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el diálogo en la psicoterapia:
protocolo para un análisis de micro-proceso

dialogue in psychotherapy:
protocol for a micro-process analysis

María Elisa Molina, *

María Teresa Del Rio **
y Luis Tapia Villanueva *

Resumen
Este estudio aborda el encuentro humano y la construcción de significados que se desplie-
ga, desde una perspectiva dialógica y de micro-proceso. Considerando la propuesta de Valsiner
(2007) se adopta una perspectiva semiótica, proponiendo un Protocolo de Análisis que describe
indicadores que regulan ese proceso. Para esto se observaron momentos de diálogo terapéuti-
co con madres de niños abusados sexualmente. El análisis describe mecanismos en el diálogo
que promueven la construcción, restringen y/o potencian significados. Las dialogantes transitaron
desde la imposibilidad de acción hacia la generación de alternativas para sus vidas, mostrando
variabilidad inter e intra-individual de los procesos de significación. Estas dinámicas intersubjeti-
vas permiten que sí mismo y cultura se encuentren, en un proceso recíproco de influencias hacia la
estabilidad y el cambio.
Palabras clave: micro-proceso, análisis semiótico, psicoterapia, significado

Abstract
This study approaches human encounter and the meaning construction that it unfolds, from
a dialogical and micro-process perspective. Considering Valsiner’s proposal (2007) a semiotic
approach is taken. A Protocol of Analysis is proposed, which describes indicators that regulate the
process. Moments of therapeutic dialogue with mothers of sexually abused children were conside-
red in the study. The analysis describes mechanisms that promote the construction, that constrain
and enable meanings in dialogue. The participants derived from the impossibility of action to the
generation of alternatives in their lives, expressing inter and intra-individual variability of the sig-
nification processes. These intersubjective dynamics make possible self and culture joining in a
reciprocal process of influences towards stability and change.
Key words: micro-process, semiotic analysis, psychotherapy, meaning
| Recibido: 11-03-13 | Aceptado: 24-01-14 |

* María Elisa Molina, Luis Tapia Villanueva, Facultad de Psicología,

Universidad del Desarrollo, Chile
** María Teresa Del Rio, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad
Central, Chile
E-Mail: memolina@udd.cl
REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXIV p.p. 121–132
© 2015 Fundación AIGLÉ.

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Vol. XXIV 2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
122 María Elisa Molina, María Teresa Del Rio y Luis Tapia Villanueva
El significado es un constructo particularmente
relevante a la psicología, generándose debate des-
de sus cualidades objetivas y subjetivas, y sus im-
plicancias para el desarrollo del sí mismo y de sen-
tido que es donde se conecta el discurso (lenguaje)
con lo más interno, la experiencia subjetiva humana
(Cornejo, 2004; Peirce, 1931, Valsiner, 2007). Este
artículo aborda el significado como un proceso en
permanente construcción en el discurso, dependien-
do de un autor que lo genera y de un contexto social
de respuesta y de comprensión (Bajtín, 1989). El
tema de interés son los procesos de significación en
el contexto terapéutico. Se revisan algunas distin-
ciones teóricas como fundamentos para la elabora-
ción de una aproximación al estudio de procesos de
diálogo en el encuentro humano, particularmente el
terapéutico. Se elabora una propuesta de análisis,
a través de un Protocolo de Análisis Semiótico (AS),
(Del Río, 2007; Molina, 2007) basado principalmen-
te en propuestas teóricas y metodológicas de Jaan
Valsiner (Josephs y Valsiner, 1998; Josephs, Valsi-
ner y Surgan, 1999; Valsiner 2002, 2004a, 2004b,
2007) para ser aplicado al micro-proceso de diálogo
y construcción de significados.
El significado como proceso emergente: Cada
persona se posiciona subjetivamente en la experien-
cia a través de cadenas dialógicas, construyendo
significados para alguien (Cornejo, 2004; Lawren-
ce y Valsiner, 2003). Esta visión, más que nociones
estáticas del significado como unidad objetiva de
la lengua, aborda el proceso de significar como di-
námica fundamental de diálogo que es influido por
una variedad de aspectos propios del aquí y ahora
del encuentro particular que ocurre entre interlocu-
tores. A partir de ahí también surge la necesidad de
generar modelos que permitan acceder a este pro-
ceso para su comprensión e intervención. Jaan Valsi-
ner (2002, 2007) ha abordado el estudio del proceso
de construcción de significados tomando una pers-
pectiva evolutiva, social, cultural y dialógica. Este
investigador constructivista se refiere al significado
como proceso semiótico:
“El uso o creación de una palabra que describe
algo no solo se dirige a denotar un referente, sino
a presentar ese referente para algunos propósitos
y direcciones. Por ejemplo, si yo digo que la puerta
está abierta (lo que puede ser verdadero acerca del
estado de una puerta determinada), no solo estoy
reiterando lo obvio (lo que otro puede ver igualmen-
te) sino presentando ese aspecto al entorno para
algunos propósitos. No necesito tener metas espe-
cíficas para hacer esa afirmación, más aún esa afir-
mación (acerca de lo obvio) es simultáneamente re-
presentación, co-presentación y pre-presentación”
(Valsiner, 2004b, p.8).
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Vol. XXIV 2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
De lo señalado se desprende que el proceso se-
miótico tiene una temporalidad en la cual la cons-
trucción de signos y significados es una acción en
el presente que revisita un pasado y es demandada
por un futuro inmediato, desplegándose como fenó-
meno generativo y continuo. Se visualiza así el sig-
nificado como proceso, con una direccionalidad, en
el sentido de llevar la comunicación hacia delante
(Mc Neill, 1992). El desarrollo de la mente humana
desde esta perspectiva, es fluido y dinámico, un
proceso autoorganizado y autoinnovador. Se trata
de un sistema abierto, en el cual el curso de las ex-
periencias está ordenado hacia la adaptación al fu-
turo inmediato, a enfrentar la incertidumbre y lograr
un sentido de estabilidad en la vida (Molina y Del
Río, 2009; Valsiner, 2000, 2004; Josephs, Valsiner y
Surgan, 1999).
El proceso de significar se desarrolla a distin-
tos niveles evolutivos en el proceso adaptativo hu-
mano, que se cruzan y se retroalimentan. Valsiner
(2000) especifica tres niveles: Un nivel macro, que
corresponde a la evolución del contexto social y de
la cultura; otro que llama meso-genético, que co-
rresponde a la trayectoria individual de vida de un
individuo (la ontogenia) y un nivel micro-genético,
que es la trayectoria de construcción de signos y sig-
nificados en el aquí y ahora. En este micro-nivel de
la experiencia intersubjetiva se congregan todos los
niveles, existiendo un diálogo y encuentro de la cul-
tura y la persona, de la macrogenia a la microgenia.
Este proceso se da en una dinámica de interac-
ciones persona – ambiente social, en un campo de
canalización del desarrollo, que es indeterminado.
Esto es por cuanto está conformado por mecanis-
mos culturales, hábitos, artefactos, etc., que ofre-
cen un rango de posibilidades para la persona en
su encuentro con el mundo. El concepto de inde-
terminación desafía las expectativas de predicción
y control de los resultados futuros. Existe un mar-
gen de variabilidad, que no permite predecir el cur-
so exacto de la acción y al mismo tiempo establece
límites y posibilidades a ciertos significados y no a
otros. El curso que sigue el proceso de creación de
significados es autorregulado dentro de ese margen
de alternativas, limitando su propio proceso auto-
generativo (Valsiner 2003, 2004a).
En este encuentro persona - sociedad, los signifi-
cados son personalmente construidos, subrayándo-
se como una acción subjetiva, desde la experiencia
fenomenológica del sujeto e inter-dependiente con
el contexto comunicativo en que éste se encuentra.
El proceso pasa del plano personal al social de un
modo irreversible, se transfiere primero a su entor-
no inmediato, perdiendo su carácter privado, luego
 El Diálogo en la Psicoterapia: Protocolo para un análisis de micro-proceso
a otros contextos sociales, para ser compartido por
comunidades y contextos más amplios de la socie-
dad (Valsiner 2000, 2003). En el espacio social se
generan acciones co-constructoras y emergen as-
pectos dominantes como contextos de significabi-
lidad.
En la negociación con el ambiente social, el pro-
pio sí mismo es el agente de regulación del sí mismo,
y al mismo tiempo está siendo socialmente cons-
truido. Este es el sí mismo dialógico que participa
en un juego de transacciones, intercambios y
compensaciones entre posiciones-yo (Hermans,
2002) donde las expectativas sociales influyen ge-
nerando disposiciones y las representaciones socia-
les (RS) intervienen a través de su acción restrictiva
y potenciadora (Josephs y Valsiner, 1998; Valsiner,
2004b). Moscovici (1984) propone el concepto de
Representación Social para referirse a fenómenos
sociales dinámicos que se convierten en objeto de
interés público, apoyados en el conocimiento, pen-
samiento y comunicación de sentido común. Desde
la perspectiva de Valsiner (2003) las RS participan
en la interacción colectiva como sistemas dinámicos
que regulan la estabilidad social a través de herra-
mientas culturales a un nivel macro. Esta regulación
tiene un impacto en el desarrollo de la sociedad,
implicando restricción y posibilidad como efectos
opuestos y complementarios.
Mediación semiótica como aproximación al estu-
dio de la construcción de significados: La naturaleza
cultural de los fenómenos humanos se basa en su
condición eminentemente semiótica. Los signos son
una construcción cultural que permite dar cuenta de
otra cosa, en su función representativa y al mismo
tiempo anticipar una respuesta, en una función pre-
adaptativa. El aspecto relevante es la capacidad de
los signos para crear nuevas posibilidades de signi-
ficados en nuestras interacciones con el ambiente,
con otros y con nosotros mismos. La relación que
establecemos con nuestro entorno no es directa,
sino posibilitada por herramientas semióticas que
son desarrolladas culturalmente (gestos, imáge-
nes, palabras, artefactos). La experiencia transcurre
a través de la acción de significar donde un nuevo
significado emerge desde un punto de vista “aquí-y-
ahora, orientado-al-futuro” (Valsiner, 2000, 2004a).
La generación de significados en torno a las accio-
nes transforman el medio externo y el propio mundo
subjetivo recursivamente (Valsiner, 2003).
El signo como complejo de significados: De
acuerdo a Josephs, Valsiner y Surgan (1999), una
vez que un signo es construido, al mismo tiempo co-
construye su opuesto – un contrasigno, que gene-
ra una tensión [A no-A]. Por ejemplo, el signo todo,
surge al mismo tiempo con la noción No-todo. El
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opuesto No-A que opera como negativo emerge de
la noción de A. Esto es el complejo de significados.
El nuevo significado puede surgir a partir del campo
de los significados de A, por relaciones de similitud
o a partir del campo no-A, que permite la novedad y
la diferencia. En el flujo de una conversación, pensa-
miento o enunciado escrito, se crean complejos de
significado en una secuencia dinámica, desarrollán-
dose una negociación y renegociación permanente
de la relación [A–No A]. Por ejemplo, una persona
le dice a otra, hoy vengo cansado. Una alternativa
de respuesta en el campo de A es ¿qué lo tiene can-
sado? O bien, en No-A. ¿Cansado? Esta pregunta in-
troduce una ambivalencia, una duda y desvía hacia
zona de No-A. Las alternativas de exploración de los
significados son más amplias a medida que se va re-
formulando un concepto.
Los signos que actúan como reguladores de la
experiencia, constituyen complejos sistemas perso-
nalizados y super-organizados que regulan el pen-
samiento, los sentimientos, la acción y a su vez su
propia organización, manteniendo la dinámica de
estabilidad y cambio del desarrollo humano.
Los significados que son construidos en cade-
nas dialógicas crean tensión generando estados
de rivalidad, ambivalencia, armonía, algunos son
reconstruidos, otros son superados o absorbidos
(Josephs, Valsiner & Surgan, 1999). Esta es la orga-
nización jerárquica de la construcción de signos que
es catalizada por mecanismos o reguladores semió-
ticos que funcionan como promotores y que guían el
rango de variabilidad del proceso micro-genético de
construcción de significados (Valsiner 2004 b).
Por ejemplo, X: Hoy vengo cansado – Y:
¿cansado? – X: Si, he trabajado demasiado. En este
intercambio se genera tensión entre X e Y, que lle-
va a una respuesta de justificación, a través de un
mecanismo semiótico o circunloquio – demasiado –
que refuerza lo señalado.
Este proceso procede a través de la tensión entre
contrastes, siendo la oposición la base para el cam-
bio ya que la tensión mueve y crea desequilibrio.
Según Marková (2003) estas nociones apoyadas en
la dialéctica Hegeliana, implican un desarrollo conti-
nuo y mutuo a través de tensión y contraposición de
fuerzas. Esta concepción presupone un movimiento
triádico, que surge de una asimetría o diferencia de
perspectivas entre dos, un actor y otro (un signo y
otro), que genera una tensión, a partir de lo cual se
despliega un tercer elemento, el nuevo signo cons-
truido (postura o respuesta), que va a establecer
nuevas relaciones, nuevas diferencias y llevar ade-
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2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
124 María Elisa Molina, María Teresa Del Rio y Luis Tapia Villanueva
lante el proceso en una semiosis ilimitada (Peirce,
1931-1935).
El principio de dialogicidad del sí mismo opera a
través de mediación semiótica, regulando el proce-
so de construcción de significados y la trayectoria
de toma de posiciones subjetivas. Estos procesos
reguladores están constituidos por estrategias se-
mióticas, denominadas circunloquio que permiten
sortear o esquivar algunos significados mientras se
resaltan o intencionan otros (Abbey, 2004; Josephs
y Valsiner 1998; Valsiner, 1999).
La RAE (2011) define circunloquio como “rodeo
de palabras para dar a entender algo que hubiera
podido explicarse brevemente”. Este mecanismo
permite evadir o dar rodeos para abordar un signi-
ficado en forma indirecta. Los circunloquios al ser
movilizados desde los objetivos personales operan
en el micro-proceso, utilizando escamoteos o sub-
terfugios para influir en la construcción de significa-
dos que se lleva a cabo. Por ej. – yo estudié, pero las
preguntas no fueron adecuadas – o – ¿Qué puedo
hacer, si el daño ya está hecho?.
Cada significado – signo – que está en uso du-
rante el pequeño rango temporal que llamamos
presente, es también un mecanismo de mediación
semiótica que se extiende desde el pasado hacia un
anticipado, posible (pero no conocible) futuro. Es-
tos signos en el presente son promotores del rango
de posibilidades y dirección de la construcción de
significados. Los significados que concurren al pre-
sente establecen las alternativas de la negociación,
existiendo distintos niveles jerárquicos que pueden
tomar esos signos promotores, desde campos hi-
pergeneralizados (por ej. valores), pasando por me-
diadores verbalmente accesibles (que pueden ser
visibles en narrativas de sí mismo) hasta reaccio-
nes gatilladas por los contextos cotidianos locales.
(Abbey, 2005; Valsiner, 2004b).
Por ej. A1: He trabajado demasiado, pero es mi
responsabilidad. Hipergeneralización y alta signifi-
cación desde la cultura, apuntando a demandas del
contexto social. A2: Estoy cansado porque no logro
organizarme. Narrativa en torno a visiones de sí mis-
mo. A3: Lo que me cansa es la preocupación por mi
hijo. Contexto cotidiano local.
Las RS también actúan como mediadores se-
mióticos ya que, como contenidos del proceso de
desarrollo humano constituyen complejos de signi-
ficados de múltiples niveles. A su vez, éstas son pro-
cesos de emergencia de significados, en un tiempo
y a través de tensión. La tensión está en la noción
de reguladores sociales, que limitan el proceso de
significación y a su vez lo potencian. La heteroge-
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neidad de las re-presentaciones sociales les permite
establecer las bases de la dialogicidad en el proceso
de crear significados sociales (Valsiner, 2003).
Análisis Semiótico de la acción de significar
como método de investigación en contextos de tera-
pia psicológica: El análisis semiótico (AS) se focaliza
en los signos que están presentes en las expresio-
nes comunicativas (verbales o de otra índole), como
componentes de un proceso temporal, que evo-
lucionan a través de una cadena de intercambios
conversacionales sean de la persona consigo misma
o con un interlocutor. A través de este análisis se
enfatiza el proceso por el cual las personas logran
re-significar o re-elaborar contenidos o experien-
cias. La metodología dirige el foco hacia los signos y
el lenguaje. A nivel micro-genético se despliega una
trayectoria de construcción de significados – lo afec-
tivo y lo cognitivo está integrado – que transcurre en
el presente y en el pasaje hacia el instante siguiente.
Focalizar en el nivel micro-genético supone el estu-
dio de la génesis de actualidad con el propósito de
detectar diferencias cualitativas en la construcción
de relatos de experiencias vitales en un contexto co-
municativo (Molina y Del Rio, 2009; Valsiner, 2000).
Dinámicas de la generación de significado: Ade-
más de los signos y mecanismos semióticos que
actúan como catalizadores, se aprecian dinámicas
como aspectos no semánticos del proceso que dan
cuenta de las variaciones y direcciones que toma la
generación de significado. Una dinámica relevante
es la ambivalencia, que implica una relación no iso-
mórfica entre campos de significado. Esta relación
puede implicar desde oposición franca hasta dife-
rencias sutiles. La ambivalencia se manifiesta en la
cualidad transitiva del significado que va desde ‘lo
que es’ – en el momento presente – hacia ‘lo que
podría ser’ – en el momento siguiente. La persona
al evolucionar hacia un futuro anticipado, genera
relaciones de ambivalencia entre las significacio-
nes y posturas vitales asociadas a sus experiencias
(Abbey 2004; Abbey y Valsiner, 2005). Ésta se carac-
teriza por procesos inter e intrapersonales; creando
a nivel interpersonal divergencia entre el yo y el
otro, mientras que en el nivel intrapersonal se rela-
ciona con la calidad de la oposición de significados
que a nivel personal, el fenómeno de A no-A. Esto
último no permite escape, la persona puede perma-
necer silenciosa y distanciada, pero no puede evadir
la ambivalencia del diálogo interno.
Como se ha señalado, el proceso semiótico se
desarrolla a través de tensión, que es la cualidad
dinámica del proceso que desafía el estado de
cuasi-estabilidad de la persona, creando desequi-
librio, generando movimiento y empujando hacia
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 El Diálogo en la Psicoterapia: Protocolo para un análisis de micro-proceso
distintos senderos el proceso de significación (Jo-
sephs, Valsiner y Surgan, 1999). Según Marková
(2003) la tensión moviliza todas las situaciones de
la vida. Ella señala que éste es un concepto polisé-
mico que “… expresa el ímpetu hacia una acción o
un cambio” (Marková, 2003, p. 151). Por tanto, ésta
es siempre un proceso, un movimiento que conduce
cierta circunstancia a otra posición. La tensión ac-
túa en el tiempo, en transiciones, donde las perso-
nas despliegan acciones cognitivas de comparación
para resolver entre alternativas potenciales de me-
tas personales y colectivas en conflicto. No sólo se
refiere a la tensión emocional aunque si la incluye.
Cuando se reduce este ímpetu el organismo recupe-
ra su equilibrio y la atención y energía psicológica se
focaliza en otro campo de significados.
Una tercera dinámica es de distanciamiento psi-
cológico, desde la cual es posible adoptar flexibili-
dad (centralidad/periferia) frente al proceso vital.
Cualquier reflexión sobre la acción propia implica un
distanciamiento psicológico. Este concepto conside-
ra la acción de significar como una actividad situa-
da, en la cual cada hablante toma una perspectiva,
un posicionamiento dentro de un campo semiótico
determinado. Este posicionamiento implica un dis-
tanciamiento de aquello que se significa, del objeto,
de algo atribuible a sí mismo o al otro. Este proceso
permite la cognición. Para conocer y comprender se
requiere de una perspectiva, separarse de aquello
que se conoce. La modulación del distanciamiento
se realiza a través de in-mediación – para relacionar-
se al sí mismo – e inter-mediación – para relacionar-
se con un otro. Este distanciamiento es posibilitado
por el signo (Simão, Del Río e Molina, 2011; Valsiner,
2007). En la medida que los signos median, éstos
generan un vínculo entre los hablantes, permitiendo
a cada participante aprehender la experiencia del
otro desde su propia experiencia, sus percepciones,
emociones, como co-partícipe de la acción del otro.
La propia experiencia del observador sirve como es-
pejo para la comprensión de la experiencia del otro.
En este sentido, posicionarse frente a otro, a su
experiencia, implica un proceso de distanciamien-
to psicológico como un actor empático. Los signos
sirven para comprender al otro, sus visiones, sus
sentimientos y actúan como espejos de la propia ex-
periencia del que observa (Gillespie, 2006; Zittoun,
Gillespie, Cornish y Psaltis, 2007).
Ambivalencia, tensión y distanciamiento guían
la construcción de significados en torno a campos
relevantes de la vida personal. Probablemente uno
de los campos más significativos es el dominio afec-
(1) Recibir una chuleta: Término que corresponde a un modismo popular chileno y se refiere a recibir un golpe con la mano o el puño e la cara.
Vol. XXIV
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tivo. Según Valsiner (2005), la mediación semió-
tica tiene un efecto sobre los fenómenos afectivos
humanos transformando la experiencia primaria,
caracterizada por los estados fisiológicos, en sensa-
ciones experienciadas y significativas.
Análisis Semiótico en Contexto
Se llevó a cabo un estudio para explorar el micro-
proceso de construcción de significados en mujeres
madres de niños abusados sexualmente, en torno a
la develación de la situación de abuso sexual, en el
contexto de una terapia de grupo. Las participantes
fueron siete mujeres madres de niñas víctimas de
abuso sexual que participaron en un proceso de te-
rapia grupal dirigido por dos terapeutas.
El objeto de estudio se abordó a través de AS, to-
mando como dato los signos lingüísticos (el aspecto
semiótico) construidos en el discurso, focalizando el
proceso de evolución y transformación (el aspecto
evolutivo) que éstos experimentaban, como asimis-
mo su acción de regulación – en cuanto mecanismos
semióticos – de la propia acción de significar.
A continuación se presenta el protocolo de AS
que contiene herramientas e indicadores de regu-
lación del proceso semiótico, que surgen especial-
mente de los trabajos realizados por Jaan Valsiner
(2000, 2002, 2004a, 2004b), Ingrid Josephs (2000,
2002), y también Ivana Marková (2000, 2003) y
Mikael Leiman (2001).
Protocolo de Análisis Semiótico de la Acción de
Significar
Se describe el protocolo aplicando al análisis
de un extracto de diálogo terapéutico del grupo
seleccionado para el estudio. Todos los conceptos
del protocolo son explicitados, aún cuando algunos
de ellos no se aplican en el extracto analizado. Éste
corresponde a un momento de la cuarta sesión de
terapia y se inicia con la intervención de una parti-
cipante, refiriéndose al momento en que acude a
pedir ayuda a una institución de justicia:
Diálogo entre madres de niños abusados
1. Loreto: Es una impotencia que uno siente, ade-
más da vergüenza, porque ni siquiera le preguntan
a uno, antes que uno abra la boca el portero le dice
pase al fondo a la derecha, ya saben a qué va uno, y
eso uno se siente pero como que le den una chuleta .1
2. Terapeuta: Con la familia, cuando no la apoyan.
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2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
126 María Elisa Molina, María Teresa Del Rio y Luis Tapia Villanueva
3. Loreto: y a mí.
4. Terapeuta: También relacionado con las institu-
ciones.
5. Loreto: y a mi marido ninguna, y me dijo, Ah ya
pues y es de las instituciones también porque a ti te
dicen si tu hijo fue violado vaya aquí vaya acá pero
no dan ninguna solución.
6. Isabel: Te tiran como pelota.
7. Loreto: Sí, no hay solución para uno, es un caso
más de tantos, nada más que eso.
8. Isabel: Es algo de rutina.
9. Loreto: Entonces si uno acude a la justicia, por
no hacer uno justicia, es al final….
10. Isabel: De repente es mejor hacer justicia uno.
11. Loreto: Pero yo pienso que ni siquiera así, ni si-
quiera así.
12. Paula: Es ensuciarse las manos.
13. Loreto: Claro, es como ponerse al mismo nivel
del agresor, yo digo hay un Dios que mira todo, y
antes que uno se vaya se muera el castigo llega y
estoy esperanzada en eso y se que va a ser así, y eso
me tiene tranquila.
14. Terapeuta: Escuchándolas me quedo con la sen-
sación de impotencia, como de no poder, de sentir
que le fallan las fuerzas.
15. Loreto: De rabia también, porque cuando me
dijo que las sesiones iban a ser grupales me dio ra-
bia, porque yo dije tener que estar en esta situación
tener que contar esto aquí, me daba rabia conmigo
misma, era como una revelación a lo que me estaba
pasando, o sea, no querer asistir, no era de la idea
de escuchar a nadie más de problemas.
16. Paula: Yo también.
17. Loreto: Porque me bastaba con los míos, pero
ya después lo fui analizando, hablando con mi mari-
do, que mi marido ha estado con nosotros en todo,
en todo, y después no pues, es bueno escuchar
otros problemas y enterarse de que uno el de uno lo
ve inmenso y hay otros más grandes que el de uno,
entonces uno aprende a llevar”.
Protocolo
El signo: El signo puede tomar diversas formas
en la experiencia del sujeto: acciones, gestos, ob-
jetos y la expresión comunicativa a través del len-
guaje. El signo es contenido en una expresión co-
municativa o enunciado. “Cada verbalización es una
expresión que conecta un hablante con un oyente
como destinatario” (Voloshinov, 1986: p. 40-41).
1. El significado
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Vol. XXIV 2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
Complejo de significado: Un significado es cons-
truido simultáneamente con su opuesto negativo
[A/No-A].
Significado focalizado: Cualquier complejo de
significado o relación entre complejos que es distin-
guido como foco por un observador, en un enuncia-
do (Josephs y Valsiner 1998).
En la primera expresión de Loreto, se distinguen
los siguientes significados focalizados:
Saber / No-saber (a qué iba), que significa la ac-
ción del portero como que conoce (no conoce) su
experiencia como víctima de abuso de un hijo y la
comunica.
a qué / No qué (va uno), que apunta a la situa-
ción vital como madre de un hijo que ha sido abusa-
do sexualmente.
recibir una chuleta, que apunta a significados re-
lacionados con daño.
2. Herramientas o mecanismos semióticos
Son estrategias semióticamente construidas
– conceptos o palabras que regulan el cambio y la
estabilidad de los significados (Josephs y Valsiner,
1998). Estos mecanismos toman las características
que se señalan a continuación:
2.1. Circunloquio
El proceso de regulación que opera a través de
los circunloquios se puede realizar a través de:
Macroorganizadores u organizadores evalua-
tivos. Son construcciones evaluativas, a través de
signos cargados de valor en la cultura, que sitúan
los temas en el terreno moral y ético, restando flexi-
bilidad y disminuyendo el rango de posibilidades a
la generación de novedad, llevando a estabilidad y
rigidez. (i.e. Hay que, tengo que, yo debería...).
En el diálogo, Loreto señala más adelante: “...te-
ner que estar en esta situación tener que contar esto
aquí, me daba rabia conmigo misma…” (párrafo 15).
En esta expresión se construyen alternativas es-
trechas, la acción reguladora es percibida desde lo
externo (mundo social), que obliga a realizar accio-
nes que no se asumen como propias. Significados
culturales actúan como macroorganizadores o lími-
tes macro. No se debe ejercer la justicia en forma
autónoma de las instituciones: es ensuciarse las
manos (parr. 12). La imagen de suciedad es un re-
curso simbólico que apunta a indeseabilidad moral.
Circunloquio por focalización en metas en com-
petencia: Se introducen metas altas para dos com-
 El Diálogo en la Psicoterapia: Protocolo para un análisis de micro-proceso
plejos de significado opuestos elevando la tensión
entre ambos campos. Este tipo de circunloquio per-
mite neutralizar el macroorganizador. Ej. …entonces
si uno acude a la justicia, por no poder hacer uno
justicia… (parr. 9).
Por preferencias personales: Cambio de foco de
significados por una fuerte preferencia que libera al
macro-organizador.
Por coexistencia armónica: Diferentes dominios
de creencias o complejos de significado pueden co-
existir a pesar de su incompatibilidad, garantizando
flexibilidad en el razonamiento de la persona. Neu-
traliza el macro-organizador. Ej. “… me bastaba con
los míos (problemas), pero después lo fui analizan-
do…y…es bueno escuchar otros problemas…” (parr.
17).
Por calificadores semánticos confusos: Se ligan
a un signo o su opuesto, haciendo difuso uno o am-
bos polos del complejo (ej. generalmente, siempre,
muy, totalmente, quizás). Ej. “…a ti te dicen si tu hijo
fue violado, vaya aquí, vaya acá pero no dan ningu-
na solución” (parr. 5).
Por acción directa o simbólica: Cambio en el sig-
nificado focalizado a través de una acción directa o
simbólica. En el extracto analizado la acción de acu-
dir a la justicia tiene un efecto clave en el significado
atribuido a la propia experiencia y de sus hijas, en
relación con el concepto de abuso y de justicia.
Por ayudantes simbólicos: Proverbios o triviali-
dades fuera de contexto auto-construidas que per-
miten tomar distancia del campo de construcción de
significados (por ej. Así es la vida). Generalmente se
generan para disminuir una tensión, produciendo
un corte del foco de la elaboración, desviando hacia
nuevas líneas de construcción de significado.
Por organizadores simbólicos inmunizados:
Símbolos de máximo nivel semiótico que son inmu-
nes a cualquier evidencia contra fáctica. Por ej. …yo
digo hay un Dios que mira todo, y antes que uno se
muera, el castigo llega y estoy esperanzada en eso…
(parr.13).
Mecanismos autorreguladores: Signos de carác-
ter idiosincrático, con alto significado personal. En
este extracto, términos altamente idiosincráticos
son impotencia; vergüenza; decir a qué iba; como
que le den una chuleta a uno; rabia; revelación;
tranquilidad; es bueno escuchar.
Recursos simbólicos temporales: Significados
movilizados para recuperar el sentido de tempora-
lidad y continuidad de la vida frente a situaciones
vitales como acontecimientos inesperados son mo-
Vol. XXIV
127
mentos de transición (Zittoun, 2006, 2007) y gene-
ralmente vividos con gran tensión emocional. La
experiencia de abuso sexual de un hijo es en sí una
experiencia inesperada y traumática que implica un
quiebre en la propia trayectoria de vida y en el de-
sarrollo del sí mismo. En párrafo 17 del diálogo se
observan dos recursos que contribuyen a construir
un sentido de temporalidad y planearse un futuro
posible. La expresión “mi marido ha estado con no-
sotros en todo,” imprime un sentido de estabilidad
de la vida que contrarresta sentimientos de incerti-
dumbre. El significado aprender a llevar, utiliza un
verbo transitivo que es una metáfora impregnada de
temporalidad y movimiento, que integra a la expe-
riencia del presente una re-definición del futuro en
el cual la experiencia de abuso queda incluida.
2.2. Signo promotor
Estos mecanismos semióticos facilitan u obsta-
culizan la creación de significados a través de sig-
nos específicos, con alto nivel de abstracción que
actúan como guías en el rango de posibilidades
de variación de la construcción de significados. No
son promotores de significados específicos sino de
rangos (Valsiner, 2004). En el extracto analizado los
significados de solución, uno de tantos o justicia
pueden convertirse en signos promotores.
2.3. Signo catalizador
Son mecanismos semióticos que ejercen un rol
vinculante entre dos significados previamente se-
parados. Muchos términos generalizados que se
refieren a procesos psicológicos pueden ser consi-
derados auto-catalizadores. Se diferencia del signo
promotor en el sentido que puede tener una acción
única en el proceso micro-genético. En el extracto
analizado, aprender a llevar es un signo catalizador.
3. Efectos sobre la construcción de significado
En la medida que avanza el diálogo, los comple-
jos de significado van desplegando distintas moda-
lidades de transformación.
3.1. Crecimiento
Diferenciación creciente del campo A: surgen
significados basados en relaciones de similitud que
son construidas basándose en clasificaciones taxo-
nómicas, relaciones funcionales y uso de calificado-
res semánticos. Otra forma de crecimiento implica
la construcción de signos que crean pertenencia en-
tre significados. Puede haber integración de signos
opuestos e incluso superación, siempre que A conti-
núe como referente aun cuando no sea mencionado.
El siguiente fenómeno de crecimiento se observa en
el extracto: “Dice que pase al fondo (…) Ya saben
a qué va uno(…) como que le den una chuleta (…)
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2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
128 María Elisa Molina, María Teresa Del Rio y Luis Tapia Villanueva
no apoyan (…) no dan ninguna solución (…) te tiran
como pelota (…) un caso más de tantos”.
3.2. Elaboración constructiva
Opera en el campo de No-A, lo lleva a un esta-
do de diferenciación y a un cambio en la naturaleza
de A. A es el punto de partida para la emergencia
constructiva en No-A permitiendo la emergencia del
complejo B no B. Cuando surge B, se produce una
superación de A No-A, el cual es hecho parte de la
nueva estructura. En el extracto (parr. 14 y 15) la
terapeuta ofrece conceptos a ser elaborados en el
polo de la debilidad, las fuerzas que se debilitan y
la participante construye en el campo opuesto (No-
debilidad), desde la rabia, la revelación. Esto la lleva
a construir la noción de aprender a llevar.
3.3. Superación
Aparición de un complejo de significados que
incluye a uno anterior en un meta nivel. Puede sur-
gir [B y no-B] como consecuencia de una escalada
de rivalidad. El concepto de aprender a llevar es
una superación que sitúa la experiencia de abuso
en un nivel que incluye la fuerza y la debilidad. Los
significados que emergen en la superación actúan
como mecanismos catalizadores y pueden llegar a
ser signos promotores útiles para la construcción
posterior.
3.4. Círculo cerrado
La persona puede hacer corte circuito a la diná-
mica potencial de los complejos de significado hacia
lo nuevo y llevar a un ciclo recurrente en que se re-
gresa a un mismo punto. Un ejemplo sería volver a
la noción de no hay solución.
3.5. Abandono del campo
Evitación de continuar en un foco, cambiando
drásticamente de tema.
4. Dinámicas de la generación de significado
4.1. Ambivalencia
Se consigna como ambivalencia la emergencia
de significados focalizados que permiten estable-
cer una relación con otros previamente puestos en
el diálogo y que introducen una modificación y no-
vedad. Esa relación pone de relieve a menudo, di-
ferencia, contradicción, imprecisión, pero también
puede reflejar relaciones de semejanza, pertenencia
o inclusión.
4.2. Tensión
En el proceso semiótico, la tensión se identifica
en la asimetría (Marková, 2003) entre complejos de
significado (Abbey y Valsiner, 2005; Abbey, 2004).
Vol. XXIV
La tensión está siempre presente durante la trayec-
toria de construcción de significados en torno a un
foco. Lo que varía es su intensidad.
4.3. Distanciamiento psicológico
El investigador consigna los cambios de perspec-
tivas que realiza cada actor para dar significado a la
propia experiencia y a la del otro, así como del modo
en que opera el proceso de in-mediación e inter-me-
diación. Esta dinámica y su opuesto (identificación,
contextualización, aproximación) se producen en
torno a un campo de significados determinado que
apunta al sí mismo, al otro o al contexto. Se identi-
fica esta dinámica en un diálogo cuando se produce
un cambio de posicionamiento o se toma una acción
para resolver una tensión.
4.4. Límites o demarcaciones en el proceso se-
miótico
Signos que tienen un impacto en el desarrollo
de los significados, implicando restricción y posi-
bilidad como efectos opuestos y complementarios.
Establecen un rango limitado de posibilidades (ver
concepto de constraints en Valsiner, 2003). Límites
a nivel macro están en las representaciones sociales
y tienen un alto nivel de abstracción. Límites a nivel
micro están situados en la experiencia particular del
individuo, ya sea en forma de pensamiento, senti-
miento o conducta. En el caso estudiado, las nocio-
nes de justicia, ensuciar, castigo son demarcaciones
de nivel macro que van orientando el diálogo y la
emergencia de significado. Significados persona-
les, límites micro: La experiencia de abuso de la hija
como única, personal, extraordinaria; La madre en
sí misma como víctima de agresión, no apoyo, trato
humillante y sin solución; No vista como persona;
Propios problemas como prioritarios y agobiantes.
5. Dinámicas de la dialogicidad del sí mismo
Los significados que están siendo co-construi-
dos en una interacción determinada describen cade-
nas dialógicas, que describen patrones dialógicos
de micro-nivel, distinguiendo pautas a partir de los
actores de los signos que son construidos.
5.1 Pautas Dialógicas a partir de los actores
El análisis del proceso dialógico se focaliza en la
perspectiva que se toma desde el posicionamiento
de los actores:
• Posición del hablante (actor): Se refiere a con-
ceptos de auto-posicionamiento (Leiman, 2001)
de ego-posición (Marková, 2003) y posición-yo
o I-position (Hermans, 2002). En cada momento
de la construcción de significados el hablante se
ubica subjetivamente en una posición o contra-
posición, desde un actor frente a un objeto, un
significado u otro actor a lo cual asigna como
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2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
 El Diálogo en la Psicoterapia: Protocolo para un análisis de micro-proceso
destinatario y/o contraposición. Un aspecto de
la emergencia de significados alude a signifi-
cados referidos al sí mismo de quien los emite,
tomando el discurso un carácter auto-expresivo.
• Direccionalidad: Cada signo surge en un con-
texto social y comunicativo y está dirigido hacia
alguien, o algo, un destinatario. Éste puede estar
presente o no en el diálogo, ya que la contra-
posición no siempre la va a tomar el interlocutor.
• Contraposición: En el análisis de una unidad
mínima dialógica – dos interactuantes – se pue-
de apreciar que éstos toman posiciones recípro-
cas, opuestas o complementarias. En la acción
de auto-posicionarse y actuar en relación a otras
posiciones, se construyen las pautas dialógicas,
recíprocas, que empujan y amplían la construc-
ción de significados. Cuando las posibilidades
vitales se estrechan, estos posicionamientos se
rigidizan.
“Es una impotencia que uno siente, además da
vergüenza, porque ni siquiera le pregunten a uno…”
(Parr 1). La participante construye significados de sí
misma, como estigmatizada y expuesta, como re-
ceptora de agresión y trato humillante. Un aspecto
central de la experiencia y significación de estas ma-
dres es de su vivencia como víctima secundaria.
El destinatario son las otras madres y la dupla de
terapeutas quienes constituyen agentes clave para
legitimar estas visiones. Los destinatarios no pre-
sentes, son por ejemplo el funcionario institucional
y la justicia como institución, que traen otras voces
al diálogo, que permiten ampliar posibilidades y de-
safiar las propias posiciones.
5.2 Pautas Dialógicas Semióticas
El análisis se puede focalizar en los signos pro-
piamente tales. Desde una perspectiva de micro-
proceso cada signo corresponde a una posición del
si mismo. Desde esta perspectiva Valsiner (2002)
describe las siguientes pautas.
• Escalamiento mutuo: Voces opuestas que se
retro-alimentan en un intercambio dinámico es-
table. En la escalada mutua la oposición y la ten-
sión se intensifican.
• Monologización del discurso. Ausencia de cir-
cunloquio y de ambivalencia.
6. Cambio de significados en el micro-proceso y
en el diálogo con los otros
• Se describe la trayectoria que lleva el pro-
ceso de significados, a través de dinámicas de
crecimientos y elaboración constructiva, hacia
nuevos significados. Para describir la trayecto-
ria, en primer lugar se identifica un significado
Vol. XXIV
129
focalizado inicial y uno de salida en el extracto
analizado, donde emerge algo, se supera una
tensión y/o se obtiene un alivio. A través de la
trayectoria del diálogo en este extracto se pue-
den identificar algunas secuencias:
• Trayectoria desde impotencia ante trato, has-
ta la emergencia de tranquilidad ante justicia
divina. Un signo catalizador en este intercambio
es: Hay un Dios que mira todo (parr. 1 y 13).
• Trayectoria desde abuso sexual como expe-
riencia personal, única a experiencia comparti-
da, social. Signo catalizador: Otros problemas
más grandes (parrs.1 y 17).
• Desde abuso sexual como experiencia ago-
biante, difícil de contar, a situación que pasa a
formar parte de la propia vida. Signo catalizador:
Aprender a llevar (Parr 1 y 17).
Conclusión
El artículo aborda el estudio de procesos de sig-
nificación en el contexto terapéutico, enfocando la
cualidad psicológica del discurso, a través de la ob-
servación del aquí y ahora de cadenas dialógicas. Se
pretende aportar con un modelo de análisis de mi-
cro-proceso desde una aproximación semiótica, cul-
tural, evolutiva y dialógica (Molina et al., 2013). En
el encuentro terapéutico, se desarrolla un proceso
de co-construcción entre terapeutas y participantes,
que da cuenta de la variabilidad y heterogeneidad
de las trayectorias individuales y de cada momen-
to del flujo temporal de la experiencia. En el caso
analizado, el intercambio dialógico toma alternati-
vas que despliegan trayectorias en las cuales se ela-
bora la relación con el evento de abuso de un hijo,
se construyen estrategias estabilizadoras como res-
puesta a un futuro que se percibe como incierto y
amenazante, se promueve la elaboración de la pro-
pia experiencia emocional, se posiciona en torno a
su autoimagen y se negocia con nociones validadas
culturalmente, como demandas asociadas a nocio-
nes de maternidad y de abuso sexual.
La riqueza del análisis es tanto del material sígni-
co como de las dinámicas no semánticas presentes
en el proceso – ambivalencia, tensión y distancia-
miento psicológico que describen como transita el
proceso de co-construcción entre opciones que van
desde la imposibilidad de acción hacia la genera-
ción de alternativas para sus vidas.
Se describe el protocolo utilizado y su compren-
sión desde un enfoque del sí mismo multivoceado
y dialógico. La relación terapéutica es un escenario
en el cual dialogan actores presentes y ausentes,
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2 AGOSTO 2015 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
130 María Elisa Molina, María Teresa Del Rio y Luis Tapia Villanueva
múltiples aspectos del sí mismo, individuos con sus
significados personales y la cultura con sus signifi-
cados compartidos.
El marco dialógico constituye el contexto de de-
sarrollo para la terapia, el cual se promueve cuando
cada participante, esté o no presente, es un punto
de partida para el otro, brindando asimetría para
crear la tensión requerida para la construcción de
identidad y de agencia.
Como interlocutor y contraparte del diálogo, el
terapeuta puede distanciar o contextualizar posicio-
nes, favorecer la oscilación entre opuestos, entrar
en diferentes espacios de ambigüedad expandiendo
significados, promover el crecimiento de perspecti-
vas no vistas o no dichas y aprovechar el dinamismo
de la tensión como motor del cambio. Su rol no es
fosilizar significados sino ofrecerlos como alterna-
tivas, como ingredientes que pone sobre la mesa
de conversación. Esta es la acción catalizadora del
terapeuta, que además de su bagaje como especia-
lista en interactuar con las experiencias más signifi-
cativas y dolorosas de las vidas de quienes lo con-
sultan, se convierte en un actor, participante de un
encuentro que se posiciona subjetivamente y aporta
significados que están en pleno proceso transfor-
mativo.
Lo señalado conecta con el tema de la construc-
ción de la relación terapéutica y la consideración
de la intersubjetividad en este contexto (Coelho
y Figueiredo, 2003). Ésta representa procesos de
fluctuación de divergencia y disenso, no sólo reci-
procidad o mutualidad, aportando al progreso de
alianza, ruptura y reparación de la alianza (Safran
y Muran, 2005) donde la imposibilidad de consen-
so total es la base del diálogo y lo que mantiene su
curso. En la medida que el terapeuta distingue estas
oscilaciones aporta nueva intencionalidad a sus in-
tervenciones, especialmente hacia la flexibilización
de la elaboración psicológica. Esta dinámica permite
aproximarse al foco de terapia, desde una perspec-
tiva afectiva y de patrones de relación, más que des-
de el contenido, como cadenas o tramas de signos
entre los cuales oscilan tensiones.
La perspectiva teórica adoptada y las considera-
ciones surgidas del estudio de una situación parti-
cular de psicoterapia desde el marco de micro-pro-
ceso, proporcionan al investigador y al terapeuta un
marco conceptual para la comprensión del flujo de
procesamiento psicológico.
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