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en el Magisterio
La Pastoral Vocacional en
el Magisterio
Los documentos,
Su historia
Y su interpretación
IV Los medios
llenas las casas de formación, sino que sean habitadas por personas capaces
de hacer un verdadero proceso formativo y que luego prestarán un
verdadero servicio al Pueblo de Dios.
Todo esfuerzo por seleccionar las vocaciones y por purificar las
motivaciones vocacionales antes del ingreso, será productivo a largo plazo.
Por eso se destaca de modo especial la tarea del promotor local, que
acompaña y discierne la vocación desde su comienzo.
La Iglesia quiere así estar presente, cerca de los candidatos, desde el
momento de la toma de conciencia de la vocación hasta la opción por el
ingreso en una casa de formación. Este es un postulado exigente, porque
hace ver la necesidad de la presencia cercana y significativa de un número
suficiente de orientadores, en los ámbitos juveniles.
Por último, están los medios. En los documentos se apunta hacia una
diversidad de medios que confluyen en la única acción a favor de las
vocaciones. Por un lado están los clásicos medios espirituales: oración por
las vocaciones, testimonio de los que han sido llamados, sacrificio... Pero
también esos otros más modernos: dinámica de grupos, técnicas de
expresión, metodología para el acompañamiento grupal y personal, etc. En
un tercer plano, lo relacionado con las comunicaciones: publicidad, prensa,
medios de comunicación social, carteles y pósteres. Se nos abre así un mundo
de elementos que conviene saber poner en marcha armónicamente.
La Pastoral vocacional, en su entrada al tercer milenio, se encuentra en un
momento privilegiado, con una gran claridad doctrinal, muchos elementos
de carácter práctico y moral, de modo que lo restante es poner manos a la
obra, lanzando las redes, como san Pedro, obedeciendo la voz del Señor,
que nos encomienda ser pescadores de hombres en su nombre y para su
Reino.
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
La vocación en la Biblia
Los diferentes textos bíblicos
vocacionales y su interpretación
teológica
Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos
Institutos Vocacionales
En el texto bíblico la vocación se narra. Este dato sólo ya nos ofrece una
enseñanza: la vocación es un acontecimiento que sucede en la vida del
hombre y en el caminar histórico del pueblo de Dios.
Un acontecimiento de salvación, un hecho de gracia, una intervención
amorosa de Dios, que toca con su fuerza creadora lo más profundo del
corazón. Sin embargo, no se trata de un acontecimiento puntual, sino de un
proceso, que se va dando con matices diversos a lo largo de toda la vida.
Un permanente acontecer.
Los relatos bíblicos, que aparentemente se sitúan en sólo un momento,
contienen una experiencia de vida vocacional condensada en sus rasgos
fundamentales. Por eso son de gran utilidad para quien quiera hacer un
discernimiento sobre la llamada de Dios.1
Para introducirnos en el tema, y antes de estudiar los diferentes tipos de
textos vocacionales, se explicarán a continuación siete rasgos típicos de la
experiencia vocacional, fundamentando las afirmaciones con algunos
ejemplos de la Biblia. Cada uno de ellos se puede utilizar como un criterio
de discernimiento vocacional.
La vocación está relacionada con el proyecto de un pueblo No es un fin
en sí misma, ni tiene sentido meramente individual; está al servicio del
pueblo de Dios que se entiende como todo él llamado y enviado. Está
estrechamente vinculada a lo que Dios quiere hacer del pueblo de Israel y de
1El texto bíblico no se limita a narrar la vocación en su origen. Con frecuencia describe el proceso vocacional de los personajes, prácticamente a lo largo
de toda su vida. Un caso típico es el del profeta Jeremías, el texto inicial de Jr 1, 4-11 es como una condensación o resumen de una serie de poemas que
el mismo libro ha conservado y se conocen como las confesiones de Jeremías (Jr, 11-18-12,6; 15, 10-21; 17, 14-18; 18, 18-23; 20, 7-18). Lo mismo ocurre
con la vocación de Moisés, la de Isaías, la de los discípulos de Jesús, la de Pablo.
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
Pautas de análisis
En estas narraciones se describe el llamado que Dios ha hecho a su pueblo.
¿Cuáles son los términos que expresan este llamado? ¿Qué nos enseñan estos
textos sobre la vocación cristiana?
Los textos en los que se describe el llamado que Dios hace a su pueblo a
lo largo de la Historia bíblica ponen de relieve diversas situaciones que ese
pueblo vive. Situaciones históricas que se convierten en retos y caminos para
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
que llegue a ser un pueblo libre y consciente, el pueblo llamado por Dios. El
Antiguo Testamento subraya el destino histórico del pueblo hacia la libertad,
en las diversas circunstancias que atraviesa: esclavitud, conquista, monarquía,
destierro, restauración, la voz de Dios le muestra un destino cada vez más
trascendente. Jesús responde por medio de sus palabras, de sus acciones y de
sus milagros a las situaciones sociales que vivía el pueblo de Israel sometido
al do-minio romano. Su intervención es como un rayo de luz que ilumina la
oscuridad en que vive ese pueblo, pero sobre todo lo ilumina con su muerte
y resurrección. La Iglesia, continuando la misión de Jesús, tiene la conciencia
de que está llamada a iluminar al mundo que la rodea.
En el texto bíblico llama la atención la frecuencia con que se mani-fiesta
esta conciencia del llamado a todo un pueblo. Se subrayan tres situaciones
que se repiten en la historia y señalan las dimensiones características de la
misión del pueblo de Dios 2:
Esclavitud-pecado. El hombre y el pueblo se encuentran constantemente
viviendo una situación de opresión y de esclavitud. Tiene que servir a Egipto,
a Babilonia, a otros dioses y señores. La mayor esclavitud la constituye su
propio pecado, por el que pierde la libertad interior y que es abundante-
mente descrito en la Biblia. Esta situación provoca angustia y clamor. El
clamar a Yahvé es expresión a la vez del sufrimiento y de la impotencia del
hombre que busca a Dios como refugio.
La acción de Dios tiende a hacer al hombre a imagen de su semejanza,
alguien dueño de sí mismo, soberano en la determinación de su existencia,
reflejo de la gloria de Dios. Quiere un pueblo de reyes y de sacerdotes, no
un pueblo de esclavos. Quiere hijos que lleguen a constituir una familia, que
le sirvan en y desde el amor.
Jesús toma en sus manos la causa del hombre. Él es el auténtica-mente
libre, el rey-señor. Su realeza, su señorío, consiste en que pone todo su poder
al servicio, para que los demás lleguen a ser libres. Lo hace como siervo de
Dios (Diakonos) a favor de los hombres interpretando su propio camino en
base a los cánticos del siervo de Yahvé en el profeta Isaías. En el hijo-siervo,
los hombres adquieren condición de hijos, imágenes de la imagen, hombres
2 Las dimensiones de la evangelización vienen muy bien presentadas en Rubio, L., Nuevas vocaciones para un mundo nuevo. Laicos, religiosos y
presbíteros para una nueva evangelización, Ed. Sígueme, Salamanca, 2002, pp. 29-35.
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
Pautas de análisis
Estas narraciones describen el llamado de Dios a personas concretas en el
Antiguo Testamento. ¿Cuáles son las características de estos llamados? ¿Qué
nos enseñan sobre la vocación cristiana?
desolación del país. 13 Y si aún queda en él que al cortarlos sólo queda el tronco. Pero
una décima parte, será también este tronco será semilla santa.
exterminada; como una encina o un roble,
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
ante la visión del ángel del Señor. Hasta el más sencillo de los personajes ha tenido este encuentro personal.
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
profundo con Dios. Así podemos concluir que los personajes no “tienen” la
vocación. Más bien ocurre lo contrario, la vocación los “tiene” a ellos. La
vocación es algo que pertenece a Dios, al ámbito de lo divino y de alguna
manera posee al hombre. Por eso el hombre no puede llevar adelante este
envío como él quiera, sino agradando al corazón de Dios; no con sus solas
fuerzas, sino con la ayuda de Dios.
Dios llama configurando a la persona. Los autores bíblicos se complacen
en subrayar la incapacidad del hombre para la misión. Esta es una constante.
Una y otra vez argumentan su debilidad y su pobreza. Pero Dios responde
facultando a los personajes para cumplir la misión que se les está
encomendando. Expresiones como yo estaré contigo; yo pongo mis palabras
en tu boca; expresan más que una capacitación; equivalen a una verdadera
consagración.
En el centro del relato de vocación se encuentra la encomienda de una
misión. Podríamos denominarlo con razón relato de envío más que relato
de vocación. Porque el envío a favor del pueblo está en el corazón y en las
motivaciones de esta acción de llamar. Dios llama para enviar, no para
poseer. Su acción es salvífica, profundamente transitiva. Dios llama para
poner a su enviado, con todo lo que es, al servicio del pueblo.
El motivo de la llamada, evidentemente, no son las capacidades del
hombre, ni su clase social, ni su origen tribal. Precisamente van por esta línea
las objeciones que presentan y les hacen sentir incapaces para la misión. El
motivo de la llamada está más bien en la total libertad de Dios, en su amor
profundo y definitivo, en su voluntad salvífica y en su fuerza creadora que
se pone en juego a la hora de llamar.
La finalidad del envío está siempre en el pueblo de Dios. Ningún personaje
es llamado desde la óptica estrecha de su salvación o santificación individual,
sino para servir al pueblo descubriéndole el sentido de su historia y
ayudándole a construir su destino. Los que son llama-dos y enviados asumen
una función salvífica en el caminar del pueblo de Dios. Función que va más
allá de la realización de unas tareas y exige la dedicación de toda la persona.
La persona es enviada para ser un signo de la presencia de Dios en medio
del pueblo y no sólo para realizar una actividad. Así, Moisés se convierte en
padre y guía del pueblo, habrá otros que asuman la función de jueces, de
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
Pautas de análisis
Los textos de la vocación del Siervo de Yahvé tienen unas características
peculiares. Intenta identificar esas características. ¿Cuál es su rasgo más
propio? ¿Qué resulta contradictorio o extraño en estos textos? ¿Qué nos
enseñan sobre la vocación como un don de Dios?
identificar al siervo con el chivo expiatorio, que carga sobre sí los pecados
del pueblo. En el cuatro poema podemos reconocer una síntesis de la
experiencia religiosa de Israel y una crítica profunda al culto del templo. El
siervo va al sacrificio consolado por Dios.
Jesús se identificó con la imagen del pastor y del siervo. Esta figura fue
utilizada por los primeros cristianos para comprender la terrible muerte de
Jesús y para explicarla a los demás (Mt 12, 15-21; Hch 3, 13.26). Jesús es el
siervo sufriente. Todo su poder divino lo ha convertido en servicio para los
demás y así ha ganado para todos una vida nueva.
La imagen del siervo y su aplicación a Jesús redimensiona la vocación
cristiana, que solamente se va a comprender como servicio y don total de sí
mismo en beneficio del pueblo. Los cantos del siervo, así interpretados,
arrojan una conclusión: no hay vocación cristiana sin paradoja. La
aceptación de la voluntad de Dios y el seguimiento de Cristo siempre
conllevan una dosis de sufrimiento, de contradicción que es necesario
aceptar. Somos llamados a compartir el destino de Jesús, lleno de
dificultades, y a ser solidarios con el dolor y el sufrimiento del pueblo de
Dios. Si se quisiera ocultar esta parte de la vocación se estaría negando su
misma esencia.
Es importante presentar la vocación con todo su paradójico sentido de
elección y humilde servicio, sobre todo haciendo ver a los jóvenes que no
hay vida cristiana sin contradicción y dificultades.
La llamada de Jesús
Sobresalen los textos que nos transmiten la misma conciencia vocacional
de Jesús. Prácticamente son todos los evangelios. Muestran la importancia
que tiene la catequesis cristológica de la vocación. Jesús es el primer y
principal modelo vocacional. En él encontramos la funda-mental verdad
sobre la llamada de Dios que es a la vez envío a favor de los hombres.
Dos ejemplos a continuación:
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
Pautas de análisis
Estos textos describen las actitudes vocacionales de Jesús. ¿Cuáles son las
notas más características de su vocación? ¿Qué nos enseñan sobre la vocación
cristiana?
Pautas de análisis
Estas narraciones dan cuenta del llamado que Jesús hizo a sus discípulos.
¿Cuáles son las características principales de este llamado? ¿Qué nos enseñan
sobre la vocación cristiana?
con los recaudadores de impuestos y los Entiendan bien qué significa: misericordia
pecadores? quiero y no sacrificios; porque yo no he
12 Lo oyó Jesús y les dijo: -No necesitan venido a lla-mar a los justos, sino a los
médico los sanos, sino los enfermos. 13 pecadores.
Jesús llama directa y claramente a los discípulos: sígueme. Su invitación,
sencilla y cercana, marca una verdadera novedad en la revelación del
misterio de la vocación. Se convierte así en mediación necesaria de la nueva
llamada. Cuando Jesús llama, no caben objeciones. Los evangelistas se
esfuerzan en presentar una respuesta inmediata de seguimiento al Señor.
Probablemente se dio todo un proceso vocacional con cada uno de los
discípulos, el que requiere su propia naturaleza humana, pero se quiere hacer
ver la urgencia de una respuesta pronta y decidida a su invitación. La
invitación que Jesús hace remite de modo inmediato a su persona. Se trata
de seguirlo a él, de comprender, aceptar y compartir su doctrina, su estilo
de vida y su destino.
Existe una diferencia importante entre el modo como los rabinos
reclutaban a sus seguidores y el modo como Jesús elige a sus discípulos. En
el primer caso, la iniciativa es del discípulo, que ruega ser admitido en la
escuela de un maestro. Pero en el caso de Jesús la iniciativa parte de él. Los
evangelistas insisten en que es Jesús quien llama a los que él quiere. Como
en el Antiguo Testamento, queda muy claro que la iniciativa procede de
Dios.
La perspectiva del llamado de Jesús es la del discipulado. Sin embargo se
distinguen tres grupos que forman como círculos concéntricos: el de los
discípulos, el de los apóstoles y el de los doce. Con los tres grupos Jesús
mantiene una relación personal e íntima. Todos son llamados a un
seguimiento radical del Señor y a compartir su misión y su destino, pero de
manera diversa y complementaria. Aún se puede señalar un círculo más
estrecho: el de los tres que le acompañan en momentos especialmente
trascendentes como el de la transfiguración.
Cuando Jesús irrumpe en la vida de las personas, llama con cierta prisa. Se
nota una urgencia. La inminencia de la llegada del Reino de Dios y la
participación en este reino es lo que provoca esa premura. Hay que
responder con prontitud porque el Reino ya es una realidad que se desarrolla
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
Pautas de análisis
Estas narraciones describen la experiencia de la comunidad cristiana que
llamaba y enviaba a algunos de sus miembros. ¿Cuáles son las características
de estos llamados? ¿Qué nos enseñan sobe la comunidad cristiana?
Un caso de buena suerte con nosotros, 22 comenzando desde el
(Hech 1,15-26) bautismo de Juan hasta el día en que fue
elevado a los cielos, entre a formar parte
1 15 Uno de aquellos días se levantó de nuestro grupo, para que sea, junto con
Pedro en medio de los herma-nos, que nosotros, testigo de su resurrección».
eran unos ciento veinte, y dijo: 16
«Hermanos, tenía que cumplirse la
23 Presentaron a dos: a José, apellidado
Escritura que el Espíritu San-to había Barsabás, por sobrenombre Justo, y a
anunciado por boca de Da-vid acerca de Matías. 24 Y oraron así: «Tú, Señor que
judas, el que siguió a los que arrestaron a conoces los corazones de todos, señala a
Jesús». 17 Era uno de los nuestros y cuál de estos dos has elegido 25 para
participaba de este misterio. 18 Pues bien, ocupar, en este misterio apostólico, el
con el dinero de su crimen compró un puesto del que se apartó Judas para irse al
campo, se tiró desde lo alto, quedó lugar que le correspondía».
destrozado, y se desparramaron todas sus 26 Echaron suertes, y la elección cayó
entra-ñas. 19 La noticia se divulgó por toda sobre Matías, el cual entró a formar parte
Jerusalén, de modo que el campo se del grupo de los once apóstoles.
llamó, en su propio dialecto Hacéldama, Los siete ministros de lengua griega (Hech
es decir, campo de sangre. 20 Así está 6,1-7)
escrito en el libro de los Salmos: Que su
morada quede desierta, y no haya quien 6 1 Por aquellos días, debido a que
la habite. Y también: Que otro ocupe su aumentaba el número de los discípulos,
cargo. 21 Es necesario, por tanto, que uno los creyentes de origen helenista se
de los que nos acompañaron durante quejaron contra los de origen judío,
todo el tiempo que el Señor Jesús estuvo
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
6 Son muchos los textos que narran el envío de distintas personas a la misión. Por ejemplo: la designación de Matías (Hch 1,21); el envío de los ministros
helenistas (Hch 7, 1ss); el envío de Pablo y Bernabé (Hch 13, 2); el mandato a Tito para que nombre presbíteros (Tit).
7 Cf. Mt 20, 20ss; Lc 26, 15, ss; Jn 13, 1-15; 1Pe 5, 1-5.
Básico de Pastoral Vocacional Vocación en la Biblia
Teología de la vocación
La vocación fundamental
La vocación común
Vocaciones específicas
Armonía de las vocaciones
Las formas de vida
Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos
Institutos Vocacionales
llamado fundamental es a ser persona, es decir, ser en relación, ser para los
demás.
La vocación común bautismal
El término “vocación” es polisémico, es decir, se le atribuyen en la práctica
diversos significados dependiendo del ambiente en que se empleé. Es
utilizado en ambientes no cristianos para designar una forma de realización
de la persona y de sus objetivos. También se habla de vocación cristiana, en
el sentido genérico y común a todos los bautiza-dos. Se aplica a las
vocaciones específicas como la sacerdotal, la religiosa o la consagración
secular. También se aplica a las diferentes formas de vida, e incluso a las
situaciones de la vida como la enfermedad, la soledad, etc. En este capítulo
queremos clarificar qué se entiende por vocación en cada uno de estos
ámbitos desde el concepto cristiano de vocación.
Vocación y fe bautismal. La vocación es un don de la gracia que se da
solamente en el contexto de la fe bautismal. Antes de ser llamada específica
es una llamada a la conversión. Existe un nexo profundo entre conversión y
vocación. Este nexo viene testimoniado por los tex-tos bíblicos, en los que
ambos acontecimientos se presentan unidos. A la conversión sigue la
vocación. Pero este segundo hecho no ocurre mucho después, sino casi a la
vez que la conversión. Son dos realidades que se implican mutuamente. Por
esta razón hay que afirmar el carácter evangelizador de la pastoral
vocacional. La promoción de nuevas vocaciones es a la vez promoción de
nuevos cristianos.
Efectivamente, la historia de la salvación puede ser leída como historia de
vocaciones, en la cual las personas forman como los eslabones de una cadena
de dones de Dios que han conducido a la Iglesia a lo largo de su caminar 1.
Edificar la comunidad cristiana es asumir un compromiso vocacional. La
vocación es esencialmente seguimiento de Cris-to y no se puede reducir a la
mera realización personal, como se ha visto en la parte antropológica.
Supone el amor vivo y personal a Jesucristo y el deseo profundo de
reproducir sus rasgos en la propia vida.
La vocación supone un desarrollo y a la vez una concreción de la fe
bautismal. Es válida la comparación con un equipo de fútbol. Los jugadores
1 Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones,
Básico de Pastoral Vocacional Teología de la vocación
Indicaciones:
Lee detenidamente estos textos que se refieren a los laicos, e intenta
localizar las frases que expresan:
Su origen.
Su función propia.
Las formas de vida que adopta.
Las tareas que los caracterizan.
"Los seglares, cuya vocación específica los coloca en el corazón del mundo
y a la guía de las más variadas tareas temporales, deben ejercer por lo mismo
una forma singular de evangelización. Su tarea primaria e inmediata no es la
institución y desarrollo de la comunidad eclesial -esa es la específica función
de los pastores- sino el poner en práctica todas las posibilidades cristianas y
evangélicas escondidas, pero a la vez ya presentes y activas en las cosas del
mundo. El campo de su actividad evangelizadora es el vasto y complejo
mundo de la política, de lo social, de la economía, y también de la cultura,
de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de
comunicación de masas, así como otras realidades abiertas a la evangelización,
como el amor, la familia, la educación de los niños y jóvenes, el trabajo
profesional, el sufrimiento.
Cuantos más seglares haya impregnados del evangelio, responsables de
estas realidades y claramente comprometidos con ellas, competentes para
promoverlas y conscientes de que es necesario desplegar su plena capacidad
cristiana, tantas veces oculta, tanto más estas realidades -sin perder ni sacrificar
nada de su coeficiente humano, al contrario, manifestando una dimensión
trascendente, frecuentemente desconocida- estarán al servicio de la
edificación del reino de Dios y, por consiguiente, de la salvación de Cristo
Jesús" Evangeli Nuntiandi 70.
“La novedad cristiana es el fundamento y el título de la igualdad de todos
los bautizados en Cristo, de todos los miembros del Pueblo de Dios... En razón
de la común dignidad bautismal, el fiel laico es corresponsable, junto con los
ministros ordenados y con los religiosos y las religiosas, de la misión de la
Iglesia. Pero la común dignidad bautismal asume en el fiel laico una
modalidad que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del religioso y de la
religiosa. El Concilio Vaticano II ha seña-lado esta modalidad en la índole
secular... Precisa-mente para poder captar completa, adecuada y
específicamente la condición eclesial del fiel laico es necesario profundizar el
alcance teológico del concepto de la índole secular a la luz del designio
salvífico de Dios y del misterio de la Iglesia... La Iglesia, en efecto, vive en el
mundo, aunque no es del mundo, y es enviada continuar la obra redentora
de Jesucristo; la cual, al mismo tiempo que mira a la salvación de los hombres,
abarca también la restauración de todo el orden temporal. Ciertamente todos
los miembros de la Iglesia son partícipes de su dimensión secular; pero lo son
Básico de Pastoral Vocacional Teología de la vocación
Indicaciones:
Lee detenidamente estos textos que se refieren a los religiosos y religiosas,
e intenta localizar las frases que expresan:
Su origen.
Su función propia.
Las formas de vida que adopta.
Las tareas que los caracterizan.
no disminuye su identidad.
Lo esencial es ser religioso o religiosa y no ser apto o apta para una tarea.
Se sabe encontrar el lugar propio de cada uno, sin pedir más de lo que cada
persona pueden dar. En la comunidad se aprenden muchas cosas y se realizan
muchas actividades, pero ante todo se aprende a ser religioso o religiosa. La
comunidad educa, conduce y contextualiza la libertad de los individuos que
se orienta libremente hacia los valores vocacionales. Esto le da una gran
libertad para evaluar y corregir las actividades, porque la actividad ya no es
la clave de la identidad personal ni de la propia estima, sino su ser como
consagrados a Dios.
Es una comunidad de discípulos de Jesús, y por ello abierta siempre al
aprendizaje y a la novedad de la fe. El talante discipular señala hacia un
seguir más de cerca al Señor y lo posibilita. Religioso o religiosa es quien
continuamente mantiene la actitud discipular que se describe en los
evangelios: sentada a los pies del Maestro, escuchaba su palabra. La vida
personal y comunitaria es continuamente interpretada desde la escucha de
la Palabra, a la luz de la fe.
Es una comunidad profética, disponible para la proclamación de la verdad
y para el anuncio del reino de Dios. Capaz de descubrir y con-templar el don
de Cristo en las realidades cotidianas. Comunidad que cree en un futuro
mejor y lo adelanta por medio de sus actividades y sus obras. Comunidad
que invita y convoca hacia nuevos estilos de ser cristiano y de seguimiento
del Señor. Comunidad que renueva su propia manera de existir para ofrecer
un testimonio profético y humilde en medio del pueblo de Dios.
La comunidad religiosa se funda en un don espiritual. Es el carisma
fundacional. Aunque este don la define íntimamente, está destinado a la
Iglesia, para que llegue a ser ella misma. Por eso es responsabilidad de la
comunidad religiosa conocer y vivir ese carisma, para después entregarlo.
Esto es maravilloso porque está en la línea de las relaciones amorosas: lo más
valioso que tengo, soy capaz de entregarlo, porque gratuitamente lo he
recibido.
La comunidad religiosa entrega su carisma en el ámbito de la Iglesia
Particular, manteniéndose disponible ante las necesidades que en ella existen
y constituyen un reto evangelizador en la línea del carisma. El obispo es
Básico de Pastoral Vocacional Teología de la vocación
Indicaciones:
Lee detenidamente estos textos que se refieren a los ministros ordenados,
e intenta localizar las frases que expresan:
Su origen.
Su función propia.
Las formas de vida que adopta.
Las tareas que los caracterizan.
la unión con Cristo y a través de él con Dios Trinidad. Todas nacen de los
sacramentos de la iniciación cristiana. El origen común de las vocaciones nos
hace ver cómo todos bebemos en la misma fuente del Espíritu. En la Pastoral
Vocacional hay que partir del cuidado de la vocación común. En la medida
en que se cultiva la iniciación cristiana, en que se hacen verdaderos cristianos,
en esa medida también tendremos personas llamadas a una función
específica dentro de la comunidad. En la Iglesia antigua se cuidaba mucho la
iniciación y de entre los que ya estaban iniciados se llamaba a las personas
para ejercer diversos servicios. Con el tiempo se fue descuidando la
formación de todos los cristianos, y se concentraron los esfuerzos en la
formación de algunos: los sacerdotes y religiosos. Pero a partir del Concilio
Vaticano II se ha vuelto a insistir en la gran importancia del cultivo de la
vocación común.
Las vocaciones son complementarias en su función. Lo que define a cada
una de ellas, de alguna manera también lo viven los otros. Ocurre algo
similar con las partes del cuerpo: cada una tiene su función, pero participan
de la misma estructura básica y de los mismos principios. Así, la secularidad
que es propia de los laicos, constituye a la vez una característica propia de la
Iglesia en su conjunto y un valor irrenunciable para cada uno de los fieles,
sean o no laicos. La radicalidad de los religiosos nos mueve a todos a asumir
con semejante radicalidad las funciones de la propia vocación. El don que
hacen los ministros ordena-dos de su persona y de su vida en bien de la
comunidad, es repetido por todos en la Iglesia, que han de vivir con un
auténtico interés por el crecimiento de la comunidad.
Las vocaciones son complementarias en las formas de vida. Las formas de
vida son realidades humanas como el matrimonio, o la vida comunitaria.
Estas formas de vida se van conformando con la fe en la vivencia de una
vocación. Pero hay que decir con claridad que ninguna forma de vida es
superior o inferior a las demás. Para que existan personas célibes, que se
consagren en cuerpo y alma al servicio de Dios y de la comunidad, es
necesario que haya personas casadas, que vivan con fidelidad los valores
huma-nos y cristianos del matrimonio. Las formas de vida diversas son
complementarias y armónicas. Es conveniente que la pastoral vocacional y
toda la pastoral de la Iglesia haga un esfuerzo por valorar y dimensionar
algunas formas de vida que en ocasiones han sido poco valoradas, en
Básico de Pastoral Vocacional Teología de la vocación
3 Cfr. Ef 5, 21-33. También Equipo Animación Vocacional Sol, Vocación y matrimonio, Ed. Savsol, México, 2005.
4 Cfr. Equipo Animación Vocacional Sol, Vocación y viudez, Ed. Savsol, México, 2003.
5 Cfr. Equipo Animación Vocacional Sol, Vocación y soltería, Ed. Savsol, México, 2003.
Básico de Pastoral Vocacional Teología de la vocación
contemplativa subraya una cierta ruptura con el mundo para unirse más
profundamente al misterio de Cristo. Es muy conocido el estilo de la clausura
de las monjas o monjes contemplativos. Pero pueden existir otras maneras
de vida contemplativa. Por contraposición, la vida apostólica supone un
compromiso de apostolado en me-dio del mundo. La expresión está tomada
de los padres de la Iglesia. Por ella se referían al estilo de vida de los
apóstoles, entregados al servicio eclesial. Entre ambas se puede hablar de una
forma de vida mixta. Algunas instituciones vivieron de forma intermitente la
contemplación y el apostolado, es el caso de los pasionistas: vivían quince
días en la contemplación y quince en la misión. Las condiciones de la vida
actual ya no requieren esa separación tan rígida, pero existen muchas
instituciones religiosas que postulan en sus constituciones esta mezcla entre
estilo contemplativo y estilo apostólico.
La vida de equipo. Esta es una forma de vida que cada día es más
frecuente. Un modelo clásico es el del equipo formador en el seminario. Un
grupo de sacerdotes que comparten la vida diaria en función de una tarea
específica. El equipo sacerdotal también existe en otros apostolados. El
nuevo código de derecho canónico contempla la posibilidad de hacer
copárrocos, para facilitar esta expresión de la fraternidad presbiteral. Pero
en otros muchos ámbitos de la Iglesia el trabajo y la vida en equipo es una
realidad.
La consagración secular y la virginidad consagrada. La consagración secular
es una forma de vida relativamente nueva7. Consiste en una verdadera forma
de consagración, pero sin separarse de los compromisos temporales y de la
vida ordinaria. Es consagración para vivirse en medio de la secularidad. Los
miembros de los institutos seculares no son religiosos, viven una
consagración en las condiciones ordinarias de su vida laical: la familia, la
profesión, el trabajo, etc. Se les define adecuadamente con la metáfora
evangélica de la levadura en la masa. Existen institutos sacerdotales de
consagración secular. Las vírgenes consagradas pertenecen a un orden muy
antiguo en la Iglesia8. Son siempre de carácter diocesano, y por ello
dependen del obispo. Conservan también su carácter laical. Viven su
consagración virginal en las condiciones ordinarias de su vida. Estas dos
7 En 1941 se aprobó la erección de los institutos seculares. Pablo VI explica qué es la consagración secular: una consagración verdadera, pero puesta en
práctica en medio de la realidad secular.
8 Se explica detalladamente su función y espiritualidad en: Fuertes, E., Vírgenes consa-gradas, Ed. Atenas, Madrid, 1987.
Básico de Pastoral Vocacional Teología de la vocación
La práctica de la pastoral
vocacional
Principios y criterios para la acción
vocacional
Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos
Institutos Vocacionales
1Los grandes santos y maestros de espiritualidad conducen habitualmente hacia la oblatividad. Basta recordar el tomad, Señor, y recibid toda mi libertad
en la última contemplación de los ejercicios ignacianos; o el vuestra soy, para vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí? de santa Teresa de Jesús; o el Haz de
mí, Señor, un instrumento de tu paz de san Francisco de Asís; o el Padre, me pongo en tus manos de Charles de Foucauld. En todas estas expresiones
cumbre de la espiritualidad cristiana se unen la actitud oblativa y la más densa oración vocacional.
2 La capacidad oblativa es el sello del amor del adulto. El amor infantil consiste en de-mandar afecto, pero el adulto opta por dar sin esperar nada a
cambio. No parece posible una vocación de servicio eclesial si faltara la mínima disposición humana para un verdadero servicio.
Básico de Pastoral Vocacional Práctica de la P.V.
hermanos.
La confianza que puede existir entre candidato y promotor tiene como
base esta relación fraterna y este comprendernos todos en camino. Se invita
al candidato a compartir su vida y por ello ya desde ahora compartimos la
vida con él.
6. El testimonio de los valores evangélicos y vocacionales. Sola-mente
quien hace un intento serio por vivir los valores se hace capaz de llamar
hacia ellos. Nuevamente no se trata de un bien poseído, sino anhelado,
continuamente buscado.
Los jóvenes exigen cada vez más signos de credibilidad en sus
orientadores, que sean visibles y comprobables. La falta de credibilidad es
uno de los principales motivos de distancia con la vida consagrada en
general.
El testimonio es también comunitario: una comunidad abierta, acogedora
y alegre, donde la convivencia se da en torno a valores positivamente
vividos y compartidos. El testimonio frente a la ficción. Se trata de un valor
auténticamente vivido y no de disimular los males. El testimonio frente al
culto de la apariencia, donde se presenta la mejor cara de la institución
ocultando intencionadamente sus limitaciones. El testimonio frente a la mera
propaganda, en la que se promueve la vocación como si se tratara de colocar
un producto.
7. La vocación en situación y en cambio. Es necesario vivir y presentar la
vocación como un diálogo vital en el hoy de nuestra existencia vocacional.
No como recuerdo de historias pasadas o como reliquia que hay que
conservar.
A los jóvenes les interesa cómo estamos respondiendo hoy a las
necesidades cambiantes de nuestro mundo. Los viejos recuerdos y las
anécdotas, aunque parezcan interesantes, son percibidas como antigüedades
si no vienen avaladas y recomendadas desde un compromiso real en el
presente. Un recuerdo remoto edifica, pero una actitud de fe en el presente
conmueve.
8. La presencia liberadora de Dios y de la Iglesia, donde el punto de
atención está en las necesidades concretas de los jóvenes y más allá de ellos,
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3 Este organismo asume denominaciones diversas en las distintas Iglesias locales: Centro, Obra, Servicio, Secretariado, Departamento, Oficina, etc. El
Documento Conclusivo usa el término “Centro”, utilizado en muchas partes. El término indica propiamente el “Centro operativo de la Obra de
Vocaciones”, de que habla el Concilio.
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4 Cfr. Optatam Totius 2, donde el Concilio ilustra la finalidad y objetivos de este organis-mo diocesano y de análogos organismos nacionales y regionales:
“La Obra de vocacio-nes, ya establecida o por establecer en el ámbito de cada Diócesis, región o nación, según los documentos pontificios referentes a
esta materia, organice, metódica y cohe-rentemente, y promueva con celo y discreción toda la acción pastoral para el fomento de las vocaciones”.
Lógicamente, la benemérita Obra de las Vocaciones, instituida hace mucho tiempo, debe adaptarse a las nuevas normas del Concilio. Cfr. también
Presbyte-rorum Ordinis 11 y S. Congregación para la Educación Católica, Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis 8-10.
5 Cfr. Perfectae Caritatis 24.
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Propuesta Momentos
Etapas Vida espiritual Proceso personal
vocacional formativos
Inicio,
Pastoral
apoyos, Propuesta
Toma de vocacional de
deficiencias en vocacional
conciencia. la preparación
la genérica.
Apertura a vida espiritual.
la fe Dudas,
Me siento
atractivo,
Emoción Llamado a
sospechas.
privilegiada. la
fe, pero
La vocación
Dependencia aún no a
permanece en
de la vocación
secreto.
un grupo específica. Pastoral
de referencia. Vocacional de
la propuesta
Deseo de
y el
consolidar la La vocación
Propuesta discernimiento
fe. se comunica.
Crecimiento específica.
de la fe
Liberación de Primera
Invitación
andamiajes. decisión,
concreta
ya con rasgos de
y personal.
Apertura definitividad.
más universal.
Búsqueda de Formación
Cuestionamiento Pastoral
una de
y maduración vocacional
profundización la vocación
de la decisión. del cuidado
espiritual. específica.
La fe polariza
Desarrollo toda la vida.
Opción
Encomienda
definitiva Pastoral
La persona oficial
de vida. Vocacional de
tiende de una
Sostenimiento
a un misión.
Perseverancia.
de la fe compromiso
eclesial estable.
Etapa) y concluye cuando las personas van solidificando esa fe por medio de
un crecimiento que expresa en la opción por un camino vocacional
específico.
Etapas del Experiencias Actitudes objetivas del
Proceso formativas candidato
Apertura a la fe
- Aceptación de un planteamiento
b) Primera
- - Tratamiento directo y claro del personal de su futuro con Cristo.
presentación de la
vocación. término vocación. - Apertura inicial a una pluralidad de
caminos.
Crecimiento en la fe
- Profundización espiritual.
e) Discernimiento - Diálogo programado con el - Cierto hábito de oración personal.
vocacional orientador. - Diálogo con su entorno social menor
específico. - Contacto con formandos y sobre el proyecto vocacional.
comunidades formativas.
Crecimiento en la fe
d) Catequesis sobre la vocación específica. Cuando en un grupo hay
apertura vocacional ya se puede plantear el abanico de las vocaciones
específicas como cauces concretos para responder a la llamada. Es
importante que desde este momento se comprendan estos caminos desde el
“ser” y no solamente desde el “hacer”.
Una presentación equilibrada de todas las vocaciones crea el ambiente
más propicio para opciones libres y responsables. Hay que hacer notar la
complementariedad que las caracteriza en el contexto de la única comunión
misión eclesial. Para esta presentación contamos con el testimonio de los
santos, que son propuestos precisamente como modelos vocacionales.
Es un momento intenso de crecimiento espiritual. Para propiciar es-te
crecimiento puede ser útil un cambio de apostolado, que lleve al joven a
una experiencia complementaria de la Iglesia y desde allí a un sentido más
profundo de pertenencia a ella. El hecho de que el joven acepte esta
propuesta, y efectivamente cambie de apostolado es un signo vocacional
importante.
El resultado final es un joven que busca la ayuda de un orientador para su
proceso vocacional.
e) Discernimiento vocacional específico. Busca la clarificación sobre un
camino vocacional específico. Supone una atención cuidadosa a las
mediaciones históricas, eclesiales y del mismo orientador. Al final de esta
etapa se llega a una primera decisión que tiende a afirmarse rápi-damente.
Cuando se ha dado un proceso respetuoso se plantea con facilidad la
posibilidad del ingreso.
Es útil en este momento ofrecer algún modo de profundización espiritual,
como unos ejercicios espirituales. Esto ayudará a que tenga una mayor
determinación en todo, también en su planteamiento vocacional, y sobre
todo a que vaya formando ya un indispensable hábito de oración personal,
que fundamentará su opción.
Es también el momento de un acompañamiento sistemático y per-
sonalizado. El conocimiento de los formandos y de la casa de formación es
conveniente ahora porque los intereses del joven son más concretos.
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que dar para que se pueda llegar a la toma de conciencia. Tiene las siguientes
características:
- Presencia habitual cerca de los jóvenes. Es ilusorio pensar que será
posible la manifestación confiada de las propias inquietudes vocacionales
cuando no hay una presencia habitual cerca de los jóvenes. Se trata de una
presencia gratuita, cordial, amigable, de quien está convencido del valor de
los jóvenes y de sus procesos.
- Presencia significativa en su vida. No vale cualquier tipo de presencia.
Hay que ofrecer una presencia vocacional cualificada. Que la comunidad
sea conocida por los valores vocacionales. No será significativa por su
relevancia en el sentido sociológico y menos eco-nómico, sino por su
sentido evangélico, por su fuerte referencia a los valores.
- Catequesis previa. La inquietud vocacional surge en un ambiente en el
cual se ha ido cultivando una cultura vocacional. La catequesis vocacional
no implica sólo contenidos; también la disposición orante o espiritual y el
aprecio de la vocación consagrada. Es más fácil compartir el don de la
vocación cuando el ambiente social en que el joven se desenvuelve
permanece abierto a ese don.
- Espacios y tiempos destinados para el acompañamiento. La in-quietud
vocacional es sentida como algo íntimo y trascendente. Es una realidad muy
seria para los jóvenes. Por tanto, algo que no se puede compartir en un
pasillo, o hablando de prisa. Es necesario contar con un espacio adecuado,
a la vez íntimo y abierto, en el que el muchacho pueda pedir que se le
acompañe sin que este hecho suscite una separación del grupo.
- Agentes suficientes respecto al número de jóvenes. La presencia en el
momento de la toma de conciencia se da por múltiples agentes. Quizá no
basta el promotor vocacional, ni el compromiso de toda la comunidad
religiosa. Quizá convenga contar con laicos, conveniente-mente
preparados, y sobre todo, sensibles ante el llamado de Dios, que puedan
ejercer esta función.
Al mismo tiempo implica un proceso posterior que enlaza la pastoral
vocacional de la comunidad local con los organismos vocacionales, es decir,
con el nivel general. Estos elementos se dan hasta que el proceso del
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