Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Metal
El Metal
Los metales son los elementos químicos capaces de conducir la electricidad y el calor, que exhiben
un brillo característico y que, con la excepción del mercurio, resultan sólidos a temperatura
normal.
Los metales son tenaces (pueden recibir fuerzas bruscas sin romperse), ductiles (es posible
moldearlos en hilos o alambres), maleables (se convierten en laminas al ser comprimidas) y
cuentan con una buena resistencia mecánica(resisten esfuerzos de tracción, flexion, torsión y
compresión sin deformarse).
Hay metales que aparecen en forma de elementos nativos (el cobre, el oro, la plata),
Mientras que otros pueden obtenerse a partir de oxidos, sulfuros, carbonatos o fosfatos.
Los metales suelen ser muy utilizados en la industria, ya que ofrecen una gran estabilidad y tienen
una amplia protección contra la corrosión.
Los materiales metálicos los uliliza el ser humano desde tiempos prehistóricos y están presentes
en todas las actividades económicas hoy en dia.
Obtención
Los metales son materiales que se obtienen a partir de minerales que forman parte de las rocas.
Por ejemplo, el metal hierro se extrae de minerales de hierro como la magnetita o la siderita.
Metales ferrosos: son aquellos metales que contienen hierro como componente principal.
Metales no ferrosos: son aquellos metales que no contienen hierro o contienen muy poca
cantidad de hierro.
El cobre, el aluminio
El bronce el zinc
Hay un tipo de metales no ferrosos que destacan por su valor económico llamados metales nobles,
los cuales son: oro, plata y platino.
ECONOMIA
Existen metales que el hombre ha utilizado desde antiguo, como el hierro, el cobre ,
el estaño y el plomo; sin embargo el uso masivo de metales tiene lugar a partir de la
revolución industrial (Gran Bretaña, a fines del siglo XVIII) apoyando a distintos
sectores en ese tiempo apoyando con la electrotecnia, el transporte, la
construcción, la fabricación de armamento, etc.
El papel del oro y la plata fue destinado principalmente para el sistema monetario
internacional. En cuanto al platino, bastante escaso en la naturaleza, tiene
creciente importancia industrial y carece de sustitutos. El Uranio es el metal que ha
adquirido un gran peso en el campo industrial y científico.
ntre los
metales más contaminantes
destacan el
plomo y el mercurio
, seguidos por el berilio,el bario, el cadmio, el cobre, el manganeso, el níquel, el estaño, el
$anadio # el cinc. (a
actividadindustrial y minera
arro)a al ambiente metales tóxicos como plomo, mercurio, cadmio, ars*nico #cromo, mu#
dañinos para la salud humana # para la ma#oría de formas de $ida. +demás, losmetales
originados en las fuentes de emisión generadas por el hombre, inclu#endo la combustiónde
nafta con plomo, se encuentran en la atmósfera como material suspendido que respiramos.
orotro lado, las aguas residuales no tratadas, pro$enientes de
minas y fábricas
, llegan a los ríos,mientras los desechos contaminan las aguas subterráneas. Cuando se
abandonan
metalestóxicos en el ambiente
, contaminan el suelo # se acumulan en las plantas # los te)idos orgánicos
(a
peligrosidad de los metales pesados es mayor al no ser química
ni biológicamentedegradables
. -na $e% emitidos, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de
años. +demás, su concentración en los seres $i$os aumenta a medida que son
ingeridos por otros, por loque la ingesta de plantas o animales contaminados puede
pro$ocar
síntomas de intoxicación
. Dehecho, la toxicidad de estos metales ha quedado documentada a lo largo de
la historia los m*dicosgriegos # romanos #a diagnosticaban síntomas de
en$enenamientos agudos por plomo muchoantes de que la toxicología se
con$irtiera en ciencia
Metales tóxicos
Metales tan conocidos y utilizados como el plomo, mercurio, cadmio, niquel, vanadio,
cromo, cobre, aluminio, arsénico o plata, etc., son sustancias tóxicas si están en
concentraciones altas. Especialmente tóxicos son sus iones y compuestos.
Muchos de estos elementos son micronutrientes necesarios para la vida de los seres vivos y
deben ser absorbidos por las raíces de las plantas o formar parte de la dieta de los animales.
Pero cuando por motivos naturales o por la acción del hombre se acumulan en los suelos,
las aguas o los seres vivos en concentraciones altas se convierten en tóxicos peligrosos.
La industrialización ha extendido este tipo de polución ambiental. Por ejemplo en los países
más desarrollados la contaminación con el plomo procedente de los tubos de escape de los
vehículos ha sido un importante problema, aunque desde hace unos años se está corrigiendo
con el uso de gasolinas sin plomo. También la contaminación en los alrededores de las
grandes industrias metalúrgicas y siderúrgicas puede alcanzar niveles muy altos y desechos
tan frecuentes como algunos tipos de pilas pueden dejar en el ambiente cantidades dañinas
de metales tóxicos, si no se recogen y tratan adecuadamente.
Ya en épocas más actuales y con datos más firmes, un Informe para el Congreso de los
Estados Unidos, en 1988, identificaba la exposición al plomo como un importante
problema de salud pública, especialmente para los niños. Según este informe, en un país
desarrollado, el plomo que afecta a las personas procede, principalmente, de las pinturas
que contienen compuestos de plomo, de la gasolina, de las estaciones de servicio, del polvo
del suelo, de los alimento y del agua. Los niños todavía no nacidos y hasta la edad de
preescolar son los que más vulnerables a estas intoxicaciones porque durante el desarrollo
embrionario se está formando el sistema nervioso y es la época en que puede ser más
afectado, porque los niños pequeños juegan y chupan objetos sucios y porque sus sistemas
digestivos absorben con mayor facilidad los metales tóxicos.
En el siglo XIX era frecuente que los trabajadores de la industria textil de fabricación de
sombreros sufriera enfermedades neurológicas. Da una idea de la extensión de este
problema el que se solía decir: "Loco como un sombrerero". Estas enfermedades se
producían porque se usaban compuestos con mercurio para la fabricación de los sombreros.
En épocas más recientes, en la década de 1960, cientos de habitantes de Irak, Irán, India y
Pakistán, murieron intoxicados por haber comido semillas de cereal que habían sido
tratadas con un fungicida que contenía compuestos de mercurio. Las semillas tratadas con
ese veneno se repartían a los agricultores para que las sembraran, no para que las comieran,
y el fungicida las protegía de su destrucción por los hongos. Esto estaba claramente
explicado en las etiquetas de los paquetes de semillas, pero muchos de esos campesinos,
con muy escasa formación, no entendieron claramente las repercusiones que podía tener el
ingerir las semillas y se intoxicaron.
Otra importante intoxicación con mercurio fue la de la Bahía de Minamata, en Japón. Una
fábrica de productos químicos había estado vertiendo compuestos de mercurio de baja
toxicidad a la bahía durante varios años (!932 a 1968). La actividad de los microorganismos
anaeróbicos de los sedimentos convirtió esos vertidos en metilmercurio que es un
compuesto muy tóxico y que se va acumulando en la cadena trófica. Los peces acumularon
dosis altas de metilmercurio y cientos de personas de la población próxima, que se
alimentaban principalmente de la pesca, sufrieron la que se suele llamar enfermedad de
Minamata que causa importantes daños en el sistema nervioso y lleva a la muerte a casi la
tercera parte de los pacientes.
Contaminación natural
Algunos elementos químicos, como el cadmio, cromo, cobalto, cobre, plomo, mercurio,
níquel, plata y uranio, se encuentran repartidos en pequeñas cantidades por todas partes.
Todos estos elementos son potencialmente tóxicos y pueden dañar a los seres vivos en
concentraciones tan pequeñas como de 1 ppm. Además de ser elementos que se encuentran
en la composición normal de rocas y minerales, pueden ser especialmente abundantes como
resultado de erupciones volcánicas, o por fuentes de aguas termales. Algunos compuestos
de estos metales pueden sufrir acumulación en la cadena trófica, lo que origina que a pesar
de encontrarse en dosis muy bajas en el ambiente, pueden llegar a concentrarse en plantas o
animales, hasta llegar a provocar daños en la salud.
Otros elementos, especialmente aluminio y hierro son muy abundantes en las rocas y en el
suelo, y también pueden ser tóxicos, pero afortunadamente se encuentran en formas
químicas no solubles y es muy difícil que los seres vivos los asimilen.
Contaminación artificial
El uso de los lodos de depuradoras como abonos es, en principio, una buena idea que
permite aprovechar los desechos de las plantas porque contienen una elevada cantidad de
materia orgánica, magnífico nutriente para las plantas. Pero si el agua que llega a la
depuradora no es solo urbana, sino que viene también de instalaciones industriales, es muy
frecuente que contenga metales tóxicos que quedan en los lodos e intoxican las plantas y el
suelo si se usan como abonos.
Los vertederos de minas y las industrias metalúrgicas son otra fuente de contaminación con
metales muy importante en las zonas en las que están situadas. En los vertederos se suele
producir lixivación cuando el agua de lluvia disuelve y arrastra las sustancias tóxicas y las
transporta por los ríos o contamina las aguas subterráneas.
Aunque la riada se logró desviar hacia el Guadalquivir evitando que los lodos tóxicos
entraran al interior del Parque, la preocupación sobre los efectos a medio y largo plazo
continúa. El plomo, cobre, zinc, cadmio, arsénico y otros metales que han quedado
depositados en la zona son el mayor riesgo. Las labores de limpieza intentan retirar todos
estos lodos tóxicos pero esa es una tarea difícil y de inciertos resultados. Como decía una
ecologista: «Los metales pesados no arden, no explotan, no hacen ruido, son la muerte
silenciosa. Se infiltran en los acuíferos, son muy tóxicos y se van acumulando en el
organismo. Además, se transmiten por la cadena trófica, de presas a depredadores».
SALUD
Seguramente habrás escuchado hablar de los metales pesados e incluso puede que sepas
que son perjudiciales para la salud, pero ¿sabes realmente lo que son y lo que pueden
producir en tu organismo?
Un concepto borroso
El término “metal pesado” no está muy bien definido. A veces, se utiliza como criterio de
densidad para determinar si un metal es pesado o no. Otras veces, el número atómico y el
peso atómico son los criterios empleados. Básicamente, son un grupo de elementos químicos
cuya densidad es superior a cinco gramos por cm3.
Es muy importante dejar claro que no todos los metales pesados son tóxicos.
Además, muchos son esenciales para la salud del ser humano en bajas
concentraciones ya que permiten a nuestro cuerpo funcionar bien. Es el caso del cobalto,
del hierro, del zinc, entre otros. Sin embargo, una concentración elevada de estos metales
pesados en nuestro organismo es a menudo perjudicial.
Las nuevas tecnologías aplicadas a las ciencias de la salud han logrado importantes avances
en esta área. En este contexto, el uso de algunos metales para prevenir y combatir
enfermedades, ha concitado interés por parte de investigadores científicos. Y es que ya no
sólo los metales son vistos como generadores de dolencias por su excesiva manipulación o
inhalación, sino que poco a poco también han comenzado a ocupar un lugar entre aquellos
compuestos que ayudan a mitigar o prevenir algunas enfermedades.
Acelerar la cicatrización de una herida, permitir la oxigenación en la sangre, poseer
facultades antibacterianas, entre otras características, son algunas de las cualidades del cobre,
el oro y otros metales una vez que se encuentran en adecuadas dosis en el organismo.
A continuación, algunos beneficios de los metales en la estructura física y material del ser
humano.
Corazón, el órgano vital
En la última década, la ciencia ha detectado los beneficios del cobre para el buen
funcionamiento del corazón. Este metal contribuye a mejorar la elasticidad de los vasos
sanguíneos, que permiten mantener un nivel de presión sanguínea apropiado. Sin la presencia
de cobre en el organismo, se altera la capacidad de relajación de los músculos de las arterias,
lo que es otro factor que contribuye a la hipertensión arterial.
Alimentos ricos en cobre, como las carnes rojas, los frutos secos, las legumbres y el cacao y
sus derivados, pueden ayudar a tratar enfermedades que afectan al corazón y músculos, tales
como la hipertrofia cardíaca (enfermedad que se produce cuando el corazón se agranda
producto de una enfermedad o de alta presión sanguínea).
“Cuando nos falta cobre aumenta el colesterol lo que favorece la formación de placas en la
pared de los vasos sanguíneos, pudiendo causar un infarto del miocardio”, explica Manuel
Olivares, médico titular del Laboratorio de Micronutrientes del Instituto de Nutrición y
Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile.
El oro en la lucha por el cáncer
Este 2014 las principales revista científicas dieron a conocer las potenciales propiedades del
oro para aminorar la aparición de una de las enfermedades más mortales de la era moderna;
el cáncer. Según un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge, este metal podría
ayudar a destruir los tumores malignos.
Basados en una innovadora tecnología de la nanoingeniería, los expertos lograron una
aleación de oro y el medicamento cisplatino, el cual se utiliza para el tratamiento de pacientes
con cáncer. Esta aleación se aplica en la zona afectada por el cáncer y después los tejidos
afectados se someten a radiación.
Como resultado, el oro exhala un electrón que destruye el ADN protector de las células
malignas, destruyendo las células afectadas. “El oro es un elemento sumamente importante,
ya que es neutral para el organismo y al mismo tiempo se somete fácilmente a un impacto a
nanonivel”, detallan los investigadores.
La Ayurveda no solo prepara y conoce las distintas hierbas medicinales sino que también
divulga y utiliza las propiedades curativas de las gemas, piedras y metales. Partiendo de la
base que todo está dotado de la energía del Universo, la materia es parte de esta
manifestación externa de la energía. Por tanto las piedras, metales, gemas, son ejemplos de
esta energía.
En ellos puedes encontrar reservas de energía pránica, que fluye del Universo y que se usa
en terapias de sanación. Aprovecha la energía curativa de las gemas y piedras usándolas
como ornamentos en anillos, collares, etc.
Las gemas reciben y emiten energía, activan los centros de energía del cuerpo y desarrollan
la sensibilidad. A través de estos métodos antiguos, se consigue una purificación más sutil
que la que se produce con tratamientos químicos, así, los tejidos humanos reciben la
influencia de los metales sin efectos tóxicos.
Cobre
Alivia los excesos de grasa y Kapha. Es un buen tónico para el hígado, el bazo y el sistema
linfático.
Es especialmente útil para las personas que tienden a subir de peso, a retener agua o que
tengan obstrucciones linfáticas. También es útil para la curación de la anemia. Para tratar la
obesidad y los desórdenes del hígado y del bazo.
Lava unas cinco monedas de cobre puro en jugo de limón, pongálas en un litro de agua
hiérvalo hasta que quede la mitad solamente. Se deben tomar dos cucharaditas de esta agua
de cobre tres veces al día durante un mes. También ayuda ponerse una pulsera de cobre en
la muñeca.
Estaño
Este es un elemento rejuvenecedor natural. Las cenizas purificadas del estaño se utilizan para curar
la diabetes, la gonorrea, la sífilis, el asma, las infecciones respiratorias, la anemia, las enfermedades
de la piel y los pulmones, además de la obstrucción linfática.
Hierro
Es benéfico para la medúla, el tejido óseo, los glóbulos rojos, y por lo tanto, las cenizas
de hierro se usan para tratar la anemia. Se usan también en caso de hepato y
esplenomegalia.
El hierro fortalece los músculos, el tejido nervioso y tiene propiedades rejuvenecedoras.
Mercurio
Según la mitologia hindú, el mercurio es el semen del Dios Siva. Estimula la inteligencia y
despierta la conciencia. Nunca debe usarse solo, sino con azufre.
La potencia de ciertas hierbas se incrementa miles de veces cuando se usa con mercurio y
azufre. Estos dos metales transportan las propiedades de las hierbas a los canales y tejidos
del cuerpo.
Oro
Es eficaz para los nervios. Mejora la memoria y la inteligencia, fortalece los músculos
del corazón e incrementa el vigor.
El oro es bueno en casos de histeria, epilepsia, ataques al corazón, pulmones débiles y
también para el bazo.
El oro puro se convierte en cenizas cuando se pone al fuego. Su energía también se puede
aprovechar a través del uso de agua de oro. Para preparar esta agua, ponga un ornamento de
oro (sin piedras) en medio litro de agua y hiérvelo hasta que se evapore la mitad.
La energía electrónica del oro se pasará al agua durante este proceso. Se puede tomar una
cucharadita de agua dos o tres veces al día.
El agua del oro energetiza el corazón provocando que el pulso débil se torne fuerte.
También mejora la memoria, la inteligencia, la comprensión y estimula el despertar de la
conciencia.
Tiene propiedades calientes, y por lo tanto, debe usarse con precaución si uno tiene
constitución Pitta. Pero ojo, debes tener cuidado porque algunas personas no pueden tolerar
el oro y les puede causar urticaria.
Plata
Este es otro metal curativo importante. La plata tiene propiedades frías, por lo que es
benéfica en el tratamiento de Pitta. Promueve la fuerza y el vigor. También se usa para
tratar las enfermedades Vata, pero debe emplearse con cuidado en personas Kapha.
Plomo
Medicina efectiva para las enfermedades de la piel. Se usa en el tratamiento de leucorrea, flujo
vaginales, hinchazón, gonorrea y sífilis.
BIBLIOGRAFIA
Burns, R. A. (1996). Fundamentos de Química (2a ed.). México: Prentice Hall Hispanoamericana.
Sherman, A., Sherman, S. J., y Russikoff L. (2006). Conceptos básicos de Química (7a ed.).
México: CECSA.
Askeland, Donald R. Ciencia e ingeniería de los materiales. 3ª Edición. Editorial Internacional Thomson
Editores. México.
Valencia Giraldo, Asdrúbal. Materiales que hacen civilización: los materiales en la cultura. Alma Mater.
Universidad de Antioquia. No. 502, Ago., 2002 p. 2-3
Groover, Mikell P. Fundamentos de manufactura moderna: materiales, procesos y sistemas. 3 Ed. Editorial
McGraw-Hill Interamericana. México, 2007. 1022p.