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Sección monográfica | Historias de la literatura y educación literaria | 61

Historias de la literatura y
educación literaria
Leonardo Romero Tobar | Universidad de Zaragoza

La complejidad propia de los textos literarios y, en consecuencia, de su inclusión en la noción más abstracta
de literatura ha suscitado en todos los tiempos múltiples reacciones exegéticas, entre ellas no es la de menor
calado su presencia en el proceso de la educación, ya se entienda ésta como el estado instructivo del apren-
dizaje en los ignaros de materias específicas o como el modo de apropiación personal de determinadas
prácticas sociales y valores morales.

Palabras clave: educación literaria, historias de literatura, literatura, historias.

The inherent complexity of literary texts, and their subsequent inclusion in a more abstract notion of litera-
ture has given rise through time to many interpretative reactions. This has also happened in the Education
and upbringing process, whether it is understood in the instruction sense of several specific subjects or as an
acquisition process for some social practices and moral values.

Keywords: literary education, histories of literature, literature, stories.

Literatura y educación se titulaba precisa- poderosa para estrechar el lazo entre lite-
mente un libro de 1974 en el que treinta y ratura y educación y para cuya eficacia se
dos políticos, autores literarios y profesores cifraba como imprescindible emplear “las
respondían a la encuesta de Fernando Lá- disciplinas literarias para insertar lúcida y
zaro Carreter sobre las relaciones de ambas críticamente a los jóvenes ciudadanos en
manifestaciones culturales. Las inevitables el mundo que les ha tocado en suerte, el
reformas de los planes educativos espa- cual hace y hará todo lo posible por homo-
ñoles, de singular importancia el plan que geneizarlos , por convertirlos en consumi-
emergía en aquella fecha, y la tensión dia- dores sin alma” (Lázaro, 1974:331-332). A
léctica entre la institución pedagógica y la aquel argumento añadiríamos hoy que la
creación literaria eran los dos puntos de inteligente integración de la literatura en
referencia en la mayor parte de las respues- la educación también serviría para liberar
tas que el propio Lázaro Carreter resumía a los estudiantes de una dependencia irra-
en un aserto que enunciaba la razón más cional de las redes internáuticas. Yo fui uno

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de los encuestados en 1974 y, desde aque- nuestras aulas escolares y a las invitaciones
llos años en los que ejercía como profesor hacia la redacción personal y creativa en los
de Bachillerato, he ido publicando distintos llamados “talleres de escritura”. “Qui me déli-
trabajos eruditos o interpretativos sobre el vrera des Grecs et des Romans?” se pregun-
asunto que reuní en un libro de 2006 –La taba el poeta francés Joseph de Berchoux
literatura en su historia– al que han segui- (1765-1839) en una divulgada sátira literaria
do otros escritos míos y, especialmente, salida de su pluma.
las valiosas colaboraciones de profesiona- Según corrían los tiempos, la perdura-
les conocedores y preocupados por estas ción de los modelos educativos implicados
cuestiones que se pueden leer en los vo- en la Retórica y en la Poética iban preci-
lúmenes de varios autores editados por mí sando de un complemento informativo
en 2004 y 2008. sobre los autores y las obras que se habían
Sin tener que hacer un enojoso repaso ido produciendo en las géneros literarios
de las prácticas que a lo largo de la Historia más tipificados (literatura épica, lírica, dra-
han marcado las relaciones entre la litera- mática, prosa narrativa de ficciones o de
tura y la educación, solamente deben recor- hechos reales). Y para facilitar la noticia so-
darse los dos niveles en los que éstas se han bre este crecimiento se fueron fabricando
producido: 1) el plano colectivo promovido repertorios bio-bibliográficos bajo el título
en el ámbito de instituciones (Academias, de Biblioteca o de Catálogo, que en su or-
centros escolares, entidades culturales y re- denación alfabética o cronológica daban
creativas) y 2) el plano individual de las con- cuenta de los escritores que habían culti-
versaciones orales o escritas de personas vado la creación artística y de los textos que
particulares (piénsese, por ejemplo, en el podrían ser consultados en algún depósito.
papel que han tenido las “cartas literarias”). Los ilustrados dieciochescos fueron sin-
En la paideia de griegos y romanos con- gularmente productivos en la producción
vivían el nivel del grupo escolar – recuér- de estos instrumentos informativos cuya
dense las celebradas escuelas de Isócrates perspectiva cronológica adelantó la línea
en Grecia y de Quintiliano en Roma - y el más visible de los trabajos que empeza-
de los receptores individuales del adies- ban a titularse Historia de la literatura y que
tramiento literario (los Pisones a los que como tal sintagma aparecería por primera
escribía Horacio) para el traspaso de las vez en 1659, según mis noticias, como tí-
enseñanzas que servían al más correcto y tulo de una pretendida historia universal
eficaz empleo de la lengua –la Retórica– así escrita por el autor alemán Peter Lambeek,
como la estructuración de los contenidos y Prodromus Historiae Literariae.
configuraciones compositivas –la Poética–; Educación lingüística, esquematiza-
y tanto la Retórica como la Poética se ha- ción teórica de los géneros literarios y or-
blaba de textos que debían ser imitados y denación de las noticias de vida y obra de
textos dignos del rechazo imitativo. Estas autores deben ser considerados los preám-
disciplinas del Humanismo clásico han bulos multiseculares de la Historia litera-
tenido vigencia a lo largo de los siglos y, ria, cuyas manifestaciones sistematizadas
en una versión jibarizada, perviven en los aparecen durante el siglo XVIII. En el caso
estandarizados “comentarios de texto” de español la primera fue la elaborada por

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el malagueño Luis José Velázquez que en corazón, como celosos de su independencia,


1754 haría públicos sus Orígenes de la poesía se revela alguna vez contra la fuerza del ra-
castellana (ver la monografía de Rodríguez ciocinio y no quiere ser rendido ni sojuzgado
Ayllón, 2010). Este libro se debe a las dis- sino por el sentimiento. Ved, pues, aquí el más
cusiones de los miembros de la madrileña alto oficio de la literatura, a quien fue dado el
Academia del Buen Gusto (activa entre arte poderoso de atraer y mover corazones,
1749 y 1751 con Luzán, Montiano, Nasarre de encenderlos, de encantarlos y sujetarlos a
y Juan de Iriarte como figuras relevantes) su imperio.
y la idea central de su concepción histo-
riográfica era la de establecer la evolución El cimiento emocional que Jovellanos
de la poesía castellana desde su momento vincula a la literatura es el reflejo de la im-
de perfección en el siglo XVI –para lo que portancia de las sensaciones corporales
Velázquez empleó el rótulo de “Siglo de que los ilustrados del XVIII habían rescatado
Oro”– hasta su decadencia en el siglo XVII, para la explicar las reacciones más profun-
decadencia de la que la poesía castellana se das de los seres humanos y su reflejo en la
estaba recuperando en el tiempo en el que comunicación social y en las creaciones del
escribía su obra gracias a los estímulos de Arte. Emocionalismo, pues, y ordenación
los académicos citados y de otros poetas diacrónica de los textos literarios son las
del siglo XVIII. líneas de fuerza que la visión de los ilustra-
El principio de periodización histórica dos establecieron en los fundamentos de la
que aporta Velázquez –en el que destaca su Historia literario. Pero tales aportaciones no
incomprensión de lo que más tarde habría hubieran sido suficientes sin la luz que la re-
de llamarse “literatura barroca”– recibió otra flexión teórica de los pensadores germanos
fundamento teórico en la perspectiva inte- de la Ilustración fueron añadiendo (Lessing,
lectual del imprescindible Melchor Gaspar Herder, Goethe, Kant, Schiller, los más jóve-
de Jovellanos, quien en su Discurso de abril nes hermanos Schlegel, por modo funda-
de 1797 ante el Real Instituto Asturiano de mental) y la inquietud viajera y experimen-
Náutica y Mineralogía –otra empresa que él tal de escritores de lengua inglesa como
había organizado– habló “Sobre la necesi- Wordsworth, Coleridge, Byron, Shelley,
dad de unir el estudio de la literatura y el Keats y otros muchos. La reelaboración de
de las ciencias”, para defender la convenien- ideas clave en el que sería el movimiento
cia educativa de la enseñanza conjunta de romántico1 y las troquelaciones de estas
Ciencia y Literatura en estos términos: intuiciones en textos literarios –recuérdese
¿Y a quién os parece que se deberá esta victo- el papel estimulante que representó el mo-
ria sino al arte de bien hablar? No lo dudéis: el vimiento conocido bajo el marbete Sturm
dominio de las ciencias se ejerce sólo sobre la und Drang (Tempestad e Ímpetu)– estable-
razón; todas hablan con ella, con el corazón cieron el sólido subsuelo sobre el que se
ninguna; porque a la razón toca el asenso y construirían las Historias de las literaturas
a la voluntad el albedrío. Aun parece que el del siglo XIX. Empresa esta a la que hay que

Valgan como resumen muy abreviado de estas ideas clave: la imaginación creadora, la ironía, la libertad, la poesía “natural” frente
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a la poesía “artística”, la tensión del misterio religioso y la concepción de que cada etapa histórica tiene su naturaleza propia.

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sumar el descubrimiento que los europeos denominaciones indistintamente) era un


occidentales hicieron de las literaturas es- eficaz contrapunto a la presión ejercida por
critas en lenguas orientales y de las versio- la presión de la política cultural francesa.
nes medievales de antiguos textos de len- La moderna idea de “nation” en la que
guas europeas transmitidos en versiones la Revolución iniciada en 1789 ejerció una
orales o en copias manuscritas. influencia imprescindible pasó a establecer
Emocionalismo, visión diacrónica del el último estrato en la construcción de la
pasado, libre espíritu de creación, orienta- moderna Historia literaria, tanto en el plano
lismo y recuperación de la época interme- de la ideología política como en el de la
dia entre los grecolatinos y el Renacimiento identificación de los grupos que se consi-
de las Humanidades aportado por los artis- deraban genuinamente auténticos frente a
tas de los finales de la Edad Media son los los “otros” que se les enfrentaban. Las gue-
componentes esenciales en la irradiación rras napoleónicas y la resistencia anti-fran-
de las variadas perspectivas introducidas a cesa generalizada en toda Europa y, singu-
finales del XVIII cuya proyección se fue ha- larmente en España, vino a sumarse a los
ciendo manifiesta en las distintas lenguas componentes teóricos antes descritos para
de la Europa occidental2, entre las que la li- llegar al punto de la instauración de lo que
teratura española no fue la menos fecunda se concibió como “Literatura nacional”, tarea
(Romero Tobar, 2006:109-145). en la que los autores alemanes representa-
ron un papel protagonista en su ideación
Los aportes educativos de las de la literatura española, dadas sus valora-
primeras historias de la literatura ciones de la literatura medieval –épica me-
El papel histórico que representó la Francia dieval y romancero anónimo– y de la litera-
del paso del siglo XVIII al XIX tuvo un efec- tura del Siglo de Oro en que Cervantes, el
to intelectual en la construcción sistemati- teatro del XVII y Calderón de la Barca cons-
zada de las Historias literarias de la lengua tituían los pilares imprescindibles. En esta
propia3 que sirvió modelos teóricos y prác- estimación germana de la cultura popular
ticos para las que se escribieron en el cur- y las tradiciones orientales, caballerescas y
so del siglo XIX dedicadas a las literaturas cristianas se fundamentó la positiva visión
de otras lenguas. En el caso de la literatura de la historia literaria expresada en español.
española las primeras obras de este carác- Aquí cabe recordar el pasaje quijotesco en
ter fueron elaboradas por autores no espa- el que Sancho Panza encuentra a su vecino
ñoles para quienes la creación escrita en Ricote disfrazado de peregrino alemán que
castellano o español (se empleaban ambas le dice: “Español y tudesqui, tuto uno; bon

2 Gran Bretaña a partir de su permanente culto shakesperearno, a la recogida efectuada por Thomas Percy de las Reliques of Ancient
English Poetry (1765) y a la invención del falso poeta gaélico Ossian. Y con algunos años de retraso, los escritores italianos del
periódico milanés Il Conciliatore (1818-1819) o la divulgación de la renovadora cultura germana que efectuó Mme. de Staël en
obras suyas como De la littérature considerée dans ses rapports avec les institutions sociales (1800) y el muy difundido y polémico
ensayo De l ´Allemagne (1810-1814).
3 Luc Fraisse (2002) ha estudiado con precisión y aportación de datos inéditos lo que fue la base teórica en el edificio historiográ-
fico francés construido por Gustave Lanson (1857-1934) y algunos antecedentes suyos como Saint-René Taillandier. Luc Fraisse
había recogido el año 2001 una amplia contribución de especialistas galos dedicada a la exposición de los métodos y resultados
a los que ha llegado la historiografía literaria sobre los textos literarios de la lengua oficial del país vecino.

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compaño”. Y Sancho responde: “¡Bon com- La primera Historia literaria compuesta


paño, jura Di! (Quijote, 2ª parte, cap. LIV): por un español fue el Manual de literatura.
El superpuesto oleaje de todos estos Segunda parte. Resumen histórico de la litera-
estímulos fue llegando a la España de prin- tura española (1844) de Antonio Gil y Zárate
cipios del siglo XIX presentándose en una y cuya primera parte estaba destinada a
primera fase como propuestas contenidas la Poética (y) Retórica. A esta obra siguie-
en polémicas, ensayos y discursos académi- ron los 2.035 diferentes volúmenes que
cos en que algunos autores de Andalucía Fermín de los Reyes (2010) ha catalogado
tuvieron una presencia influyente. Este es el para los años comprendidos entre 1845 y
caso del matrimonio Böhl von Faber asen- 1936, entre los que se incluyen también
tado en Cádiz y protagonista del episodio antologías de textos y catálogos de auto-
que se conoció como la “polémica caldero- res. En este conjunto de textos están los
niana” y del sevillano Alberto Lista, el Ortega manuales escolares que se emplearon en
y Gasset decimonónico de quienes serían los centros educativos para la enseñanza
discípulos los más característicos escritores de la literatura, y a ellos habría que añadir
románticos. Lista precisamente leería en la los muchos más que se editaron en España
Real Academia de la Historia en 1828 un a partir de la guerra civil en dependencia
“Discurso sobre la importancia de nuestra de los planes de estudios que los sucesivos
Historia literaria” 4 y a este mismo escritor gobiernos del país fueron dictando; para
puede atribuirse un artículo que comen- estos episodios deben verse los libros de G.
taba en la Gaceta de Sevilla (2, abril,1812) Núñez Ruiz (1994) y del mismo autor junto
otro que el parisino Moniteur Universal ha- con Mar Campos F.-Fígares (2005). La última
bía dedicado a la literatura española donde Historia que ha aparecido en el mercado li-
puede leerse: brero, entre los años 2010 y 2013 en nueve
Nada más a propósito para conocer el espí- volúmenes, va más lejos de las inmediatas
ritu de una nación que la historia de su lite- aplicaciones pedagógicas dependientes de
ratura. El gusto de lo bello existe sin duda en las instrucciones educativas oficiales y tam-
todos los hombres, pero el modo de sentirlo bién de la sujeción a una tendencia teó-
y, mucho más, de expresarlo varía según los rica determinante; su director José-Carlos
países y los individuos. Como los escritores se Mainer explicaba la polivalente colabora-
describen comúnmente a sí mismos en sus ción de los autores de esta obra colectiva
composiciones, cada país tiene una fisono- señalando que “ el estudio de la literatura es
mía literaria que le es característica, modifi- pluriforme y esto a hace un objeto esencial-
cada por el idioma, por las costumbres nacio- mente histórico”.
nales y por las comunicaciones más o menos
extensas, más o menos frecuentes, que haya
tenido aquel país con sus vecinos.

Obsérvese que el “Discurso” es del mismo año del texto que Agustín Durán publicó en Madrid para subrayar la vigencia esti-
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mulante del teatro clásico español en la escritura dramática de su momento y que se titula “Sobre el influjo de la crítica en la
decadencia del teatro español”.

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La aplicación educativa de las o militares que trababan el discurso del su-


historias literarias cederse histórico.
La obra de Gil y Zárate antes señalada fue el Una matización a este procedimiento
resultado de la reforma del plan de estudios enmarcador se produjo al aplicar a la
oficial que estaba vigente en España y que Historia literaria nociones surgidas en el
planteó el gobierno Pidal en 1854. Gil y Zá- taller de los hechos artísticos –es el caso
rate era el en aquel momento Director Ge- de los movimiento “Romántico”, “Realista-
neral de Instrucción Pública y su obra pue- Naturalista”, “Vanguardismo”…– o, con ma-
de considerarse como la versión comercial yor implicación en el hacer de la escritura
y política de un planteamiento educativo particularizada, los marbetes de “grupo”
que se debía aplicar a los estudiantes espa- o “generación”. Se sumaba, en fin, a estas
ñoles. Muchas reformas oficiales que han prácticas educativas el añadido de las posi-
seguido han generado la producción de bles “fuentes” que, con seguridad objetiva o
material escolar cuyos autores y empresas ejerciendo la asociación libre de ideas, sus-
editoriales podían estar también cerca- tentaban la obra general o el conjunto de
nos a las instancias oficiales; un episodio textos que se comentaban en su proceso
ejemplar de la influencia que los distintos diacrónico. Estos planteamientos no po-
poderes han ejercido a la hora de fabricar dían evitar la influencia de los “genios” indi-
Historias literarias es el caso de una obra viduales cuya escritura había fecundado la
colectiva que se planteaba como la más actividad de las sucesivas generaciones. El
completa puesta al día de la materia y de Padre Blanco García explicaba esta dialéc-
la que sólo se publicaron cuatro volúmenes tica en página introductoria a su Historia de
dedicados a los siglos XVIII y XIX entre los la Literatura Española en el siglo XIX (1891):
años 1995-1998. Pero dejando de lado el las grandes manifestaciones artísticas encar-
externo condicionamiento económico-po- nadas en colosos como Shakespeare, Calde-
lítico pueden señalarse como rasgos carac- rón y Goethe, suponen casi siempre el período
terizadores de la enseñanza literaria que de preparación en que interviene una muche-
ofrecían los manuales convencionales los dumbre obscura y numerosa , al modo que en
puntos siguientes. las transformaciones del suelo y en la fabrica-
1. La conversión del estudio lite- ción de las islas madrepóricas se consume la
rario en un recitado de nombres, títulos y actividad lenta y colectiva de infinitos pólipos
abreviaturas críticas que convertían a los (vol, I, p.XII).
escolares en meros recitadores de una in-
formación asimilada de forma mecánica. La analogía con la naturaleza que
Esta perversión de la educación auténtica- efectuaba el venerable agustino no es
mente literaria se subordinaba a un reper- otra cosa que el eco que la ideología que
torio cronológico en el que primaban con- el positivismo cientifista había impregnado
ceptos establecidos para la Historia general al pensamiento general del siglo XIX y, en
–“Edad Media”, “Renacimiento, “Ilustración”, particular, la concepción de los estudios
“época Moderna”...– sobre los que super- humanísticos. Ideología que sustenta mo-
ponía la cita de acontecimientos políticos nografías y libros generales de Historia lite-
raria desde la segunda mitad del siglo XIX

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hasta bien entrado el siglo XX. Marcelino Simplificando mucho la tradición


Menéndez Pelayo, tanto en su obra escrita académica que ha marcado la proyección
como en su actividad docente e iniciati- educativa de la Historia literaria española
vas editoriales, fue una excepción a estas durante el siglo XX podría decirse que los
estrechuras metodológicas patentes en la polos que la caracterizan se personalizan 1)
mayoría de los libros de índole histórico-li- en la investigación rigurosa traducida a es-
teraria y su correspondiente traducción a la quemas de clara ordenación y 2) la lectura
práctica educativa. sugerente de carácter asociativo propia de
2. Los estudios especializados y los la crítica periodística volcada en el estímulo
escritos generales de Menéndez Pelayo de las masas de lectores. Dicotomía com-
sobre Historia Literaria sirven el repertorio prensiva que pueden representar las pági-
más fecundo que traspasó la historiografía nas de Larra frente a las de Gil de Zárate, la
del XIX al siglo XX, aunque su aterrizaje bien amplia y densa obra erudita de Menéndez
establecido en propuestas pedagógicas Pelayo versus las muchas páginas combati-
fuera poco visibles. Con todo, su concep- vas de Leopoldo Alas “Clarín”, la reconstruc-
ción abierta de lo que debe ser la lectura de ción sistemática del pasado literario efec-
los textos generó una escuela de especialis- tuada por Ramón Menéndez Pidal y la vivaz
tas y la manipulada difusión de una lectura atención a la escritura del momento de
nacionalista y reaccionaria que muchos Enrique Díez Canedo. Polaridades que, más
profesores y críticos incorporaron a su obra tarde, llegaron a unificar en su propia obra
durante la primera mitad del siglo XX como autores de la segunda mitad del XX como
una huella menendezpelayista. A pesar de Guillermo Díaz-Plaja, José Manuel Blecua,
ello, puede decirse que la mejor respuesta Antonio Prieto, o Francisco Rico.
didáctica a los aportes de Menéndez Pelayo Ahora bien, la cronología, las fuen-
se compendia en la Historia de la Literatura tes, los hechos históricos y los accidentes
Española que el año 1937 publicó Ángel biográficos de los autores, la ideología na-
Valbuena Prat, obra que tuvo numerosas cionalista o positivista no son los únicos
ediciones posteriores y que ha sido ob- puntos de referencia que debe tener una
jeto de una valoración sintética por parte educación literaria amplia y enriquecedora,
de estudiosos de ahora mismo (González ya que las varias escuelas lingüísticas mo-
Ramírez y otros, 2012)5 que han subrayado dernas con sus orientaciones de crítica lite-
la originalidad de muchas ideas del autor y raria han enriquecido de forma muy suges-
el gran esfuerzo que había hecho por for- tiva las aplicaciones educativas de la visión
mular múltiples correspondencias entre los diacrónica del arte de la palabra.
textos literarios y las creaciones estéticas de 3. Inscrita en la venerable tradi-
las otras Bellas Artes (música, pintura, cine ción retórica que clasificaba lo que en los
de modo especial). viejos tratados oratorios se solía llamar la
“rueda de los estilos”, a principios del siglo

Las sugestivas lecturas personales de la mayoría de los textos que comenta y su porosidad asociativa con las otras bellas artes
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hacen de la Historia de Valbuena Prat una imprescindible fuente de información para los educadores que pretendan dar a su
enseñanza literaria un perfil estimulante.

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XX surgió una tendencia de base idealista direcciones citadas. Determinadas Historias


(fundada en W. von Humboldt y Benedetto literarias han sido tributarias de estas orien-
Croce) que en español ha sido conocida taciones que se señalaban, a veces, como
como “Estilística”. Los maestros que apli- un término explicativo en el título de la
caron esta tendencia al análisis de textos obra (“Historia social de la literatura”, por
hispanos –Karl Vossler, Leo Spitzer, Amado ejemplo).
Alonso, Dámaso Alonso, Alonso Zamora 5. En los últimos tiempos se han
Vicente y muchos otros- consideraban las abierto camino Historias de la literatura
peculiaridades expresivas de los textos en situadas en un marco geográfico determi-
cuyas marcas formales resonaban los esta- nado –Andalucía, Aragón, Castilla y León…-
dos afectivos y auto-referenciales del escri- en las que se iba aplicando el modelo básico
tor del texto analizado. Los brillantes aná- de los libros dedicados al estudio evolutivo
lisis que los principales cultivadores de la de la literatura española. Mayor compleji-
Estilística se fueron recogiendo en páginas dad revisten las Historias centradas en las
de Historias literarias en las que se valoraba otras lenguas peninsulares en las que muy
sintéticamente el acierto artístico de deter- frecuentemente sus cultivadores, siendo
minadas obras o escritores. Con todo, una bilingües, han escrito en su lengua primera
versión errónea de esta práctica ha sido el –catalán, gallego, eusquera– y también en
ejercicio del rígido “comentario de textos” castellano. Ya Blanco García en el siglo XIX
en el que sólo se busca el repertorio de re- dedicó el tercer volumen de su obra a estas
cursos lingüísticos equivalentes a las “figu- tradiciones histórico-literarias a las que aña-
ras de dicción” y “pensamiento” de la vieja dió la hispanoamericana de tan rico calado
Retórica, una técnica de “cuentahílos” sobre antes y después de la emancipación de las
la que ironizaba Dámaso Alonso. colonias. E, incluso, entre los escritores por-
4. Las variadas orientaciones expe- tugueses y brasileños también se ha produ-
rimentadas en los estudios literarios de las cido un fecundo diálogo entre las lenguas
distintas tradiciones lingüísticas han reo- y culturas lusa e hispana, vistas muchas ve-
brado sobre la teoría y práctica de la his- ces en su aproximación o en su alejamiento
toriografía literaria. Una breve exposición (AA. VV., 2013). Yo he hablado en otro lugar
de estas diferentes orientaciones ocuparía de extraterritorialidad y multilingüismo en
numerosas páginas por lo que me limito a la compleja naturaleza de lo literario para
englobarlas bajo el marbete que, muy ge- la que la expresión lingüística y la perte-
neralizado en la crítica francesa, se ha co- nencia del escritor a un grupo identitario
nocido como la “Nouvelle Critique”. En estas no cierran el horizonte significativo de sus
nuevas tendencias de los estudios literarios obras (Romero Tobar, 2006:37-51). El enfo-
han marcado una fuerte influencia teórica que que traen estas nuevas orientaciones
escuelas de pensamiento como el idea- de amplio alcance responde, sin duda, a los
lismo, el marxismo, la sociología empírica, presupuestos de la Literatura Comparada
los llamados estudios culturales y estudios que, como disciplina académica, ha tenido
de género y, por descontado queda, el tras- y tiene respetada acogida en muchos cen-
lado a la educación literaria de técnicas de tros universitarios de distintos países.
análisis y métodos de trabajo propios de las

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La visión extra-nacional y políglota vía de educación que la literatura ofrece.


de los textos artísticos fundamenta un en- Claudio Guillén, el maestro español cuya
tendimiento de las Historias literarias en penetración de informado teórico y lector
la que el diálogo del lector con los textos perspicaz sigue plenamente vigente, sinte-
y el de estos entre unos y otros –la “inter- tizaba esta visión cuando escribía:
textualidad”– abren un ilimitado campo de La literatura puede considerarse como a la
enriquecimiento y disfrute. Y, en último tér- vez un nivel de la realidad y un proceso creati-
mino, qué puede decirse de la traducción al vo, continuamente reanudado por el encuen-
español de textos escritos en otras lenguas tro del lector y del escritor con una pluralidad
y que, en casos ejemplares, han servido de conceptos. La impersonalidad queda de
de viva recreación del texto original. Esta tal suerte excluida. El proceso de la literatura
visión abierta de la Historia literaria se ma- –en su existencia y supervivencia- pide la in-
nifiesta como de muy difícil aplicación en tervención del individuo entero, crítico incluso
obras de carácter sintético y general como insumiso y desobedientes, frente a las normas
suelen ser las Historias literarias, pero, con prevalecientes (C. Guillén, 1985:428).
toda seguridad, proporciona la más valiosa

Referencias bibliográficas6
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REYES GÓMEZ, F. (2010). Las historias literarias españolas. Repertorio bibliográfico (1754-1936), Zaragoza: PUZ.

6 Los libros aquí citados son sólo un brevísimo compendio actualizado que puede resultar útil para la puesta al día del lector en los
puntos tratados en este artículo.

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poesía castellana” (1754) de Luis José Velázquez, Málaga: Uni Caja.
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