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LA DROGA COMO OBJETO TRANSICIONAL PATOLOGICO

Autora: María Paz Silva F.


Profesor Patrocinante: Ruben Klaber.
Universidad Nacional Andrés Bello

A través de la investigación realizada se intenta desarrollar desde una perspectiva novedosa, una reflexión
sobre algunos aspectos del origen del problema de la adicción a las drogas, y los posibles aportes
terapéuticos a partir de estas teorías.

El problema acerca del consumo de drogas se vuelve cada vez más preocupante en nuestro país; afectando
a todos los sectores de la población y evidenciándose un inicio del consumo de sustancias cada vez más
temprano.

El problema de la adicción es tan antiguo como la humanidad, tiene su origen en Sumeria, Antes de Cristo,
hasta donde nos puede guiar la tradición escrita. En principio se vinculó a ritos religiosos organizados por
diferentes grupos culturales que se han sucedido en períodos conocidos de la historia humana.

El consumo de la droga se asocia a la búsqueda de placer y a la evitación del dolor (psíquico y físico); y su
uso desde siempre ha tenido un doble objetivo: por una parte el consumidor quiere indagar y abarcar el
universo circundante, y por otra necesita negar la realidad y el temor a lo desconocido.

Al plantearse el fenómeno de la adicción, se parte de la base que se trata de una enfermedad, así como
cualquier otra patología que podría desencadenarse a lo largo de la vida de un individuo. Desde un punto de
vista psicológico, como terapeutas, la adicción nos enfrenta a la necesidad de discutir diversas
interrogantes: ¿qué es lo que lleva a los individuos a transformarse en esclavos de un objeto externo que no
pueden dominar?, ¿por qué necesitan de un "otro" inanimado para estar bien y sentirse plenos?, ¿tendrá
esta conducta relación con el azar?

Si se piensa en cual o cuales pueden ser las causas para que un individuo llegue a ser dependiente de la
droga, éstas pueden ser múltiples. A partir de estas interrogantes es que surgió la idea de investigar
aspectos de la dependencia temprana entre el infante y su madre. En este trabajo se investigó la posible
relación entre la adicción a drogas y un mal uso del objeto transicional durante la infancia, donde la droga
sería equivalente a un objeto transicional patológico (concepto Winnicottiano).

Para estos efectos se realizó una revisión bibliográfica de la literatura psicoanalítica, tomando como
referencia a Winnicott y autores posteriores a él, que proponen nuevas ideas en relación al concepto de
objeto transicional. Se investigó acerca del concepto de adicción, tomando en cuenta aspectos médicos y
culturales que podrían influir en la adicción a drogas. A su vez se hizo una revisión de los aspectos
psicológicos presentes en la adicción y de las técnicas clínicas empleadas para el tratamiento de este tipo
de pacientes.

Winnicott refiere que el objeto transicional es el que permite al niño comenzar a separase de la madre y
diferenciar el yo del no-yo.. Ante la ausencia de ésta, el niño recurre a este objeto, para calmarse y
tranquilizarse en momentos de angustia. Un buen uso del objeto transicional posibilitará al niño lograr la
separación de la madre para avanzar a la siguiente etapa de su desarrollo. Una vez que el niño logra
percibir a la madre como una persona independiente de él y es capaz de verse a sí mismo como una
persona completa e integrada, el objeto transicional pierde importancia y significado, y será abandonado
por el infante.

¿Cuál es el límite entre el uso normal y el uso patológico de un objeto transicional?

Existe un momento en que la madre ya no se adaptará completamente a las necesidades de su hijo, como
lo hacía en los primeros meses de vida del infante. Ella comenzará a retomar aspectos de su propia vida,
tales como: el trabajo, la atención a sus otros hijos o el desarrollo de otras actividades cotidianas. Por su
parte el bebé deberá empatizar con las necesidades maternas, enfrentándose a la necesidad de ser una
persona independiente de la madre. Es ésta última, quien debe permitir que ocurra la separación gradual
entre ella y su bebé; ya que sólo a partir de ésta el niño podrá comenzar a desarrollar su propia estructura
psíquica.
Es en el proceso de separación de la madre cuando el niño recurre al objeto transicional, como un
elemento que le permitirá tolerar la angustia de separación. En un curso normal del desarrollo, una vez que
el niño logra la separación y diferenciación, debiera abandonar este objeto y poder desenvolverse sin él.

La patología surge cuando el objetivo inicial del uso de este objeto -lograr la separación de la fusión madre-
hijo- se desvirtúa, se pervierte y éste es utilizado para otros fines. En estos casos se encuentran los niños
que utilizan el objeto para evadir y evitar enfrentar las angustias que están a la base del proceso de
separación de su madre, y aquellos que sólo usan el objeto para la descarga de impulsos agresivos. Es
importante incluir a los pequeños que no tuvieron un objeto transicional en la infancia producto de haber
tenido una madre intrusiva, que no les permitió experienciar la necesidad de separación.

Es necesario destacar que la definición de objeto transicional patológico está basada en aspectos
cualitativos y cuantitativos. Cualitativamente existiría una tergiversación de los fines hacia los cuales está
dirigido el uso de este objeto, y cuantitativamente la patología estaría dada por el momento de aparición y
abandono del objeto en el desarrollo de un individuo.

Los infantes que no hagan un buen uso del objeto transicional quedarán fijados en la etapa de la
transicionalidad. Llegarán a ser adultos, pero con un desarrollo mental perteneciente a la fase transicional. Y
en la adolescencia y la vida adulta, tenderán a vincularse con los objetos externos "como si" fueran objetos
transicionales. Es decir, la relación con los objetos externos será como si fueran de su "propia posesión", sin
límites, y con un alcance mágico y omnipotente sobre ellos cuando los necesitan.

¿Cómo se podría relacionar este objeto transicional patológico con la adicción y la drogadicción?. ¿Por qué
se elige la droga y no otro objeto externo?

La adicción puede ser a cualquier objeto externo. Se pueden establecer relaciones adictivas con la comida,
las drogas o inclusive con otra persona que logre satisfacer la función de objeto transicional. La droga,
entonces, también podría cumplir la tarea de objeto transicional.

Para que una persona se vuelva dependiente a la droga debe estar expuesto a situaciones sociales en que
se haga uso de ésta. Además, debe ser presentada en un momento psíquico determinado, representado por
una organización mental vulnerable, que tiene su origen en la alteración de la relación entre el infante y sus
progenitores, y que podría reactivarse en otros momentos del desarrollo.

Por otro lado, la droga tendría que tener cualidades de acción parecidas a las de otros instrumentos
presentes en otros momentos particulares de la vida del sujeto, donde haya vivenciado el mismo estado
psíquico.

A partir de esto se puede concluir que el azar sería un aspecto que influye en la elección de la droga como
objeto, desde la perspectiva que deben presentarse una serie de condiciones de manera simultánea para
que se origine la adicción. Por esto, no todos los individuos que se queden fijados en la etapa transicional
serán adictos a la droga en el futuro. También es necesario considerar que en la fase transicional, se puede
encontrar el origen de una estructura borderline de personalidad y de otros cuadros clínicos asociados a
ésta, por lo que la adicción a la droga, es una patología más que puede surgir en este período.

De acuerdo con lo anterior, se sostiene que la relación que el adicto establece con la droga se asemeja a la
relación que el niño establece con el objeto transicional. El adicto con el consumo, intenta sustituir, de
manera mágica y omnipotente, una realidad que no puede enfrentar -posibilidad que le ofrece la droga. Los
fines del consumo no son sólo placenteros, sino que también busca poder controlar y proveerse de esta
"madre" cuando él así lo desea.

La madre en un momento determinado del desarrollo normal comenzará a poner límites al infante, en
cambio, el uso de drogas no tiene límites. La relación con el "objeto droga" es omnipotente, controladora,
demandante, sin límites, ambivalente, dependiente, intolerante a la frustración, utilitaria, momentánea,
tranquilizadora, pero destructiva para el sujeto, quien a pesar de esto no puede dejarla. El adicto establece
una relación perversa con la droga. Se observa una doble intención, por un lado ésta satisface sus
necesidades, pero una vez absorbida la siente como algo malo, y tiene que denigrarla. Esta relación se
parece en muchos aspectos al vínculo que el niño estable con la madre durante la etapa de dependencia. El
pequeño necesita a la madre y la ama cuando ésta satisface sus necesidades, pero frente a situaciones de
ansiedad en que ella se encuentra ausente, el niño siente que la odia. El niño utiliza el objeto transicional
para separarse de la madre, en cambio, el adicto sustituye a la madre por la droga, haciendo un uso
perverso del objeto.
La droga cumpliría en el adulto, en parte, la misma función que el objeto transicional cumplió en la
infancia. Sería una forma de no tomar contacto con las ansiedades relacionadas con la necesidad de ser
sostenido y cuidado por un otro. Se podría hipotetizar que la droga se transforma en un yo auxiliar,
sustituyendo las necesidades de sostén brindadas por la madre.

El adicto no ha alcanzado a formar un yo unitario, la droga le permite tener la sensación mágica de que el
sujeto tiene una identidad propia en los momentos en que la consume.

A partir de lo investigado se puede concluir que la adicción es un síntoma de la patología de la


transicionalidad y que la droga podría ser, efectivamente, un representante del objeto transicional
patológico.

En cuanto a los aportes de esta teoría al tratamiento de la adicción, se puede concluir que el enfoque
terapéutico debe centrarse por un lado en el "objeto droga": objeto cuyo consumo el paciente debe
abandonar, ya que su uso se ha vuelto autodestructivo y le impide desarrollar su vida de manera normal. Sin
embargo, no debe olvidarse que el consumo de la droga es sólo el síntoma de la patología de la
transicionalidad, por lo que un tratamiento adecuado pondrá el mayor énfasis en el problema de la
dependencia que el paciente establece con la droga y con la realidad externa.

Por otro lado se pueden deducir aportes técnicos complementarios a tratamientos contemporáneos con
pacientes adictos. Es importante considerar el lugar representacional que el terapeuta ocupa en el mundo
interno del paciente, y que probablemente será el lugar de objeto transicional sustituto; de modo de llegar
a ser vivenciado por el adicto como una madre "suficientemente buena y contenedora".. A partir de estas
vivencias, él podrá superar con el terapeuta la "mala" experiencia que tuvo con su propia madre. De este
modo se podría entender la cura, desde un punto de vista psicoanalítico, como la superación por parte del
paciente, de la dependencia que establecerá con el terapeuta, y secundariamente de la dependencia que
estableció de modo sustitutivo y perverso con los objetos.

BIBLIOGRAFÍA:

1.. Abadi, S. 1996 "Transiciones: El modelo terapéutico de D. Winnicott". Editorial Lumen. Buenos Aires,
Argentina.

2.. Abram, J. 1996 "The lenguage of Winnicott". Editorial Karnak. Londres Inglaterra.

3.. Mc Dougall, J. 1987 "Teatros de la mente: Ilusión y verdad en el escenario Psicoanalítico". Editorial
Tecnipublicaciones. Madrid, España.

4.. Winnicott, D. 1958 "Escrituras en pediatría y psicoanálisis". Editorial Laia, España.

5.. Florenzano, R. y Cols. 1992 "Alcoholismo y farmacodependencia en Chile". Editorial Universitaria.


Santiago, Chile.

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