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El gran capital en los medios.

El emprendimiento “social” y
las fundaciones “filantrópicas” como estrategia
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como-estrategia

Colectivo Filantropófagos, 03 de septiembre de 2014 Pueblos 2 comentarios


Hace ya algún tiempo que venimos escuchando la fórmula “cambiar el mundo”. Pero hemos
de reflexionar sobre quién nos lo dice y aproximarnos a su significado connotado.
Últimamente están surgiendo iniciativas que se autoproclaman adalides de soluciones
sociales e innovadoras ante el contexto de crisis. Son empresas privadas, promovidas desde
arriba. Estas vienen seleccionadas, apoyadas y financiadas por empresas del gran capital,
bancos, filántropos, directamente o a través de fundaciones. Pero… ¿Cómo penetran? ¿Cuáles
son sus estrategias de comunicación? ¿Qué uso hacen del lenguaje? ¿De qué medios de
comunicación se sirven?

El ejemplo más paradigmático en el panorama actual en el Estado español es el caso de


Ashoka, fundación filantrópica internacional originaria de EE UU con presencia en más de
setenta países. Su fundador y director ejecutivo es el neoyorquino Bill Drayton. Pudimos asistir
a su presentación en sociedad cuando se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de
Cooperación Internacional en 2011.

Ashoka financia y estructura su actividad a través de alianzas con una larga serie de
empresas, fundaciones y otras corporaciones del gran capital. En el Estado español está
patrocinada, entre otras, por el BBVA, la Fundación Telefónica o la farmacéutica Boehriger
Ingelheim, y mantiene alianzas estrechas con la Fundación Botín o el grupo Vips. Estas
fundaciones filantrocapitalistas son la herramienta más importante que usa el gran capital
para penetrar en sectores estratégicos donde hacer negocio (salud, educación,

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medioambiente, comunicación…); y las y los emprendedores sociales su herramienta para
acceder y ampliar la clientela hacia sectores críticos de la población y personas que viven en
situación de pobreza.

Peligro: ¡entran!

Con objeto de visibilizarse, conseguir que su ideología permee socialmente y realizar acciones
de marketing necesitan contar con espacios en los medios de comunicación. Hoy asistimos a
una colonización silenciosa tanto en medios generalistas como alternativos. Esta penetración
se lleva a cabo a través de una financiación directa de proyectos o a través de emprendedores
sociales, líderes a sueldo de estas fundaciones.

Las y los emprendedores sociales de Ashoka cobran un sueldo mensual durante tres años y
quedan ligados, por contrato, a su pertenencia vitalicia. Hemos de ser conscientes de que
Ashoka concentra y controla la información que generan sus emprendedoras y
emprendedores, haciendo uso de ella para materializar la penetración del gran capital en los
movimientos sociales y espacios alternativos. Se trata de un intento de dominación, control de
sus efectos y apropiación de sus ideas.

Tampoco hay que perder de vista que en un contexto en el que los gobernantes están
legislando a favor de los intereses privados, estas fundaciones e iniciativas de
emprendimiento están encontrando apoyo institucional. Por esta razón también hacen uso de
medios de comunicación públicos como herramienta para llegar a las masas, difundir su
modelo de sociedad y conseguir legitimación social. En muchas ocasiones, son las y los
propios emprendedores del sector de la comunicación quienes, una vez ocupan espacio en los
medios de diversa índole, visibilizan y presentan a sus iniciativas amigas como
“transformadoras”.

Hallamos formatos en que hacen un tratamiento exclusivo de proyectos diseñados desde


arriba y, en otros, los presentan entremezclados con iniciativas populares sin hacer
distinciones, en un ejercicio de simulación democrática. También los encontramos en los
medios como expertos atribuyendo “autenticidad” a los discursos de humanización del
capitalismo.

El uso perverso del lenguaje

Prestemos atención a las estrategias discursivas y el uso pernicioso del lenguaje que realizan
fundaciones y emprendedores a través de tres acciones: la omisión, la apropiación, y el juego
de la confusión.

Destierran del lenguaje los derechos sociales y lo traducen por necesidades, ampliando su
nicho de negocio de forma ilimitada. Ya no somos sujetos de derecho, sino clientes de
distintas clases sociales que consumen servicios acorde a su bolsillo. La dignidad de las
personas vuelve a depender del nivel económico o clase social.

Construirán, paralelamente, un mercado para personas pobres que ellos mismos abastecerán.

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Igualmente intentarán abarcar y prestar soluciones alternativas para consumidores críticos,
ampliando así su ámbito de negocio hacia la masa disconforme con el sistema. No se
nombran las desigualdades sociales: son problemas o desavenencias sociales, no teniendo
que preguntarse las causas estructurales de las mismas. Es una omisión intencional, ya que
los escenarios de desigualdad son indicadores positivos para la prosperidad del negocio.

Se apropian del concepto de empoderamiento desde una perspectiva economicista neta,


traduciéndola a la capacidad de acceder a un crédito y de endeudarse, en vez de abordarla
hacia una autonomía real. Social y solidario son dos apelativos que acompañan sus
propuestas de negocio, con la intención de presentar un marco justificador y humanizado de
sus acciones. Sin embargo, con “social” sencillamente nos describen su ámbito de negocio;
mientras que “solidario” sólo proyecta la actitud de quien consuma sus productos, no así sus
intenciones, lo que responde a una ética basada en el beneficio económico. Se puede
interpretar a los promotores de estas iniciativas como intermediarios del nuevo mercado
“social” y “alternativo”.

Nos hablan insistentemente de su carácter de innovación social. El componente innovador


primordial no es la creatividad que venden, si no el cambio de marco a una perspectiva
mercantilista en la planificación, diseño, ejecución e imbricación en la realidad de sus
proyectos sociales.

La amplitud y fronteras desdibujadas en la definición del concepto de emprendimiento


social[1] juegan intencionalmente a confundirnos. Puede ser un fenómeno individual o
colectivo; puede integrar al sector con ánimo de lucro, sin ánimo de lucro, e instituciones
públicas; no es significativo que sea una transformación gradual o de impacto; no se delimita
a un sector en concreto. En ese universo tan impreciso existirán iniciativas de buena voluntad
entre las que se camuflan los proyectos de emprendedoras y emprendedores sociales de
ideología neoliberal.

Con nombres y apellidos

Inspira es un blog del diario.es sobre emprendimiento social que está patrocinado por
Momentum Project, una idea de la escuela neoliberal de negocios ESADE, el BBVA, la
consultora PWC y Ashoka. Una escuela que actúa como lobby y think tank neoliberal, un banco
que desahucia, invierte en armas y opera en paraísos fiscales, y una de las más grandes
consultoras del mundo responsable de la elaboración de multitud de informes que apoyan la
privatización del sector público. Todas ellas apuestan por el emprendimiento social.

En este mismo diario encontramos el espacio Colaboratorio. Hacia una economía compartida.
Nos llega de la mano de Pau Llop, emprendedor social de Ashoka desde 2009. Su objetivo es
dar a conocer “una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y
desarrollarse de manera sostenible y para el bien común”[2]. Autodenomina su espacio “Canal
de economía social”. Si bien, conociendo su trayectoria, deberíamos: a) introducir el sesgo

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neoliberal en la interpretación de los conceptos como “sostenible”, “economía social” o “bien
común”; b) preguntarnos a qué iniciativas está dando protagonismo y a qué intereses
responden.

Una de las últimas entradas de este blog es la titulada “El periodismo sí tendrá quien lo pague”.
Un artículo que afronta el futuro del periodismo a través de “nuevos enfoques” y “proyectos
disruptivos”, implementando “aceleradoras de startups, emprendimiento social, economía
compartida. Desintermediación. Colectivización. Multitudes tomando el mando. Dinero
fluyendo según nuevas reglas, lejos de las estructuras convencionales”[3].

Los dos ejemplos que se publicitan son Media Factory e Indievoices. El fundador de
Indievoices es Sasa Vucinic, emprendedor de Ashoka desde el año 2008. En 1996 fundó, con
apoyo financiero de la fundación de Soros Open Society Institute, con quien ya había trabajado
anteriormente, la Media Development Loan Fund (MDLF); organización desde la que ha
financiado 277 medios independientes por todo el mundo por valor de 123 millones de
dólares, casi totalmente en países en vías de desarrollo.

Media Factory es un proyecto de Mariano Blejman, emprendedor social del Knight International
Journalism Fellowships, un programa de la Knight Foundation y la Fundación Bill y Melinda
Gates. Media Factory se presenta como “una aceleradora de nuevas compañías de Internet
enfocada exclusivamente en medios de comunicación en América latina”[4]. Con tal fin
pusieron en marcha su red de mentores e invirtieron 75.000 dólares norteamericanos en
emprendedores. El propio Blejman declara que Media Factory viene para “resolver un
problema de conexión entre empresas de capital riesgo y medios de comunicación en
America latina”[5].

El responsable del blog Colaboratorio, Pau Llop, emprendedor social de Ashoka, director y
fundador de BottUp y Nxtmedia, participa de forma habitual en foros como el celebrado en el
Impact Hub de Madrid, sede de Ashoka España, titulado “Nuevos modelos de negocio en el
periodismo”. A este foro también estaban invitados a participar periodistas de Diagonal, La
Marea, Periodismo Humano o Via52.

El acceso de las fundaciones filantrocapitalistas a los medios de comunicación masivos es


habitual. Antonella Broglia, responsable del evento de emprendimiento TedX Madrid y
embajadora de Ashoka para Europa, tiene un espacio dedicado a la innovación social todos
los viernes en la 2 de TVE en el programa “Para todos la 2”. Ana Saenz de Miera, directora de
Ashoka España, es colaboradora habitual del blog de El País 3500 millones. Ideas irreverentes
contra la pobreza. Desde esta plataforma publicita proyectos de emprendedores y
emprendedoras sociales de la fundación como “Supermercados solidarios” o “Nuevos
modelos carcelarios”. Otro emprendedor de Ashoka, José Mª Pérez, Peridis, es habitual en
programas de radio de la Cadena SER.

Pero no es Ashoka la única fundación filantrocapitalista que hemos identificado en los


medios. Knight Foundation, Omidyar Network, del fundador de Ebay, Pierre Omidyar, o la Open
Society de George Soros, están presentes en diversos proyectos de comunicación, como

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puede ser Global Voice[6].

Los medios de comunicación tienen tanta importancia en la forma de ver el mundo que son de
obligado seguimiento crítico. Advertimos como fundaciones y emprendedores sociales
desarrollan estrategias de marketing humanizando el capitalismo, mercantilizando hasta
valores solidarios. No buscan transformar, buscan emocionar y generar conductas de
consumo ampliando la diversidad de perfil de clientes y sus ámbitos de negocio.

Por otra parte, vemos el calado que tienen en el diseño de las programaciones de los medios
públicos, la penetración en medios generalistas, la “prensa alternativa” que se alinea con
escuelas de élite y el uso del lenguaje en sus estrategias de comunicación. Está claro que la
“comunicación es poder”, otro espacio donde batallar el poder político. Estemos atentos e
identifiquemos las procedencias de esas peroratas capitalistas y sus significados reales. Que
no consigan desarticular o fagocitar discursos críticos y voluntades honestas.

María Arnáiz y Daniel García forman parte del Colectivo Filantropófagos:


www.filantropofagos.com.

Artículo publicado en el nº61 de Pueblos – Revista de Información y Debate, segundo trimestre


de 2014, monográfico sobre comunicación, poder y democracia.

Artículo publicado también en euskera, “Gizarte’ ekintzailetasuna eta fundazio ‘filantropikoak’


estrategia gisa”.

NOTAS:

1. Definición extraída de curso UNED-COMA de Emprendimiento e Innovación social


2013.
2. www.eldiario.es/colaboratorio.
3. 24/11/2013: www.eldiario.es/colaboratorio/IndieVoices-Media_Factory-
periodismo-medios-media-crowdfundingfinanciacion_ 6_199540061.html.
4. http://mediafactory.vc/index_es.html.
5. http://youtu.be/29IG3Pe7CZQ.
6. Global Voices, red internacional de blogueros ciudadanos que informan y resumen
lo que se está publicando en las blogosferas de todo el mundo. Su manifiesto
apunta a una libertad de expresión y democratización de acceso a los medios por
la ciudadanía a través de las nuevas herramientas virtuales. Pero si se hace un
recorrido por la web se identifica un filtro ideológico de contenidos que abriga
intereses del gran capital.

¿HABLAMOS DE EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES O DE NEGOCIOS?

La Fundación Ana Bella es una iniciativa promovida por Ana Bella, emprendedora social de
Ashoka, que tiene por misión, según su web, (www.fundacionanabella.org), construir una
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sociedad en igualdad libre de violencia hacia las mujeres: “Nace para visibilizar y ayudar a las
mujeres maltratadas que no se atreven a denunciar y para apoyar en su proceso de
empoderamiento a las mujeres supervivientes que siguen en riesgo de exclusión por haber
sido maltratadas”.

Pero las únicas acciones que se contemplan en su blog y en su cuenta de Facebook se


pueden resumir en una agencia de colocación de personal low cost para una empresa del gran
capital y propias (www.empresia.es/empresa/catering-solidario-ana-bella) y,
extraordinariamente, jornadas de sensibilización que son más bien campañas
autopromocionales, donde existe una ausencia absoluta de análisis de contexto y denuncia
sobre cuestiones multifactoriales.

Los entes filantrópicos del capital se nos presentan como salvadores por facilitar un trabajo,
pero el trabajo es un derecho, no un premio o un privilegio. Si esta fundación es tan sensible al
empoderamiento de la mujer, más bien podría animar y acompañar en el proceso a estas
mujeres hacia una organización sindical. La intervención social con mujeres víctimas de
violencia de género ha de ser de ámbito de gestión y vigilancia pública. Actualmente vivimos el
desmantelamiento de los servicios públicos de atención a víctimas, a la vez que emergen
figuras como Ana Bella, que pretende dar una respuesta individual a un problema colectivo
haciendo negocio de ello.

El proyecto de Ana Bella está financiado por entes capitalistas (como BBVA o Danone…) con
estructuras jerárquicas y patriarcales. ESADE, la entidad que imparte formación al equipo de
profesionales de la Escuela Ana Bella, es una universidad elitista, neoliberal, gestionada por la
orden de los jesuitas. La Fundación Ana Bella dice perseguir el empoderamiento de la mujer,
pero es absolutamente dependiente de las inversiones de entidades y empresas capitalistas,
elitistas y patriarcales, con una estrategia consistente en integrar a las mujeres víctimas de
violencia machista como mano de obra barata en puestos de trabajo fuertemente
feminizados en empresas del gran capital.

Sectores en que trabajan emprendedores sociales de Ashoka del Estado español

Sanidad, acceso a la vivienda, empleo, inserción socio-laboral, educación, universidades


rurales, economía social, economía solidaria, banca ética, comunidades autofinanciadas,
microcréditos, emprendimiento juvenil, periodismo, opinión pública, turismo responsable,
biomasa como fuente energética, conservación y protección del territorio, sector pesquero,
agricultura y ganadería ecológicas, recuperación de semillas locales, desarrollo rural
sostenible, patrimonio cultural, sector penitenciario, violencia de género, igualdad de género,
abuso infantil, seguridad infantil en internet, discapacidad intelectual, etc.

Fuente: http://www.ashoka.es/fellows.

Alianzas de Ashoka

Amanco, Price Waterhouse Coopers, Banca Cívica, Banca JP Morgan, Banco Goldman Sachs,

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Banco Interamericano de Desarrollo, BBVA, Banco Santander, Boehringer Ingelheim, Caixa
Catalunya, Cemex, Citibank, Danone, Departamento de Estado de EE.UU, Departamento de
Vivienda y Desarrollo Urbanístico de EE.UU, Deutsche Bank, DKV Seguros, eBay, Ericsson,
ESADE, IESE, Exxon Mobil, Fundación Bankinter, Fundación Botín, Fundación Coca-Cola,
Fundación Ford, Fundación Gates, Fundación Hewlett, Fundación Kellogg, Fundación
Rockefeller, G-20, GDF Suez, General Electric, Google, Grameen Bank, Grupo Norte, Grupo VIPS,
Hilti, IE Business School, Intel, Latham & Watkins, McKinsey & Co, Microsoft, MTV, Nike,
Novartis, Orange, Schneider Electric, Siemens, Telefónica, Total, Unión de Bancos Suizos
(UBS), USAID, Zurich Seguros y un largo etcétera.

Fuente: Revisión de páginas web oficiales de Ashoka de todo el mundo.

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