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Durkheim parte de la premisa de que el suicidio es el acto más íntimo de cada ser
humano. Por ende, la psicología es la ciencia que más se adecua al estudio del
suicidio, ya que desde esta perspectiva son causas individuales las que llevan al
acto. Sin embargo, para Durkheim es importante estudiar desde la perspectiva de
la sociología el suicidio porque plantea que son factores externos los que también
determinan el suicidio. Estudiar el número de suicidios en un contexto demográfico,
convierte al estudio en sociológico.
Durkheim propone no ver a los suicidios como hechos aislados que deben ser
examinados por separado, sino que se deben considerar el conjunto de los suicidios
cometidos en una sociedad dada, por ello, se apoya en la estadística y define que
es una tasa de suicidio no significa una suma de hechos sino constituye un hecho
nuevo con una naturaleza social. Porque propone agrupar a todos los hechos que
son comunes, definir el suicidio. Agrupar a todos eso hechos similares y excluir a
los que no cumplen con aquello que se le pueda llamar suicidio. Se refiere pues al
acto en el cual el individuo es consciente de su propia suerte, es decir, que al
cometer el acto sabe que va a morir.
Primero, para que haya educación deben de existir dos elementos, una generación
de adultos y una generación de jóvenes. La generación de adultos debe ejercer una
acción sobre los jóvenes. ¿Pero que es esa acción? Esta acción es para Durkheim
la educación, y consiste en el ejercicio que “tiene por objeto suscitar y desarrollar
en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales, que exige de él
la sociedad política en su conjunto y el medio especial al que está particularmente
destinado” (Durkheim, 2009).
Durkheim en primer lugar nos menciona que “la educación es una socialización
metódica de las generaciones jóvenes”. Para entender esta socialización, Durkheim
vuelve a indicar que en el individuo existen dos formas:
Así pues, la educación tiene como fin último constituir el ser social en cada uno de
los individuos, por tal razón, Durkheim concibe a las nuevas generaciones como si
fueran tablas rasas. Debido a esto, la sociedad, utiliza a la educación como
mecanismo para transmitir el sistema de ideas, sentimientos y hábitos del ser social.
La educación toma una función creadora.
El ser social crea al ser individual, lo crea según sus necesidades. En primera
instancia esto podría parecer una imposición, a la cual los individuos no pueden
oponerse debido que la conciencia colectiva es una construcción de muchas
generaciones, no obstante, Durkheim determina que el individuo llega aceptar esta
imposición porque “el nuevo ser que la acción colectiva edifica mediante la
educación, representa lo que hay mejor de nosotros, lo propiamente humano”. Por
lo tanto, el hombre es hombre porque vive en sociedad. Con esto se refiere a que
la sociedad enseña a los individuos dominar sus pasiones y someter sus intereses
personales por intereses colectivos; así, en la sociedad se crea la ciencia
colectivamente, se encuentra el leguaje y al aprenderlo se adquieren ideas y
concepciones de la vida; todo ello se transmite por medio de la educación, “por eso
el individuo al querer la sociedad se quiere así mismo” (Durkheim, 2009) porque la
acción que se ejerce no trata de limitar o disminuir a los individuos, sino al contrario
engrandecerlo, hacerlo un ser humano.
Referencias bibliográficas