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PIEDAD INFANTIL


LIBRITOS ILUSTRADOS A TODO COLOR
PARA NIÑOS PEQUEÑOS

LA BIBLIA DEL NIÑO
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
EL CREDO
LOS SACRAMENTOS
EL ROSARIO
HISTORIA DE JESUS
LA VIRGEN MARIA
SAN JOSE
LOS APOSTO LES
LAS MARAVILLAS DE FATIMA
SANTA BERNARDITA DE LOURDES
SAN FRANCISCO DE ASIS
SAN IGNACIO DE LOYOLA
SAN FRANCISCO JAVIER
SANTA TERESITA
SAN LUIS GONZAGA
SANTA ROSA DE LIMA
SANTA INES
SANTOS JUSTO Y PASTOR
DOS SANTOS DE LA EUCARISTIA
TODOS LOS SANTOS
LAS CRUZADAS

EL PRECIO DE CADA LIBRITO ES DE 30 PESETAS

Pídalos al APOSTOLADO MARIANO
c/Recaredo, 34 - Sevilla
X. TULLA Y A. CODESAL

MARAVILLAS
DELA
NATURALEZA

Ediciones Alonso 1 Apostolado Mariano


Esparteros, 4 Recaredo, 34
Madríd-12 Sevilla-3
INTRODUCCIÓN

¿Qué son «Las Maravillas de la Naturaleza»?


- Son todos aquellos fenómenos que suceden en el universo
y que la ciencia humana no le encuentra explicación, porque
para que sucedan es necesaria una sabiduría y un poder infini-
tamente superiores a los del hombre actual.
La Naturaleza, ¿tiene poder e inteligencia?
-En absoluto.
Pues si las «maravillas» que vamos a estudiar en este librito
es imposible que puedan hacerse sin mucha sabiduría e inteli-
gencia, ¿quién es el que las ordena? ·
-La respuesta no puede ser más clara y convincente: DIOS.
Y ¿no se pueden hacer ellas solas?
D.L. : M-27534-1981
l.S.B.N.: 84-371-1560 -4 - Eso es lo que dicen los ignorantes que no creen en Dios,
hnpreso en España • Printed in Spain pero esa afirmación es la cosa más absurda y necia que se
Talleres Gráficos Alonso, S.A.
Carretera de Pinto, km. 15,180.-Fuenlabrada (Madrid)
puede decir: ¡Lo que no son capaces de hacer entre todos los
3
científicos del mundo en sus laboratorios, decir que se hacen No; las plantas y los animales hacen «maravillas» que nos
solas sin alguien que las dirija! llenarán de asombro leyendo las páginas de este libro; pero no
Los hombres del mundo han conseguido ya unos niveles de tienen inteligencia, sino un simple instinto, o unas leyes de vida,
sabiduría que estamos asombrados de lo que han sido capaces que ordena y dirige Aquél que lo sabe y lo puede todo, y que,
de hacer. ¿Quién hubiera creído en el siglo XIX que a mediados aunque lo nieguen los ateos, es y se llama DIOS.
del siglo XX podríamos ver el fútbol en América desde nuestras
casas de Europa, y que algunos hombres conseguirían pasearse
por la Luna? Nadie lo hubiera creído y habrían dicho que esta-
ba loco el que se atreviera a decirlo. Sin embargo, la ciencia del
siglo XX ha conseguido todo eso y mucho más; pero otras cosas
que parecen tan sencillas como es la construcción de una
simple flor, y que los ignorantes dicen que se hacen solas, la
ciencia no es capaz de construirlas.
No se necesita mucha ciencia para hacer una flor de plásti-
co, tan bien hecha que parezca real, ¡pero no podremos conse-
guir jamás que una flor hecha por manos de hombres produzca
frutos y dé semillas! ¡Eso que parece tan sencillo a los que dicen
que se hacen solas, no lo conseguire.mos jamás!
¿Y no sería posible que las cosas tengan alguna inteligencia
aunque no lo demuestren?
- Eso no se lo cree ni el más tonto. ¿Quién sería capaz de
ponerse delante de un toro y torearlo si supiera que aquel toro
se iba a dar cuenta de sus trucos porque era inteligente? Nadie;
pero el torero se pone delante del toro y se burla de él porque
está seguro que el toro no tiene más que un simple instinto que
le obligará a portarse como todos los demás.
Si un hombre sospechara que los árboles y las plantas
tenían inteligencia, ¿cómo se atrevería a maltratarlas y dormir
tranquilo a la sombra de ellas?
4 5
El Libro de la Sabiduría, capítulo 13, versículos del 1 al 9,
nos dice: «VG!la es toda la ciencia de los hombres que no cono-
cen a Dios, y que por los bienes visibles no logran conocer al que
existe, ni considerando sus obras llegan a conocer al Artífice de
ellas, sino que se figuran que el fuego, el viento o las constela- ~
dones de los astros, o la gran mole de las aguas, o el sol o la lu-
na, etc., son los dioses gobernadores del mundo. Y encantados
de la belleza de tales cosas, las imaginaron como dioses, en vez
de comprender que si esas cosas son bellas, mucho más hermo-
so será el Creador y dueño de ellas, que es el Creador de toda
belleza. Y si se maravillaron del poder y energía de estas cosas,
deberían haber deducido cuánto más poderoso es el Creador
LA BIBLIA que las formó . Pues por la grandeza y hermosura de las criatu-
ras, es contemplado analógicamente su Creador... Porque si los
¿Qué es la Biblia?
hombres con su ciencia y saber llegaron a entender tarttas co-
-La Biblia es el libro más importante del mundo, porque es sas de la Naturaleza, ¿cómo es que no encontraron más fácil-
·el Libro de Dios. m~nte al Señor y Creador de la misma?».
Y ¿por qué es el Libro de Dios? En la Epístola a los Romanos, 1, 18-20, se nos dice: «En el
-Porque aunque los que lo escribieron fueron hombres, fue Evangelio se indica también la ira con que Dios castigará la im-
inspirado por Dios, y por eso su verdadero autor es Dios. piedad e injusticia de los hombres que tienen aprisionada injus-
¿Qué dijo Jesucristo al hablar de la Biblia? tamente la verdad. Puesto que ellos (aunque lo nieguen], han po-
dido conocer claramente lo que se puede conocer de Dios.
-Que no podía fallar (Jn, 10.35).
En efecto: las perfecciones invisibles de Dios, como es su
Y ¿qué nos dice la Biblia hablando de las maravillas de la
eterno poder y su divinidad, después de la creación del mundo,
Naturaleza?.
han quedado visibles por el conocimiento que de ellas nos dan
-Que por ellas podemos y debemos encontrar a Dios. Así las criaturas».
en Los Hechos, 17, 2 7, se nos dice: «Dios quiere que los hombres
En otro lugar del Antiguo Testamento nos dice Dios: «Los
le busquen a través de las criaturas, rastreando y como palpan-
Cielos pregonan la gloria del Señor, y el firmamento proclama la
do hasta hallarle».
6 obra de sus manos ...
7
quiera se pueden mover con el viento las hojas de los árboles sin
«Alzad hacia lo alto vuestros ojos y considerad: ¿Quién creó la voluntad de Dios».
todos esos astros? ¿Quién hace marchar ordenadamente todo Por eso afirmaba San Pablo: «Dios es quien hace todas las
ese ejército de estrellas y las llama a cada una por su nombre cosas en todos».
sin que se nieguen a quedarse atrás? ¡Tal es la grandeza; tal es
Queridos niños: si leéis este librito con atención y sabéis ra-
el poder; tal la fortaleza y la virtud de su Creador!» Salmo 19.2 -
zonar con lógica, comprenderéis lo tontos que son todos los que
lsaías 40.26.
dicen que no hay Dios. Se necesita ser muy tonto o estar muy
Es cierto que a Dios no le podemos ver; pero vemos sus ciego para no comprender que todas esas maravillas de la Na-
huellas inconfundibles que no pueden ser de ningún otro. Ve- turaleza solamente las puede hacer Dios.
mos hechas muchas cosas que sabemos que nadie más las ha
podido hacer sino alguno que tenga un poder y una sabiduría
sin límites: la sabiduría y el poder que solamente corresponden
a Dios.
El gran filósofo Balmes solía decir: «En mi bolsillo llevo la
prueba de la existencia de Dios», y enseñaba su reloj. Porque
así como sería un absurdo decir que un reloj se ha hecho solo,
aún es más tonto y absurdo afirmar que un árbol o un animal se
hicieron ellos solos.
Dice San Pablo: «Toda casa es construida y fabricada por el
hombre; pero el Creador del universo es Dios».
La única conclusión razonable de todo lo que llevamos
dicho, es la que nos da la Biblia: «Solamente los insensatos
pueden decir en su corazón que no existe Dios». Salmo 14.1.
Leamos el libro con atención y comprenderemos que ese ma-
ravilloso instinto de los animales; todas esas cosas que hacen
sin ellos entenderlo, son dirigidas y hechas con la intervención
de Dios.
Dijo Jesucristo: «Hasta los cabellos de vuestra cabeza están
contados y no se caerá uno solo sin la voluntad de Dios. Ni si- 9
8
I ¡!

~'~~ ~
~- i~VI~ Presentamos al actual
rey de la naturaleza, al po-

bre;:s ~:;~~:~:e~ p::~:~~~a~::: ~ ~) ) )


tividades humanas requieren ayu- - J
deroso elefante, un gran pa-
quete de músculos con largos
colmillos de marfil con los
{
da, como lo es el tener invitados a ""' ~-- que desgaja. corpulentos ár-
la mesa. Quien tiene sobrante de .:y boles, que descalabra al tigre
vivienda, la realquila o arrienda.
Las desavenencias en todos estos •
V
0

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o/
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; de un trompazo y convierte
en papilla a sus enemigos con
1

casos menudean, por falta de tole-


rancia o paciencia.
~·· .._..
~t~7'~
. .<r
l.
los pilones de sus patas de-
lanteras.
Es curioso que los irracionales
tengan que enseñarnos el arte de
convivir. Hay fieras y animales in-
feriores que respetan sus alianzas,
protegen a los débiles y comparten con ellos la existencia. He
aquí algunos ejemplos del POR QUÉ de tales alianzas y CÓMO y
CUÁNDO se desarrollan, sin riñas ni pleitos.

10 11
Su corpachón está revestido de arrugada piel, entre cuyos plie-
gues anidan infinidad de parásitos y garrapatas a los que no
puede expulsar. Desde remotos tiem-
pos trabó amistad con esta linda y es- Su presencia hoy es un
belta garceta, que, posada peligro que lo delata a los
en su mole, viaja tranquila- cazadores. En cambio, como
mente con él y se cuida de su vida transcurre entre
su limpieza «personal». barrizales y altas hierbas
donde la visión es escasa,
posada en algún árbol cer-
cano, caña o eminencia, le
avisa con su graznido o con
su vuelo de observación de
algo anormal.

13
12
El hipopótamo, a pesar de lavarse la casi totalidad del día, Otro macizo y verrugoso individuo y con pocas facilidades
no puede evitar los parásitos de que están infestadas las tibias para rascarse es el cocodrilo, muy aficionado a dormir la siesta
aguas africanas. Para no ser menos que sus voluminosos ami- después de un abundante y suculento festín. Aceptó la sociedad
gos, invitó a este pájaro de la familia de los abejarucos, que es con este simpático pájaro que, aparte
su «guarda y limpiaespaldas» a la hora del baño de sol. de actuar de «despertador» en caso
de peligro, constituye su «instituto de
belleza», haciéndole la manicura y
limpieza de la piel.

14 15
Por el mismo precio y puesto De la tierra pasamos al
que su dentadura es muy compli- mar. Aquí uno de los más te-
cada, con infinidad de recovecos midos habitantes por su vo-
e intersticios, y toda vía no racidad y fiereza es el tibu-
aprendió a usar mondadientes, rón, del que existen diver-
actúa de dentista, a pesar de sas especies, pero si todos
constituir un buen bocado, si- poseen un excelente olfato
tuándose cómodamente para su (a pesar del agua), en cam-
trabajo. Así los malgaches o ha- bio su visión es defectuosa,
bitantes de Madagascar lo deno- pues tienen los ojos muy
minan el «dentista del caimán». apartados y puestos en la
parte superior. Descubrir la
comida siendo tan glotón, le
es indispensable. Fue, pues,
para él un gran hallazgo el
pez piloto.

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Ágil, rápido y sumamente so- Este ceremonioso sujeto
ciable, pues a falta del tiburón se es el pelícano gris, pardo o
juntaría a cualquier otro que le pa- marítimo. En aguas dulces
reciese poderoso, incluso el hom- poco profundas el pelícano
bre, como se ha visto en inmersio- blanco se reúne en banda-
nes submarinas, el pez piloto lo das, y, con una especie de
acompaña precede y avisa de la rebuzno (por esto se les lla-
existencia de algo comestible, espe- ma onocrótalos), asusta a
cialmente pulpos, que ya procuran los peces impeliéndolos ha-
esconderse lo más po- cia la playa. Pero en el mar
sible bajo las rocas. Su los peces tienen salida por
amigo le cede las miga- todas partes.
jas.

Pelka110 fardo

18 19
Así en el Pacífico se les
ve solos, acompañados de
dos ligeras aves que le pre-
ceden y descubren la pesca. Bajando al fondo o en los litorales
Son un matrimonio, a veces un vemos a Bernardo el Ermitaño, un
solterón, de procelarias, que cangrejo de blando corpachón, e incluso
no saben bucear. El pelícano de piernas y pinzas peludas, pero poco
se precipita, atrapa al pez, lo fuertes, sumamente sabroso, por lo que
lanza al aire y al caer lo divide es muy «Solicitado». Para protegerse se
en partes equitativas, pero, introduce como inquilino en alguna va-
naturalmente, reservándose cía concha de caracol, que cambia por
la principal, y nunca falla. otra mayor a medida que va cre-
ciendo, cediendo el piso sin tras-
paso.
Éste es un caso de inquilinismo difícil de explicar, porque
tiene lugar en sitio escondido, en el interior de un cohombro de
mar u holoturia. Es el d·el pez Fierasfer, sumamente delicado,
Así y todo corre peligro, por lo cual ca.si transparente, que se aloja en el cuerpo de aquéllos sin que
se coloca sobre el caparazón una acti- les produzca síntoma alguno de incomodidad o agra vio.
nia, la que, por expeler por sus tentácu-
los un jugo urticante, es decir, picante,
que incluso mata a los peces, lo protege
cumplidamente. La actinia puede de es-
ta manera viajar y comer mejor, lo mis-
mo que un gusano que vive realquilado
en la misma concha, sin que nadie se ex-
ceda o moleste.

fierasfer Cuv.

22 23
Tratándose de inquilinos no
puede faltar el que ocupa un piso
a la fuerza ante el asombro del
propietario. La hembra del cu-
clillo deposita sus huevos en
nido ajeno. Cuando la propieta-
ria está ausente, saca un huevo y
pone el suyo, algo mayor. Al na-
cer el polluelo, su gran tamaño
obliga a los otros vecinitos a de-
salojar el local, lo que veréis por
los dibujos.

24 25
La madre cree la cosa natural y va cuidando de su retoño, Tratándose de cosas de organi-
aunque cada vez más asombrada de tener un hijo tan de-
sarrollado. La pobre se cansa de buscar insectos hasta que es
\ zación no podía faltar la república
de las ordenadas hormigas. Un hor-
apto para volar. ¿Quién sabe si en sus adentros adivina la tram- miguero es una especie de rasca-
pa, pero su instinto materno prevalece y cuida de aquel niño cielos con muchos pisos y variados
prodigio por no saber abandonarlo a su suerte·? inquilinos, uno de ellos los pulgo-
nes. Al llegar los fríos los conducen
a un departamento, los cuidan du-
ran.te el invierno y vuelven a su-
birlos durante la primavera a los
brotes tiernos de las plantas.

' f
t ¡ ca¡;ullo

, ?

26 27
Dli-i<}'endose al nido con
/o.s capullos robados

Como el trabajo es grande, el


servicio doméstico se amplía con la
Para cobrarse el alquiler y la caza de esclavos, hormigas más pe-
manutención en invierno, los con- queñas de las que se llevan ca-
vierten en sus «Vacas lecheras», pullos y adiestran a los individuos
sólo que en vez de leche obtienen al nacer. En primavera y bajo los
un jugo azucarado que los-pulgones plátanos veréis montículos de se-
expelen, obtenido de la savia de las millas. Observad a las dueñas
plantas, al comprimirlos con las acarreando las semillas en forma.
antenas y patas anteriores. Lo mis- de parasol y cómo al llegar al orifi-
mo sucede con un áfido que se en- . cio otras más pequeñas se ocupan
cuentra en piso aparte del hormi- en trasladarlas a la despensa.
guero y unos pequeños coleópteros
de empleo hasta hoy desconocido.

1
P/8fyé1rthrus Tran.3porfanóo un afdo d islancia, e!>/uer.1:.0 'f raf'Ídez.
No/m<1nseJ'jii_ a un / ruto de ~kalit'~ a Gf1rr¡<J de fas 'rªªª~
1
Pleurl>pteru.3 R:u1ssus t.omechv.ss
brev/cornvs hova strvmo.sa
28 . 29
En las regiones de África y América frecuentadas por el ga-
Otra vez en el mar. Aquí un nado vacuno se observan numerosos pájaros menores que el
cangrejo invita a dos actinias a pa- cuervo de pico ganchudo y fuerte. Son los garrapateros que los
sear con él. Tiene que atravesar bovinos aceptan gustosamente por limpiarles de infinitos áca-
una región peligrosa y aquéllas sir- ros y parásitos tan abundantes y prolíferos en los trópicos.
ven de espantapeces, papel que
aceptan a cambio de poder cam-
biar de barrio. Otro :pequeño can-
grejo se refugia,· huyendo de sus
perseguidores, dentro de la valva
de un molusco que se cerraría vio-
lentamente anie cualquier otra
· intromisión que no fuera la de
su amigo.

30 31
Este viajero que lo hace gr atis y
con permiso de vehículo es la rémo- Una final demostración de orden y respe-
ra que aprovecha para desplazar- to entre los animales. En las grandes r ocas a
se de la velocidad de los grandes pico, con escasos salientes, diversa s espe-
escualos, adhiriéndose a su cuerpo cies viven armónicamente y sin molestarse,
mediante una ventosa, y la berme- por el orden que se indica. Los vecinos del
juela de río, que deposita sus quinto no molestan a los del principal.
huevos en una almeja con el permi-
so de ésta, pues le bastaría cerrar
la puerta para retener al pez por
medio de su oviducto.

33
EL GRAN MILAGRO DE LA NATURALEZA -Pero, ¿es que no los ves todos los días?
Algunos dicen: «Y o, para creer en Dios, tendría que ver un He aquí unos dibujos que nos presentan al vivo uno de los
· milagro». muchos milagros que podemos presenciar siempre que quera-
mos. . .
Aquí vemos cuatro dibujos donde se nos representii la vida
de una planta. En el primero la vemos brotar de una semilla de
donde sale un tallo buscando el aire y el sol, y las raíces que se
clavan en la tierra para buscar con qué alimentarse.
En el segundo cuadro ya lo vemos con tres lindas flores, las
cuales pronto se convierten en semillas que deliberadamente ti-
ra en el suelo.
Esto que vemos en nuestros campos suceder todos los años,
está ocurriendo en el mundo desde que Dios puso sobre la tierra
la primera flor y le ordenó lo que tendría que hacer.
Así nos lo cuenta la Biblia:
«Dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde que dé semillas
según su especie, y árboles que produzcan frutos con sus se-
millas... ».
Vayamos al campo un día de primavera y lo hallaremos cu-
bierto de hermosas flores.
Si no existe Dios, ¿quién las puso allí?
Los más grandes científicos no son capaces de hacer una
flor que produzca semillas; ni siquiera son capaces de construir
una hierba que crezca unos milímetros. ¿Pues quién es el que
ha hecho lo que no son capaces de hacer los más grandes sabios
del mundo?
¿Dices que las flores se hacen solas?
¿O que nacen por casualidad?
34 35
La casualidad

La «casualidad» en realidad no existe, sino que todo es «pro-


videncial»; pero humanamente hablando decimos que algo suce-
de por casualidad, cuando no hay causa ni motivo para que así
suceda y tiene la misma probabilidad de suceder de muchas
otras maneras.
Quizá pudiéramos encontrar por casualidad entre las are-
nas de un río o en la playa, una piedra redonda que tuviese la
forma exacta de un huevo o de un bollo de pan ; pero aun esto
que parece tan fácil, quizá nos llevara meses o incluso años
buscando sin encontrar ninguna cuyo parecido nos dejara satis-
fechos. Pues si una cosa que es tan fácil que se haga por el roce
y la corriente de las aguas, es tan difícil de encontrar, ¿cómo
decís que las flores se hacen por casualidad sin que nunca se
equivoquen y siempre acierten a nacer con toda perfección?
Si alguien nos dijera: «He sembrado amapolas y me han sali-
do azucenas», ¿verdad que no le creeríamos? Pues si las flores
nacieran por casualidad sin que hubiera una mano poderosa y
una gran inteligencia que las guiara, la misma probabilidad
tendrían de salir una cosa como de salir otra.
Pero no tengáis miedo; aunque los vegetales no ven, ni sa-
ben, ni entienden, jamás se equivocan, porque obedecen a Dios
que les dijo: «Cada cual produzca semillas seRÚil su especie».
37
LA RAIZ ¿De qué se alimentan las plantas?

La planta, desde que comienza a germina~ una semilla, debe Todo se1 vivo, vegetal o animal, está en último análisis for-
desarrollar sus diversos órganos (tallo, hojas, flores y frutos) Y mado o construido por átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno,
efectuar las variadas funciones de nutrición, respiración, nitrógeno, hierro, potasio, cloro, fósforo, sodio, azufre, silicio...
transpiración y florecimiento. En una palabra, debe vivir, y pa- algunos en cantidades pequeñísimas.
ra ello tiene que extraer las sustancias nutritivas del _medio
En este aspecto todos los seres vivos, plantas y animales,
en que vive, tal como están obligados a hacerlo todos los seres
incluso el hombre, son idénticos.
vivos.
Así como con los mismos ladrillos se puede construir una ta-
El ambiente en que viven la mayor parte de las plantas es la
pia o un puente, una choza o una catedral, pues todo depende ·
tierra y el aire. De la tierra:; la planta absorbe el agua y las sus-
de la idea a que los someta el constructor; de la misma manera,
tancias minerales disueltas en ella, por medio de la raíz, órgano
cori los mismos átomos, Dios construye la diferente gama de es-
que para ello actúa introducido en el subsuelo.
pecies de animales y vegetales que pueblan el ancho mundo.
Los átomos son como ladrillos, muy pequeños, cierto, pero
que tiene cada uno su volumen y su peso determinado propio y
fuerzas gigantescas específicas.
Son también de por sí inertes, capaces de servir para lasco-
sas más diversas, según se quiera utilizarlos.
La vida con ellos, sirviéndose de ellos realiza su obra, y su
obra son los 2.000.000 de especies de plantas diferentes, y los
2.000.000 de especies de animales, dentro de unos pocos -el
mamífero, el ave, el gusano- pero tan prodigiosamente conce-
bidos que admiten las más caprichosas e inimaginables varian-
tes.
No pretendemos penetrar ahora más allá en las intimidades
de los~ seres vivos. Con este análisis superficial de orden
químico nos es suficiente. De momento nos contentamos con sa-
ber que toda la infinita variedad de especies que de modo tan
deslumbrante ~ealizan los esquemas o ideas que ya conocemos,
39
están construidos con los mismos idénticos ladrillos microscópi-
cos.
Los mismos átomos sirven - repitámoslo- para hacer lo
que se quiera con ellos, y las condiciones externas son cosas
ajenas a su construcción y sus propiedades.
Ahora bien: ¿Por qué aquí los átomos han construido unas
palomas, y allí un conejo, y más allá un zorro, y en otro lugar
una lagartija?
- Es que alguien que conoce los átomos de un modo total y
exhaustivo, y tiene sobre ellos un dominio no menos total, tenía
además la capacidad de inventar - digámoslo de un modo
vulgar- la idea del conejo y de las palomas, y del zorro o del
pájaro mosca, y ha querido que haya cosas tan bellas reparti-
das por todo el universo. Nada más que por eso.

El hombre, que se vanagloria


de ser el rey de la creación, ha
resuelto y trata de resolver
muchas cosas con el ingenio e in-
teligencia con que le dotó el Su-
mo Hacedor.
Sin embargo, hay seres infe-
riores capaces de obras gigan-
tescas y maravillosas, y la natu-
raleza nos ofrece mucho de que
aprender. Aquí nos limitamos a ciertos casos de conservación
mediante un envase o embalaje adecuado y a la habitación para
aloj_?miento u hospedaje y veremos CÓMO, CUÁNDO y POR
QUE el supuesto rey desempeña un medianejo papel.
40 41
El huevo, un emb,,/a¡'e o"envase·
de la naturaleza

Los· embalajes humanos .son bien co-


nocidos y, aunque mejoren, no cambian
esencialmente. Cajas, toneles, sacos, bi- Un embalaje natural modelo es el de ga11t;,,, ele
o174:
dones, etc., en diversas materias, relle- huevo. Cajita de materia frágil pero du-
nos con cuerpps que amortigüen los gol- ra, que guarda un líquido viscoso que
pes y aíslen de la temperatura y la hú- será el polluelo, que de be respirar; el
medad. Desde tiempos colocan un pa- aire pasa de fuera a dentro y el
·pel: «Cuidado, frágil», para que el con- anhídrido carbónico sale de dentro a
tenido no llegue roto a su destino. fuera sin derrame. ¿Lo' lograría el plás-
tico u otro material humano?

aire

tnv.;ses delhombre!'ara 119uidos


~!oxigeno
entra

casi:ara

plasticos

42 43
En las puntas y ramas de los árboles
aparecen en otoño unos botoncitos que
Esta diminuta cajita resiste bastan- serán las ramas del año venidero. Pero
te la presión exterior. No obstante, la viene el invierno con sus fríos, lluvias y
exigua fuerza del polluelo logrará rom- nieves; mamá naturaleza los envuelve
perla. Además de ser un modelo, la na- con unas escamas duras y provistas de
turaleza lo decora con finos tintes, ra- unos pelitos que destilan resina. Así el
yas y manéhas que «hacen juego» con el
agua y el frío no penetran, pero el inte-
lugar en que son depositados, haciéndo-
rior permanece tierno. Al crecer se
les invisibles a sus enemigos. desprende el embalaj~.

~
¡
L.

La nalurd!ez.a ·embala • los SU'fOS :


Pinzan Verderon Avef/a cagachín (hlamydera conlro el /r!o c.onfra la humed,,d al llegar el buen ft~¡x>
45
44
Las plantas que crecen bajo tierra,
awcena cebollas, ajos, na.rcisos, tulipanes, etc.,
están también protegidas por escamas
que envuelven la futura planta y suco-
mida, que es la cebolla, dividida en ca-
pas llamadas túnicas que son absorbi-
dás sucesivamente. Como son de una
pulpa húmeda, cada• una está envuelta
én una finísima piel, como si vistiesen Incluso las más humildes obtienen
impermeable. trato amoroso. Cada una recibe un ás-
pero ~stuche para que no agrade a los
insectos, separad~ en compartip1entos
para que un grano no perjudique al ve-
cino, y las tiernas habas descansan
sobre un fino acolchado, algo así como

~'-.d
los esh1ches de terciopelo en que las da-
mas guardan sus joyas. Así muchas
plantas.

~5~~~CJ
-· ·.
~/11 ll

~~~ij
~ í~

•· (tJCahuete
Ahora es el agua con quien
hay que luchar. El coco viaja por
ríos y mares y gracias a ello se
han poblado miles de las islas
que constituyen Oceanía. Vive
en lo alto. Tendrá, pues, un buen
almohadillado para que no se
rompa al caer, y una gruesa corteza
hermética para navegar. Así, más o me-
nos tarde, irá a parar a una playa don-
de arraigar, viviendo un tiempo de su
propia carne y bebiendo su jugo hasta
poder dar sombra, agua y alimento a los
demás.

-
~
49
Si el hombre además de la ca-
ja pone papeles y virutas, la na-

Cuando el hombre presume del invento de los compartimen-


tos. estancos para evitar incendios o naufragios, hay que pensar
turaleza aún escatima menos
los medios y atiende mejor sus
embalajes como en la almendra,
la nuez, la castaña, etc. etc. Pro-
--- NUE.Z

en que la granada ya existía en el Pa.raíso y que para ~vitar que tección contra el frío, los insec-
los granos malos perjudicasen a sus vecinos, ya que están yux- tos, los golpes, los roces con ma-
tapuestos, se la dotó de unos tabiques· aislantes con los que es terias amargas, pegajosas, vene-
posible que siempre se salve alguna agrupación. nosas,. duras, finas e impermea-
bles.

t'nd/nada pare/viento.
.s~ es¡»n::en las semi"l/as

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de los rascacielos responden las termites ..... u ¡'ffi¡.~;;::;:~11
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mento, con huertos interiores, donde culti- .,.. .... ,.


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~. - der Sialsetraslado. van pequeños hongos y magníficas salas .......
.... ., ...
trata de la reproducción hay que aten- de estar, poner, criar, y no digamos dor- """ ,......_~-

Después de bien embalado hay mir porque son ciegas.


que dotar a las semillas de alas, autopropul-
sión y mil medios, o con el auxilio de los pája-
ros, como sucedería a los pobres nenúfares y
nínfeas, lotos, etc., condenados a vivir en una
charca, si su semilla pegajosa no se colgase de
las plumas, patas o picos de las aves acuáticas.

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Q{}
semi/~ mvcllar¡ino.sa 53
( (/Vtnenf<ildo)
· Sus sótanos son aún más maravi-
Úosos, pues siendo de países muy se-
cos y necesitando el agua para su ce-
mento y sus huertos, van a buscarla a Los pájaros pobres, que tienen
profundidades increíbles. Para las ca-· que .emigrar como los humanos
sas baratas tenemos las laboriosas abe- t
pobres, han resuelto desde miles
jas, avispas, etc., con miles de habita- de años el problema de la vivienda. A ta yolondr1'na de las rocéis
ciones, pero con bastante más orden.. (PWl'Ochel/don alh¡/rons) 'I susnido:i.
millares las construyen las golondrinas
respeto al vecino y al tránsito, que en de las rocas con barro y saliva. Son
las similares humanas. buenos albañiles como las europeas y si .
la casa es modesta hay que pensar en
que es sólo un hospedaje para el vera-
neo .

.....r---w::m:: marc.o con celdas


ccdéJ colmena consta
de wrios marcos

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~================='..11:.- (!lirondo rus!tca) í~
54 55
Otra golondrina marina lla-
mada salangana construye su ni-
do a base de saliva y un alga ma- Si entre los
rina. No es una casa lujosa, pero hombres existen
muchos se la disputan, especialmente los que van con la
los chinos, pues convenientemente hospedería casi a
limpia y hervida, con una salsa ade- cuestas, como los úmadil/a
cuada, resulta ser un plato de las me- beduinos nóma-
jores mesas, chinas, por supuesto. das, mongoles, gi-
tanos, etc., son
muchos los animales que la llevan consi-
go, pero ~ncomparablemente más lujo-
sa, segura y duradera. He aquí algunos,
pero todos aventajan al hombre, pues
sus casas crecen y refuerzan a medida
que ellos se desarrollan. Los hay de
tierra y mar.

56
Los habitantes . de las aguas ~on más
despreocupados, pues en los mar.e s y ríos
existen muchos recovecos a propósito para
vivir, y en cuanto a los hijos, como ponen mi-
les de huevos, siempre se salva alguno. Sin
embargo; hay nidos muy curiosos, como el de
las lampreas, de piedrecitas. Una rana
arborícola del Brasil construye un estanque
aparte para sus niños y otra del Paraguay
guarda los huevos en una papalina de hojas. 111do d~plC4f"/,os
Las aves en general se preocupan ......-.....~?'!11 (Dendro«J¡u~ maio:J
menos por su morada que por la comodi-
dad y seguridad de sus crías. Los hue-
cos de los troncos o paredes sirven para el caso. Pero el picama-
deros prefiere construírsela limpia y nuevecita perforando
troncos muy duros. El dicocero es de los primeros, pero, muy
previsor, encierra a su hembra con arcilla para que no se dis-
traiga con sus vecinas, y él se en-
carga de ir al mercado y alimen-
tar a la familia.

59
Este simpático pájaro, el
hornero, construye su casa
en barro, de recias paredes
y parecida a un horno de co-
cer pan, con una entrada La familia de los tejedores re-
angosta y una cámara interior forra- cibe este nombre por su arte en
da y alfombrada para sus pequeños, construir casas que, como algu-
colocado en alguna rama o poste, nas del hombre, son casas de ve-
cuando los árboles escasean, como en cindad. Un gran techo común protege de
las pampas sudamericanas. rapaces y serpientes los numerosos nidos
de la comunidad, de forma curiosa, colga-
dos debajo. Las formas varían, así como
los materiales, según los países en que ra-
dica .

.. ..... d
1

-::"' I' Nidos 6.Jjo fecho común


....~"
1• / 'fi
60 7 61
Algunos pequeños·pajarillos reali- El «pájaro sastre» zurce los
zan verdaderas filigranas para el alo- labios de dos hojas enhebradas
jamiento de sus pequeñuelos. El con hilos vegetales. Rellena esta
herrerillo, el paro de los pantanos, el bolsa con plumón, borra de lana
garrapinos, los reyezuelos, con sólo o algodón y e1 «paro de péndulo»
su pico chiquitín y empleando hilitos, le agrega un cuarto de
lanas, musgos y telarañas lindamente juego para los niños,
enlazados construyen un nido que el cuyas paredes parecen
hombre con herramientas no lo haría almohadilladas con un
mejor. Forran el exterior con líque- fino fieltro.
nes y el interior con plumas de las
que se han contado 2.000 en un solo
nido.

•.
Rlro de¡ e'nduh( !(er¡e.w)

M'ch á! Curruca costurera


63
Queridos niños: ¿No estáis asombrados de las cosas que saben hacer los
pájaros? Pues, ¿qué me diríais si os dijera que los pájaros no saben hacer
nada?
Cierto: «Saber», significa ciencia, y los pájaros, como todos los animales,
no tienen entendimiento.

El entendimiento es una facultad del espíritu que solamente tenemos los


hombres, pero no los animales.

No faltan los enamorados del lujo y la decoración, que revis- Los hombres aprendemos estudiando, y comprendemos muchas cosas
ten sus nidos, compuestos de más de 2.000 ramitas y 1.000 briz- razonando, induciendo y comparando con otras para sacar conclusiones ló-
gicas.
nas de pajas, con piedras y semillas de colores vivos y hasta fl0-
recillas que renuevan diariamente. Tales son el Chlamydera de Los hombres aprendemos y copiamos de otros y así, a la sabiduría que
Nueva Guinea y las oropéndolas australianas llamadas ptinol0- nos transmite el siglo de la generación a nterior añadimos nuestras expe-
riencias y conclusiones, de manera que cada siglo que pasa sabemos ha cer
rinco. He aquí POR QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO el rey tiene motivo cosas más perfectas.
para aprender de sus súbditos y admirar la mano ordenadora
que prodiga estas maravillas. Los pájaros en cambio, lo mismo hacían sus nidos hace cinco mil años
64 que ahora, y los harán lo mismo hasta el fin del mundo.
"'~(.:"
Los animales no estudian, no aprenden, no razonan. Se guían solamente so? Los moros le llaman ~á. Nosotros le llamamos Dios y no nos importa
por su instinto animal como autómatas que están programados para un tra- que haya quienes le llamen Naturaleza siempre que quede sentado que se
ba jo concreto y no saben hacer otra cosa. trata de un Ser todopoderoso, creador de Cielos y Tierra, que algún día nos
ha de pedir cuenta de nuestra conducta y nos da rá un premio o un castigo
Si cogiéramos unos cuantos huevos de alguno de estos pájaros más cu-
eterno.
riosos que hacen los nidos más raros y difíciles, y metiéndolos en una incu-
badora criásemos los pájaros aislados de sus padres, sin que en toda su vi-
da pudiesen tener contacto con otros pájaros de su especie, ¿pensais que no
sabría n hacer el nido como todos los de su raza por no haber tenido nunca
contacto con ellos? Pues lo harían exactamente lo mismo que sus padres y
sus abuelos, aunque nunca los hubiesen visto.
Repito: ellos no aprenden; y cuando hacen el nido, trabajan como má-
quinas sin saber lo que hacen. ¿Cómo, pues, las hacen tan bien hechas que
nos llenan de admiración como los trabajos de los más expertos artesanos?
Pues no nos admiremos, porque son las ma ravillas de Dios que es infini-
tamente sabio, e infinitamente poderoso, y es «el que hace todas las cosas en
todos», incluso en los infinitos pormenores de la naturaleza.

¿Qué es la Naturaleza?

La Naturaleza no es más que el conjunto de cosas que existen en el uni-


verso. Al hablar de la Naturaleza, ordinariamente nos referimos a las pro-
piedades de los seres sensitivos y vegetativos que nacen, crecen, se multipli-
can y mueren bajo la mano poderosa y control del Creador.
Muchos ateos, al no poder negar la existencia de Dios, cuyas huellas im-
borrables están visibles en toda la Naturaleza, le adjudican a ella la
sabiduría y el poder que corresponden a Dios.
Dicen: «ésas son cosas de la Naturaleza», como si la Naturaleza fuese un
alguien personal, con fuerzas y entendimiento para obrar independiente-
mente por sí misma. No quieren creer que hay Dios, y confiesan que creen
en una NATURALEZA escrita con mayúsculas que tiene todas las propieda-
des de Dios. Es para reírse; por no llamar a Dios por su nombre, le llaman
Naturaleza, pero refiriéndose al mismo Ser. ¿Qué me importa a mí que le lla-
méis Dios o le llaméis Naturaleza si nos referimos al mismo Ser todopodero-
66 67
de un cadáver que acaba de morir e injertárselo a otra persona con resulta-
dos favorables. Es fácil cogerlo ya fabricado y colocarlo en su sitio con
buenos resultados, pero ¿podrían los sabios construirse uno nuevo? ¡Impo-
sible! (Ver la obra «A Dios por la Ciencia », capítulo XII).
. .
La ciencia sabe con qué materiales están hechos todos los miembros de
nuestro cuerpo, y no son otros que los que apuntamos en la página 39 de es-
te libro, y esos materiales están a nuestro alcance; pero, ¿sería posible qu e
los más grandes sabios del mundo fueran capaces de fabricarse el más
simple de nuestros miembros ? No, no es posible; se necesita mucha más
ciencia y capacidad.

Pues si los mayores sabios del mundo no son capaces de hacer el


miembro más simple y fácil de nuestro cuerpo, ¿quién es el que nos ha
hecho? ¿Sería el azar? Cualquier persona comprende, incluso los niños, que
Epílogo las cosas muy complicadas y perfectas no se hacen por el azar. Veamos el
siguiente ejemplo.
Cuenta el P. Simón Jesús que cierto filósofo, con el objeto de ha cer pe-
Si la ciencia moderna consiguiese inventar una nave espacial con la que netrar en el espíritu de su hijo, niño de cinco años, la idea de Dios Creador
los astronautas consiguiesen llegar a otros sistemas planetarios y aterrizar del Universo, de un modo acomodado a su edad, usó de este ingenioso proce-
en algún planeta para averiguar si allí había vida inteligente, bastaría que dimiento. En un rincón del jardín trazó en el suelo, sin comunicárselo a na-
al llevar viesen una casa, una carretera o un automóvil abandonado, para die, con grandes letras el nombre de su hijo. Después sembró berros en los
que sin ver a ningún ser vivo supiesen que allí habían estado. surcos y aplanó la tierra.

Todos sabemos que una casa, un coche o una carretera, no se hacen so- Días después, dice el filósofo, el niño corrió hacia mí muy admirado y me
los; se necesita de una iri.teligencia que los planee y mucho trabajo bien or- dijo que había visto su nombre diseñado con letras de plantas en el jardín.
denado para poder hacerlos. Sonreí a estas palabras y fingí no dar importancia a lo que hablaba, pero el
niño insistió y me llevó por la mano hasta su sensacional descubrimiento...
Sin embargo, continuamente nos encontramos con muchas cosas, mucho
más difíciles de hacer y construir que las casas, las carreteras y los automó- Sí, murmuré yo al llegar al lugar del fenómeno, así es, como dices; aquí
está dibujado tu nombre, pero no te debes sorprender: es una mera casuali-
viles; tan difíciles que superan la inteligencia y el poder de los hombres, y
dad.
tan bien ordenadas y preparadas que los más sabios del mundo quedan
-No, no, contestó con energía el niño; esto no puede ser casua lidad: a l-
asombrados an\e tanta precisión y sabiduría. ¿Quién las hace?
guien lo ha hecho.
Hoy día la ciencia ha conseguido grandes progresos; cosas que antes nos ¿Véis como sólo un nombre, unas cuantas letras trazadas en el suelo,
parecían casi imposibles, hoy resultan fáciles, como es en el terreno de la hasta un pequeño niño comprende que no puede ser producto del a zar? ¡Y
cirugía el asunto de los transplantes de órganos de unas personas a otras. pensar que haya hombres mayores, que no están orecisamente en el mani-
No es difícil que las manos hábiles de un buen cirujano pu~dan coger un ojo 69
68
comio, que crean que la complicadísima máquina del organismo humano sea ra medrar a expensas de la ignorancia de las gentes ... No tenéis que dejaros
obra del azar!. engañar por ellos».

Pero yo no me sorprendo.

Para creer en Dios no se necesita ser muy inteligente y perspicaz, sino ¡Nadie ha visto a Diosl
simplemente humilde y recto de corazón. Por eso Jesucristo bendecía al
Padre diciendo: «Gracias te doy, oh Padre, porque has encubierto estas ver-
dades a los sabios e inteligentes del mundo, y los has revelado a los humildes · ¿Qué te parece, amado lector?
y pequeñuelos».
¡De cuán distinta manera han pensado los verdaderos sabios!
No, no son los grandes y orgullosos los que comprenden mejor estas ver-
dades. Todos recibimos los «talentos» suficientes para reconocerle a través He visto a Dios de paso - dijo Linneo- y he quedado sobrecogido de ad-
de sus oli.ras; pero algunos negocian los talentos y Dios se los duplica en miración y de asombro... He visto sus huellas en todas las obras de lo crea-
sabiduría, lógica y sentido común; mientras otros los entierran, no apro- ción y he visto en todas ellas, hasta en los más pequeñas y cercanas a lo na-
vechándose de ellos, y entonces Dios se los quita y los deja sin nada, como da, una fuerza y una sabiduría que anonadan».
dice San Mateo en el capítulo 25, 15-30.
El famoso Favre decía: «Ahora ya no puedo decir que creo, le veo».
Conocida es la frase que se ha convertido en refugio de la incredulidad:
Y Volta: «He meditado y reflexionado mucho; ahora ya veo a Dios en to-
«Nadie ha visto a Dios».
do».
Veamos otro caso que cuenta el P. Jesús Simón:
Jelineck: «El hombre que no ha llegado al conocimiento de Dios es porque
«Un día sucedió este caso en una escuela en tiempos de la segunda Re- no ha alcanzado lo madurez de espíritu».
pública Española.
Y Gregorio Marañón: «El hombre auténticamente sabio está siempre,
El maestro, ateo improvisado y de conveniencia, como ta~tos otros, s~ di- quiéranlo o no, enfrentado con lo divinidad. Huirla no conduce a otra cosa
rige al auditorio bullicioso de sus pequeños alumnos y les dice a carga que a lo superstición de la ciencia ... Por más que se ensanchen los círculos
cerrada: del saber siempre se tropezará con una pared infranqueable que sólo tiene
una respuesto: Dios».
Niños: "¿Hay alguno de vosotros que haya visto a Dios?"

Las criaturas, sorprendidas por tan inesperada balandra, callan confu-


sas ...

A lo que parece, ninguno de vosotros ha visto a Dios - responde el mon-


terilla- Entonces, ¿por qué creeis en El? No debéis ser estúpidos ... Eso de
Dios no es más que una burda patraña inventada por los curas v frailes pa-
70 71
11

Argumentos para no creer

Los principales argumentos que ponen los ateos para no creer en Dios
son tres:
1. º Si Dios es infinitamente bueno, ¿cómo es que existen en el mundo
tantos niños y personas inocentes que sufren tanto y son tan desgraciadas?
2. º Si la religión Católica es la única verdadera y hay tantísimas perso-
nas en el mundo que por haber nacido en el seno de familias no creyentes o
que creen en otras religiones viven ignorantes sin conocer la religión verda-
dera, ¿cómo es que no hace Dios algo para que todos conozcan la verdadera
religión y se salven?
3. º Si es verdad que hay Dios y existe otra vida, ¿cómo es que no ha
vuelto nadie del otro mundo para decirnos lo que hay allí y que todos crean
y procuren salvarse?
Antes de contestar a estos argumentos, debemos decir quién es Dios y
con qué fin ha creado al hombre, y así comprenderemos mejor muchas co-
sas.
Dios es el Ser supremo Creador de todas las cosas, que posee todas las
perfecciones en grado sumo, infinito e ilimitado.

Dios es:

infinitamente bueno,
infinitamente hermoso,
infinitamente sabio,
73
infinitamente poderoso, bemos que todo esto no es nada comparado con «aquella Gloria venidera
que para siempre se manifestará en nosotros» y que «todas las cosas contri-
infinitamente justo, etc. etc.
buyen al bien de los que aman a Dios».
¿Y quién es el hombre?
Hechas estas primeras informaciones ya podemos contesta"r al primero
fo los argumentos. ¿Por qué sufren los inocentes?
El hombre es una criatura criada por Dios para compartir con él su glo-
ria y felicidad por toda la eternidad. ' l.º Todos nacemos en pecado (el pecado original) y si Jesucristo para
redimirnos ha tenido que sufrir tanto, ¿será mucho pedirnos que nosotros
Pudo Dios hacer que los hombres hubiéramos nacido en el Cielo y fuéra- también suframos algo?
mos todos felices desde el primer momento;' pero si lo hubiera hecho así
seríamos igual de felices los buenos que los malos y eso sería una gran injus- Estamos en este mundo para ser probados y Dios prueba por medio de
ticia que no puede hacer Dios porque El es infinitamente justo. tribulaciones.
Cuando Dios creó a los ángeles, antes de llevarlos al Cielo los puso algún Sólo con los sufrimientos se puede demostrar el amor; el que no ama a
tiempo a prueba para que se viera cuáles eran los buenos y cuáles los ma- Dios ni le importa ofenderlo no está dispuesto a hacer por El nada que le
los, y así los que fueron malos se convirtieron en demonios y los buenos cueste algún trabajo.
fueron al Cielo.
En la medida que nos esforcemos por agradar a Dios recibiremos esa
Más tarde, quizá millones de años después, Dios creó al hombre en el gloria y felicidad que nos tiene prometida para toda la eternidad. Recorde-
Paraíso y le puso un solo mandamiento: «NO comer de la fruta del árbol de la mos que Dios es infinitamente justo y que por ello toda la gloria la da como
ciencia del bien y del mal». premio a nuestro esfuerzo por guardar sus mandamientos. Y es por eso, por
el amor que nos tiene y el deseo de hacernos muy felices para siempre, por
Lo que ocurrió ya lo sabemos: Adán y Eva desobedecieron a Dios y Dios lo que nos envía tantos trabajos a este mundo ; porque en la medida de
los castigó arrojándolos fuera del Paraíso y condenándolos a tener que mo- nuestros sufrimientos llevados con amor por El será la gloria que vamos a
rir y sufrir muchos trabajos en su vida. tener para siempre jamás.

Pero Dios tuvo compasión del hombre y no lo castigó con el infierno; le ¿Que por qué sufren los niños inocentes?
dio ocasión para arrepentirse y le prometió un Redentor que satisfaría a la
justicia divina por sus pecados. - Quizá para probar la fe de sus mayores; o quizá porque Dios, que todo
lo sabe y todo lo tiene presente, incluso el futuro, los castigue por anticipado
«Donde abundó el delito, sobreabundó la misericordia de Dios» - dice la de los pecados que más tarde van a cometer.
Biblia- ; porque el Hijo de Dios se ofreció a redimirnos ofreciendo por no-
sotros su vida y muerte de Cruz. Recordemos que somos criaturas de Dios; Dios nos ha hecho y a El perte-
necemos, y por ello puede disponer de nosotros como quiera sin faltar a la
Y. en ese estado nos encontramos ahora. justicia. Si a un niño pequeño le hace sufrir un poco y después lo lleva a la
.gloria y lo colma de placeres por toda la eternidad, ¿nos atreveremos a pen-
Aunque con el pecado de Adán hemos perdido el nacer en el confortable sar que no estuvo bien aquel pequeño sufrimiento que padeció en esta
Paraíso y nos vemos rodeados de tantos trabajos e incluso de la muerte, sa- vida?
74 75
El niño, aunque sea inocente, nace sin la gracia de Dios, y para conse-
guirle la gracia, Jesucristo tuvo que padecer muchísimo en la cruz. ¿Por qué Y adviértase que he dicho deliberadamente la palabra «Sospechar»; por-
decís ahora que está mal que el niño sufra también algo? que aquél que tiene sospechas o dudas sobre la existencia de Dios está obli-
gado a hacer lo posible por aclararlas, y si él hace lo que está de su parte,
Yo sé que «Dios es amor»: «Sólo Dios es bueno», nos dijo Jesucristo y yo lo las dudas desaparecerán.
creo aunque no comprenda muchas cosas de las que hace. Sé que sus moti-
vos tendrá. Hay muchos, incluso en España, que son ateos porque no quieren creer;
porque no les interesa creer. Saben que si creen en Dios y en la vida futura
El segundo argumento de los ateos era: tendrán que cambiar por completo sus costumbres y su modo de vivir, y eso
no les gusta nada. Por eso, para acallar su conciencia, viven de espaldas a
Si la religión Católica es la única verdadera, ¿por qué no hace algo Dios Dios: no quieren oír hablar de Dios, tienen miedo de creer; pero esa ignoran-
para que lo sepan tantísimos millones de personas que nace, viven y mueren cia no les librará del infierno porque es una ignorancia culpable y delibera-
sin enterarse siquiera de que existe esta religión? damente maliciosa.

Empezaremos diciendo que para salvarse y conseguir ir a la gloria, que Esas personas no obran rectamente; no desean aclarar sus dudas sino
es el fin para el que hemos nacido, no es necesario siquiera saber que existe simplemente olvidarlas para vivir tranquilamente con sus vicios y pecados.
la religión Católica. Para salvarse solamente es imprescindible saber que Pero a Dios no se le puede engañar: porque si no vieron claramente fue por-
existe Dios y estar dispuestos a hacer todo lo que entendemos que Dios que no quisieron y por eso serán juzgados con toda severidad.
quiere de nosotros: y esa gracia Dios se la concede a todos. La gracia de po-
Terminaré diciendo que los católicos tenemos por artículo de fe creer
der salvarse, Dios se la concede a todos.
que «Dios no mando cosos imposibles» y que todos los hombres reciben las
gracias precisas y necesarias para poder salvarse, si bien algunos las reci-
Recordemos lo que se nos dice en el Catecismo de la Doctrina Cristiana
ben en mayor abundancia.
con respecto al pecado: «Pecado mortal es un decir, hacer, pensar o desear
algo contra la voluntad de Dios en materia grave, y hacerlo con plena adver- El tercer agumento de los ateos era:
tencia y pleno consentimiento». Es decir, que para cometer un pecado mor-
tal es preciso saber bien lo que se hace y hacerlo voluntariamente. De aquí «Si es verdad que hay Dios y existe otra vida, ¿cómo es que no ha vuelto
resulta que si hay alguien que no sepa que existe Dios no puede ofenderle, nadie del otro mundo para decirnos lo que hay allí y que todos crean y pro-
porque mal puede saber que va a ofender al que no sabe que existe. curen salvarse?».

Siempre se nos ha dicho que el hombre es inocente hasta que llega al uso La respuesta a esta pregunta ya la dio Jesucristo hace 20 siglos cuando
de la razón; es decir: hasta que pueda saber claramente lo que hace; de aquí dijo la parábola del rico Epulón:
resulta que si se diera el caso de que alguna persona nacida en la selva o en
otros sitios donde no ha llegado la civilización cristiana, haya llegado a Epulón era un rico avaro que fue condenado al infierno por su falta de
edad adulta sin enterarse que hay Dios, no podría pecar porque aunque tu- caridad con los pobres. Desde allí se le permitió hablar con el patriarca
viera treinta años no habría llegado al uso de la razón. Pero recordemos que Abraham al que Epulón le pidió una gota de agua para refrigerar su terrible
todo lo que estamos diciendo es en el terreno de la hipótesis, porque en la sed. Cuando Abraham le dijo que a llí no podría entrar ningún consuelo y
realidad no se da el caso de que personas adultas no lleguen a sospechar si- que sus tormentos serían eternos, Epulón se acordó de sus hermanos y le di-
quiera de la existencia de Dios. jo a Abraham: ¿Podríais envia r a a lguien de la tierra para que avise a mis
hermanos de lo que pasa aquí para que no vengan también a parar a este lu-
76
77
gar? Y Abraham le contestó: Ya tienen a Moisés y a los Profetas que lo están
diciendo. Y Epulón le dijo: a Moisés y a los Profetas no los creen, pero si
fuera un muerto sería otra cosa. Y Abraham le volvió a decir: Si no creen a
Moisés y a los Profetas tampoco creerán aúnque los muertos resuciten».

Esta parábola la dijo Jesucristo y después en la realidad se demostró


también: pues cuando se corrió la noticia de la resurrección de Lázaro, los
judíos se reunieron a deliberar y se decían: «Este hombre hoce muchos mi-
lagros; si lo dejamos todos van o creer en El» y deliberaron matarlo y matar
también a Lázaro, para que no creyeran en El.

Véase el absurdo: Comprenden que es lógico que todos crean en aquél


que hace tales milagros; pero ellos no creen y deciden matar de nuevo al re-
sucitado para que no se vea el milagro y no crean en El. Esto indica que para
creer no es preciso que vengan muertos del otro mundo a decirlo, pues aun-
que vinieran seguiría habiendo ateos.

Veamos otro ejemplo más moderno: esto sucedió en nuestros días y aún
viven muchos de los testigos presenciales.

En el año 1917, la Santísima Virgen María vino a este mundo aparecién-


dose en Portugal para decirnos que existe el infierno y que son muchos los
que van a él. La vieron tres niños en seis ocasiones, y como las autoridades
los trataran salvajemente para que desmintieran lo dicho sin conseguirlo,
los niños aterrorizados le pidieron a la Virgen que hiciera un milagro para
que se viera que era verdad lo que decían y no los siguieran tratando con
tanta crueldad. La Santísima Virgen accedió a la petición de los niños y les
prometió que el día trece de octubre a mediodía haría un gran milagro que
vería todo el mundo. Como la noticia se corrió rápida, aquel día, entre pe-
riodistas, curiosos y creyentes se reunieron en el lugar más de setenta mil
personas, que vieron el gran milagro del sol, que presenciaron aterrados de
miedo y emoción y son testigos que aún viven. El sol no salió en las cámaras
de los periodistas; pero Ias multitudes aterradas de miedo mirando al sol
aún se pueden ver en decenas de fotografías que aparecieron en los periódi-
cos y aún se hallan archivadas para que los curiosos y escépticos las
puedan ver. ¿Ves como sí ha venido alguien del otro mundo a decirlo? Lo que
pasa es que muchos no quieren enterarse, pues si tuvieran interés en sa-
berlo ahí están los testigos que pueden ratificarlo.
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