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V. I.

Lenin

La igualdad de
derechos de las
naciones

Escrito: A inicios de 1914.


Primera publicación: El 16 de abril de 1914 en
el Núm. 62 de Put Pravdi.
Fuente:V. I. Lenin, Sobre el internacionalismo
proletario, Editorial Progreso, 1975, pág. 80-81.
Digitalizado para el MIA: Por Alberto M.,
octubre de 2008.

La minoría obrera socialdemócrata de Rusia ha


publicado en el N. 48 de Put Pravdi (del 28 de marzo) un
proyecto de ley sobre la igualdad de derechos e las
naciones, o, como dice su título oficial “Proyecto de ley
sobre la abolición de todas las restricciones de los
derechos de los hebreos y, en general, todas las
restricciones relacionadas con el origen o la pertenencia a
cualquier nacionalidad”.

En medio de las alarmas e inquietudes derivadas de la


lucha por la existencia, por un pedazo de pan, los obreros
rusos no pueden ni deben olvidar la opresión nacional,
bajo cuyo yugo se encuentran decenas y decenas de
millones de “alógenos” que pueblan Rusia. La
nacionalidad dominante -los rusos- representan cerca del
45% de la población del imperio. De cada 100 habitantes
más de 50 son “alógenos”.

Y toda esa inmensa población ha sido colocada en


condiciones de vida más inhumanas que las del hombre
ruso.

La política de opresión de las nacionalidades es una


política de división de las naciones. Al mismo tiempo, es
una política de corrupción sistemática de la conciencia de
pueblo. Los ultrareaccionarios basan todos sus cálculos en
la contraposición de los intereses de las distintas naciones
en el envenenamiento de la conciencia de las masas
ignorantes y oprimidas. Tomad cualquier periodicucho
ultrarreaccionario y veréis que el pan de que se alimenta
toda la banda ultrarreaccionaria es la persecución de los
“alógenos”, el atizamiento de la desconfianza mutua entre
el campesino ruso, el pequeño burgués ruso y el artesano
ruso y el campesino, el pequeño burgués y el artesano
hebreo, finlandés, polaco, georgiano y ucraniano.

Pero lo que necesita la clase obrera no es la división,


sino la unidad. No tiene peor enemigo que los salvajes
prejuicios y supersticiones que siembran sus enemigos
entre la masa ignorante. La opresión de los “alógenos” es
una arma de dos filos: con uno ataca al “alógeno”, con el
otro, al pueblo ruso. Y por ello, la clase obrera debe
pronunciarse del modo más resuelto contra toda opresión
nacional.

A la agitación de los ultrarreaccionarios, que intentan


desviar su atención hacia las persecuciones de los
alógenos, la clase obrera debe oponer su convencimiento
de que es necesaria la completa igualdad de derechos, la
renuncia plena y definitiva a los privilegios de toda
nación, sea cual fuere.

La agitación de los ultrarreaccionarios concentra


especialmente su odio contra los hebreos. Los
Purishkevich intentan convertir al pueblo hebreo en
víctima propiciatoria de todos sus pecados.

Y por eso es absolutamente justo que la minoría obrera


socialdemócrata de Rusia dedique el lugar principal en su
proyecto de ley a la falta de derechos de los hebreos.

La escuela, la prensa, la tribuna parlamentaria, todo es


utilizado para sembrar el odio ignorante, salvaje, rabioso
a los hebreos.

A esta tenebrosa y vil obra se dedican no solo los


detritus ultrarreaccionarios, sino también profesores,
científicos, periodistas, y diputados reaccionarios. Se
gastan millones y miles de millones de rublos en
envenenar la conciencia del pueblo.

Es una cuestión de honor de los obreros rusos que el


proyecto de ley de la minoría socialdemócrata obrera de
Rusia contra la opresión nacional se vea refrendado por
decenas de miles de firmas y declaraciones proletarias…
Será la mejor forma de fortalecer la unidad completa, la
fusión entre todos los obreros de Rusia sin distinción de
nacionalidades.

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