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DIFERENCIA ENTRE MEDIR Y EVALUAR

Para la mayoría de los docentes, evaluar es hacer pruebas, aplicar


exámenes, revisar resultados y adjudicar calificaciones, cuando en todo
caso, lo que hacen con ello es medir el aprovechamiento escolar.
La calificación obtenida, aun cuando sea determinada con absoluta
justicia, sólo indica cuánto sabe el alumno, pero lo deja (al alumno)
totalmente ignorante de qué sabe, cómo lo sabe y lo más importante,
gracias a qué sabe lo que sabe.

De ahí que la calificación sirva poco educativamente hablando, y que sea


tan estéril para orientar el mejoramiento de la enseñanza.
Sin embargo, el problema se resuelve si en vez de mecanizar la operación
hasta la adjudicación de calificaciones, se detiene en el paso inmediato
anterior (revisión de los resultados de exámenes) el cual debería analizar,
junto con los alumnos.

En consecuencia, la acción de medir y evaluar puede definirse de la


forma siguiente:
MEDIR: es el proceso de comparar para determinar el grado o la
amplitud de alguna característica asociada con un objeto o persona.
Por ejemplo, cuando se determina el largo de una mesa, el peso de un
objeto, etc. se efectúa una medición.

juicio basado en la comparación. Hacemos una evaluación cuando


decimos por ejemplo: la mesa es muy larga, esto está caliente, el alumno no
está motivado, es honesto, es demasiado lento. Se toma nota de la magnitud
de una característica, se compara con un estándar y luego se estima el
juicio basado en la comparación. En consecuencia la evaluación puede
definirse en la forma siguiente:

Sala de Instructores de la escuela de Infantería "Gral. Manuel José Arce"


La evaluación es un proceso continuo de reunión e interpretación de
información para valorar las decisiones tomadas en el diseño de un sistema
de aprendizaje.

Esta definición tiene tres implicaciones importantes: en primer lugar, la


evaluación es un proceso continuo y no algo que se hace al final de un curso
únicamente. Es un proceso que empieza antes de que inicie la instrucción y
sigue hasta el final de ésta.

En segundo lugar, el proceso de evaluación no está sujeto al azar, sino que


se encuentra dirigido hacia una meta específica y su finalidad es encontrar
respuesta sobre la forma de mejorar la instrucción.
En tercer lugar, la evaluación requiere el uso de instrumentos de medición
exactos y adecuados para reunir la información que le facultará saber
cómo progresa la instrucción, cómo resultará al final y cómo mejorarla
para la próxima vez.

Fuente: Lic. José Elías Coello S.

EVALUACIÓN DE UNA CULTURA DE CALIDAD

No existe una cultura superior a otra, no se puede decir que la cultura de una nación sea
superior a otra sólo porque se considera que ha sido causante del desarrollo intelectual o
económico de esa nación. La cultura de calidad es el conjunto de valores y hábitos que
posee una persona, y que complementados con el uso de sus prácticas y herramientas de
calidad en el actuar diario, le permiten colaborar con su organización y su entorno para
afrontar los retos que se le presenten en el cumplimiento de su misión.
Salmann (1977) proporciona un criterio para evaluar una cultura: "La única medida
que puede existir para poder evaluar una cultura es el grado en que ésta ayuda al
grupo o al país, a responder los retos que se le presentan". Ello significa que una
cultura no es superior a otra por el grado de complejidad de la misma, o por el grado de
desarrollo económico que ha logrado, sino por el grado en que le permita al país
responder a sus necesidades presentes y futuras.
Al ser las necesidades de una sociedad un término relativo a sus valores, y por lo tanto
sin comparación, las culturas no se pueden comparar. Un claro ejemplo de ello es Japón,
país citado muy frecuentemente al hablar de calidad total; en algunas ocaciones se ha
cometido el error de sobreestimar la valía de esta cultura por encima de la propia y se
han copiado sin adaptación, casi siempre con un rotundo fracaso de diversos esquemas
de trabajo de esa nación. Este país sufrió una gran devastación al término de la segunda
guerra, y a la vuelta de 50 años es lider industrial y económico mundial. Juran (1988)
analizó las razones culturales por las cuales Japón logró la transición hacia la calidad, y
menciona entre otros factores a la adaptabilidad de la población japonesa a la cultura
extranjera la cual es elevada, su densidad de población es alta, sus formas de
convivencia, los métodos de trabajo, las perspectivas ante otros grupos, la rápidez o
lentitud con que se responde a cambios en el ambiente externo, las normas ideales y las
normas reales; en el grado en que estas normas coincidan o difieran, constituye un rasgo
primordial de una cultura. En caso de que difieran, es de vital importancia para la
sociedad responder a esta divergencia.
Como se mencionó anteriormente, se puede afirmar que existen tantas cultura como
sociedades distintas hay en el mundo, en donde cada una se caracteriza por una
combinación de diferentes factores culturales. La cultura es un fenómeno cambiante, su
contenido en determinado tiempo y espacio no asegura que en otras circunstancias sea
la misma; el desarrollo de una cultura de calidad debe analizarse desde el punto de vista
global del entorno donde nos encontremos, pero sin ignorar el aspecto de la cultura
individual.
"El mundo de hoy enfrenta problemas que no pueden ser resueltos pensando en la
forma en que pensaba cuando fueron creados"

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