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La verdadera naturaleza de la sanación

La mayoría de la gente, cuando piensa en «sanar», se centra en la idea de alguien que sufre una
dolencia o lesión y «se pone mejor». Pero, ¿qué significa «ponerse mejor»? ¿Mejor que qué?
¿Mejor de lo que estaba en algún momento de su pasado? ¿Mejor de lo que está otra persona?
«Ponerse mejor» es una definición muy pobre respecto a sanar. Pensar así nos priva de nuestro
derecho básico a estar en comunión directa con Dios/Amor/Universo; y por tanto de ser seres
autosuficientes, autosana-dores.
Curar, tal y como se suele pensar, puede consistir perfectamente en aliviar síntomas,
enfermedades, achaques y otras molestias que impiden el funcionamiento total. Pero sanar es
también devolverle a la persona su integridad espiritual. En esencia, sanar consiste en la
liberación o eliminación de un bloqueo o interferencia que nos ha mantenido apartados de la
perfección del universo. Además, sanar tiene que ver con nuestra evolución e incluye también la
reestructuración evolutiva del ADN y nuestra reconexión con el universo a un nivel nuevo.

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