CÍRCULO PATRIÓTICO

DE ESTUDIOS
CHILENOS E
INDOAMERICANOS

Círculo patriótico de estudios chilenos e

indoamericanos, es un grupo de estudios
panamericano formado en Chile,
compuesto en su mayoría por
profesionales, universitarios y trabajadores,
dedicado al análisis, reflexión, desarrollo y
propagación de diversas corrientes
obreristas y soberanistas de pensamiento,
entre las cuales se encuentran el socialismo
patriótico, la cuarta teoría política, el
nacionalismo revolucionario, el
materialismo, el bolivarianismo, el
justicialismo y toda experiencia política que
plantee una alternativa al neoliberalismo
hegemónica e imperante.

El Círculo Patriótico expresa un profundo

rechazo visceral e intelectual hacía el
globalismo, el capitalismo neoliberal y la
explotación del hombre en todas sus
formas, observando en la patria y el pueblo,
al verdadero baluarte y sujeto histórico
retomable para una fuerza revolucionaria.
 PARA UN NACIONALISMO
DE LA PRAXIS
Las grandes civilizaciones y las largas épocas
Fde la historia que se pretendían eternas se
quebrantaron como una copa de vidrio. La
caída siempre fue brutal, pero propiciada
desde núcleos bien organizados, desde las
alcantarillas y los clamores surgidos en lo
profundo de las sombras.
El revolucionario chino Mao Tse-Tung dijo que
una chispa puede prender todo el bosque,
y tenía razón. Cada hombre lleva consigo una
llamarada que es menester expandir para
arrasar con todo al paso. Las llamaradas se
expanden cuando un conjunto de voluntades
se conciertan para concretar un determinado
fin; semilla antropológica del socialismo.
En las épocas difíciles, de conflictos y de
crisis, las contradicciones de la historia se
agudizan a tal punto que surgen estallidos de
fuego entre un bando y otro, entre los
marginales con aquellos que ostentan el
poder y los aparatos ideológicos de control
social. La violencia se desata. Los bárbaros
del mundo antiguo derrumbaron los últimos
vestigios de la roma imperial para dar paso a
una nueva era; de la misma forma los
revolucionarios contemporáneos de las
periferias- los denominados peyorativamente
como “extremistas”-, avanzan hacía los
centros de gravedad del capitalismo
internacional y el imperialismo atlantista, para
extinguir en las llamas todo rastro de aquel
sistema anti-humano, que ha propagado la
guerra, la miseria, la misantropía, el egoísmo
destructivo y el yugo explotador del capital al
UNA CHISPA PUEDE ENCENDER
TODO UN BOSQUE
Por S.B
servicio de pequeñas, pero poderosas
oligarquías localistas y globales.
Frente a ese escenario; la Práxis –acción
transformadora del mundo- toma un papel
esencial. Los revolucionarios organizados
deben ser arquitectos de la materia; destruir,
modificar y crear un mundo completamente
antípoda al neoliberal desquiciado con
voluntad y proyección estratégica.
Para que la praxis tenga eficacia, los
conocimientos necesarios han de ser
adentrados y codificados en el pensamiento
revolucionario. La convicción reflexiva es el
motor auténtico del puño. Las grandes
revoluciones no han sido impulsadas por
limitados mentales, sino por los genios
populares que tomaron el trueno destructivo
en sus manos. Nuestra revolución es como la
Espartaco, que llamaba a utilizar las cadenas
como armas para romper los cráneos de los
guardias de las barracas.
Un reaccionario por el contrario, es una
bestia, sólo reacciona por intuición a las
eventualidades de la historia apegado a sus
fetiches sentimentales o dogmáticos, no
reflexiona. Lo que el reaccionario intuye por
acción peticionista y alarmista-conspirativa, es
una parodia de la praxis auténtica destinada a
conquistar el poder.
El capitalismo liberal-global en su esencia,
suprime toda identidad colectiva, sea
nacional, de clase, de ideas e incluso de
género, dando únicamente espacio a la
existencia del individuo-consumidor como
sujeto histórico dentro de un plano de
mercados mundiales transfronterizos y
medios de comunicación publicitarios.
El internacionalismo no es la
contraposición al nacionalismo; sino su
Los grupúsculos
complementación geopolítica e ideológica. reaccionarios
Sólo los nacionalismos del entendimiento que
construyen alianzas continentales y disfrazados de
estratégicas, pueden asegurar la existencia y
seguridad de los estados soberanos y sus nacionalistas, no han
pueblos. Por el contrario, el chovinismo
irracional, las fantasías de etnicidad inmutable,
tardado en demostrar su
-y otras raleas- conducen a la odiosidad, la verdadera y repugnante
guerra, la barbarie y la extinción.

Por ello los nacionalismos o fuerzas patrióticas

cara; atacando
comunitarias se levantan contra la imposición estudiantes
del nuevo totalitarismo liberal, que ha dejado
de ser una mera idea, para transformarse en organizados, sindicatos,
una realidad indiscutible, que debe ser
defendida por el monopolio de la fuerza pública intentando sofocar toda
ante cualquier peligro exaltado criminalizado
como populismo.
movilización ciudadana
y popular, llamando al
Una de nuestras misiones
"orden", defendiendo a
principales es rescatar los
conceptos comunitarios de las autoridades del
nacionalismo y patria de sistema y la fuerza
las sucias garras del policial del
reaccionarismo neoliberalismo.
conservadurucho
Esa lacra-lumpen
chovinista, servidores
ignorante ha
indirectos de las
oligarquías, al crear demostrado ser
odiosidades ilusorias que enemiga del auténtico
esconden al verdadero nacionalismo popular y
enemigo: el capitalismo revolucionario que está
global y las oligarquías del lado de la rebelión y
quiméricas liberal- la organización radical
conservadoras que le contra la oligarquía
defienden.
apátrida.
EL PROLETARIO SE DESPERTARÁ. SE REBELARÁ. MATARÁ.

NI LA POLICÍA NI LOS FALSOS PARTIDOS SOCIALISTAS

PODRÁN RETENERLO. SU MISIÓN EN LA HISTORIA NO HA

TERMINADO. EL DEMIURGO AÚN RESPIRA. EL ALMA DEL

MUNDO SIGUE LLORANDO. SUS LÁGRIMAS PROVOCAN UN

TRISTE MUGIDO EN LA NEGRA CONCIENCIA DEL CREADOR.

ES UNA LLAMADA. ES LA SIRENA DE UNA FÁBRICA. ES EL

SONIDO DE LAS TROMPETAS DE LOS ÁNGELES

A.DUGIN
¿QUÉ ES SER CHILENO?
Por Carlos Salazar
"¿Qué significa ser chileno?" Esta pregunta
parece no tener una respuesta concreta en
nuestra realidad liberal capitalista. Esto llama
mucho la atención de los extranjeros,
especialmente cuando entre latinoamericanos es
muy fácil identificar características que son
estereotípicas de cada país: a los colombianos se
les reconoce por su habilidad para el baile y por
su acento meloso, a los peruanos se les
reconoce por la cultura inca y la excelente
gastronomía, a los argentinos por el tango, y así
sucesivamente. No obstante ¿qué es lo primero
que se nos viene a la mente cuando pensamos
en la identidad chilena? Bueno, por lo general
solo suscitamos un silencio incómodo ante la
interrogante. Y es que de todas las
nacionalidades de la América hispana, la nuestra
parece ser la más amorfa, poco original, o en el
mejor de los casos, desconocida. Para los pocos
que han conocido chilenos fuera de Chile,
tenemos fama de apagados, tímidos,
malhumorados, trabajólicos, e incluso soberbios y
prepotentes (sin mencionar que nuestra forma de
hablar es considerada como la más fea variante
de la lengua española). En el mejor de los casos
un extranjero nunca ha oído hablar de Chile y
nunca ha interactuado con un chileno, y es hasta
preferible que así quede. Pero, ¿por qué somos
así? ¿siempre hemos sido así?
Lo cierto es que nuestra identidad chilena
estaba conformada originalmente por la
vitalidad de bravos militares pobres de origen
mestizo y descendientes de andaluces,
arrieros, herreros, artesanos, arregladores de
huesos, montañeses, aguerridos hombres de
mar, campesinos, sabios populares, poetas de
la tierra, machis, mineros y vecinos, que pese
no llegar a conformar un movimiento político
organizado, habían desarrollado una cultura
asombrosa. En la que la comunidad vecinal se
reunían para discutir problemas cotidianos,
practicaban la religión de la amistad,
fomentaron economías populares y tenían la
costumbre de golpear al patrón corrupto y
despreciar a las autoridades incompetentes.
Era normal que un "roto" o "huacho", sin miedo
a nada, con corvo a la cintura, desafiara a un
patricio "noble", acercándose para mirarlo a los
ojos e intimidarlo.
Esta aproximación a nuestro Ser auténtico, se
vio desplazado en la historia por la imposición
forzada por la oligarquía apátrida y bastarda,
desde la gestión de Diego Portales en
adelante. Se prohibían malones y chinganas,
la represión era constante. No obstante el
"roto" volvía a levantarse. No se dejaba
intimidar, al grado de que fue capaz de apoyar
sublevaciones, luchar en guerras y consolidar
la construcción de la Patria. Siempre hubo
líderes que guiaron al pueblo hacia su destino
histórico como lo fueron O'Higgins, Freire,
Balmaceda, Aguirre Cerda, y Allende.
Lamentablemente, a finales del siglo XX
perdimos la batalla, en el golpe más violento y
sangriento de nuestra historia, y desde
entonces se inició el desmantelamiento
sistemático de nuestra identidad, de nuestro
Ser auténtico. En su reemplazo se creó un
adefesio de identidad chilena, un remendo de
chilenidad que ya venía siendo configurado
desde el siglo XIX por la oligarquía y sectores
afines de la burguesía, aquella que aplaudía
ser conocida como "los ingleses de
suramérica" y que mandaba a sus hijos a
conocer mundo en Paris y Londres, y se
jactaba que aquellos podían manejar al dedillo
la lengua gala o sajona. El ascenso social de
mercachifles de pacotilla como los Edwards,
que habían llegado al país con una mano por
delante y otra por detrás, fue aprovechado por
los decadentes burgueses anglófilos para
asociar sus familias con apellidos de sonido
extranjero. La oligarquía que desde tiempos
coloniales había buscado con ahínco ocultar
sus orígenes mestizos, vio también la
oportunidad de "blanquear la raza" casando a
sus hijos e hijas con estos avenedizos del viejo
continente. Todo esto se agudizó con la
globalización y el secuestro de nuestro país
por el radicalizado modelo liberal
capitalista impuesto en época de
dictadura. Con la llegada de la
"transición a la democracia",
recibimos el tiro de gracia en la
por el radicalizado modelo liberal capitalista
impuesto en época de dictadura. Con la
llegada de la "transición a la democracia",
recibimos el tiro de gracia en la nuca.
Hoy por hoy, nuestro Dasein inauténtico se
configuraría, como realmente se configura, en
la marca “Jaguar de Latinoamérica” , como el
intento de un Estado posliberal de reducir lo
que es Ser Chileno, a un aspecto netamente
económico y consumista (crecimiento
económico, turismo y cosmopolitismo). El
chileno medio se autopercibe en el peor de los
casos, como un anglosajón (y aún en el mejor
de los casos, nos cuesta autoidentifcarnos
como latinoamericanos). Se hace parte de la
decadente cultura del occidente plástico y
relativista, embobado en el consumo enfermizo
de tecnologías y otros signos de status, junto
con la búsqueda insaciable de entretenimiento
alienante que le sirva de placebo. Parte de esa
autopercepción va de la mano con el ridículo
fetichismo racista que concibe al blanco de
aspecto nórdico como un ser marcado por un
signo de superioridad. Esto, de la mano con la
interpretación distorsionada de un darwinismo
social que asoció la idea de desarrollo
científico-cultural-civilizatorio al capitalismo
anglosajón, y que reforzó las ideas racistas y
deterministas heredadas de siglos anteriores,
las cuales posiblemente tuvieron su origen en
interpretaciones viciadas del calvinismo y otras
doctrinas religiosas afines.
Este Dasein inauténtico está creando a los no-
chilenos, aquellos que desearían haber nacido
en otro país, o les resulta indiferente haber
nacido en el Chile o en cualquier otro lugar. Lo
vemos en las tendencias de consumo, que
invitan a celebrar fechas ajenas a nuestras
costumbres como el 4 de Julio, Haloween,
Acción de Gracias, Etc. El chileno medio no le
hace "el quite" a cualquier buena excusa para
celebrar (beber, distraerse), pues nuestra
naturaleza es en parte festiva, y muchas veces
suplimos dicha necesidad con escapismos
artificiales.
hace "el quite" a cualquier buena excusa para
celebrar (beber, distraerse), pues nuestra
naturaleza es en parte festiva, y muchas veces
suplimos dicha necesidad con escapismos
artificiales.
En cambio nuestro Dasein auténtico se
configura en el ideal de la chilenidad,
entendiendo a la chilenidad, como todo aquello
que hace que el chileno se autoperciba como
tal, tradiciones, costumbres, ideas, valores,
cultura, espiritualidad, que parten de nuestras
dos civilizaciones principales, la mapuche, y la
hispánico-europea.
Acá entran a jugar los tres arquetipos que han
configurado la chilenidad auténtica. Del
español heredamos el "donjuanismo" y el
"donquijotismo", y por el lado mapuche
heredamos el "lautarismo".
El donjuanismo representa el lado más
dionisiaco de nuestro Ser: acá se nos viene a
la mente la picardía del chileno, las jugarretas
de los campesinos que se divierten dándole
indicaciones falsas a turistas desorientados, el
gañán que corteja a su "chinita", los cuentos
de Pedro Urdemales, el ya mencionado afán
por la fiesta (tan reprimido por la oligarquía:
curiosamente Chile es de los pocos países en
que no se celebra un carnaval). El Chileno de
por sí es un ser alegre, lejos de la imagen de
"apagado con la que nos perciben nuestros
vecinos latinoamericanos". Tendemos a ser
optimistas, vitales, a arriesgarnos, aunque se
nos juzgue de inmadurez o irresponsabilidad.
Somos sociables, no faltan los motivos para
celebrar algo o simplemente para juntarse a
beber algo de vino y platicar de forma amena.
Apreciamos el humor, solemos ponerle
sobrenombres a todos. Somos apasionados,
nuestra poesía lo refleja.
Finalmente, el lautarismo representa el valor,
el arrojo y la fuerza del guerrero que lucha por
su liberación, por su independencia. Como
dijere el gran Gastón Soublette: el camino del
guerrero no es pelear por pelear. La guerra
para el mapuche antiguo era un ritual. Es un
ritual de autosuperación. Él vence a sus
enemigos, a sus adversarios o a las
adeversidades de la vida, para medirse, para
superar sus trancas psicológicas. El caballero
ritual de autosuperación. Él vence a sus
enemigos, a sus adversarios o a las
adversidades de la vida, para medirse, para
superar sus trancas psicológicas. El caballero
mapuche rompe el cerco psicológico que lo
mantiene en la mediocridad, y en el acto de
entrar en batalla el grita "Inche kaishe" que
significa "yo, el hombre, permanezco".
Siempre en la batalla uno puede cometer
actos muy terribles de crueldad, pero él no
quiere actuar como una bestia, él quiere seguir
siendo hombre aún en el campo de batalla.
Este lautarismo en ocasiones trasmutó (en
Chile como en el resto de América Latina) en
la figura del Cristo guerrero: el Cristo que vino
a traer la espada y no la paz, el Cristo que
expulsó a los mercaderes del templo a
latigazos, ese Cristo que decía
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia, porque ellos serán saciados". Esa
figura tan nuestra, sincrética y alejada de la
figura del Cristo "pausado y rubio" de los
Europeos, inspiró a numerosas guerrillas en el
continente y sin ir más lejos, inspiró
diariamente a los Hermanos Vergara,
profundamente cristianos ambos, y que pedían
en sus oraciones a Dios que este los
convirtiese en "profetas de la revolución". Ese
mismo lautarismo lo podemos ver en
O'Higgins, en Freire, en Ignacio Carrera Pinto,
Luiz Cruz Martinez, Arturo Perez Canto, en
Balmaceda, en los Mártires del Seguro Obrero,
y tantos otros que prefirieron morir antes que
rendir la Patria.
Así vemos como estos tres pilares fueron
configurando constantemente la identidad
chilena. Por ejemplo como en Arturo Prat
podemos ver lautarismo y donquijotismo, o en
los personajes que inspiraron la leyenda de
Manuel Rodríguez vemos la confluencia de
lautarismo con donjuanismo, y así
sucesivamente.
El capitalismo aplastó todos esos referentes: a
Don Juan lo reemplazó Ronald MacDonalds, a
Don Quijote lo reemplazó Steve Jobs y a
Lautaro lo reemplazó Iron Man. Pero no están
del todo muertos. Occidente empieza a sufrir
los colapsos de sus fatales contradicciones
internas; ese manicomio infernal que succiona
los recursos de otros pueblos para sostener su
Lautaro lo reemplazó Iron Man. Pero no están del
todo muertos. Occidente empieza a sufrir los
colapsos de sus fatales contradicciones internas;
ese manicomio infernal que succiona los recursos
de otros pueblos para sostener su desquiciado
sistema de espectáculos, luces, diversiones, y
mutantes de comics, recreando un falso paraíso.
Occidente es un viejo moribundo al que hay que
ayudar a que muera lo más pronto posible. Esa es
nuestra tarea, para la cual deben volver a surgir el
Quijote, Don Juan, Lautaro, el Cristo Libertador,
inspiración para el ejército revolucionario que, como
los bárbaros del mundo antiguo, arrasaremos con la
Roma decadente que es el Imperio Anglosajón.

Patria,
Socialismo
o Muerte.
Venceremos.
 Queremos destacar en este
artículo una cuestión que si
bien se discute en ámbitos
académicos y políticos, es
necesario hacerla notar de
una forma simple, para
desarrollar una síntesis de
las fuerzas de fricción que
FALSA han moldeado nuestra
realidad social.
ARISTOCRACIA Y
Comencemos por revisar la
descendían tanto de los
primeros conquistadores
castellanos-andaluces
como de pueblos
indígenas, al igual que el
resto de la población de
Chile que durante los
siglos XVII y XVIII se
había masificado
sorprendentemente.
A finales del siglo XVIII,

DOLENCIA
anatomía general de la la burguesía mercantil
aristocracia chilena o mejor chilena se había
dicho; burguesía mercantil. fortalecido y se mimetizó
HISTÓRICA A finales del siglo XVI con los extranjeros de
Por Luis Bozzo comenzaron a consolidarse origen vasco. Cabe
socialmente los primeros señalar que durante tres
Nuestra memoria histórica popular
estancieros y siglos las familias
es precaria por diversos motivos.
encomenderos estables, prominentes practicaron
Existe una tradición
con indígenas y mestizos la acumulación de
historiográfica -que en sus
bajo su mando. riquezas por medio de
múltiples escuelas- se
Prácticamente la totalidad los matrimonios
ha aventurado casi de forma
de esos hombres poderosos arreglados, colocando en
exclusiva a investigar los temas
era descendiente de los manos de unos pocos
políticos del país, analizando
primeros conquistadores todo el comercio
rigurosamente las instituciones y
españoles que a falta de existente de la época.
variados conflictos que pudieron
mujeres europeas,
afectar el curso del vivir social, Las actividad comercial de
contrajeron matrimonios con esta burguesía mercantil en
dejando de lado otras temáticas
féminas indígenas, es decir el siglo XVIII, era
de suma importancia.
tuvieron un origen mestizo principalmente la
al igual que el resto de la agricultura - la cual además
Se refleja un evidente
daba forma al sistema social
oscurantismo con respecto a la población llana. Podríamos
feudal latifundista de
historia popular, la historia del señalar cientos de ejemplos, hacienda patrón/peón-.Los
pueblo; auténtico sujeto de todo lo pero un caso muy notorio y productos como el trigo y
que puede entenderse como conocido es Catalina de los otras materias primas
Ríos Lisperguer, la semejantes eran exportados
comunidad-nación o clase política
hacía Perú, pues la corona
civil (ciudadanía). No obstante se aristócrata de origen
española había establecido
han escrito estos últimos años mestizo conocida como la un monopolio comercial en
numerosas obras y tesis (unas quintrala. el nuevo mundo que definía
más conocidas que otras) estrictamente de que
Con esto dejamos en claro manera las colonias podían
destinadas a reconstruir esta parte
que los núcleos que relacionarse en cuestiones
extirpada y fundamental para de mercado. La burguesía
generaron el nacimiento de
comprender una verdadera chilena por ende, comenzó
la élite chilena no tenían
identidad popular conjunta y la a generar una fuerte cultura
linajes ancestrales de
dolencia histórica que no hemos de comercio de exportación
nobleza europea; puesto a través de la venta de
podido superar.
que descendían tanto de los diferentes recursos, ese era
primeros conquistadores el paradigma de la
castellanos-andaluces como economía.

de pueblos indígenas, al
La corona española se beneficiaba de todos
los tributos económicos, el fuerte control
comercial expandió brotes de mercado negro y
la burguesía chilena comenzaba a susurrar
entre bambalinas su descontento con la
administración política y económica bajo el
yugo de los agentes españoles. Se sentían un
grupo social con identidad propia que tenía el
derecho a controlar su destino.
¿Pero qué sucedía con el bajo pueblo durante
el siglo XVIII? se suele creer que la población
chilena de ese entonces estaba constituida por
ebrios y campesinos sin ninguna relevancia en
el plano político-cultural del país. Por
desgracia muchos historiadores y otros
malintencionados promovieron por décadas
ese oscurantismo. La verdad es que para
mediados del siglo XVIII, el pueblo de Chile
había consolidado una rica cultura sincrética
entre el mundo románico y precolombino. El
bajo pueblo no estaba solamente compuesto
de peones de fundo, pues había pequeños
comerciantes cecineros, alfareros,
arregladores de huesos, ganaderos, arrieros,
militares de bajo rango, sabios populares,
dulceros, músicos populares, dueños de
granjas, etc. Todos ellos concretaron una
especie de autosuficiencia cultural y
económica. Los talleres y tiendas que ofrecían
productos y servicios eran administrados por
familiares y amigos. Si bien no constituían un
gran negociado, daban cuenta de que una
clase media popular estaba emergiendo, y que
representaban una forma se subsistencia
totalmente ajena a la impuesta por la hacienda
o por la visión de mundo de la élite chilena.
Comencemos por estudiar algunos de los
primeros sucesos que dejaron en evidencia los
choques culturales entre esta burguesía
mercantil y el pueblo de Chile. Desde tiempos
de la conquista se celebraba la fiesta hispana
del corpus christi, y la plebe festejaba con gran
alegría y desenfreno, mezclando el
acontecimiento con elementos de la cultura
precolombina, generando un aire cristiano-
pagano repleto de felicidad y libertad. Era un
ambiente semejante a las festividades de la
Roma antigua rindiendo culto a Baco.
pagano repleto de felicidad y libertad. Era un
ambiente semejante a las festividades de la
Roma antigua rindiendo culto a Baco.
Por cierto que la élite chilena, burguesa y
ultracatólica, pretendía reformar la fiesta
popular en un acto solemne y ordenado de
acuerdo a las leyes imperantes. Por ello se
dictaminaron las primeras medidas legales
para aplastar la tradición popular e imponer
una visión de mundo desde el ápice social.
También, los vacíos imperfectos del sistema
económico de hacienda, permitieron la
proliferación del vagabundaje, y por
consiguiente el nacimiento de bandas de
criminales organizados, cuyo fin era asaltar
grandes casonas o caravanas comerciales.
Por lo mismo, se desarrollaron leyes y
decretos que sancionaban duramente la
criminalidad en favor de un orden que la
burguesía pretendía inalterable.
Destaquemos dos cosas esenciales: en primer
lugar, que la burguesía chilena había asumido
una identidad propia y se creía con el derecho
de imponer una doctrina de mundo al resto de
la población. Y en segundo lugar: el paradigma
de esta burguesía era el comercio de
exportación, por lo que también se
comenzaron a implementar una serie de
restricciones para con las economías
populares. Si las leyes no eran suficientes la
élite no dudaba en usar su brazo público
armado.
La burguesía mercantil chilena primero
sometió al bajo al pueblo antes de lanzarse a
extirpar el dominio político y económico
realista. A comienzos del siglo XIX, con el
avance napoleónico, el auge de las ideas
racionalistas-liberales y el estallido de
revoluciones modernas, la élite comenzó a
cuestionarse la fidelidad al rey de España. Se
vieron en la posibilidad de tener el control
absoluto de la economía y la política,
dejando de pagar tributos a España,
pudiendo comerciar con quien se les
antojara
incluyendo Norteamérica y otras potencias de
la Europa del norte.
En medio de la emancipación, se alzaron de
esta pseudo-aristocracia, caudillos
revolucionarios como O'Higgins y siguieran
Carrera. O'Higgins triunfó y el dominio hispano
sobre el territorio fue desarraigado bajo el
sueño de un país independiente y republicano,
regido por los valores de la ilustración. La élite
chilena financió en todo momento las
escuadras libertadoras.
Una vez en el poder, O'Higgins comenzó a
tener vaivenes con la clase social castellano-
vasca dominante. La abolición de mayorazgos
y títulos de nobleza había desatado un gran
descontento en la aristocracia,
emprendiéndose los ataques contra el
libertador de aspecto irlandés. O'Higgins
abdica y se va al exilio para siempre, lo hace
para evitar un derramamiento de sangre.
Es así como la propia élite chilena, luego de
lograr someter al bajo pueblo y erradicar las
cadenas del realismo, también aplasta a los
emancipadores que una vez apoyaron. La
burguesía mercantil puso fin al periodo
monárquico y también al cesarismo.
Por el 1820, nuevos conflictos políticos,
sociales y económicos comenzaron a aflorar.
Un considerable sector de personeros de
gobierno, entre ellos Ramón Freire y José
Miguel Infante, pretendían levantar un sistema
republicano en el que las asambleas localistas,
-los cabildos- (sistema político muy arraigado
en la cultura popular) tuvieran incidencia en las
macro determinaciones políticas. Por el
contrario, la poderosa élite chilena, radicada
en el centro de la capital, proponía una visión
centralista en la que tanto la política como el
comercio debían dirigirse desde la zona
metropolitana.
Freire acabó exiliado y las leyes federales de
1826 de Infante no tuvieron larga vida. La élite
chilena entendía como república y democracia,
un sistema en el que pudieran conservar sus
negocios sin problemas ni interrupciones
sociales de ningún tipo, sin revoluciones ni
revueltas. Poco les importaba el desarrollo de
un sistema en el que pudieran conservar sus
negocios sin problemas ni interrupciones
sociales de ningún tipo, sin revoluciones ni
revueltas. Poco les importaba el desarrollo de
las regiones mientras sus arcas familiares
incrementando con las
exportaciones. Esta burguesía jamás concibió
una intencionalidad de desarrollo a nivel
nacional.
La constitución 1828 no logró calmar los
ánimos de la élite dominante y pronto estalló la
guerra civil de 1829 entre liberales (pipiolos) y
conservadores (pelucones), es menester
mencionar que estos últimos usaban pelucas
como los cortesanos de los palacios reales
europeos, pues lo hacían para aparentar
nobleza y distinción social (otra señal que nos
deja entrever el tipo de costumbres y
pretensiones de las clases altas). En el bando
de los pelucones, un grupo destacaba por su
radicalismo: los estanqueros dirigidos por
Diego Portales.
Con el triunfo de los pelucones y la eventual
instauración de la constitución de facto de
1833, la élite social construye toda su
arquitectura de poder, usando también la
matriz cultural de orden absolutista. Portales
era un comerciante, un hijo de la élite histórica
de mercaderes. Como el mismo señala en sus
cartas, le importaban un comino los asuntos
de la política mientras sus negocios estuviesen
en paz, esa fue la razón principal por la que
apoyó la guerra contra la confederación Perú-
boliviana, para que el puerto de Valparaíso
tuviese dominio comercial en la región por
sobre el puerto del Callao.
La constitución del 1833 estableció una
especie de democracia indirecta en cuyo seno
los votantes debían tener como condicionante
poseer una determinada renta o bienes raíces.
Esos votantes elegían una comisión que era la
que finalmente escogía un presidente. Se
levantó el Estado centralista, el Estado del
peso de la noche y se aplastaron las
asambleas populares y los cabildos
tradicionales. Se consolida de forma definitiva
el poder legislativo del congreso, inspirado en
el modelo anglosajón bicameral de lores y
tradicionales. Se consolida de forma definitiva
el poder legislativo del congreso, inspirado en
el modelo anglosajón bicameral de lores y
comunes. La religión católica es la única
oficial. Comenzaron los primeros destierros y
sentencias de muerte de personajes contrarios
al régimen pelucón-estanquero.
Como puede verse, la plebe, el bajo pueblo
queda totalmente aplastado políticamente y
económicamente bajo el surgimiento del
Estado del peso de la noche, se esencializa
una forma de estado que perdura hasta
nuestros días, aún aparentemente reformado
por las posteriores constituciones. Fue el
triunfo del asfalto gris sobre la tierra viva.
Chile pudo vencer a la Confederación Perú-
boliviana, convirtiendo el puerto de Valparaíso
en el principal del pacífico sur. El bajo pueblo
fue el gran vencedor de esa guerra, sin
embargo fue solamente aquella élite la
beneficiada económicamente con el triunfo. La
única victoria para el pueblo fue comprobar su
enorme valor y unidad patriótica que se había
forjado por años.
Durante el periodo conservador se generan
varios programas políticos para aumentar la
cantidad de escuelas y alfabetizar a la
población. Pero esta educación de carácter
básico no tenía los contenidos esenciales
como para concretar esa poderosa cultura
ciudadana que alguna vez soñó el
republicanismo original, era insuficiente.
El periodo conservador terminará por una
extravagante alianza oligárquica liberal-
conservadora contra Montt, el cual entró en
conflicto con la élite por problemas con la
iglesia, específicamente por la cuestión del
sacristán. Una vez más la élite, mueve el curso
de la historia nacional, volviéndose contra el
periodo conservador y dando lugar a la Era
liberal bajo la presidencia de José Joaquín
Pérez.
Tanto los integrantes del liberalismo como los
de la conservaduría burguesa, así como los
eclesiásticos importantes y los militares de alto
rango, eran todos de la misma clase y
protegían los mismos intereses. No existía una
lucha ideológica a muerte, o movimientos
violentistas preparados por la tomar el poder
por la fuerza. Esta oligarquía articulada tenía
pleno poder político, económico, cultural y
social del país.
Queremos también hacer mención de la férrea
lucha que la clase dirigente mercantil sostuvo
con empresarios de visión productivista cuyo
fin era afianzar una nueva economía
desarrollista e industrial que pudiese llevar los
beneficios de la modernidad a todo el país. En
este grupo de productivistas nacionales,
destacan los ferrocarrileros o algunos
propietarios de pequeñas minas. Tenían una
visión económica que anhelaba construir un
Chile fuerte mediante el desarrollo industrial y
tecnológico. Por desgracia la visión económica
de la oligarquía era totalmente opuesta; eran
mercaderes de exportación, concebían la
economía como una herramienta para
comerciar materias primas, no para construir
industrias, ni menos para expandir proyectos
destinados al desarrollismo.
Aplastando las economías populares, también
la oligarquía eliminó las intenciones
desarrollistas de hombres que pretendían
colocar la economía al servicio del bien común
nacional.
Comenzó también la denominada
pacificación de la Araucanía en cuya
guerra interna propiciada por el Estado,
los pueblos indígenas y campesinos
pobres fueron encasillados en
pequeños reductos. Los gobiernos
iniciaron políticas de colonización
trayendo extranjeros de países
europeos hacía los territorios del sur.
La oligarquía había entablado una identidad
cosmopolita, no solo por sus exportaciones de
mercancía a diversos países, sino porque
sentían un gran desprecio por la cultura
popular y por sus propias raíces hispanas. La
nueva moda en la oligarquía era tener algún
apellido alemán, inglés, francés o italiano.
Recordemos que el primer noble Edwards, era
en realidad un pobre marinero desertor de un
barco inglés que por su aspecto anglosajón
pudo entrar fácilmente en la aristocracia
occidentalista y cosmopolita (le abrieron las
piernas literalmente).
Volvamos a repasar las características
anatómicas de este organismo oligárquico:
1-Conservadurismo ultramontano, moralismo
católico impuesto a todos los habitantes del
país. Se concebían como los únicos
destinados a dirigir el país.
2-Desprecio por la cultura popular, gran
admiración por las culturas nórdicas de
Europa. En la biblia se señalaba que Dios
castigó a Adán con el trabajo físico-manual,
por ende las clases altas despreciaban el
trabajo realizado con las manos (campesinos,
alfareros, mineros, etc).
3-Arribismo cultural de aparentar nobleza
exhibiendo falsos títulos de nobiliarios
comprados, sin poseer linajes ni una cultura de
conocimiento superior (durante el siglo XIX las
autoridades debieron contratar un sinnúmero
de extranjeros intelectuales para satisfacer las
necesidades que no podían concretar los
hombres sin preparación de la aristocracia).
4-Eran mercaderes exportadores de materia
prima, habían practica la acumulación de
riquezas por medio de matrimonios arreglados.
Se oponían a cualquier intento de industrializar
la economía, sólo para defender sus intereses
monopolistas.
5-Uso de la fuerza pública por parte de la
oligarquía para aplastar a su propio pueblo.
Con el triunfo de Chile en la guerra del pacífico
sobre Perú y Bolivia, la oligarquía tomó el
control del negocio del salitre a nivel mundial.
Era la oportunidad para invertir en bienes de
capital y concretar una revolución industrial
sobre Perú y Bolivia, la oligarquía tomó el
control del negocio del salitre a nivel mundial.
Era la oportunidad para invertir en bienes de
capital y concretar una revolución industrial
tardía que permitiera llevar el país al desarrollo
para poder competir en el mercado mundial.
Pero nada de eso ocurrió, por el contrario, la
élite negocio el botín con el imperialismo
inglés. La oligarquía sólo necesitaba un 20%
para enriquecerse a niveles estratosféricos y
eso les bastaba.
Los campesinos de Chillán, los jóvenes de
Valparaíso, los mineros del carbón, los
artesanos de ciudad que se acuartelaron para
combatir en el desierto, no recibieron ni
migajas del tesoro, pese a que fueron los
heroicos vencedores del conflicto derramando
sangre y lágrimas en el infierno de arena. Con
esta traición la oligarquía sufre su mutación
definitiva para transformarse en un organismo
anti-nacional, corrupto y arraigado en el poder,
protegido de su pueblo con la fuerza pública.
Cuando el presidente Balmaceda criticó esta
situación nefasta, la oligarquía incrustada en el
congreso forzó una sangrienta guerra civil,
cuyo fin estuvo marcado con el suicidio del
presidente, que cometió tan extremo acto para
detener la lucha fratricida entre hermanos.
El bajo pueblo aplastado y reducido a la
miseria durante todo un siglo, recién
desprendió luces de vida a principios de siglo
XX, con el surgimiento de las protestas y
movimientos obreros, generándose algunas de
las matanzas de nuestra historia propiciadas
por el propio Estado estanquero de Chile
contra su pueblo reclamante de justicia.
Algunos libros mitológicos como la fronda
aristocrática quisieron mitificar el quehacer de
la aristocracia, convirtiendo a personajes como
Portales en héroes y forjadores de una
prospera república que resaltaba sobre todos
los países del continente por su orden y
estabilidad política.
La realidad es que la oligarquía chilena,
mantuvo un statu quo semicolonial,
encrustándose en el poder y absorbiendo
todas las riquezas del país, sometiendo y
asesinando a su propio pueblo no solo en el
mantuvo un statu quo semicolonial,
encrustándose en el poder y absorbiendo
todas las riquezas del país, sometiendo y
asesinando a su propio pueblo no solo en el
siglo XIX como hemos visto en este artículo,
sino durante gran parte del siglo XX. Nuestra
dolencia histórica es no poder derrotar la
tragedia ni dirigir nuestro porvenir. Destruir el
organismo oligárquico, su servidumbre frente a
los imperialismos internacionales, junto a todo
su aparataje burocrático es fundamental para
la resurrección de la patria auténtica y el
desarrollo comunitario del pueblo.
Existe por un lado la oligarquía dominante,
compuesta por cualquier individuo que trabaje
a favor de ésta, desde un concejal corrupto
hasta el monopolista que financia la
partidocracia y en la vereda contraria, el
organismo del pueblo de Chile, la ciudadanía
descontenta con un sistema ineficiente e
injusto, que tiene el deber de organizarse y
ejecutar sus decisiones a nivel comunitario,
desterrando todo vestigio de arquitectura
estanquera, levantándose así como las
nacientes raíces de los árboles suelen destruir
el muerto asfalto gris.

EL CONGRESO ES UN HAZ DE CORROMPIDOS; HAY UN

GRUPO QUE TRABAJA EL ORO EXTRANJERO Y QUE HA
CORROMPIDO A MUCHAS PERSONAS. HAY UN HOMBRE
ACAUDALADO QUE HA INVELECIDO A LA PRENSA Y HA
ENVILECIDO A LOS HOMBRES. LAS FUERZAS
PARLAMENTARIAS HAN FLUCTUADO ENTRE VICIOS Y
AMBICIONES PERSONALES. EL PUEBLO HA PERMANECIDO
TRAQUILO Y FELIZ, PERO LA OLIGARQUÍA LO HA
CORROMPIDO TODO

JUÁN MANUEL BALMACEDA

 Rancionalistas por kast
José Antonio Kast, es una contradicción
andante. Recordemos que lanzó una consigna
vía twitter proponiendo la imposición pública
de la religión católica en colegios. Kast es
alguien que se define como liberal, un apóstol
del mercado, de hecho el pasado octubre
declaró ante la ENADE: "No soy Trump, no
soy racista, ni fascista, ni tampoco
populista".
También dijo en Radio T13: "Mi familia llegó
huyendo del nazismo (...) tengo la peor
visión, mi abuelo nunca saludó a los nazis
con la mano en alto, mi abuelo era una
persona muy católica, el nazismo persiguió
a la iglesia católica, yo pertenezco a un
movimiento donde el fundador estuvo
preso en campos de concentración (...) yo
soy miembro integrante del Comité chileno-
judío, chileno-israelí, con eso le digo todo,
tengo una profunda admiración por el
pueblo de Israel".
Kast considera que la regulación de los
mercados es un gravamen totalitario, pero por
otra parte, pretende imponer su dogmática,
medieval y recalcitrante religión moralista de
naturaleza universalista por medio del poder
público. He aquí el desquicio ideológico y la
irracionalidad de la derecha chilena,
históricamente religiosa de la moral de los
evangelios, y adepta al liberalismo globalista
por el lado económico.
¿Y qué tienen que ver los rancionalistas
(nacionalistas se hacen llamar) con ésto? los
últimos días toda esa payasada de
rancionalistas, entiéndase: lunáticos con
fetiches europoides en América del sur,
chupafusiles, pinochetistas, chovinistas,
mojigatos infectados de cibermoralina,
esoteristas dementes buscadores de runas y
ovnis, neonazis, y todo ese acervo de
vejestorios con olor a cadáver agusanado que
desde hace décadas rebrotan lamiendo las
suelas de la derecha chilena alzaban banderas
Por Luis Bozzo
ovnis, neonazis, y todo ese acervo de
vejestorios con olor a cadáver agusanado que
desde hace décadas rebrotan lamiendo las
suelas de la derecha chilena alzaban banderas
por Kast. Lo llaman "estrategia", cuando el
único logro que concretan en esa derecha
liberal-conservadora que los menosprecia, es
limpiar el suelo, pegar carteles, ordenar las
sillas del salón o candidatearse en algún cargo
de poca monta como CORE o Concejal (estoy
siendo bondadoso).
El nacionalismo en su sentido estricto es
popular y comunitario. Sin pueblo no hay
nación posible, la protección del bien común
de las personas construye la patria. El pueblo
es tan soberano como para elegir el sistema
político o económico que le parezca, puede
elegir representantes, gobernantes así como
arrasarlos si se transforman en tiranías,
plutocracias u oligarquías, sin necesariamente
adherir a un paradigma ideológico. El
liberalismo filosófico (tan dogmático y complejo
como el marxismo), entiende la libertad
abstracta desde el individuo, propende al
individualismo, la propiedad privada, la libertad
de acumulación, cuyas ideas pulidas más a
fondo conllevan al darwinismo económico del
triunfo y derecho de los capitalistas a controlar
las sociedades en desmedro de todo valor
comunitario (A Ayn Rand le gusta ésto).
Kast es partidario es la economía global de
fronteras abiertas, de la inversión extranjera,
de la privatización monopólica, al contrario del
nacionalismo soberanista, que aboga por la
industrialización, la autonomía nacional, el
proteccionismo, la nacionalización de riquezas
naturales y la erradicación de grupos
privilegiados en una sociedad con igualdad de
derechos y oportunidades.
Históricamente la derecha oligárquica chilena
ha sostenido un conservadurismo
ultramontano (manteniendo la preferencia de
un liberalismo económico de amigos que les
Históricamente la derecha oligárquica chilena
ha sostenido un conservadurismo
ultramontano (manteniendo la preferencia de
un liberalismo económico de amigos que les
permite consolidar su privilegio de casta por
sobre el resto de la población). La religión se
transforma en una especie de somnífero, una
anestesia de la voluntad que llama al
conformismo, a aceptar la fatalidad de un
destino esperando el premio en el "otro
mundo". Cuando la religión resulta una droga
que impide que la comunidad emprenda el
combate contra los corruptos que se roban la
patria, entonces ese credo estéril debe ser
cuestionado. Para el nacionalista
revolucionario, la nación-pueblo es la primera
realidad, el colectivo gregario como principio
antropológico, cultural e histórico por
excelencia, desde donde surge lo palpable y lo
imaginario, incluido el individuo, las
economías, las políticas, las ideas, los valores
y todo. Para el conservador ultramontano por
el contrario, su primera realidad-abstracta- es
dios, por ello cree en valores eternos y prefiere
seguir la palabra de un clérigo a los principios
de una lucha patriótica destinada a extirpar
oligarquías.
El nacionalismo chileno histórico siempre se
ha creído emparentado al conservadurismo de
los evangelios, pero representa en origen una
naturaleza opuesta, éste nacionalismo es
revolucionario hasta en el punto de la anhelar
la revitalización de los valores, ejerciendo la
praxis para transformar el mundo. No hay
valores eternos ni menos universales, sino
comunidades que de acuerdo a su existencia,
forjan su propia moral común. Para el
nacionalismo de la praxis, no hay destino
trágico, ni condena divina, la organización
popular, la lucha cultural y la voluntad pueden
construir un mundo.
Estos rancionalistas, por ende no serían
nacionalistas- sino rancionalistas- meros
neoconservadores amantes del statu quo
neoliberal, disfrutando de las migajas y la
servidumbre en la derecha chilena. Dicho
ésto, no hay derecha conservadora ni
liberal que pueda tener lugar en un
nacionalismo popular y revolucionario.
servidumbre en la derecha chilena. Dicho
ésto, no hay derecha conservadora ni
liberal que pueda tener lugar en un
nacionalismo popular y revolucionario. Ésto
explica porqué dentro de su locura paranoica,
el denominado "marxismo cultural" (que no es
otra cosa de liberalismo atomista), aparece
maliciosamente para deconstruir sus valores
eternos y sociedades inmutables (varios de
éstos payasos querrían vivir en el semicolonial
sistema de haciendas, pulperías, con un
Estado religioso y en el peor de los casos,
retornar al subditaje monarquista español).
Kast es miembro además del grupo
interparlamentario pro-Israel, trabaja en una
comisión especial para defender los intereses
de ese país en Chile. Israel es un estado
artificial y genócida que enarbolando las
banderas del sionismo (una ideología
mesiánica, supremacista, política y religiosa)
llama al exterminio de otros pueblos. Los
rancionalistas que se dicen respetuosos de la
soberanía de los pueblos, apoyan a un
fanático defensor de Israel lacayo del sionismo
internacional sin sentir un grado minúsculo de
vergüenza. Y es que en el fondo de sus
pútridos seres, admiran a Israel, aman el
racismo supremacista, el moralismo desértico
de Abraham, el machismo, considerando al
capitalista como el nuevo súper-hombre de la
modernidad. Éstos rancionalistas conscientes
de su pobreza material y su rechazo social,
tratan de sobreponer su frustración y complejo
de inferioridad atacando a los más débiles de
la depravación capitalista; inmigrantes pobres,
endeudados, estudiantes protestando contra la
injusticia educativa, etc.
Que sean devorados
pronto por el peso del
olvido histórico;
criaturas
despreciables.
 EL NACIONALISMO
COMO PROPUESTA
DE IZQUIERDA
globalizante y servil a la hegemonía cultural
estadounidense, atomizante-individualista y
que por lo mismo ha propiciado el relativismo
moral y valórico que la misma derecha
denuncia como "Marxismo Cultural"
(neologismo conveniente a la oligarquía reacia
a reconocer que ellos mismos la embarraron).

Por otro lado, Kast, un hijo directo de

inmigrantes que sostiene un discurso simplón
"anti-inmigración", ganándose con ello el
apoyo de varios autodenominados
nacionalistas. Miembro orgulloso del grupo
interparlamentario chileno-israelí, ha servido
con perruno vasallaje los intereses de Israel y
legitimado los crímenes de ese Estado, sus
seguidores son lacayos y admiradores
secretos de Israel, con su racismo
Por Carlos Salazar
supremacista y moralismo pseudo bíblico.
Como muchos ya habrán intuido al leer mis Ustedes podrán decirme ¿que hay de
publicaciones anteriores, soy nacionalista. Esta nacionalista en ellos?
etiqueta da para muchas connotaciones negativas. Bueno, para entender un poco esta extraña
A muchos les puede venir a la mente imágenes relación entre nacionalismo y la derecha, hace
del autoritarismo militar de los 80 en Chile, el falta aclarar un par de cosas útiles. Primero, el
reaccionarismo de Patria y Libertad, o incluso la concepto de nación. Los últimos nacionalistas
experiencia del Franquismo en España. Lo cierto en entender que es la nación fueron los
es que no busco apelar a nada de eso, todo lo patriotas asesinados en el Seguro Obrero en
contrario, sería un descriterio mío alinearme con 1938. Ellos entendieron que la nación es el
experiencias tan indefendibles y abyectas como pueblo, la gente arraigada a la tierra, su
las mencionadas. historia y tradiciones (tradiciones vivas y
Por desgracia, muchos autoproclamados constantemente cambiantes, no las cenizas
"nacionalistas", lo hacen y, para colmo, con decadentes que idolatran los conservadores).
orgullo. Por eso es que tenemos personajes tan Ese mismo sentido patrio sobrevivió de alguna
Como
absurdosmuchos ya habrán intuido
como nacionalistas al leer
pinochetistas o forma en la izquierda chilena de posteriores
mis publicaciones
nacionalistas por Kast.anteriores,
Por un lado soyAugusto décadas, con decir que hay más nacionalismo
Pinochet que instauró un modelo económico en Violeta Parra que se dedicó a rescatar la
nacionalista. Esta etiqueta da para auténtica música chilena (sonidos poderosos
liberal que privatizó gran parte de las empresas
muchas connotaciones negativas. A
estatales, privatizó la salud, privatizó y de percusión rítmica que evocan la ancestral
muchos les lapuede
descentralizó venir sin
educación, a lamencionar
mente los cultura guerrera de los "hombres de la tierra"),
que en el neonazi Franz Pfeiffer, lider
imágenes
recursos del autoritarismo
naturales como el agua, militar
entre de
otras
"maravillas". Un sistema que por lo demás es extranjerizante admirador del fetiche "ario-
los 80 en Chile, el reaccionarismo de germano".
globalizante y servil a la hegemonía cultural
Patria y Libertad,
estadounidense, o incluso la
atomizante-individualista y que
experiencia
por lo mismo hadel Franquismo
propiciado en España.
el relativismo moral y
En cambio, en la derecha oligárquica
burguesa, los oligarcas conservadores
entendían patria como la tierra que les
pertenecía, su propiedad privada. Y los
burgueses liberales, si es que defendían algún
concepto de patria, con esta se referían a la
república y la institucionalidad que les permitía
la estabilidad para comerciar con tranquilidad.
Citando a José Agustín Vásquez: "aún así (los
nacionalistas de derecha) han logrado
satanizar hasta tal punto esa palabra
(nacionalismo), vinculándola con la oligarquía,
con el racismo, con la xenofobia, con un
machismo imbécil, con un militarismo ridículo,
con la dictadura (que los despreció y los
ninguneó), con la derecha neoliberal (que no
los quiere de invitados a su mesa), que resulta
inútil intentar reivindicar un auténtico
nacionalismo, como sí lo pueden hacer
izquierdas progresistas latinoamericanas."
Y es que si miramos lo que escribió José
Martí, si leemos la obra de Fidel Castro, las
ideas de Guevara, el Justicialismo Argentino,
el marxismo latinoamericano de Mariátegui,
veremos que hay abundante nacionalismo en
ellos. El nacionalismo de verdad se preocupa
de defender la soberanía de la amenazas
reales (los migrantes no son la amenaza, sino
las multinacionales y la banca). El
nacionalismo de verdad es revolucionario, no
tiene nada que ver con la reacción histérica
"anti-marxista" de los "nacionalistas" de
derecha.
El nacionalismo del siglo XXI debe plantearse
de lleno como una opción de izquierda, o al
menos cercana a la izquierda. Debe ser
furioso defensor la clase trabajadora enemiga
de la burguesía, porque nosotros trabajadores
somos el soporte de la nación y tenemos que
aguantar como la burguesía vive de nosotros
destruyendo y viviendo de nuestros pueblos.
Se acabaron los días del nacionalismo
corporativista en que "camarada es el obrero,
camarada es el patrón". Esa lógica tenía más
sentido en una época en que existían
pequeños empresarios artesanales que algo
de arraigo y solidaridad compartían con
quienes consideraban sus compatriotas. Hoy
no podemos esperar lo mismo de personas
como el señor Luksic, Horst Paulmann, la
familia Claro, Piñera, entre otros.
¿considerarías camarada a alguno de ellos?
¿se considerarían ellos mismos camaradas de
un trabajador que no puede aspirar ni a un
décimo de la vida de lujos que ellos llevan?
Si queremos reivindicar un nacionalismo
revolucionario, popular, democrático y
socialista propongo trabajar en base a los
siguientes puntos:
1- Consenso en que hay que separarnos
tajantemente del nacionalismo de derecha o
conservador.
2- La necesidad de que definamos algunos
conceptos como nación, patria, pueblo, etc.
3- La propuesta debe tener un origen
auténtico, con esto me refiero a que no debe
ser una copia de modelos extranjeros
(eurocéntricos), sino que debe ser una idea
que tenga arraigo en la tierra y en el pueblo de
Chile.
4- Superar prejuicios anticomunistas.
5- Superar los mesianismos, los complejos de
führer, de caudillo. Tan desfasados como
inútiles.
De nosotros, la nueva generación de
chilenos, depende el futuro de las ideas.
No basta con creer en ideales, hay que
actuar. Transformar la sociedad
posmoderna de masas no lo puede
hacer un solo hombre, solo puede
lograrse una vez que dejemos de actuar
como masa, una vez que volvamos a ser
Pueblo, con conciencia de nosotros
mismos, volvamos a ser ese "Dasein"
que pareciera olvidado. Esto no lo
podremos hacer jamás subiéndonos a
la micro de la derecha.
LA TERCERA POSICIÓN NO
EXISTE Por J. Pinilla

"Tercera posición" es un eufemismo para ultraderecha.

Estos movimientos se componen de fanáticos religiosos,
racistas dementes, chupafusiles y lumpen aspiracional
supersticioso y conspiracionista de ignorancia e imbecilidad
congénita, cuyo máximo logro vivencial es pegar afiches.
Con su religiosidad moralista, su fe en el progreso
capitalista y su racismo, se asemejan al sionista (al que
admiran en secreto). El auge de la Alt right y reaccionarios
semejantes no es casualidad, su misión es exigir el
fortalecimiento de las oligarquías locales fomentando leyes
represivas, creando chivos expiatorios como la inmigración
o el feminismo, sin jamás tocar a los grandes mercaderes y
usureros del capitalismo. Son el último respiro del
neoberalismo para salvaguardar su hegemonía,
promocionando además el chovinismo, la división y la
superficialidad irreflexiva.