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. J. MNepener +BARCEGnOLA+ PASSO SERRA — Inrkktor v Ferrer a SSlia Plata ADVERTENCIA DE LA SEGUNDA EDICION. De los libros que he publicado paréceme este el menos vulnerable, porque no debe nada 4 la crénica ligera 6 apa- sionada, habiendo salido casi todo él de los actos judiciales. Digo esto, no sélo porlo que hace 4 nuestras grandes causas (de Gauffridi, de la Cadiére, etc.) sind también por lo que atafie 4una multitud de hechos que nuestrés sabios predecesores tomaron de los archivos alemanes, ingle- ses, etc. y nosotros hemos reproducido, También han contribuido los manuales de inquisidores, a los que hay que dar fe en tantas cosas en que ellos mis- mos se acusan. En cuanto 4 los comienzos 6 tiempos que pudiéramos llamar la edad legendaria de la hechiceria, los innumera- bles testos que reunieron Grimm, Soldan, Wright, Maury, etcétera, me han suministrado poderosa base. Respecto 4 lo que sigue, de 1400 4 1600, mi libro tiene asunto mas firme todayia en las numerosas causas juzga- das y publicadas. (x2 diciembre 1862) 324283 (!) INTRODUCCION. Sprenger dijo antes de 1500: “Hay que decir la heregia de las hechiceras y no de los hechiceros: estos tienen poca importancia». Y otro, en tiempo de Luis XIII, «Para un hechicero, diez mil hechiceras». “La naturaleza las hace hechiceras.»—Es el genio pro- pio, el temperamento de la mujer. Nace ya hada: por el cambio regular de la exaltacién, es sibila; por el amor, maga- Por su agudeza, por su astucia 4 menudo fantastica y benéfica, es hechicera y da la suerte, 6 4 lo menos ador- mece, engafa los male: Todo pueblo primitiyo tiene cl mismo principio, seguin vemos en los viajes. E] hombre caza y combate: la mujer se ingenia, imagina; crea suefios y dioses. Es vidente en su ocasién; tiene dos alas infinitas, las alas del deseo y de la sonadora fantasia. Para contar mejor el tiempo, obserya el cielo; mas no por eso esta menos ligado 4 la tierra su cora- zn. Con los ojos puestos en las amorosas flores, flor ella también, hace con las flores conocimiento personal y como mujer les pide virtud para curar 4 los que ama, iSencillo y conmovedor principio de las religiones y de las ciencias! Después todo se dividiré: yerase comenzar el hombre especial, juglar, astrologo 6 profeta, nigromante, sacerdote, médico... Pero al principio la mujer lo es todo. Una religion fuerte y viva, como lo fué el paganismo griego, comienza por la sibila y acaba por la bruja 6 hechi- cera. La primera, hermosa doncella, la mecié 4 la luz del dia, le dio encanto y esplendor; mas tarde, decaido, en- fermo, en las sombras de la edad media, en las Jandas y en

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