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2.

Exploración y producción

2.1. Prospección

En exploración los geólogos petroleros buscan los componentes necesarios a la formación de


un yacimiento, es decir, una roca madre, una roca de reserva y una trampa. La exploración
inicia por el estudio geológico de una región antes de realizar estudios más detallados de las
estructuras. Diferentes técnicas son utilizadas, algunas antiguas así como otras muy
sofisticadas. Pese a los avances tecnológicos ningún método garantiza el éxito, así la
exploración queda incierta hasta que los pozos no hayan sido perforados y probados.

2.1.1. Índices de superficie

2.1.1.1. Rastros o índices de hidrocarburos en la superficie

La búsqueda de muestras de hidrocarburos en la superficie (originadas por un flujo lento e


imperceptible de crudo a la superficie) es una técnica utilizada siempre por los exploradores,
principalmente en la prospección en mar profundo. Sin embargo este método ha mostrado
rápidamente sus límites para la detección de yacimientos de petróleo. Si estos índices de
superficie indican efectivamente la presencia de petróleo bajo la superficie, estos no son
garantía de la presencia de yacimientos explotables y sobre todo no permiten localizarlos.

2.1.1.2. Observaciones geológicas

Los geólogos buscan a partir de los afloramientos (rocas del subsuelo puestas al descubierto
por la erosión o la actividad humana) la alternancia de rocas porosas y rocas permeables.
También buscan estructuras específicas como los anticlinales. Los anticlinales son uno de los
principales tipos de trampas de hidrocarburos y algunos pueden ser reconocidos por simples
observaciones geológicas de superficie. Estas observaciones han permitido descubrimientos
espectaculares, principalmente en medio oriente donde el 90% de trampas de yacimientos han
sido identificados, como las trampas en falla, los domos de sal, las discordancias y los biseles
estratigráficos, frecuentemente imposibles de reconocer sin los medios de investigación
directos del subsuelo.

2.1.1.3 Rocas madres

Los geólogos buscan también la presencia de rocas madres. El análisis del kerógeno, asociado a
una historia geológica, permite estimar la calidad y la cantidad de aceite y de gas que son
susceptibles de ser generados. Estos datos constituyen una importancia capital en exploración
petrolera.
2.1.2. Estudio del subsuelo

La observación de la superficie no puede mostrar la geometría de las estructuras en el


subsuelo. Este estudio del subsuelo es posible a partir de los años 1960 utilizando las técnicas
de geofísica. Estas técnicas dan acceso a diferentes informaciones sobre el magnetismo, la
resistividad, el potencial eléctrico de las rocas, la pesadez (microgravimetría) o el tiempo de
recorrido de las ondas sonoras (sísmica). Cada uno de estos parámetros varía en función de la
naturaleza del terreno. Sin embargo, la técnica más utilizada para la búsqueda del petróleo es
la sísmica ya que esta permite obtener una vista en tres dimensiones del apilamiento de las
capas sedimentarias así como su geometría y de esta manera poder identificar las trampas
potenciales.

La sísmica consiste en enviar ondas sonoras en el suelo provocando artificialmente ligeros


temblores en la superficie (lo más común es con la ayuda de camiones equipados de pesadas
placas vibrantes) o en el mar (cañones de aire que provocan ondas de choque por la expansión
de gases comprimidos). Las ondas emitidas se propagan en el subsuelo. Cuando estas ondas
encuentran discontinuidades en las propiedades de las rocas atravesadas (por ejemplo, a nivel
de interfaces entre las capas sedimentarias) una parte de estas se va a refractar y otra parte se
va a reflejar hacia la superficie en donde son registradas por receptores: geófonos en tierra o
hidrófonos en mar. El tratamiento de las señales recibidas permite entonces restituir una
imagen de volúmenes del terreno (subsuelo) en tres dimensiones (conocidos como bloques
3D). Esta imagen, construida a partir del tiempo de recorrido de las ondas debe ser
transformada en una imagen expresada en distancias. A esto se le conoce como la “migración
tiempo-profundidad”.

Sin embargo hay que tener conciencia que ninguna de estas imágenes es perfecta ya que el
tratamiento de las señales demanda bastantes informaciones, las cuales a menudo son
parciales, y además emplea hipótesis, concernientes a las propiedades de las rocas
atravesadas y a la inclinación de las capas. La calidad de la imagen va a mejorar en el curso de
la exploración de una cuenca en paralelo con un mejor conocimiento de su geología. Esto
explica que nuevos ensayos periódicos son frecuentemente necesarios.

Los costos de la sísmica se resumen en la siguiente tabla (datos al 2011). El progreso


tecnológico permitirá una baja de costos a largo plazo, sin embargo quedan vinculados a la
influencia del mercado.

Rubro Tierra Mar


3 000 a 9 000 $/Km trazado 400 $/Km
Sísmica 2D
100 a 180 Km/mes.equipo 1 400 a 1 800 Km/mes.equipo
Adquisición 15 000 a 50 000 $/Km2 5 000 $/Km2
Sísmica 3D 50 a 400 Km2/mes 200 a 1500 Km2/mes
(operación 24h/7d)
Sísmica 2D 100 $/Km
Tratamiento
Sísmica 3D 500 $/Km2
100 000 a 1 000 000 $/campaña
Explotación
Duración de varios meses a algunos años
2.2. Perforación
2.2.1. Principio de prospección

Una vez que los estudios de exploración concluyen una presencia probable de hidrocarburos,
las perforaciones de prospección son realizadas. La perforación constituye una decisión de
peso de consecuencias económicas para una empresa petrolera, sobre todo cuando los
objetivos se encuentran a profundidades importantes o en zonas muy inhóspitas (Siberia,
zonas árticas o desérticas, offshore profundo o ultraprofundo). Las perforaciones constituyen
la inversión más relevante en la búsqueda de un yacimiento de hidrocarburos. El costo de una
perforación puede ir desde 1 millón de euros en la cuenca de Paris hasta 100 millones de
dólares en operaciones que se realizan en las costas de Angola (en Ecuador el valor estadístico
de perforación de un pozo en la región amazónica es de 5 millones de dólares). Por esta razón,
la toma de decisión de una perforación debe ser realizada con el máximo de informaciones
favorables. El porcentaje de éxito en 1990 era de alrededor de un pozo productivo por siete
pozos perforados, en el 2008 es de alrededor de uno en tres pozos perforados como promedio
mundial (pese a que existe una gran divergencia entre las regiones).
Las perforaciones permiten:
 Verificar la hipótesis de los geólogos y geofísicos en cuanto a la presencia de
hidrocarburos.
 Precisar la estratigrafía (la sucesión exacta de las capas sedimentarias) del subsuelo.
 Realizar observaciones capitales para comprender la geología exacta de la zona y
optimizar la ubicación de otros yacimientos.

En tierra (onshore), para alcanzar una profundidad de 3000 m, los equipos de perforación
trabajan durante dos a tres meses, siguiendo la naturaleza de las rocas atravesadas. El trabajo
es en continuo, día y noche, la progresión de la perforación se efectúa a un ritmo promedio de
algunos metros por hora.

En el curso de la perforación, diferentes técnicas permiten caracterizar la naturaleza de las


capas geológicas atravesadas. Las medidas tomadas se emplean para caracterizar la porosidad,
la permeabilidad, las saturaciones en fluido así como los límites de las zonas interesantes. En
un comienzo, estudios son llevados a cabo sobre los testigos (muestras de perforación)
remontados a la superficie pero también sobre los restos de rocas remontadas juntamente con
los lodos de perforación. Una herramienta de diagrafía (medición de las características de las
rocas atravesadas durante la perforación) puede ser también descendida en los pozos. Esta
herramienta, constituida de diferentes sondas puede medir numerosos parámetros tales como
la litología (tamaño de grano, partículas y características físico/químicas), la resistividad, la
porosidad, la saturación. El tratamiento de estos datos constituye de una manera
determinante a la reconstitución de la columna litológica y de las propiedades petrofísicas de
las rocas, como por ejemplo la porosidad, dato tan preciado para identificar los niveles
susceptibles de jugar el rol de depósito. Estos permiten de igual manera reconocer los
intervalos en los cuales la porosidad contiene hidrocarburos. Estos intervalos, una vez que son
localizados, son aislados y son entonces el objeto de una prueba o test de producción la cual es
la única que permite decidir si se trata verdaderamente de un yacimiento explotable.
Si las perforaciones de prospección han llevado al descubrimiento de petróleo, algunas
perforaciones complementarias son realizadas para delimitar la talla del yacimiento y estimar
la cantidad de crudo presente. Los resultados obtenidos permiten evaluar la viabilidad
económica del proyecto. Antes de explotar comercialmente el yacimiento, el petrolero debe
desarrollar el campo: equipamiento, puesta en producción y evacuación del petróleo.

La profundidad de las perforaciones petroleras varía desde algunas centenas de metros hasta
9000 metros de profundidad.

2.2.2. Equipo de perforación

El equipo de perforación está constituido de una torre metálica llamada “derrick”, la cual sirve
para introducir verticalmente en el suelo varillas de perforación (sarta de perforación) las
cuales son acopladas por los extremos. La altura de un derrick es en promedio unos 45 m, la
cual permite la maniobra y el almacenamiento de la sarta de perforación.

Al inicio de estas varillas de perforación se encuentra el trépano (en acero bastante sólido) el
cual va fragmentando la roca. La perforación es realizada en dos o tres fases:
 La primera fase consiste en poner una columna de superficie destinada a retener los
terrenos poco consolidados, a proteger las capas freáticas y servir de soporte al inicio
de los pozos. Su profundidad puede alcanzar 1000 metros.
 La segunda fase es la instalación, en caso de ser necesario, de una columna técnica
para aislar las capas o fluidos susceptibles de impedir la continuación de la
perforación, por ejemplo terrenos inestables, zonas que contienen fluidos a alta
presión.
 Finalmente, la última fase consiste en la instalación de la columna de producción al
interior de la cual es descendido un tubo de recolección de hidrocarburos o tubing.

Los tubos que constituyen las columnas son generalmente tubos en acero de alta resistencia
de 10 a 14 m de largo. Su espesor es del orden de 1 cm y su diámetro puede variar desde 20
pulgadas (508mm) a 4,5 pulgadas (114 mm). El diámetro de los tubos disminuye con la
profundidad.

2.2.2.1. Herramienta de perforación

La perforación es realizada por una herramienta conocida como trepano, que consiste en
discos en forma de estrellas, dentados o con picos sobre el cual se apoya la sarta de
perforación y se le hace girar a una velocidad máxima de 200 rpm.
Figura 1. Equipo de perforación (izquierda) y trepano (derecha).

El peso sobre la herramienta es asegurado por la masa de los tubos de perforación a los cuales
es posible adjuntar tubos bastante gruesos llamadas varillas de masa. Los restos de las rocas
producidas durante la perforación son remontados a la superficie por medio de los lodos de
perforación los cuales están constituidos básicamente de una mezcla de agua y arcillas. Estos
lodos son inyectados por el orificio del trepano. Los lodos son tamizados en la superficie. Los
restos son colectados por los geólogos y analizados mientras que los lodos son reenviados al
circuito.

Las funciones de los lodos de perforación son:


 Mantener los escombros en suspensión luego de una parada de la circulación,
 Mantener las paredes del pozo gracias a la presión ejercida lateralmente,
 Retener bajo presión los fluidos contenidos en la roca y entonces impedir la llegada de
fluidos al interior de los pozos.
 Enfriar la herramienta de perforación.

La preparación del lodo se la realiza en función del terreno encontrado y puede ser aditivada
con el objetivo de fluidizarle, de aumentar su masa volumétrica, de disminuir su producto
filtrado.

2.2.2.2. Tipos de equipos de perforación

Las perforaciones pueden ser terrestres o marinas. De una manera general, el equipo de
perforación están concebidos para perforar hasta 4500 – 5000 metros y pesan 1000 toneladas.

Para ser desplazado el equipo de perforación terrestre se lo puede realizar ya sea


desmontándolo en partes y transportándolo en camiones remolques o en un solo bloque
colocado sobre vehículos con cadenas tipo oruga.

Para las perforaciones marinas el equipo offshore utilizado depende de la profundidad del
agua y de las condiciones meteorológicas y oceanográficas.
Figure 1. Plataformas de perforación y producción en mar

2.2.3. Pozos

Diferentes tipos de pozos pueden ser realizados: pozos verticales, pozos horizontales, pozos
multidrenajes o en racimo.

Los pozos verticales son los mas fáciles de realizar y por consiguiente los menos costosos. Estos
son realizados cuando es factible posicionar el equipo de perforación a plomo de la zona que
se desea alcanzar. Las perforaciones “desviadas” son empleadas cuando el yacimiento se
encuentra bajo un lago, o bajo un
relieve complicado. La operación que
sigue a la perforación es la
completación, “completion”, de
pozos. Esta etapa realiza el vínculo
entre la perforación y la producción
de los hidrocarburos. Así, una tubería
de producción es dispuesta en el
pozo. En la superficie, los pozos se
terminan por un “árbol de navidad”
constituido de varias válvulas de
regulación de flujo y de seguridad.

Luego de que las perforaciones de


prospección y los test de producción
han permitido definir las cantidades
de hidrocarburos presentes, la decisión de poner en producción el yacimiento puede ser
tomada. Los pozos de desarrollo son dispuestos de manera a optimizar la recuperación del
petróleo presente. Los datos geológicos, las características de la roca de reserva, el estudio de
fluidos y su comportamiento así como las pruebas de pozos permiten estimar la cantidad total
de petróleo que sería posible de producir. La producción diaria, el número de pozos y su
localización para una producción optimizada así como la frecuencia de intervenciones sobre
los pozos son igualmente evaluadas.
2.3. Producción
En lo que respecta al petróleo en tierra, la diferencia de presión entre la roca de reserva y la
cabeza del pozo es, en general, suficiente para enviar por medio de los pozos de producción, el
petróleo hasta la superficie. Empleando esta técnica de recuperación “primaria”, 15% a 20%
del petróleo existente puede ser producido. Una vez ya en producción, la presión del
yacimiento disminuye progresivamente con la explotación. Esta caída de presión puede
acelerarse si no existe una fuente de energía como la del “gas cap”, un acuífero activo o la
expansión del gas disuelto.

Para mejorar la tasa de recuperación, recurrir a tecnologías de recuperación “secundaria” es


posible. Cuando la presión no es lo suficientemente elevada, la caída de presión puede ser
compensada inyectando agua en la parte inferior del yacimiento (waterflooding) o gas en la
parte superior (pressure meintenance) de manera a extraer con mayor facilidad el petróleo de
la roca de reserva. Se puede empleando estos métodos recuperar entre 15% y 20% de crudo
suplementario y de esta manera, en global cerca de 30% - 35% de crudo contenido en el
yacimiento.

Para incrementar aún más estos porcentajes de recuperación, distintos procesos, conocidos
como recuperación asistida o mejorada (EOR – Enhanced oil recovery), pueden ser utilizados.
Constituyen tecnologías más complejas tales como la inyección en el yacimiento de CO2,
incluso de nitrógeno, solventes miscibles (hidrocarburos ligeros) o químicos (polímeros
orgánicos), vapor. Estas técnicas son actualmente las más utilizadas, principalmente para la
producción de crudos pesados o extra pesados. Empleando estos métodos la tasa global de
recuperación puede alcanzar 40%, incluso hasta 50% del crudo existente. En el caso de crudos
pesados (crudo pesado de Venezuela), la práctica de la inyección de hidrocarburos ligeros o el
calentamiento “in situ” del crudo con vapor de agua, por ejemplo SAGD (Steam assisted gravity
drainage), tiende a extenderse.

Las diferencias entre los yacimientos son consecuentes. Es así que, los Estados Unidos
producen 350 millones de toneladas por año con 500000 pozos mientras que el medio oriente
produce tres veces más con alrededor de 3000 pozos (Datos 2010). Todo esto muestra cuanto
delicado es la gestión de un pozo. Esta gestión es realizada por profesionales especializados
(Ingenieros de yacimientos o petroleros) quienes tienen a su disposición herramientas
poderosas de simulación de desplazamiento de fluidos.

El petróleo en mar presenta cerca del 22% de las reservas totales de petróleo.

La explotación de petróleo bajo el mar ha sido considerablemente desarrollada estos últimos


años. Durante mucho tiempo, esta técnica era solo aplicable a mares tranquilos y poco
profundos (Costa del Golfo de México, Mar Caspio, Golfo Arabico Pérsico). En los años 1980 –
1990 la exploración y producción se extiende hacia los mares profundos, principalmente en el
Golfo de México, a lo largo de la costa de África del Oeste y de Brasil. Recientemente se ha
extendido hacia los mares extra profundos.

Como ejemplo, el record de producción correspondía a 300 m de profundidad de agua en


1978, 500 m en 1980, 1000 m en 1994, 2000 m en 2002.
En términos de operación y seguridad, esta conquista de grandes profundidades ha requerido
de impresionantes proezas conceptuales, tecnológicas y logísticas en particular para:
• Mejorar el porcentaje de éxito de exploraciones de perforación, las cuales tienen un
precio extremadamente elevado
• Concebir y construir plataformas adaptadas a condiciones de alta mar
• Efectuar operaciones de perforación
• Administrar/controlar automáticamente por control remoto desde la superficie las
cabezas de los pozos
• Asegurar una producción en continuo
• Finalmente, conducir los hidrocarburos hacia los sitios de refinación o de exportación

En regla general, luego de un periodo de producción de 15 a 30 años, normalmente, los límites


económicos son alcanzados. Las instalaciones de producción son desmanteladas y el sitio es
rehabilitado.

En el argot petrolero, las reservas de hidrocarburos son clasificadas en tres categorías:


• Reservas probadas
• Reservas probables
• Reservas posibles

En la industria estas son conocidas respectivamente con el nombre 1P, 2P y 3P, incluso P90,
P50 y P10 ya que ellas tienen 90%, 50% y 10% de probabilidad de ser puestas en producción.
Esta clasificación está establecida sobre la base de las tecnologías actuales, de los precios
actuales y según los acuerdos comerciales y gubernamentales en curso.

Las reservas probadas son “razonablemente ciertas” de ser producidas, estas están situadas en
zonas atravesadas por los pozos.

Las reservas probables son estimadas a partir de estudios estructurales, pero sin certitud
completa, corresponden a cantidades adicionales de petróleo bruto que las informaciones
técnicas y geológicas de los yacimientos permiten proyectar para su recuperación.

Finalmente, las reservas posibles son yacimientos actualmente no descubiertos así como el
petróleo no convencional como los crudos extra pesados, arenas bituminosas y arenas
asfálticas.

Luego de la extracción el crudo es conducido hacia instalaciones de tratamiento y


almacenamiento.

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