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“¡Luz, más luz!” (El poeta, novelista y dramaturgo alemán Johann Wolfgang
von Goethe en 1832, en su lecho de muerte de su casa de Weimar).
“¡Qué pérdida irreparable! ” (El filósofo francés Augusto Comte, uno de los
máximos exponentes del positivismo, mientras agonizaba en 1857 en su
casa de París, Francia).
”Mañana muchos maldecirán mi nombre” (El mismo Adolf Hitler, líder del
Tercer Reich alemán, segundos antes de suicidarse en su búnker de Berlin
en abril de 1945).
David Hume, el célebre filósofo ateo, gritó: “¡Estoy entre las llamas!” El
espectáculo de su desesperada agonía fue horrible.
Thomas Hobbes, filósofo inglés: “Me encuentro ante un horrendo salto a las
tinieblas.”
Yagoda, jefe de la policía secreta rusa: “Tiene que haber un Dios y éste me
castigará por mis pecados.”
Hugo Chávez:
"No quiero morir. Por favor, no me dejes morir"
" Sobre la Tierra hay millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al
cuidado de mí solo? "
León Tolstoi.