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El regalo de Marcel Mauss.

Por: Carlos Moreno

(Profesor de Humanidades MYP e Historia DP)

En esta época de San Valentín, cuyo origen desconozco (y no llama mi atención mucho)
es común dar y recibir regalos… y ayyy de ti si no tienes regalos - o aunque sea un
detallito pequeño, o bobadita, para compartir - para tu compañero o compañera!!!!
Aunque, seamos honestos, ¡siempre se espera que sean los hombres los que den los
regalos y cumplan con su labor de ser “caballerosos”!
De todas formas, y tratando de evitar el sarcasmo que me invade en esta época de
festividades sin sentido para los consentidos, mi interés acá es reflexionar (y casi que
traer de vuelta) el trabajo de un gran antropólogo francés, Marcel Mauss y su teoría de
los regalos. Pues resulta que el señor Mauss, tal vez cansado de que todo el mundo le
preguntara si le había dado regalo a su esposa en el día de San Valentín, se dio a la tarea
de buscar las razones por las cuales damos regalos. Para ello, estudió los trabajos de
varios reconocidos estudiosos de la cultura y se enfocó en el “plotatch” de los indígenas
americanos. Valga la pena explicar que la antropología intenta explicar e interpretar
fenómenos sociales y culturales desde la perspectiva del análisis intercultural.
Volviendo al ‘plotatch’, se le podría definir, en pocas palabras, como un sistema de
intercambio de regalos en donde se permutan bienes y servicios de todo tipo.
Mauss explica entonces que un regalo que no fortalece la solidaridad entre las personas
o grupos (digamos, familiares) es contradictorio, ya que cada regalo es parte de un
sistema de reciprocidad en el cuál el honor propio tanto del dador como del recipiente
están interconectados. Sin embargo, por muy coloquial que parezca, este sistema tiene
una regla muy importante: cada regalo debe ser correspondido de una forma específica,
lo que establece un ciclo perpetuo de intercambio dentro o entre generaciones. Piensa,
por ejemplo, en una invitación que se hace a un cumpleaños… se espera que tu también
“devuelvas la atención” e invites a esas personas a tu cumpleaños, ¿no?
Otro antropólogo polaco que había estudiado poblaciones en el sur del Pacífico,
Bronislaw Malinowski, analizó también el Kula, parecido al Plotatch, y distinguió que
había tres obligaciones en este proceso: (a) la obligación de dar, en la que el jefe debía
probar que tenía el favor de los dioses de forma que podía preservar su autoridad sobre
la tribu, o incluso sobre su familia (una vez alguien perdía prestigio se decía que se
perdía el alma); (b) la obligación de aceptar, en la que nadie tiene el derecho de
rechazar un regalo o una invitación a intercambiar regalos ya que, si lo hace,
significaría que tendría miedo de reciprocar, “quedar mal”, y/o tener que demostrar
que no es ‘inferior’; y (c) la obligación de reciprocar, que es la esencia del Plotatch, en la
cual se “queda muy mal” permanentemente si no se hace el regalo recíproco. Estas
obligaciones, valga la pena aclarar, tienen un origen y una naturaleza espiritual, en la
cual los objetos intercambiados (los regalos) contienen el espíritu de la persona que los
da.
En este sistema de servicios totales, vale la pena añadir que, aunque pareciera de los
servicios son libres y desinteresados, están obligados y parten del propio interés. Por
ejemplo, como Mary Douglas lo afirma en el prólogo del libro de Mauss, se supone que
la caridad es un regalo libre; sin embargo, las fundaciones de los más poderosos
organizan funciones de caridad con el objetivo de beneficiarse de exenciones de
impuestos.
Volviendo a la regla que especifica Mauss, en algunos casos el regalo a reciprocar debe
ser del mismo valor, lo que conlleva a un sistema estable de estatus mutuo; mientras
que en otros debe exceder el valor del regalo recibido, ¡lo que establece un concurso que
crece en valor en la medida que el honor propio está en juego! Hasta ahí, suena un poco
rebuscado, ¿no? Pero el caso es que si se piensa de esta manera, el intercambio de
regalos realmente podría significar una herramienta colectiva para luchar contra el
individualismo moderno y el utilitarismo contemporáneo. Alimento para el
pensamiento, ¿no?
El análisis de Mauss intenta llevarnos a hacer una comparación intercultural con estos
casos y establece dos tipos de conclusiones. Para comenzar, hay algunas conclusiones
de carácter moral, ya que, en nuestras sociedades, la obligación y la necesidad van de la
mano (¡¡por ejemplo, cuando el jefe nos invita a almorzar, si es que eso pasa alguna
vez!! :). De esta forma, las invitaciones se deben devolver - por ejemplo una ronda de
bebidas, ya que esto hace parte de las bases sociales y psicológicas de nuestra cultura.
Por otra parte, hay conclusiones de orden económico y político, ya que los regalos que
se dan no son completamente libres, sino que pagan por servicios o bienes, además de
mantener alianzas provechosas. Pensemos, por ejemplo, los regalos que se les hacen a
personas en posiciones de poder con el fin de poder ‘utilizar’ sus influencias en el
futuro. Algo común en la cultura de la corrupción. Finalmente, existen también
‘regalos’ más a largo plazo. Por ejemplo, si trabajamos fuertemente y pagamos nuestros
impuestos podremos obtener el ‘regalo’, que sería la pensión.
Para terminar, me retomar las palabras de Marcel Mauss: “La gente, las clases sociales,
las familias y los individuos podrán volverse ricos, y solamente serán felices cuando
aprendan a sentarse (…) alrededor de una fuente común de riqueza y bienestar. Es
inútil buscar bienestar y felicidad en lugares distantes. Aquí mismo se encuentra, en la
paz impuesta, en el trabajo bien organizado, alternativamente comunitariamente y por
separado, en el bienestar amasado y redistribuido, en el respeto mutuo y la generosidad
reciprocada que se enseña a través de la educación” (Mauss 187). Es la educación la que
nos permite ver ciertas cosas en perspectiva. Feliz Día de San Valentín!!

Bibliografía:

 Malinowski, Bronislaw. Argonauts of the Western Pacific. London: Routledge,


1999. Print.

 Mauss, Marcel. The gift: . London: Routledge, 2002. Print

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