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POLEAS

Polea simple. Así se llama al dispositivo mecánico de tracción o elevación formado por una rueda
o roldana montada en un eje, con una cuerda que rodea la circunferencia de la rueda. Tanto la
polea como la rueda y el eje pueden considerarse máquinas simples que constituyen.

Una polea, garrucha, carrucha, trocla, trócola o carrillo, una de las máquinas simples, es una
rueda, generalmente maciza y acanalada, que con el curso de una cuerda se usa como elemento
de transmisión en máquinas y mecanismos, para cambiar la dirección del movimiento o su
velocidad y formando conjuntos (aparejo o polipasto); para además reducir la magnitud de la
fuerza necesaria para mover un peso. Según definición de Hatón de la Goupillière «la polea es
el punto de apoyo de una cuerda, que moviéndose, se arrolla sobre ella sin dar una vuelta
completa», actuando en uno de sus extremos la resistencia y en otro la potencia.

La polea se emplea principalmente para transmitir movimientos o para elevar cargas. La forma
que adoptan las acanaladuras de las ruedas cambia en función del tipo de objeto que vaya a
pasar por ellas. Por este motivo, pueden ser de sección semicircular, para el paso de los cables
o las cuerdas; trapezoidal, en el caso de correas con esta forma; y alveolada, para el paso de
cadenas.

Según su desplazamiento, las poleas se clasifican en:

 Fijas: aquellas que se suspenden de un punto fijo y, por lo tanto, no sufren movimiento
de traslación alguno, cuando se emplean.

 Móviles; que son aquellas en las que un extremo de la cuerda se suspende de un punto
fijo y que durante su funcionamiento se desplazan, en general, verticalmente.

 Compuestas o polipasto: cuando la polea se encuentra reunida con otras -formando un


sistema-, recibe la denominación de combinada o compuesta.

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