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I.

ZANJAS DE INFILTRACIÓN

1.1 Definición: Son canales angostos, trazados transversalmente a la pendiente a un intervalo


predeterminado. Se construyen con el propósito de interceptar las aguas de la escorrentía
para luego almacenarlas o evacuarlas en una forma controlada. De esta forma se reduce el
largo de la pendiente, disminuyendo el riesgo de erosión.

Esta práctica debe emplearse en zonas de escasas lluvias, o en suelos de textura gruesa o muy
gruesa, sin estructura o estructura débil, con el fin de propiciar la infiltración y la retención de
humedad. También se usa en suelos de textura fina, compactos, de baja capacidad de
infiltración en regiones secas.

No se deben construir zanjas en suelos sueltos con capas interiores impermeables, ni en zonas
lluviosas, ya que si son de pendiente suave ocasionan problemas de drenaje, y si son
de pendientes altas ocasionan deslizamientos, derrumbes o problemas de solifluxión.

1.2 Clasificación:

1.2.1 Según su uso: las zanjas de infiltración se pueden construir en áreas de secano; con
cultivos en limpio (para pendientes menores a 12%); con cultivos semipermanentes (para
pendientes entre

12 y 50%); y en las partes altas de la ladera (para pendientes hasta de 60%),


complementándolas con cordones o barreras arbóreas y pastos naturales, en terrenos que
requieran de producción.

1.2.2 Según su construcción: las zanjas de infiltración pueden ser cortas, cuando se
complementan con tabiques trasversales espaciados entre 8 y 10 metros. Las acequias
largas sin tabique requieren más cuidado en la construcción y en el mantenimiento, pues
acortando los tramos se eliminan los errores de gradiente.

1.3 Tipos:

1.3.1 Zanjas de absorción: Tienen como finalidad el almacenamiento temporal de las


escorrentías superficiales de modo de lograr la estabilización de los suelos contra su remoción.
La absorción de la humedad permitirá que luego se reforeste sin limitaciones por la
suplencia de agua. Esta práctica no modifica la pendiente del terreno pero sí su longitud real
o efectiva
1.3.2 Zanjas filtrantes: Son zanjas de poca profundidad, de menos de un metro y de entre 0,45
y 0,80 metros de ancho, excavadas en el terreno, que recogen y distribuyen las aguas residuales
sobre un lecho de tierra vegetal, grava y arena.

1.3.3 Zanjas de trinchera: Las zanjas de trinchera permiten retener grandes cantidades de agua
de lluvia infiltrándola al subsuelo, permitiendo la recuperación de manantiales y en muchos
casos, hasta el surgimiento de nuevos manantiales donde antes no existían. Por ejemplo, una
zanja de 60 centímetros de profundidad por 60 centímetros de alto, y un metro de largo, puede
retener 360 litros de agua cada vez que se llena. Una hectárea con 400 metros lineales de zanjas
de trinchera, puede retener más de 140.000 litros de agua cada vez que las zanjas se llenan y
esto ocurre varias veces durante la época de lluvias.
1.4 Campos de
aplicación:

a) Las zanjas de infiltración se adaptan a zonas de baja o moderada precipitación, la


que generalmente no exceda de 800mm anuales.

b) Son muy apropiados en zonas altas de las laderas empinadas, áreas donde los suelos son
aptos para pastos naturales o forestales, favoreciendo directamente esta vegetación;
posibilitan además una zona de recarga o de “producción de agua” en beneficio de la zonas
media y baja, lugares en los que, como consecuencia, se incrementarán los manantiales o
puquiales, tanto en número como en volumen de escurrimiento.

c) Son aplicables en terrenos con pendientes entre 2 y 12% aptos para cultivos anuales,
siempre que no haya peligro de anegamiento (que tengan buenas condiciones de drenaje
natural).

d) En terrenos de 12 a 50% de pendiente, resulta apropiada esta práctica para suelos en los
que implantarán cultivos semipermanentes y de grano básico.

e) En general, se recomienda esta práctica para suelos permeables, donde el agua se infiltra
fácilmente y no producirá aniegos en los cultivos; sin embargo se han logrado buenos
resultados en suelos menos permeables si se proyectan las acequias adecuadamente, teniendo
en cuenta el uso al que se destinara el suelo y la intensidad de las precipitaciones,

II. ACEQUIAS DE DESVIACION

2.1 DEFINICIÓN: Son canales generalmente de sección trapezoidal que sirven para desviar el
agua de escorrentía proveniente de partes más altas y conducirla controladamente a
lugares específicos, ya sean quebradas naturales, ríos o desagües, sin que cause daños a
predios, carreteras o cualquier instalación que se quiera proteger.

2.2 PROPOSITO: Las prácticas usuales de conservación de suelos no tendrían éxito en un


terreno bajo cultivo si la escorrentía de áreas situadas en un nivel más alto está
contribuyendo a la erosión de dicho terreno. El problema se reduce mucho si cada terreno
soporta tan sólo la acción del agua de lluvia que le cae directamente. Para lograr esto, el SESA
de Cajamarca recurre a la construcción de 1os canales de desviación, los cuales cortan o
interceptan la escorrentía de predios más altos y llevan esas aguas a un desagüe bien
protegido o a un estanque pequeño de regu1ación diaria, impidiendo que causen daños en
áreas vecinas más bajas.
Canales de esta clase también son útiles para desviar contro1adamente el agua de cárcavas
que se quieren defender, edificios y, en fin, para evitar que la escorrentía de Zonas altas se
concentre y cause daños en zona más bajas.

2.3 LUGAR Y CONDICIONES PAR APLICACiON:


 Recomendable en zonas de alta precipitación y/o en donde hay concentración de
escorrentía, principalmente en terrenos con pendientes mayores a 20 %.
 Deben ser capaces de conducir la escorrentía proveniente de las lluvias de máxima
intensidad que pueden ocurrir en un período de tiempo determinado,
generalmente 1/10 años.
 Son más efectivos cuando captan aguas de áreas cubiertas de bosques o pastos, ya que
en tales condiciones no ocurren grandes sedimentaciones en el canal, reduciéndose los
costos de mantenimiento.
 Deben ser construidos sobre terreno firme, cumplir con los mínimos requisitos de
estabilidad en los taludes, y sobre terrenos con profundidad mayor a 0.20 m, para
poder construir el talud exterior.
 Debe reforzarse e1 talud opuesto a la ladera y por supuesto, el canal deberá diseñarse
para cada caso específico con velocidad permisible que no causen la erosión del lecho
y sus riberas.
 Deben desaguar a lugares bien protegidos contra la erosión, por eso su construcción
debe comenzar a partir de la desembocadura.
 Para el tratamiento de una ladera en donde se han previsto dos más canales de
desviación,
 debe empezarse de arriba hacia abajo, a fin de evitar concentraciones excesivas de
agua en canales previstos para caudales menores.
 Si se desea desviar aguas de una cárcava, el canal debe ubicarse a una distancia
prudencial de lacabecera de la misma, buscando terreno firme, generalmente a más
de tres veces la profundidad de la cárcava.
 Si se desea que el canal proteja áreas de cultivos limpios contra la escorrentía de
partes más altas, éste debe situarse a 1a menor distancia que sea posible de la
cabecera del terreno a proteger.

III. METODOLOGÍA DE DISEÑO DE ZANJAS DE INFILTRACIÓN Y CANALES DE


DESVIACIÓN DE AGUA

Existen obras de conservación de suelo que aumentan la infiltración, como las zanjas y
otras que

regulan el flujo hídrico como son los canales de desviación (Francke et al, 1999). El diseño
de estas obras necesita del análisis de precipitaciones, que estime magnitudes e
intensidades de precipitaciones en períodos de tiempos pequeños que inciden
directamente en la dimensión de las obras a construir. Con esta información y el detalle de
los datos de terreno se determina la escorrentía que deberá controlar cada obra de
conservación, escorrentía crítica, teniéndose que diseñar de esta manera un canal de
desviación o zanja de infiltración capaz de trasladarla o retenerla en parte.

3.1 ANÁLISIS DE PRECIPITACIONES.

La gran escasez de datos pluviométricos disponibles para cada localidad de nuestro país
hace necesario métodos analíticos de estimación. En especial sobre intensidades o
magnitudes de lluvia para duraciones pequeñas.

La información pluviométrica puede ser expresada de dos formas. Según Espíldora


(1979): magnitud de lluvia, lámina de agua (mm) que se produce en un cierto intervalo de
tiempo o duración; o intensidad, lamina de agua por hora (mm/hr). Por ejemplo, es posible
expresar la magnitud de lluvia de 10.36 mm en 10 min. en términos de intensidad, que es
igual a 62.16 mm/hr.
3.1.1 ANÁLISIS DE FRECUENCIA

El dimensionamiento de obras de conservación de suelo debe estar asociado a un período


de duración, considerando que las obras están insertas en áreas forestadas. Su vida útil
debe ser no inferior al período en el cual la plantación alcanza una cobertura protectora
contra la acción erosiva del agua lluvia. Millán (2000) recomienda dimensionar las
obras para un período de retorno de 10 años, entiéndase período de retorno como el
intervalo promedio de tiempo dentro del cual cierta magnitud o intensidad de lluvia se
iguala o excede una vez. Cabe mencionar que el valor recíproco del período de retorno es
la probabilidad de excedencia. Es decir, la probabilidad anual de igualar o sobrepasar cierta
magnitud del fenómeno en estudio. Por ejemplo, una zona con una precipitación máxima
en 24 horas de 100 mm, con período de retorno de 10 años, significa que cada 10 años se
espera la ocurrencia de una lluvia igual o superior. Por otra parte, existe la probabilidad de
excedencia de un 10% anual, que se pueda igualar o exceder en 24 horas los 100 mm.

Para el análisis de precipitaciones, la información básica es un registro anual de máximas


precipitaciones en 24 horas (X 1, X2, X3……..,Xn), valor es de entrada para el estudio de
lluvias asociadas a un período de retorno, utilizándose la distribución de valores extremos
o Gumbel.

comúnmente usada para análisis de frecuencia de variables hidrológicas (Monsalve, 1999).


Por ejemplo, López et al. (1994) propone utilizar esta distribución en la estimación de
caudales máximos, con período de retorno asociado.

La distribución de Gumbel, según Millan (2000), tiene la siguiente función de distribución


de probabilidad:

y, por lo tanto, la función de densidad de probabilidad es:


En directa relación con el análisis de frecuencia se encuentra el cálculo de los valor es α y
β, los cuales se obtienen a partir del registro de valores de precipitaciones. En
primer término se obtienen los valor es de μy y σy de tabla, según el número de registro
de precipitaciones (Tabla Nº2).

Con estos valores, además del promedio (x) y desviación estándar (s) de las máximas
precipitaciones anuales, se obtienen los valor es de α y β luego de reemplazarlos en las
Ecuaciones Nº 1 y 2,

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