Está en la página 1de 6

La ciudad de Dios- San Agustín.

Libro 16

CAPITULO IV De la diversidad de lenguas y del principio de Babilonia. Refiriendo el historiador


que estas naciones vivían cada una con su lengua, con todo, retrocede a la época en que todos
usaban un mismo idioma, luego principia a declarar lo que sucedió, por cuyo motivo nació la
diversidad de las lenguas: «No se hablaba dice, en toda la tierra sino una lengua y sucedió que
caminando desde la parte oriental hallaron un campo en tierra de Sennaar, y habitaron en él, y
si dijeron unos a otros: hagamos adobes y los coceremos al fuego, y sirvióles el ladrillo de piedra
y el betún de argamasa, y dijeron: venid, pues, y edifiquemos una ciudad y una torre, cuya
cabeza llegue hasta el cielo, y sirva para, celebrar nuestro nombre antes que nos distribuyamos
por todo el ámbito de la tierra Bajó el Señor a ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de
los hombres, y dijo el Señor: ved aquí que el pueblo es uno, y no usan sino un idioma todos ellos,
y han dado ya en este desatino, y no desistirán de lo comenzado hasta que salgan con su intento;
venid, bajemos y confundamos su lengua, de forma que no se entiendan unos a otros.
Esparciólos, pues, Dios desde allí por toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad y la torre; la
cual, por este motivo, se llamó Confusión, porque allí confundió Dios la lengua que se hablaba
en toda la tierra, y desde allí los derramó Dios por toda ella.» Esta ciudad, que se llamó
Confusión, es Babilonia, cuya admirable construcción celebran también los historiadores
gentiles, porque Babilonia quiere decir confusión. Y se infiere que el gigante Nemrod fue el que
la fundó, por lo que arriba insinuó de paso, donde, hablando de él sagrado texto, dice: «El
principio de su reino fue Babilonia», esto es, que fuese reino y cabeza de las demás ciudades,
donde, como Metrópoli, estuviese la corte del rey. Aunque no llegó a ser tan grande majestuosa
como lo había trazado la arrogancia y soberbia de los impíos, porque pretendieron una elevación
excesiva, a la cual llama la Escritura hasta el cielo, ya fuese ésta la de una sola torre, que
principalmente entre otras fabricaban, o la de todas las torres, significan por el número singular,
así como se dice soldado y se entienden mil soldados, y la rana y la langosta, pues así llama la
Escritura a la multitud de ranas y langostas, en las plagas que Moisés hizo descender sobre los
egipcios. ¿Y qué podía hacer la humana y vana presunción? Por más que levantara la altura de
aquella fábrica hasta el cielo contra Dios, aunque sobrepujara todas las montañas y aunque
traspasara la región de este aire nebuloso, ¿qué podía, en efecto dañar o impedir a Dios
cualquiera alteza, por grande que fuera, espiritual o corporal? La humildad, si es la que abre el
camino seguro y verdadero para el cielo, levantando el corazón a Dios, y no contra Dios, como
la Escritura llamó a este gigante cazador contra el Señor, lo cual algunos, engañados por la
palabra griega, que es ambigua, tradujeron, no contra el Señor, sino ante el Señor, porque
enantion significa lo uno y lo otro, ante y contra; pues esta misma palabra se halla en el real
profeta: «Lloremos ante el señor que nos crió», y la misma en el libro de Job donde dice: «Ha
rebosado tu furia contra Dios»; así pues, se debe entender aquel gigante cazador contra Dios.
¿Y qué significa este nombre cazador sino un engañador, opresor y consumidor de los animales
terrestres? Levantaba, pues, el y su pueblo la torre contra Dios, con que se nos significa la Impía
y maligna soberbia, y con razón se castiga la mala intención, aun cuando no pudo. ¿Cuál fue el
género del castigo? Como el dominio y señorío del que manda consiste en la lengua, en ella fue
condenada la soberbia, para que no fuese entendido de los hombres cuando los ordenaba algo,
porque él no quiso entender y obedecer el mandamiento de Dios. Así se deshizo aquella
conspiración, dejando y desamparando cada uno aquel a quien no entendía, y juntándose sólo
con aquel con quien podía a hablar; y por razón de las lenguas se dividieron las gentes y se
esparcieron y derramaron por el mundo como a Dios le pareció conducente, quien lo y hizo así
por modos ocultos, secretos a e incomprensibles para nosotros.
Cap. X: “Por esta razón la Sagrada Escritura, después de habernos mostrado que la ciudad
terrena estaba en Babilonia, esto es, en la confusión, vuelve recapitulando al patriarca Sem, y
empieza desde él las generaciones hasta Abraham, contando también el número de los años en
que cada uno engendró el hijo que pertenece a esta sucesión y los que vivió, donde realmente
hallamos lo que anteriormente prometí, acerca de por qué se dijo de los hijos de Heber: «El
nombre sólo de Phalec, porque en sus días se dividió la tierra.» ¿Pues cómo hemos de entender
que se dividió la tierra sino con la diversidad de lenguas?”

Vulgata, Cap10, 5: Por estos [hijos de la descendencia de Noé] fueron repartidas las islas de las
gentes en sus territorios, cada uno conforme a su lengua (linguam) y sus fmilias en sus naciones.

Y Chus engendró a Nemrod : este comenzó a ser poderoso en la tierra (coepit ese potens in
terra). [8] Y el principio (principium) de su reino fue Babilonia [10]

Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del unp Phalég, porque en sus días fue dividida la tierra
[25]

31. Estos son los hijos de Sem según sus enlaces, y lenguas (linguas), y territorios, en us naciones.

CAP 4, Libro 16

“Pero ¿qué podría hacer la ilusa presunción de los hombres, aunque elevara esa inmensa mole
tanto hacia el cielo contra Dios, que llegara a superar todos los montes y trascendiera los
espacios de las nubes? ¿Qué daño podría hacerle a Dios la más grande elevación tanto espiritual
como corporal? El camino verdadero y seguro hacia el cielo lo prepara la humildad, elevando el
corazón hacia el Señor, no contra el Señor, como lo hizo aquel gigante cazador contra el Señor.”

Por aquel gigante cazador, se refiere a Nenmrod, así es llamado en el génesis, cap. 10. Aquel de
los descendientes de Noé que se estableció en Babilonia. Que es la ciudad Babel del cap 11 del
Génesis a la que bajó Dios para confundir las lenguas.
“No entendieron esto algunos, engañados por la palabra ambigua griega, y así no lo
interpretaron contra el Señor, sino ante el Señor, pues la palabra ἐνατίον [corrección mía, la
palabra es ἐναντίον] significa «ante» y «contra». Así se encuentra esta palabra en el
salmo: Lloremos ante el Señor, que nos ha creado 17, y en el libro de Job, donde se
dice: Vuelves contra Dios tu furor. Y así debe interpretarse este gigante cazador contra el
Señor18.”

Es correcta la aclaración de Agustín. La vulgata traduce en latín: “Et erat robustus venator
coram Domi” (Gen. 10-9). Desconocemos la versión griega que consultaría Agustín, pero
entendemos que el ἐναντίον es lo que aparece traducido por coram. Las acepciones que ofrece
el Vox: “ADV: en presencia de una persona […]; públicamente. [...] PREP. de abl.: en presencia
de”. Como puede observarse, coram no recoge los dos sentidos de la palabra griega y de
acuerdo con la interpretación de Agustín traducir ἐναντίον por coram es erróneo. Agustín cita
dos pasajes donde se ven los dos sentidos de ἐναντίον, el que nos interesa es el del Libro de
Job, 15-3: “Vuelves contra Dios tu furor”. Esto dice la Vulgata: quid tumet contra Deum spiritus
tuus ut proferas de ore huiuscemodi sermones. Vemos que esta vez, por sentido, se tradujo
correctamente por la prep. contra.

“¿Qué se quiere significar por el nombre de cazador, sino engañador, opresor, exterminador
de los animales terrestres? Trataba de levantar con sus pueblos contra el Señor una torre,
símbolo de la impía soberbia. Con razón queda castigado el torcido afecto con el fracasado
efecto. ¿En qué consistió el castigo? Como el poder del que manda se realiza por la palabra,
en ella fue condenada la soberbia: no se entendía quien mandaba al hombre, como tampoco
él quiso entender y obedecer el mandato de Dios. Así quedó disuelta aquella conspiración,
separándose cada uno de quien no comprendía y juntándose con quien podía hablar. Por las
lenguas se dividieron los pueblos, dispersándose por las tierras como le plugo al Señor, que
se sirvió para esto de modos ocultos fuera de nuestro alcance.”

Como podemos observar en este pasaje Agustín, ubica a Nimrod como responsable de levantar
la torre, desobedeció la palabra de Dios y fue castigado en la palabra.

El capítulo X del libro 16 (Generaciones de Sem, en cuya descendencia el linaje de la ciudad


de Dios camina hacia Abrahán). Esta generación opina Agustin que nos mostrará la ciudad de
Dios después del diluvio, por eso el génesis “habiéndonos señalado la ciudad terrena en
Babilonia, esto es en la confusión, retorna en su recapitulación al patriarca Sem, y comienza
en él las generaciones hasta Abrahán”. De los hijos de Héber se había dicho en Gen,10,25 que
uno se llamó Falec, porque en su tiempo se dividió la tierra. Agustín entiende que se haya
dividido la tierra es que se hayan diversificado las lenguas.

En este mismo capítulo leemos “Así pasan desde el diluvio a Abrahán mil setenta y dos años,
según la edición de la Vulgata, esto es, la de los Setenta intérpretes. Los textos hebreos nos
dan un número muy inferior de años; sobre lo cual no dan razón alguna o muy poco
convincente.”. Entonces Jerónimo al traducir su Vulgata corrigió el texto hebreo con la biblia
griega de los Setenta intérpretes. Y en Sobre la doctrina cristina, cap XV: “Si fuese necesario,
los códices latinos del Antiguo Testamento, como dije en un principio, deben corregirse por la
autoridad de los griegos y, sobre todo, por la de aquellos que siendo setenta se afirma
tradujeron por una sola boca.”

“Al buscar, pues, en aquellos setenta y dos pueblos la ciudad de Dios, no podemos afirmar que
en el tiempo en que tenían una sola lengua ya se hubiera alejado el género humano del culto
del verdadero Dios, de tal suerte que la auténtica religión permaneciera sólo en las generaciones
descendientes de Sem por Arfaxad y orientados hacia Abrahán. En cambio, sí apareció la
sociedad, es decir, la ciudad, de los impíos desde la soberbia de la edificación de la torre que
pretendía llegar hasta el cielo, en la cual queda simbolizada la impía arrogancia. No es fácil, por
el contrario, decidir si no existió antes, o si estuvo oculta, o si más bien subsistieron las dos: la
sociedad religiosa en los dos hijos de Noé que fueron bendecidos y en sus sucesores, y la
sociedad impía, en el maldecido y su descendencia, donde tuvo también su nacimiento el
gigante cazador contra el Señor.” "Lo más probable es que ya entonces entre los hijos de
aquellos dos, antes de comenzar a edificarse Babilonia, hubiera menospreciadores de Dios, y
entre los hijos de Cam, adoradores del mismo. Deberemos admitir que nunca faltaron en la
tierra uno y otro género de hombres.”

En el capítulo Xi Agustín sostiene que la primitiva lengua humana fue la que luego s ellamó
hebrea, del nombre Héber y se conservó a través de los descendientes de Héber cuando se
produjo la diversidad de las lenguas. “Cuando la lengua era única y universal, no por ello faltaron
hijos de la corrupción. Antes del diluvio no había más que una lengua, y, sin embargo,
merecieron ser exterminados por el diluvio todos con excepción de la casa de Noé.” “Así
también, cuando por la impiedad arrogante fueron castigadas y divididas las gentes con la
diversidad de las lenguas, recibió la ciudad de los impíos el nombre de confusión, es decir,
Babilonia. Se mantuvo, no obstante, la casa de Héber, en la que permaneció la que antaño había
sido única lengua de todos. Por ello, como recordé antes, al contarse los hijos de Sem, cada uno
de los cuales dio origen a un pueblo, fue nombrado en primer lugar Héber, aunque era
tataranieto del mismo, es decir, el que nació en la quinta generación después.”. Parece que toda
la humanidad padeció el castigo de los impíos de Babel (quienes no eran todos los pueblos sino
los pueblos liderados por Nimrod) y fue sólo en la casa de héber que sobrevivió la lengua
primitiva que a partir de entonces para distinguirla de las otras se llamó hebreo. Y así Héber
puso de nombre Falec (división) a su hijo. “Por ello se debe creer que aquélla fue la primera
lengua común, porque tal multiplicación y cambio de lenguas tuvo lugar como castigo, y el
pueblo de Dios debió de quedar fuera de este castigo.”. Es decir, no toda la humanidad padeció
el castigo a los impíos de Babilonia, el pueblo de Dios no.

Esto no está tan claro en los pasajes del génesis 11 pero dice Agustín: “aunque no se exprese
evidentemente que era religiosa alguna parte del género humano cuando los impíos fundaban
Babilonia, no logró esta oscuridad defraudar al historiador, sino más bien poner a prueba su
intención. Se lee, en efecto, que primitivamente era una la lengua de todos, y se encarece a
Héber antes de todos los hijos de Sem, aunque perteneciera a la quinta generación desde él; por
otra parte, se llama hebrea la lengua que conservó la autoridad de los patriarcas y profetas no
sólo en su lenguaje corriente, sino también en las letras sagradas. […]si se investiga en la división
de lenguas, para ver dónde pudo permanecer la que fue común antes a todos, y teniendo en
cuenta que donde se conservó no pudo tener lugar el castigo de la confusión de lenguas, ¿cuál
es la conclusión, sino que permaneció en aquel pueblo de quien recibió el nombre? Y que no es
un insignificante vestigio de la bondad de este pueblo el que, siendo castigados los demás con
el cambio de lenguas, sólo él escapó a tal sanción.”

Agustín sostiene que Nimrod y Heber pudieron coincidir en tiempo: “Tampoco debe
sorprendernos cómo alcanzó el gigante Nebrot el tiempo de la fundación de Babilonia y de la
confusión de lenguas, que originó la división de los pueblos. Aunque Héber es el sexto después
de Noé, y aquél el cuarto, pudieron llegar durante su vida a coincidir en el tiempo. Sucedió esto
porque vivían más cuando las generaciones eran menos, y menos cuando las generaciones eran
más; o también, porque nacían más tarde cuando había pocos, y más pronto cuando había
muchos”
Génesis 10: Génesis 10:

[9] Et erat robustus venator coram Domi. [9] οὗτος ἦν γίγας κυνηγὸς ἐναντίον Κυρίου τοῦ
Θεοῦ·
Job 15:
Job 15:
[12] quid te elevat cor tuum et quasi magna
cogitans adtonitos habes oculos [12] τί ἐτόλμησεν ἡ καρδία σου, ἢ τί ὑπένεγκαν οἱ
ὀφθαλμοί σου;
[13] quid tumet contra deum spiritus tuus ut
proferas de ore huiuscemodi sermones [13] ὅτι θυμὸν ἔρρηξας ἔναντι Κυρίου, ἐξήγαγες δὲ
ἐκ στόματος ρήματα τοιαῦτα.
Psalmos 94:
Psalmos 94:
[6] venite adoremus et procidamus et ploremus
ante Dominum qui fecit nos [6] δεῦτε προσκυνήσωμεν καὶ προσπέσωμεν αὐτῷ
καὶ κλαύσωμεν ἐναντίον Κυρίου, τοῦ ποιήσαντος
ἡμᾶς
[1] erat autem terra labii unius et sermonum
eorundem

[2] cumque proficiscerentur de oriente


invenerunt campum in terra Sennaar et
habitaverunt in eo

[4] et dixerunt venite faciamus nobis


civitatem et turrem cuius culmen pertingat
ad caelum et celebremus nomen nostrum
antequam dividamur in universas terras

[7] venite igitur descendamus et


confundamus ibi linguam eorum ut non
audiat unusquisque vocem proximi sui

[8] atque ita divisit eos Dominus ex illo loco


in universas terras et cessaverunt aedificare
civitatem

[9] et idcirco vocatum est nomen eius Babel


quia ibi confusum est labium universae
terrae et inde dispersit eos Dominus super
faciem cunctarum regionum

También podría gustarte