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ANCLAJES Dentro de las técnicas del descenso de barrancos, en el momento que hemos de

recurrir a utilizar la cuerda como medio de progresión, el papel de los anclajes es fundamental.
Llamaremos anclajes a todos aquellos sistemas que nos permiten fijar la cuerda en un punto
para poder utilizarla para descender. Estos anclajes pueden ser diferenciados en dos tipos
básicos, los naturales y los artificiales. Como anclaje natural citaremos los troncos de los
árboles, puentes de roca o bloques empotrados y como artificiales, cualquier elemento
clavado, empotrado o cimentado ajeno al medio. Estos anclajes artificiales son los mismos que
los utilizados en la escalada y la espeleología. Hay que recordar que el descenso de barrancos
nace de una conjunción de las dos disciplinas y por lo tanto, los materiales utilizados provienen
de esas actividades. Su uso ha ido evolucionando casi paralelamente en las tres actividades.
Los primeros descensos fueron equipados, aparte de con anclajes naturales, con clavos o
pitones y buriles de la época, provenientes de la escalada y posteriormente con spits,
utilizados en espeleología. En épocas más cercanas han sido y progresivamente son, en parte,
sustituidos por materiales más duraderos y resistentes como parabolts y anclajes químicos,
aunque todavía se pueden encontrar anclajes de los primeros en descensos poco
frecuentados.

 Anclajes naturales

 Anclajes artificiales

Anclajes naturales

Se considera un anclaje natural a cualquier


elemento natural o existente en el medio
encontrado en el cauce o fuera de él, que
nos proporcione una forma segura de
montar una instalación. Puede tratarse de
un árbol o arbusto, un puente de roca o el
formado por un bloque o un tronco
empotrado e incluso un bloque en el cauce. z
Evidentemente tendrá que ofrecer una
resistencia suficiente como para ofrecernos
seguridad. El método será aprovecharlo Anclaje natural sobre un tronco empotrado y
utilizando una cinta cuerda o coordino con reasegurado con un cable de acero.
el que formaremos un anillo, anudándolo Anclaje bastante precario, ya que un tronco
alrededor del elemento seleccionado. En el que necesita refuerzo como el de la imagen
caso de una cinta, el nudo utilizado para es como para no utilizar. Sería mejor instalar
unir la cinta será siempre el llamado nudo otros anclajes, si es posible, que proporcionaran
de cinta. Si utilizamos cuerda o coordino, una mayor seguridad.
podremos usar varios nudos de unión Foto: Javier Rodríguez
siendo el mas recomendable el de pescador
doble por ser el nudo de unión más resistente que existe (Ver Nota 1) . Si además añadimos
una argolla o mailón al montaje facilitaremos la recuperación de la cuerda y no sólo eso,
además evitaremos el roce de la cuerda con la cinta a la hora de recuperarla ya que esto
deteriora la cinta hasta volverla peligrosa. Por tanto, es muy recomendable su uso. Existen,
además, sistemas ideados para recuperar incluso el anillo que utilicemos como anclaje. Hay
varias posibilidades como utilizar el llamado nudo de macramé o simplemente utilizar un
sistema de rápel de cinta recuperable o alguna variante del mismo. No obstante, el uso de
estos sistemas obliga a su perfecto dominio ya
que conllevan algunos riesgos.

Deberemos asegurarnos de que el anclaje ofrece


la solidez necesaria. En el caso de tratarse de un
árbol o arbusto, la cinta se deberá situar lo más
baja posible, en la base del tronco, para evitar
brazos de palanca innecesarios y peligrosos (Ver
Nota 2). Siempre utilizaremos una cinta, cuerda o
coordino para usar un árbol o arbusto como z
anclaje para preservarle de daños.
Recomendable, y podríamos decir que
obligatorio, es usar también un mailón o argolla Mailón y argolla
para evitar deteriorar el anillo por el roce al Recomendamos su uso en anclajes con
recuperar las cuerdas. Esto nos ayudará también cintas para evitar deterioro de las mismas.
a la hora de recuperar las cuerdas. El no usar el Foto: Miguel Ortega
cordino, cuerda o cinta como montaje del rápel
solo se ha de hacer en última instancia, cuando no tengamos más cintas o en caso de
emergencia. La corteza de los árboles (y nuestras cuerdas) sufren mucho en caso de no ser
utilizados. A veces podemos observar marcas en los árboles después de varias recuperaciones
de cuerdas directamente pasadas por detrás del tronco del árbol. Deberemos evitarlo en la
medida de lo posible ya que el árbol puede llegar a morir incluso debido al daño que se le
produce.

Antes de decidirnos a montar el anclaje sobre un


árbol, comprobaremos que el árbol está vivo y si no,
que ofrece una seguridad suficiente, que no está
podrido o rajado. Observaremos también el
sustrato que lo soporta ya que a veces, no es
suficiente debido a desmoronamientos de la capa
sobre la que se asienta. En general, suelen ser muy
buenos anclajes aunque no siempre situados en los
mejores sitios. También la resistencia de ciertos
arbustos como el boj o la sabina es notoria. Su
Los maillones siempre deberán trabajar madera es muy dura y troncos de relativo pequeño
completamente cerrados diámetro ofrecen una resistencia suficiente por
encima de nuestras necesidades. De cualquier
forma, si es posible duplicar el anclaje, como
siempre, será mucho más seguro. La tendencia cuando se usa un anclaje natural es, en
general, utilizar un solo punto de anclaje. Evidentemente a veces puede no ser necesario y
tampoco factible el duplicar el anclaje, pero estamos rompiendo una norma básica de
seguridad por lo que siempre deberemos evaluar la posibilidad de reasegurar el anclaje si lo
consideramos oportuno.
Los puentes de roca son otro tipo de anclaje natural.
Estos pueden ser naturales como los formados en
rocas como la caliza al agujerearse zonas más
débiles de la roca de forma natural o compuestos
por rocas empotradas en fisuras o en el propio
cauce o incluso los formados por troncos encajados
de alguna forma.

A veces, también
podremos
"construirlos"
nosotros de
diversas maneras,
Anclaje sobre un puente de roca natural por ejemplo
empotrando algún
bloque en una fisura. En Estados Unidos, en ciertos casos,
construyen puentes de roca artificiales utilizando una técnica
usada en escalada en hielo llamada Abalakov, (inventada por
Vitali Abalakov, un escalador ruso), consistente en perforar
dos agujeros convergentes en un punto y pasar un anillo por
el mismo. Esta es una técnica desconocida prácticamente en
nuestro entorno y básicamente impulsada en ese país al
Anclaje reasegurado mediante
contar con un tipo de roca, la arenisca, muy habitual en
la técnica de Abalakov
ciertas zonas y que a veces no proporciona suficiente
Foto: Andrés Martí
seguridad utilizando otro tipo de anclajes.

Otro tipo de anclaje


natural que podremos aprovechar son los bloques
empotrados en el propio cauce o en grietas, siempre
que ofrezcan la necesaria solidez. La técnica será la
misma, aunque podremos utilizar también variaciones
como fijar los anillos de cinta, cuerda o cordino
mediante un nudo de ballestrinque o de alondra que
evite que se mueva de su posición (Hay que tener en
cuenta que el uso de estos nudos disminuye la
resistencia de la instalación en el caso del ballestrinque
un 50% y en el caso del nudo de alondra un 54%. Habrá
que valorar si realmente es imprescindible su uso). Es
necesario observar si existen aristas cortantes y en su
Anclaje sobre un bloque en el cauce
caso proceder a corregirlas además de comprobar su
perfecta fijación que impida que se desplace al
someterlas a la carga de nuestro peso. Procuraremos hacer trabajar al anclaje en su dirección
lógica de tracción, es decir, evitar que por algún movimiento extraño, el anillo pueda salirse de
su situación con el consiguiente peligro que acarrearía.
Si utilizamos troncos empotrados, estudiaremos su consistencia y su imposibilidad de poderse
desplazar al someterlos a una carga. Los rodearemos con una cinta o anillo anudado de igual
manera y a ser posible, con una anilla o maillón para evitar rozamientos a la hora de recuperar.

En un nuevo descenso o poco realizado, que aproveche muchos anclajes naturales, a menudo
encontraremos que las cintas no siempre están en el mejor estado. El tiempo, los rayos
solares, las recuperaciones de cuerda con rozamientos entre la cinta y la propia cuerda (con la
ausencia de una anilla o maillón) y los posibles golpes de piedras en las crecidas o cualquier
otra circunstancia, pueden haber deteriorado los anillos hasta volverlos peligrosos. Siempre
observaremos su estado. Ante la menor duda, es preferible cambiarlo o reforzarlo que
exponerse a que se rompa. Podremos observar como signos de deterioro su excesiva
decoloración, roturas o quemaduras visibles en su superficie. Revisar los anclajes es algo que
siempre deberemos hacer cuando nos colguemos de un anclaje pero en el caso de los anillos,
quizá con más motivo ya que son susceptibles de sufrir un deterioro más rápido que otros
elementos utilizados como anclajes. Los nudos también deberán ser revisados. Aunque
parezca mentira, a veces se ven nudos mal realizados que, quizá por simpatía, parecen haber
aguantado a sus realizadores. Otra cosa que es observada a veces es que los nudos están muy
apurados. Es necesario dejar un cierto margen de cabo, algo así como algo más de un palmo o
más, en la realización de los nudos. Algunos, al apretarse, tienden a disminuir el cabo sobrante
y si este es escaso pueden provocar que se deshaga.

Un tema importante que muchas veces no es valorado es el ángulo de trabajo de los anillos.
Un anillo debe de tener necesariamente un ángulo de trabajo menor de 60 grados. Al
superarse este ángulo, las fuerzas ejercidas pueden llegar a ser peligrosas. Quizá es más fácil
explicarlo con el ejemplo de dos anclajes. Si el ángulo de trabajo de una cinta que une dos
anclajes es de 90º, sobre cada anclaje se estará ejerciendo una fuerza de unos 70 Kg. con un
peso de 100 Kg. Si ese ángulo es de 140º las fuerzas ejercidas sobre cada anclaje serían de 150
Kg. En este trabajo de nuestro compañero Joan Rovira, podemos ver una explicación sobre
esas fuerzas. Aunque en realidad está explicado como las fuerzas ejercidas sobre dos o más
anclajes, el caso de una cinta rodeando un anclaje natural es similar y comparable. Además, en
ese documento hay un ejemplo interactivo, aplicado en realidad a una tirolina, en el que
sorprende el resultado obtenido variando los ángulos. Según el ángulo de trabajo, las fuerzas
resultantes pueden ser enormes. Es algo a tener en cuenta, sin duda. La mejor forma es
solucionarlo empleando cintas largas cuando utilicemos anclajes naturales o queramos unir
dos anclajes de cualquier tipo.
Cargas resultantes en función del ángulo de trabajo sobre anclajes y cintas

Imágenes cedidas por PETZL por cortesía de Vertical


y extraídas del catálogo (o ficha técnica) PETZL.
Para ver la información completa referirse a dicho catálogo (o ficha) pulsando sobre la imagen

Anclajes artificiales

Dentro de este tipo de anclajes diferenciaremos varios tipos.

o Empotradores (fisureros o cordinos anudados)

o Clavos o pitones

o Anclajes de expansión (spits o parabolts)

o Anclajes químicos

Los empotradores son piezas de metal, generalmente


aluminio, con variadas formas, que trabajan ofreciendo
una resistencia a la extracción que impide que se salgan de
su lugar de colocación al hacer tracción en una
determinada dirección y sentido. Existen muchos tipos, de
formas diversas e incluso algunos, de funcionamiento
mecánico. Generalmente disponen de un cable de acero
aunque en los tamaños grandes pueden llevar también un
cordino.
Dentro de este grupo podemos incluir también el uso de
cordinos anudados empotrados en fisuras. Este recurso ha
de ser considerado casi en exclusiva como método de
emergencia ya que no terminan de ser realmente fiables
Diferentes tipos de empotradores
salvo en contados casos. En general, los empotradores,
sean del tipo que sean, son poco utilizados en descenso de
barrancos salvo para instalar desviadores o
como único recurso a la hora de instalar un
rápel.

Cabecera de rápel formada por un clavo y un


spit, unidos mediante una triangulación.
Instalación mejorable si se utiliza una
Tampoco los clavos o pitones son anclajes triangulación anudada, de tal manera que
demasiado utilizados. Todavía pueden trabajen los dos anclajes a la vez , tal y
encontrarse muchos en descensos poco como se muestra en el dibujo.
realizados y constituyen un excelente Foto: Miguel Ortega
recurso, cuando su uso es idóneo, por su
rapidez de colocación.
Su uso es relativamente sencillo.
Buscaremos una grieta o agujero idóneo
donde, a martillazos, introduciremos el
clavo. La experiencia nos dirá si el clavo
está entrando bien al oír el sonido que
produce al hacerlo. Este sonido, llamado
"canto" es fácilmente identificable ya que
se trata de un sonido que se va volviendo
más agudo a cada golpe que damos. Lo más
difícil quizá es acertar con el tipo de clavo a
utilizar en cada tipo de fisura. Como norma
general, deberemos de elegir un clavo
adecuado a la profundidad de la propia
fisura (y si no tenemos, colocarle una cinta
con un nudo de alondra para evitar brazos
de palanca peligrosos), que trabaje en
Imagen cedida por PETZL por cortesía de Vertical
palanca sobre la fisura y nunca en el mismo
sentido que la tracción a la que va a ser
sometido (por ejemplo, no utilizar un clavo que no sea el llamado universal en una fisura
vertical) y además, que sea de un tipo de material adecuado a la roca donde queremos
situarlo, es decir, no utilizar clavos de acero duro en rocas blandas como la caliza.
Los clavos o pitones, sin embargo y sobre todo en barrancos de alta montaña sufren del mismo
problema que cuando se usan en escalada, la gelifracción. Las grietas en las que son
introducidos pueden verse alteradas por el mismo motivo que en montaña: las sucesivas
contracciones debido a la formación de hielo en las fisuras que pueden hacer que terminen
moviéndose e incluso saliéndose.

Existen varios tipos de clavos diferenciados por su forma o por el material en el que es están
construidos
Diferentes tipos de clavijas
Imágenes cedidas por PETZL por cortesía de Vertical
y extraídas del catálogo (o ficha técnica) PETZL.
Para ver la información completa referirse a dicho catálogo (o ficha) pulsando sobre la imagen

Uno de los tipos de anclajes más utilizados en general en muchos descensos lo constituyen los
anclajes denominados de expansión. En este grupo podemos incluir los spits y los parabolts ya
que aunque la forma de colocarlos varía en cada caso, la forma de trabajar es muy similar.
Spit Parabolt Químico

Imágenes cedidas por PETZL por cortesía de Vertical


y extraídas del catálogo (o ficha técnica) PETZL.
Para ver la información completa referirse a dicho catálogo (o ficha) pulsando sobre la imagen

Anclaje Long-Life Chapas


z

Conjunto de taco y chapa inviolable de RAUMER Conjunto de anclajes químicos inox de Fixe

Los spits o tacos autoperforantes permiten por si


mismos hacer el agujero donde van a ser colocados.
Se roscan en el burilador, espitador o mandril y, a
base de golpes de martillo van horadando el agujero
donde serán colocados. Disponen de una serie de
dientes que a cada golpe perforan unas décimas de
z milímetro la roca.
Se han de colocar en zonas donde la roca sea
consistente y no presente fracturas. Deberemos de
Sección de roca mostrando respetar una distancia mínima de unos 20 o 30 cm de
el funcionamiento de un spit cualquier fisura o borde de la misma y de otro anclaje
Foto: Rubén Manso . Elegiremos un lugar plano para que luego la chapa
asiente perfectamente o bien trabajaremos la zona
con ayuda del propio spit para conseguir esa zona plana o cama donde asentar la chapa.
Colocando el spit de forma perpendicular a la roca procederemos a golpear utilizando la maza.
Los golpes deberán ser lo suficientemente potentes pero sin ser demasiado fuertes, es
preferible muchos golpes con cierta contundencia que pocos con mucha. A cada golpe,
giraremos un poco el mango con el fin de que cada diente ataque en una zona diferente a la
anterior y, de vez en cuando, soplaremos en el agujero y daremos unos golpes al burilador
para que se elimine el polvo acumulado dentro.
Perforaremos hasta que el propio spit esté
introducido un par de milímetros en el agujero
(exactamente 31mm de la longitud del spit +
2mm adicionales = 33mm), momento en el que
lo ideal sería que sustituyéramos el spit utilizado
para perforar por otro nuevo que no haya estado
sometido a golpes e instalaremos la cuña
complementaria dentro del spit que hará que se z
expansione al continuar golpeando sobre el
mismo. Introduciremos de nuevo todo el
conjunto dentro del agujero y comenzaremos a Cabecera de rápel formada por dos spits
golpear hasta expansionar el spit y dejarlo a nivel unidos mediante un cordino.
de la roca. De esa manera, el spit se abocarda Instalación no recomendable al no estar
interiormente produciendo la suficiente los anclajes en la vertical del rápel.
resistencia como para que no se salga incluso si Además el cordino no debería estar pasado
trabajara en la misma dirección de la tracción. directamente sobre la chapa ni la argolla
Desenroscaremos el burilador y procederemos a Se debería de usar un maillón en cada uno
roscar el tornillo con su chapa hasta ajustarlo, sin de los anclajes como elemento de unión
dar una excesiva presión de rosca, solo la Foto: Rubén Manso
suficiente para que no se afloje. Si tratamos de
apretar mucho el tornillo podemos incluso conseguir que, si no se parte, al menos se debilite
considerablemente. Con un cuarto de vuelta al tornillo para apretarle, una vez fijo, es
suficiente. En este tipo de anclaje, la parte más débil es precisamente el tornillo. Su resistencia
ronda los 600 Kg (siempre que sean de dureza 8.8, la aconsejable para este uso), (Ver Nota 3)
mientras que las chapas pueden aguantar 2000 o más. De ahí la importancia de eliminar los
brazos de palanca innecesarios y que la chapa
asiente perfectamente en la roca.

Desgraciadamente, muchas veces


observaremos spits mal colocados
sobresaliendo unos milímetros de la roca o
chapas que no están bien asentadas sobre la
roca. Esto debilita enormemente la resistencia
del conjunto al crear brazos de palanca z
innecesarios y peligrosos.
Normalmente se le atribuye una vida de unos
10 años aunque en el medio en el que se Diferentes tipos de chapas. Es recomendable
desarrolla nuestra actividad, esta podría verse su uso combinándolo con un maillón
reducida drásticamente debido a la humedad, salvo cuando la anilla va unida a la chapa
golpes, crecidas etc Foto: Miguel Ortega
Hoy por hoy, este tipo de anclajes debería ser
utilizado casi exclusivamente como solución de emergencia ya que su seguridad es
ampliamente superada sobre todo por los químicos e incluso por los parabolts en ciertos
casos. Respecto a esta observación, si utilizamos parabolts y spits de la misma métrica, la
resistencia a la cizalladura es muy similar, sin embargo a la extracción si cambia, siendo
mejorada por el parabolt.

Spit que saltó debido a su estado


Spit con fisuras
y la baja dureza de la roca

Foto: Andrés Martí Foto: Andrés Martí

Comentaremos también que los spits pueden ser colocados también mediante taladradora
aunque en este caso, la última parte de la confección del agujero ha de ser hecha a mano para
asegurarnos que el fondo del mismo queda plano y permite la correcta expansión de la cuña.

Existen también los llamados spits de


máquina que básicamente consisten en lo
mismo aunque no son autoperforantes y
además la cuña es interior, va dentro del
propio spit y se expansiona también a
golpes aunque utilizando una especie de
baqueta que ataca directamente a la cuña.
z Se han de colocar utilizando un spit
autoperforante de su mismo diámetro o,
preferiblemente, con una taladradora
Anclaje doble unido con cadena sobre parabolts eléctrica o de gasolina. Su uso actualmente
con tuerca redonda para dificultar su robo no está muy difundido. Una variación de
Foto: Hilario Ubiedo estos spits podría ser el Long-Life de la
marca PETZL (también existe un modelo
similar de RAUMER), un taco no autoperforante que lleva incluida la placa y un espárrago
interior que produce la expansión del mismo. Tiene la ventaja de ser antirrobo pero, en contra,
la desventaja de no poder ser reemplazado fácilmente en caso de necesidad (Ver Nota 4).
El otro tipo de anclaje de expansión es el
parabolt. Se trata de un espárrago roscado
que puede tener simple o doble expansión.
Existen en varias longitudes y diámetros,
aunque nosotros usaremos generalmente el
de 9 cm de largo y 10mm de grosor. La
seguridad que aporta viene dada porque,
aparte de su mayor resistencia a la
extracción en caso de trabajar en la misma
dirección y sentido inverso que la carga, en
Colocación de parabolts con taladro de gasolina.
que tenemos más seguridad que con el spit
Foto: Javier Rodríguez
de que está bien instalado por su forma de
expandir y, en ciertos casos, es posible
sustituir la chapa, en caso necesario, si ha sufrido algún golpe y ha quedado deformada. El
inconveniente de su uso es que casi obliga a usar una taladradora para hacer el agujero ya que
suelen ser bastante profundos como para hacerlos a mano. No obstante, en caso de
necesidad, tampoco sería imposible (Ver Nota 5).

La técnica de colocación se basa en hacer un


agujero de la misma longitud (no importa
tampoco que sea algo más largo) que el
parabolt, respetando los mismos criterios que
los comentados para los spits. Un vez hecho el
agujero y limpio, introduciremos el parabolt
con la chapa y la tuerca ajustada a ras del
z mismo hasta el fondo del agujero.
Procederemos a roscar la tuerca hasta que
aparezcan 3 o 4 hilos de la misma. Notaremos
Apriete de un parabolt utilizando una llave fija que cada vez cuesta más roscar pero no es
Foto: Javier Rodríguez recomendable superar el par de apriete
forzando más expansión ya que lo que
conseguiremos es debilitar el parabolt. Si con ese intento no conseguimos que quede bien fijo,
lo mejor será hundirlo del todo en el agujero y proceder a instalar otro ya que significaría que
no queda lo suficientemente seguro.
z

Diferentes tipos de parabolt


1 - Parabolt FIXE de doble expansión M10
- 9 cm
2 - Parabolt HILTI M12 - 10 cm
3 - Parabolt FIXE M12 - 9 cm
4 - Parabolt FIXE M10 - 9 cm
5 - Parabolt FIXE recuperable M12 - 9 cm
6 - Parabolt FIXE M10 - 7 cm

Al margen, y como curiosidad, comentaremos que, en los albores de la actividad, se llegaron a


utilizar lo que podríamos llamar antecesores de los anclajes de expansión actuales. En su
versión más elaborada consistían en remaches de aluminio o hierro muy blando que eran
remachados a golpes en agujeros realizados mediante ramplus o buriles. La versión casera
consistía en simples tornillos de métrica 8 introducidos a mazazos en agujeros los cuales se
utilizaban con chapas recuperables..
Todavía pueden verse alguno de estos anclajes en descensos muy antiguos. Ni que decir tiene
que son totalmente desaconsejables incluso como anclajes de fortuna.
Buril remachado. Puede
Tornillo deformado a golpes y
Dos tipos de buriles de aluminio, observarse en la
previsto para
el de la izquierda con cuña de imagen la existencia de una
utilizarse con chapas
expansión fisura en el
recuperables.
propio buril

Fuente:
Foto: L. Mariano Mateos Foto: Andrés Martí
http://www.safercliffs.org

El tipo de anclajes que hoy por hoy ofrece más


seguridad es el denominado químico. Se trata de
unas varillas o tensores generalmente de 12 o 14 mm
de diámetro y diversas longitudes, introducidos en la
roca y fijados mediante una resina de dos
componentes, la resina propiamente dicha y su
catalizador. Este sistema ofrece muchas ventajas z
aunque también genera algún inconveniente al
instalador.
Sus ventajas son que ofrece la mayor seguridad, que Anclaje mediante dos químicos
son inviolables (aunque no aguantan los ataques unidos por una cadena con argolla
vandálicos), que al ser de acero inoxidable (lo idóneo) Foto: Hilario Ubiedo
su duración es mayor y que se pueden utilizar en
cualquier tipo de roca aunque su consistencia no sea la mejor como es el caso de las areniscas
y conglomerados.
Los inconvenientes son que es necesario el uso de la taladradora para colocarlos, que su uso
no es instantáneo (a diferencia de los anclajes de expansión ya que tenemos que esperar unas
horas hasta que se produce el endurecimiento de la resina), que obliga a utilizar un sistema de
mezcla de la resina frecuentemente (ya que su tiempo de uso es efímero) y otros artilugios y
que su precio es superior al de otros anclajes. Además es imprescindible respetar los tiempos
de secado y fraguado de las resinas y la fecha de
caducidad de las resinas.

Existe la posibilidad de instalar varillas de acero de


métrica 10 y de resistencia 8.8 roscadas y cortadas a
la medida y utilizar resina para fijarlas y chapas de
métrica 10, idénticas a las usadas con los parabolts.
El método de instalación de un anclaje químico es
similar al del parabolt aunque varía un poco. z
Aplicaremos los mismos criterios que cuando
colocamos un spit sobre el lugar de emplazamiento
aunque, en este caso, es recomendable hacer el Anclaje mediante químicos
agujero con una pequeña inclinación hacia abajo de Foto: Hilario Ubiedo
unos 10º a 20º en vez de totalmente perpendicular a
la superficie de la roca. Hemos de efectuar un agujero de diámetro un par de milímetros mayor
y de longitud igual o un poco mayor que la del anclaje a colocar. Una vez hecho el agujero, es
imprescindible limpiar el interior del agujero soplando con un tubo de plástico o cualquier otro
artilugio (aconsejable para conseguir una limpieza perfecta del orificio el empleo de una
bomba manual con objeto de poder insuflar aire a presión en el interior del orificio) y
utilizando un cepillo con las cerdas de metal para sacar el polvillo que existe en el interior y
que perjudicaría la adherencia de la resina a la roca madre. Una vez bien limpio,
introduciríamos la resina previamente mezclada empezando por el fondo del agujero y
sacando la pistola progresivamente hasta rellenar el agujero para, posteriormente, introducir
el anclaje (previamente desengrasado mediante el uso de acetona o similar) haciéndolo girar
para repartir bien la mezcla y eliminar las posibles burbujas de aire. La zona de la soldadura del
tensor ha de quedar hacia arriba. Esta es la parte más delicada de la instalación. Una cosa que
es muy interesante de hacer es trabajar la zona donde se va a asentar la cabeza del anclaje de
tal manera que se embuta en la roca con el fin de obtener la mayor resistencia. Después de la
colocación del anclaje o anclajes químicos es totalmente necesario indicar con un cartel
claramente la fecha en la que puede usarse ese anclaje.
El tiempo de uso o fraguado de la resina depende de la temperatura ambiental. A mayor
temperatura, menor tiempo de uso o fraguado. Esto es importante a la hora de usarlas. Los
fabricantes indican esos datos en sus productos y hay que leerlos atentamente. Normalmente,
su uso está desaconsejado por debajo de los + 5ºC de temperatura ambiental.
Existen muchas resinas utilizadas para los anclajes químicos. Se pueden distinguir en varios
tipos:

 Epóxicas
Toleran los mayores esfuerzos. La más conocida es el Sikadur-31 de la marca Sika. Sus
inconvenientes es que se han de mezclar a mano y tiene poca vida útil desde su
fabricación, un año (NOTA: la mayoría de las resinas tienen una caducidad de
alrededor de un año. Es muy importante respetar esas fechas de caducidad) . Por
contra, admite el uso de anclajes lisos, sin rosca o rebajes.
 Poliéster
No muy recomendables ya que son más apropiadas para materiales huecos. La más
conocida es la HY 20, de Hilti.

 Epoxi-acrílicas
La más conocida es la HY-150 de Hilti que luego ha sido superada por la RE-500.

Tensor de anclaje químico FIXE zincado y ampolla de resina

Como dato suplementario recomendar siempre el uso de anclajes fijos en acero inoxidable
que, aunque más caros, aumentan la vida de los mismos notablemente dado que el medio en
el que se desarrolla nuestra actividad es muy húmedo. Recordemos que la humedad es uno de
los mayores enemigos de los anclajes junto a los golpes recibidos en las crecidas por las
piedras y troncos. La oxidación y otros factores influyen en el deterioro y por tanto, duración
de los anclajes. En este artículo, se detallan esos factores que afectan a los anclajes.

Fuerzas a las que son sometidas los anclajes.


Los anclajes han de soportar distintas fuerzas:

 Tracción:
Ejercida en la misma dirección pero sentido contrario al de
su colocación. En otras palabras, si tiramos del anclaje hacia
afuera, estamos sometiéndole a una tracción

 Cizalladura:
Ejercida en perpendicular al anclaje, es decir, sería la fuerza
resultante cuando nos colgamos del anclaje.

 Torsión:
Ejercida al traccionar el anclaje en una posición diferente a
su sentido de trabajo normal. O sea, si pretendemos hacer
girar al anclaje
 Compresión:
Ejercida al presionar sobre el anclaje en la misma dirección
y sentido de colocación. Es decir, empujando hacia adentro
el anclaje
A modo de resumen:

 Sea cual sea el anclaje utilizado,


siempre debería estar duplicado. Es
decir un anclaje principal y un
reaseguro o bien dos anclajes
trabajando juntos y unidos mediante
una triangulación a ser posible
bloqueada con el fin de hacer
trabajar a los dos anclajes a la vez,
eso sí, respetando las distancias Parabolts debilitados a consecuencia de
entre anclajes y con el ángulo menor crecidas, mala situación y ambiente salino.
de 60º en la cinta, cuerda o cordino Foto: Javier Rodríguez
que uniera los dos anclajes.

 Todas las cabeceras deberían estar


en la medida de lo posible fuera del
alcance de las crecidas y/o posibles
golpes debidos al arrastre de piedras
durante las mismas.

 Utilizar siempre anillas o maillones


cuando se usen cintas, cuerdas o
cordinos.

 Evitar las cabeceras de los rápeles, Chapa arrancada tras una crecida. Se puede
en la medida de lo posible, dentro observar que la rotura se ha producido en el
del propio cauce y con accesos lo casquillo del spit a la altura del final del tornillo.
más seguros posibles instalando, si Foto: Miguel Ortega
es necesario, pasamanos para su
acceso.

 Utilizar siempre que se pueda anclajes de acero inoxidable.

 No instalar nunca sin los conocimientos suficientes y mucho menos usando material
no adecuado y, a ser posible, consultar con los distintos comités de equipamiento.
Posiblemente, sus recursos puedan ser más numerosos que los nuestros.

 No escatimar en material, nuestra seguridad depende de ello.

 Ir provisto siempre de un mínimo de material que permita arreglar e incluso instalar


nuevas cabeceras de rápel en caso necesario, incluso en descensos conocidos, nunca
se sabe.

 No desmontar instalaciones existentes. Quizá no sean necesarias en las condiciones de


ese momento en el descenso, pensar que pueden ser excepcionales y sí ser necesarias
en la mayoría de las veces. Al igual que si existe la posibilidad del salto, no creer que el
mismo ha de ser obligatorio para todo el mundo. Probablemente, en un futuro, pueda
ser el causante de algún accidente al forzar a saltar a personas sin conocimientos
suficientes para realizarlos o bien, haber variado el caudal y no ser posible el mismo.

 No sobre equipar descensos.

 Informarse bien del uso del material antes de usarlo. Un uso inadecuado puede derivar
en accidente.

 Ante la menor duda sobre el estado de algún anclaje, sobre todo tratándose de cintas,
optar por cambiarlo o reforzarlo.

NOTAS, COMENTARIOS Y OBSERVACIONES


Comentarios realizados por Andrés Martí

 Nota 1: Siempre deberíamos utilizar los nudos más resistentes, es decir, los que menos
resistencia le resten a la cuerda, especialmente si trabajamos con cuerdas de pequeño
diámetro (cordinos), ya que en este caso los márgenes de resistencia se ven reducidos y
una diferencia en la resistencia residual de tan sólo un 5% puede ser determinante.
Sobre el pescador triple no conozco ningún estudio, únicamente tengo datos
constatados sobre el pescador doble, que es el nudo de unión más resistente que
existe. Hay que tener en cuenta que esa vuelta de más del pescador triple no
necesariamente aumentará la resistencia del nudo, si no que en algunas circunstancias
podría reducirla. Además, será necesaria mayor cantidad de cuerda para su realización
y el volumen del nudo será superior, circunstancia que podría dificultar la correcta
regulación de un sistema repartidor de cargas. Para saberlo a ciencia cierta se deberían
realizar diversas pruebas de rotura monitorizadas en un dinamómetro. Siempre que
unamos una cuerda del mismo diámetro el nudo más adecuado para ello será el
pescador doble, por ser el más resistente, aunque también es el más difícil de deshacer,
no obstante este factor en un anillo que va a quedar instalado de forma permanente
no supone ningún problema. El nudo de cinta sólo se utilizará para unir cintas y no se
empleará jamás para la unión de cuerdas, ya que su resistencia es muy inferior a la del
pescador doble (disminuye la resistencia de la cuerda un 44%. El ocho trenzado si
podrá utilizarse aunque su resistencia es inferior a la del pescador doble (disminuye la
resistencia de la cuerda un 52%). VOLVER AL TEXTO

 Nota 2 : Considero que el anillo de cuerda, cordino o cinta, sólo debería situarse en la
base del tronco cuando el árbol no ofrezca la resistencia suficiente para situarlo más
alto. Cuanto más bajo esté el anillo, en la mayor parte de los casos, los roces serán más
acusados y la recuperación de la cuerda más difícil debido a los mencionados roces
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 Nota 3 : Cualquier tuerca o tornillo empleado en una placa deberá tener una calidad de
acero mínima de 8.8 (siempre que no esté fabricado en acero inoxidable.) Este valor
viene grabado en la cabeza del tornillo y nos informa de la resistencia a la cizalladura
del material en kg por mm². Para obtener el valor exacto de cizalladura del tornillo,
basta con multiplicar entre si los dos números grabados en la cabeza. Así un tornillo de
8.8 tiene una resistencia a la cizalladura de 64 kg/mm². VOLVER AL TEXTO

 Nota 4 : No calificaría de desventaja el hecho de que el Long-life no pueda ser


reemplazado tras su colocación. Un parabolt o un químico tampoco pueden ser
reemplazados. El sistema de expansión del Long-life hace que el taco sea inviolable, lo
cual unido a que está fabricado íntegramente en acero inoxidable, lo convierten en una
de las mejores fijaciones existentes en el mercado para instalaciones permanentes.
Probablemente sea tras las fijaciones químicas, el sistema de fijación de mayor calidad
y sobre todo de mayor duración, con prestaciones muy superiores a las de los
parabolts, en la mayor parte de los casos y con un sistema de expansión excelente que
no adolece de los inconvenientes del sistema que montan estos últimos. VOLVER AL
TEXTO

 Nota 5 : Es muy importante que los modelos fabricados en acero inoxidable cuenten
también con las chapas de expansión fabricadas en este mismo material, ya que de lo
contrario con el tiempo las chapas terminarán corroyéndose pudiendo producirse una
electrolisis como consecuencia de las diferentes aleaciones de los materiales y la
fijación cogerá holgura en el orificio, pudiendo llegar inclusive a salirse del mismo ante
un esfuerzo en sentido de extracción. Este mismo efecto también se produce en los
modelos fabricados en acero normal y de forma más acelerada. Si se instala un
parabolt debería dejarse siempre la placa adecuada junto al él, o como mínimo la
arandela y la tuerca. No obstante siempre es aconsejable dejar la placa, ya que por la
acción de enroscar y desenroscar la tuerca se acabará fatigando el material y hay que
tener en cuenta que aquí no se fatiga un tornillo que puede ser sustituido en caso
necesario, como sucede con las placas empleadas en los spits, si no que se debilita toda
la fijación, con el riesgo que ello conlleva. Además el hecho de que la tracción siempre
se realice sobre un mismo espárrago, favorece que con el tiempo el material se fatigue.
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RECOMENDACIONES:

o Recordamos que instalar un descenso con anclajes es una tarea que debe ser
estudiada concienzudamente. Existen varios comités en algunas federaciones
como la aragonesa y la catalana que deberían de ser los encargados y
supervisores de hacer los equipamientos y reequipamientos de los barrancos
ya que hacen estudios sobre caudales y lugares óptimos de emplazamiento
de anclajes. Estos datos son necesarios a la hora de hacer una buena
instalación para evitar deterioros de la misma debido a crecidas o incluso
para evitar zonas peligrosas por el caudal o morfología del descenso.

o Nuestro consejo es que no se equipe nada sin consultar con ellos salvo en
casos de extrema necesidad.

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