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La deficiencia de yin y la deficiencia de yang

En la medicina china, la deficiencia de yin y la deficiencia de yang son dos términos


importantes
que se utilizan popularmente para explicar y clasificar las causas de las enfermedades.
La deficiencia de yin se suele manifestar en forma de estados febriles, sensación de
irritabilidad
y angustia, mucho sudor, un metabolismo rápido y un funcionamiento excesivo de otros
procesos
fisiológicos.
Las manifestaciones o los síntomas de la deficiencia de yang son la sensación de frío, el
nerviosismo, un sudor incesante, la pasividad, un metabolismo lento y un
funcionamiento
deficiente de los demás procesos fisiológicos.
Como la enfermedad es el resultado del desequilibrio del yin y el yang, el método de
curación
principal consiste en recuperar el equilibrio, asegurándose de lo que representan el yin y
el yang
en esa situación en concreto. La deficiencia se puede remediar mediante métodos como
«aumentar» y «tonificar», mientras que el exceso se puede reducir mediante métodos
como
«limpiar» y «dispersar». Por ejemplo cuando se produce una deficiencia de yin, es
posible
recuperar el equilibrio aumentando el yin y/o limpiando el yang. Hablaremos más al
respecto en
otros capítulos, más adelante.
Debemos recordar que, si bien este desequilibrio del yin y el yang es el principio
general que
se utiliza para el diagnóstico y también en terapéutica, no pretende ser una doctrina
absoluta, que
todo lo abarque, que simplifique las casusas y los remedios de todas las enfermedades,
reduciéndolos a un solo método sencillo, un error en el que suelen caer muchos
profanos y
algunos estudiantes mal informados. El principio del yin y el yang se puede comparar
con una
fórmula matemática, porque es capaz de expresar de forma sucinta ideas muy
complejas.
Este desequilibrio del yin y el yang que provoca enfermedades tiene muchas
manifestaciones
distintas. Se puede manifestar como una insuficiencia yin de las defensas de la sangre
frente a un
exceso yang por virus, como ocurre con el sarampión y la gripe. También, como un
funcionamiento yang excesivo de los procesos fisiológicos, por ejemplo, el desarrollo
exagerado
de la glándula tiroides que provoca el bocio. El desequilibrio puede manifestarse en
forma de una
insuficiencia de la materia yin, como los defectos estructurales de los órganos del
cuerpo. Puede
ser el desequilibrio del shen (espíritu) o de las «siete emociones», que ocasiona
trastornos
neurológicos o psiquiátricos.

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