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recurrir a utilizar la cuerda como medio de progresión, el papel de los anclajes es fundamental.
Llamaremos anclajes a todos aquellos sistemas que nos permiten fijar la cuerda en un punto
para poder utilizarla para descender. Estos anclajes pueden ser diferenciados en dos tipos
básicos, los naturales y los artificiales. Como anclaje natural citaremos los troncos de los
árboles, puentes de roca o bloques empotrados y como artificiales, cualquier elemento
clavado, empotrado o cimentado ajeno al medio. Estos anclajes artificiales son los mismos que
los utilizados en la escalada y la espeleología. Hay que recordar que el descenso de barrancos
nace de una conjunción de las dos disciplinas y por lo tanto, los materiales utilizados provienen
de esas actividades. Su uso ha ido evolucionando casi paralelamente en las tres actividades.
Los primeros descensos fueron equipados, aparte de con anclajes naturales, con clavos o
pitones y buriles de la época, provenientes de la escalada y posteriormente con spits,
utilizados en espeleología. En épocas más cercanas han sido y progresivamente son, en parte,
sustituidos por materiales más duraderos y resistentes como parabolts y anclajes químicos,
aunque todavía se pueden encontrar anclajes de los primeros en descensos poco
frecuentados.
Anclajes naturales
Anclajes artificiales
Anclajes naturales
A veces, también
podremos
"construirlos"
nosotros de
diversas maneras,
Anclaje sobre un puente de roca natural por ejemplo
empotrando algún
bloque en una fisura. En Estados Unidos, en ciertos casos,
construyen puentes de roca artificiales utilizando una técnica
usada en escalada en hielo llamada Abalakov, (inventada por
Vitali Abalakov, un escalador ruso), consistente en perforar
dos agujeros convergentes en un punto y pasar un anillo por
el mismo. Esta es una técnica desconocida prácticamente en
nuestro entorno y básicamente impulsada en ese país al
Anclaje reasegurado mediante
contar con un tipo de roca, la arenisca, muy habitual en
la técnica de Abalakov
ciertas zonas y que a veces no proporciona suficiente
Foto: Andrés Martí
seguridad utilizando otro tipo de anclajes.
En un nuevo descenso o poco realizado, que aproveche muchos anclajes naturales, a menudo
encontraremos que las cintas no siempre están en el mejor estado. El tiempo, los rayos
solares, las recuperaciones de cuerda con rozamientos entre la cinta y la propia cuerda (con la
ausencia de una anilla o maillón) y los posibles golpes de piedras en las crecidas o cualquier
otra circunstancia, pueden haber deteriorado los anillos hasta volverlos peligrosos. Siempre
observaremos su estado. Ante la menor duda, es preferible cambiarlo o reforzarlo que
exponerse a que se rompa. Podremos observar como signos de deterioro su excesiva
decoloración, roturas o quemaduras visibles en su superficie. Revisar los anclajes es algo que
siempre deberemos hacer cuando nos colguemos de un anclaje pero en el caso de los anillos,
quizá con más motivo ya que son susceptibles de sufrir un deterioro más rápido que otros
elementos utilizados como anclajes. Los nudos también deberán ser revisados. Aunque
parezca mentira, a veces se ven nudos mal realizados que, quizá por simpatía, parecen haber
aguantado a sus realizadores. Otra cosa que es observada a veces es que los nudos están muy
apurados. Es necesario dejar un cierto margen de cabo, algo así como algo más de un palmo o
más, en la realización de los nudos. Algunos, al apretarse, tienden a disminuir el cabo sobrante
y si este es escaso pueden provocar que se deshaga.
Un tema importante que muchas veces no es valorado es el ángulo de trabajo de los anillos.
Un anillo debe de tener necesariamente un ángulo de trabajo menor de 60 grados. Al
superarse este ángulo, las fuerzas ejercidas pueden llegar a ser peligrosas. Quizá es más fácil
explicarlo con el ejemplo de dos anclajes. Si el ángulo de trabajo de una cinta que une dos
anclajes es de 90º, sobre cada anclaje se estará ejerciendo una fuerza de unos 70 Kg. con un
peso de 100 Kg. Si ese ángulo es de 140º las fuerzas ejercidas sobre cada anclaje serían de 150
Kg. En este trabajo de nuestro compañero Joan Rovira, podemos ver una explicación sobre
esas fuerzas. Aunque en realidad está explicado como las fuerzas ejercidas sobre dos o más
anclajes, el caso de una cinta rodeando un anclaje natural es similar y comparable. Además, en
ese documento hay un ejemplo interactivo, aplicado en realidad a una tirolina, en el que
sorprende el resultado obtenido variando los ángulos. Según el ángulo de trabajo, las fuerzas
resultantes pueden ser enormes. Es algo a tener en cuenta, sin duda. La mejor forma es
solucionarlo empleando cintas largas cuando utilicemos anclajes naturales o queramos unir
dos anclajes de cualquier tipo.
Cargas resultantes en función del ángulo de trabajo sobre anclajes y cintas
Anclajes artificiales
o Clavos o pitones
o Anclajes químicos
Existen varios tipos de clavos diferenciados por su forma o por el material en el que es están
construidos
Diferentes tipos de clavijas
Imágenes cedidas por PETZL por cortesía de Vertical
y extraídas del catálogo (o ficha técnica) PETZL.
Para ver la información completa referirse a dicho catálogo (o ficha) pulsando sobre la imagen
Uno de los tipos de anclajes más utilizados en general en muchos descensos lo constituyen los
anclajes denominados de expansión. En este grupo podemos incluir los spits y los parabolts ya
que aunque la forma de colocarlos varía en cada caso, la forma de trabajar es muy similar.
Spit Parabolt Químico
Conjunto de taco y chapa inviolable de RAUMER Conjunto de anclajes químicos inox de Fixe
Comentaremos también que los spits pueden ser colocados también mediante taladradora
aunque en este caso, la última parte de la confección del agujero ha de ser hecha a mano para
asegurarnos que el fondo del mismo queda plano y permite la correcta expansión de la cuña.
Fuente:
Foto: L. Mariano Mateos Foto: Andrés Martí
http://www.safercliffs.org
Epóxicas
Toleran los mayores esfuerzos. La más conocida es el Sikadur-31 de la marca Sika. Sus
inconvenientes es que se han de mezclar a mano y tiene poca vida útil desde su
fabricación, un año (NOTA: la mayoría de las resinas tienen una caducidad de
alrededor de un año. Es muy importante respetar esas fechas de caducidad) . Por
contra, admite el uso de anclajes lisos, sin rosca o rebajes.
Poliéster
No muy recomendables ya que son más apropiadas para materiales huecos. La más
conocida es la HY 20, de Hilti.
Epoxi-acrílicas
La más conocida es la HY-150 de Hilti que luego ha sido superada por la RE-500.
Como dato suplementario recomendar siempre el uso de anclajes fijos en acero inoxidable
que, aunque más caros, aumentan la vida de los mismos notablemente dado que el medio en
el que se desarrolla nuestra actividad es muy húmedo. Recordemos que la humedad es uno de
los mayores enemigos de los anclajes junto a los golpes recibidos en las crecidas por las
piedras y troncos. La oxidación y otros factores influyen en el deterioro y por tanto, duración
de los anclajes. En este artículo, se detallan esos factores que afectan a los anclajes.
Tracción:
Ejercida en la misma dirección pero sentido contrario al de
su colocación. En otras palabras, si tiramos del anclaje hacia
afuera, estamos sometiéndole a una tracción
Cizalladura:
Ejercida en perpendicular al anclaje, es decir, sería la fuerza
resultante cuando nos colgamos del anclaje.
Torsión:
Ejercida al traccionar el anclaje en una posición diferente a
su sentido de trabajo normal. O sea, si pretendemos hacer
girar al anclaje
Compresión:
Ejercida al presionar sobre el anclaje en la misma dirección
y sentido de colocación. Es decir, empujando hacia adentro
el anclaje
A modo de resumen:
Evitar las cabeceras de los rápeles, Chapa arrancada tras una crecida. Se puede
en la medida de lo posible, dentro observar que la rotura se ha producido en el
del propio cauce y con accesos lo casquillo del spit a la altura del final del tornillo.
más seguros posibles instalando, si Foto: Miguel Ortega
es necesario, pasamanos para su
acceso.
No instalar nunca sin los conocimientos suficientes y mucho menos usando material
no adecuado y, a ser posible, consultar con los distintos comités de equipamiento.
Posiblemente, sus recursos puedan ser más numerosos que los nuestros.
Informarse bien del uso del material antes de usarlo. Un uso inadecuado puede derivar
en accidente.
Ante la menor duda sobre el estado de algún anclaje, sobre todo tratándose de cintas,
optar por cambiarlo o reforzarlo.
Nota 1: Siempre deberíamos utilizar los nudos más resistentes, es decir, los que menos
resistencia le resten a la cuerda, especialmente si trabajamos con cuerdas de pequeño
diámetro (cordinos), ya que en este caso los márgenes de resistencia se ven reducidos y
una diferencia en la resistencia residual de tan sólo un 5% puede ser determinante.
Sobre el pescador triple no conozco ningún estudio, únicamente tengo datos
constatados sobre el pescador doble, que es el nudo de unión más resistente que
existe. Hay que tener en cuenta que esa vuelta de más del pescador triple no
necesariamente aumentará la resistencia del nudo, si no que en algunas circunstancias
podría reducirla. Además, será necesaria mayor cantidad de cuerda para su realización
y el volumen del nudo será superior, circunstancia que podría dificultar la correcta
regulación de un sistema repartidor de cargas. Para saberlo a ciencia cierta se deberían
realizar diversas pruebas de rotura monitorizadas en un dinamómetro. Siempre que
unamos una cuerda del mismo diámetro el nudo más adecuado para ello será el
pescador doble, por ser el más resistente, aunque también es el más difícil de deshacer,
no obstante este factor en un anillo que va a quedar instalado de forma permanente
no supone ningún problema. El nudo de cinta sólo se utilizará para unir cintas y no se
empleará jamás para la unión de cuerdas, ya que su resistencia es muy inferior a la del
pescador doble (disminuye la resistencia de la cuerda un 44%. El ocho trenzado si
podrá utilizarse aunque su resistencia es inferior a la del pescador doble (disminuye la
resistencia de la cuerda un 52%). VOLVER AL TEXTO
Nota 2 : Considero que el anillo de cuerda, cordino o cinta, sólo debería situarse en la
base del tronco cuando el árbol no ofrezca la resistencia suficiente para situarlo más
alto. Cuanto más bajo esté el anillo, en la mayor parte de los casos, los roces serán más
acusados y la recuperación de la cuerda más difícil debido a los mencionados roces
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Nota 3 : Cualquier tuerca o tornillo empleado en una placa deberá tener una calidad de
acero mínima de 8.8 (siempre que no esté fabricado en acero inoxidable.) Este valor
viene grabado en la cabeza del tornillo y nos informa de la resistencia a la cizalladura
del material en kg por mm². Para obtener el valor exacto de cizalladura del tornillo,
basta con multiplicar entre si los dos números grabados en la cabeza. Así un tornillo de
8.8 tiene una resistencia a la cizalladura de 64 kg/mm². VOLVER AL TEXTO
Nota 5 : Es muy importante que los modelos fabricados en acero inoxidable cuenten
también con las chapas de expansión fabricadas en este mismo material, ya que de lo
contrario con el tiempo las chapas terminarán corroyéndose pudiendo producirse una
electrolisis como consecuencia de las diferentes aleaciones de los materiales y la
fijación cogerá holgura en el orificio, pudiendo llegar inclusive a salirse del mismo ante
un esfuerzo en sentido de extracción. Este mismo efecto también se produce en los
modelos fabricados en acero normal y de forma más acelerada. Si se instala un
parabolt debería dejarse siempre la placa adecuada junto al él, o como mínimo la
arandela y la tuerca. No obstante siempre es aconsejable dejar la placa, ya que por la
acción de enroscar y desenroscar la tuerca se acabará fatigando el material y hay que
tener en cuenta que aquí no se fatiga un tornillo que puede ser sustituido en caso
necesario, como sucede con las placas empleadas en los spits, si no que se debilita toda
la fijación, con el riesgo que ello conlleva. Además el hecho de que la tracción siempre
se realice sobre un mismo espárrago, favorece que con el tiempo el material se fatigue.
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RECOMENDACIONES:
o Recordamos que instalar un descenso con anclajes es una tarea que debe ser
estudiada concienzudamente. Existen varios comités en algunas federaciones
como la aragonesa y la catalana que deberían de ser los encargados y
supervisores de hacer los equipamientos y reequipamientos de los barrancos
ya que hacen estudios sobre caudales y lugares óptimos de emplazamiento
de anclajes. Estos datos son necesarios a la hora de hacer una buena
instalación para evitar deterioros de la misma debido a crecidas o incluso
para evitar zonas peligrosas por el caudal o morfología del descenso.
o Nuestro consejo es que no se equipe nada sin consultar con ellos salvo en
casos de extrema necesidad.