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A partir de fines del siglo XII la escritura carolingia evoluciona hacia la gótica, caligráfica, uniforma,
regular y geométrica, constituida por una letra de rasgos quebrados, angulosos y puntiagudos.
Cuando alrededor de 1440 aparece la imprenta, la primera letra empleada en las obras impresas
es la gótica, no solo porque esa era la letra utilizada en la copia manual de libros desde el siglo XII,
sino porque permitía realizar un libro impreso como si fuera de confección manual. Sin embargo,
esta situación duró bien poco, ya que la letra humanística, iniciada en el primer cuarto del siglo XV
en Italia, dará lugar al surgimiento de la letra tipográfica de origen romano, especialmente de la
mano de Nicolaus Jenson en 1470 (un ensayo de letra romana de Konrad Sweynheym y Arnold
Pannartz no tuvo continuidad). En 1495 el calígrafo Francesco Griffo crea en Venecia, por encargo
del impresor italiano Aldo Manuzio, una letra romana, la bembo, que marcaría las pautas para la
creación de letras tipográficas de este estilo. Esta letra, que posteriormente sirvió de base para
otra creaciones a lo largo de la historia (por ejemplo, la garamond y la sabon, sigue aun en vigor y
es muy utilizada.
Glosando la dificultad de escribir la mayúscula teniendo en cuenta la tradición, dice Carnicer: <<No
hay en castellano un criterio estrictamente gramatical para el empleo de la mayúscula, como
existe en la lengua alemana, donde entre otras reglas, en general de claro entendimiento, los
sustantivos y palabras sustantivadas se inician con mayúsculas, igual que los gentilicios y los
adjetivos derivados de nombres propios. Si a falta de reglas de este tipo acudimos a la tradición,
nos encontraremos con que no hay continuidad, que tal seria la tradición. Una consulta rápida a
ediciones del siglo XVII y siguientes nos permite ver que los criterios han venido variando. Uno de
los cambios más notables es el de minusculizar la inicial del sustantivo, frente a lo que, por
ejemplo, se advierte en dos ediciones que tengo a la vista, una de Santa Teresa (1622) y otra de
Francisco Fabro (1673), donde es muy frecuente el sustantivo con inicial mayúscula. Un siglo
después, en el Diccionario de Autoridades de la Academia (1762) encontramos con mayúscula los
nombres de profesión (civil, militar y religiosa), asi como los gentilicios. A mediados de siglo XIX
(Gil y Carrasco, 1844), apenas hay nombres con mayúscula, salvo los propios. El proceso de
minusculizacion se mantiene, con variantes personales, hasta nuestros días>>. En general se sigue
manteniendo la tendencia al uso de la minúscula (gentilicios, adjetivos, nombres de profesión)
apuntada por Carnicer, pero aparece con frecuencia el uso de mayusculas ajenas a la idiosincrasia
del español debido al influjo del ingles. Sin embargo, siguen mantendiendose las características
por las cuales el español emplea menos mayusculas que el alemán y el ingles, pero mas que el
francés. Por otro lado, la Academia, que es la regidora máxima, ha introducido cambios profundos
en la tradición ortográfica (en la medida en que esa tradición exista), aunque no lo parezca en el
uso diario. Es cierto que se necesitaba un trabajo de fijación de la grafia de las palabras en lo que
respecta a la mayúscula, pero tampoco podía esperarse un viraje conservador tan profundo y
notable. En efecto, en la última década la Academia ha introducido las mayusculas en los puntos
cardinales, de tal manera que no solo se escriben con mayusculas los nombres abstractos de los
cuatro puntos cardinales, sino también los cuatro intermedios y los cuatro siguientes; en los
nombres de especies, generos, familias, ordenes, clases, tipos y reinos de zoología y botánica, asi
como los de eras o estratos geológicos; en los nombres de conceptos religiosos; en el terreno de la
mayúscula de dignidad y de ornato; etcétera. Pese a todo eso, el empleo de la mayúscula en
nuestro idioma sigue manteniendo zonas oscuras y otras dudosas, sin duda por falta de un trabajo
unitario y clarificador.
Mayúscula y minúsculas
Según el Diccionario de la Academia, la letra mayúscula se define como <<La que, a diferencia de
la minúscula, tiene mayor tamaño y por lo general distinta forma>>, y la minúscula, como <<La
que es menor que la mayúscula y por lo general de forma distintiva>>. Se vale la Academia, para
suplir la pobreza y tautología de ambas definiciones, del empleo de cada una de ellas: la
mayúscula sirve como inicial de nombres propios, en principio de periodo, después de punto,
etcétera, ya la minúscula se emplea normalmente en la escritura, salvo en los casos en que se usa
la letra mayúscula.
a) Todas las letras mayúsculas presentan un cuerpo de la misma altura, delimitado por dos
líneas paralelas de referencia, a excepción de la ñ y la q, cuyas virgulillas, esto es, los trazos
que las diferencian de la n y de la o, sobrepasan las líneas superior e inferior,
respectivamente:
ABCDEFGHIJJLMNÑOPQRSTUVWXYZ
b) La mayúscula de las letras i y j carece de punto: Ines, Javier, HIJO. No obstante, en la
escritura a mano es habitual y admisible escribir un punto sobre la i mayúscula cuando
esta es un simple trazo vertical.
c) Si los dígrafos ch, gu, ll y qu aparecen al inicio de una palabra escrita con mayúscula inicial,
solo forma de mayúscula la primera de sus letras: China, Guinea, Llobregat, Quito; si la
palabra se escribe enteramente en mayúsculas, deben ir en mayúscula las dos letras del
dígrafo: CHINA, GUINEA, LLOBREGAT, QUITO.
Cuando un dígrafo forma parte de una sigla, solo se escribe en mayúscula la primera de
sus letras: PCCh (Partido Comunista de China). Esto permite identificar el dígrafo como una
unidad, y no como letras iniciales de dos palabras distintas: CDCH (Centro de Desarrollo
Científico y Humanístico).
Funciones de la mayúscula
Desde un punto de vista estrictamente lingüístico, la mayúscula cumple en español las siguientes
funciones:
a) La mayúscula inicial
Marca el inicio de enunciados, párrafos y otras unidades del texto;
Marca y delimita los nombres propios, así como las expresiones pluriverbales que se
comportan como nombres propios. La mayúscula inicial puede aparecer en todas las
palabras significativas (Ministerio de Asuntos Sociales) o en la primera palabra, en
combinación con la cursiva o las comillas:
El mejor poema del Romancero gitano es el <<Romance de la pena negra>>.
b) La escritura enteramente en mayúsculas
Mejora la legibilidad de textos cortos informativos (NO ESTACIONAR);
Sirve para formar e identificas las siglas (RAE, AVE);
Sirve para formar e identificar los números romanos (XXI)
Tipos de mayúsculas
Mayúsculas estilística
La mayúscula estilística se aplica a una palabra o frase que ejerce funciones de nombre común,
pero que el escritor, por razones de estilo, decide escribir con mayúscula inicial para ponderar el
uso particular que hace de este recurso formal de la escritura. Por ejemplo, cuando concede la
mayúscula a una profesión o dedicación, como el Maestro, el Artista, el Amigo. Es un recurso del
que no debe abusarse, sino que, al contrario, ha de emplearse con verdadera excepcionalidad.
Mayúscula diacrítica
También llamada mayúscula diferencial, es la mayúscula inicial que se aplica a una palabra cuando
en una de sus acepciones se consideran nombre propio, como la Administracion, la Corona, la
Iglesia, el Gobierno, el Gabinete, el Ejecutivo, el Estado, el Ejercito, el Estatuto, la Constitucion, la
Revolucion, la Bolsa, el Gobierno Militar, el Gobierno Civil, la Junta Militar, etcétera.
Mayúscula subjetiva
Es la mayúscula inicial que se añade a una palabra por el respeto o la admiración que su contenido
semántico provoca, al menos en una de sus acepciones. Se trata de mayúsculas impropias, puesto
que, objetivamente, no hay razones para escribir esas palabras como arte, centro, ciencia,
civilización, corona, corporación, destino, diáspora, empresa, entidad, evolución, físico, generación,
humanidad, institución, literatura, nación, naturaleza, papado, patria, poder, régimen, relatividad,
sociedad, técnica.
Mayúscula de proximidad
Mayúscula de respeto
Es aquella que emplean sobre todo los subordinados cuando se dirigen a sus superiores. Por esta
razón, en las relaciones inferior-superior es fácil que aquel se dirija a este con mayúsculas iniciales
en el nombre de su cargo, como Director, Director General, Director Gerente, Gerente, Jefe de
Personal, Rector, Ministro, Presidente, Cardenal, Obispo, etcétera.
Mayúscula de ornato
Es la mayúscula que se emplean en una o mas palabras simplemente porque hace bonito. Escribir
Distinguida Señorita es mucho mas atrayente y alegre que distinguida señorita. Estas mayúsculas
no tienen finalidad ortográfica y no deberían utilizarse, sobre todo en libros y periódicos.
Mayúscula de la publicidad
La publicidad es desmedida desde el punto vista del uso de las mayúsculas. El procedimiento de
colocar una mayúscula inicial en cada una de las palabras que forman un mensaje publicitario
(sustantivo, adjetivos y en ocasiones hasta tiempos verbales), a veces incluso en artículos,
preposiciones y conjunciones, sin valor significativo alguno, hace que el anuncio resulte
abrumador y el destinatario no lo valore adecuadamente.
Mayúscula intermedia
No es propia del español la situación de una mayúscula dentro de una palabra, aunque se trate de
un compuesto. Por ejemplo, son incorrectas, en español, grafias como SpaceShipOne (un
vehiculo), SuperMolina, CrediModa, TeleVision, etcétera.