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Universidad Católica Juan Pablo II

Managua-Nicaragua
Docente: Lic. Roger Dixon Baker

Asignatura:
Ética Profesional
Carrera. Teología

“Definición y Compresión de Persona”

Presentado por: Gabriel Antonio Chávez Carballo


Definición de persona
El término latino persona proviene del verbo personare, que significa «re- sonar, hacer eco, sonar
con fuerza». La raíz de este significado hay que buscarla en el término griego prósopon
(literalmente significa «aquello se pone delante de los ojos») que era la máscara utilizada por los
actores en el teatro para hacer más sonora la voz del actor: con esta carátula la voz del personaje
sobresalía, se hacía oír. Pero además, la máscara del teatro servía para identificar a los personajes
en la acción teatral: tenía la función de dar a conocer la identidad del personaje dentro de la
representación1.
La escolástica se esfuerza por lograr una definición conceptual de la persona, pues se pensó
que era necesario encontrar una definición esencial de la misma que conviniera tanto a las
personas divinas como a la persona del hombre. Para ello partieron algunos preferentemente del
«ser en sí» (subsistencia, autonomía), mientras que otros prefirieron el «estar en relación» (relatio,
referencia a), como lo más destacado que constituye a un ser personal.

Definición de persona en la escolástica


Se advierte que «el vocablo persona se halla emparentado, en su origen, con la noción de lo
prominente o relevante, es decir, algo notable, apreciable, un individuo, un ser. Para luego
significar la singularidad de cada individuo humano, que descansa en el hecho de que el hombre
se sabe distinto de todos los otros hombres y de todo lo demás, a la vez que toma posición frente
a sí mismo y frente a la restante realidad.
Por consiguiente, en la personalidad entran, de una parte, la conciencia y la libertad y, de la
otra, la relación con el resto de los seres y especialmente con otras personas. Es necesario
distinguir entre la persona como disposición estructural que corresponde a cada hombre en virtud
de su peculiaridad biopsíquica, y la personalidad como proceso y realización existencial. Por lo
mismo, la personalidad es un concepto dinámico, una definición que tiene que hacerse realidad
en el proceso de la vida humana.

La concepción de persona en la teología y en la filosofía actual


El concepto moderno de persona define la personalidad desde la conciencia humana a través de
los elementos de autoposesión y autodeterminación que, como finitas y limitadas (por el tiempo
y el mundo), están referidas a la conciencia divina absoluta (K. Rahner). El personalismo dialógico
(como lo desarrollan, por ej., F. Ebner y M. Buber) corrige o completa ese concepto de la
personalidad a través del elemento de la relación humana (relación yo-tú). El hombre se descubre
como persona a del otro; se convierte en persona.

La enseñanza de la iglesia sobre la persona humana


Lo primero que reconoce la iglesia en el hombre es la dignidad de ser persona, creada a imagen
de Dios, con voluntad e intelecto para amarle y conocerle, y que ésta representa el fin último de
la sociedad, que está a ella ordenada A este hombre es a quien la iglesia dirige su servicio,
recordándole su altísima vocación. Es decir, la persona humana, irrepetible, única, inviolable e
inalienable es por quien el verbo divino tomo carne y lo redimió del pecado, para estar en
comunión con Dios que le ama y le llama. Por su dignidad está llamada, a una unión íntima con

1
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA CUADRADO Antropología Filosófica. 5ta Edición. Ediciones Eunsa. Pamplona,
2001. p. 125.
Dios, y por su corporeidad manifiesta la grandeza de Dios a los demás hombres, con las que se
relaciona y comunica. Esta dignidad de la persona es la que constituye la fuente de los demás
principios de toda enseñanza moral y social de la iglesia.
La doctrina de la Iglesia fundamenta y explica la personalidad del hombre desde su creación
como imagen y semejanza de Dios (GS 12) y desde su vocación a la salvación comunitaria (GS 24).
De ahí que sea cometido capital de la Iglesia la «salvación de la persona humana» (GS .1), I.t
«personalización» del hombre en el entramado cada vez más tupido de las conexiones sociales
(GS 6).

Dimensiones y características de la persona humana


1. Unidad de la persona. La persona —incluido el cuerpo— está confiada enteramente a sí
misma, y es en la unidad de alma y cuerpo donde ella es el sujeto de sus propios actos
morales ». es Única e irrepetible. El hombre existe como ser único e irrepetible, existe
como un « yo », capaz de autocomprenderse, autoposeerse y autodeterminarse.

2. Abierta a la trascendencia. A la persona humana pertenece la apertura a la trascendencia:


el hombre está abierto al infinito y a todos los seres creados.

3. Libertad de la persona. La Persona es libre cuando puede dirigirse hacia el bien que Dios
le ha dado como signo eminente de su imagen. Nada puede oponerse a ello.

4. La igual dignidad de todas las personas. « Dios no hace acepción de personas » (Hch 10,34;
cf. Rm 2,11; Ga 2,6; Ef 6,9), porque todos los hombres tienen la misma dignidad de
criaturas a su imagen y semejanza.

5. El respeto de la dignidad humana. Una sociedad justa puede ser realizada solamente en
el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana. Ésta representa el fin último
de la sociedad, que está a ella ordenada.

Bibliografía.

- JOSÉ ÁNGEL GARCÍA CUADRADO Antropología Filosófica. 5ta Edición. Ediciones


Eunsa. Pamplona, 2001.

- WOLFGANG BEINERT. Diccionario de Teología Dogmática. Editorial Herder.


Barcelona. 1990.

- Compendio de Doctrina social de la Iglesia. Disponible en httos//vatican.org.

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