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Sabian que

 en el plazo de 1 hora, se olvida más de la mitad del material


original
 9 horas después, se pierde un 60%
 en el plazo de 1 mes, un 80%.

Estos son datos estadísticos promedio que nos lo proporcionó el


psicólogo alemán Herman Ebbinghaus, quien a finales del siglo
pasado, realizó cientos de estudios que dieron mucha información
sobre los ciclos de recuerdo y olvido.
Ebbinghaus descubrió que la mayor parte de faltas de memoria se
producen inmediatamente después del aprendizaje

El olvido es un proceso de deterioro o pérdida de los conocimientos


adquiridos. Suele ser un fenómeno natural en el ser humano(puesto
que los hay también por enfermedades),

A pesar de esto, sabemos que si el material es revisado


periódicamente, la retención puede ser óptima. El repaso refuerza
las redes neuronales creadas al aprender nuevos temas y, por el
proceso de consolidación, sitúa la nueva información en la memoria
a largo plazo.
….
Si intentamos recordar algo, es importante el repaso. Este simple
acto de revisión consciente es una de las herramientas más
eficaces para aprender y recordar.

Hay una estrecha relación entre la repetición en el tiempo y la


eficacia de la retención.

CRONOGRAMA SUGERIDO
1er Repaso: a los 10 minutos
2do Repaso: día después.
3er Repaso: a la semana.
4to Repaso: al mes.
5to Repaso: a los 4-6 meses (en caso de materias extensas).
6to Repaso: toda vez que sea necesario.

Según el experto Tony Buzan, “la ausencia de repaso perjudica a


la memoria en un sentido amplio”. El repaso produce el efecto “bola
de nieve” manteniendo los conceptos previamente adquiridos y
facilitando así las conexiones con los nuevos aprendizajes. El
mecanismo de la memoria funciona gracias a los procesos de
conexión y asociación: cuantos menos elementos haya en la
reserva menos posibilidades tienen los nuevos elementos de ser
retenidos y enlazados con otros.

Si una vez realizado el estudio activo no nos ocupamos de


su consolidación en la memoria, prácticamente no será útil. Así,
utilizando sólo un esquema nos repetimos, preferentemente en voz
alta, el contenido íntegro del texto, consultando donde no
recordamos bien y efectuando la repetición las veces que sean
necesarias, hasta sentir los conocimientos bien consolidados.

Para repasar se aconseja:

1. Escribir el esquema de memoria.


2. Hacer la repetición mental activa mirándolo (oral o escrito).
3. Consultar con el resumen las posibles lagunas.
4. Hecho esto, repetir mentalmente de nuevo.
5. Aunque es optativo, resulta aconsejable hacerse preguntas
de examen y responderlas.

Una equivocación frecuente


Una equivocación frecuente es repasar todo sólo una vez, pocas
horas antes del examen. Lo ideal sería ir repasando o bien cada día
lo anterior, o bien todo lo estudiado en una semana, el último día de
la misma, y así con el mes, etc. (Es decir, realizar un verdadero
cronograma de repasos).
Si intentamos aprenderlo todo en una sola sesión larga, sólo nos
beneficiaremos del efecto de primacía y del reciente

Los conocimientos aprendidos se van olvidando progresivamente, si


no se revisan y repasan. De ahí la importancia de la periodicidad con
que han de hacerse los repasos.
El repaso consiste en la relectura o revisión de material leído
previamente a fines de asentarlo en la memoria de largo plazo. El
método que utilicemos para efectuar este repaso determinará
directamente la eficacia con la que, posteriormente, lograremos
recuperar el material almacenado.

Hace más de cien años el psicólogo alemán Herman


Ebbinghaus demostró en una serie de experimentos que
la memoria está sujeta a una serie de ciclos de recuerdo y olvido. La
mayoría de los problemas de memoria, de hecho, se producirían antes
de que transcurra una hora entre la primera lectura y la posterior
revisión. A las nueve horas se pierde más de la mitad de lo almacenado
y en un mes hasta el ochenta por ciento.
Herman Ebbinghaus, en su momento, propuso un método de revisión
consciente basado en el repaso. A diferencia de las técnicas de
estudio utilizadas en la actualidad, este sistema para estimular
la memoria está basado en la revisión consciente y periódica del
material aprendido para reforzar las redes neuronales.
La tabla de revisión consciente propuesta por Herman
Ebbinghaus considera un tiempo de estudio para cada sesión de unos
45 minutos. El primer repaso se debería hacer a los 10 minutos, el
segundo al otro día, el tercero después de una semana, el cuarto al mes,
y así sucesivamente (espaciando cada vez más el momento del repaso).
Para mejorar la efectividad de este sistema se recomienda
como revisión consciente tomarse unos momentos para pensar y
meditar sobre el material leído y resumirlo de forma interna en una frase
o palabra.
El Repaso. ¿Cuándo repasar?, ¿a menudo?, ¿muy poco?, ¿mucho?, ¿cómo evitar
que se nos olvide lo que ya hemos estudiado?

Todo se reduce a lo siguiente: cuando estudias algo y pasa 1 día sin que lo hayas
repasado, el 80% o más de lo que has estudiado ya se te ha olvidado como norma
general. Cada día que pasa sin repasar recuerdas menos. ¿Te parece exagerado? Haz la
prueba.

¿Qué necesitas?
 Calendario (o agenda)
 Material estudiado, mapas mentales, conceptuales, resúmenes, diagramas

¿Cada cuánto tiempo?


Antes de responder, hazte la pregunta de: “¿quiero recordar esto para siempre?”, o lo
que es lo mismo: “¿quiero que lo que estoy estudiando ahora pase a mi memoria a largo
plazo?” Si la respuesta es “Sí”, abajo tienes el patrón de tiempos recomendado:

1. 10 minutos después de haber estudiado


2. 1 hora después
3. justo antes de acostarte por la noche
4. 24 horas después
5. 1 semana después
6. 2 semanas después
7. 1 mes después
8. 6 meses después
9. 1 año después
10. 2 años después

¿Cómo?
 Utilizando las ayudas gráficas que hayas utilizado para estudiar (mapas
mentales, conceptuales, resúmenes, diagramas, …)
 Empleando el menor tiempo posible. Para unas personas serán 10 minutos, para
otras 3, … por cada sesión de repaso
 Sobre todo: comprendiendo lo que repasas. Si solamente repites no sirve. Repasa
entendiendo lo que estás recordando. De esta forma no solamente lo haces
correctamente sino que además le das sentido a lo que estudias y repasas. Es en
estos momentos cuando más veces aparecen las situaciones de “¡Ajá!, ahora lo
entiendo. ¡Claro que sí!”. Estos también pueden ser de esos momentos en los que
ves cómo todo va encajando en su sitio. La euforia, gran seguridad en ti mismo y
una sonrisa tonta son algunas de las consecuencias de hacerlo de esta forma. Y
eso está bien, ¿no?
Además se podría agregar la Memoria Vital, que es explicada como la
secuencia de imágenes que muchas personas dicen haber visto al encontrarse
al borde de la Muerte.

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