste de las extensiones de Poincaré de
al subgrupo de GM (R
GM (Rb 2 ).
88 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

Figura 2.23: Geodésica en H3

Por otra parte, un cálculo muestra que si ϕ es la reflexión en la esfera


unitaria con centro en el origen en Rn , la entrada i j de la matriz jacobiana
de ϕ 0 (x) está dada por
δi j 2 xi xj
2

|x| |x|4
(ejercicio). Además, si M es la matriz con entradas

2 xi xj
Mi j = ,
|x|2

entonces la matriz M − I , es ortogonal (ejercicio). En consecuencia, la re-


flexión en la esfera S(a, r) es conforme en Rn − {a}. Sin embargo, las re-
flexiones en planos son conformes en Rn .
En particular, los elementos del grupo GM d (Rb 2 ) son biyecciones con-
formes de H3 ; más aún, son isometrı́as hiperbólicas ya que usando el teorema
2.4.9, un cálculo sencillo muestra que la igualdad 2.1, aplicada a la densidad
hiperbólica de H3 , se cumple bajo las reflexiones en esferas o planos ortogo-
nales a R2 (ejercicio). Resulta también, que el grupo completo de isometrı́as
es precisamente GM d (R b 2 ) (cf. [12] pp. 129-130).
Se sigue también de manera idéntica al análisis bidimensional, que la
distancia hiperbólica, entre dos puntos alineados verticalmente en H3 , se
minimiza en segmentos verticales, y está dada por el logaritmo. No es difı́cil
probar que en general las transformaciones de Möbius en R b n mandan “es-
feras” en “esferas” (cf. [2] p. 30), usando este hecho, se sigue entonces por
conformalidad que las geodésicas en H3 son “semicı́rculos” ortogonales al
plano complejo (véase la figura 2.23).
2.4. EL GRUPO COMPLETO DE ISOMETRÍAS 89

Finalmente, un sencillo cálculo muestra que la expresión

|x − y|2
,
x3 y3

x, y ∈ H3 , es invariante bajo las reflexiones en esferas o planos ortogonales


a R2 (ejercicio). En consecuencia, se sigue de los argumentos del teorema
2.2.5, que la distancia hiperbólica entre dos puntos x, y ∈ H3 está dada por

|x − y|2
cosh ρ(x, y) = 1 + .
2 x3 y3

En estos razonamientos se usa que GM b 2 ) es transitivo en geodésicas.


d (R
Para probar esto, notése que si una geodésica L termina en un punto u del
plano complejo; al aplicar la extensión de Poincaré de la reflexión en cualquier
cı́rculo con centro en u, esta geodésica L es enviada a una semirecta ortogo-
nal al plano complejo. A su vez, esta recta vertical se puede trasladar al eje
t e3 , t ∈ R+ , por una traslación de la forma x → x + b a, donde a ∈ C, que
ciertamente es la extensión de Poincaré de la misma traslación en el plano
complejo.

EJERCICIOS 2.4
1. Sea ϕ una reflexión en un “esfera ” W, demuestre de manera analı́tica
b n y que ϕ(z) = z si y sólo si z ∈ W .
que ϕ es una involución en R
2. Demuestre que las reflexiones en “circulos” son continuas en la esfera de
Riemann.
3. Sea ϕ la reflexión en el plano P (a, t), ψ la reflexión en el plano P (a, 0)
y f (x) = x − ta, demuestre que ϕ = f −1 ψ f.
b n , demuestre que ϕ es ortogonal.
4. Sea ϕ la reflexión en el plano P (a, 0) ⊂ R
5. Demuestre de dos maneras que las reflexiones en “cı́rculos” ortogonales al
cı́rculo unitario, restringidas al disco de Poincaré ∆, son isometrı́as hiperbóli-
cas.
6. Probar el caso elı́ptico en el teorema 2.4.13.
7. Demuestre que la reflexión en la esfera S(a, r) de Rn está dada por la
función f −1 g −1 ψ g f , donde f es la traslación x → x−a, g es la homotecia
x → x/r y ψ es la reflexión en la esfera unitaria.
90 CAPÍTULO 2. MÉTRICA HIPERBÓLICA

8. Demuestre de dos maneras que dados dos puntos en ∆, existe una isometrı́a
hiperbólica en GM (∆) que los manda a los puntos 0 y t ∈ (0, 1).
9. Sean L1 y L2 dos geodésicas disjuntas y no tangentes en H2 (o en ∆),
demuestre que existe otra geodésica M, que es ortogonal común a L1 y a
L2 .
10. Terminar la prueba analı́tica del teorema 2.4.14 (sugerencia: usar la
fórmula de la distancia hiperbólica en el disco de Poincaré en el caso elı́ptico).
11. Sea T ∈ GM (∆), tal que fija el origen, demuestre que T es ortogonal.
12. Demuestre que el lema 2.2.4, también es válido para el grupo completo
de isometrı́as de H2 .
13. Demuestre que b 2 , entonces ϕ
3
si
2
ϕ es la reflexión en un “cı́rculo” en R b
preserva H y ϕ R = ϕ.
b b
14. Sea ϕ la reflexión en la esfera unitaria con centro en el origen en Rn ,
demuestre que la entrada i, j de la matriz jacobiana de ϕ 0 (x) está dada por
δi j 2x x
|x|2
− |x|i 4 j .
2 xi xj
15. Sea M la matriz cuadrada de n×n con entradas Mi j = |x|2
, demuestre
que la matriz I − M es ortogonal.
16. Demuestre que la igualdad 2.1, aplicada a la métrica hiperbólica de H3 ,
se cumple bajo las extensiones de Poincaré de las reflexiones en “circulos”
de Rb 2.
|x−y|2
17. Demuestre que la expresión x, y ∈ H3 , es invariante bajo las ex-
x3 y3
,
tensiones de Poincaré de las reflexiones en “circulos” de Rb 2.
18 Demuestre que P SL(2, R) consiste de las extensiones de Poincaré de
M (R).
b
Bibliografı́a

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Rinehart and Winston, 1966.

[2] A.F. Beardon, The geometry of Discrete groups, Graduate Texts in


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[12] J.G. Ratcliffe, Foundations of hyperbolic manifolds, Graduate


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91
92 BIBLIOGRAFÍA

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Funcions, Tokio Iwanami Shoten and Princeton University Press, 1971.

[14] F.W. Warner, Foundations of Diferentiable Manifolds and Lie


Groups, Scott, Foresman and Company, 1971.
Índice Analı́tico

Apolonio, cı́rculos de, 28 infinito, punto al, 5

“cı́rculos”, 20 lı́mite
cı́rculos hiperbólicos, 57 conjunto, 93
Cayley, función de, 38 punto, 93
conforme, transformación, 19 loxodrómica, transformación, 27
conjunto fundamental, 133
métrica hiperbólica, 51
cordal, métrica, 10
M (∆), 40
∆, 38 Möbius, transformaciones de, 5, 12
densidad, 47 modular, grupo, 98
discontinuo, 94 multiplicadores, 41
“discos”, 36
ordinario
discreto, grupo, 105
conjunto, 93
elı́ptica, transformación, 27 punto, 93

factor de conformalidad, 47 parabólica, transformación, 25


fuchsiano, grupo, 114 Picard, grupo de, 107
plano complejo, extendido, 5
geodésica, 55 Poincaré
GL(2, C), 41 disco de, 64
extensión de, 86
h-convexo, 138 principal de congruencias, grupo,
H2 , 36 99
haz proyección estereográfica, 6
elı́ptico, 83 P SL(2, C), 15
hiperbólico, 83 P SL(2, R), 36
parabólico, 83
hiperbólica, transformación, 27 región fundamental, 135
hiperciclos, 60 ρ, 53
horociclos, 59 Riemann, esfera de, 6

93
94 ÍNDICE ANALÍTICO

SL(2, C), 13
SL(2, R), 36
Steiner, configuración de, 29

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