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ZANJAS DE INFILTRACIÓN
Esta práctica debe emplearse en zonas de escasas lluvias, o en suelos de textura gruesa o muy
gruesa, sin estructura o estructura débil, con el fin de propiciar la infiltración y la retención de
humedad. También se usa en suelos de textura fina, compactos, de baja capacidad de
infiltración en regiones secas.
No se deben construir zanjas en suelos sueltos con capas interiores impermeables, ni en zonas
lluviosas, ya que si son de pendiente suave ocasionan problemas de drenaje, y si son
de pendientes altas ocasionan deslizamientos, derrumbes o problemas de solifluxión.
1.2 Clasificación:
1.2.1 Según su uso: las zanjas de infiltración se pueden construir en áreas de secano; con
cultivos en limpio (para pendientes menores a 12%); con cultivos semipermanentes (para
pendientes entre
1.2.2 Según su construcción: las zanjas de infiltración pueden ser cortas, cuando se
complementan con tabiques trasversales espaciados entre 8 y 10 metros. Las acequias
largas sin tabique requieren más cuidado en la construcción y en el mantenimiento, pues
acortando los tramos se eliminan los errores de gradiente.
1.3 Tipos:
1.3.3 Zanjas de trinchera: Las zanjas de trinchera permiten retener grandes cantidades de agua
de lluvia infiltrándola al subsuelo, permitiendo la recuperación de manantiales y en muchos
casos, hasta el surgimiento de nuevos manantiales donde antes no existían. Por ejemplo, una
zanja de 60 centímetros de profundidad por 60 centímetros de alto, y un metro de largo, puede
retener 360 litros de agua cada vez que se llena. Una hectárea con 400 metros lineales de zanjas
de trinchera, puede retener más de 140.000 litros de agua cada vez que las zanjas se llenan y
esto ocurre varias veces durante la época de lluvias.
1.4 Campos de
aplicación:
b) Son muy apropiados en zonas altas de las laderas empinadas, áreas donde los suelos son
aptos para pastos naturales o forestales, favoreciendo directamente esta vegetación;
posibilitan además una zona de recarga o de “producción de agua” en beneficio de la zonas
media y baja, lugares en los que, como consecuencia, se incrementarán los manantiales o
puquiales, tanto en número como en volumen de escurrimiento.
c) Son aplicables en terrenos con pendientes entre 2 y 12% aptos para cultivos anuales,
siempre que no haya peligro de anegamiento (que tengan buenas condiciones de drenaje
natural).
d) En terrenos de 12 a 50% de pendiente, resulta apropiada esta práctica para suelos en los
que implantarán cultivos semipermanentes y de grano básico.
e) En general, se recomienda esta práctica para suelos permeables, donde el agua se infiltra
fácilmente y no producirá aniegos en los cultivos; sin embargo se han logrado buenos
resultados en suelos menos permeables si se proyectan las acequias adecuadamente, teniendo
en cuenta el uso al que se destinara el suelo y la intensidad de las precipitaciones,
2.1 DEFINICIÓN: Son canales generalmente de sección trapezoidal que sirven para desviar el
agua de escorrentía proveniente de partes más altas y conducirla controladamente a
lugares específicos, ya sean quebradas naturales, ríos o desagües, sin que cause daños a
predios, carreteras o cualquier instalación que se quiera proteger.
Existen obras de conservación de suelo que aumentan la infiltración, como las zanjas y
otras que
regulan el flujo hídrico como son los canales de desviación (Francke et al, 1999). El diseño
de estas obras necesita del análisis de precipitaciones, que estime magnitudes e
intensidades de precipitaciones en períodos de tiempos pequeños que inciden
directamente en la dimensión de las obras a construir. Con esta información y el detalle de
los datos de terreno se determina la escorrentía que deberá controlar cada obra de
conservación, escorrentía crítica, teniéndose que diseñar de esta manera un canal de
desviación o zanja de infiltración capaz de trasladarla o retenerla en parte.
La gran escasez de datos pluviométricos disponibles para cada localidad de nuestro país
hace necesario métodos analíticos de estimación. En especial sobre intensidades o
magnitudes de lluvia para duraciones pequeñas.
Con estos valores, además del promedio (x) y desviación estándar (s) de las máximas
precipitaciones anuales, se obtienen los valor es de α y β luego de reemplazarlos en las
Ecuaciones Nº 1 y 2,