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§ 1. El concepto de contrato.
De los artículos 1089, 1091 y 1254 del CC se deduce que el contrato consiste en
un negocio jurídico bilateral por el que se constituye, modifica o extingue una relación
jurídica patrimonial. El Art. 1089 define el contrato como una de las fuentes de las
obligaciones y el 1091 matiza la fuerza que tiene entre las partes.
Según el Art. 1254 CC, el contrato sólo existe cuando 2 o más personas
consienten en obligarse. Por lo que el consentimiento es la esencia del contrato, ya que
si no hay consentimiento no hay obligación. Pero este consentimiento por si solo no
tiene eficacia traslativa del dominio y demás derechos reales ya que en la transmisión
además del consentimiento se requiere de la entrega de la cosa según el Art. 609 CC.
§ 2. Clases de contrato
Para que el contrato tenga plena eficacia deberá reunir una serie de elementos
que la doctrina los clasifica en esenciales, naturales y accidentales.
Los elementos esenciales son aquellos sin los cuales el contrato no existe, por lo tanto,
tienen que acompañarlo siempre sin que las partes puedan suprimirlo.
Los naturales son aquellos que normalmente acompañan a todo contrato, pero las
partes de común acuerdo, pueden suprimirlos o alterarlos porque no son indispensables.
Los accidentales son aquellos que solo existen cuando las partes los agregan
expresamente al contrato con el fin de limitar o modificar sus efectos. Estos elementos
son la condición, el término y el modo. (Art. 1113 y siguientes; 1125-1130; 797 y 798).
- El modo es una limitación accesoria que puede incorporarse a ciertos contratos. Es
una carga que se añade al negocio jurídico que la ha de soportar la persona que
resulte favorecida.
- La forma de celebración no es un elemento esencial, sólo será esencial cuando por
disposición legal o acuerdo de las partes, así se establezca expresamente.
o Art. 1261, elementos esenciales y comunes a todo contrato.
La expresión del consentimiento puede ser expresa, cuando los sujetos que la
exteriorizan lo hagan hablando o por escrito; o tácita, cuando se deduzca de un
comportamiento. El silencio tiene diversas consideraciones; una teoría dice que “el que
calla otorga” (acepta) y otros mantienen que “el silencio no tiene trascendencia”, sin
embargo, en la jurisprudencia le da el tratamiento del consentimiento tácito.
Para que el consentimiento sea válido es necesario que se preste por persona
capaz y también que el consentimiento no esté viciado (que se realice de manera libre y
consciente). No pueden prestar consentimiento los menores no emancipados y los
incapacitados (capacidad de obrar, Art. 1263; es la idoneidad para realizar actos
jurídicos, 18 años). Este precepto debe ser relacionado con la incapacitación y la tutela
(Art. 200). Esto es, ¡sólo pueden prestar consentimiento aquellos que tengan
capacidad para contratar!
Como dice Díez Picazo, son capaces para contratar todas aquellas personas a
quien la ley no declare expresamente incapaces, o lo que se lo mismo, serán incapaces
de obrar o contratar las personas incapaces por sentencia judicial en la que se declare
esta condición, en consecuencia, la capacidad de contratar coincide con la de obrar. No
confundir la incapacidad para contratar con las prohibiciones de contratar; la
incapacidad tiene carácter absoluto, mientras que las prohibiciones tienen carácter
relativo. Los casos que señala el Art. 1263 tienen un carácter subjetivo y hacen
referencia a circunstancias concurrentes en el sujeto que le impiden contratar con
cualquiera, por el contrario, las prohibiciones hacen referencia a la posibilidad de
celebrar contratos con determinadas personas o sobre determinados bienes, Art. 1459.
Estas prohibiciones vienen impuestas por una condición legal y se establecen por
el legislador ante determinados supuestos y en atención a situaciones que desarrolle el
sujeto y que hacen necesario establecer este tipo de limitación fundamentándose en
razones de moralidad o conveniencia. Las prohibiciones de disponer tienen su origen en
una norma imperativa que impide a determinadas personas celebrar determinados
contratos en atención a unos intereses que se quieren proteger.
No hay contrato sin objeto cierto, que sea materia del mismo (Art.1261 CC).
Para que el contrato sea válido, el objeto ha de cumplir unos requisitos:
A. POSIBLE:
Según el Art. 1272 CC “no pueden ser objeto de contrato las cosas o servicios
imposibles”, referido a una imposibilidad inicial del objeto. “No pudiendo ser objeto del
contrato una cosa que ha dejado de existir” Art. 1460 CC, ya que el objeto ha de existir
en el momento de celebración del contrato, aunque según el artículo 1271 I del CC,
cabe contratar sobre cosas futuras siempre que existan.
B. LÍCITO:
Según el Art. 1271 CC pueden ser objeto todas las cosas que no están fuera del
comercio público y todos los servicios que no sean contrarios a las leyes o las buenas
costumbres. El contrato celebrado sobre “res extra comercium” es inválido.
C. DETERMINADO
Según el Art. 1273 CC, el objeto del contrato ha de ser cierto. Es posible que el
objeto sea determinable con posterioridad a la celebración del contrato, cuando se ha
llegado a una primera identificación y se han fijado los criterios para su posterior
concreción; con la suficiente precisión para que no sea necesario un nuevo acuerdo
entre las partes.
La jurisprudencia precisa que el contrato de arrendamiento de servicios entre
abogado y cliente no es nulo porque no se haya estipulado el precio en el momento de
creación del contrato, entendiéndose que lo que se tiene derecho a cobrar es lo que
resulte de aplicar las tarifas del colegio de abogados. (Indeterminación del precio en el
contrato de arrendamiento de servicios).
Hay diversas teorías, una de ellas dice que la causa constituye el fin esencial que
se proponen los contratantes al celebrar el contrato, es decir, la razón principal por el
cual se celebra. Otra dice que la causa es el porqué del contrato, etc.
(La causa en el contrato de compraventa, para el vendedor, es el dinero, para el
comprador, es el objeto).
En el CC no hay ningún precepto definitorio, pero se refiere a ella en el Art.
1274 por su aplicación a las distintas categorías de contratos:
- Contratos gratuitos: la causa está en la mera liberalidad del bienhechor (el deseo
de favorecer a otra persona sin buscar otro equivalente distinto a la satisfacción por
hacer ese beneficio).
Según el Art. 1275 CC, los contratos sin causa no producen efecto alguno. Para
que sean válidos, las partes tienen que aceptar su función económico-social.
Son aquellos contactos que se producen entre las partes y que son preparatorios a
la celebración del futuro contacto, en ellos se habla de los distintos términos del
contrato, de forma que se pueda configurar una oferta precisa sobre la que recaiga la
aceptación y dé lugar al nacimiento del contrato.
Los tratos preliminares son aquellos contratos entre las partes preparatorias para
la celebración de un futuro contrato. Su ruptura, en principio, no tiene consecuencias
porque las partes tienen libertad contractual. No obstante, la doctrina se pregunta si
puede surgir responsabilidad para quien lo rompe unilateralmente. La doctrina considera
que tendrá que indemnizar por la ruptura cuando se deba a la mala fe de una de las
partes que mantiene contrato previo con el ánimo de perjudicar a la otra parte. Esa
responsabilidad será contractualmente derivada del Art. 1902.
La doctrina señala que cuando la conducta desleal sea contraria a la buena fe,
se podría plantear la delimitación de sus consecuencias jurídicas, que nunca puede
consistir en su celebración, y tampoco en la asunción de las obligaciones que de él se
desprendan, cabrá la indemnización de daños y perjuicios si se han producido. También
señala que en cualquier caso habrá que acudir al Art. 1202 de responsabilidad
contractual.
La jurisprudencia dice que para que haya responsabilidad precontractual debe
cumplirse cuatro requisitos: situación de confianza sobre la celebración del contrato,
que se rompa injustificadamente, que se produzca un daño y que exista una relación de
causalidad entre el daño y la confianza. Habrá que indemnizar por daños y perjuicios.
En el supuesto de que la ruptura sea injustificada, la regla general es que se deberá
indemnizar a los gastos generados. Cuando la conducta desleal sea el incumplimiento de
un deber completo se deberá indemnizar también en función del cumplimiento (juez).
1. La oferta.
VIGENCIA
• Para que la oferta tenga virtualidad es necesario que esté vigente al tiempo de
producirse la aceptación. Así cuando esta recae inmediatamente y coincide con
la aceptación, se produce la perfección del contrato. Pero la aceptación, la
respuesta puede que no sea tan rápida, por lo que hay que plantear una
caducidad.
• Decae ⇒ Cuando es rechazada por su destinatario o cuando la aceptación se
plantea como una contraoferta en la que se modifican algunos de sus aspectos.
En cuyo caso es necesario que el primer oferente manifieste su voluntad
conforme a las innovaciones introducidas. Si esto segundo ocurriese, se
perfecciona el contrato. También caduca cuando ha transcurrido el plazo de
vigencia fijado por el oferente o ha sido revocada.
• Ante la falta de fijación del plazo, la oferta está vigente por un tiempo razonable
conforme a los usos de los negocios y a la naturaleza del negocio a no ser que
haya sido revocada.
2. La aceptación
A. Perfección simultánea:
B. Perfección sucesiva:
§ 3. El precontrato
Según el artículo 1.2, el hecho de que ciertos elementos de una cláusula o que
una o varias cláusulas se hayan negociado individualmente no excluía la aplicación de
aquella al resto del contrato, si la apreciación global lleva a la conclusión de que se trata
de un contrato de adhesión.
Los destinatarios de la regulación de las condiciones generales son:
Los destinatarios son sólo los consumidores, si bien por obra de la directiva
transpuesta se amplia el concepto del consumidor protegido más allá del que reúna la
cualidad de destinatario final de los bienes y servicios objeto del contrato hasta
comprender a cualquier persona que actúe con un propósito ajeno a su actividad
profesional.
Lección 4ª: LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO
Para saber el verdadero sentido de las cláusulas, hay que averiguar con carácter
previo lo que las partes han querido decir o hacer con la celebración, para ello, se
establecen unas reglas interpretativas que se recogen en los Art. 1281 a 1289 del CC.
La doctrina establece dos teorías para la eficacia de la interpretación:
1) Teoría subjetiva: está amparada en el principio de la autoridad de la voluntad.
La interpretación de un contrato tiene como finalidad averiguar la intención
común de las partes, buscando el contenido por ellas perseguido. (nuestro CC).
2) Teoría objetiva: la interpretación se basa en el significado, de forma objetiva,
que da el comercio jurídico a lo establecido en el contrato.
1. Calificación
3. Conversión
El transcurso del tiempo nunca va a convalidar un contrato que sea nulo, nunca
subsanará las causas que provoquen la nulidad, no obstante, las partes pueden convertir
un contrato nulo en otro distinto que reúna todos los requisito esenciales para que tenga
pelan eficacia.
Es el medio jurídico por virtud del cual un contrato nulo, que reúne los requisitos
sustanciales y de forma de otro válido, puede salvarse de la nulidad quedando
transformado en aquel otro contrato cuyos requisitos reúne.
REGLAS
1) Art. 1281. Términos claros son aquellos que no dejan duda sobre la intención
de los contratantes.
2) Art. 1282. Para juzgar la intención de las partes deberá atenderse a los actos de
estas, coetáneos y posteriores al contrato. No se opone a que se atienda a los
actos anteriores al contrato. En materia de interpretación se puede acudir a datos
fuera de la norma literal del contrato para así averiguar la verdadera intención de
las partes.
3) Art. 1283. Por generales que sean los términos no podrán comprenderse en este,
cosas distintas y casos diferentes que aquellos que los interesados se han
propuesto al contratar. Nunca se podrá interpretar un contrato introduciendo
cosas no previstas por la voluntad de los interesados. Se refiere a la intención
común de los contratantes. Es una norma de interpretación subjetiva.
4) Art. 1284. Cuando alguna cláusula admita diversos sentidos, deberá entenderse
en el sentido más adecuado para producir efectos. Se realiza una interpretación
finalista por buscar un resultado práctico (también en el Art. 1286 que dice que
las palabras con distintas acepciones, serán atendidas en el significado más
adecuado con la naturaleza y el objeto del contrato).
5) Art. 1285. Criterio a atender al conjunto de las cláusulas de un contrato,
obligación de interpretar las cláusulas en relación con ellas mismas.
6) Art. 1287. También se tendrá en cuenta los usos y costumbres del país para
interpretar la ambigüedad de los contratos. Los usos pueden tener un valor de
norma interpretativa cuando sirvan para averiguar la voluntad de las partes. Los
usos deberán ser probados por la parte que los alegue.
7) Art. 1288. Dice que cuando en un contrato aparezcan cláusulas oscuras, nunca
deberán favorecer a la parte que haya ocasionado esa oscuridad, será el que sufra
las consecuencias. Se aplica cuando no hay posibilidad de averiguar la voluntad
real de los contratantes.
8) Art. 1289. Es una cláusula de cierre. El párrafo primero debe entenderse unido
al principio de conservación. Establece reglas interpretativas para cuando sea
imposible resolver las dudas aplicando las reglas anteriores.
o Si la imposibilidad recae sobre una cláusula no esencial de contrato
gratuito, las dudas se resolverán a favor de la menor transmisión de
derechos e intereses.
o Si es oneroso, las dudas se resolverán buscando la mayor reciprocidad de
intereses.
o Si recaen sobre el objeto principal del contrato de manera que no puede
conocerse la voluntad de los contratantes, será nulo.
Lección 5ª: EFICACIA DEL CONTRATO
Según el artículo 1257 CC, el contrato sólo obliga a las personas que lo otorgan
y a sus herederos.
Su fundamento es que el contrato radica en la autonomía de la voluntad, es decir,
sólo vincula al que libremente lo quiso, y se excluyen: los derechos y obligaciones que
no sean transmisibles. Dicha intransmisibilidad puede ser debida a la naturaleza de la
relación, al pacto de las partes y a la ley (como es el caso del mandato, que se extingue
por muerte de una de las partes).
El principio de relatividad de los contratos impide que los terceros ajenos a una
relación contractual puedan verse afectados por ellos. Pero el artículo 1257 II dice que
si el contrato tuviese alguna estipulación a favor de un tercero, este podrá exigir su
cumplimiento siempre que hubiese hecho saber su aceptación al obligado antes de que
haya sido la estipulación revocada. Este precepto establece una excepción al principio
general de que los contratos sólo pueden producir efectos entre los otorgantes y sus
herederos. (Ejemplo → Seguro de vida)
La posibilidad de celebrar contratos a favor de terceros no tiene carácter
excepcional porque más bien es otra manifestación del principio de autonomía de
voluntad para contratar (artículo 1255 CC)
Sujetos:
Una de las partes se compromete con la otra a que un tercero entregue una cosa
o le haga un servicio.
No es una modalidad, sino una patología jurídica delimitada por ese daño a
tercero, ya que ese tercero:
a) Puede resultar unido a una de las partes por una relación obligatoria derivada de
un contrato
b) Puede resultar de la coexistencia de un daño real limitado con la titularidad
dominical
c) Puede ser que no exista ninguna relación entre ellos
EFECTOS
§ 2. La nulidad
℘ Causas:
La acción de nulidad puede ser ejercitada por ambas partes contratantes o por
cualquier interesado en constatarlo.
El juez puede apreciar de oficio la nulidad, pero se requiere que estén presentes
las partes que lo celebraron o sus sucesores para evitar su indefensión. Se exceptúa el
caso de que la nulidad derive de la infracción clara y patente de un precepto legal.
La sentencia declarativa de la nulidad asigna la inexigibilidad de las prestaciones
o la restricción de los mismos si el contrato hubiese sido ejecutado (Art. 1303 CC).
℘ Nulidad absoluta
Es la sanción más fuerte que se puede imponer al contrato porque supone que
desde el principio el contrato no produce ninguno de los efectos que le son propios sin
necesidad de declaración judicial. La doctrina discute si entre la inexistencia y nulidad,
es posible y conveniente establecer alguna distinción. La inexistencia es el supuesto más
grave de ineficacia cuando falta algún elemento esencial de formación (Art. 1261);
mientras que un contrato es nulo, cuando reuniendo todos los requisitos esenciales, es
ineficaz porque infringe una norma de carácter imperativo, aquellas que no permiten el
juego de la autonomía privada, no pueden ser desplazadas por la voluntad individual,
Ej.: 1261 CC.
Desde un punto de vista práctico no se puede hablar de inexistencia como un
concepto jurídico distinto del de nulidad. Ambas figuras tienen un mismo tratamiento
jurídico y tienen las mismas consecuencias. Es innecesario establecer una
reglamentación diferenciada porque esta terminología es debida a la conclusión que
provoca el CC porque no hace una regulación precisa de la ineficacia de los contratos y
lo que hace es confundir los distintos grados, concretamente es el Art. 1300 (nulidad de
los contratos); se refiere a la nulabilidad o impugnabilidad de los contratos y no a la
nulabilidad absoluta. “Un contrato será nulo cuando falte un elemento esencial (Art.
1261), además será nulo cuando sea contrario a las normas de carácter imperativo”.
Siempre que concurra una de las causas de ineficacia contractual, la nulidad será
automática. Se considera que le contrato no existe y por lo que no puede producir efecto
alguno.
Aparentemente un contrato nulo puede aparecer como válido, siendo necesario
destruir esa apariencia con una declaración judicial, mediante la correspondiente acción
de nulidad. Esta acción de nulidad puede ser ejercitada por las partes o por cualquier
tercero que tenga interés en el negocio celebrado. El juez puede declarar la nulidad
desde el momento que la aprecie. La acción de nulidad no tiene plazo porque la acción
de nulidad puede interponerse en cualquier momento, la acción ni caduca ni prescribe.
§ 3. La anulabilidad
♣ Causas:
Será válido y producirá plenos efectos hasta su nulidad, cuando se declare las
partes deberán restituir las cosas objeto del contrato con sus frutos y el precio con
intereses, es decir, se restablece la situación anterior a la celebración destruyendo los
efectos creados hasta entonces, no obstante, si procede de la falta de capacidad, éste
(incapaz) no estará obligado a restituir, sólo aquello en que se benefició con la cosa que
se benefició.
♣ Efectos:
§ 1. Los cuasicontratos
El título XVI del libro IV del CC, bajo la rúbrica general “De las obligaciones
que se contraen sin convenio”, regula, en sendos capítulos, los cuasicontratos y la
responsabilidad civil extracontractual.
El artículo 1887 CC afirma que “son cuasicontratos los hechos lícitos y
puramente voluntarios de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces
una obligación recíproca entre los interesados”.
Notas relevantes:
3. El cobro indebido
§ 1. Concepto
1. Personales
2. Reales
Son la cosa y el precio que son objeto del contrato en virtud del Art. 1445; la
cosa puede ser de cualquier clase, incluyendo también los derechos con los requisitos
que han de reunir para cualquier clase de contenido. Debe ser posible, lícita y
determinada. El precio es requisito necesario y ha de ser suma de dinero o signo que lo
represente. Ha de ser cierto, sin simulación y determinado, no ha de dejarse al arbitrio
de uno de los contratantes, debe fijarse de antemano. El CC permite a los contratantes
que pacten el procedimiento por el cual el precio se determinará posteriormente sin
influencia exclusiva de los contratantes (tercero).
3. Formales
1. La transmisión de la propiedad
4. La doble venta
* Si la cosa es mueble será propietario el que haya tomado posesión de buena fe.
* Si la cosa es inmueble será propietario el que primero inscriba la cosa en el Registro
de la Propiedad.
* Si no hay inscripción el primero que tome posesión, si tampoco la hay será propietario
el que tenga el título de fecha más antigua, por supuesto dependerá la buena fe.
§ 6. Contenido de la compraventa
A) La obligación de entrega
1. La tradición real → es la que tiene lugar cuando la cosa vendida “se pone en
poder y disposición del comprador” (artículo 1462 CC).
2. Son formas de tradición simbólica → aquéllas en las que el traspaso de la
posesión se representa mediante ciertos signos externos: otorgamiento de
escritura pública (Art. 1462 CC), entrega de llaves o mero acuerdo de los
contratantes (Art. 1463 CC).
Los gastos de entrega se pagan conforme a lo pactado por las partes. En defecto
de pacto, los gastos de entrega se pagan por el vendedor (artículo 1465 CC). En defecto
de pacto, los gastos de escritura pública serán de cargo del vendedor y los gastos por
expedición de copias serán de cargo del comprador (artículo 1455 CC).
En el contrato de compraventa, como consecuencia del sinalagma funcional, rige
el principio del cumplimiento simultáneo de las obligaciones. Por lo tanto, el vendedor
no está obligado a entregar al comprador la cosa hasta que éste no haya pagado la
totalidad de su precio, a no ser que se haya pactado un aplazamiento del pago de éste
(artículo 1466 CC), en cuyo caso deberá entregársela, salvo que, después de la venta,
descubriera que el comprador es insolvente (artículo 1467 CC).
B) La obligación de saneamiento
En el artículo 1474 CC se dice que “en virtud del saneamiento a que se refiere
el Art. 1461, el vendedor responderá al comprador:
El contrato compraventa tiene una excepción: el Art. 1452. La doctrina dice que
los riesgos los sufre el comprador una vez perfeccionada la venta, la pérdida de la cosa
es poder del vendedor diligente, es a cargo del comprador que tiene que pagar el precio
aunque no reciba la cosa porque por ley es el que sufre los riesgos (norma oscura y
difícil de entender) (la doctrina mantiene fuertes discrepancias y es dispar en el tema,
algún sector doctrinal dice que los riesgos los sufre el vendedor).
§ 1. Concepto y caracteres
Caracteres:
Art. 1539 CC: “si uno de los contratantes hubiese recibido la cosa que se le
prometió en permuta y acreditase que no era propia del que la dio, no podrá ser
obligado a entregar la que él ofreció en cambio y cumplirá con devolver la que
recibió”.
Se reconoce una facultad resolutoria que tiene como presupuestos:
perfeccionado el contrato, uno ha entregado la cosa y el otro aún no ha cumplido con su
obligación de entrega (si los dos han entregado, y la cosa es ajena, cabe saneamiento por
evicción); el que ha recibido la cosa ha de ser de buena fe (ignorar que la cosa es ajena).
Si el que la entregó actuó de mala fe, se le puede exigir indemnización de daños
y perjuicios. La acción tiene un plazo de 15 años.
2. Evicción de la permuta
Art. 1540 CC: “el que pierde por evicción la cosa recibida en permuta, podrá
optar entre recuperar la que dio en cambio o reclamar la indemnización de daños y
perjuicios; pero sólo podrá usar el derecho a recuperar la cosa que entregó mientras
ésta subsista en poder del otro permutante, y sin perjuicio de los derechos adquiridos
entre tanto sobre ella con fe por un tercero.”
Si estando la cosa en poder de la otra parte se han constituido derechos limitados
sobre ella, se han de respetar si fueron adquiridos de buena fe.
Si opta por la indemnización, comprenderá las partidas del artículo 1478 CC,
que incluye el valor de la cosa perdida por la evicción. Si la contraparte actuó con mala
fe, podrá pedirse la indemnización de los perjuicios causados.
§ 1. Concepto y caracteres
1. En general
3. Requisitos objetivos
Límites
1. Cuando se efectúe donación de todos los bienes, se exige, según el artículo 634
CC, que el donante se reserve en propiedad o en usufructo lo necesario para
vivir en un estado correspondiente a sus circunstancias, si no, se produce a
reducción de donación.
2. Según el artículo 636 CC nadie puede dar ni recibir por vía de la donación más
de lo que pueda dar o recibir por vía de testamento. Si no, se reduce hasta la
parte de la que pueda disponer libremente el donante sin perjudicar a los
donatarios.
4. La causa: distinción entre donación y liberalidad
Según el artículo 1274 CC, la causa es la mera liberalidad del bienhechor. Dicha
liberalidad es la intención liberal de enriquecer a otra persona.
5. Requisitos formales
§ 4. Efectos de la donación
1. Donación Mortis Causa: artículo 620 “las donaciones que hayan de producir
sus efectos por muerte del donante participan de la naturaleza de las
disposiciones de última voluntad, y se regirán por las reglas establecidas para
la sucesión testamentaria”. Según esto: a) revocabilidad por el donante al igual
que el testador; b) necesidad de que donatario sobreviva al donante; c) se le
aplican las reglas de forma y solemnidades de los testamentos.
2. Donaciones Modales u Onerosas y Donaciones con Causa Onerosa: Los
actos de liberalidad (donaciones y disposiciones testamentarias) son los únicos
que pueden ser sometidos a un modo o condición (obligación que se impone al
donatario y limita la atribución que se le hace: es una carga). A la donación
modal se le denomina también donación onerosa (o con carga o gravamen). La
asunción de la carga por el donatario no es contraprestación de la liberalidad,
artículo 619: “es aquella en que se impone al donatario un gravamen inferior al
valor de lo donado.” Su incumplimiento provoca la facultad del donante de
revocar. El donante responde por evicción y vicios ocultos hasta la concurrencia
del gravamen. Distintas son las donaciones con causa onerosa, artículo 622: “se
regirán por las normas de los contratos”. Son donaciones con cargas en las que
el valor de la carga es superior al objeto donado. No hay donación, porque la
causa no es liberal, sino onerosa.
3. Donación Remuneratoria: A ellas se alude el artículo 622, pero no da una
definición. Se interpreta que es el artículo 619 el que lo hace: “es también la que
hace a una persona por sus méritos o por los servicios prestados al donante,
siempre que no constituyan deudas exigibles”. Es la donación por los servicios
prestados. No han de constituir deudas exigibles (Ejemplo: el donatario renuncia
a su pago, no tenía derecho a cobrarlos o eran inestimables.) El móvil es
recompensarlos. Problemas de regulación: el artículo 622 dice que se rigen por
las disposiciones de la donación en la parte que excedan del valor del gravamen
impuesto, cuando aquí no hay ningún gravamen. Es inaplicable.
4. Donaciones con reserva de facultad de disponer por el donante: El donante
puede reservarse “la facultad de disponer de algunos de los bienes donados, o
de alguna cantidad con cargo a ellos; pero, si muriese sin haber hecho uso de
este derecho, pertenecerán al donatario los bienes o la cantidad que se hubiese
reservado”.
Lección 11ª: LOS CONTRATOS DE USO Y DISFRUTE
1. Conceptos generales
a) Elementos subjetivos
b) Elementos objetivos
Según el artículo 1545 CC, los bienes fungibles que se consumen con el uso no
pueden ser materia de este contrato, con lo que se está haciendo referencia a la categoría
de cosas consumibles, que en la terminología del Código se identifica con fungibilidad
(artículo 337 CC). Ello corresponde a la naturaleza de este contrato en el que el
arrendatario debe devolver, una vez finalizado, la misma cosa al arrendador, lo que no
podría hacer si para su goce o uso necesitara consumirla. Ahora bien, lo dicho no
impide que se pueda arrendar una cosa de esta naturaleza siempre que el uso que vaya a
hacer tal arrendatario no implique consunción.
Puede ser objeto de tal contrato una cosa mueble o inmueble; también una
universalidad, como una industria.
Otra causa es por la extinción del derecho del arrendador por venta de la cosa, en
algunos supuestos el contrato no se extingue porque se vende el objeto pero se transmite
el arrendamiento.
El desahucio
Es el medio que la ley le concede al arrendador para obligar al arrendatario a desalojar
el inmueble, pero bajo una serie de requisitos y un procedimiento breve, rápido y
sencillo, que se lleva a cabo mediante un juicio verbal y ordinario.
Requisitos:
• Haber terminado el plazo de extinción del contrato.
• Falta de pago del precio convenido.
• Incumplimiento de las condiciones del contrato.
• Que se destine la cosa a servicios o usos no pactados.
a) Subarriendo
1. Arrendamientos de vivienda
Art. 4 LAU.
Dispone qué régimen es común e imperativo para los dos tipos de
arrendamientos anteriores. Se encuentra recogido en el Título I que se refiere al ámbito
de aplicación. El Título 4 también es imperativo y se refiere a la fianza y a la
formalización de los contratos. El Título 5, que también es imperativo, se refiere a los
procesos arrendaticios.
Para los arrendamientos de vivienda está el Título 2, que es imperativo y que
contiene disposiciones específicas para este tipo de arrendamientos. Las normas del
Título 2 tienen el significado de establecer el régimen mínimo de protección de
intereses del arrendatario y del subarrendatario de forma que no pueden ser modificadas
en sus perjuicios salvo en los supuestos donde la propia norma lo autorice.
3. Duración
Esta ley sustituye la prórroga forzosa por una duración mínima de 5 años. La
duración será la libremente pactada pero con un plazo mínimo de 5 años, que se concibe
como garantía para el arrendatario y no de cargos. Esto significa que en el caso de que
se establezca un plazo menor, el contrato se prorrogará anualmente a no ser que el
arrendatario renuncie y se lo manifieste con 30 días de antelación a la fecha de
terminación del contrato o de cualquiera de sus prórrogas.
Una vez transcurridos los 5 años, las partes pueden acordar una duración mayor
del contrato, pero con los 5 años iniciales no pierden el significativo que tienen en la
ley, la garantía de duración de la relación arrendaticia.
Aparte de la prórroga obligatoria de 5 años para el arrendador, en el artículo 10
de la LAU, hay prevista otra prórroga de 3 años: si ninguna de las partes ha comunicado
a la otra con un mes de antelación su intención de no renovarlo se prorrogará por plazos
anuales a no ser que el arrendatario manifieste al arrendador con un mes de antelación a
cada plazo su intención de no renovar.
En contratos superiores a 5 años y en el tiempo que supere ese espacio temporal,
el arrendatario podrá desistir el contrato si lo comunica con antelación de dos meses (sin
que lo comunique con antelación de dos meses).
§ 4. Arrendamientos rústicos: nociones generales y naturaleza de la ley
a) Nociones generales
b) Naturaleza de la ley
La LAR es una ley especial que regula con carácter preferente los contratos a
ella sometidos, y de la que son supletorias las normas del CC sobre esta materia; aunque
la excepcionalidad de algunas de sus disposiciones, con quiebra de los principios que
informas al régimen común del Código, no permitan su integración por esta vía.
Se aplica en todo el territorio nacional, salvo en aquellas CCAA que tengan
Derecho propio en esta materia, conforme al artículo 149.1.8ª CE.
Casi todas sus normas son de carácter imperativo: establecen en beneficio del
arrendatario un contenido mínimo del contrato indisponible por voluntad de las partes;
de ahí que, como sanciona el artículo 9 LAR, sean nulas y se tengan como no puestas
las cláusulas que modifiquen en perjuicio del arrendatario las normas de dicha Ley,
salvo que expresamente lo permita; o, como sigue diciendo dicha norma, no se puedan
imponer al arrendatario otras condiciones o prestaciones diferentes de las que son
propias conforme a lo establecido en dicha Ley.
En la misma línea, el artículo 11 LAR prohíbe al arrendatario la renuncia
anticipada debiendo constar en escritura pública. Por el contrario, el arrendador puede
renunciar a sus derechos con las únicas limitaciones que con carácter general dispone el
artículo 6.2 CC.
Finalmente, en el artículo 8 LAR se declara expresamente la nulidad de los actos
realizados en fraude de esta Ley.
§ 5. El comodato: concepto y régimen jurídico
Dentro del préstamo contempla el CC este tipo contractual por el que una de las
partes (comodante) entrega a otra (comodatario) una cosa no fungible para que use de
ella por cierto tiempo y se la devuelva; siendo tal contrato esencialmente gratuito.
De su definición podemos colegir que estamos ante un contrato real que se
perfecciona con la entrega de la cosa, aunque la cuestión que realmente interesa saber es
de si al margen del tipo legal es posible que por el simple convenio queden vinculadas
las partes, como admite gran parte de la doctrina, o si siempre es necesario el
desplazamiento de la cosa.
1. Caracteres
a) Sujetos
b) Objeto
a) Comodatario
b) Comodante
4. Extinción
§ 6. El precario
Más que un contrato, el precario es una situación jurídica en la que una persona
posee una cosa ajena, con carácter gratuito, que debe entregar a su dueño o titular
cuando le sea reclamada. Esta situación puede obedecer a diversas causas: a un contrato,
o a una mera autorización o tolerancia del titular, o a la pérdida de vigencia del título.
El precario suele caracterizarse por la ausencia de contraprestación a cargo del
precarista, por su objeto inmobiliario y por su contenido posesorio. Su principal
virtualidad consiste en que no se considera una situación ilícita, pudiéndose ser el
precarista un poseedor de buena fe.
Lección 12ª: LOS CONTRATOS DE SERVICIOS
2. Extinción
Del artículo 1544 CC, se desprende que es el contrato por virtud del cual una
parte (contratista) se obliga frente a otra (comitente) a ejecutar una obra y entregársela a
cambio de un precio cierto.
Se caracteriza fundamentalmente este contrato porque el contratista asume una
obligación de hacer (ejecutar la obra) y de dar (entregar el resultado producido) que es
calificable como obligación del resultado, nota que lo distingue del contrato de
servicios.
El CC distingue el contrato de obra con suministro de materiales por el
comitente o por contratista, con alguna relevancia en régimen de riesgos.
Por la modalidad de entrega de la obra y pago del precio, alude el Código a la
obra por piezas o por medida y por ajuste alzado. En el primero, la obra se va
entregando por el contratista y recibiendo por el comitente conforme se van
completando unidades de medida o piezas, pagándose proporcionalmente el precio; en
el segundo, la obra se entrega al final y el precio se satisface por la suma total,
fraccionada o no, en el momento en que se pacte, de acuerdo con los usos o, en su
defecto, a la entrega final de la obra
Por la naturaleza de la obra a ejecutar se distingue el contrato de obra mobiliaria
y el de obra inmobiliaria, según lo que haya que entregarse sea un bien mueble o
inmueble. El segundo prácticamente coincide con la edificación.
1. Caracteres
2. Sujetos
Las partes del contrato previstas por el CC son el comitente o dueño de la obra y
el contratista, que asume la obligación de ejecutar la obra y facilitar el resultado. Pero
especialmente en el ámbito de la construcción inmobiliaria, dada la complejidad del
proceso, intervienen otros sujetos, vinculados por diversos contratos, que deben ser
tenidos en cuenta. Precisamente el artículo 8 LOE alude a los “agentes de la
edificación”, es decir, a todas las personas, físicas o jurídicas, que intervienen en el
proceso de la edificación.
La principal obligación del comitente es la del pago del precio pactado, que
habrá de ser satisfecho de conformidad con los términos del contrato, de acuerdo con las
modalidades de éste.
Por ello, si se ha pactado la obra por unidades, el precio habrá de ser satisfecho
parcialmente, conforme vayan siendo entregadas las unidades de obra ejecutada.
El precio puede haber sido fijado desde el principio con carácter inmodificable,
o puede haberse formulado un presupuesto inicial, que fija una cantidad indicativa,
sometida a revisión o ajustes posteriores.
El derecho de crédito por el precio de la obra en cosa mueble confiere derecho
de retención al contratista. También goza de privilegio el crédito por construcción,
conservación o reparación de bienes muebles y el crédito refaccionario sobre los bienes
inmuebles.
Correlativa a la obligación de entrega que pesa sobre el contratista es la
obligación de recepción que pesa sobre el comitente. Se trata de una obligación presente
en todo contrato de obra, mobiliaria o inmobiliaria.
5. Riesgos
6. Extinción
Art. 1709 Cc. “por el contrato de mandato se obliga una persona a prestar algún servicio
o hacer alguna cosa, por cuenta o encargo de otra”.
El mandato se identifica por la realización de actos de gestión consistentes en el
desarrollo de actos jurídicos por cuenta del mandate o principal.
El mandato gestiona los asuntos del mandante.
1. Caracteres
2. Clases
a) Depósito en general
b) Clases
c) Caracteres
d) Sujetos
§ 2. La sociedad civil
2. Clases de sociedad
La sociedad universal puede ser de todos los bienes presentes o de todas las
ganancias. Si no se determina contractualmente la clase o especie de sociedad universal,
éste es de ganancias.
La sociedad universal de todos los bienes presentes consiste en la aportación por
los socios de todos los bienes presentes que les pertenezcan en el momento constitutivo
de la sociedad y los que adquieran posteriormente pero con base en un título anterior
con ánimo de repartirlos entre sí, así como las ganancias que adquieran con ellos. Los
bienes pasar a ser propiedad común de los socios. No comprende, esta clase de
sociedad, los bienes que los socios adquieran posteriormente a título gratuito, a tanto
inter vivos como mortis causa, aunque sí sus frutos.
La sociedad universal de todos los bienes presentes supone también la
transmisión a la sociedad de las deudas de los socios anteriores al momento constitutivo
de la sociedad.
La sociedad particular es aquella que tiene por objeto cosas determinadas, su uso
o sus frutos, o una empresa señalada, o el ejercicio de una profesión o arte.
a) Constitución
b) Sujetos y capacidad
El objeto del contrato de sociedad, es decir, el fin común que persiguen los
socios debe reunir los mismos requisitos que el objeto del contrato en general: licitud,
posibilidad y determinabilidad. Se exige que el objeto se establezca en interés común de
los socios. Si el objeto se establece en interés de uno o alguno de los socios solamente,
la sociedad es nula o bien no hay sociedad.
Respecto de la forma, rige el principio de libertad de forma, verbal o escrita,
salvo que se aporten bienes inmuebles o derechos reales, en cuyo caso, será necesaria la
escritura pública.
d) Las aportaciones
Las aportaciones son las prestaciones que los socios se obligan a realizar a favor
de la sociedad o de la colectividad de socios y que conformarán, en su caso, el fondo
común o social y el instrumento para iniciar la empresa común objeto de la sociedad. El
artículo 1665 las describe como “dinero, bienes o industria” y, en artículos sucesivos, se
prescriben algunas reglas a que quedan sometidas.
e) La condición de socio
En la relación societaria subyace una relación de confianza entre los socios que
cualifica la propia condición de éstos. La condición de socio (y la cuota) es
intrasmisible, pues lo contrario supondría el ingreso directo de un nuevo socio. El socio
puede asociar a un tercero en su parte, mas este tercero no es socio de la sociedad, no
ingresa en la sociedad.
Por lo demás, la condición de socio supone la adquisición de un determinado
régimen jurídico cuyo contenido está conformado por obligaciones y facultades, como
la obligación de contribuir al fin común o las facultades de actuar en nombre de la
sociedad, de impedir la actuación de otro socio o de exigir el reparto de la ganancia
obtenida.
§ 4. Régimen jurídico
El préstamo mutuo puede ser gratuito o con pacto de pagar intereses. La deuda
de intereses es una prestación accesoria que ni el CC, ni el código de comercio
presumen. En concreto, el artículo 1755 establece que no se deberán intereses sino
cuando expresamente se hubiesen pactado. En cambio, el artículo 1756 dice que el
prestatario que ha pagado intereses sin estar estipulados, no puede reclamarlos ni
imputarlos al capital.
Los intereses, por tanto, se deben si están pactados y en la forma y medida en
que se pacten.
Los límites impuestos por la Ley Azcárate se hallan fundamentalmente en su
artículo 1. Según la doctrina jurisprudencial actual, es usurario y, por tanto, nulo, el
contrato de préstamo en el cual: