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Categorialidad predicativa y expresión predicativa:

la significación ontológica del análisis del mundo

§ 73. Regreso al fundamento de la posibilidad


del conjunto de la estructura del enunciado

a) Indicación de la conexión de la pregunta recurrente con el problema conductor del


mundo

“El ‘en tanto que’ es algo distintivo en aquello a lo cual está abierta la existencia
humana, a diferencia del estar abierto a... en el caso del animal. En éste, el estar
abierto a... es el estar absorbido por... en el perturbamiento”. (p. 396) El análisis
preliminar del concepto de mundo como “manifestabilidad de lo ente en cuanto tal”
implica “la manifestabilidad de lo ente en cuanto ente, es decir, en atención a su ser.
El ‘es’, o bien la relación que lo sostiene y configura, posibilita la atención a tal cosa
como el ser”. (p. 397) “Al cabo, eso que llamamos configuración de mundo es
también y justamente el fundamento de la posibilidad interna del lógos”. (p. 399)

b) La pregunta recurrente parte de la construcción esencial interna del enunciado: la


potencia del “o bien... o bien” del desencubrir y el ocultar que muestran y expresan
el ser en el “tanto-como” del atribuir y denegar

“La esencia del lógos consiste justamente en que, en él en cuanto tal, se encuentra la
posibilidad del ‘o bien verdadero o bien falso’, del ‘tanto positivo como negativo’.
Justamente la posibilidad de todos estos modos de la variación, que aún están
determinados sólo a grandes rasgos, es la más íntima esencia del lógos. Sólo si
captamos eso tenemos el lugar del salto, desde donde retrocedemos al origen. El
lógos no es una forma presente [vorhandenes Gebilde] que aparezca ya en esta, ya en
aquella forma [Form], sino que, según su esencia, es esta posibilidad de lo uno o de lo
otro. Decimos: es una potencia de... [Vermögen zu...] Por potencia entendemos
siempre la posibilidad de un comportamiento [Verhalten], es decir, la posibilidad de
una referencia a lo ente en cuanto tal. El lógos es una potencia, es decir, es en sí
mismo el disponer [das Verfügen] de un referirse a lo ente en cuanto tal. A diferencia
de ello, a la posibilidad de conducta [Benehmen], del perturbado y absorbido estar
referido, la hemos llamado capacidad [Fähigkeit]”. (pp. 400-401)
c) El ser libre [Freisein], el prelógico [vorlogische] estar abierto a lo ente en cuanto
tal y el ofrecerse a la vinculatoriedad [Sichentgegenhalten von Verbindlichkeit] como
fundamento de la posibilidad del enunciado

“El lógos en la forma del lógos apofantikós es la potencia [Vermögen] de un


comportamiento [Verhalten] que muestra lo ente, ya sea descubriendo [entbergend]
(verdadero) u ocultando (falso). Esta potencia sólo es posible en tanto que esta
potencia si se fundamenta en un ser libre para lo ente en cuanto tal. En éste se
fundamenta el ser libre en el mostrar asignando o denegando, y este ser libre en...
puede desplegarse luego como ser libre para el desencubrimiento o el ocultamiento
(verdad o falsedad). Dicho brevemente, el lógos apofantikós como enunciado sólo es
posible allí donde hay libertad. Sólo cuando tienen por base la libertad así articulada y
a su vez articulante es posible en el comportamiento y la potencia especiales que
pueden surgir de ella y que es lo único que estamos considerando ahora, en el mostrar,
tal cosa como una adecuación a... y una vinculación aaa, de tal modo que aquello con
lo que se establece la vinculación, lo ente, se manifiesta en su vinculatoriedad.
Desencubrimiento y ocultamiento del lógos, verdad y ser falso, verdad o falsedad, la
posibilidad de ambas, sólo se dan ahí donde hay libertad, y sólo donde hay libertad se
da la posibilidad de la vinculatoriedad. Precisamente ella, la posibilidad y el carácter
de potencia del lógos, es lo que queremos investigar hasta el fondo. Cuando decimos
que esta potencia de mostración se fundamenta en un ser libre para lo ente en cuanto
tal, ello implica que el lógos no produce primero una referencia a lo ente en cuanto tal,
sino que se fundamenta por su parte en una tal. En cada una de sus formas, siempre
hace uso de una referencia tal de una manera determinada. ¿Cómo? El lógos sólo
puede mostrar lo ente tal como es, y, en tal mostración, asignar a lo ente lo que le
corresponde o bien denegarle lo que no le corresponde, si tiene ya en general la
posibilidad de medir con arreglo a lo ente su mostrar y la adecuación de ésta. Pero
para decidir sobre la adecuación o inadecuación de aquello que el lógos dice
mostrando, o dicho más exactamente, para poder comportarse en general en este ‘o
bien... o bien’, el hombre que enuncia hablando tiene que tener de entrada un espacio
de juego para el movimiento comparativo del ‘o bien... o bien’, de la verdad o
falsedad, concretamente un espacio de juego dentro del cual está ya manifiesto lo ente
mismo sobre el que hay que enunciar. Ello implica algo esencial: el lógos apofantikós
no sólo no produce (como se ha mostrado antes) la referencia a lo ente, sino que ni
siquiera produce esta manifestabilidad de lo ente. Tanto de ésta como de aquélla
siempre hace uso ya y exclusivamente cuando él quiere ser lo que puede ser:
desencubrir u ocultar mostrativo”. (p. 403)

“Ciertamente, en el lógos se encierra la verdad, o la posibilidad del ‘o bien... o bien’,


pero este posible ser verdadero de él, este posible desencubrir suyo, no es original, es
decir, no es aquel hacer manifiesto y desencubrir merced al cual lo ente en general nos
está abierto en cuanto tal y está inoculto conforme a sí mismo. Jamás sucede que un
enunciado en cuanto tal (por muy verdadero que sea) pueda desencubrir
primariamente lo ente en cuanto tal. [...] El enunciado (aunque, a su manera, abre)
nunca nos lleva en absoluto ni primariamente ante el ente desencubierto, sino al
contrario, la pizarra negra tiene que habérsenos hecho ya manifiesta en tanto que
siendo-así, si es que nosotros queremos enunciar mostrativamente sobre ella. El lógos
apofantikós sólo descompone enunciativamente lo que ya es manifiesto, pero nunca
configura por vez primera la manifestabilidad de lo ente. [...] de ahí no se sigue en
absoluto que la verdad del enunciado sea la forma fundamental de la verdad. [el juicio
no es el portador de la esencia de la verdad]”. (p. 404)

“Ciertamente, el lógos apofantikós como enunciado está en la posibilidad de ser


verdadero o ser falso, pero este modo de ser verdadero, de hacerse manifiesto, se
fundamenta en una manifestabilidad que, porque es previa a la predicación y al
enunciad, nosotros designamos como manifestabilidad antepredicativa, o mejor,
como verdad prelógica. [...] esta manifestabilidad original fundamenta la posibilidad
de ser verdadero y ser falso del lógos, [...] le antecede fundamentándolo”. (pp.
404-405)

“la esencia del ser en su multiplicidad nunca puede obtenerse de la cópula y de sus
significados. Más bien se requiere del regreso al lugar desde donde todo enunciado y
su cópula habla, desde el ente mismo ya manifiesto.” (p. 405)

“el lógos apofantikós, en tanto que la potencia señalada, apunta a una


manifestabilidad de lo ete en cuanto tal que es previa a todo enunciar”. (p. 405)

“los juicios y las proposiciones no aon en sí mismos primariamente configuradores de


mundo, aunque pertenecen a la configuración de mundo. [...] ya antes de la
realización y para la realización de todo enunciado, tiene que ser posible en el
hombre que enuncia un estar abierto al ente mismo sobre el que juzga en cada caso.
[...] este estar abierto, portador del lógos, al ente tal como es, lleva consigo en cuanto
tal la posibilidad de la vinculabilidad mostrativa a cargo del ente. Este estar abierto a...
es, originalmente, el libre ofrecerse, dejándose vincular, a aquello que está dado
como ente. La posibilidad vinculable de ajustarse a lo ente, este referirse a él en el
‘comportarse de tal y cual modo’, caracteriza en general toda potencia y
comportamiento a diferencia de la capacidad y la conducta. En éstas jamás se
encuentra un dejarse vincular por lo vinculante, sino sólo un perturbado ser
deshinibido del impulso”. (pp. 405-406)
“la manifestabilidad antepredicativa tiene que ser ella misma un suceder tal que en él
acontece un determinado dejarse vincular. Esto lo es la referencia previa a aquello
que da la medida al enunciar mostrativo: lo ente tal como es. Este dar la medida se
transfiere de entrada, en el sentido del comportamiento que se deja vincular, a lo ente,
de modo que en éste se regula la adecuación o inadecuación”. (p. 406)

“la diversidad esencial entre el estar abierto [Offensein] del animal y la apertura al
mundo [Weltoffenheit] del hombre. Estar abierto [Offensein] del hombre es estar
ofrecido a [Entgegengehaltenheit], estar abierto del animal es estar absorbido por...
[Hingenommensein von...], y, en ello, estar cautivado en el anillo [Eingenommensein
in den Umring]”. (p. 407)

d) El prelógico estar abierto [del hombre] al ente como completar [Ergänzen] (como
previo configurar el ‘en su conjunto’ [vorgängiges Bilden des “im Ganzen”]) y como
descubrimiento [Enthüllung] del ser del ente. El triplemente estructurado acontecer
fundamental en la existencia [Grundgeschehen im Dasein] como dimensión original
del enunciado

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