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Se deriva del latín medieval soimisatio, y en última instancia de los nombres de las sílabas
sol y mi. “La soimisación es frecuentemente usada como sinónimo de solfeo, pero es
técnicamente un término más genérico; es decir, el solfeo es un tipo de solmisación”
(Wikipedia).
“El solfeo es un método de entrenamiento musical utilizado para enseñar entonación durante
la lectura de una partitura. También busca entrenar la lectura veloz de la partitura omitiendo
nombrar cualquier alteración, con el fin de preservar el ritmo, mientras se marca con una
mano el compás” (Wikipedia). Es un método el cual, creo, es utilizado por todos los músicos
en su educación, ya que este le posibilitará tener un entendimiento más práctico de la música.
En mi escaso estudio de esta, la mitad de la formación era con instrumento y la otra con
solfeo. Ahí me daba cuenta que todos, en el uso de distintos instrumentos, debían tener en
consideración esto del solfeo.
Fue Guido d’Arezzo quien tuvo la idea de situar una línea de referencia. De este modo le era
más fácil cuánto subir o bajar. Luego le añadió una segunda, que marcaba la nota más aguda,
y luego se amplió el sistema hasta cuatro líneas. También le dio nombre a las notas, tomados
de la primera sílaba de cada frase del Himno de San Juan Bautista. Cuando se va haciendo
más compleja la música religiosa, se van necesitando figuras para indicar la duración de las
notas. A esto se le llama notación mensural o medida (Juan de Mairena).
Referencias.