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El cuerpo en la histeria: discurso de la ciencia y discurso analítico

:Autor

*Elisa Alvarenga

:Publicación

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Hablaremos, hoy, sobre los efectos de la ciencia sobre el cuerpo. ¿Por qué elegí hablar a partir de la
histeria, si las clasificaciones psiquiátricas ni las mencionan como tal? Tendríamos, hoy, una nueva
forma de histeria, marcada por los efectos de la ciencia sobre el cuerpo? Es una hipótesis, que me
.propongo a investigar

Lacan, en 1977, pregunta que fue de las histerias antiguas, como Anna O., que permitieron el
nacimiento del psicoanálisis. Fue escuchándolas que Freud inventó un modo enteramente nuevo de
relación humana. La histeria, Lacan pregunta, ¿no se habrá trasladado en el campo social, siendo
sustituida por la locura psicoanalítica? El inconsciente es un sedimento de lenguaje de lo que dice la
histeria y lo real, objeto de la ciencia, estaría en el extremo opuesto de nuestra práctica, como
aquello que no tiene sentido. Sin embargo, es por el sentido que operamos en nuestra práctica, a
través de la interpretación1. Se trata de tocar lo real del síntoma por el sentido, hasta reducirlo a un
.S1, lo que llamamos, al final del análisis, sinthome

Qué es el cuerpo en la histeria? Lacan, en 1960, considera que la libido, es como una lámina que el ¿
ser del organismo desliza hasta su verdadero límite, que va más allá que el del cuerpo. Esa lámina es
como un órgano, por ser instrumento del organismo, y la histeria juega de probar su elasticidad al
extremo, dice Lacan2. Veo ahí uno de los motivos por los cuales la ciencia no consigue controlar el
.cuerpo de la histérica: el órgano libido

La complacencia somática define para Freud la elección de la neurosis histérica. Este término es
utilizado en el caso de Dora, pero ya en los Estudios sobre la histeria Freud mostraba este punto de
apoyo somático del síntoma histérico. El caso de Anna O., tratado por Josef Breuer, o el caso de
Elizabeth, tratado por Freud, son ejemplos. En ambos casos, los síntomas somáticos son
desencadenados por la enfermedad y cuidados con el padre, que deja marcas en el cuerpo: tos,
contracturas y perturbaciones de la visión, en el primer caso, dolores y dificultad para caminar en el
segundo. El primer síntoma histérico se da por identificación con el síntoma del padre y expresa un
conflicto psíquico entre el deseo y su interdicción. En cada crisis el paciente repite el hecho que
provocó el primero o establece una conexión simbólica entre su precipitante y el fenómeno
.patológico

Para Freud, el síntoma histérico no se produce sin esta complacencia somática, que Lacan, en el
Seminario El revés del psicoanálisis pasa a considerar como rechazo del cuerpo. "El sujeto histérico
se aliena del significante amo como aquél que ese significante divide, aquél que se rehúsa a darle
cuerpo."3 El sujeto histérico se rehúsa a que su cuerpo se aliene y obedezca al S1. Ese rechazo del
cuerpo es, ante todo, el rechazo del cuerpo sexual, de la satisfacción sexual. Podemos decir lo mismo
en nuestros días, ¿cuándo la reivindicación es justamente el goce sexual, o la queja, la insatisfacción
sexual? La demanda del sujeto histérico hoy es una demanda de amor, o aún, de satisfacción, de
hijos, de objetos de goce. Pero creo que el sujeto histérico continúa haciendo de su insatisfacción un
.modo de goce, goce de la privación

Inicialmente tratados a través de la hipnosis y por la sugestión, estos sujetos fueron introducidos por
Freud en el método de la asociación libre y cada síntoma individual desaparecía cuando se conseguía
evocar el recuerdo del hecho que lo provocó y despertar la emoción que lo acompañó. El proceso
psíquico que ocurrió debería ser llevado de vuelta a su estado nascendi y recibir expresión verbal. La
hipótesis de Freud y Breuer es que el lenguaje puede servir de substitución para la acción
provocando una ab-reacción. Otra manera de lidiar con el trauma psíquico serían las asociaciones.
Sin embargo, aunque consideren su método curativo para los síntomas histéricos, el dejaría
.intocadas las "causas internas" de la histeria

Sabemos que, después de un cierto tiempo de optimismo terapéutico, Freud se da cuenta de que la
resolución de los síntomas histéricos por el sentido que es posible darles no va a curarlos,
justamente porque, aparte de su trama de sentido, existe aún su satisfacción. Además del
inconsciente, tenemos la satisfacción de la pulsión, la realidad sexual del inconsciente que puede
fijarse al trauma de manera decidida. Los histéricos sufren de reminiscencias, de fijaciones a S1 que
.traumatizan y sacrifican el cuerpo

El rechazo del cuerpo en la histeria femenina es la del cuerpo sexuado del hombre, que encuentra su
representante en el falo como significante de la castración, inherente al encuentro con el otro sexo.
El rechazo de obedecer a la ley fálica encuentra una salida en el ejercicio de su relación al falo
imaginario, en conductas como la intriga, la rivalidad, la seducción, el misterio, con la estrategia de
salirse en la hora H. Síntomas en el cuerpo, por otro lado, pueden ser maneras de rehusarse al buen
funcionamiento del discurso del amo. Jóvenes psiquiatras, por ejemplo, aprenden en la práctica que
el sujeto histérico, con su cuerpo, muestra la ineficacia de los recursos de la ciencia para acabar con
su sufrimiento. El sujeto histérico quiere mantener a cualquier precio la ilusión de dominio de su
cuerpo y la bella indiferencia es una forma de tratar con desdén ese cuerpo que se rehúsa a
.obedecerle
La posición femenina se define, contrariamente a la histeria, por un sujeto que consiente que su
cuerpo se aliene al S1 fálico. Lacan define la posición femenina, en el seminario 17, como la apuesta
que una mujer hace en el goce fálico, que comporta una pérdida de inicio, la castración4. Ella acepta
una pérdida de goce para apostar en un goce en el encuentro con el hombre. Es pasando por la
castración simbólica que ella tiene la chance de alcanzar ese goce femenino más allá del falo. Eso se
resume en la célebre frase de Lacan: "el hombre sirve de conector para que la mujer se torne ese
Otro para ella misma, como lo es para él"5. El rechazo de esa pérdida inherente a la apuesta lleva a
la realización de la castración, en la falta de la castración simbólica, que encontramos bajo la forma
de actos que alcanzan su integridad corporal y que son testigos del rechazo de la ley fálica:
intervenciones quirúrgicas repetidas, automutilaciones, intentos de suicidio, ejercicio destructivo de
.la pulsión oral en la anorexia, bulimia, alcoholismo, drogadicción, etc

El apelo al discurso de la ciencia puede entrar aquí generando un corto circuito en el discurso
analítico, por ejemplo en el apelo a la medicación o a las intervenciones en lo real del cuerpo o en su
imagen: cirugías estéticas repetidas, dietas radicales, técnicas de reproducción asistida, etc. No cabe
al psicoanálisis oponerse al discurso de la ciencia y a los avances de la técnica, sino acompañar el
.sujeto, uno a uno, en las soluciones que va inventando

Es aquí que podemos pasar del síntoma histérico freudiano al lacaniano. Como destaca Eric
Laurent6, Freud extrajo el enigma de la formación del síntoma histérico a partir del espectáculo
clínico de Charcot. Este síntoma es presencia del significante del Otro que marca y hace corte en el
cuerpo, produciendo el surgimiento traumático del goce. El eje en torno del cual gira la organización
del síntoma histérico es el amor por el padre, que mantiene su cuerpo siempre al punto de
deshacerse. Es precisamente lo que está en cuestión en nuestra época, y es por eso que debemos
concebir el síntoma, no más a partir de la creencia en el Nombre-del-Padre, sino a partir de la
efectividad de la práctica analítica. A través del manejo de la verdad, esta práctica toca lo real, o sea,
.a partir de lo simbólico, algo resuena en el cuerpo

Si el inconsciente freudiano es una cierta relación entre las palabras y la escritura, Lacan va a
intentar, a partir de una nueva escritura, con los nudos, introducir algo que va más allá del
inconsciente7. Situar el inconciente como un tejido, es también referirse a lo que hace agujero, la
cuestión del trauma. Lacan reformula entonces la cuestión de la histeria a partir del Seminario 23, El
.Sinthome

El capítulo 7 de este Seminario, titulado "de una falacia que es testimonio de lo real", da un nuevo
lugar al falo: el falo es un semblante y lo que testimonia de lo real. Es muy diferente del falo en la
"Significación del falo", donde él estaba allí para atestiguar de la significación. Una falacia que
testimonia de lo real es una nueva posición del falo, fuera de la metáfora paterna, que permite a
Lacan retomar la histeria. Lacan comenta la pieza de teatro "Retrato de Dora", de Hélène Cixous,
diciendo que es realizada de un modo real. No es el texto que domina a los actores, sino la
pragmática misma del decir, lo que deshace la idea del significante que organiza un texto que
organiza a los actores. Allí son antes los actores que realizan el texto. Se trata de la histeria, dice
Lacan, pero "la histeria que yo podría decir incompleta. Si la histeria es siempre dos, desde Freud, allí
la vemos reducida a un estado que podría llamar de material"8. Falta el elemento de la
comprensión, de la histeria clásica, en la cual el síntoma histérico es un síntoma que habla, que es
dirigido, portador de sentido. El material es el síntoma como tal, separado del sentido, portador de
goce. La Dora de Cixous presenta la histeria sin el sentido, lo que hace con que no se la comprenda
más. Es una especie de histeria rígida, dice Lacan, sin su compañero. En el Seminario 23, Lacan
presenta entonces la cadena borromeana "rígida", por el hecho que ella se sostiene por si misma,
unida, en un modo del sujeto donde no hay necesidad de una ruedita suplementaria, el Nombre-del-
.Padre. Pasamos del sistema hablante al síntoma como escritura

En su "Nota paso a paso", incluida en el Seminario 23, Jacques-Alain Miller dice que si el nudo como
suporte del sujeto se sustenta, no hay necesidad del Nombre-del-padre. Si el nudo no se sustenta, el
Nombre-del-Padre hace función del síntoma. En la metáfora paterna el nombre resuelve el
significado del deseo materno dándole la significación del falo. Eso es reformulado en la escritura de
la cadena rígida, que se sustenta sin necesitar pasar por el Nombre-del-Padre, por el amor del padre,
!por la identificación al padre. Siendo así, podríamos tener la histeria, hoy, sin el Nombre-del-Padre

Una histeria rígida, o material, sin el Nombre-del-Padre, representa algo en la vertiente de uno
mismo que se repite fuera del sentido. La repetición del mismo es el goce que se repite. En el
seminario 23, el falo como falacia que testimonia lo real está del lado del signo, y no del significante
con efectos de significación. La consecuencia es la aparición del cuerpo del "falasser" sin pasar por la
identificación histérica que mezcla síntoma y sentido. Al cuerpo del histérico cortado por el
significante, que produce síntomas en la forma de pérdidas, se opone el cuerpo tórico agujerado. El
cuerpo como agencia de lo real, simbólico e imaginario se mantiene por sí mismo y es una
representación del cuerpo vivo. Es en esa perspectiva que Laurent propone distinguir el síntoma
como acontecimiento del cuerpo del síntoma histérico. Para mantenerse unido el sujeto histérico, es
necesario agregar un Nombre-del-Padre. Eso no sería necesario en la versión de la histeria llamada
rígida o material, directamente relacionada a lo real del goce. Lacan propone un inconsciente que no
está más constituido por efectos de los significantes en un cuerpo imaginario, sino del nudo entre el
imaginario, lo simbólico, y lo real. Él incluye lo real como pura repetición del mismo, aislado por
.Jacques-Alain Miller como Uno-solo que se repite

Lacan propone entonces un horizonte del psicoanálisis que no es histérico en el sentido edipiano –
es lo real como idea límite, idea de lo que no tiene sentido, necesaria para contra balancear una
tendencia delirante del psicoanálisis, de una preferencia dada, encima de todo, al inconsciente9.
Lacan introduce un real que no es lo real científico, sino lo real de la sustancia gozante. Se trata, por
lo tanto, de mantener las tres consistencias, real, simbólico e imaginario, juntas, sin el privilegio de
.ninguna de las tres

Para mí, la cuestión es saber cómo tocar lo real del goce cuando no hay sentido. Como no se trata,
en el psicoanálisis, de dispensar la transferencia, se trata de saber cómo operar con el amor de
transferencia, produciendo S1 que fijen el gozo, pero también S2, un saber sobre el goce. Lo que
diferencia al psicoanálisis de la ciencia tal vez sea la producción de un saber que pasa por el Uno, por
.el singular, mientras que la ciencia intenta aplicar al sujeto un saber universal

Analista Miembro de la Escuela (AME) de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y de la *


Escuela Brasilera de Psicoanálisis (EBP). Presidenta de la Federación Americana de Psicoanálisis de
.)Orientación Lacaniana (FAPOL). AE (2000-2003

.LACAN, J. Propos sur l’hystérie, in Quarto 90, Bruxelles, juin 2007, p. 8 0

.LACAN, J. Posição do inconsciente, in Escritos, RJ, Zahar, 1966, p. 862 3

.LACAN, J. O avesso da psicanálise, RJ, Zahar, 1992, p. 88 2

Cf. DEFFIEUX, J.-P. De La complaisance somatique au refus du corps, in Lettre Mensuelle 180, Paris, 4
.ECF, juillet 1999, p. 7-8

LACAN, J. Directrizes para um Congresso sobre a sexualidade feminina, in Escritos, RJ, Zahar, 1998, 5
.p. 741

LAURENT, E. Hablar con su sintoma, hablar con su propio cuerpo, in www.enapol.com 6

Cf. Seminário 24, lição de 16.11.1976 7


.LACAN, J. O Seminário, O sinthoma, RJ, Zahar, 2007, p. 102 8

.LACAN, J. Seminário 24, lição de 14.12.1976 9

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