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RESTAURACIÓN Y
REVOLUCIÓN EN EUROPA.
Las monarquías restauradas y los antiguos grupos dirigentes que han vuelto a
tomar el poder político, se apoyan para la construcción de Europa restaurada sobre un
movimiento ideológico europeo de reacción contra todo lo que representa el
individualismo y el liberalismo revolucionarios y de apoyo y defensa de la tradición.
Este movimiento tiene sus orígenes a finales del siglo XVIII en autores
británicos, como BURKE, franceses, como J. DE MAISTRE, y alemanes (NOVALIS);
pero sólo a partir de 1815 dan sus obras fruto. Varias corrientes de pensamiento
confluyen en la filosofía de la Restauración.
El tradicionalismo francés, que surge como resultado de una reflexión sobre la
revolución de 1789, Así, autores como BONALD o MAISTRE, insisten en el origen
teocrático de los soberanos legítimos, que tienen su poder por delegación del único y
verdadero soberano, el papa infalible, representante de Dios entre los hombres. El
hombre, afirman ambos, no puede crear nada nuevo en el mundo político ni en el físico:
“Puede, sin duda, plantar un pepino, hacer creer un árbol, perfeccionarlo mediante
injertos y podarlo de cien modos distintos, pero jamás se ha podido imaginar que pueda
crear un árbol; ¿cómo ha podido, entonces, imaginarse que tuviese poder para crear
una constitución?” .
En Suiza, Ludwig Von HALLER también reacciona contra el racionalismo del
siglo XVIII y a favor de los Estados absolutos. Según HALLER (Restauración de la
ciencia del Estado) el soberano reina no en virtud de una delegación, sino de un derecho
y no administra la cosa pública, sino sus propios bienes y propiedades particulares.
Las tesis de los románticos alemanes son equivalentes. Siguiendo de una
manera creciente la influencia de la Iglesia, aportan una justificación teológica a las
ideas de legitimidad, jerarquía y autoridad. Tanto los católicos, reunidos en Munich en
torno a GÖERRES, como los protestantes, con STALL, expusieron la justificación de
carácter divino de la autoridad monárquica. En Prusia, HEGEL (Filosofía del Derecho)
considera el Estado como una realidad permanente, que preexiste a los individuos y que
no emana de la voluntad general, sino que es una realidad absoluta.
Las clases dirigentes de 1815 cuentan a su favor con la sumisión de las masas
rurales y la estrechez de la vida urbana Pero será la evolución de la economía y su
paralelo en la sociedad la que va a afectar a la filosofía y al sistema de la Restauración.
El desarrollo de la gran industria, dice Droz, va a actuar sobre la sociedad heredera del
Antiguo régimen y a hacer de la burguesía el elemento fundamental de la nueva vida
política.
II.1. Las potencias y sus dirigentes políticos. Las potencias y los dirigentes que
deciden y dominan son los “cuatro grandes vencedores de Napoleón, a los que se añade
la Francia borbónica restaurada. Sus caracteres respectivos son expuestos en líneas
generales a continuación.
RUSIA es la gran potencia eslava de Europa oriental que, por un lado, asienta
sus expectativas de grandeza y poderío entre su expansión hacia Europa (orientándose
tanto hacia el Báltico y Europa central como hacia los Balcanes y el Mediterráneo) y su
expansión por Siberia hacia el Pacífico y Asia Central. Por otro lado, se encuentra
dividida en el interior entre la alternativa política que ofrecen de una parte los
occidentalistas y de otra los eslavófilos. El protagonismo político ruso está representado
por el ministro Nesselrode y sobre todo por el Zar, Alejando I (1801-1825) que,
aunque imbuido por un misticismo mesiánico y unas inquietudes espirituales que quiere
reflejar en la ordenación de la política internacional, impregna también su acción de la
inestabilidad de sus ideas y convicciones, por causas tanto personales como sociales y
políticas, al considerar la escisión de la sociedad rusa entre occidentalistas y eslavófilos.
Las ideas sobre las que se fundamenta la Restauración son: el principio, tanto en
el orden moral como jurídico, de la Legitimidad. La paz no existe si al frente de los
Estados no se encuentran los soberanos legítimos. La legitimidad se refiere en primer
lugar al Titular, como formula Talleyrand, quien consigue la aceptación de los
Borbones para el trono francés. Se refiere, en segundo lugar, la legitimidad al ejercicio;
el rey legítimo no debe estar frenado por una constitución, su poder es de origen divino.
A partir de esta afirmación, la soberanía popular es considerada como una usurpación,
una herejía política. Talleyrand coloca a la Historia como principio legitimador: los
monarcas legítimos gobiernan durante siglos; los soberanos ilegítimos, como Napoleón,
se sientan en la fuerza, no en el derecho, y su duración es tan breve como sus triunfos
militares.
II.3. Los acuerdos y las alianzas en las que se establecen de forma práctica
tales principios por parte de las potencias dominantes y sus dirigentes políticos, y que
dan nacimiento a la nueva configuración de Europa y a una nueva organización
internacional son:
El Primer Tratado de París (30 de mayo de 1814), establecido tras la primera
derrota de Napoleón (Leipzig) y que, negociado por Talleyrand ante las potencias
vencedoras, reduce a Francia, con Luis XVIII como rey restaurado, a sus fronteras de
1792; pierde las llamadas fronteras naturales y conserva los enclaves extranjeros de
Avignon, Alsacia, Saboya y Mulhouse. Cediendo Isla Mauricio, en el Índico, a
Inglaterra.
El Congreso de Viena (10 de octubre de 1914 a 9 de junio de 1815) fue la gran
conferencia que organiza Europa y constituye uno de los grandes acontecimientos
políticos del continente. Toda Europa, incluso la Francia vencida, estuvo representada
en esta magna reunión que tomó medidas decisivas, tanto para reconstruir el continente
tras la guerra, como para intentar asegurar la paz continental en los años futuros.
El Congreso, minuciosamente estudiado por Nicolson, comenzó sus reuniones
en la capital austriaca en septiembre de 1814. Participan en él los grandes monarcas
europeos Francisco I de Austria, Alejando I de Rusia, Federico Guillermo III de Prusia,
y los máximos dirigentes políticos de las cuatro grandes potencias vencedoras de
Napoleón, que sea articulan como órgano rector del Congreso bajo al fórmula de
Cuádruple Alianza, y que son: Metternich, Nesselrode, Castlereagh y Handerberg. A
estos cuatro grandes se incorpora, durante el desarrollo del mismo, Talleyrand, por
Francia, dando así origen a la Pentarquía o comité de los cinco, como grupo dominante.
España estuvo representada por Pedro Labrador.
Desde la fecha inicial de apertura de las reuniones (10 de octubre de 1814) se
plantean problemas de procedimiento y para su funcionamiento interno se establecen
diez comisiones de trabajo.1 Nicolson señala las cuestiones más desatacadas de los
trabajos del Congreso:
- Los problemas y las negociaciones con Polonia.
- Los problemas italiano (Nápoles e Italia del Norte) y alemán (Confederación
Germánica, de 38 Estados).
- Las cuestiones generales, que afectan en cada caso, a los Países Bajos, España,
Portugal, la abolición de la trata de negros, la cuestión judía en Alemania, las aguas
internacionales y precedencias diplomáticas.
Por fin, el 9 de junio de 1815 se firma el Acta final del congreso de Viena que
son sus logros, y a pesar de sus fallos, reconstruye y simplifica el mapa de Europa y
1
Estas diez comisiones de trabajo, según enumera Nicolson, son: Alemania; de Conferencia, Suiza, para
Toscana, para Cerdeña y Génova; para el Ducado de Beuillon; de las vías navegables internacionales; de
las precedencias diplomáticas; de estadística y de redacción de textos.
asegura un largo periodo de paz al continente. Se han dado diversas interpretaciones de
los acuerdos finales de Viena: por un lado, el Acta final puede considerarse como una
fórmula intermedia entre los principios y realidades nacionales suscitadas de hecho por
la guerra, siendo los acuerdos un reflejo de la nueva situación producida en Europa; por
otro lado, no parecen haberse atendido, en las disposiciones territoriales, los deseos de
algunos pueblos europeos, ya que Italia queda dividida, Bélgica y Polonia quedan bajo
dominio extranjero, Alemania queda simplificada pero con gérmenes internos de
inestabilidad; los pueblos cristianos de los Balcanes siguen bajo dominio turco, las
monarquía absolutas se dan seguridades contra las aspiraciones liberales y nacionales de
las burguesías que desembocarán en movimientos revolucionarios contra el sistema
impuesto en Viena.
Los acuerdos territoriales más importantes que suponen una nueva ordenación
europea son:
Bélgica queda unida a Holanda, integrando el Reino de los Países Bajos.
Prusia se incorpora Renania y parte de Sajonia.
Austria, que conserva parte de Polonia, recibe el reino Lombardo-Véneto, Tirol
y las Provincias Ilíricas, además de la influencia sobre los ducados de Parma, Módena y
Toscana.
Alemania queda reconstruida como Confederación Germánica, integrada por
treinta y ocho Estados; entre ellos, un Imperio, que es Austria, y cinco reinos (Prusia,
Sajonia, Baviera, Wurttenberg y Hannover)
Rusia conserva Besarabia, se anexiona Finlandia y la mayor parte de Polonia,
mientras Cracovia queda como República independiente.
Suecia se anexiona Noruega, formando el Reino Escandinavo.
Dinamarca recibe Holstein.
Italia queda de nuevo dividida: se reconstruyen los Estados de la Iglesia, bajo la
soberanía del Papa; el Reino de Piamonte-Cerdeña queda para los Saboya; el Reino de
las dos Sicilias vuelve a los Borbones, y los Ducados bajo la influencia austriaca.
Suiza queda con 22 cantones y se reconoce su neutralidad.
Inglaterra, que aparece como la verdadera vencedora y beneficiaria, se
incorpora Heligoland, Malta, Islas Jónicas, El Cabo y Ceilán que, junto con Isla
Mauricio y Trinidad y Tobago, le aseguran el control sobre las rutas oceánicas.
Entre 1815 y 1849 Europa conoció tres oleadas revolucionarias sucesivas: hacia
1820, hacia 1830 y en 1848.
La Santa Alianza.
Por primera vez después de quince años, declaro a la Cámara que siento un
cierto temor ante el porvenir. La sensación, el sentimiento de inestabilidad, precursor de
la revoluciones, existe hasta el más alto grado en el país. Si se presta un cuidado atento
a la clase que gobierna y a la que es gobernada, lo que se percibe en uno y otra asusta e
inquieta. Lo que veo puedo expresarlo en pocas palabras: las costumbres públicas sufren
una continua alteración. Como la moral no reina ya en los actos principales de la vida,
no se manifiesta tampoco en los de menos importancia, y como el interés ha sustituido
en la vida pública a los sentimientos desinteresados, constituye ley en la vida privada.
Mirad lo que sucede dentro de la clase trabajadora, que hoy, es preciso reconocerlo, se
mantiene tranquila. ¿No veis que sus pasiones han dejado de ser políticas para
convertirse en sociales? Discute la justicia del reparto y la propiedad. Mi convicción
profunda es que dormimos sobre un volcán. En el régimen de 1830 se ha desarrollado la
libertad mucho menos de lo que sería lícito esperar. Los gobernantes han concedido una
especie de salvoconducto para la inmoralidad y para el vicio. Cuando me dedico a
investigar, en tiempos diversos y entre pueblos diferentes, la causa que ha llevado a la
ruina a una clase de gobierno, percibo con claridad un determinado acontecimiento, un
tal hombre, un motivo accidental y superficial; pero, creedme, la causa real y decisiva
que hace perder a los hombres el poder, es la de haber llegado a hacerse indignos de
conservarlo. Creo en la utilidad de la reforma electoral, en la urgencia de la reforma
parlamentaria; pero no soy tan insensato como para ignorar que no son las leyes
elaboradas con este fin las que labran el destino de los pueblos. No, no es el mecanismo
de la leyes el que origina los grandes acontecimientos en este mundo. Lo que produce
los acontecimientos es el espíritu de gobierno.
ÍNDICE.
A) PRIMERA PARTE: LA
RESTAURACIÓN Y LA EUROPA DE
LOS CONGRESOS.
I BASES IDEOLÓGICAS DE LA
RESTAURACIÓN.
II EL CONGRESO DE VIENA Y LA
SANTA ALIANZA.
II.1. Las potencias y sus dirigentes
políticos.
AUSTRIA
RUSIA
GRAN BRETAÑA
PRUSIA
FRANCIA
II.2. Las ideas y principios de la
Restauración.
Legitimidad.
Responsabilidad.
Equilibrio.
Intervención.
II.3. Los acuerdos y las alianzas.
Primer Tratado de París (30 de mayo de
1814)
El Congreso de Viena (octubre de 1814
a junio de 1815).
La Santa Alianza
Cuádruple Alianza.
Segundo Tratado de París.
III LA EUROPA DE LOS CONGRESOS
Y EL SISTEMA DE METTERNICH
Aix-La-Chapelle (1818)
Carlsbad (1819)
Troppau (1820)
Laybach (1821)
Verona (1822)
B) SEGUNDA PARTE: LAS REVOLUCIONES Y LA EXPANSIÓN DEL
LIBERALISMO.
IV. LAS REVOLUCIONES DE 1820.
V. MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE 1830.
V.1. La revolución en Francia.
V.2. Revolución e independencia en Bélgica.
V.3. La reforma parlamentaria de 1832 en Inglaterra.
V.4. Valoración de las revoluciones de 1830.
VI LAS REVOLUCIONES DE 1848.
VI.1. Causas de las revoluciones
VI.2. El estallido: Revolución de Febrero en Francia.
VI.3. El avance revolucionario (marzo junio).
VI.4. Reflujo de la revolución (julio-diciembre)
VI.5. Derrumbe de la revolución (diciembre de 1848-agosto de 1849).
VI.6. Consecuencias de las revoluciones de 1848.