ROMEO A. LLINAS
ASESOR MINERO
SECRETARIA DE ESTADO DE INDUSTRIA Y COMERCIO
1. INTRODUCCIÓN
La Isla de la Hispaniola está situada en la parte septentrional de la Placa del Caribe (PC).
El norte de la Isla se caracteriza por una subducción oblícua, con una fuerte componente
de salto en dicha dirección. El sur de la isla se caracteriza por ser una zona de subducción
incipiente intraplaca asociada a la Fosa de los Muertos. El margen norte de La PC ha
evolucionado desde constituir un límite controlado por subducción en el Eoceno, a ser
hoy después de la colisión de esta placa con la plataforma de las Bahamas, un límite
dominado en gran parte por movimientos transcurrentes de carácter sinestral que
acomodan el desplazamiento hacia el Este de la PC en relación con la Placa
Norteamericana (PAN) (Fig. 1). Esta zona se caracteriza por ser una zona de transición
donde se pasa de una subducción a una falla de salto en la dirección del desgarre (Zona
de Transición Subducción a Falla Transforme ZTST).
1
Las Antillas Mayores se consideran como un sistema maduro de arco de islas similar a los
del Océano Pacífico, destacándose la Hispaniola que es la isla ubicada en el borde
nororiental de la placa y en la cual la historia geológica de dicho arco ha dejado impresa
en su geología y tectónica los eventos mayores que le han otorgado un sello distintivo,
constituyendo un límite activo de la Placa caracterizado por una fuerte sismicidad con
fallamiento activo compresional y transcurrente (transpresional).
De acuerdo con Mann, Draper y Lewis (GSA, SP-262,1991) "en la Hispaniola se pueden
observar tres de los cuatro principales componentes tectónicos del borde de placa
pertenecientes al arco insular Cretácico-Terciario inferior que separan la original Placa
Proto-Caribe de la Placa Norteamericana. De norte a sur son:
-El borde levantado de la planicie de corteza oceánica del Cretácico superior presente en el
Mar Caribe.
2
El único componente que no aflora es la plataforma calcárea y talud de las Bahamas que
marca el borde sur de la Placa Norteamericana".
La configuración actual de las placas en la región es de tal forma que la isla Hispaniola se
sitúa sobre la zona activa de desgarre o desplazamiento horizontal sinestral que separa la
Placa del Caribe y la Placa de América del Norte.
La Hispaniola es la isla del Caribe que presenta el registro geológico más completo. Por
esta razón se han realizado múltiples esfuerzos para estudiar los principales eventos y
procesos relacionados con la formación de las Antillas Mayores, Menores y la tectónica
activa del margen septentrional de la placa del Caribe. Las características de la Placa del
Caribe que son similares a otras placas del mundo en que se presentan transición de
Zonas de Subducción a Fallas Transcurrentes de salto en la dirección del desplazamiento
(ZTST) son las siguientes:
3. Información sísmica que sugiere que las zonas de Benioff están en contacto en
profundidad.
3
4. La curvatura de las placas en la subducción genera los altos gravimétricos y
batimétricos típicos en zonas de subducción.
6. Variaciones del espesor o grosor cortical a lo largo de la falla de las dos placas que
subducen.
4
(PAN), como lo evidencia la existencia de un arco magmático durante el Cretácico
Superior-Eoceno Inferior, planteado por muchos autores entre los que está A. Guzmán y R
Llinás (1975, Boletín Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica
(Sodosísmica): ¿Existió una Zona de Benioff en Santo Domingo?); P. Mann, GSA, 1991: y
varios autores adicionales. La colisión de este arco magmático con la Plataforma de las
Bahamas que conforma el margen continental meridional de Norteamérica, dió lugar a la
transición de un régimen tectónico dominado por la subducción, a otro régimen tectónico
caracterizado por grandes desplazamientos transcurrentes en dirección del movimiento
de placas durante el Paleógeno superior y el Neógeno (Dolan y Mann, 1998). Desde
entonces, este límite de placas tiene carácter transpresivo (falla transforme y compresión).
5
Apoyados en el Mapa Geológico Esquemático de la Figura 2, preparado por John Lewis y
Grenville Draper, 1990, podemos describir de manera muy general la geología del país de
Norte a Sur de la manera siguiente:
(1) complejo acrecional que fue exhumado durante la colisión del arco de islas con el
continente (rocas de alta presión, cuenca delantera del arco, etc.; Abbott et al 2001);
(2) el arco magmático del Cretácico Inferior o Arco de Islas Primitivo (Formaciones de
Maimón y Los Ranchos del centro del país; Draper et al., 1997; Donnelly y Rogers, 1980;
Lebrón y Perfit, 1994; Lewis et al., 2000);
(3) un cinturón de peridotitas, de edad Jurásico Superior (Peridotitas y Serpentinitas de
Loma Caribe; Lewis et. al, 1999);
(4) un complejo metamórfico de edad Jurásico Medio/Superior-Cretácico Inferior, que se
interpreta como derivado de una meseta oceánica (oceanic plateau) y posteriormente
intrusionado por numerosas unidades plutónicas (Complejo Duarte; Draper et al., 1996;
Lapierre et al., 1999);
(5) el arco magmático del Cretácico Superior-Eoceno (Formaciones Tireo, Peralvillo Sur y
Don Juán; Díaz de Neira y Hernáiz Huerta, 2000);
(6) las formaciones sedimentarias desarrolladas por detrás del arco de islas y
simultáneamente a la colisión entre el arco y el continente Norteamericano (Heubeck et
al., 1988; Dolan et al., 1991); y
(7) las formaciones actuales, sedimentadas en relación a la formación de una nueva zona
de subducción al Sur de la Isla, en la que el sustrato oceánico del Mar Caribe subduce bajo
la Isla Hispaniola.
Los períodos geológicos iniciales de la evolución cretácica del arco de isla Circum-
caribeño son relativamente poco conocidos (Arco I. Donnelly et al., 1980; Lebrón y Perfit,
1994,1995) debido a la superposición de los estadios de crecimiento del arco más recientes
(Arco II) y a la deformación posterior. La evolución del arco de islas durante los estadios
más tempranos está registrada en varias unidades tectónicas de composición
esencialmente basáltica, que actualmente forman un basamento deformado y
metamorfizado de edad pre-Cretácico Superior. El estadio de Arco I está representado por
las rocas básicas-ácidas de las Formaciones Maimón, Los Ranchos y Peralvillo Norte, que
fueron formadas durante los períodos más primitivos del arco insular (Draper et. 1996,
1997). Los materiales del Arco I aparecen yuxtapuestos tectónicamente con el extenso
Complejo Duarte, de composición E-MORB y relacionado con la actividad de una pluma
(plume) del manto, que es interpretado como parte de la primitiva corteza oceánica del
Caribe (Jurásico Medio-Superior). Entre ambos conjuntos se localizan los emplazamientos
de la Cordillera Central del Cinturón peridotítico que se inicia en Loma Caribe.
El estadio del Arco II está representado principalmente por las Formaciones Tireo
(Cenomaniano-Maastrichtiano), Las Lagunas, Peralvillo Sur (Campaniano) y Don Juán
(Maastrichtiano-Paleoceno Medio). El conjunto está intrusionado por el batolito norítico-
gabronorítico de la Yautía [con rocas migmatíticas (?)] de edad Cretácico Inferior y los
plutones tonalíticos y dioríticos calco-alcalinos, foliados y no foliados, de edad Cretácico
6
Superior-Eoceno Superior, que constituyen el Cinturón norte-central de la Cordillera
Central desde Villa Altagracia hasta Dajabón. Sobre este conjunto se superponen
discordantemente las formaciones terciarias y cuaternarias que fueron emplazadas por los
procesos de depositación a partir del edificio original conformado por el núcleo de rocas
de la Cordillera Central.
Estos datos sugieren que el Arco del Caribe es el resultado de una subducción hasta el
Eoceno Medio cuando aparecen movimientos en dirección transcurrente en la zona de
colisión y en el interior del arco, resultando probablemente en una subducción oblicua, no
frontal, con la formación de fallas de desgarre y de cuencas sedimentarias asociadas, lo
cual ha sido planteado por diversos estudios sísmicos y sismotectónicos.
7
subducción donde se forman rocas de alta presión y altas temperaturas típicas de este
ambiente cortical (blueschists ) y que afloran en el norte de nuestro país (Cordillera
Septentrional Area de Río San Juán y en la Península de Samaná) y a lo largo del borde
sur de la Fosa de Puerto Rico; éstas unidades litológicas constituyen evidencias del
levantamiento masivo y exhumación de la antigua zona de subducción que aún perdura
en la actualidad.
En la mayor parte de la Hispaniola existe una muy estrecha relación entre las
características geológico-estructurales con la topografía y geomorfología de la isla. Está
formada por una serie rasgos paralelos alargados con rumbo predominante N60'W,
constituídos por pilares que forman las cadenas montañosas y fosas intercaladas entre
ellos que integran las cuencas y valles. Según estas características geomorfológicas Guerra
Peña (1966) consideró las siguientes provincias fisiográficas:
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de Lewis (1980) nos indican muchas similitudes debido a que los criterios de división son
ambos geomorfológicos predominando los límites tectónicos.
FIGURA 4: Mapa de las Provincias Fisiográficas, (Guerra Peña. Diagnóstico Sector Minero,
9
3. SINOPSIS DE LA GEOLOGIA GENERAL Y FORMACIONES TIPICAS
Para comprender mejor los orígenes de los yacimientos e indicios minerales, así como las
áreas de potencialidad minera y petrolera, se hará una descripción generalizada de la
geología de nuestro país; esto así, ya que los minerales y el petróleo se asocian a
determinadas rocas y dentro de ciertas estructuras y en condiciones que sean favorables
para su origen y acumulación. Estos datos han sido tomados del Informe sobre el
Diagnóstico del Sector Minero que hemos realizado con la Organización de Estados
Americanos, los cuales fueron recopilados del trabajo “Geología de la Hispaniola” de Carl
O. Bowin, publicado en 1973.
En nuestro país afloran rocas de edades muy diversas y de diferentes tipos; desde rocas
metamórficas del Cretácico Inferior, rocas intrusitas del Cretácico y del Terciario, y rocas
sedimentarias del Cretácico y del Terciario; estas rocas se encuentran afalladas y
fracturadas en dirección paralela y oblicua al rumbo general de la cordilleras y las rocas
sedimentarias han sido sujetas a una extensa deformación que ha dado origen al
desarrollo de un intenso plegamiento en los sistemas montañosos donde afloran. Estas
rocas, al afallarse, formaron grandes bloques elevados que forman las sierras (pilares) y
entre ellos los valles, y en dichas sierras se observan pliegues anticlinales y sinclinales
siguiendo una dirección general al Noroeste. (Ver Tabla Correlación Estratigráfica entre
las diferentes cuencas sedimentarias).
A) MESOZOICO
Las rocas más antiguas del país son rocas metamórficas foliadas que están expuestas en el
flanco norte y oriental de la Cordillera Central, y otras rocas metamórficas que afloran en
la Península de Samaná, donde se han reportado esquistos, calco-esquistos, esquistos
micáceos y de glaucófano, esquistos azules y mármoles. Las rocas metamórficas de la
Cordillera Central se conocen con los nombres de Formación Duarte y Formación Maimón
a las que se asigna edades Cretácico Inferior. Estas rocas eran originalmente flujos de
lava, tobas y calizas las que fueron transformadas a su estado actual por procesos de
metamorfismo regional progresivo con efectos locales de metamorfismo de contacto y de
metasomatismo alrededor de algunos cuerpos intrusivos.
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Existen dos cinturones de rocas metamórficas en la faja central del país que están
separadas por una zona de fallas donde se emplazaron cuerpos alargados de peridotita
serpentinizada.
La Formación Duarte ha sido intrusionada por varios plutones tonalíticos, un batolito
básico de norita de augita y algunos troncos menores de horblendita. Estos intrusivos
varían en edad desde el Cretácico al Superior.
Las Formaciones Siete Cabezas y Peralvillo compuestas por lavas y tobas andesíticas
yacen en discordancia sobre las metamórficas. La Formación Los Ranchos, de la zona de
Cotuí, está formada por volcaniclásticos con cuerpos de keratófiro de cuarzo, dacita,
tobas y andesitas. Sobre ella descansan la Caliza Hatillo y la Formación Las Lagunas. El
yacimiento de oro de Pueblo Viejo y Los Cacaos se presentan dentro de sedimentos
carbonosos muy silicificados y estratificados, que se ubican en la parte inferior de la
Formación Los Ranchos.
Rocas volcánicas del Cretácico superior se presentan en los flancos norte y sur de la
Cordillera Central y en los Montes del Seibo (Cordillera Oriental), donde aparecen
asociados a tobas y calizas color gris oscuro. Estas son las formaciones Tireo, Caliza Las
Canas y Don Juan. Asociados a estas rocas volcánicas y sedimentarias aparecen cuerpos
ígneos subvolcánicos e intrusivos pequeños. Yacimientos de hierro (magnetita y hematita)
se han formado en el contacto de la Caliza Las Canas y pequeños troncos de diorita de
piroxeno.
En el área de Puerto Plata las rocas del basamento son serpentinitas, sobre las que yacen
rocas sedimentarias y volcánicas. Según los datos de Bowin, Tabla siguiente, se enlistan
los principales cuerpos intrusivos cuya edad se ha precisado; pequeños cuerpos de
Hornblendita cretácicos que cortan a la Formación Duarte, se reportan como los más
antiguos (127 m.a). El Batolito El Río, que es una Tonalita de hornblenda y micas
pertenece al Cretácico Inferior, donde se encuentran diversas mineralizaciones de cobre.
El Batolito de Jautía, formado por Norita de Augita y el Tronco de Medina son de edades
Cretácico Superior (79 m.a).
B) CENOZOICO
Las cuencas del Cibao, San Juan-Azua y Enriquillo, con un intenso plegamiento de rumbo
NW-SE (ver Figuras en Anexos), se forman como valles ya al final del Mioceno, al
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desarrollarse las fallas que limitan sus sierras adyacentes constituyendo depresiones de
tipo grabens (fosas tectónicas). Esta deformación y hundimiento rápido permitió
depositar espesores de varios cientos de metros en el Plioceno y más de 2,000 metros en el
Mioceno. (ver Tabla de Correlación Estratigráfica en Anexos).
B.1) EOCENO
Al Sur del país en las Sierras de Neiba y Bahoruco las rocas sedimentarias de esta edad
son calizas de grano fino, masivas y bien estratificadas de las unidades Plaisance y Neiba.
Calizas tobáceas se presentan en el área de Puerto Plata como bloques erráticos.
La actividad ígnea parece que cesó al final del Eoceno; rocas volcánicas asignadas al
Terciario Inferior ocupan pequeñas áreas al Sur de la Cordillera Central y al Norte de
Azua; muchas de ellas son basálticas. Cerca de Constanza parece haberse desarrollado
cierto volcanismo en el Terciario superior.
En la Tabla de edades absolutos siguiente se observa que los Batolitos El Bao y Loma de
Cabrera poseen edades variables de 25 a 40 m.a. Estos intrusivos son de mineralogía
compleja, y parecen ser los únicos asignados al Terciario (Dr. John C. Lewis). Algunos
pórfidos afloran en el área de Restauración cerca de Haití, donde Mitsubishi Mining Co.,
exploró dos anomalías geoquímicas de cobre asociadas a estos cuerpos que presentan
extensa alteración hidrotermal.
B.2) OLIGOCENO-MIOCENO
En las Sierras de Baoruco, Neiba y San Juan afloran las calizas, calizas bioclásticas
fosilíferas y turbiditas y sedimentos rítmicos tipo flysch definidas como las Formaciones
Sombrerito, Trinchera y Lemba. La Formación Tabera de la Cordillera Central, aflora en
su flanco norte y consiste de lutitas, lutitas carbonosas, lutitas arenosas, areniscas, calizas
y conglomerados; también aflora en la Cordillera Septentrional. De esta edad son las
Formaciones Cercado, Gurabo y Mao de la Cuenca del Cibao.
En la parte Sur del país se asigna al Mioceno las siguientes formaciones: Gaspar, Bao,
Quita Coraza, Higüerito, Arroyo Seco y Florentino. Estas unidades son conglomerados,
lutitas, lutitas arenosas, margas y calizas coralinas. En la Hoya de Enriquillo el espesor
sedimentario varía de 1,000 a 6,500 metros, y en Azua y San Juan de 1,000 a 5,500 metros.
Las Formaciones Angostura y las Salinas en la Cuenca de Enriquillo se asignan al
Mioceno; la Angostura son evaporitas consistentes de yeso, lutitas yesosas, lutitas y sal.
La Formación Las Salinas sobreyace en concordancia con la anterior y está formada por
arcillas, lutitas, conglomerados calcáreos, calizas y coquinas, con un espesor de algo más
12
de 2,000 metros. Las Formaciones Angostura, Las Salinas, Jimaní y Arroyo Seco
constituyen el Grupo Cerros de Sal, el cual está muy plegado y las capas de yeso y sal
presentan estructuras diapíricas.
En la región de Los Haitises, al sur de la Bahía de Samaná, aflora la Caliza Cevicos, que
está casi horizontal y ha desarrollado un paisaje cárstico muy pronunciado.
En la parte norte del país, Bermúdez identificó la Formación Mao que está formada
por lutitas, lutitas arenosas, areniscas, conglomerados y calizas coralinas; una perforación
profunda en el Valle del Cibao atravesó 3,600 metros de esta unidad.
La formación Vía de Azua y San Juan tiene litología similar a la anterior.
B.3) PLIOCENO-PLEISTOCENO
En discordancia sobre la Formación Vía, en Azua y San Juan, sobreyace la unidad Las
Matas de litología arcillo-arenosa, arenisca y conglomerado con espesor de unos 150
metros. La Formación Jimaní descansa discordantemente sobre la Vía y Las Salinas en la
Hoya Enriquillo, y está formada por calizas fosilíferas arrecifales y conglomerados
calcáreos; su espesor alcanza los 300 metros. Las calizas arrecifales costeras y terrazas
aluvionales son de edad Cuaternario; las primeras cubren grandes extensiones de las
planicies costeras en las zonas sur, este y el norte.
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TABLA 1
INTRUSIVOS DE LA CORDILLERA CENTRAL
Ki - Cretácico inferior
T - Terciario
4. SINTESIS ESTRATIGRAFICA
14
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5. SINTESIS ESTRUCTURAL
Las fallas o sistemas de fallas más importantes que se han cartografiado en el país son las
siguientes, las cuales pueden observarse en el Mapa Geológico de Llinás y Tavares (ver
Anexos) con sus denominaciones, a fin de hacerlas resaltar:
-Falla de la Hispaniola, que incluye las Fallas Amina e Inoa. La Zona de Falla Hispaniola
es una característica fundamental y estuvo probablemente activa desde los principios de
la historia geológica del área entre el Cretácico tardío y el Oligoceno, después del depósito
del Grupo Tabera (Oligoceno interior), ya que no desplaza a las rocas miocénicas que las
cubren.
-Cabalgadura de Hatillo, considerada de edad Eoceno tardío, está expuesta en una
extensión de unos 3 Kms.
-Falla de Bonao, que incluye la Falla La Guácara al norte del Pico Duarte- su edad es
posterior al Cretácico tardío.
-Zona de Falla Los Pozos-San Juan- es una falla inversa de ángulo alto de edad plioceno
tardío. Hay evidencias de actividad presente.
-Falla del Cibao o Zona de Falla Septentrional. Consideramos que es un sistema complejo
de fallas normales con desplazamiento transcurrente; su edad es Plio-Pleistoceno, con
evidencias de actividad presente. Su continuación oriental es la Falla de Samaná, también
con evidencias de actividad sísmica presente.
-Falla de Neiba, considerada un sistema complejo de fallas inversas de alto ángulo que se
continúa en la Sierra de Martín García, estando alineada con el sistema de la Trinchera de
los Muertos al Sur de la Cuenca de San Pedro de Macorís
-Falla de Enriquillo, que continúa al oeste en la Península sur de Haití, siendo un sistema
de fallas inversas con posibles desplazamientos transcurrentes; su edad es Plio-
Pleistoceno. Hay evidencias de actividad sísmica presente.
-Sistema de Falla del Cinturón de Peralta-Ocoa; aparentemente continuación al Sureste de
las Fallas Los Pozos-San Juan ; se considera que se inicia en el Eoceno medio hasta el Plio-
Pleistoceno; tiene evidencias de actividad presente.
16
En el MAPA GEOLOGICO (Llinás y Tavares, 1989) se muestra la distribución y extensión
de los afloramientos de la FORMACIONES de rocas en las cordilleras, sierras y valles a la
escala original 1:250,000 con los símbolos de las unidades de Formaciones
litoestratigráficas dentro de las áreas en que se extienden las correspondientes unidades
de rocas ; también se pueden diferenciar el tipo de contacto con sus unidades adyacentes
incluyendo los contactos tectónicos y en la LEYENDA se presenta la denominación de las
FORMACIONES con su edad y descripción sintetizada de su litología predominante.
Los datos sobre la Trinchera de los Muertos en el sur de la isla indican que es una zona
con efectos de subducción intraplaca.
Desde hace muchos años se ha argumentado que la Isla Hispaniola es, de las Antillas, la
que tiene mayores posibilidades geológicas para la generación y acumulación de
hidrocarburos. La Tabla de Correlación Estratigráfica que se presenta en los Anexos es
una correlación entre las distintas cuencas del país, con los espesores de las formaciones,
las cuales varían desde 6,000 a 7,500 metros.
Desde el punto de vista geológico las formaciones depositadas en el Terciario reúnen las
condiciones suficientes para la generación de petróleo y existen unidades de roca con
porosidad para almacenar aceite, dependiendo su volumen de la historia geológica de
nuestras cuencas y las estructuras que existan en ellas. Sin embargo, los estudios
17
disponibles a la fecha no permiten efectuar una evaluación objetiva de nuestra
potencialidad, por lo cual sólo podemos afirmar de que existen en las cuencas
sedimentarias “posibilidades geológicas”.
La intensidad y grado de plegamiento de los sedimentos terciarios (ver Figuras en
Anexos) plantean la existencia de pliegues enterrados en los valles y dichos sedimentos se
encuentran afallados, lo cual favorece el desarrollo de trampas, en el subsuelo.
Otro indicio importante, es la existencia de una serie de manifestaciones superficiales o
manaderos de aceite y gas, localizados principalmente en las cuencas de Azua y
Enriquillo, que demuestran las condiciones favorables para la generación de
hidrocarburos, aunque sólo una exploración podría demostrar si existen en cantidades
comerciales.
Se han realizado estudios geofísicos regionales en las cuencas de Enriquillo, San Juan y
Azua, tales como gravimétricos y magnetométricos (Ver Mapas Anexos) los cuales indican
que la orientación de estas anomalías, algunas también sismológicas, poseen un rumbo
paralelo a las Sierras adyacentes.
En la Cuenca de Enriquillo se han desarrollado estudios sismológicos en algunas de las
anomalías determinándose un cierre estructural variable entre 75 y 100 metros; además,
en esta zona hay evidencias de estructuras diapíricas lo que es un atractivo para la
perforación en los flancos de las estructuras, como en la anomalía de Mella, y el flanco
norte de la Loma de Sal y Yeso. Las perforaciones realizadas se ubicaron en el centro de
las estructuras.
Hasta el 1981 se habían realizado 49 perforaciones exploratorias en las cuencas de Azua,
San Juan, Enriquillo, Baní y Cibao (Ver Figuras Anexas), muchas de las cuales no llegaron
a su objetivo o se suspendieron por avería de los equipos.
7. CONCLUSIONES
18
19
FIGURA 5: Mapa Geológico y Tectónico de la Rep. Dominicana (Compilación de LLinás y
Tavares, 1989).
20
FIGURA 6 : Mapa de Fallas Más Importantes de la Rep. Dominicana (Compilación de Llinás y
Tavares, 1989).
ANEXO I
PROYECTO SYSMIN I.
NOTAS SOBRE LA EXPLORACION PETROLIFERA REGION SUR
21
B. Aspectos Generales e Historia Exploración Petrolera.
Una interesante actualización sobre estos aspectos es la elaborada por Mann y Lawrence
(1991), resumiéndose a continuación los rasgos más relevantes relativos a la región del
Llano de Azua principalmente, sin que deba olvidarse que sus exploraciones están
relacionadas con las del Valle de San Juan y la Cuenca de Enriquillo. Diversas razones,
principalmente la compleja evolución tectónica de la región y la poca favorabilidad para el
desarrollo de rocas madre en ámbitos de arco insular, han provocado una tradicional
desconfianza general sobre la potencialidad del sector septentrional del Caribe en cuanto
a la explotación de hidrocarburos. No obstante, la aparición de éstos tanto en Cuba como
en La Española, ha sugerido su potencialidad desde los primeros compases del presente
siglo.
Las primeras perforaciones de la región de Azua tuvieron lugar en 1905 en los campos
Maleno e Higuerito, algunos kilómetros al Oeste de dicha capital, donde se obtuvo
petróleo de buena calidad y gas; no obstante, la producción no alcanzó un nivel relevante
hasta 1927, en el campo de Higuerito, llevándose a cabo por parte de la Texas Company.
Los trabajos fueron interrumpidos entre 1928 y 1939, en que la Seaboard Oil Company
adquirió una amplia concesión. Sus primeros sondeos, Maleno-1 y Maleno-1A
encontraron petróleo en las areniscas de la Fm. Arroyo Blanco; además, se señalaron
diversos anticlinales fuera de los campos Maleno e Higuerito y se desarrollaron campañas
geofísicas entre 1944 y 1946 (gravedad, sísmica), así como tres nuevas perforaciones (Quita
Coraza-1, El Mogote-1 y Las Hormigas-1).
Las exploraciones sufrieron un nuevo abandono hasta que en 1956 la Compañía Petrolera
Dominicana adquirió concesiones que cubrieron la mayor parte del país; su filial, la
Compañía Petrolera Azuana inició sus trabajos con dos nuevas perforaciones en 1958
(Kilómetro 19-1 y Arroyo Blanco-1). En 1960 se efectuaron dos nuevos sondeos (Kilómetro
19-2 y Maleno DT-1), volviendo la vista nuevamente al sector de Maleno, cuya producción
resultó, no obstante, insignificante.
En 1969 Gas y Petróleo Dominicana e International Resources Limited reiniciaron los
estudios de la región mediante sísmica, seguida por una serie de perforaciones que en su
mayor parte encontraron petróleo y gas, que no fueron objeto de explotación.
Simultáneamente, Tenneco desarrolló diversas campañas sísmicas en la plataforma
marina, entre ellas una en la bahía de Ocoa.
La información disponible de las labores efectuadas por la Mobil Oil Company desde 1991
comprende diversas líneas sísmicas de dicha bahía. Por último, durante la realización del
presente trabajo se ha tenido constancia de la realización de una nueva campaña en la
región del Llano de Azua por parte de Murphin Dominicana; dada su confidencialidad no
se ha tenido acceso a ningún tipo de información, aunque se tiene conocimiento de la
elaboración de una nueva campaña sísmica.
22
tramos porosos, cuya génesis no ha sido bien explicada, de la Fm. Sombrerito. Una
segunda génesis, de mucha menor entidad, podría estar relacionada con la Fm. Arroyo
Blanco, que además serviría como roca almacén. En cuanto a su mejor trampa,
corresponde a una serie de estructuras anticlinales selladas por cabalgamientos,
dispositivo que además se relaciona con el grado de madurez más óptimo.
Sea como fuere, no existen datos que permitan cuantificar las reservas de ninguno de los
potenciales almacenes de hidrocarburos; no obstante, existen algunas cifras orientativas
acerca de la posible productividad, basadas en las explotaciones pasadas. La primera
extracción de la que se tiene noticia se cifra en torno a 400 barriles diarios de petróleo en el
pozo Higuerito (Texas Company, 1905). La producción de los campos de Maleno e
Higuerito alcanzó 19.000 barriles (Seaboard Oil Company, 1939) de petróleo de 20º API;
de los sondeos efectuados por esta compañía entre 1940 y 1947, Las Hormigas-1 mostró
hidrocarburos en cantidades irrelevantes. Un nuevo intento de explotación del campo de
Maleno (Petrolera Azuana, 1960) concluyó cuando se habían extraído 10.000 barriles y
apareció agua, sin que se disponga de ninguna cuantificación de producción posterior.
Estas cifras, que reflejan a grandes rasgos los resultados extractivos de la exploración de
casi un siglo, no invitan a adoptar una postura demasiado optimista con respecto a la
potencialidad petrolífera del Llano de Azua, aunque tal vez los nuevos modelos
geológicos de la región sugieran un replanteamiento de las estrategias a seguir en futuras
exploraciones.
De acuerdo con todo lo anterior, las zonas más favorables para la búsqueda de
hidrocarburos en la zona se situarían bajo el frente del Cinturón de Peralta, si bien habría
que exceptuar el sector afectado por el indentación de Beata, debido a su intensa
fracturación, que podría haber provocado una gran distorsión de las rocas almacén e
incluso la fuga de aquéllos. Parece aconsejable que cualquier futura campaña de
prospección incluya líneas sísmicas en dicho frente, tal vez en una banda de algunos
kilómetros de ancho, como aconseja el moderado ángulo de su cabalgamiento frontal
(zona de falla de San Juan-Los Pozos).
23
ANEXO II
Sysmin 2
5-03-02
Propuesta de la SEIC para realizar un Estudio Geoquímico Regional del Territorio
Nacional
24
Además, se debe compilar y utilizarse en los resultados del proyecto, todas las
informaciones hasta ahora obtenidas, sobre mediciones gravimétricas-magnetométricas en
el contexto de la exploración petrolera (Valle de Enriquillo; Valle de Azua-San Juan y
Plataforma Marina Bahía de Ocoa; Cuenca de San Pedro-Planicie Costera Oriental y
otras).
25
ANEXO III
Siguiendo la conversación telefónica de anoche, le refiero que un tema de posible interés con la visita del
Excelentísimo Señor Presidente a Brasil es sondear si es posible que el Ministerio de Minas y Energía del
Brasil pudiera dar Asistencia Técnica al Gobierno Dominicano a través de la Secretaría de Estado de
Industria y Comercio, vía la Dirección General de Minería, para que Brasil analice y evalúe toda la
Documentación existente en Industria y Comercio y Minería, sobre las distintas campañas de exploración de
petróleo y gas natural que desde el 1940 se han realizado en el territorio insular dominicano y sus
plataformas marinas.
Le anexo los nombres , teléfonos y direcciones de los funcionarios del Ministerio de Minas y Energía que un
servidor ha hecho contacto a través de la Conferencia de Ministerios de Minería de Las Américas, del cual
ejerzo en nuestro país la Secretaría Ejecutiva de dicha institución internacional. Específicamente le refiero al
Secretario Adjunto Claudio Scliar que ha estado en reuniones en Santo Domingo, y con quien he compartido
en varias reuniones internacionales.
Atentamente le saluda,
Asesor Minero
Coordinador General
Secretaría Ejecutiva
CAMMA / Ministerios de Minería de las Américas
Secretaría de Estado de Industria y Comercio
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