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50 años
Universidad Autónoma Universidad Autónoma
Metropolitana de Guerrero Bioseñales
Primera edición, 2010
ISBN:
Colaboradores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Procesos cognoscitivos
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Colaboradores
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Colaboradores
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Prólogo
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Andrea Cristina Medina Fragoso
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Prólogo
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Andrea Cristina Medina Fragoso
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Prólogo
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Regulacion hormonal del sueño
y de la conducta sexual
I
Una perspectiva histórica sobre el estudio
científico de la conducta sexual
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Una perspectiva histórica sobre el estudio científico de la conducta sexual
dos de una mano para contarlos. Es hasta el final del siglo xix que se
requieren dos manos para contar este número. La verdadera expansión
no empezó hasta bien entrado el siglo xx.
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que recurrir a algo más violento aún, quemar la parte distal de una pata
trasera con el fuego de una vela. Tampoco funcionó. Finalmente deca-
pitó a la pobre rana. El macho sin cabeza seguía abrazando a la hembra
como si nada hubiera sucedido. La única forma de separar al macho de
la hembra fue quemarle una pierna trasera entera con el fuego de una
vela. Parece que la pierna asada de algún modo fue capaz de sugerirle al
macho que más valía escapar, que terminar enteramente quemado. La
conclusión de Spallanzani fue que la rana no es insensible a las estimu-
laciones nocivas, pero su “ardor” es tan grande que éstas no le impor-
tan. Una descripción detallada de este experimento se puede encontrar
en Spallanzani (1784).
Al relatar este experimento a más de 200 años después de su publica-
ción, es casi imposible evitar tener la impresión de cierto infantilismo en
el acercamiento al problema del control sensorial de la conducta sexual
de la rana macho. Lo que Spallanzani hizo parece bastante tonto, algo
parecido a lo que hacen los niños que arrancan pierna tras pierna de la
cucaracha para ver cómo camina. Ni siquiera el problema mismo, cómo
interrumpir la conducta copulatoria, parece muy relevante en una situa-
ción en donde no se sabía nada acerca de cómo se inicia la conducta.
Creo que el experimento de Spallanzani no contribuyó en lo más míni-
mo a nuestro entendimiento de la conducta copulatoria de la rana. Sin
embargo, su elección de sujeto experimental parece haber tenido cierta
influencia en los investigadores posteriores. Por más de 100 años la rana
fue la especie preferida entre los estudiosos de la conducta sexual.
Con el tiempo, las preguntas que los investigadores se hicieron lle-
garon a ser más sofisticadas. Mientras que el control sensorial de la
conducta pasó al olvido, los fisiólogos se interesaban en conocer los
estímulos internos que controlaban el abrazo sexual. Ya en aquellos
tiempos se sabía que la rana macho no se pone a abrazar a una hembra
atractiva y simpática en cualquier circunstancia. Por ejemplo, esta con-
ducta se presenta únicamente en la primavera. Durante el resto del año
una rana macho ni se interesa por las hembras. Era razonable suponer
que algo pasaba en el cuerpo de la rana, que determinaba si la hembra
sería capaz de incitar al abrazo o no. Más aún, el macho no se queda
abrazando a la hembra por el resto de su vida. Después de algunas ho-
ras, éste suelta a la hembra y se dedica a otra cosa. Esto significa que
hay mecanismos adentro de la rana que controlan la probabilidad mo-
mentánea de la ejecución del abrazo sexual.
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sexual en la vesícula seminal, algo que coincidía con la noción del cere-
bro como una simple conexión entre impulsos nerviosos aferentes y efe-
rentes. Los órganos sensoriales producían la estimulación aferente, y si
esta estimulación llegara a ser lo suficientemente intensa, activaba la
estimulación eferente, que causaba contracción de los músculos esque-
léticos, es decir conducta. Parece que esta visión del sistema nervioso
fue muy importante durante el siglo antepasado y partes del pasado, y
entre los neurofisiólogos llegó a su máxima expresión en la reflexología
de Sherrington (1906).
En los mamíferos machos, un pene erecto es un requisito para va-
rios aspectos de la conducta copulatoria. La erección no es necesaria
para la monta, pero la penetración vaginal resulta imposible o difícil
en su ausencia. Además de ser prácticamente indispensable para la pe-
netración, la erección es un fenómeno muy vistoso. Circulan muchas
historias acerca de cómo los humanos se impresionan por la erección
del burro, por ejemplo. De igual modo, entre las atracciones mayores
de Pompeya se encuentra un fresco de Príapo, el dios de la erección.
En este fresco se retrata un personaje con una erección enorme, y esta
erección impresionante se ha transformado en un motivo favorito para
las fotos de innumerables turistas japoneses y estadounidenses. Una
leyenda cuenta que Príapo tuvo una gran pelea con un burro (al que
Dioniso había concedido el don de la palabra) sobre el tamaño de sus
respectivos miembros viriles. Príapo ganó y mató al burro.
No solamente la gente vulgar y los artistas se han dejado impre-
sionar por la erección, sino también los científicos. El cambio brutal
de tamaño del pene entre el estado de flacidez total y el de erección
completa es, además de vistoso, un fenómeno de gran importancia
biológica. Sin erección no hay penetración, y sin penetración no hay
reproducción. Como consecuencia, no es sorprendente que los investi-
gadores se interesaran en ella. Parece que Galeno (130-200 d. C.) había
expresado algunas opiniones sobre la erección, pero fue hasta el siglo
xv que un italiano, Costanzo Varolio, describió la anatomía del pene y
de paso sugirió que la erección se debía a una contracción de los mús-
culos esqueléticos peneanos, que poéticamente llamó musculi erectores
penis, actualmente conocidos como los músculos bulbocavernoso e is-
quiocavernoso (véase Schulteiss, Musitelli, Stief & Jonas, 2004) para
un recuento bastante completo de la historia del estudio de la erección
y de su ausencia). La idea de que los músculos peneanos eran los res-
ponsables de la erección sobrevivió unos 100 años, hasta que un ana-
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la magnitud de estos avances conviene leer una revisión del tema publi-
cada al final del siglo xx (Andersson & Wagner, 1995).
Es interesante saber que los conocimientos sobre la erección se han
ido acumulando durante milenios. No sabemos si existen trabajos ante-
riores a Galeno. Tal vez hay algunos perdidos desde hace muchos siglos.
Lo que sí sabemos es que el avance del conocimiento se detuvo durante
la Edad Media. No hay huella de alguna contribución importante entre
el siglo ii, el tiempo de Galeno, y el Renacimiento, cuando Varolio vol-
vió a demostrar lo que Galeno ya había demostrado más de 1,000 años
atrás. El siguiente evento importante fueron los estudios de de Graaf
realizados en el siglo xvii, unos 100 años después de Varolio. Entre de
Graaf y Eckhard hubo un gran número de investigadores que lanzaron
varias hipótesis sobre la erección, pero resolví no mencionar a ninguno
de ellos. La razón es simplemente la dificultad, o más bien la imposi-
bilidad, de conseguir las publicaciones originales, combinado con un
rechazo al uso de fuentes secundarias. Existen innumerables ejemplos
de cómo los resultados y conclusiones originales se transforman has-
ta lo irreconocible en las publicaciones secundarias, y basarse en ellas
contribuiría únicamente a la difusión de mitos. En todo caso conviene
acordarse de que no hay un vacío entre de Graaf y Eckhard, pero al
mismo tiempo parece justificado decir que no sucedió nada trascenden-
tal durante ese intervalo. A pesar de ello, creo que este breve recuento
histórico del estudio de la erección nos ofrece una moraleja de impor-
tancia: el progreso científico es paulatino y gradual, por lo menos en
las ciencias de la vida. Además, al iniciar el estudio sobre un problema
específico, por ejemplo la erección, parece que unos pocos individuos
hacen los primeros descubrimientos. En nuestro caso fueron Galeno y
Varolio. Curiosamente, los dos estaban equivocados al mantener que
los músculos peneanos son los responsables de la erección. Como sabe-
mos, de Graaf lanzó la hipótesis correcta, es decir que la erección del
humano es un proceso vascular. A partir de de Graaf, la gran empresa
de la fisiología de la erección se transformó en un esfuerzo colectivo,
en donde intervinieron muchos investigadores. Un ejemplo de ellos es
Eckhard. Después de él, el número de investigadores participantes au-
mentó en forma exponencial. De esta etapa resulta muy difícil identi-
ficar contribuciones mayores individuales. El avance del conocimiento
ya no se basa en uno o unos pocos investigadores, sino en una lenta y
tediosa acumulación de datos provenientes de un gran número de in-
dividuos.
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Hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son
hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eu-
nucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo
reciba (Evangelio según San Mateo, 19:12, en la traducción llamada Reina-Valera
de 1995).
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Los ovarios son mucho menos visibles que los testículos, y son de difí-
cil acceso. A causa de ello, la castración de mujeres o de hembras no
humanas no se ha practicado durante mucho tiempo. La necesidad de
penetrar en la cavidad abdominal hizo que la castración femenina fuera
prácticamente imposible (por lo menos si se quería mantener al sujeto
en vida) hasta la llegada de las técnicas quirúrgicas modernas. Una con-
secuencia de ello es que no tenemos anécdotas sobre mujeres castradas
en la Antigüedad. Otra razón para esta ausencia de castración de hem-
bras puede consistir en que nadie se imaginaba que el ovario tuviese
alguna importancia aparte de la producción de huevos. Fue hasta la
segunda década del siglo xx que los investigadores empezaron a inte-
resarse por la conducta sexual femenina. En 1922 se publicó la primera
descripción de los cambios en conducta sexual durante el ciclo estral de
la rata hembra (Long & Evans, 1922). De inmediato se vio que los cam-
bios brutales de conducta, desde un rechazo completo a los acercamien-
tos del macho hasta la búsqueda activa de contacto íntimo, coincidían
con modificaciones de citología vaginal. Pronto se demostró que ambos
fenómenos dependían de secreciones del ovario (Allen & Doisy, 1923),
y después de unos pocos años se llegó a determinar la estructura de las
hormonas ováricas. La primera hormona que se purificó y cristalizó fue
la estrona (Butenandt, 1929), obtenida de la orina de mujeres encintas.
La identificación de estradiol y estriol se realizó poco después, y en
1934 se identificó la sustancia producida por el cuerpo lúteo, la pro-
gesterona (Butenandt & Westphal, 1934). Cabe mencionar que Adolf
Butenandt recibió el Premio Nobel de química en 1939 justamente por
haber aislado y determinado la estructura de la estrona y progesterona,
además de la de la testosterona. Como detalle curioso se puede también
mencionar que el gobierno nacional-socialista de Alemania lo obligó a
rechazar el premio, a pesar de que Butenandt era miembro del Partido.
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Conclusión
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copulatorio masculino de los mamíferos
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haya eyaculado; así dan tiempo suficiente para que el semen penetre
en los órganos reproductores y para que sea el esperma de ese macho
el que fertilice a la hembra y no el de otro macho que llegue más tarde.
Este sistema, llamado candado copulatorio, se ha descrito en algunos
roedores como el ratón dorado (Ochrotomys nutalli), en perros (Ca-
nis familiaris) y en lobos (Canis lupus) (Dewsbury 1979). Además, la
evolución hacia una ovulación refleja o inducida se presenta en varias
especies de lagomorfos como el conejo y la liebre, y en algunos carní-
voros como el gato (Felis catus) (Ramírez & Beyer, 1988). Así, cuando
ocurre la estimulación olfativa, visual, auditiva y principalmente la esti-
mulación vaginocervical durante la cópula, se provoca la liberación de
la hormona luteinizante (lh), que a su vez induce la ovulación (Ramí-
rez & Beyer, 1988). Esto asegura que la hembra quede gestante después
de la cópula (Maier, 2001; Concannon, 1991). De tal forma, todos los
procesos evolutivos presentados en la reproducción han permitido a las
diferentes especies asegurar la reproducción y perpetuación de la espe-
cie a lo largo del tiempo.
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Figura 2.@PIE
Esquema
DE FOTOque representa las conductas
= Figura 2. Esquema precopulatorias
que representa (a, precopulatorias
las conductas b y c) y la con-(a, b y
ducta copulatoria de intromisión (d) realizadas por el hámster macho y la conducta
c) y la conducta copulatoria de intromisión (d) realizadas por el hámster macho y la conducta
de lordosis que la hembra despliega durante la conducta de apareamiento. Tomada
de lordosis
y modificada que la hembra despliega durante la conducta de apareamiento. Tomada y
de: http//:www.sinnesphysiologye.de/hvsinne/phero/hem.htm.
modificada de:
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http//:www.sinnesphysiologye.de/hvsinne/phero/hem.htm.
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@PIE DEFigura
FOTO3.= Diferentes
Figura 3. Diferentes
etapas de etapas de la conducta
la conducta sexualsexual
en unaen pareja
una pareja de lobos
de lobos (Servín,
1991).
(Servín, 1991).
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presenta un aumento en la duración de los trenes de movimientos pélvi-
cos extravaginales en las diferentes respuestas copulatorias provocadas
por la castración, en tanto que la duración de la fase intravaginal en
las conductas de eyaculación no se modificó; además, no se presentan
cambios en la ritmicidad y en la frecuencia (figura 6). Al analizar la du-
ración de los contactos genitales establecidos durante las diferentes res-
puestas de intromisión antes y después de la conducta de eyaculación,
en cada serie copulatoria se observó que las conductas de intromisión que
precedieron a la eyaculación presentaron un contacto genital con valores
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Regulación hormonal y patrón motor copulatorio de los mamíferos
81
Marcela Arteaga Silva et al.
82
III
Regulación neuroendocrina de la conducta
sexual femenina en roedores
83
Herlinda Bonilla Jaime et al.
Introducción
Una variedad de términos han sido utilizados para describir los distintos
componentes de la conducta sexual femenina. En 1976, Beach propuso
que la conducta sexual femenina tiene tres tipos básicos de comporta-
miento: proceptividad, receptividad y atractividad. Se denominan con-
ductas proceptivas a las conductas cuya finalidad es atraer la atención del
macho y facilitar su orientación hacia la zona anogenital de la hembra.
Habitualmente se identifican tres conductas proceptivas, las cuales
pueden o no aparecer juntas: un rápido movimiento de las orejas, cortas
carreras frente al macho y saltos súbitos con las cuatro patas a la vez. La
receptividad en los roedores consiste en una respuesta postural refleja
de la hembra al contacto sexual; esta postura estereotipada, llamada lor-
dosis, consiste en el retiramiento de la cola, el arqueo de la espalda y el
levantamiento de la grupa exponiendo la zona genital, postura que las
hembras adoptan cuando son montadas por un macho. Normalmente es
suficiente que un macho coloque sus patas anteriores sobre los flancos de
la hembra para que, si está suficientemente receptiva, muestre lordosis
(Blaustein, 2008). En muchas especies, incluyendo ratas y ratones, la lor-
dosis es la respuesta a la monta de un macho sexualmente vigoroso y es
evaluado como un índice de receptividad o comportamiento copulatorio
(Blaustein, 2008). Finalmente, la atractividad incluye todos aquellos ele-
mentos o características de la hembra que resultan atractivas al macho,
y está formada por aspectos tanto conductuales como no conductuales,
tales como las señales olfativas, auditivas o visuales.
Recientemente Blaustein y Erskine (2002) propusieron otra serie de
parámetros que destacan la contribución activa de la hembra en la inte-
racción sexual. Éstos incluyen conductas copulatorias, paracopulatorias y
progestativas. Las conductas copulatorias se componen de aquellos actos
motores que permiten la transferencia exitosa del esperma del macho a
la hembra, y es análoga al término de receptividad de Beach. Aunque,
como la receptividad, implica principalmente a la lordosis, este término
hace hincapié en la participación activa de la hembra al realizar ajustes
posturales necesarios para facilitar la penetración peneana por parte del
macho (Adler, Davis & Komisaruk, 1977). Las conductas paracopulato-
rias son típicas de cada especie que despliegan las hembras y que pre-
sumiblemente activan al macho para realizar la monta. Este término es
análogo al de proceptividad descrito por Beach, (1976); y a la conducta
precopulatoria o conducta de solicitud (Erskine, 1985, 1989). Finalmente,
84
Regulación neuroendocrina de la conducta sexual femenina en roedores
85
pélvicos (Pfaff,macho
1980). monta a la hembra; el primer contacto con sus patas posteriores es en la región de los
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Estímulos @INCISO
necesarios para
= Estímulos el reflejo de lordosis
sensoriales
Estímulos sensoriales
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Regulación neuroendocrina de la conducta sexual femenina en roedores
Estructuras cerebrales
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Estimulación hormonal
90
Regulación neuroendocrina de la conducta sexual femenina en roedores
@PIE DE FOTO = Figura 3. Circuito neuronal del reflejo de lordosis. El estradiol actúa
sobre varias estructuras y en varios niveles dentro del circuito, para permitir la entrada
Figura 3. Circuito neuronal del reflejo de lordosis. El estradiol actúa sobre varias
estructuras y en varios
sensorial nivelesolfatorio
del sistema dentro del circuito,y para
accesorio permitir la táctil
la estimulación entrada sensorial
desde el perineo y los flancos
del sistema olfatorio accesorio y la estimulación táctil desde el perineo y los flan-
para inducir la conducta sexual. La integración sensorial primaria, así como los estados
cos para inducir la conducta sexual. La integración sensorial primaria, así como los
estados hormonales
hormonales yymetabólicos
metabólicosseseproducen
producenenen el hipotálamo
el hipotálamo(sombreado). La La integración
(sombreado).
integración secundaria de la información olfativa y hormonal se produce en la Me-
secundaria de la información olfativa y hormonal se produce en la MeApd y el BST, y en la
Apd y el bst, y en la pag, que recibe estimulación ascendente táctil periférica de la
medula espinal,
PAG, quela recibe
información hormonal
estimulación y la salida
ascendente positiva
táctil de ladenvm
periférica . La informa-
la medula espinal, la información
ción descendente se transmite a través de los núcleos vestibulares y la formación
hormonal y la salida positiva de la NVM. La información descendente se transmite a través de
reticular. MeApd = amígdala medial posterodorsal; bst = núcleo de la cama de la
estría terminal; npm =
los núcleos núcleo preóptico
vestibulares medial; arq
y la formación = núcleo
reticular. MeApdarqueado; nvm =medial
= amígdala nú- posterodorsal;
cleo ventromedial; pag = núcleo gris periacueductal.
BST = núcleo de la cama de la estría terminal; NPM = núcleo preóptico medial; ARQ = núcleo
@PIE DE FOTO = Figura 4. Fotomicrografia del área del hipotálamo ventromedial rostral
Figura 4. Fotomicrografia del área del hipotálamo ventromedial rostral de una rata
de una rata hembra ovariectomizada. Se observa que muchas de las células inmunorreactivas
hembra ovariectomizada. Se observa que muchas de las células inmunorreactivas
a receptores a estrógenos no se localizan dentro del núcleo ventromedial del hipotálamo
a receptores a estrógenos no se localizan dentro del núcleo ventromedial del hipotá-
lamo (nvm), sino(NVM ), sino alrededor
alrededor del núcleo.del núcleo.
nvm = NVM = núcleo
núcleo ventromedial;
ventromedial; vl =vl aspecto
nvmNVM = aspecto
(figura 5). Enque termina el estro conductual, la receptividad sexual no se refleja hasta la siguiente fase de
ratas ovx, la receptividad sexual puede ser inducida sólo
proestro, con el siguiente episodio de secreción de estradiol seguido de progesterona (figura
por estradiol, pero presentan una mejor respuesta con estrógenos, se-
5). La extirpación de los ovarios causa una disminución inmediata en las hormonas ováricas
guido del tratamiento con progesterona o el tratamiento secuencial con
estradiol más progesterona. Aunque el tratamiento con ambos esteroi-
des induce la receptividad sexual, varias características resultan de la
conducta, sugiriendo que los mecanismos son diferentes: a) la dosis de
estradiol necesaria para inducir la receptividad sexual es más alta que
la necesaria cuando el estradiol se complementa con la progesterona;
b) el tratamiento repetitivo con estradiol necesario para una máxima
receptividad sexual, medido por el coeficiente de lordosis, induce una
respuesta de lordosis variable, mientras que el tratamiento con estradiol
y progesterona induce un nivel constante de lordosis (Bloch, Babcock,
Gorski & Micevych , 1987); c) los receptores de progesterona no son
necesarios para la facilitación de la lordosis sólo con estradiol (Mani,
92
ovariectomizadas (OVX) demuestran que se requiere de la presencia de los estrógenos y de la
progesterona para la inducción de la conducta de lordosis (Joslyn y Feder, 1971). Aunque
pocos trabajo se han hecho en ratón, la conducta de lordosis en esta especie difiere de las
hembras de la rata,
Regulación cobayo y hámster
neuroendocrina de de manera fundamental.
la conducta sexual femenina en roedores
Figura 5. Patrón
@PIE DE FOTO de secreción
= Figura 5.de estradiol
Patrón y de progesterona
de secreción durante
de estradiol y de el ciclodurante
progesterona estral el
en ratas,
ciclo yestral
su relación
en ratas, ycon la ocurrencia
su relación de la conducta
con la ocurrencia sexualsexual
de la conducta y la yovulación.
la ovulación.
En ratas&
Blaustein intactas, la receptividad
O’Malley, 1997),sexual
dadoocurre
quecomose respuesta
demostró a la liberación
que los secuencial
antago-de
nistasestradiol
del receptor de progesterona
y de progesterona no alteran
por el ovario (figura la receptividad
4). En ratas sexual
OVX, la receptividad sexual
inducida
puede por la administración
ser inducida de pero
sólo por estradiol, estradiol solo
presentan una(Blaustein,
mejor respuesta Finkbohner
con estrógenos,
& Delville,
seguido del1987); d) el con
tratamiento tratamiento
progesteronacon
o el estradiol
tratamiento induce
secuenciallordosis y tie-
con estradiol más
ne unprogesterona.
inicio más tardío y una mayor ventana de receptividad sexual
Aunque el tratamiento con ambos esteroides induce la receptividad sexual, en
comparación con la respuesta
varias características resultan de laaconducta,
la progesterona más
sugiriendo que los estradiol
mecanismos (Clemens
son diferentes:
& Weaver, 1985). En resumen, el tratamiento con progesterona poste-
a) la dosis de estradiol necesaria para inducir la receptividad sexual es más alta que la
rior al estradiol aumenta de forma transitoria la inducción estrogénica
necesaria cuando el estradiol se complementa con la progesterona; b) el tratamiento
de la lordosis e inhibe muchos de los efectos inducidos por el estradiol
para finalizar la conducta y restablecer el estado conductual de la rata
hembra (Sódersten & Eneroth, 1981b).
Tras el tratamiento con estradiol, la receptividad sexual no se facili-
ta por la progesterona. Para que eso ocurra deben transcurrir al menos
20 horas desde el tratamiento inicial con estradiol, o 24 horas desde el
tratamiento inicial con estradiol más progesterona (Sinchak & Mice-
vych, 2001). En animales a los que se les administra sólo estradiol, se
requiere una mayor dosis para facilitar la receptividad posterior a la
progesterona, o bien una dosis alta de estradiol o pequeñas cantidades
repetidas se utilizan para facilitar la receptividad sexual. Sin embargo,
el inicio de la receptividad sexual se retrasa aproximadamente 48 horas
después del tratamiento inicial.
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Expresión
de Genes
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IV
Sueño y hormonas:
una relación íntima y apasionada
107
Gonzalo Vázquez Palacios et al.
vez se subclasifica en cuatro estados, cada uno con sus propias ca-
racterísticas del eeg.
108
Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
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Gonzalo Vázquez Palacios et al.
110
Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
111
Gonzalo Vázquez Palacios et al.
112
Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
Figura 1. Componentes
Figura 1. Componentes del eje
del eje sistema sistemacentral-sistema
nervioso nervioso central-sistema endocrino.
endocrino. Existe una Existe
relación
una relación evidente entre el sistema endocrino y el nervioso; de hecho, se habla
evidente entre
de un el eje
sistema endocrinoformado
de regulación y el nervioso, de hecho,
por el sistema se habla
nervioso y el de un ejeendocrino.
sistema de regulación
La
formado por regulación
el sistemadel sistema
nervioso neuroendocrino
y el es por
sistema endocrino. La asas o bucles
regulación del de retroalimentación,
sistema neuroendocrino
en general negativa: algunos de los factores u hormonas liberadas durante la ac-
es por asas tivación
o buclesdel de eje
retroalimentación,
formado por elenhipotálamo,
general negativa: algunos
la hipófisis de glándulas
y las los factoresendocrinas
u hormonas
puedenlainhibir
liberadas durante la liberación
activación del ejedeformado
alguno de
porlos
el factores u hormonas
hipotálamo, que yparticipan
la hipófisis en
las glándulas
su secreción.
endocrinas pueden inhibir la liberación de alguno de los factores u hormonas que participan en su
secreción. 113
Gonzalo Vázquez Palacios et al.
114
No obstante, no todos los núcleos hipotalámicos participan del mismo modo en el control de
la función hipofisiaria y son principalmente los núcleos situados en torno al tercer ventrículo
los más relevantes en la regulación de la función hipofisiaria. Las regiones laterales y mediales
Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
son menos importantes en esta regulación (con excepción de los núcleos supraópticos
localizados lateralmente a la cintilla óptica). A mediados del siglo XX el matrimonio Scharrer
neurosecreción. En aquella época se sabía que las glándulas endocrinas
(Ernst y Berta Scharrer) demostró que desde una terminación nerviosa (hipotalámica) se
liberaban sus hormonas al torrente circulatorio, pero considerar que
podían liberar hormonas a la circulación general, desarrollando el concepto de
algunas neuronas podían funcionar como glándulas liberando su conte-
nidoneurosecreción.
hacia el torrenteEn aquella época se sabía que las glándulas endocrinas liberaban sus
circulatorio, era algo totalmente novedoso y revo-
hormonas al torrente circulatorio, pero considerar que algunas neuronas podían funcionar
lucionario. Las hormonas liberadas por neuronas hipotalámicas reciben
como glándulas liberando su contenido hacia el torrente circulatorio, era algo totalmente
el nombre de neurohormonas, ya que son sintetizadas en neuronas que
novedoso y revolucionario. Las hormonas liberadas por neuronas hipotalámicas reciben el
se denominan células neurosecretoras o neuroendocrinas (Low, 2008).
nombre de neurohormonas, ya que son sintetizadas en neuronas que se denominan células
De este modo, desde diferentes núcleos hipotalámicos se liberan neuro-
neurosecretoras o neuroendocrinas (Low, 2008). De este modo, desde diferentes núcleos
hormonas a la sangre; no obstante, a nivel hipotalámico podemos dife-
renciar entre sedos
hipotalámicos grupos
liberan de neuronas
neurohormonas en nofunción
a la sangre; obstante, del tipo
a nivel de relación
hipotalámico
la porción anterior
con la hipófisis. de de
Un conjunto laneuronas
hipófisis (adenohipófisis),
se relacionan y otro
con la porción anterior de la con la por-
hipófisis
ción(adenohipófisis),
posterior de la con
y otro misma (neurohipófisis),
la porción posterior de la mismacada una de cada
(neurohipófisis), ellasunasintetiza
de
y secreta diferentes
ellas sintetiza hormonas
y secreta diferentes (figura
hormonas 3).
(figura 3).
Cuadro 1
Algunas hormonas, sitios de origen y algunas de sus funciones
115
Gonzalo Vázquez Palacios et al.
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Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
Hormonas y sueño
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aminoácidos y un neurotransmisor involucrado en la respuesta al estrés. Es sintetizada en el
hipotálamo y llega a las células productoras de ACTH de la hipófisis anterior a través del
sistema portahipofisiario. En respuesta a la CRH, las células corticotróficas de la hipófisis
anterior sintetizan y secretan ACTH y otras sustancias con actividad biológica como las beta-
Gonzalo Vázquez Palacios et al.
endorfinas. La ACTH es un polipéptido formado por 39 aminoácidos (figura 4). La ACTH
la síntesis
circula y forma
y se une en liberación deahormonas
específica dealta
receptores con la afinidad
cortezaensuprarrenal,
la superficie de cortisol
células
en humanos
adrenocorticales paraoestimular
corticosterona
la síntesis yen ratas (Stewart,
liberación 2008).
de hormonas A lo suprarrenal,
de la corteza largo de un
día, los niveles de crh, acth y de esteroides suprarrenales muestran un
cortisol en humanos o corticosterona en ratas (Stewart, 2008). A lo largo de un día, los niveles
ritmo notable (Watts, Tanimura, Sánchez, & Watts, 2004). En humanos,
de CRH, ACTH y de esteroides suprarrenales muestran un ritmo notable (Watts, Tanimura,
durante las primeras horas de la noche se establece el periodo quies-
cente
Sánchez, de acth
y Watts, 2004).yEn
cortisol.
humanos,Entre
durantelas
las2:00 y 3:00
primeras horashoras aparece
de la noche el primer
se establece el
pulso
periodo de cortisol,
quiescente de ACTHseguido por
y cortisol. otros
Entre pulsos
las 2:00 y 3:00hasta
horas el despertar
aparece (para
el primer pulsorevi-
de
sión: Antonijevic, 2008).
cortisol, seguido por otros pulsos hasta el despertar (para revisión: Antonijevic, 2008).
@PIE DE FOTO
Figura. = Figura. de
4. Estructura la acth. de la ACTH.
4. Estructura
Enseres
En los los humanos
seres humanos hay una
hay una estrecha estrecha
y sólida y sólida
asociación temporalasociación temporal
entre la estructura del
entre
sueño la estructura
y la actividad del sueño
del eje HHA y la 2008).
(Antonijevic, actividad del eje
La primera fase hha (Antonijevic,
del sueño nocturno,
2008). La primera fase del sueño nocturno, dominado por largas épocas
dominado por largas épocas de SOL, es el único momento del día en que la actividad secretora
de sol, es el único momento del día en que la actividad secretora del eje
hha está sujeta a una inhibición pronunciada y persistente, resultando
en mínimas concentraciones de acth y cortisol, concomitante con los
altos niveles de la hormona del crecimiento. En contraste, durante el
sueño tardío en donde predomina el sueño mor, la actividad secretora
del eje hha aumenta su actividad hasta alcanzar un máximo diurno
poco después del despertar. También, los despertares durante el sol
ligero están asociados con ráfagas de actividad simpática; durante el
sol profundo la actividad del sistema nervioso simpático se reduce en
comparación con el estado de vigilia. Las actividades del eje hha y del
sistema simpático se correlacionan positivamente con la cantidad total
de sueño mor. La implicación de las fluctuaciones diarias de acth en
la regulación del sueño ha sido recientemente descrita en un estudio
que muestra un incremento matutino de acth que parece desempe-
ñar un papel crítico en el momento final del sueño nocturno (Steiger,
2007). Por otra parte, las transiciones sueño-vigilia (es decir, el paso
de la vigilia al sueño o del sueño a la vigilia) afecta el funcionamiento
del eje hha. El inicio del sueño está asociado a la disminución o a los
bajos niveles de cortisol. Esto podría estar relacionado ya sea a la gran
cantidad de sol durante las primeras horas de sueño, o de mecanismos
preparatorios que faciliten el inicio del sueño, ya que se ha demostrado
118
Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
que la secreción de cortisol tiene una relación inversa con el sol, con
secreciones de cortisol que preceden a las variaciones de sol por cerca
de 10 minutos. Por el contrario, los despertares durante o al final del
periodo de sueño son constantemente seguidos por un pulso de cortisol.
La reciente demostración de un acoplamiento temporal entre la secre-
ción de cortisol y la actividad beta del eeg (es decir, un índice del estado
de alerta central) durante la vigilia es consistente con esta observación
(Antojinevic, 2008). Por otro lado, la administración exógena de cada
uno de los principales mediadores del eje hha (crh, acth cortisol o
corticosterona) ha demostrado efectos sobre la arquitectura del sueño.
La administración pulsátil de crh produce diversos cambios hormona-
les y del sueño (reducción de sol, reducción del sueño mor durante
la segunda parte de la noche) que se asemejan a los que se encuentran
en la depresión (Steiger, 2007). Con la administración intravenosa de
acth se observó un retraso para el inicio del sueño, reducción del sol
e inducción de sueño fragmentado. Una dosis única, o la infusión con-
tinua o pulsátil de cortisol, aumentan el sol y disminuye el sueño mor.
Por otra parte, la administración de glucocorticoides en animales incre-
menta e induce una clara reducción del sueño mor, mientras que los
efectos sobre el sol son contradictorios y probablemente dependan de la
dosis y de la ruta de administración (Vázquez Palacios, Retana Márquez,
Bonilla Jaime, & Velázquez Moctezuma, 2001; Vázquez Palacios y Veláz-
quez Moctezuma, 2000). Los efectos de diferentes corticoides sobre el
sueño podrían afectar la activación de los diferentes tipos de receptores
de corticosteroides (Vázquez Palacios et al., 2001). La activación de los
receptores de mineralocorticoides aumenta el tiempo de permanencia en
sueño mor, mientras que la unión a los receptores de glucocorticoides
aumenta el tiempo total de vigilia o de sueño mor (Vázquez Palacios et
al., 2001; para revisión: Buckley y Schatzberg, 2005).
En la enfermedad de Addison, la capacidad de la glándula adrenal
para producir corticosteroides se encuentra severamente reducida (Gi-
llin, Jacobs, Snyder & Henkin, 1974). Los pacientes con Addison fueron
comparados dentro de dos condiciones, una con reemplazo continuo de
hidrocortisona, o un corto plazo después del abandono del tratamiento.
Luego del reemplazo declina la latencia y el tiempo de sueño mor e
incrementa la vigilia intermitente en comparación con el abandono (Gi-
llin et al., 1974). Por lo tanto el cortisol puede ser necesario para iniciar
y mantener el sueño mor (García Borreguero, Wehr, Larrosa, Granizo,
Hardwick & Chrousos, 2000). Por contraste, el hipercortisolismo y los
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Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
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Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
en específico. Por otra parte, los estudios en mujeres durante las dife-
rentes fases del ciclo menstrual han demostrado ciertas asociaciones
entre la secreción y concentración de lh y el sueño. En comparación
con el periodo de transición a la pubertad, el sueño también ejerce pro-
fundos efectos sobre la secreción episódica de gonadotropinas en mu-
jeres adultas. Durante la fase folicular temprana del ciclo menstrual, se
induce sueño por la desaceleración de la secreción de lh, la secreción
se produce simultáneamente con un aumento de la amplitud de pulsos
de lh. Un incremento selectivo de la actividad del sistema opiodérgico,
pero no del dopaminérgico o del serotoninérgico es responsable de la
disminución en la pulsatilidad de la lh. Además, diversos estudios han
confirmado que la presencia de sueño es esencial para la expresión de
esta función neuroendocrina. Dado que la capacidad de respuesta de la
gonadotropina pituitaria a la gnrh se presenta prácticamente sin cam-
bios durante el sueño, las razones para el incremento de la amplitud del
pulso de lh siguen sin resolverse. Este incremento en la actividad opio-
dérgica asociado al sueño podría estar restringido a un sitio hipotalámi-
co, ya que el bloqueo de la liberación de opiáceos no modifica la res-
puesta de la gonadotropina ante la estimulación de la gnrh. Además,
la variabilidad circadiana se muestra en términos de la secreción de go-
nadotrofinas en mujeres con ciclos regulares, lo que puede representar
otra vez efectos sobre la liberación de gonadotrofinas asociadas al sue-
ño. A pesar de que la importancia fisiológica de fenómenos neuroendo-
crinos asociados al sueño se mantienen básicamente sin explicación, los
cambios observados en los perfiles de secreción de lh durante el sueño
en las mujeres adultas sugieren una estrecha conexión funcional entre
la secreción endocrina y el ciclo de actividad-reposo del cerebro.
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Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
Oxitocina y sueño
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Vasopresina y sueño
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desempeñan un papel fundamental en la detección de cambios en los fluidos intra y
extracelular. Además reciben información periférica desde los barorreceptores arteriales
localizados en el arco de la aorta y el seno carotídeo, cuyas señales llegan hasta el hipotálamo
desde el núcleo del tracto
Sueño solitario auna
y hormonas: través del íntima
relación haz prosencefálico
y apasionada medial. Estos receptores de
presión son esenciales para la detección de cambios en el volumen sanguíneo, el cual debe
medial. Estos receptores de presión son esenciales para la detección
mantenerse
de cambiosdentro
en el de unos límites
volumen bastanteelestrictos
sanguíneo, cual debeparamantenerse
el correcto funcionamiento
dentro del
de unos(Robinson
corazón límites bastante
y Versalis,estrictos
2008). para el correcto funcionamiento del
corazón (Robinson & Versalis, 2008).
La administración icv de vasopresina incrementa la vigilia en ratas (Arnauld, Bibene,
La administración icv de vasopresina incrementa la vigilia en ratas
Meynard,
(Arnauld,Rodríguez y Vincent, 1989),
Bibene, Meynard, mientras
Rodríguez que su administración
& Vincent, 1989), mientrasintranasal
que crónica y
su administración
subcrónica mejora el intranasal crónicasanos
sueño en ancianos y subcrónica mejora
al incrementar el sueño
el tiempo ende sueño, e
total
ancianos sanos al incrementar el tiempo total de sueño, e incrementa el
incrementa el SOL y el sueño MOR sin afectar otras características neuroendocrinas del sueño
sol y el sueño mor sin afectar otras características neuroendocrinas del
(Perras, Wagner, Born
sueño (Perras, Wagner,y Fehm,
Born2003).
& Fehm, 2003).
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Insulina y sueño
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Melatonina
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Sueño y hormonas: una relación íntima y apasionada
141
Procesos cognoscitivos
V
Cerebelo y cognición
145
Lorena Gaytán Tocavén y María Esther Olvera Cortés
Neurotransmisión cerebelar
Dentro del circuito cerebelar, las fibras trepadoras y las fibras musgo-
sas efectúan su acción excitadora mediante la liberación de glutamato
sobre las células de Purkinje; y las células de Purkinje, las interneuronas
en canasta y las de Golgi liberan gaba sobre sus blancos; mientras que
las células estrelladas realizan su acción inhibidora a través de la libera-
ción de taurina (Frederickson, Neuss, Morzorati & McBride, 1978).
Además de la inhibición producida dentro de los circuitos locales, los
elementos de la corteza cerebelar (en particular las células de Purkinje)
pueden ser inhibidos por medio de la acción de la norepinefrina liberada
desde el locus coeruleus, de manera que la activación de este núcleo pue-
de deprimir la excitabilidad de las células de Purkinje (Siggins, Hoffer &
Bloom, 1971). Las terminales del locus coeruleus no hacen sinapsis sobre
las dendritas de las células de Purkinje, sino que se encuentran como ter-
minaciones libres que ejercen un efecto extendido sobre la corteza cere-
belar (Siggins, Hoffer, et al., 1971; Siggins, Oliver, Hoffer & Bloom, 1971).
La norepinefrina modula los procesos de aprendizaje motor mediada por
el cerebelo, como el condicionamiento de parpadeo y la adaptación de
los reflejos vestíbulo-oculares (Bickford, 1995; Pompeiano, Van Neerven,
Collewijn & Van der Steen, 1991), entre otros.
Existen también proyecciones dopaminérgicas hacia los núcleos
profundos, a las células de Purkinje y a las células granulares. Estas
proyecciones se originan en el área tegmental ventral (Simon, Le Moal
& Calas, 1979). La corteza cerebelar de rata expresa todos los tipos de
146
Cerebelo y cognición
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Lorena Gaytán Tocavén y María Esther Olvera Cortés
148
Cerebelo y cognición
149
Lorena Gaytán Tocavén y María Esther Olvera Cortés
más contactos entre ellas. Por ejemplo, cada fibra paralela contacta con
miles de células de Purkinje, de manera que existe una convergencia
de cerca de 60,000 fibras paralelas con una única célula de Purkinje,
y cerca de 860 células de Purkinje hacen contacto sobre cada neurona
nuclear; si muchas fibras paralelas reciben información similar de la
misma fuente, la convergencia y el procesamiento paralelo puede sin
duda promediar la información, lo cual permite una salida nuclear de
calidad.
El componente principal de los microcomplejos cerebelares son las
células de Purkinje, debido a que ellas producen y propagan dos tipos
de potenciales de acción: espigas simples ante el contacto con las fibras
paralelas, y espigas complejas producidas por el contacto con las fibras
trepadoras. Durante la optimización de un movimiento, la frecuencia
de las espigas complejas aumenta, lo cual provoca la disminución en
la eficacia sináptica entre las células de Purkinje y las fibras paralelas,
disminuyendo la frecuencia de las espigas simples (depresión a largo
plazo, dlp) lo que, se ha propuesto, da lugar a la corrección de errores
(figura 1).
Respecto a la plasticidad en los circuitos cerebelares, se han busca-
do fenómenos celulares que ocurren en las células de Purkinje durante
el aprendizaje asociativo. En diferentes investigaciones sobre el tema
se observó que la coactivación de las sinapsis de la fibra trepadora y las
fibras paralelas sobre una célula de Purkinje produce una reducción de
larga duración de la eficacia sináptica dlp de la sinapsis entre la fibra
paralela y la célula de Purkinje durante el aprendizaje de asociación
de dos estímulos (Dietrichs, Haines, Roste & Roste, 1994), o durante
el ajuste de un peso inesperado (Ito, 1984). Es decir que las células de
Purkinje aprenden nuevas respuestas a sus aferencias sinápticas. Di-
chos cambios plásticos proveen de un dispositivo de memoria al circuito
cerebelar en comunicación con los núcleos cerebelares profundos (es
decir al microcomplejo cortico-nuclear). Se ha propuesto que estos mi-
crocomplejos constituyen unidades funcionales en la organización de
distintas capacidades, como la coordinación motora, la predicción mo-
tora y el pensamiento que se requiere para realizar adecuadamente una
acción, así como en la adaptación a cambios en el ambiente, es decir
durante el aprendizaje (Ito, 1984).
150
Cerebelo y cognición
Fisiología cerebelar
152
Cerebelo y cognición
153
Lorena Gaytán Tocavén y María Esther Olvera Cortés
154
Cerebelo y cognición
Una de las funciones que se han visto alteradas por la disfunción cere-
belar es el timing o percepción temporal. Éste se define como la habili-
dad de producir intervalos consistentes entre movimientos basados en
una representación interna del tiempo. Se ha hipotetizado que la per-
cepción temporal es una función cerebelar que se logra a través de la
experiencia (es decir, del aprendizaje), prediciendo el tiempo ya sea en
un contexto sensorial o motor. Se sugiere que el cerebelo opera como
un sistema interno de predicción de tiempo, haciendo que el sujeto se
forme una representación interna del tiempo durante una tarea. La
hipótesis de la percepción temporal coincide con propuestas en las
que se menciona que el cerebelo es una estructura que predice even-
tos sensoriales (Picard, Amado, Mouchet Mages, Olie & Krebs, 2008).
Además, se ha propuesto que la percepción temporal ocurre como una
función básica subyacente tras el sistema de fibras trepadoras-corteza
cerebelar (Xu et al., 2006).
Estudios sobre la percepción de la duración, usualmente reportan
la activación de un circuito que incluye corteza frontal y parietal, área
motora suplementaria, ganglios basales y cerebelo. Respecto a esto,
Meegan et al. (2000) sometieron a dos grupos de participantes a un en-
trenamiento de discriminación temporal, un grupo con lesión cerebelar
y otro grupo control. Los sujetos tenían que discriminar intervalos de
300 ó 500 milsegundos, y presionar un botón a la orden del intervalo
correcto; se encontró que los sujetos con lesiones cerebelares tuvieron
dificultad para identificar los intervalos. En estas tareas el comando
motor depende de una representación central del tiempo (Ivry, 1996).
En cuanto a lo anterior, conductas que parecen depender de un
procesamiento temporal son frecuentemente alteradas después del
daño cerebelar. Al explorar la deficiencia del procesamiento temporal,
la percepción y reproducción de intervalos se ha correlacionado con
mediciones de la atención, memoria de trabajo, discriminación senso-
rial y velocidad del procesamiento. Las deficiencias en la memoria de
trabajo se reflejan en las tareas de reproducción de intervalos como
un incremento en la variabilidad de la reproducción, mientras que,
en contraste, la rapidez en el procesamiento se ha correlacionado con
la percepción temporal alterada (Harrington, Lee, Boyd, Rapcsak &
Knight, 2004). Entonces, una deficiencia en la percepción temporal de
un movimiento o de un plan puede estar relacionada con la deficiencia
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Lorena Gaytán Tocavén y María Esther Olvera Cortés
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basales en la regulación y control
de la toma de decisiones
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por reforzamiento, sin embargo, una señal global adicional que codifica
la recompensa previa se utiliza para controlar la amplitud y frecuente-
mente la dirección del cambio sináptico, con el propósito de adaptar
la siguiente conducta y optimizar la cantidad de recompensa recibida.
Esta simulación también es sensible a la correlación de la actividad pre
y postsináptica como en la regla de Hebb, pero la dirección de la modi-
ficación sináptica se determina por el signo de la señal de recompensa
recibida, es decir:
Δw = εSpre (2Spost - 1) R
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te haciendo contacto con espinas dendríticas sobre las cuales una si-
napsis glutamatérgica de otra neurona prefrontal está ya presente; así,
las pone en una posición ideal para modular la eficacia de conexiones
corticales excitadoras entre neuronas prefrontales como las requeridas
por dicho modelo.
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La corteza prefrontal y los ganglios basales en la regulación y control
basal (Hollerman & Schultz, 1998; Pan, Schmidt, Wickens & Hyland,
2005).
Los modelos computacionales han sugerido que el efecto primario
de la da en los gb consiste en aumentar el disparo relacionado con la
emisión de la respuesta y suprimir el disparo relacionado con la supre-
sión de tal respuesta (Brown et al., 2004; Frank et al., 2005); de acuerdo
con ello, las células que se activan diferencialmente cuando la respues-
ta se emite o se suprime expresan también diferencialmente recepto-
res D1 y D2 de manera principal, respectivamente (Aubert, Ghorayeb,
Normand & Bloch, 2000). Dado que la actividad de la da es excitadora
sobre los receptores D1 (Hernández López, Bargas, Surmeier, Reyes
& Galarraga, 1997), su efecto sería incrementar la respuesta al disparo
de células que propician la emisión de la respuesta, llamado disparo
go (Frank & Claus, 2006); en concordancia con esto, la da aumenta la
plasticidad sináptica y promueve la potenciación de largo plazo a través
de estos receptores (Centonze, Picconi, Gubellini, Bernardi & Calabre-
si, 2001). En el mismo sentido, el efecto inhibitorio de la dopamina sobre
los receptores D2 (Hernández López et al., 2000) suprimiría la actividad
de neuronas tendentes a suprimir la respuesta, llamada disparo no-go
(Frank y Claus, 2006), al tiempo que puede promover la depresión de
largo plazo (Nishi, Snyder & Greengard, 1997). Por el otro lado, la re-
ducción en el disparo de neuronas dopaminérgicas puede ser adaptativo
también, en el sentido de que puede conducir al aprendizaje no-go, es
decir, al aprendizaje que evita seleccionar respuestas no recompensadas
en el futuro (Frank et al., 2005). Esto se lograría básicamente a través de
la liberación de las células no-go de acción inhibidora con concentracio-
nes bajas de da (ya que perderían la unión al receptor D2), permitién-
doles estar más excitadas que su contraparte (las células go) y conducir el
aprendizaje hebbiano en la dirección opuesta (Frank & Claus, 2006). De
acuerdo con ello, el bloqueo de los receptores D2 está asociado a incre-
mento de la actividad no-go y a un incremento en la potenciación de larga
duración (pld) (Calabresi et al., 1997; Finch, 1999).
De este modo, las neuronas dopaminérgicas han sido involucradas en
los modelos de toma de decisión a partir del aprendizaje reforzado, al co-
dificar señales de predicción de errores durante el condicionamiento clá-
sico e instrumental (Morris, Nevet, Arkadir, Vaadia & Bergman, 2006).
En el aprendizaje reforzado la predicción de errores se usa para
actualizar las expectativas de futuras recompensas asociadas a un grupo
de estímulos o acciones que son utilizadas subsecuentemente para guiar
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(Van der Meer & Redish, 2009). Sin embargo, respecto a la participa-
ción del estriado ventral en la representación subyacente al aprendizaje
instrumental (es decir a la asociación no con estímulos asociados a re-
compensa sino a la asociación con el resultado de la acción), existe poca
evidencia. Meer y Redish (2009) registraron neuronas del estriado ven-
tral durante el entrenamiento de ratas en una tarea de decisión espacial
y encontraron una señal de expectativa de la recompensa no sólo en los
sitios donde se localizaba ésta, sino también en puntos de decisión en el
laberinto; esta señal desapareció con la automatización conductual. Los
autores concluyeron que las representaciones de recompensa en el es-
triado ventral son más dinámicas y pueden constituir la señal necesaria
para la evaluación de posibilidades generadas internamente considera-
das durante la toma flexible de decisiones.
Kim y colaboradores (2009) registraron la actividad de células del
estriado dorsal y ventral durante la realización de una tarea dinámica
de elección izquierda derecha, y analizaron las señales neurales en re-
lación con la elección del animal, el resultado de la acción (recompensa
o no recompensa) y el valor de la acción. Encontraron señales neura-
les relacionadas con el valor de la acción tanto en el estriado dorsal
como en el estriado ventral antes de la realización de ésta, mientras que
señales neurales relacionadas con la actualización de la elección fue-
ron relativamente débiles y comenzaron a emerger sólo en el estriado
dorsal aproximadamente 200 milisegundos antes de la manifestación
conductual de la elección del animal (Kim et al., 2009). En este sen-
tido existe evidencia, obtenida mediante técnicas de neuroimagen en
seres humanos, que muestra la existencia de señales de aprendizaje de
reforzamiento en aquellos sujetos que aprenden una tarea de toma de
decisiones basada en la recompensa (Schonberg et al., 2007).
Otra evidencia de la participación del estriado en la toma de de-
cisiones se ha obtenido a partir de pruebas de recompensa inmediata
o retrasada, tanto en roedores como en humanos. Las personas natu-
ralmente prefieren recompensas grandes respecto a las pequeñas, y
recompensas prontas que recompensas tardías. Pero las preferencias
difieren apreciablemente cuando se trata de elegir entre recompensas
menores pero inmediatas y grandes pero retrasadas. En los seres hu-
manos el fenómeno de devaluación discounting de futuras elecciones
se encuentra implicado en la mayoría de las decisiones y en constructos
psicológicos como la autorregulación, el control de impulsos, la gratifi-
cación retrasada y la elección intertemporal. Individuos que prefieren
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del área tegmental ventral.
De este modo es claro que tanto el estriado dorsal como el ventral participan de manera
relevante en los procesos de toma de decisiones a partir del procesamiento de información
relativa al estado, a la acción,
MiguelyÁngel
al valor de laVázquez
López acción (figura 2). Esther Olvera Cortés
y María
@PIE Figura
DE FOTO = Figura 2. Representación
2. Representación esquemáticaesquemática de la contribución
de la contribución del estriado
del estriado en
en el proceso
de toma
el proceso de de
de toma decisiones.
decisiones.
de costos
Los trabajos asociados
experimentales queausan
diferentes
modelos acciones candidatas
animales para el estudio en comparación
de la toma de
con la recompensa potencial que puede ser obtenida al desplegar estas
decisiones con la consideración costo-beneficio han proporcionado información acerca de la
acciones. En estos estudios de costo-beneficio los animales eligen entre
contribución de cada región cerebral específica en las operaciones cognoscitivas relacionadas
opciones de respuestas que conducen ya sea a recompensas más peque-
con este proceso
ñas que (Floresco,
vienen con St Onge et al., 2008).
un costo En los paradigmas
de respuesta de toma
nominal, o a de
unadecisiones en
recompensa
másel grande
humanos, castigo seodefine
más típicamente
apeteciblecomo quelaviene
pérdidacon un costo
de una alto.monetaria
recompensa El costo es
definido como una manipulación experimental asociada a
obtenida previamente, mientras que en los modelos con roedores se usa un reforzador una opción
de respuesta que de alguna manera impide el acceso a la recompensa
más grande o preferida. Los animales eligen usualmente recompensas
mayores respecto a las más pequeñas; sin embargo, la imposición de
ciertos “costos” produce una devaluación de estas recompensas mayo-
res. Tres de tales costos son particularmente efectivos en la modulación
de la conducta de los animales: el retraso en la administración de la
recompensa, el requerimiento de mayor esfuerzo físico para obtener la
recompensa, y hacer que la administración de la recompensa sea proba-
bilística (incierta/riesgosa) (Floresco, St Onge et al., 2008).
Como fue mencionado previamente, la lesiones excitotóxicas del
centro del nac producen un dramático incremento en la elección de
recompensas pequeñas e inmediatas, usando una tarea de devaluación
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luación pronunciada del valor del brazo rg (Salamone, Cousins & Bu-
cher, 1994), mientras que no tiene efecto sobre la discriminación entre
recompensas de diferentes magnitudes. Estas estrategias también redu-
cen la preferencia de las ratas por la comida en mayor cantidad o más
apetitosa obtenida mediante la presión de una palanca, a favor de una
comida en mayor cantidad obtenida libremente pero menos apetitosa
para el animal (Cousins, Wei & Salamone, 1994). El efecto se produjo a
través de ambos tipos de receptores (D1 y D2), como fue verificado por
los mismos autores (Nowend, Arizzi, Carlson & Salamone, 2001), y no
estuvo mediado por alteraciones en la motivación, ya que la reducción
de la motivación permitiendo el acceso ad libitum a la comida no altera
el patrón de elección, aunque sí incrementa la latencia de la respues-
ta (Cardinal, Robbins & Everitt, 2000; Floresco, Tse et al., 2008). De
manera que la interferencia con la actividad dopaminérgica no parece
producir anhedonia sino más bien anergia en este tipo de pruebas.
En las pruebas de toma de decisiones, cuando el animal realiza la
respuesta con mayor esfuerzo físico tarda un mayor tiempo en conseguir
la recompensa, por lo que estas pruebas tienen inherente un retraso en
la obtención de la recompensa. Ya que como se mencionó previamente,
la administración sistémica de antagonistas a dopamina reduce la prefe-
rencia por recompensas mayores pero retrasadas (Cardinal et al., 2000;
van Gaalen et al., 2006); el efecto observado en las pruebas en que se
requiere mayor esfuerzo físico puede deberse a este retraso inherente
a la consecución de la recompensa. Cabe la posibilidad de que el efec-
to sobre las recompensas con mayores costos se deba a efectos sobre
evaluaciones costo-beneficio acerca de la cantidad de esfuerzo que se
requiere para obtener una mejor recompensa, o bien a una tolerancia
al retraso de la recompensa, reducida (Floresco, St Onge et al., 2008).
Para responder a esta interrogante Floresco y colaboradores (2008) de-
sarrollaron un procedimiento de evaluación con el cual disociaron am-
bos componentes. En una cámara de condicionamiento las ratas debían
responder presionando una palanca de recompensa pequeña (rp) que
administraba dos pellets de alimento, y una de recompensa grande (rg)
que administraba cuatro pellets; pero para esta última se requería la
presión de la palanca por dos, cinco, 10 y 20 veces de manera incremen-
tada en cuatro bloques de ensayos discretos. Con este procedimiento,
tanto el bloqueo sistémico de receptores dopaminérgicos con flupen-
tixol, como la administración de anfetamina en dosis altas, incrementa-
ron la devaluación por el esfuerzo, ya que las ratas redujeron la prefe-
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VII
Funcionalidad de la corteza prefrontal
dorsolateral durante las funciones
ejecutivas: indagaciones desde el
conexionismo
211
Francisco Abelardo Robles Aguirre et al.
Figura 1. Las tres zonas en que se puede dividir a la corteza prefrontal humana:
orbitofrontal (arriba a la izquierda), dorsolateral (en medio), y medial (a la derecha).
@PIE DE
LosFOTO
números= corresponden
Figura 1. Las a latres zonas en
clasificación que se
regional de puede
acuerdodividir a la corteza
con Brodmann.
prefrontal humana: orbitofrontal (arriba a la izquierda), dorsolateral (en medio), y medial
Estudios recientes han considerado la región frontal polar de la cpf (área
(a la derecha). Los números corresponden a la clasificación regional de acuerdo con
10 de Brodmann) como un área funcionalmente distinta de las menciona-
Brodmann. das anteriormente, concluyendo, sin embargo, que es una de las regiones
del cerebro humano menos entendidas. No obstante, algunos resultados
indican que esta región tiene un papel específico en la integración de
Estudios resultados
recientes han considerado
de dos la región cognitivas
o más operaciones frontal polar de la en
separadas CPF (área 10 de
la búsqueda
Brodmann) de como
una meta conductual
un área más alta distinta
funcionalmente (Ramnanide &lasOwen, 2004). anteriormente,
mencionadas
En lo concerniente a las relaciones que guarda con el resto del en-
concluyendo, sin embargo, que es una de las regiones del cerebro humano menos
céfalo, se ha argüido que la cpf es la mejor conectada de todas las es-
tructuras
entendidas. corticales
No obstante, (Goldberg,
algunos 2002).
resultados De este
indican que modo, la actividad
esta región tiene uncor-
papel
tical de la cpf parece regulada por varios circuitos frontosubcorticales
específico en la integración de resultados de dos o más operaciones cognitivas separadas
paralelos, aunque suficientemente delimitados (Alexander, De Long &
en la búsqueda de una meta conductual más alta (Ramnani y Owen, 2004).
En lo concerniente a las relaciones que guarda 212
con el resto del encéfalo, se ha argüido que
la CPF es la mejor conectada de todas las estructuras corticales (Goldberg, 2002). De este
modo, la actividad cortical de la CPF parece regulada por varios circuitos
Funcionalidad de la corteza prefrontal dorsolateral durante las funciones ejecutivas
214
Funcionalidad de la corteza prefrontal dorsolateral durante las funciones ejecutivas
215
Francisco Abelardo Robles Aguirre et al.
216
Funcionalidad de la corteza prefrontal dorsolateral durante las funciones ejecutivas
Holmes (1938) afirmó que una tarea crucial de los lóbulos frontales
era la supresión del comportamiento ocular reflexivo, y recientemente
el daño a la corteza inferior de la cpfd se ha asociado a deterioro en
la realización de tareas correspondientes al paradigma anti-saccade (el
cual se refiere a los movimientos oculares necesarios y automáticos ante
ciertos estímulos visuales y cognitivos, y que requieren la inhibición de
vistazos reflexivos a estímulos periféricos) (Walker, Husain, Hodgson,
Harrison & Kennard, 1998). Este tipo de tareas requieren la actividad
coordinada tanto anatómica como funcional de la cpf dorsolateral y
de la corteza parietal posterior, por lo que se ha comprobado que estas
dos áreas cerebrales se interconectan y funcionan de manera coordina-
da en el funcionamiento de muchas tareas visoespaciales y visomotoras
(Quintana & Fuster, 1999).
Respecto a la facultad lingüística, los daños a la porción posterior
izquierda de la cpfd pueden dar lugar a una variedad de defectos del
discurso hablado (Anderson & Tranel, 2002). A este respecto, se ha
demostrado que la cpfd izquierda y las áreas premotoras se activan du-
rante la recuperación léxica, con las demandas de la búsqueda mental
y diversas categorías léxicas que contribuyen a la activación de varias
subregiones prefrontales (Grabowski, Damasio & Damasio, 1998). Los
daños a esta área parecen no sólo afectar la expresión del lenguaje, sino
también la comprensión y la lectura auditiva (Alexander, Benson &
Stuss, 1989). Por otra parte, los daños a la cpfd derecha pueden dar lu-
gar a restricciones del discurso prosódico (Anderson & Tranel, 2002).
Otro de los efectos que se presentan ante daños en la cpfd es la
disminución en la inhibición de la repetición de respuestas ineficaces,
lo cual afecta el funcionamiento en una variedad de tareas. Es posible
que las variaciones en el control inhibitorio pueden ser la base de dife-
rencias cognoscitivas importantes entre los seres humanos y las otras es-
pecies, así como de las diferencias que se presentan durante el curso del
desarrollo del ser humano (Hauser, 1999). Por ejemplo, Chao y Knight
(1995) encontraron que los pacientes con lesiones generadas en la cpfd
presentaron potenciales relacionados con eventos en la corteza auditiva
primaria en respuesta a ruidos distractores, mismos que se hallaban sig-
nificativamente disminuidos en sujetos normales. Se ha propuesto que
la dependencia a señales ambientales presentadas inmediatamente en
algunos pacientes con daño en la cpfd, debe resultar de la liberación de
la actividad de los lóbulos parietales resultante de la pérdida de inhibi-
ción de los lóbulos frontales (Lhermitte, 1986). Más aún, Días, Robbins
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Funcionalidad de la corteza prefrontal dorsolateral durante las funciones ejecutivas
223
la señal desde la SN, que tiene un efecto diferenciado al permitir una sobreactivación de la
señal inhibitoria desde caudado y, por otro, una señal activadora hacia la CPFd.
@PIE = Figura 3. Modelo de control a partir de las conexiones entre las estructuras
cerebrales del circuito prefrontal dorsolateral. La facilitación del movimiento viene dada
Figura
por la vía3.estriado-pálido
Modelo de control a partir
directa que sede origina
las conexiones
en la SN,entre
pasalas
porestructuras
caudado y cerebrales
llega al
del circuito prefrontal dorsolateral. La facilitación del movimiento viene dada por la vía
núcleo interno lateral del GP. La inhibición motora propia de la vía estriado-palido
estriado-pálido directa que se origina en la sn, pasa por caudado y llega al núcleo
interno lateral del gp. La inhibición motora propia de la vía estriado-palido indirecta
aparece en las conexiones desde el caudado hacia el núcleo externo lateral del gp.
sn: substatia nigra; nst: núcleo subtalámico; atv: área tegmental ventral; gp: goblus
pallidus; cpfd: corteza prefrontal corsolateral; exc: conexiones glutamatérgicas; inh:
conexiones gabaérgicas; modul: conexiones modulatorias dopaminérgicas.
224
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Funcionalidad de la corteza prefrontal dorsolateral durante las funciones ejecutivas
@PIE =4.Figura
Figura 4. Arquitectura
Arquitectura del modelo
del modelo propuesto. propuesto. SN: substatia
sn: substatia nigra;nigra; NST: núcleo
nst: núcleo sub-
talámico; : área
atvATV
subtalámico; tegmental
: área ventral;
tegmental : goblus
ventral;gpGP : gobluspallidus; CPFd:
pallidus; cpf d: corteza prefrontal
corteza prefrontal
corsolateral; exc: conexiones glutamatérgicas; inh: conexiones gabaérgicas; mo-
corsolateral; EXC: conexiones glutamatérgicas; INH: conexiones gabaérgicas; MODUL:
dul: conexiones modulatorias dopaminérgicas.
conexiones modulatorias dopaminérgicas.
número de respuestas repetidas tanto correctas como incorrectas, es decir, del tipo de
Figura 5. Interfase gráfica del programa durante la simulación del modelo. Se ob-
serva
@PIE la
= configuración
errores perseverativos.
Figura inicialgráfica
5. Interfase del juego para todas
del programa las simulaciones,
durante la simulacióny del
en modelo.
la ventana
Se
inferior derecha las instrucciones para el guardado de los datos de la ejecución.
observa la configuración inicial del juego para todas las simulaciones, y en la ventana
inferior derecha las instrucciones para el en
Ejecución guardado deHanoi
Torres de los datos de la ejecución.
100
Las simulaciones consistieron en una sola sesión, utilizando como tiempo límite 100
90
iteraciones80o momentos (time steps). La simulación permitía que en cada una de esas
iteraciones70la red neural pudiera ejecutar una jugada correcta o incorrecta a partir de la
Movimientos
Consideraciones finales
231
Francisco Abelardo Robles Aguirre et al.
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Francisco Abelardo Robles Aguirre et al.
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VIII
Envejecimiento, memoria
y alteraciones metabólicas
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Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
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Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
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Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
243
Elizabeth Aveleyra Ojeda
Algunas de las pruebas que se han empleado para evaluar, entre otros
aspectos, el control atencional o la flexibilidad de una persona al reali-
zar una tarea, son las pruebas de fluidez verbal y no verbal.
La fluidez verbal se mide por la cantidad de palabras producidas
dentro de un tiempo límite. Cuando se pide la generación de palabras
de acuerdo con una letra inicial, hablamos de pruebas de fluidez verbal
fonológica, mientras que cuando se pide la generación de palabras den-
tro de una categoría (por ejemplo animales), hablamos de pruebas de
fluidez verbal semántica. Se considera que las agrupaciones dependen
del almacén individual de palabras disponibles en la memoria y de los
cambios de procesos de búsqueda efectivos (Troyer, 2000).
244
Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
Una variante de las pruebas de fluidez verbal son las pruebas de flui-
dez no verbal, las cuales consisten en la generación de figuras o diseños
no fácilmente verbalizables (Lezak, 1995; Troyer, 2000). Existen estudios
realizados en adultos mayores que encuentran efectos significativos de la
edad; los adultos jóvenes (20 a 35 años) tienen una producción más alta
de diseños (Mittenberg, Seidenberg, O’Leary & DiGiulio, 1989).
Parece haber un consenso relativo en el deterioro en pruebas de
fluidez verbal semántica, relacionado con la edad (Kozora & Cullum,
1995; Troyer, 2000). Se ha encontrado, además, que los adultos mayores
generan menos palabras que los adultos jóvenes y menos cambios de
una categoría a otra (Troyer, 2000).
Persson y colaboradores (2004) utilizaron una tarea de generación
de verbos en un grupo de adultos jóvenes y otro de adultos mayores,
en la cual presentaron un sustantivo y la tarea fue mencionar todos los
verbos que podrían estar asociados con él. Ambos grupos tuvieron una
ejecución similar; sin embargo, los adultos mayores tuvieron menor ac-
tivación en el giro frontal inferior izquierdo, en el giro temporal infe-
rior izquierdo y en el cíngulo anterior, y una mayor activación del giro
frontal inferior derecho. Estos resultados indican que varias regiones
cerebrales muestran una activación diferencial entre adultos jóvenes y
adultos mayores cuando los requisitos de selección para generar infor-
mación semántica son altos.
La ejecución en pruebas de fluidez fonológica, al igual que otras
pruebas de habilidad verbal, pueden mantenerse hasta el envejecimien-
to. En comparación con los jóvenes, los adultos mayores parecen inclu-
so producir agrupaciones más largas en la fluidez fonológica, lo cual
refleja posiblemente un mayor vocabulario (Troyer, 2000).
La escolaridad cumple un papel importante en la ejecución de
pruebas de fluidez fonológica. Se ha encontrado que ésta se deteriora
en la quinta década de la vida en individuos con un nivel educativo bajo,
mientras que para individuos con 13 años o más de escolaridad per-
manece relativamente estable hasta los 75 años, con un leve deterioro
aparentemente no significativo (Spreen & Strauss, 1998).
Control inhibitorio
245
Elizabeth Aveleyra Ojeda
las mismas regiones cerebrales, pero los adultos mayores exhiben una
mayor activación en múltiples áreas frontales, incluyendo el giro frontal
inferior izquierdo (Marshuetz & Smith, 2006; Langenecker, Nielson &
Rao, 2004). Estos resultados en los adultos mayores podrían indicar un
proceso de compensación mediante el reclutamiento de regiones que
durante la juventud no participaban en la función analizada.
Por su parte, Milham y colaboradores (2002) compararon a un gru-
po de adultos jóvenes y mayores durante la ejecución de la prueba de
Stroop; encontraron que los adultos mayores tuvieron menor activación
de estructuras que se considera apoyan al control atencional (corteza
prefrontal dorsolateral y corteza parietal), y una mayor activación de
regiones ventrales de procesamiento visual (corteza temporal), de la
corteza prefrontal anterior e inferior y de la corteza anterior del cín-
gulo. Ello refuerza la hipótesis de que este tipo de diferencias en la
actividad cerebral podrían reflejarse en el deterioro del funcionamiento
del control atencional, la disminución de la habilidad para inhibir infor-
mación irrelevante y para diferenciar entre condiciones de interferencia
y de no interferencia observados en el envejecimiento.
Memoria
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Elizabeth Aveleyra Ojeda
248
Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
249
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Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
Alteraciones metabólicas
251
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252
Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
253
Elizabeth Aveleyra Ojeda
Cuadro 1
Alteraciones metabólicas que integran el síndrome metabólico y sus
criterios de referencia clínica de acuerdo con Cholesterol Education
Program (ncep) expert panel on detection, evaluation, and treatment
of high blood cholesterol in adults (2002)
254
Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
Chen, Wilson & Manson, 2001; Kanaya et al., 2004; Qui et al., 2005;
Taylor & MacQueen, 2007; Yaffe, 2007).
256
Envejecimiento, memoria y alteraciones metabólicas
Conclusiones
257
Elizabeth Aveleyra Ojeda
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261
Elizabeth Aveleyra Ojeda
262
IX
Participación de la corteza prefrontal
en la memoria de largo plazo
Gran parte de los seres vivos poseen la habilidad de modificar las res-
puestas conductuales durante las diferentes circunstancias que se pre-
sentan en su vida, lo cual ha permitido su adaptación y supervivencia en
el medio ambiente que los rodea. Esta habilidad está ligada al procesa-
miento de información llevado a cabo por el sistema nervioso central,
el cual implica, de manera básica, recibir la información, codificarla,
procesarla, integrarla, retenerla y generar una respuesta. En este pro-
cesamiento emergen los procesos cognoscitivos de orden superior como
lo son el aprendizaje y la memoria.
El proceso de aprendizaje ha sido definido como una serie de mo-
dificaciones de las respuestas que se producen a partir de la experiencia
(Thompson, 1991; Aguado-Aguilar, 2001). Se ha considerado que las
características de la modificación de la conducta no pueden explicarse
con fundamento en las tendencias innatas de respuesta, en la madura-
ción o en los estados transitorios del organismo como la fatiga, las dro-
gas y la enfermedad (Hilgard & Bower, 1983; Prado-Alcalá, 1991).
263
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
264
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
265
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
266
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
Figura
@PIE 1. El diseño
= Figura experimental
1. El diseño usado
experimental usado para
para elelestudio
estudiode de la doble
la doble disociación.
disociación.
ria queinformación
almacena almacena información
vista vista
previamente a la tareapreviamente a la tarea
por aprender y memorizar) por aprender
(Squire y Zola,
y memorizar) (Squire & Zola, 1997). Por su parte, Rosenblum, Berman,
1997). Por su parte, Rosenblum, Berman, Hazvi, Lamprecht y Dudai (1997) propusieron que
laHazvi, Lamprecht
corteza insular y Dudai
es importante para la(1997)
memoria propusieron
de sabores. que la corteza insular es
importante para la memoria de sabores.
En fechas más recientes se ha reforzado el planteamiento de la participación cortical en la
En fechas
formación más recientes
de la memoria. se ha reforzado
Touzani, Puthanveettil el planteamiento
y Kandel de lacon
(2007) han contribuido parti-
cipación cortical en la formación de la memoria. Touzani, Puthanveettil
evidencia experimental que apoya dicho planteamiento. Estos autores han reportado que la
integridad de la corteza prefrontal es indispensable para ejecutar con eficiencia una tarea de
267
laberinto radial que demanda almacenar constantemente nueva información. Si se impide la
síntesis de proteínas de novo utilizando la anisomicina en la corteza prefrontal, entonces esta
tarea no puede ejecutarse en forma adecuada, lo cual apunta a la corteza prefrontal como una
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
268
la corteza cerebral es un componente central en todos los tipos de memoria y ejecuta distintas
funciones dentro del procesamiento de ésta, a través de las interacciones con sus propias áreas
funcionalmente específicas. Estas vías forman parte de la entrada principal de información de
orden superior para cada sistema y al mismo tiempo el mayor sitio de convergencia de los
Participación
sistemas de memoria de la corteza
(Eichenbaum, 2002). prefrontal en la memoria de largo plazo
@PIE
Figura=2.Figura 2. Circuitos
Circuitos neuronales
neuronales con proyecciones
con proyecciones bilaterales
bilaterales entreentre la corteza
la corteza prefron-
tal y otrasy otras
prefrontal estructuras cerebrales.
estructuras cerebrales.Se hapropuesto
Se ha propuestoqueque la activación
la activación de losde los sistemas
sistemas de
de memoria
memoria permite
permite el almacenamiento
el almacenamiento de lascondicionadas
de las respuestas respuestas aprendidas
condicionadas
duranteaprendi-
la
das durante la experiencia de aprendizaje.
experiencia de aprendizaje.
269
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
270 8
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
271
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
272
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
273
dopaminérgicos tipo Medina Fragoso, Durán
D1, un antagonista para Hernández y Rodríguez Ríos
receptores glutamatérgicos tipo NMDA o un
agonista GABAérgico para receptores tipo GABAA, inmediatamente, a los 90 ó 180 minutos
namiento encontraron efectos amnésicos en las ratas cuando realizaron
después del entrenamiento encontraron efectos amnésicos en las ratas cuando realizaron la
la prueba de retención 24 horas después. Estos hallazgos los llevaron
prueba de retención 24 horas después. Estos hallazgos los llevaron a proponer que durante el
a proponer que durante el procesamiento cognoscitivo los sistemas de
neurotransmisión
procesamiento interactúan
cognoscitivo los sistemasentre sí, favoreciendo
de neurotransmisión la integración
interactúan entre sí, de
los mecanismos
favoreciendo que llevan
la integración a generarque
de los mecanismos la actividad neural
llevan a generar correspondien-
la actividad neural
te a las demandas
correspondiente de ladetarea.
a las demandas la tarea.
Es interesante
Es interesante recalcar querecalcar que de
la activación la los
activación
sistemas dede los sistemascitados
neurotransmisión de neu-
rotransmisión citados anteriormente desempeña, dentro
anteriormente desempeña, dentro de la corteza prefrontal, un papel importante en de la corteza
el
mecanismo de consolidación de la memoria (figura 4). Una amplia variedad de estudios hande la
prefrontal, un papel importante en el mecanismo de consolidación
memoria (figura 4). Una amplia variedad de estudios han demostrado
demostrado la consistente participación de estos sistemas en otras estructuras cerebrales
la consistente participación de estos sistemas en otras estructuras cere-
involucradas en la memoria, como por ejemplo el hipocampo, la amígdala, el núcleo caudado
brales involucradas en la memoria, como por ejemplo el hipocampo, la
(estriado), de tal manera que si se interfiere con el funcionamiento de alguno de ellos en
amígdala, el núcleo caudado (estriado), de tal manera que si se interfie-
alguna de las estructuras, la memoria se deteriora en todos los casos (Kandel et al., 2000).
re con el funcionamiento de alguno de ellos en alguna de las estructu-
ras, la memoria se deteriora en todos los casos (Kandel et al., 2000).
274
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
275
ritmo theta hipocámpico en dos funciones conductuales principales; a saber, en los
movimientos voluntarios y en los procesos cognoscitivos. Los movimientos incluyen el
movimiento libre, la rueda de ejercicio, el husmeo, los movimientos de los bigotes en
Medina
roedores, etc. También Fragoso,
se ha Durán
asociado Hernández
la presencia y Rodríguez
de ritmo theta en Ríos
otras respuestas
conductuales, como la interfase sensorio-motora, la inmovilidad en roedores debido al
rio-motora, la inmovilidad en roedores debido al condicionamiento al
condicionamiento al miedo o la atención a los predadores.
miedo o la atención a los predadores.
@PIE = Figura 5. El sistema endocrino interactúa con los mecanismos intrínsecos de los
Figura 5. El sistema endocrino interactúa con los mecanismos intrínsecos de los
sistemas de
sistemas deneurotransmisión durantedurante
neurotransmisión la formación de la memoria
la formación dedelalargo plazo. de largo plazo.
memoria
Existe también
Existe también innumerable
innumerable evidencia
evidencia científica científicael que
que correlaciona ritmo correlaciona
theta con el el
ritmo theta con el aprendizaje y la memoria. Se ha documentado que
aprendizaje y la memoria. Se ha documentado que las lesiones en el septum medial, además
las lesiones
de afectar en el
la memoria septum
en diversas medial,
tareas además
en las cuales de afectar
hay el componente espacialla memoria en
o episódico,
diversas
se disminuyetareas en las
la potencia cualesdel
y la cantidad hay el theta
ritmo componente espacial
(para una revisión o episódico,
véase Hasselmo,
se2005).
disminuye la hipocámpico
El ritmo theta potencia también
y la cantidad del ritmo
se ha correlacionado theta de
con procesos (para una
atención y revi-
sión véaseenHasselmo,
aprendizaje, 2005).la El
los cuales se aumenta ritmo
potencia theta
de dicho hipocámpico
ritmo también se ha
y, cuando se ha sincronizado
correlacionado con procesos de atención y aprendizaje, en los cuales se
aumenta la potencia de dicho ritmo y, cuando se ha sincronizado14el estí-
mulo condicionado con la actividad theta, la tasa de condicionamiento
al estímulo se aumenta. Se ha sugerido entonces que el desempeño de
respuestas conductuales guiadas por la memoria precisan de la inte-
racción entre la selección de los procesos motores y la recuperación
de la memoria, que requieren de ritmo theta para la sincronización e
integración de estos dos procesos aparentemente independientes. La
función de las oscilaciones hipocámpicas theta se ha asociado con a)
la codificación del aprendizaje y la recuperación de la memoria; b) la
recuperación de secuencias dependientes del contexto; c) el filtrado de
276
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
277
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
Figura
@PIE =6.Figura
Promedio (+/- ee)
6. Promedio (+/-de
ee)ladecorrelación dedelalaactividad
la correlación electroencefalográfica
actividad electroencefalográfica
(3-20 Hz) del circuito hipocámpico-cortical del hemisferio derecho (Der) e izquierdo
(3-20 Hz) del circuito hipocámpico-cortical del hemisferio derecho (Der) e izquierdo (Izq) en
(Izq) en ratas adultas sometidas al aprendizaje espacial en el laberinto acuático de
Morris. Se obtuvo
ratas adultas un al
sometidas registro basal,
aprendizaje después
espacial en else realizóacuático
laberinto el entrenamiento
de Morris. Seen dos días
obtuvo
consecutivos
un registro basal, después se realizó el entrenamiento en dos días consecutivos (sesión de de
(sesión de aprendizaje y de consolidación) y se realizó la prueba
retención ocho días después (registro de la evocación de la memoria). Obsérvese el
aprendizaje y de consolidación) y se realizó la prueba de retención ocho días después (registro
aumento del índice de correlación en el entrenamiento y la retención.
de la evocación de la memoria). Obsérvese el aumento del índice de correlación en el
entrenamiento y la retención.
278
Además, se sugiere que la memoria emerge a través de una amplia red de conexiones formada
a partir de la experiencia. Las poblaciones celulares que participan representan la percepción
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
279
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
Figura @PIE
7. Circuitos
= Figura cortico-corticales que que
7. Circuitos cortico-corticales se se
forman
forman a partirdede
a partir unauna experiencia
experiencia de de
aprendizaje. Los óvalos
aprendizaje. muestran
Los óvalos muestran loslos grupos
grupos dedeneuronas
neuronas de diferente
de diferente tamaño,tamaño,
que que
interactúan parapara
interactúan dardar
unaunarespuesta correcta.
respuesta correcta.
FusterFuster
proponeproponeque ante
que ante las demandas
las demandas devanlaensamblando
de la tarea, se tarea, sediferentes
van ensamblando
regiones
diferentes regiones
corticales corticales
que son activadas durante laque son de
percepción activadas
los estímulos,durante la percepción
la discriminación entre
ellos, el aprendizaje, la memoria y la respuesta emitida; así, sucesivamente se va formando
una red de memoria amplia que ensambla las áreas corticales asociadas con la experiencia
(figura 7). 280
19
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
Corolario
281
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
Agradecimientos
Referencias bibliográficas
282
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
283
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
284
Participación de la corteza prefrontal en la memoria de largo plazo
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287
Medina Fragoso, Durán Hernández y Rodríguez Ríos
288
Funcionalidad cerebral
y comportamiento
X
Alcohol y corteza prefrontal
291
Araceli Sanz Martin et al.
292
Alcohol y corteza prefrontal
@PIE = Figura 1. Metabolismo del alcohol. H2O2 Peróxido; H2O Agua; NADPH nicotinamina
Figura 1. Metabolismo del alcohol. H2O2 Peróxido; H2O Agua; nadph nicotinamina
+
adenina dinucleótido
adenina (sin fosforilar);
dinucleótido P4502E1
(sin fosforilar); citocromocitocromo
P4502E1 P450; NADP
P450;nicotinamina adenina
nadp+ nicotinamina
adenina (fosforilada);
dinucleótido dinucleótido (fosforilada); nad nicotinamina
NAD+ nicotinamina
+
adenina adenina dinucleótido;
dinucleótido; ADH adh alco-
alcohol
hol deshidrogenasa; aldh aldehído deshidrogenasa.
deshidrogenasa; ALDH aldehído deshidrogenasa.
Sistemas de neurotransmisión
294
Alcohol y corteza prefrontal
295
Araceli Sanz Martin et al.
296
Alcohol y corteza prefrontal
297
Araceli Sanz Martin et al.
298
Alcohol y corteza prefrontal
Figura 2. Medias (2 es) del número de metas alcanzadas y errores obtenidos por las
mujeres (n = 29) que ingirieron alcohol y agua en la prueba de Torres de Londres.
Las =
@PIE diferencias entre(2ambos
Figura 2. Medias ES) del grupos son
número de significativas
metas alcanzadas y(p < 0.05).
errores obtenidos por las
mujeres (n = 29) que ingirieron alcohol y agua en la prueba de Torres de Londres. Las
diferencias entre ambos grupos son significativas (p < 0.05).
3. Las participantes reproducían las secuencias oprimiendo los cubos en un monitor sensible al
tacto.
299
2
Araceli Sanz Martin et al.
Figura 3. Medias (2 es) del número aciertos obtenidos por las mujeres (n = 29) que
ingirieron alcohol
@PIE y 3.agua
= Figura Mediasen la) del
(2 ES prueba de cubos
número aciertos de por
obtenidos memoria.
las mujeres Las diferencias
(n = 29) que entre
ambos grupos
ingirieron son significativas
alcohol (p <
y agua en la prueba de 0.05).
cubos de memoria. Las diferencias entre ambos
grupos son significativas (p < 0.05).
tep y lay rm
La subcorticales f son
corticales dos
que se técnicas
activan y desactivanque
desde permiten
la entrada hastaobservar
la salida de la con preci-
Los estudios con tep han mostrado que el alcohol induce una marcada
disminución generalizada en el metabolismo cerebral (Volkow et al.,
1988), siendo más drástica en la corteza occipital (Zhu, Volkow, Ma,
300
Alcohol y corteza prefrontal
4. La tarea símbolo-dígito es una de las subpruebas que integran las pruebas de inteligencia de
Weschler para niños y adultos (wais y wisc).
301
Araceli Sanz Martin et al.
302
Alcohol y corteza prefrontal
Electroencefalograma
303
Araceli Sanz Martin et al.
304
Hz), beta1 (14-19.5 Hz) y beta2 (20-30.5 Hz) en cada derivación. Los valores de correlación
Hz), beta1 (14-19.5 Hz) y beta2 (20-30.5 Hz) en cada derivación. Los valores de correlación
fueron transformados a logaritmos.
fueron transformados a logaritmos.
Alcohol y corteza prefrontal
@PIE = Figura 4. Potencia absoluta (media (en logaritmos) ± ES) de las bandas de
frecuencia donde hubo diferencias significativas entre las condiciones de alcohol y agua a lo
largo del tiempo. *p < 0.05 respecto al consumo de alcohol.
@PIE 4. = Potencia
Figura 4.absoluta
Potencia (media
absoluta(en (media (en logaritmos) ES) de las
± bandas bandas de
Figura logaritmos) ± es) de las de frecuen-
cia
frecuencia donde hubo diferencias significativas entre las condiciones de alcohol y agua
donde hubo diferencias significativas entre las condiciones de alcohol y agua aalo
lo Encontramos
largo del tiempo.
que tras *p < 0.05 de
el consumo respecto al consumo
alcohol hubo de de
un incremento alcohol.
la potencia absoluta de
largo del tiempo. *p < 0.05 respecto al consumo de alcohol.
alfa1 (F3, P3 y P4), alfa2 (P3 y P4), beta1 (F3) y beta2 (P3 y P4), así como un decremento en
la PA de theta (F4). La figura 4 ilustra los cambios a lo largo del tiempo que se presentaron en
los En
Encontramoscuantoque
participantes a labebieron
tras
cuando elpotencia
consumo
agua de relativa,
alcohol
y vino el un
en las hubo alcohol
P3 y P4indujo
incremento
derivaciones la un
debandas
en las incremento
potencia
alfa1 y absoluta de
de
alfa1alfa1
alfa2 (sólo (F3,
(F3, P3 F4,alfa2
P4).y P4), P3,(P3 P4), alfa2
y P4), beta1(P3,
(F3)P4) y beta1
y beta2 (F3)
(P3 y P4), y un un
así como decremento
decremento en
deEndelta
cuanto (P3
a la y P4)
potencia y theta
relativa, el (F3,
alcohol F4,
indujo P4
un y P4).
incremento Las
de figuras
alfa1 (F3, F4, 5
P3,yP4),
6 ilustran
la PA de theta (F4). La figura 4 ilustra los cambios a lo largo del tiempo que se presentaron en
cómo algunos de estos cambios aparecen inmediatamente después
alfa2 (P3, P4) y beta1 (F3) y un decremento de delta (P3 y P4) y theta (F3, F4, P4 y P4). Las de
los participantes cuando bebieron agua y vino en las derivaciones P3 y P4 en las bandas alfa1 y
la figuras
ingesta de alcohol
5 y 6 ilustran y sedemantienen
cómo algunos a lo largo
estos cambios aparecen de losdespués
inmediatamente 40 minutos
de la del
registro
alfa2 (sóloeeg P4)..
ingesta de alcohol y se mantienen a lo largo de los 40 minutos del registro EEG.
En cuanto a la potencia relativa, el alcohol indujo un incremento de alfa1 (F3, F4, P3, P4),
alfa2 (P3, P4) y beta1 (F3) y un decremento de delta (P3 y P4) y theta (F3, F4, P4 y P4). Las
figuras 5 y 6 ilustran cómo algunos de estos cambios aparecen inmediatamente después de la
ingesta de alcohol y se mantienen a lo largo de los 40 minutos del registro EEG.
Figura 5. Potencia relativa (media —en %— ± es) de las bandas de frecuencia don-
de hubo diferencias significativas entre las condiciones de alcohol y agua a lo largo
del tiempo. *p < 0.05 respecto al consumo de alcohol.
305
@PIE = Figura 5. Potencia relativa (media —en %— ± ES) de las bandas de frecuencia
donde hubo diferencias significativas entre las condiciones de alcohol y agua a lo largo del
tiempo. *p < 0.05 respecto al consumo deSanz
Araceli alcohol.
Martin et al.
Figura 6. Potencia relativa (media —en %— ± es) de las bandas de frecuencia don-
de hubo
@PIE = diferencias significativas
Figura 6. Potencia relativa entre las—en
(media condiciones
%— ± ESde alcohol
) de y agua
las bandas deafrecuencia
lo largo
del tiempo.
donde *p < 0.05. significativas entre las condiciones de alcohol y agua a lo largo del
hubo diferencias
tiempo. *p < 0.05.
Nuestros resultados muestran que una dosis baja de alcohol puede incre-
mentar la potencia de alfa1 casi de forma inmediata, lo que podría aso-
Nuestros
ciarse alresultados muestran de
típico estado querelajación
una dosis bajaatribuido
de alcohol puede incrementar
al alcohol. Sin laembargo,
potencia de
con casi
alfa1 la dosis
de formaadministrada sepodría
inmediata, lo que genera también
asociarse unestado
al típico estado de activación
de relajación atribuido
cortical
al alcohol. caracterizado
Sin embargo, con lapor el administrada
dosis incremento de la potencia
se genera de alfa2,
también un estado beta1
de activación
ycortical
beta2caracterizado
aunado a por unael disminución de la potencia de theta y delta. Estos
incremento de la potencia de alfa2, beta1 y beta2 aunado a una
cambios son más evidentes en las áreas parietales.
disminución de la potencia de theta y delta. Estos cambios son más evidentes en las áreas
parietales.
Sincronización o acoplamiento funcional
entre distintas regiones cerebrales
@INCISO = Sincronización o acoplamiento funcional entre distintas regiones cerebrales
Existe evidencia de que el alcohol puede modificar la sincronización
o el acoplamiento funcional entre distintas regiones cerebrales. Una
manera de estimar tal sincronización es a través del análisis de la cohe-
rencia o de la correlación entre las señales eeg provenientes de dis-
tintas regiones corticales. Aunque no se ha investigado el efecto del
consumo agudo de alcohol sobre el acoplamiento funcional, se sabe
que los alcohólicos tienen un incremento de la coherencia. Por ejemplo,
Kaplan, Glueck, Hesselbrock y Reed (1985) observaron en alcohólicos
un incremento difuso de la coherencia en la banda delta, así como un
306
Alcohol y corteza prefrontal
307
Araceli Sanz Martin et al.
@PIE = Figura 7. Correlación (media —en Z de Fisher— ± ES) de las bandas de frecuencia
Figura 7. Correlación (media —en Z de Fisher— ± es) de las bandas de frecuencia
donde hubo diferencias
donde hubo diferencias significativas entre
significativas las condiciones
entre de alcohol
las condiciones dey agua a lo largo
alcohol del a lo
y agua
largo del tiempo. *p < 0.05 respecto al consumo de alcohol.
tiempo. *p < 0.05 respecto al consumo de alcohol.
Cognición y electroencefalograma
309
Araceli Sanz Martin et al.
5. El registro eeg durante la ejecución de las torres de Hanoi terminaba cuando los partici-
pantes concluían la tarea o cuando pasaban siete minutos, tiempo máximo para realizar la
misma.
310
Alcohol y corteza prefrontal
@PIE = Figura 9. Porcentaje de sujetos en los grupos de alcohol y agua que no terminaron la
Figura 9. Porcentaje dedesujetos
prueba en los grupos de alcohol y agua que no terminaron
torres de Hanoi.
la prueba de torres de Hanoi.
En el EEG se encontró que los participantes que bebieron alcohol, independientemente de si
Conclusiones
312
Alcohol y corteza prefrontal
@PIE = Figura 10. Potencia absoluta (media —en logaritmos— ± ES) de los grupos de agua
Figura 10. Potencia absoluta (media —en logaritmos— ± es) de los grupos de agua
y alcohol en cada banda de frecuencia y derivación. Los asteriscos señalan las diferencias
y alcohol en cada banda de frecuencia y derivación. Los asteriscos señalan las dife-
significativas
rencias (p < 0.05).
significativas (p < 0.05).
Loselresultados
hibir de este estudio
comportamiento muestran cómo
y provocar el alcohol,emocionales,
estallidos incluso en dosis violencia
bajas, puedee
intentos de lasuicidio.
entorpecer capacidad deAsimismo, esta
planeación, por sustancia
lo menos interfiere
en algunas personas. con procesos
Los participantes
cognoscitivos como la atención, la memoria de trabajo, la detección
que consumieron alcohol mostraron una mayor activación cerebral, tanto en reposo de
como
errores
cuandoy realizaban
las funciones
la tarea.ejecutivas, todos
Es factible que relacionados
esta activación cerebral con
difusalasecorteza pre-
asocie con un
frontal.
deterioro de los procesos inhibitorios necesarios para la óptima realización de la prueba de
La corteza
torres de Hanoi. prefrontal es una estructura cerebral particularmente
vulnerable al consumo agudo y crónico del alcohol; de hecho, gran par-
te de los cambios cognoscitivos y conductuales inducidos por el consu-
@SUBTÍTULO = Conclusiones
mo de esta sustancia de abuso pueden explicarse por la afectación de la
corteza prefrontal.
En este capítulo revisamos cómo el alcohol es una sustancia capaz de alterar rápidamente el
En el presente escrito presentamos también diversos estudios rea-
funcionamiento cerebral al actuar sobre diversos sistemas de neurotransmisión. Aunque es un
lizados por nuestro grupo de investigación, encaminados a evaluar los
efectos deldelalcohol
depresor sobre central
sistema nervioso las funciones
con efectosejecutivas, la memoria
ansiolíticos y sedativos, tambiéndepuede
tra-
bajodesinhibir
y la actividad eléctricay provocar
el comportamiento cerebral. Dichos
estallidos trabajosviolencia
emocionales, mostraron que deel
e intentos
alcohol, aun en dosis bajas, puede incrementar rápidamente el arousal
cortical y reducir drástica y transitoriamente la relación funcional o la
simetría entre las regiones frontales y parietales. De igual forma, se pre-
sentaron evidencias de cómo esta sustancia deteriora las funciones eje-
cutivas, especialmente la planeación y la memoria de trabajo.
313
Araceli Sanz Martin et al.
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320
XI
Acoplamiento funcional
cerebral durante la activación sexual
en hombres jóvenes adultos
321
Marina Ruiz Díaz et al.
322
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
323
Marina Ruiz Díaz et al.
324
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
325
Marina Ruiz Díaz et al.
326
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
Experimento 1
Metodología
Sujetos.
Se evaluaron 34 hombres sanos, quienes fueron divididos en dos grupos
homogéneos:
327
Marina Ruiz Díaz et al.
Registro electroencefalográfico
A cada sujeto se le registró la actividad eléctrica cerebral (eeg) en
reposo con ojos abiertos, durante cinco minutos. Posteriormente se
tomó el eeg durante la estimulación visual con imágenes con contenido
erótico o neutro (cinco minutos).
El eeg fue registrado por medio de un polígrafo Grass modelo P-7
(filtros de 0.1 a 30 Hz). Se colocaron electrodos de oro en las deriva-
ciones: F3, F4, T3, T4, P3 y P4, con las orejas cortocircuitadas como
referencia, de acuerdo con el sistema internacional 10-20 de colocación
de electrodos. La impedancia de los electrodos fue menor de 10 Kohms.
Por medio de un convertidor analógico digital de 12 bits de resolución,
se capturaron segmentos de 1,024 puntos a una frecuencia de muestreo
de 512 Hz.
Estímulos visuales
Los estímulos visuales fueron de carácter fijo (imágenes fijas: fotos).
Los utilizados en este estudio constaron de 120 imágenes de dominio
público, tomadas principalmente de Internet.
328
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
Figura
@PIE = 1. Figura
Ejemplos de las imágenes
1. Ejemplos fijas utilizadas
de las imágenes como estímulos
fijas utilizadas visuales visuales
como estímulos eróticos.eróticos.
329
Marina Ruiz Díaz et al.
@PIE
Figura=2.Figura 2. Ejemplos
Ejemplos de las imágenes
de las imágenes fijas utilizadas
fijas utilizadas como estímulos
como estímulos visuales neutros.
visuales neutros.
Procedimiento.
Procedimiento.
1. Registro electroencefalográfico basal (lb) (5 min).
1. Registro electroencefalográfico
2. Registro electroencefalográfico basal (LB) (5 min).
durante la estimulación visual (ev)
2. (5Registro
min). electroencefalográfico durante la estimulación visual (EV) (5 min).
3.
3. Cuestionario final.Este
Cuestionario final. Este cuestionario
cuestionario consta
consta de preguntas
de ocho ocho preguntas queinformación
que dieron
dieron información de la experiencia sexual del sujeto. De igual ma-
de lanera,
experiencia sexual
mediante undel sujeto. De
reactivo igual continuo
escalar manera, mediante
(10 cm de un reactivo
longitud)escalar
se continuo
determinó
(10 cm el nivel
de longitud) de excitación
se determinó experimentado
el nivel de excitación alexperimentado
finalizar la ob-
al finalizar la
servación de las imágenes (figura 3). Finalmente, con una pregunta
observación de las imágenes (figura 3). Finalmente, con una pregunta abierta se les
abierta se les preguntaron sus comentarios respecto a las imágenes.
preguntaron sus comentarios respecto a las imágenes.
Cadasesión
Cada sesión experimental
experimental tuvotuvo una duración
una duración total detotal de aproximadamente
aproximadamente 35 minutos.
35 minutos.
330
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
Resultados
@INCISO = Resultados
En cuanto a los resultados obtenidos mediante la evaluación del nivel
de excitación sexual ante las imágenes eróticas, se encontró que el
En cuanto
grado de aerección
los resultados obtenidos
peneana estabamediante la evaluación
ligeramente del nivel
por abajo de de
la excitación
mitad sexual
de la
ante lasescala
imágenes (3.4 en el sereactivo
eróticas, encontróescalar presentado)
que el grado y por
de erección lo tanto
peneana estabaunligeramente
nivel
por de excitación
abajo de la mitad sexual moderado,
de la escala (3.4 en lo cual sugiere
el reactivo que
escalar estos estímulos
presentado) y por lo tanto un
visuales eróticos indujeron poca activación sexual. No obstante, a pesar
nivel de excitación
de reportar sexualexcitación
una baja moderado, sexual,
lo cual ysugiere
dado que
queestos estímulos
el interés visuales eróticos
principal
del estudio
indujeron pocaesactivación
el cambio a nivel
sexual. Node la actividad
obstante, a pesarelectroencefalográfica de sexual,
de reportar una baja excitación
yestos
dadosujetos,
que el dicha
interésactividad
principalmostró cambios
del estudio significativos
es el cambio a nivelcaracterís-
de la actividad
ticos durante la observación de los estímulos eróticos, cambios que no
electroencefalográfica de estos sujetos, dicha actividad mostró cambios significativos
fueron observados durante el registro basal.
Para el análisis
característicos durante la estadístico
observaciónsedeconsideraron
los estímulos tres zonas
eróticos, corticales
cambios que no fueron
como zonas
observados de interés,
durante debido
el registro basal. a su participación en el proceso de acti-
vación y motivación sexual; dichas zonas frontales, parietales y tempo-
Para el análisis estadístico se consideraron tres zonas corticales como zonas de interés, debido
rales fueron analizadas en cuanto a sus valores de correlación interhe-
amisférica
su participación en el proceso de
e intrahemisférica. Cabeactivación y motivación
destacar sexual; dichas
que la condición basalzonas
fue frontales,
restada dey latemporales
parietales condiciónfueron
visual respectivamente,
analizadas en cuanto y dichos
a susvalores
valoresfueron
de correlación
analizados mediante pruebas t de Student para grupos correlacionados
interhemisférica e intrahemisférica. Cabe destacar que la condición basal fue restada de la
(neutro y erótico) en todas las bandas
condición visual respectivamente,
Se encontraron y dichos
las siguientes valores fueron
diferencias entreanalizados
grupos. mediante pruebas t de
331
Student para grupos correlacionados (neutro y erótico) e
���������������������
Se encontraron las siguientes diferencias entre grupos.
Marina Ruiz Díaz et al.
Como puede observarse en la figura 4, durante la observación de fo
Como puede observarse en la figura 4, durante la observación de fo-
eróticoerótico
tografías con contenido los sujetos manifestaron
los sujetos manifestaronun decremento de la corre
un decremento
de la correlaciónintertemporal
interprefrontal, intertemporalenebandas
interparietal
rápidasen
(�ban-
e interparietal 1 y �2).
das rápidas (1 y 2).
332
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
333
Marina Ruiz Díaz et al.
Experimento 2
Se sabe que las áreas prefrontales son de las principales áreas corti-
cales activadas durante los estados de activación sexual, por ejemplo
durante la observación de estímulos eróticos o en relación con esti-
mulación somatosensorial erótica. Se ha reportado que estos cambios
funcionales y/o de activación prefrontal prevalecen o perduran por un
tiempo mayor que aquél de la estimulación visual o somatosensorial
erótica. Se sabe también que la participación de la corteza prefrontal en
los procesos motivo-activacionales resulta de las múltiples conexiones
que tiene con otras áreas corticales (parietales, temporales y occipita-
les) de cuya interacción funcional resulta el adecuado procesamiento
prefrontal. Ya que se ha mostrado que la activación prefrontal asociada
a la observación de estímulos visuales eróticos, ya sean fijos (fotos) o
en movimiento (videos) prevalece por varios segundos más después de
que se suspendió el estímulo visual. El objetivo de este experimento
fue caracterizar el grado de acoplamiento funcional entre las cortezas
prefrontal, parietal y temporal durante la estimulación visual erótica en
movimiento (videos) en hombres jóvenes.
Metodología
Sujetos
Participaron 45 hombres jóvenes voluntarios sanos, heterosexuales,
con nivel de estudios de al menos iniciada la licenciatura, diestros, con
edades entre 25 y 35 años. Los participantes fueron aleatoriamente
asignados a uno de tres grupos. A uno de estos grupos se le presentó
un estímulo visual neutro (un sujeto caminando dentro de una multitud
tomado de la película The Long Shadow de Vilmos Zsigmond); a otro
grupo se le presentó un estímulo visual agresivo (escenas de mutilación
y lesiones físicas de la película Hostal de Eli Roth), y al tercero se le pre-
sentó un estímulo visual erótico (escenas eróticas de interacción sexual
explícita de la película The Catwoman de John Leslie) (figura 6).
Se incluyó el grupo agresivo como un segundo control, con la fina-
lidad de corroborar si el efecto de la estimulación erótica es específico
del contenido erótico y no de una activación general ocasionada por la
excitación. Dado que se ha considerado que una estimulación visual
erótica tiene una valencia positiva, en este trabajo se incluyó un tipo
334
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
erótica tiene una valencia positiva, en este trabajo se incluyó un tipo de estimulación visual
de estimulación visual agresiva que generara un estado de activación
agresiva que generara un estado de activación general y tuviera una valencia negativa.
general y tuviera una valencia negativa.
Todosloslos
Todos sujetos
sujetos manifestaron
manifestaron su consentimiento
su consentimiento porvoluntariamente
por escrito de participar escrito de par-
ticipar
en voluntariamente
el estudio. El registro EEG yenla el estudio.
aplicación de El registro pruebas
las diferentes eeg ysiguieron
la aplicación
los
de las diferentes
lineamientos pruebas
de la Declaración siguieron
de Helsinki losaprobados
y fueron lineamientos de ladeDeclaración
por del comité ética del
de Helsinki y fueron aprobados por del comité de ética del Instituto de
Instituto de Neurociencias de la Universidad de Guadalajara.
Neurociencias de la Universidad de Guadalajara.
Procedimiento.
Procedimiento
Se aplicaron las siguientes escalas para cumplir con los criterios de inclusión y exclusión:
Se aplicaron las siguientes escalas para cumplir con los criterios de
inclusión y exclusión:
A. Escala Arizona de experiencia sexual (Asex) (McGahuey, et al., 2000).
A.Escala
B. Escala Arizona
de rangos de experiencia
homosexual-heterosexual sexual
de Kinsey, (Asex)
Pomeroy (McGahuey,
y Martin (1948). et al.,
2000).
C. Escala de Manikin modificada (Lang y Bradley, 1994), la cual consta de una serie de cinco
B. Escala
dibujos degradual
en escala rangos homosexual-heterosexual
de nueve de Kinsey,
opciones de respuesta, que consiste Pomeroy
en la evaluación de y
Martin
dos niveles (1948).
(valencia y activación), y se ha agregado un tercer nivel de activación sexual,
C. Escala
evaluando de Manikin
el grado modificada
de erección presentada (Lang
ante el &visual.
estímulo Bradley, 1994), la cual cons-
ta de una serie de cinco dibujos en escala gradual de nueve opciones
de respuesta, que consiste en la evaluación de dos niveles (valencia
1. Valencia. Se consideran estímulos como “desagradables” aquellos que califiquen entre 1 y 3,
y activación), y se ha agregado un tercer nivel de activación sexual,
entre 4 y 6 como un estímulo “neutro”, y entre 7 y 9 como “agradable”.
evaluando el grado de erección presentada ante el estímulo visual.
335
Marina Ruiz Díaz et al.
336
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
Registro electroencefalográfico
Se realizó el registro de la actividad eléctrica cerebral a los 45 sujetos
voluntarios, aunado al registro del electrooculograma y electrocardio-
grama como medidas periféricas a la actividad central.
El electroencefalograma (eeg) se registró en las derivaciones: F3,
F4, P3, P4, T3 y T4 de acuerdo con el sistema internacional 10-20 de co-
locación de electrodos (Jasper, 1958), con orejas cortocircuitadas como
referencia y un electrodo en la frente como la tierra, por medio de un
polígrafo Grass (filtros de 1 a 35 Hz). Los electrodos que se utilizaron
fueron de tipo platillo, con recubrimiento de chapa de oro. La impe-
dancia de los electrodos fue menor de 10 Kohms. Las muestras tomadas
fueron de 1,024 puntos a una frecuencia de muestreo de 512 Hz. Se re-
visó el eeg fuera de línea para eliminar segmentos contaminados, y pos-
teriormente se obtuvieron los valores normalizados de la correlación
interhemisférica (rter) y de la correlación intrahemisférica (rtra).
El electrooculograma (eog) se registró mediante dos electrodos en
los cantos externos de los ojos, con la finalidad de detectar artefactos
en el registro del eeg.
El electrocardiograma (ekg) se registró como medida periférica de
activación fisiológica; se le colocó un electrodo de chapa de oro en la
muñeca de la mano izquierda, con pasta electrolítica sujetado con al-
godón y cinta de microporo, el cual se conectó a un canal del polígrafo
de registro marca Grass modelo 7; dicho electrodo fue referenciado
a orejas cortocircuitadas, con filtros de 1 hz a 60 hz; para las bandas
delta ( de 1 a 3.5 Hz,Theta de 4 a 7.5 Hz,Alfa1 de 8 a 10.5
Hz,Alfa2 de 11 a 13.5 Hz,Beta1 ( de 14 a 19.5 Hz beta2 () de
20 a 30.5 Hz y gamma (γ) de 31 a 50 Hz.
El registro electroencefalográfico se
efectuó durante dos condiciones (fases):
337
Marina Ruiz Díaz et al.
Resultados
338
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
Figura 7. Medias ± 2 errores estándar de la rter por grupo en las tres zonas corti-
cales de interés durante la observación de los diferentes estímulos visuales. * Dife-
rencias significativas con p ≤ 0.05.
339
presentó una menor correlación en alfa1 respecto al grupo agresivo (figura 8). En tanto que
en la rTRA derecha en áreas prefronto-temporales, los sujetos del grupo erótico presentaron
Marina Ruiz
un incremento en las frecuencias Díaz et(alfa2,
rápidas al. beta2 y gamma) (figura 9).
Figura 8.@PIE
Medias= Figura 8. Medias
± 2 errores ± 2 errores
estándar estándar
de la rtra izquierda rTRA izquierda
de lafronto-parietal fronto-parietal y fronto-
y fronto-
temporaltemporal
por grupopordurante la observación
grupo durante de los diferentes
la observación estímulos
de los diferentes visuales.
estímulos *
visuales. * Diferencias
Diferencias significativas con p ≤ 0.05.
significativas con p 0.05.
En términos generales, se encontró que durante la observación del
video erótico la actividad eeg presentó las principales diferencias res-
pecto a la observación de videos neutros o agresivos. Estos cambios se
caracterizaron por una menor correlación interparietal en delta, así
como una mayor correlación intertemporal en gamma, en tanto que
en la correlación intrahemisférica se encontró una disminución fron-
to-parietal izquierda en alfa1 y un aumento fronto-temporal derecho
en alfa2, beta2 y gamma. En conjunto, estos resultados muestran que
efectivamente durante la activación sexual generada por la observación
de los estímulos eróticos visuales en movimiento, el grado de acopla-
miento entre áreas corticales es diferente de aquel presentado durante
340
Acoplamiento funcional cerebral durante la activación sexual en hombres jóvenes adultos
En términos generales, se encontró que durante la observación del video erótico la actividad
la observación de estímulos neutros o agresivos, lo que permite suge-
rir que estos cambios
EEG enlas
presentó la principales
correlación pudieran
diferencias asociarse
respecto al estado
a la observación dede
videos neutros o
activación sexual conEstos
agresivos. valencia
cambiospositiva y no con
se caracterizaron porun
unaestado de activación
menor correlación interparietal en delta,
generalizadaasícon valencia negativa.
como una mayor correlación intertemporal en gamma, en tanto que en la correlación
intrahemisférica se encontró una disminución fronto-parietal izquierda en alfa1 y un aumento
fronto-temporal derecho en alfa2, beta2 y gamma. En conjunto, estos resultados muestran
Conclusiones
que efectivamente durante la activación sexual generada por la observación de los estímulos
eróticos
Un aspecto que visuales
llama en movimiento,
mucho el gradoesdeque
la atención acoplamiento entre áreas
en el primer corticales es diferente
experi-
mento, durante la estimulación erótica por medio de imágenes fijas,
la correlación interprefrontal, intertemporal e interparietal en bandas
rápidas (1 y 2) disminuyó, en tanto que en el segundo experimento,
durante la estimulación erótica por observación de videos dicha corre-
341
Marina Ruiz Díaz et al.
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Marina Ruiz Díaz et al.
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345
XII
Cerebro y conducta criminal
347
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
348
Cerebro y conducta criminal
349
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
350
Cerebro y conducta criminal
351
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
3. Relativa al atavismo, que define el Diccionario de la lengua española (rae, 2001) como “la re-
aparición en los seres vivos de caracteres propios de sus ascendientes más o menos remotos”.
4. Esta diferencia o dualidad es una definición que sólo tiene sentido dentro de la teoría de
Lombroso.
352
Cerebro y conducta criminal
actos, entre otras funciones. Las bases neurales para esas habilidades
cognoscitivas se han asociado con varias estructuras nerviosas, particu-
larmente con la corteza prefrontal (Beckman, 2004; Yang, et al., 2005).
353
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
Figura 1.@PIE
Estructuras
= Figuraimplicadas en la
1. Estructuras agresión.
implicadas enLa mayoría La
la agresión. forman parte
mayoría del siste-
forman parte del sistema
ma límbico.
límbico.
Estudios realizados con PET (escaneo con tomografía por emisión de positrones, por las siglas
en inglés de positron emission tomography) y SPECT (tomografía computarizada por emisión de
fotones individuales; siglas de single photon emission computed tomography) al comparar
asesinos en serie contra sujetos no violentos, y al separar los asesinos en los que planificaron
el crimen y quienes asesinaron en forma impulsiva, han mostrado que los asesinos seriales
presentan un menor consumo de glucosa en la corteza prefrontal (CPF) y la orbitofrontal
(figuras 1 y 2) para los asesinos seriales, pero únicamente los asesinos impulsivos mostraron
disminuciones de metabolismo en la CPF lateral, aunadas a un mayor valor metabólico en el
hipocampo, la amígdala, el tálamo y el cerebro medio del hemisferio derecho (Davidson,
Putnam y Larson, 2000, citados por Moya-Albiol, 2004).
355
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
356
Cerebro y conducta criminal
357
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
358
Cerebro y conducta criminal
359
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
Los sujetos que ejercen el primer tipo de violencia parecen tener una
reducción bilateral en la activación de la corteza prefrontal, al tiempo
que se incrementa la actividad en el sistema límbico. Por otro lado, los
sujetos que ejercen la violencia predatoria tienen un funcionamiento
prefrontal relativamente normal pero aumenta la actividad subcortical
derecha, que incluye la amígdala y el hipocampo. Esto indicaría que
mientras los homicidas impulsivos sufren una falla en las estructuras
que inhiben la conducta violenta, los predadores psicópatas, en contras-
te, sí pueden regular sus impulsos.
Los estudios sobre la preferencia lateral han arrojado resultados
contradictorios (Moya-Albiol, 2004) y aún no se ha logrado alguna clase
de consenso en torno a la interpretación de sus hallazgos.
Estudios electroencefalográficos
360
Cerebro y conducta criminal
361
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
362
Cerebro y conducta criminal
Estudios genéticos
Consideraciones finales
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Cerebro y conducta criminal
365
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
366
Cerebro y conducta criminal
Referencias bibliográficas
367
Humberto Madera Carrillo y Daniel Zarabozo Enríquez de Rivera
368
Cerebro y conducta criminal
369
XIII
Mapeo electroencefalográfico
y neurofeedback
371
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
@SUBTÍTULO = Electroencefalografía
Figura 1. Retrato de Hans Berger.
372
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
(véase Destexhe & Sejnowski, 2003), esto es, que los cambios eléctricos
extracraneales son producidos por una gran cantidad de potenciales si-
nápticos (especialmente postsinápticos, pps) de neuronas piramidales
corticales, organizadas perpendicularmente respecto al eje del cráneo,
y no a potenciales de acción neuronales (axonales). Así pues el eeg
es la suma de los cambios eléctricos en las sinapsis (mayoritariamen-
te en las dendritas apicales) de, relativamente, grandes redes (grupos)
neuronales corticales que sincrónicamente se activan (intercambio de
iones), produciendo millones de dipolos que se suman generando una
corriente que viaja hasta ser captada por el electrodo (Brandeis, Michel
& Amzica, 2009; Kirschstein & Kohling, 2009; Niedermeyer & Lopes
da Silva, 2005).
El eeg capta actividad eléctrica generada por millones de potencia-
les sinápticos corticales (figura 2), y toda electricidad posee dos carac-
terísticas medibles esenciales, la amplitud y la frecuencia. La frecuencia
es una medida de rapidez de la onda, y se mide en Hertz (abreviado Hz,
véase más adelante). La amplitud es una medida de poder, medida en
voltios, la cual aumenta o disminuye dependiendo del número de pps
que son generados al mismo tiempo y con la misma dirección (nos refe-
rimos a una dirección eléctrica, excitatoria o inhibitoria, que es depen-
diente de neurotransmisores y sus receptores de membrana); así pues,
entre mayor sea el número de sinapsis que sincrónicamente se activen,
mayor será la amplitud registrada en el eeg. Se considera que el núme-
ro mínimo de neuronas (con sus respectivas sinapsis) que deben des-
polarizarse sincrónicamente para producir un potencial eléctrico que
pueda ser captado extracranealmente es de unos 60 millones de neu-
ronas. Hay que tener en cuenta que en un electrodo convencional, de
aproximadamente 0.5 centímetros de diámetro, captará la actividad de
alrededor de 6-10cm2 de corteza cerebral, por lo que cada electrodo ex-
tracraneal estará registrando la actividad eléctrica de unas 500 millones
de neuronas (Nunez, 2009). Esta sincronización neuronal (sináptica)
cortical está fuertemente regulada por núcleos talámicos y mesoponti-
nos, por lo que podemos utilizar el eeg como una herramienta que nos
permite observar al encéfalo de una manera completa, aunque sea de
manera indirecta. Los voltajes normales en el ser humano varían con
la edad, siendo mayores en niños (especialmente recién nacidos), con
rangos de entre 10-150µV.
373
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
@PIE = Figura 2. Bases celulares del EEG. Simplificación de neuronas piramidales corti
Figura 2. Bases celulares del eeg. Simplificación de neuronas piramidales corticales
formandoformando dipolos
dipolos entre entre
el árbol el árbolydendritico
dendritico y el soma
el soma (cuerpo), (cuerpo),
para producir para producir así actividad
así acti-
vidad con distinto potencial eléctrico que es captado por electrodos extracraneales.
distinto potencial eléctrico que es captado por electrodos extracraneales.
375
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
376
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
377
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
Figura
@PIE3.=Sistema
Figura 3.internacional 10-20 para
Sistema internacional 10-20la para
colocación de losdeelectrodos
la colocación extracra-
los electrodos
neales. Las letras
extracraneales. Las señalan el área
letras señalan (Fp,
el área (Fp,prefrontal;
prefrontal; F,F,frontal;
frontal;
C, C, central;
central; P, parietal;
P, parietal; T, T,
temporal, y O, occipital), mientras que los números designan el hemisferio
temporal, y O, occipital), mientras que los números designan el hemisferio (pares del derecho,
(pares
del derecho, nones del izquierdo) y los electrodos de la línea media se señalan con
nones del izquierdo) y los electrodos de la línea media se señalan con una “z”, por lo que Fz
una “z”, por lo que Fz se encuentra frontalmente en la línea media.
se encuentra frontalmente en la línea media.
Por último es importante mencionar que se han realizado intentos de subdividir esta banda en
tancia de las bases de datos para poder discriminar la actividad eléctrica
dos (lenta, de 4-6 Hz y rápida, de 6-8 Hz), tratando de darles diferentes valores funcionales;
cerebral, así como la inspección visual por un experto.
sin embargo, no estamos en la posición de extraer conclusiones al respecto, mientras que nos
parece esencial diferenciar entre ritmo alfa lento y actividad T, pues funcional y
Banda alfa (α)tiene importancia clínica (Niedermeyer, 2005). Así pues, la actividad theta
estructuralmente
no puede ser catalogada per se como indeseable o, mucho menos, patológica, por lo que
Lleva el nombre
repetimos de la
la importancia de primera
las bases de letra griega
datos para poderpor haberlasido
discriminar la primera
actividad eléctrica en
sercerebral,
descrita. Lala Federación
así como deunSociedades
inspección visual por experto. para Electroencefalografía
y Neurofisiología Clínica considera a la banda alfa como aquella que
agrupa ritmos= de
@SUBTÍTULO Banda8-13 Hz, con voltajes mayores que no suelen sobre-
alfa (Į)
pasar los 50 µV en adultos en vigilia, con ojos cerrados, y que se desin-
croniza (atenúa) con la apertura ocular (o con actividad cognitiva). Así
pues el ritmo α no es sólo un grupo de frecuencias, sino que es un tipo
de actividad que se da en circunstancias específicas (bloqueo de estí-
mulo visual, por lo que se le ha llamado ritmo de descanso, es decir es
un ritmo funcional). Es importante aclarar que en niños menores de
seis años la frecuencia puede ser menor de 8 Hz y se puede considerar
378
Federación de Sociedades para Electroencefalografía y Neurofisiología Clínica considera a la
banda alfa como aquella que agrupa ritmos de 8-13 Hz, con voltajes mayores que no suelen
sobrepasar los 50 V en adultos en vigilia, con ojos cerrados, y que se desincroniza (atenúa)
con la apertura ocular (o con actividad cognitiva). Así pues el ritmo Į no es sólo un grupo de
Mapeo
frecuencias, sino que es un electroencefalográfico
tipo de actividad que se da en ycircunstancias
neurofeedback específicas (bloqueo
de estímulo visual, por lo que se le ha llamado ritmo de descanso, es decir es un ritmo
normal;Es
funcional). deimportante
hecho es bienquesabido
aclarar en niñosque el ritmo
menores de seis posterior va acelerándose
años la frecuencia puede ser
con la edad, siendo de 4 Hz en recién nacidos (y durante el primer año
menor de 8 Hz y se puede considerar normal; de hecho es bien sabido que el ritmo posterior
de vida) y alcanzando los 6 Hz para los 24 meses de edad (inclusive
va acelerándose con la edad, siendo de 4 Hz en recién nacidos (y durante el primer año de
antes), y 85% de los infantes llegan a un ritmo de 8 Hz para los cuatro
vida) y alcanzando los 6 Hz para los 24 meses de edad (inclusive antes), y 85% de los infantes
años; sin embargo, sigue aumentando de frecuencia hasta los nueve
llegan a un ritmo de 8 Hz para los cuatro años; sin embargo, sigue aumentando de frecuencia
años de edad, cuando alcanza su frecuencia máxima de 9.5 Hz (más-
hasta los nueve años de edad, cuando alcanza su frecuencia máxima de 9.5 Hz (más-menos 1
menos 1 Hz; figura 4).
Hz; figura 4).
379
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
una fase reversa (actividad con una fase de 180 grados) entre las capas
iv y V; además reportaron bajas coherencias con la actividad talámica,
concluyendo que la implicación del tálamo era mínima en la generación
cortical del ritmo α. Esto no quiere decir que el tálamo (y sus conexio-
nes corticales) no sea importante en la generación de α, simplemente
que es un fenómeno de origen cortical, aunque también el núcleo geni-
culado lateral y el pulvinar generan oscilaciones en α, por lo tanto la
conclusión general es que existen diferentes generadores (sistemas) de
actividad α que interactúan entre sí (Steriade et al., 1990). Cabe aclarar
que se han propuesto varios subtipos de oscilaciones α, con diferentes
características, bases celulares y correlaciones cognitivas (Angelakis,
Lubar, Stathopoulou & Kounios, 2004; Klimesch, 1999; Niedermeyer,
2005; Palva & Palva, 2007). También es importante mencionar las corre-
laciones negativas que se han encontrado repetidamente con actividad
metabólica (de oxígeno) captada con rmf (Feige et al., 2005; Laufs et
al., 2006).
Por último mencionaremos dos ritmos que a pesar de oscilar con
frecuencias y amplitudes similares a las del ritmo alfa, se consideran
distintas por su topografía, bases fisiológicas y significado clínico. Am-
bos tienen una localización mucho más frontal (en regiones centrales)
que el ritmo alfa occipital. El primero de ellos es llamado ritmo Mu
o ritmo rolándico (central), y fue descrito por primera vez por Jasper
en 1938 (citado en Niedermeyer, 2005), quien lo llamó α central; sin
embargo, fue Gastaut a principios de los años cincuenta que lo descri-
bió con mucho más detalle llamándolo ritmo arqueado rolándico por
su morfología; una fase puntiaguda (de alrededor de 20 Hz) y otra re-
dondeada, más lenta (10 Hz, alfoide), que a pesar de ser inseparables
parecen tener diferentes fuentes (el componente en beta de la corteza
motora y el componente alfa de la corteza sensorial), sin ser actividad
resonante (aunque la duda permanece), es decir no son dos ritmos que
resuenan (armónicos) sino una actividad mixta única. Usualmente no es
visible en el adulto y aún existe confusión sobre sus bases celulares y sus
implicaciones clínicas (para una revisión del tema véase Pineda, 2005).
Normalmente tiene una duración menor de dos segundos y es bloquea-
da por movimiento o estímulos somatosensoriales.
El segundo es el ritmo sigma (σ) o ritmo de huso o husos de su-
eño, también llamado salvas en beta (aunque realmente las oscilaciones
principales se dan en frecuencias α). Estos ritmos ondulantes (aumen-
tan y disminuyen de amplitud, como prácticamente toda la actividad
380
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
381
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
gamma en el eeg, anidadas (en fase) con actividad δ (véase más ade-
lante) y actividad neuronal (Whittingstall & Logothetis, 2009).
La actividad β se ha correlacionado con una gran variedad de acti-
vidades, drogas y estados (de vigilia, emocionales, patológicos, etc.); sin
embargo, no existen relaciones lineares y simples; de hecho es impor-
tante recalcar que no existen funciones únicas y específicas para nin-
guna actividad; las oscilaciones, así como las estructuras generadoras
operan como sistemas de códigos que interactúan entre sí, por lo que
el lugar y la frecuencia de dichos códigos deben ser tomados en cuenta
junto con otros parámetros como amplitud, tiempo, fases, con su misma
y otras frecuencias, duración, etcétera (Basar, Başar-Eroğlu, Karakaş
& Schürmann, 1999). También se ha propuesto una correlación entre
el sistema gabaérgico y las oscilaciones en β (Fingelkurts et al., 2004;
Porjesz et al., 2002). La grabación de actividades por arriba de los 13 Hz
se vuelve más problemática pues existe una mayor probabilidad de con-
taminación por artefactos musculares, por lo que adquiere relevancia el
obtener grabaciones lo más limpias posibles, así como la utilización de
electrodos para medir actividad muscular.
En las últimas dos décadas las oscilaciones por arriba de los 30 Hz han
tomado, de nuevo, una especial importancia gracias a los avances técnicos
que hacen posible una mejor medición de esta actividad. Ampliamente
relacionadas con múltiples funciones, en especial actividades cogniti-
vas (Fell, Fernández, Klaver, Elger & Fries, 2003; Herrmann, Munk y
Engel, 2004), de percepción y procesamiento (problema de unión) (para
una revisión más profunda véase Engel & Singer, 2001) y conciencia
(Pockett & Holmes, 2009). Aunque sus bases celulares aún no están del
todo claras, con base en grabaciones intracorticales se ha concluido que
los circuitos corticotalámicos son necesarios o por lo menos producen
oscilaciones en γ, así como también son esenciales las neuronas inhibi-
torias corticales para modular la excitación de neuronas piramidales y
permitir una ordenada re-excitación (Morita, Kalra, Aihara & Robin-
son, 2008; Steriade & Contreras, 1998); por lo que se pueden distinguir
dos subtipos basados en fuentes de generación, uno cortical producido
por circuitos locales y otro cortico-talámico y tálamo-cortical. Como
ya se mencionó anteriormente, la actividad γ ha sido constantemente
382
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
383
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
bles. Podemos decir que las posibilidades de análisis tienen los mismos
límites que las matemáticas y la creatividad de quien las sabe usar, de
ahí la importancia de conocer las fórmulas matemáticas que se utilizan
para cada medida obtenida. A continuación describimos simple y rápi-
damente las mediciones más comunes, recordando al lector que cada
software puede utilizar diferentes variables y fórmulas matemáticas uti-
lizando un mismo término lingüístico.
Amplitud. Medida física de poder eléctrico que se mide en voltios.
Usualmente se eleva al cuadrado a lo que se le llama poder. El poder
puede ser absoluto o relativo. El poder relativo es una medida com-
parativa (porcentual) entre frecuencias y/o de la misma frecuencia en
diferentes localizaciones (también llamada simetría, véase más adelan-
te), o en diferentes circunstancias (ejemplo: entre ojos cerrados y ojos
abiertos). También el grupo de Cook y Leuchter de la Universidad de
California en Los Ángeles han descrito una medida de amplitud que
correlaciona poder absoluto con poder relativo; la han llamado cordan-
cia y han publicado desde hace más de una década correlaciones signifi-
cativas con esta medida en cca en frecuencia θ y respuesta con antide-
presivos (Cook, Hunter, Abrams, Siegman & Leuchter, 2009; Hunter,
Leuchter, Morgan y Cook, 2006; Leuchter et al., 2009). Cuando sólo se
comparan dos frecuencias (o bandas de frecuencias) entre sí, matemá-
ticamente se le llama razón, y es una medida ampliamente utilizada y
con varias posibles correlaciones clínicas (ejemplo: en tdah, la razón
θ/α-β está aumentada). Es importante mencionar que todas las medidas
relativas (comparativas) se deben tomar con precaución, y siempre con
el conocimiento de los valores absolutos, pues matemáticamente esto es
una manipulación de esta información.
Asimetría. También llamada asimetría de poder o de amplitud (re-
cordando que el poder no es más que el cuadrado de la amplitud, V2),
es la medida de igualdad o desigualdad entre dos electrodos, basada
únicamente en la amplitud de cierta frecuencia. Las asimetrías en α
posterior al cerrar los ojos son las más fáciles de detectar a simple vista,
y suelen ser de mucha utilidad clínica. Por lo común la amplitud de α
posterior es ligeramente mayor en O1; sin embargo, para pensar en un
proceso patológico la asimetría debe ser mayor de 50% en amplitud,
más de 50% del tiempo (de grabación, que por lo menos debe ser de
10 minutos por grabación, y debe permanecer en ambas grabaciones
—ojos cerrados y ojos abiertos—). Existe otro dato de “asimetría” del
ritmo posterior, el cual se basa en la frecuencia; si la diferencia del pico
384
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
385
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
386
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
387
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
cia de otras bases de datos, sin embargo no han sido publicadas por lo
que no hay manera de comprobar su calidad; de hecho, orientamos al
lector a las únicas tres con aprobación oficial, pues son las que han com-
probado ante un organismo federal la calidad requerida por éste. Es im-
portante mencionar que ninguna de éstas es una herramienta diagnós-
tica per se (todas son herramientas estadísticas paraclínicas con utilidad
para realizar un diagnóstico). También es importante subrayar la idea
de que entre mayor es el número de sujetos, mayor el valor estadístico
de la base de datos, especialmente cuando el sistema en cuestión es tan
complejo, aunque existen posiciones encontradas sobre esto (Thatcher,
Walker, Biver, North & Curtin, 2003; Gordon, Cooper, Rennie, Her-
mens & Williams, 2005).
A pesar de que la utilidad clínica del eeg cuantitativo (eegc) y
normativo (eegn) ha sido cuestionada en innumerables ocasiones en
los últimos 30 años (especialmente por un grupo reducido de neurólo-
gos estadounidenses, pero con una gran influencia en las asociaciones
de este país) (para una contestación a estos argumentos, en gran parte
publicados en Nuwer, 1997, véanse Hoffman et al., 1999; Hughes y John,
1999), consideramos que, como cualquier otra herramienta paraclínica,
en manos expertas puede ser sumamente útil (una herramienta no tiene
valor moral en sí misma; es el “cómo” y “para qué” se utiliza, lo que le
da valor). Especialmente en un campo de la salud donde prácticamente
no existe ningún otro método de medición del órgano afectado, por lo
menos no de manera práctica en la clínica diaria. Hay que recordar que
toda la información arrojada por estos programas de bases normativas
son completamente manipulables y es relativamente fácil obtener datos
falsos si le damos actividad contaminada, como sucede en un examen
general de orina. Teniendo esto presente, nos atrevemos a decir, junto
con muchos otros, que el eegn es la mejor herramienta (costo/benefi-
cio) en la actualidad en el área de la neuropsiquiatría para definir un
diagnóstico y tratamiento de manera personalizado (un artículo obliga-
do del tema, Gordon et al., 2007), así como para medir la respuesta al
tratamiento (John & Prichep, 2006; Saletu, Anderer & Saletu-Zyhlarz,
2006), pronosticar evolución, etc. A continuación veremos algunos
ejemplos de su aplicación clínica en los tres trastornos más comunes
en el campo de salud cerebral en todo el espectro de la vida (niñez,
adultez, vejez).
388
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
Cuadro
@TÍTULO 1 = Cuadro 1
CUADRO
Principales
Principales bases bases dededatos
de datos normativas normativas
EEG (adapatado de eeg Gunkelman y Lunt,
de Jonhstone,
(adapatado de Jonhstone, 2005)
Gunkelman y Lunt, 2005)
** Estas
Estas bases
bases de
de datos
datos siguen
siguenañadiendo
añadiendomás
mássujetos
sujetosen
enlalaactualidad.
actualidad.
σ La base de datos de Brain Resource Company, mejor conocida por sus siglas, brid,
ı Lacontiene
base deactualmente
datos de Brain
(hastaResource Company,
octubre de 2009) másmejor conocida
de 16,000 pordesus
sujetos, cuales BRID,
los siglas,
5,000actualmente
contiene sujetos sanos(hasta
están disponibles
octubre de para
2009)comparación,
más de 16,000así como 5,000
sujetos, de sujetos con 5,000
los cuales
trastornos neuropsiquiátricos (tdah, depresión, Alzheimer, etc.); el resto (más de
sujetos sanossiguen
50,000) están siendo
disponibles para comparación,
procesados así como
para ser incluidos (Brain5,000 sujetosLtd.,
Resource con2007;
trastornos
Mayflower Action
neuropsiquiátricos (TDAHGroup, 2009). Alzheimer, etc.); el resto (más de 50,000) siguen siendo
, depresión,
º También incluye a 500 sujetos (niños) con tdah, y algunos otros con distintos tras-
procesados para ser incluidos (Brain Resource Ltd., 2007; Mayflower Action Group, 2009).
tornos (epilepsia, toc, depresión, etc.); sin embargo, no están disponibles para
comparaciones.
º También incluye a 500 sujetos (niños) con TDAH, y algunos otros con distintos trastornos
ª Esta base de datos no está disponible al público, actualmente sólo se utiliza para
(epilepsia, TOC, depresión, etc.); sin embargo, no están disponibles para comparaciones.
investigación en el Brain Research Laboratory de la Universidad de Nueva York.
389
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
Cuadro 1 (continuación)
Principales bases de datos normativas de eeg
(adapatado de Jonhstone, Gunkelman y Lunt, 2005)
El tdah
390
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
(eeg, pere) en niños y adultos con este trastorno. Sin embargo, la he-
terogeneidad electroencefálica es parecida a la clínica, por lo que mu-
chos, desilusionados ante la variedad de anormalidades, desprecian por
completo la herramienta. No es ninguna sorpresa que no se hayan encon-
trado patrones patognomónicos con eeg en este, ni en ningún trastorno
neuropsiquiátrico, simplemente hay que observar la gran diversidad clí-
nica con la que se efectúan los diagnósticos actualmente, los cuales, final-
mente, son la base para la investigación con cualquier herramienta, por
lo que hay que tener extremo cuidado en las variables (representaciones)
clínicas de los sujetos; y sin embargo se han encontrado ciertos patrones
de gran utilidad diagnóstica que han sido replicados de manera indepen-
diente en docenas de ocasiones; y como un buen tratamiento depende
de un adecuado diagnóstico, también se han obtenido correlaciones de
mejor respuesta al tratamiento guiado con eegn.
Se han reportado varios grupos o subtipos (Arns, Gunkelman, Bre-
teler & Spronkm 2008; Chabot, Di Michele & Prichep, 2005; Clarke
& Barry, 2004) basados en patrones de eeg (no mencionaremos los
hallazgos con pere cognitivos, que han resultado ser muy útiles); el más
comúnmente mencionado y recientemente validado en un estudio mul-
ticéntrico (Snyder et al., 2008) es el grupo que presenta elevada ampli-
tud de ondas lentas (3-7 Hz) centrales (aunque también han sido repor-
tadas frontales y posteriores) y una disminución de actividad intermedia
(10-16 Hz) (Arns et al., 2008; Barry, Clarke, Johnstone, McCarthy y
Selikowitz, 2009; Chabot et al., 2005; Monastra et al., 1999); mientras
que el segundo subgrupo es aquel que además presenta una elevada
amplitud en actividad rápida, principalmente por arriba de los 16 Hz
(figura 5), especialmente en regiones frontales, en los cuales es mu-
cho más común encontrar manifestaciones impulsivas (Clarke & Barry,
2004; Arns et al., 2008). Estos estudios han reportado sensibilidades y
especificidades diagnósticas arriba del 80%, algunas alcanzando 98%,
mientras que no hay reportes que francamente desdigan estos datos;
aunque existen discrepancias, sin embargo no son significativas; además
de que son más comunes los reportes de validación y replicación. Así
como también se han utilizado para predecir respuesta a tratamiento
farmacológico (Arns et al., 2008; Chabot, Orgill, Crawford, Harris y
Serfontein, 1999; Hermens, Cooper, Kohn, Clarke y Gordon, 2005).
391
existen discrepancias, sin embargo no son significativas; además de que son más comunes los
reportes de validación y replicación. Así como también se han utilizado para predecir
respuesta a tratamiento farmacológico (Arns et al., 2008; Chabot, Orgill, Crawford, Harris y
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
Serfontein, 1999; Hermens, Cooper, Kohn, Clarke y Gordon, 2005).
@PIE 5.
Figura =Figura
En esta5.imagen,
En estaobtenida
imagen,deobtenida demuestra
la brid, se la BRIDun
, seejemplo
muestra
deun ejemplo
niños de de niños de
seis años con diagnóstico de tdah mixto. En la imagen de la izquierda se aprecia el
seis años con diagnóstico de TDAH mixto. En la imagen de la izquierda se aprecia el exceso de
exceso de theta (5-7 Hz) centro-frontal; en la siguiente se muestra la deficiencia de
theta (5-7
actividad Hz) Hz
10-13 centro-frontal; en la siguiente
central, y finalmente se muestra
en la imagen la deficiencia
de la derecha se puedede actividad 10-13 Hz
obser-
var el exceso de beta (por arriba de 18 Hz) de manera difusa centro-frontal.
central, y finalmente en la imagen de la derecha se puede observar el exceso de beta (por
Existen
arriba demuchos otros
18 Hz) de tiposdifusa
manera o grupos que han sido reportados (para revi-
centro-frontal.
siones extensas véane Hughes y John, 1999; Coburn et al., 2006) tomando,
por ejemplo, medidas de conectividad (coherencias y fases) (Murias,
Swanson & Srinivasan, 2007), pero no es la meta del presente trabajo
nombrarlas todas, sino mostrar un panorama general y propositivo.
Depresión
392
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
393
patrón contrario, especialmente en hombres (figura 6). En un tra
publicado por científicos mexicanos del Instituto de Neurobiología de la
Querétaro, a cargo de Thalia Harmony, se reportaron hallazgos semejante
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
(Ricardo-Garcell et al., 2009).
@PIEla=clara
Figura 6. Se muestra Figura 6. Seentre
asimetría muestra
lóbulo la clara easimetría
derecho entre
izquierdo en 9-10 lóbulo
Hz derecho e iz
con la base de datos de NeuroGuide-Loreta, en un paciente con depresión secun-
con la base de datos de NeuroGuide-Loreta, en un paciente con depres
daria tras consumo de marihuana crónico.
consumo de marihuana crónico.
sobre síndromes depresivos (Drevets, Savitz & Trimble, 2008) donde
la cca, especialmente la región subgenual (ba 25 y 32) parece ejer-
cer un papel El segundo
esencial. grupo
Ahora queexiste
bien, ha tenido una gran
una gran influencia
cantidad en los últimos años ut
de medidas
anormales reportadas en trastornos depresivos, por lo que también se
EEGC para predecir respuesta a tratamiento farmacológico, es el equipo
pueden agrupar subtipos basados en eeg que suelen correlacionarse
(ya mencionado
con padecimientos comórbidos, anteriormente,
especialmenterecordar la medida
con trastornos de cordancia desarro
de ansie-
dad (amplitudes de α disminuidos; un hallazgo que ha sido correlacio-
además se ha correlacionado con cambios metabólicos de forma superior
nado con rasgos de personalidad y polimorfismos genéticos del factor
neurotrófico EEGC
derivado de cerebro,
), quienes en varias
reportaron que investigaciones;
una disminuciónvéasede la ex-
cordancia en la fre
celente publicación de Gatt et al., 2008), cronicidad (actividad lenta,
especialmenteenfrontal
los primeros días después
y alentamiento de αdeposterior),
comenzar severidad
el tratamiento
clíni- pueden predecir
θ frontal,
ca (actividaddel voltajes
paciente, que ocurre usualmente deαtres
bajos generalizados, lenta, etc.),
a seis así
semanas después (Le
como diferenciación entre trastorno bipolar (Lieber & Newbury, 1988)
Cook et al.,
y demencia (Deslandes 2009).
et al., Estos
2004), datos
entre otrosson(Deperfectamente
Medeiros-Kanda, compatibles con u
Anghinah, Smidth & Silva, 2009).
fisiopatológicos más No hay quesobre
atractivos olvidar que se han
síndromes repor- (Drevets, Sav
depresivos
tado hipocoherencias, especialmente frontales en diferentes bandas,
especialmentedonde
θ, α ylaβCCA , especialmente
(Fingelkurst, la región
Fingelkurts, subgenual
Rytsälä, (BA 25 y 32) parec
Suominen,
Isometsä & Kähkönen, 2007). Finalmente, también se han reportado
cambios tempranos que resultan de gran utilidad para el tratamiento
temprano (Grin-Yatsenko, Baas, Ponomarev & Kropotov, 2009; Roe-
mer, Shagass, Dubin, Jaffe & Siegal, 1992).
394
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
Demencias
395
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
2007), aunque hay reportes más modestos (Knott, Mohr, Mahoney &
Ilivitsky, 2001), muy posiblemente por los métodos y variables utiliza-
dos. Por otra parte, se han reportado correlaciones entre conectividad
interhemisférica y volumen del cuerpo calloso (Pogarell et al., 2005).
También se ha reportado su utilidad para distinguir entre subtipos de
demencias con certezas por arriba de 90%, tanto frontotemporales (De
Haan et al., 2009; Lindau et al., 2003) como vasculares (Gawel, Za-
lewska, Szmidt-Salkowska & Kowalski, 2009); así como con trastornos
depresivos (Deslandes et al., 2004). Existen reportes que correlacionan
polimorfismos genéticos, especialmente con ApoE, y medidas eegc
(Jelic et al., 1997; Brain Resource Ltd., 2007). Por último, se ha utili-
zado para medir respuesta a la farmacoterapia (Lanctot, Herrmann &
LouLou, 2003; Rodríguez et al., 2002).
Figura=7.Figura
@PIE Imagen7.adquirida
Imagen con la base con
adquirida de datos NeuroGuide,
la base de datos de un paciente mas-
NeuroGuide, de un paciente
culino de 64 años con diagnóstico de dcl. Se puede observar claramente el exceso
masculino de 64entre
de frecuencias años5-8
conHzdiagnóstico de DCL. Seun
occipital, considerado puede observarde
alentamiento claramente el exceso de
ritmo poste-
rior (pico de alfa).
frecuencias entre 5-8 Hz occipital, considerado un alentamiento de ritmo posterior (pico de
alfa).
Existen más aplicaciones clínicas que, por cuestiones de espacio, no
podemos tocar en este capítulo, por lo que referimos al lector a la biblio-
grafía mencionada (especialmente a Coburn et al., 2006; De Medeiros-
Existen más aplicaciones clínicas que, por cuestiones de espacio, no podemos tocar en este
capítulo, por lo que referimos al lector a la bibliografía mencionada (especialmente a Coburn
396
et al., 2006; De Medeiros-Kanda et al., 2009; Johnston, et al., 2005; Hoffman et al., 1999;
Hughes y John, 1999).
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
Kanda et al., 2009; Johnston, et al., 2005; Hoffman et al., 1999; Hughes
y John, 1999).
397
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398
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Tdah
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Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
408
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
409
Novo Olivas, Chacón Gutiérrez y Barradas Bribiesca
410
Mapeo electroencefalográfico y neurofeedback
411
XIV
Modelo para la evaluación
de habilidades perceptuales, cognoscitivas
y emocionales en niños de primaria
413
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
414
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
415
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
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Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
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Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
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Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
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Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
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Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Elaboración de reactivos
421
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Amor Odio
Alegría Tristeza
Enojo Afecto
Compasión Indiferencia
Relajación Angustia
Éxito Frustración
Seguridad Miedo
Pena Sin pena
Aceptación Rechazo
422
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
423
Esquema 1
Ejemplo de los indicadores obtenidos a partir del modelo del análisis cognitivo de tareas (la flecha indica
la direccionalidad de la complejidad creciente de las habilidades)
Básicas Indicadores
Hab. Descripción perceptual. Nombrar en detalle los elementos de un estímulo visual o auditivo.
perceptuales Discriminación perceptual. Identificar las diferencias de los detalles y los aspectos globales de un estímulo
visual o auditivo.
Reconocimiento de la Detectar estímulos, elementos y características esenciales de la información que
información perceptual. estén estructurados en una forma eficiente.
Memoria perceptual. Almacenar y recuperar en forma precisa y en el orden en que se presentan los
estímulos perceptuales.
Secuenciación perceptual. Estructurar una sucesión de estímulos visuales o auditivos relacionados por
características específicas, en un sentido lógico.
Cierre visual Capacidad para integrar una imagen en la mente a partir de algunos estímulos
424
(ley del cierre). específicos que la constituyen.
Forma dominante Capacidad para reconocer un estímulo visual a partir de los elementos esenciales
(ley de la dominancia). que lo constituyen.
Simetría de la forma Reconocer una imagen a través de su estructura organizada en forma simple y
(ley de la buena forma). simétrica.
Continuación de la forma Capacidad para agrupar en una figura a aquellos datos que forman una buena
(ley de la buena continuación). continuación, ya sea como una línea o una curva.
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Estabilidad de la forma Capacidad para agrupar en una figura a sus elementos por su semejanza.
(Ley de la semejanza).
Agrupamiento Capacitad para agrupar los elementos de un estímulo por su cercanía hasta
(Ley de la proximidad). poder percibir la imagen en forma global.
Atención Perceptual. Selección de un estímulo y sostenimiento de la visión, audición o ambas,
orientadas hacia éste durante un tiempo suficiente para que se almacene en la
memoria o se ejecute como un programa de acciones.
Fuente: elaboración propia.
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Esquema 2
Ejemplos de los reactivos construidos para los formatos
de percepción y cognición a nivel básico
425
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Esquema 3
Ejemplo de la presentación de las imágenes para ser validadas por
niños de tercero y quinto de primaria en la segunda aplicación.
Análisis de resultados
426
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
a L/θ iaš =ū Du
θ1n ia – ū DP (š) = 0
i=1n i=1 n
Para comprobar el ajuste del modelo a los datos se utilizó el estadístico
Para comprobar el ajuste
Ji-cuadrada, que del modelo
consiste en acomparar
los datoslos
sevalores
utilizó pronosticados
el estadístico Ji-cuadrada,
por que
el modelo, con los obtenidos empíricamente. Se divide el rango de la
consiste en comparar los valores pronosticados por el modelo, con los obtenidos
variable medida, theta, en varias categorías y se comparan los valores
pronosticados
empíricamente. Se dividey empíricos
el rango depara
la cada categoría.
variable medida,También se utilizó
theta, en la
varias categorías y se
correlación producto-momento de Pearson (r) entre los valores dicotó-
comparan micos
los valores
de los pronosticados
reactivos. y empíricos para cada categoría. También se utilizó la
correlación producto-momento de Pearson (r) entre los valores dicotómicos de los reactivos.
427
@SUBTÍTULO = Resultados
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Resultados
428
Cuadro 1
Resultados del análisis de frecuencias, transformado a porcentaje de las imágenes seleccionadas a las
cuales los niños de 3º y 5º de primaria les asignaron alguna emoción (n = 49)
429
Lástima 45 Calma 43 Nada 45 Angustia 47 Frustración 41 Èxito 65
Foto 31 % Foto 32 % Foto 33 % Foto 34 % Foto 35 % Foto 36 %
Éxito 80 Angustia 53 Frustración 57 Frustración 39 Éxito 82 Angustia 41
Foto 37 % Foto 38 % Foto 39 % Foto 40 % Foto 41 % Foto 42 %
Miedo 84 Pena 61 Seguridad 67 Pena 67 Seguridad 80 Miedo 84
Foto 43 % Foto 44 % Foto 45 % Foto 46 % Foto 47 % Foto 48 %
Seguridad 78 Miedo 88 Pena 80 Sin pena 84 Aceptación 69 Rechazo 71
Foto 49 % Foto 50 % Foto 51 % Foto 52 % Foto 53 % Foto 54 %
Aceptación 18 Rechazo 29 Sin pena 78 Rechazo 63 Sin pena 73 Aceptación 38
Fuente: elaboración propia.
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Cuadro 2a
Resultados del análisis de frecuencias, transformado a porcentaje, de la asociación
que realizaron los niños de 3º y 5º de primaria de las imágenes seleccionadas con alguna
emoción de las presentadas en las opciones de respuesta (n = 70)
430
Foto 13 Opción/sujeto % Foto 14 Opción/sujeto % Foto 15 Opción/sujeto %
Tristeza Tristeza 79 Enojo Enojo 89 Tristeza Tristeza 96
Foto 16 Opción/sujeto % Foto 17 Opción/sujeto % Foto 18 Opción/sujeto %
Enojo Enojo 90 Afecto Afecto 93 Lástima Lástima 70
Foto 19 Opción/sujeto % Foto 20 Opción/sujeto % Foto 21 Opción/sujeto %
Nada Nada 86 Calma Calma 70 Calma Calma 24
Foto 22 Opción/sujeto % Foto 23 Opción/sujeto % Foto 24 Opción/sujeto %
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
431
Foto 43 Opción/sujeto % Foto 44 Opción/sujeto % Foto 45 Opción/sujeto %
Enojo Enojo 90 Afecto Afecto 93 Lástima Lástima 70
Foto 46 Opción/sujeto % Foto 47 Opción/sujeto % Foto 48 Opción/sujeto %
Nada Nada 86 Calma Calma 70 Calma Calma 24
Foto 49 Opción/sujeto % Foto 50 Opción/sujeto % Foto 51 Opción/sujeto %
Lástima Lástima 80 Calma Calma 69 Lástima Lástima 57
Fuente: elaboración propia.
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
432
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
433
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Cuadro 3
Resultados del análisis psicométrico clásico
de las 12 habilidades propuestas para construir la inteligencia
perceptual en el nivel de operación básico
Habilidad
discriminación
Reactivos para
Punto biserial
de respuestas
Proporción
Índice de
correctas
reactivos
Total de
revisar
Alpha
Rb
> 0.16 > 0.35 > 0.35
Atención perceptual 37 33 18 28 0.888 1
Agrupamiento 12 11 9 9 0.568 0
Estabilidad de la forma 6 4 3 4 0.210 1
Continuación de la forma 8 8 5 7 0.390 0
Simetría de la forma 11 9 7 9 0.714 0
Forma dominante 4 4 4 4 0.864 0
Cierre visual 22 19 9 16 0.847 2
Secuencia perceptual 5 5 2 5 0.305 0
Memoria perceptual 20 20 14 18 0.778 1
Reconocimiento de la 6 6 6 6 0.917 0
información
Discriminación perceptual 30 26 21 25 0.906 4
Descripción perceptual 10 10 10 10 0.811 0
Fuente: elaboración propia.
434
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Cuadro 4
Resultados del análisis Rasch de la teoría de la respuesta
al ítem de las 12 habilidades propuestas para construir la inteligencia
perceptual en el nivel de operación básico
Habilidad
que se encuentran en un
Frecuencia de reactivos
Frecuencia de reactivos
Ji-cuadrada
- 2.5 a 2.5
rango de
gl
R
- 2.5 a 2.5 < 25
Atención perceptual 37 4 24 19 0.834 10
Agrupamiento 12 0 12 7 0.686 0
Estabilidad de la forma 6 0 5 3 0.457 1
Continuación de la forma 8 0 8 5 0.587 0
Simetría de la forma 11 0 10 7 0.628 3
Forma dominante 4 0 4 1 0.404 0
Cierre visual 22 4 22 9 0.720 6
Secuencia perceptual 5 0 5 3 0.474 0
Memoria perceptual 20 2 17 12 0.768 3
Reconocimiento de la Información 6 0 6 3 0.526 0
Discriminación perceptual 30 3 27 15 0.827 5
Descripción perceptual 10 0 10 7 0.642 0
Fuente: elaboración propia.
435
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Cuadro 5
Resultados del análisis psicométrico clásico de las 14 habilidades
propuestas para construir la inteligencia cognitiva en nivel de
operación básico
Habilidad
respuestas correctas
Total de reactivos
discriminación
Reactivos para
Proporción de
Punto biserial
Índice de
revisar
Alpha
Rb
> 0.16 > 0.35 > 0.35
Atención cognoscitiva 24 22 20 20 0.883 0
Descripción 24 18 9 13 0.629 2
Discriminación 12 12 12 12 0.813 0
Memoria para detalles 8 8 7 8 0.702 0
Reconocimiento 12 6 8 9 0.694 2
Clasificación 80 77 67 67 0.972 10
Organización 8 6 4 5 0.388 0
Jerarquización 9 4 2 5 0.191 0
Asociación 25 25 21 25 0.928 0
Secuencia 18 18 11 18 0.865 0
Vocabulario 37 31 25 25 0.908 6
Conceptualización 13 8 9 11 0.717 4
Seguimiento de instrucciones 10 9 8 8 0.368 2
Ejecución 5 2 2 5 0.761 0
Fuente: elaboración propia.
436
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Cuadro 6
Resultados del análisis Rasch de la teoría de la respuesta
al ítem de las 14 habilidades propuestas para construir la inteligencia
cognitiva en nivel de operación básico
Habilidad
valor menor a 25
Ji-cuadrada
- 2.5 a 2.5
rango de
gl
R
- 2.5 a 2.5 25
Atención cognoscitiva 24 3 17 13 0.793 6
Descripción 24 0 21 14 0.803 3
Discriminación 12 1 11 8 0.679 1
Memoria para detalles 8 0 8 6 0.588 0
Reconocimiento 12 1 12 6 0.673 0
Clasificación 80 2 69 19 0.932 24
Organización 8 0 8 6 0.576 0
Jerarquización 9 0 9 5 0.587 1
Asociación 25 1 25 10 0.811 1
Secuencia 18 2 17 9 0.744 3
Vocabulario 37 0 25 19 0.860 21
Conceptualización 13 0 13 6 0.701 0
Seguimiento de instrucciones 10 0 12 6 0.625 2
Ejecución 5 1 4 3 0.440 1
Fuente: elaboración propia.
437
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
Cuadro 7
Resultados del análisis psicométrico clásico
de las 11 habilidades propuestas para construir la inteligencia
emocional en nivel de operación básico
Habilidad
respuestas correctas
Total de reactivos
discriminación
Reactivos para
Proporción de
Punto biserial
Índice de
revisar
Alpha
Rb
> 0.16 > 0.35 > 0.35
Percepción 14 13 1 8 0.279 0
Reconocimiento 45 43 10 12 0.587 9
Diferenciación 66 55 9 11 0.534 21
Memoria sensorial-emocional 24 24 8 11 0.599 0
Relacionar 23 18 12 19 0.794 0
Empatía 39 39 27 27 0.879 0
Flexibilidad en el sentimiento 28 28 20 22 0.842 0
Tolerancia 26 26 23 25 0.927 0
Recuperación del estado emocional 18 18 13 14 0.788 0
Concepto social 29 26 7 4 0.149 8
Percepción afectiva social 13 13 10 11 0.723 0
Fuente: elaboración propia.
438
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
Cuadro 8
Resultados del análisis Rasch de la teoría de la respuesta
al ítem de las 11 habilidades propuestas para construir la inteligencia
emocional en nivel de operación básico
Habilidad
valor menor a 25
Ji-cuadrada
- 2.5 a 2.5
gl
R
- 2.5 a 2.5 25
Percepción 14 2 14 6 0.609 6
Reconocimiento 45 2 44 13 0.884 4
Diferenciación 66 2 63 14 0.765 8
Memoria sensorial-emocional 24 0 22 12 0.814 2
Relacionar 23 1 22 12 0.916 6
Empatía 39 1 39 10 0.868 1
Flexibilidad en el sentimiento 28 2 28 12 0.833 2
Tolerancia 26 8 28 8 0.802 8
Recuperación del estado emocional 18 2 18 8 0.735 6
Concepto social 29 0 25 10 0.824 4
Percepción afectiva social 13 1 12 7 0.691 2
Fuente: elaboración propia.
Conclusiones
439
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
440
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
441
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
442
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
443
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
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444
Modelo para la evaluación de habilidades perceptuales, cognoscitivas y emocionales
445
Zalce Aceves, Castañeda Figueiras y Sánchez Sosa
446
Aproximaciones al estudio de la neurociencia
del comportamiento
se terminó de imprimir en febrero de 2010
en los talleres de Ediciones de la Noche.
Guadalajara, Jalisco.
El tiraje fue de 500 ejemplares.
www.edicionesdelanoche.com