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Un huerto en casa

El cultivo de las hortalizas en el hogar se ha extendido de tal forma que ya es extraño tener una parcela de
tierra en las casas que esté sin labrar. Grandes beneficios se derivan de este uso, pues los productos que
obtenemos son deextraordinaria calidad y nuestros jardines están mucho más aprovechados. Además,
gracias al cuidado del huerto, son muchas las personas que han encontrado una magnífica afición para
aprovechar el tiempo de ocio.

La creación de huertos particulares se propaga con rapidez. No es para menos, ya que las ventajas que
reporta son muy amplias. No cabe duda de que las verduras son una gran fuente de sales minerales, fibras y
vitaminas, totalmenteimprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por tanto, ¿qué
mejor que tenerlas en nuestra propia casa?

Otra ventaja es la mínima merma de propiedades de las hortalizas recién cortadas, a diferencia de las que se
comercializan, que llevan cosechadas mucho más tiempo y se han desprendido ya de buena parte de sus
nutrientes. A esto se suma el sabor, que evidentemente no es comparable entre unas y otras. El ahorro
económico es otro aliciente, además de la sana y saludable tarea que resulta cuidar el huerto, apta y
recomendable para cualquier componente de la familia.

Hemos de destacar también la variedad. Cuando llegamos al mercado es frecuente escuchar "se nos ha
acabado", o "eso no nos lo traen", que, en este caso, es un problema olvidado. Si ya te has decidido a cultivar
un huerto, a continuación te explicamos los pasos que debes seguir para que se desarrolle adecuadamente.

La superficie

La longitud del terreno varía en función del espacio disponible. Para hacernos una idea, contando con un
espacio de20 a 25 metros cuadrados tendremos suficiente y así gozar del placer de llevar frutos recién
cultivados a nuestra mesa todo el año. Se recomienda que el suelo sea arenoso o arcilloso y tenga un buen
drenaje.

Fundamental es también planificarse, para lograr una productividad intensa. Ciertos componentes son vitales
para la ejecución de nuestro propósito y han de ser sistemáticos. Se trata de regar o abonar el terreno.
Otra forma de evitar sorpresas desagradables es pronosticar inconvenientes que nos pueden perjudicar
como, por ejemplo, el clima. Existen situaciones extremas, como una nevada, que son capaces de arruinar
toda la cosecha. En tales casos es preferible reemplazar los vegetales por nuevas plantas, aunque sean de
distinta variedad. Otra opción essembrar de nuevo, para lo que debemos consultar los calendarios de
sembrado, transplantes y los ciclos vitales de las especies.

Especies de cultivo
Es sabido por todos que, al igual que las frutas, las verduras tienen cada una su época. Los periodos de
plantación son muy importantes y tan sólo existen dos especies que nos permiten hacerlo durante todo el
año: el rábano y los guisantes.

El mes favorito de los vegetales parece ser Septiembre, que es cuando inician el ciclo la mayoría de
las hortalizas, por ejemplo: alcachofas, acelgas, apio, remolacha, maíz, pepino, pimientos, sandías y tomates.
Para tener un huerto completo, sólo nos faltan las hierbas aromáticas. Podemos recurrir al cilantro, la
albahaca, la menta, el romero, la salvia, entre otras variedades.
¿Semillas o macetas?

Para todos los gustos. Comprar las plantas para el huerto te ofrece dos opciones, germinadas en maceta o
semillas. Cualquier amante de la naturaleza encontrará satisfactorio ver su huerto crecer poco a poco de las
pequeñas semillas. Otros, sin embargo, son más impacientes y prefieren recurrir a viveros, donde las plantas ya
están más desarrolladas y, por tanto, tardan menos en ofrecernos sus frutos.

Ahorrar dinero como horticultor es muy fácil, ya que se pueden utilizar las semillas que produce cada cosecha
para posteriores siembras (multiplicación). Si es la primera vez que cultivamos verduras y
hortalizas, tendremos que comprarlas: se recomiendan las semillas que vienen con un sistema de protección
de epidemias, plagas o enfermedades. En cualquier caso, los viveristas nos aconsejarán las más adecuadas
para nuestro clima y terreno.
La desventaja de las semillas es que muchas plantas tienen un desarrollo excesivamente lento y que
requieren muchos cuidados adicionales. Si te armas de paciencia, conseguirás unos resultados excelentes, en
especial, con las anuales, bianuales y perennes.

Organiza los cultivos

La organización es imprescindible para lograr nuestra meta. Los terrenos deben subdividirse en parcelas y,
cada una de ellas, albergará un producto diferente. Sin embargo, no se pueden segmentar sin un orden y
hemos de tener presente nuestro objetivo principal, obtener el máximo rendimiento.

Las dimensiones mínimas han de ser 5 m. de largo por 1 m. de ancho, pero cuanto más ancho sea mucho
mejor, ya que facilitaremos el movimiento en la zona. La disposición se hará buscando la exposición solar más
favorable. El aire,sol y agua son estrictamente necesarios para el correcto desarrollo de nuestros vegetales,
así que procuraremos no tener cerca otros árboles o arbustos con el fin de no tener que compartir con ellos
estas fuentes de vida.

Después de establecer nuestro terreno y plantar las semillas, no podemos dejar que un simple pisotón nos lo
estropee. Las raíces de las plantas y los demás seres vivos que habitan bajo el suelo son para nosotros
una garantía de supervivencia de los vegetales (las raíces construyen cámaras de aire, remueven el
suelo...) y no debemos modificar su ritmo de desarrollo. La solución es cercar la zona con redes, muy
prácticas porque no necesitan mantenimiento, y que pueden ser de distintos materiales, principalmente hierro o
plástico.

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