Está en la página 1de 2

Peut-on encore penser les phénomènes politico-religieux contemporains avec

les outils freudiens ?

La pregunta que se plantea el profesor nos permite abrir dos dimensiones de manera inmediata: 1)
¿cuáles son los fenómenos político-religiosos contemporáneos? Y 2) ¿cuál es el contexto de
producción de las herramientas freudianas y cómo estas podrían o no sernos actuales?
Esta última implica revisar las teorías culturales en Freud, para problematizar allí lo que
entendemos por lazo social.

En ese contexto, el desarrollo de estas tesis que dialogan con las ciencias humanas, tiene un
trasfondo basado en su teoría de las neurosis. En consecuencia, una primera pregunta sería si la
neurosis sirve como matriz para explicar los fenómenos grupales actuales. Ahí donde para el
profesor la forma de grupos radicales islamistas pareciera seguir una lógica más cercana a la
paranoia que a la neurosis.

Dicho esto, no bastaría con decir que hoy el modelo propio del lazo social (en estos grupos) es más
cercano a la neurosis y luego extrapolar las teorías culturas sobre aquello. Dichas teorías se basan
en una concepción neurótica del lazo social en relación a la figura del contrato, la ley, la autoridad,
que no es para nada la misma en un lazo paranoico.

Allí donde antes podrían verse grupos constituidos para tramitar la renuncia pulsional, para hacer
frente a la pérdida mediante la identificación entre los hermanos, entre los iguales ( vía imaginaria)
o para la restitución de una autoridad perdida/ padre muerto (vía simbólica), hoy podríamos
enfrentarnos a grupos articulados no por la pérdida sino más bien por un exceso, un plus de goce
(vía real), instaurando la dependencia a un modo de goce: consumir más.

¿Se trata de reintroducir la falta ahí donde la sociedad busca colmarla? Sin duda una opción
interesante y sugerente ya que la falta como tal sería el fundamento de la circulación, del
intercambio de aquello que una antropología maussiana llamaría con toda propiedad el fundamento
de lo social (para hacer presente de nuevo la cuestión del lazo).

Pero al mismo tiempo la crítica a la actualidad de las herramientas freudianas implica pensar
siempre una teoría en relación a su contexto de producción, sus condicionantes. Para así estar
advertidos cuando una disciplina vuelve sus lecturas más prescriptibles que críticas. Eso puede
llevar a la construcción de grupos por efecto de discriminación. Un alterización de aquello que es
rechazado en uno mismo, puesto afuera bajo el estatuto de “minoría”.

Y en ese punto, la crítica vale para las ciencias sociales en general. En la medida que estas han
debido hacerse cargo de sus propias prescripciones y producciones.

En el caso de la antropología se ha sostenido constantemente una pregunta por la actualidad de las


herramientas de Mauss y de las herramientas de Levi-Strauss. Lo cual, en la práctica, no es sólo una
crítica al contexto intelectual y teórico, allí donde la fuerza de la descripción en Mauss hallaría su
cambio frente a la eficacia del análisis estructural en Levi-Strauss. Con mucha anterioridad, la
crítica buscaría ubicarse en hecho mismo de la escritura de las observaciones. Esta han sido tratadas
como objetos naturales. Como si la letra misma fuese la totalidad de la experiencia de las tribus.
Siendo que antes de ser un texto, todo análisis está referido a un conjunto de conversaciones, es
decir, a un contexto. No problematizar aquello, a saber: cómo la antropología usa el contexto, sería
ocultar la dimensión política de la investigación y su manera de su escritura. Por ejemplo, qué
quiere decir observar, cuál es la importancia del telón de fondo del colonialismo en la observación.
Entonces, la antropología debiese trabajar las posibilidades de nuevas formas de escrituras, de
modos textuales que no enfrenten la vida cotidiana desde un lenguaje extraordinario (Eric Chauvier
Anthropologie de l’ordinaire).

Necesidad de salir fuera del psicoanálisis para escuchar su contemporaneidad. Pensar el


psicoanálisis como la formación de un discurso particular pero también como una herramienta para
revelar el funcionamiento de otros discursos y de sí mismo.

También podría gustarte