Todo empezó en 1779 cuando Imaoma le regalo un espejo a su mujer [Atima] para su
boda. Este espejo estaba enmarcado en ébano. Ellos tuvieron una hija llamada Atima
Imaoma como sus padres. Cuando estaba por cumplir 3 años, unos cazadores de
humanos la atraparon para venderla en el mercado de esclavos, la madre intento
salvarla pero cuando se dio cuenta que no podía le suplico a los cazadores que le
dejaran llevar un amuleto. Ese amuleto era el espejo dentro de una bolsita de cuero.
La niña y su espejo viajaron en un barco hacia América del Sur. Allí la compro el señor
Fontezo y Cabrera para ser la doncella de su hija Raquel. Ellos la llamaron Silencio.
Pasaron los años y en 1791 la familia sufrió una crisis económica y tuvieron que
vender a Silencio. La compraron para una hacienda de esclavos en Mendoza. Raquel se
había hecho muy amiga de Silencio y se puso muy triste cuando se fue.
Después de unos añosde vivir allí, los amos le dan permiso a Silencio para casarse con
un esclavo de la hacienda. Tiempo después, en 1802 ellos tienen una hija y la llaman
Atima Silencio. Sus padres mueren y Atima Silencio hereda el espejo.
El amo de la hacienda le da su libertad, luego de que la esclava intentara escapar,
porque le salvo la vida a su hijo. Atima Silencio pasa un tiempo sin casa ni comida,
hasta que un día llega a las barracas del ejército de San Martin donde puede comer y
dormir por un tiempo. El ejército se preparaba para la guerra. En agradecimiento le
regala al general San Martin su espejo. El lo firma sobre el ébano para que sirva de
salvo conducto de sus mensajeros. La guerra comienza y Atima Silencio se tiene que ir.
En 1818 en Chile un mensajero llega a una posta donde había realistas. Ellos le
descubren el espejo colgado al cuello y cuando quiso escapar lo mataron. Uno de los
españoles se quedó con el espejo. Era un sargento que al poco tiempo fue herido y
volvió a Valencia que era el lugar donde vivía. Con el llevo el espejo. Este soldado se lo
dio a su hijo para que lo vendiera, así se podía comprar medicinas. Él fue a un
anticuario para venderlo y allí había un muchacho huérfano llamado Dorel y él se lo
compro´ por 3 monedas. Dorel salió a la calle porque le dio lastima haberle pagado
poco al chico y buscándolo llego a un monasterio. Ahí encontró un violín y descubrió
que era bueno tocándolo. Se hizo músico y nunca más volvió a su casa.
Un día que Dorel tocaba con su orquesta en un teatro en Madrid en el año 1822,
Raquel estaba en el teatro. Después de la función Raquel fue a felicitar a Dorel. Raquel
vio que Dorel tenía un espejo enmarcado en ébano y era el mismo que tenía Silencio.
Se lo pidió y Dorel se lo dio.
A fines del año 1822 Raquel viajo a Mendoza a buscar a Silencio cuando llego le dijeron
que estaba muerta y ella fue a su tumba a darle el espejo pero se encontró con su hija
Atima Silencio. Hablaron por un largo rato y se fueron a vivir juntas con el espejo.