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El emprendimiento “social” y
las fundaciones “filantrópicas” como estrategia
revistapueblos.org/blog/2014/09/03/el-gran-capitl-en-los-medios-el-emprendimiento-social-y-las-fundaciones-filantropicas-
como-estrategia
Ashoka financia y estructura su actividad a través de alianzas con una larga serie de
empresas, fundaciones y otras corporaciones del gran capital. En el Estado español está
patrocinada, entre otras, por el BBVA, la Fundación Telefónica o la farmacéutica Boehriger
Ingelheim, y mantiene alianzas estrechas con la Fundación Botín o el grupo Vips. Estas
fundaciones filantrocapitalistas son la herramienta más importante que usa el gran capital
para penetrar en sectores estratégicos donde hacer negocio (salud, educación,
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medioambiente, comunicación…); y las y los emprendedores sociales su herramienta para
acceder y ampliar la clientela hacia sectores críticos de la población y personas que viven en
situación de pobreza.
Peligro: ¡entran!
Con objeto de visibilizarse, conseguir que su ideología permee socialmente y realizar acciones
de marketing necesitan contar con espacios en los medios de comunicación. Hoy asistimos a
una colonización silenciosa tanto en medios generalistas como alternativos. Esta penetración
se lleva a cabo a través de una financiación directa de proyectos o a través de emprendedores
sociales, líderes a sueldo de estas fundaciones.
Las y los emprendedores sociales de Ashoka cobran un sueldo mensual durante tres años y
quedan ligados, por contrato, a su pertenencia vitalicia. Hemos de ser conscientes de que
Ashoka concentra y controla la información que generan sus emprendedoras y
emprendedores, haciendo uso de ella para materializar la penetración del gran capital en los
movimientos sociales y espacios alternativos. Se trata de un intento de dominación, control de
sus efectos y apropiación de sus ideas.
Tampoco hay que perder de vista que en un contexto en el que los gobernantes están
legislando a favor de los intereses privados, estas fundaciones e iniciativas de
emprendimiento están encontrando apoyo institucional. Por esta razón también hacen uso de
medios de comunicación públicos como herramienta para llegar a las masas, difundir su
modelo de sociedad y conseguir legitimación social. En muchas ocasiones, son las y los
propios emprendedores del sector de la comunicación quienes, una vez ocupan espacio en los
medios de diversa índole, visibilizan y presentan a sus iniciativas amigas como
“transformadoras”.
Prestemos atención a las estrategias discursivas y el uso pernicioso del lenguaje que realizan
fundaciones y emprendedores a través de tres acciones: la omisión, la apropiación, y el juego
de la confusión.
Destierran del lenguaje los derechos sociales y lo traducen por necesidades, ampliando su
nicho de negocio de forma ilimitada. Ya no somos sujetos de derecho, sino clientes de
distintas clases sociales que consumen servicios acorde a su bolsillo. La dignidad de las
personas vuelve a depender del nivel económico o clase social.
Construirán, paralelamente, un mercado para personas pobres que ellos mismos abastecerán.
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Igualmente intentarán abarcar y prestar soluciones alternativas para consumidores críticos,
ampliando así su ámbito de negocio hacia la masa disconforme con el sistema. No se
nombran las desigualdades sociales: son problemas o desavenencias sociales, no teniendo
que preguntarse las causas estructurales de las mismas. Es una omisión intencional, ya que
los escenarios de desigualdad son indicadores positivos para la prosperidad del negocio.
Inspira es un blog del diario.es sobre emprendimiento social que está patrocinado por
Momentum Project, una idea de la escuela neoliberal de negocios ESADE, el BBVA, la
consultora PWC y Ashoka. Una escuela que actúa como lobby y think tank neoliberal, un banco
que desahucia, invierte en armas y opera en paraísos fiscales, y una de las más grandes
consultoras del mundo responsable de la elaboración de multitud de informes que apoyan la
privatización del sector público. Todas ellas apuestan por el emprendimiento social.
En este mismo diario encontramos el espacio Colaboratorio. Hacia una economía compartida.
Nos llega de la mano de Pau Llop, emprendedor social de Ashoka desde 2009. Su objetivo es
dar a conocer “una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y
desarrollarse de manera sostenible y para el bien común”[2]. Autodenomina su espacio “Canal
de economía social”. Si bien, conociendo su trayectoria, deberíamos: a) introducir el sesgo
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neoliberal en la interpretación de los conceptos como “sostenible”, “economía social” o “bien
común”; b) preguntarnos a qué iniciativas está dando protagonismo y a qué intereses
responden.
Una de las últimas entradas de este blog es la titulada “El periodismo sí tendrá quien lo pague”.
Un artículo que afronta el futuro del periodismo a través de “nuevos enfoques” y “proyectos
disruptivos”, implementando “aceleradoras de startups, emprendimiento social, economía
compartida. Desintermediación. Colectivización. Multitudes tomando el mando. Dinero
fluyendo según nuevas reglas, lejos de las estructuras convencionales”[3].
Los dos ejemplos que se publicitan son Media Factory e Indievoices. El fundador de
Indievoices es Sasa Vucinic, emprendedor de Ashoka desde el año 2008. En 1996 fundó, con
apoyo financiero de la fundación de Soros Open Society Institute, con quien ya había trabajado
anteriormente, la Media Development Loan Fund (MDLF); organización desde la que ha
financiado 277 medios independientes por todo el mundo por valor de 123 millones de
dólares, casi totalmente en países en vías de desarrollo.
Media Factory es un proyecto de Mariano Blejman, emprendedor social del Knight International
Journalism Fellowships, un programa de la Knight Foundation y la Fundación Bill y Melinda
Gates. Media Factory se presenta como “una aceleradora de nuevas compañías de Internet
enfocada exclusivamente en medios de comunicación en América latina”[4]. Con tal fin
pusieron en marcha su red de mentores e invirtieron 75.000 dólares norteamericanos en
emprendedores. El propio Blejman declara que Media Factory viene para “resolver un
problema de conexión entre empresas de capital riesgo y medios de comunicación en
America latina”[5].
El responsable del blog Colaboratorio, Pau Llop, emprendedor social de Ashoka, director y
fundador de BottUp y Nxtmedia, participa de forma habitual en foros como el celebrado en el
Impact Hub de Madrid, sede de Ashoka España, titulado “Nuevos modelos de negocio en el
periodismo”. A este foro también estaban invitados a participar periodistas de Diagonal, La
Marea, Periodismo Humano o Via52.
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puede ser Global Voice[6].
Los medios de comunicación tienen tanta importancia en la forma de ver el mundo que son de
obligado seguimiento crítico. Advertimos como fundaciones y emprendedores sociales
desarrollan estrategias de marketing humanizando el capitalismo, mercantilizando hasta
valores solidarios. No buscan transformar, buscan emocionar y generar conductas de
consumo ampliando la diversidad de perfil de clientes y sus ámbitos de negocio.
Por otra parte, vemos el calado que tienen en el diseño de las programaciones de los medios
públicos, la penetración en medios generalistas, la “prensa alternativa” que se alinea con
escuelas de élite y el uso del lenguaje en sus estrategias de comunicación. Está claro que la
“comunicación es poder”, otro espacio donde batallar el poder político. Estemos atentos e
identifiquemos las procedencias de esas peroratas capitalistas y sus significados reales. Que
no consigan desarticular o fagocitar discursos críticos y voluntades honestas.
NOTAS:
La Fundación Ana Bella es una iniciativa promovida por Ana Bella, emprendedora social de
Ashoka, que tiene por misión, según su web, (www.fundacionanabella.org), construir una
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sociedad en igualdad libre de violencia hacia las mujeres: “Nace para visibilizar y ayudar a las
mujeres maltratadas que no se atreven a denunciar y para apoyar en su proceso de
empoderamiento a las mujeres supervivientes que siguen en riesgo de exclusión por haber
sido maltratadas”.
Los entes filantrópicos del capital se nos presentan como salvadores por facilitar un trabajo,
pero el trabajo es un derecho, no un premio o un privilegio. Si esta fundación es tan sensible al
empoderamiento de la mujer, más bien podría animar y acompañar en el proceso a estas
mujeres hacia una organización sindical. La intervención social con mujeres víctimas de
violencia de género ha de ser de ámbito de gestión y vigilancia pública. Actualmente vivimos el
desmantelamiento de los servicios públicos de atención a víctimas, a la vez que emergen
figuras como Ana Bella, que pretende dar una respuesta individual a un problema colectivo
haciendo negocio de ello.
El proyecto de Ana Bella está financiado por entes capitalistas (como BBVA o Danone…) con
estructuras jerárquicas y patriarcales. ESADE, la entidad que imparte formación al equipo de
profesionales de la Escuela Ana Bella, es una universidad elitista, neoliberal, gestionada por la
orden de los jesuitas. La Fundación Ana Bella dice perseguir el empoderamiento de la mujer,
pero es absolutamente dependiente de las inversiones de entidades y empresas capitalistas,
elitistas y patriarcales, con una estrategia consistente en integrar a las mujeres víctimas de
violencia machista como mano de obra barata en puestos de trabajo fuertemente
feminizados en empresas del gran capital.
Fuente: http://www.ashoka.es/fellows.
Alianzas de Ashoka
Amanco, Price Waterhouse Coopers, Banca Cívica, Banca JP Morgan, Banco Goldman Sachs,
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Banco Interamericano de Desarrollo, BBVA, Banco Santander, Boehringer Ingelheim, Caixa
Catalunya, Cemex, Citibank, Danone, Departamento de Estado de EE.UU, Departamento de
Vivienda y Desarrollo Urbanístico de EE.UU, Deutsche Bank, DKV Seguros, eBay, Ericsson,
ESADE, IESE, Exxon Mobil, Fundación Bankinter, Fundación Botín, Fundación Coca-Cola,
Fundación Ford, Fundación Gates, Fundación Hewlett, Fundación Kellogg, Fundación
Rockefeller, G-20, GDF Suez, General Electric, Google, Grameen Bank, Grupo Norte, Grupo VIPS,
Hilti, IE Business School, Intel, Latham & Watkins, McKinsey & Co, Microsoft, MTV, Nike,
Novartis, Orange, Schneider Electric, Siemens, Telefónica, Total, Unión de Bancos Suizos
(UBS), USAID, Zurich Seguros y un largo etcétera.
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